El peso sobre el músculo tocado y el formato de la Copa Davis, las razones de la baja de Alcaraz

El peso sobre el músculo tocado y el formato de la Copa Davis, las razones de la baja de Alcaraz

Fue en la noche del lunes cuando Carlos Alcaraz decidió junto a su equipo que el riesgo era demasiado grande. Ganar una Copa Davis seguirá siendo un sueño. Otro año será. El número uno del mundo no estará en la Final a Ocho que se disputa esta semana en Bolonia por culpa de una lesión en los músculos isquiotibiales de la pierna derecha sufrida en las ATP Finals.

Al finalizar el encuentro ante Jannik Sinner, Alcaraz esperaba que fuera solo una sobrecarga, una molestia subsanable en los días de descanso antes de la eliminatoria de cuartos de final ante la República Checa, pero la resonancia magnética realizada a su llegada a Bolonia descubrió un edema, líquido en la zona. Según fuentes cercanas al jugador, no hay rotura de fibras y es un proceso autolimitado, es decir, que se cura por sí solo, pero es doloroso y existe la posibilidad de que acabe en desgarro.

Existía la opción de dejar que el jugador reposara 48 horas para valorar la situación nuevamente el miércoles, pero era esperar un milagro. Una hinchazón así requiere más tiempo y, pasara lo que pasara, sería peligroso saltar a la pista. Al fin y al cabo, los músculos isquiotibiales de la pierna derecha —el bíceps femoral, el semitendinoso y el semimembranoso— son los que más sufren durante sus partidos.

Un músculo ya tocado

En el saque generan la fuerza que permite el salto de Alcaraz y, al golpear de derecha, son los que resisten el apoyo de todo el cuerpo. De hecho, a lo largo de su carrera el número uno ya ha padecido varias lesiones en la zona.

Hace dos años, justo después de su explosión, una dolencia muy parecida ya le obligó a renunciar al Open de Australia y le estuvo incordiando durante meses —venció en Wimbledon 2023 con un vendaje en ese muslo derecho— y, esta misma temporada, una sobrecarga similar en la final del Godó ante Holger Rune le llevó a la derrota y le obligó a renunciar al Masters 1000 de Madrid.

Según explican en su entorno, durante la fase de grupos de las últimas ATP Finals Alcaraz ya notaba la zona cargada y por eso se tomaron precauciones. Después de cada partido se aplicaba un tratamiento para liberar la zona y en los calentamientos utilizaba bandas de restricción sanguínea para aprovechar su efecto analgésico. Antes de salir a la pista colocaba una banda BFR en la parte superior de su muslo derecho, justo debajo del glúteo, y cinco minutos después se la quitaba para que la sangre volviera a fluir. Así aguantó hasta la final contra Sinner, cuando se acentuó el dolor.

Demasiados partidos por delante

En el formato clásico de la Copa Davis, con una final única, quizá habría opciones de que jugase, pues solo debería disputar uno o dos partidos como mucho. Pero en una Final a Ocho la exigencia es muy distinta. Si Alcaraz asumiese el riesgo, tendría que jugar dos encuentros —individual y dobles— para derrotar a la República Checa, luego hacer lo propio en las semifinales del sábado ante la Alemania de Alexander Zverev o Argentina y finalmente repetir la gesta en la final del domingo.

Aunque algún compañero pudiera liberarle del dobles, levantar la Ensaladera le exigiría completar entre tres y seis partidos en cuatro días, un imposible con una sobrecarga muscular. Por eso, al final, decidió que el riesgo era demasiado grande.

La primera lista de Chus Mateo con España: el líder Yusta, Izan Almansa, dos campeones de Europa…

Actualizado Martes, 18 noviembre 2025 - 13:33

Acabada la larga y exitosa era de Sergio Scariolo en la selección española, es el turno de Chus Mateo. Una época de desafíos y de dificultades, tan lejos de los años dorados, pero también de ilusiones. Su primera lista la anunció este martes en Tenerife -acompañado en el Recinto Ferial por Elisa Aguilar, Presidenta de la Federación, y Lope Afonso, vicepresidente y consejero de Turismo del Cabildo-, 14 jugadores para hacer frente al debut oficial del seleccionador en doble duelo de clasificación para el Mundial de Qatar 2027. Primero (27 de noviembre) en Copenhague contra Dinamarca y después (30) en el Santiago Martín frente a Georgia. Una mezcla de veteranos y noveles y alguna ausencia llamativa.

Para saber más

Para saber más

Sin poder contar con jugadores de equipos Euroliga (Real Madrid, Barcelona, Valencia y Baskonia) ni, por supuesto, con los tres nacionales NBA (Santi Aldama, Hugo González y Eli Ndiaye) ni los muchos NCAA que están en EEUU, en la convocatoria del ex entrenador del Real Madrid sólo hay un jugador que estuvo presente en el pasado Eurobasket. Se trata de Santi Yusta y es, con todo merecimiento, el líder de este equipo: es el máximo anotador de la ACB con 19 puntos por partido con el Casademont Zaragoza (y el segundo más valorado por detrás de Shermadini).

Un momento maravilloso del alero madrileño, que ya fue héroe de las Ventanas (aquel triple en Eslovaquia que valió medio billete al Europeo). Otros habituales de los partidos clasificatorios vuelven, como Alberto Díaz (se perdió el pasado torneo continental por lesión) y Jaime Fernández, campeones de Europa en 2022 ambos, o Fran Guerra, Dani Díez, Oriol Paulí y Miquel Salvó.

Ellos serán el core, el punto de experiencia. Y luego están los jóvenes que vienen pisando fuerte y que no han pasado desapercibidos para Chus Mateo. Estupendo es también el tramo por el que atraviesan Pep Busquets en Girona o Francis Alonso en el Breogán, 14 puntos por partido ambos en ACB. El base Álvaro Cárdenas, formado en la NCAA y ahora brillando en el Peristeri griego (cedido por el Valencia), ya dejó huella en la preparación con Scariolo el pasado verano. Igual que Great Osobor en la España B: ahora destaca en el Science City Jena alemán.

Chus Mateo, durante su presentación hace unas semanas.

Chus Mateo, durante su presentación hace unas semanas.ALBERTO NEVADO / FEB

En la lista hay otros tres casos llamativos. Dos veteranos como Alex Reyes (el domingo le hizo sies triples al Lleida), que ya disputó tres minutos en Italia en una Ventana de 2023, y el esperado debut de Lluís Costa (volviendo a llevar las riendas del Granada tras su paso por Tenerife), 31 y 32 años. Y una promesa como Izan Almansa, el único de un equipo Euroliga. El Real Madrid de Scariolo (donde apenas tiene minutos) ha tenido a bien cederle al combinado nacional.

Hay dos invitados, Miguel González, del Zaragoza y Miguel Allen, del Joventut, y alguna ausencia en la que reparar. De los posibles, no está, como se esperaba, Ricky Rubio. Tampoco Tyson Pérez, a la espera de resolver su situación. Tanto Chus Mateo como la Federación cuentan con él (ya disputó cuatro partidos oficiales con España), pero este pasado verano inició algunos trámites para poder jugar con República Dominicana, su país natal. Jonatan Barreiro, Rubén Guerrero, Sergi Martínez, Eric Vila o Guillem Ferrando se han quedado fuera también.

Muere el piloto de rallies Carlos Fernández mientras hacía senderismo en Asturias

Muere el piloto de rallies Carlos Fernández mientras hacía senderismo en Asturias

Actualizado Martes, 18 noviembre 2025 - 10:24

El piloto leonés de rallies Carlos Fernández ha muerto a la edad de 45 años en Asturias mientras realizaba una ruta de senderismo el domingo pasado.

Según apuntan medios como El Heraldo, el trágico accidente tuvo lugar en la zona de Gradura, en el concejo de Teverga. El piloto "cayó pendiente abajo unos 300 o 400 metros, sufriendo graves lesiones".

A pesar de la intervención de los equipos de rescate, en los que se incluía un helicóptero medicalizado y una dotación de bomberos, los intentos por mantenerlo con vida no surtieron efecto.

"Gracias por todos los grandes momentos que nos brindaste, compañero, nunca te olvidaremos, hoy brilla una estrella más en el cielo. Descansa en paz, Carlos", ha escrito en redes sociales el Team Repauto, al que pertenecía el fallecido.

La escudería ha anunciado que le va a rendir un homenaje el próximo 21 de diciembre.

Carlos Alcaraz, seria duda para la Copa Davis por su lesión en el muslo derecho

Carlos Alcaraz, seria duda para la Copa Davis por su lesión en el muslo derecho

Carlos Alcaraz llegó este lunes a Bolonia, donde a partir de este jueves se disputará la Final a Ocho de la Copa Davis, y se confirmaron los peores pronósticos sobre su estado físico. Después de un viaje de 330 kilómetros en furgoneta desde Turín, el número uno del mundo pasó pruebas médicas para analizar la gravedad de su lesión en el muslo derecho y, según fuentes de su equipo, es muy complicado que luche por la Ensaladera.

Alcaraz sufre una sobrecarga en el isquiotibial: no tiene una rotura grave, pero se teme que pueda desembocar en una. Este martes no se entrenará con el equipo español como estaba previsto y el miércoles se decidirá finalmente si juega o no. La selección debuta el jueves ante la República Checa y estaba previsto que su referente jugara tanto en individuales como en dobles. Una solución podría pasar por reservarlo para la semifinal del sábado o la final del domingo, en caso de que España llegue, pero el margen de recuperación es igualmente escaso.

El número uno notó el problema en el primer set de la final de las ATP Finals ante Jannik Sinner y llamó hasta dos veces al médico de la organización para que le descargara la zona y poder seguir jugando. En la segunda intervención le colocó un aparatoso vendaje. Según el propio Alcaraz, el dolor no fue el motivo de su derrota, pero con la sobrecarga cambió su patrón de juego, subió más a la red para acortar los intercambios y eso le condenó en momentos clave como el tie-break del primer set.

Al fin y al cabo, no es una lesión desconocida para Alcaraz. Hace dos años, en pleno crecimiento, una dolencia muy parecida ya le obligó a renunciar al Open de Australia y le estuvo incordiando durante meses; incluso venció en Wimbledon 2023 con un vendaje en esa zona. Esta misma temporada, una microrrotura en el muslo derecho le afectó en la final del Godó ante Holger Rune y le obligó a renunciar al Masters 1000 de Madrid.

Davide Ancelotti: “He sido desafiante con mi padre porque es lo que necesitaba. No siempre hemos estado de acuerdo”

Actualizado Lunes, 17 noviembre 2025 - 22:49

Su primera experiencia en solitario le ha llegado esta temporada, pero Davide Ancelotti (Parma, 1989) lleva más de una década acompañando a su padre, Carlo, en los banquillos de toda Europa: París, Madrid, Múnich, Nápoles y Liverpool (Everton). A sus espaldas, tres Ligas de Campeones y muchas lecciones de fútbol y vida que ahora trata de poner en práctica en el Botafogo, al que cogió debilitado en novena posición y ya tiene sexto, cerca de jugar la Libertadores y revalorizando a jóvenes jugadores. En Brasil charla con EL MUNDO sobre su nuevo país, el Madrid y el próximo Mundial, donde volverá a situarse al lado del padre.

Lleva cinco meses al frente del Botafogo, ¿qué tal?
Botafogo está viviendo una temporada de altibajos porque ha revolucionado toda la plantilla. Ha vendido a los mejores jugadores y ha dejado parte del dinero recaudado para el mercado de enero. El año pasado jugaron más de 70 partidos, incluido el Mundial de clubes, han empezado la temporada con pocos futbolistas y han cambiado de entrenadores. Yo soy el tercero este curso, llegué un poco en el medio de todo y en agosto también se me fueron varios chicos. Del equipo que ganó la Libertadores quedan pocos. Entonces ha costado un poco, pero el equipo ahora está mejor y más cerca del objetivo, que es entrar en Libertadores de manera directa. Ha sido complicado, pero también cuando vine aquí buscaba eso, la gestión de las dificultades. Estoy disfrutando la experiencia.
Después de tanto tiempo compartiendo banquillo con tu padre y con amigos, ¿cómo lo ha vivido a nivel personal?
Con mucha ilusión. Hay cosas que no ves venir, claro, pero por eso acepté el desafío. Sabía que habría dificultades y que era un fútbol distinto al europeo, pero que me iba a venir bien para mi futuro. Entrenar al campeón de Sudamérica era una gran oportunidad. Al ser la primera experiencia como entrenador necesitaba un poco de tiempo de adaptación y hay cosas que me han sorprendido, que tienes que vivir para aprenderlas, condiciones como el clima o el césped a las que te tienes que adaptar... Es una escuela, un máster.
¿El contacto futbolístico con su padre o con Francesco Mauri y Mino Fulco, sus compañeros en Madrid que ahora están en la selección brasileña, sigue existiendo?
Es difícil separar la amistad y el fútbol. Seguimos en contacto tiempo porque sigo interesado en lo que les pasa e intento ayudar, y ellos igual. Ahora tengo un conocimiento de la liga brasileña que me permite aconsejarles.
¿Cuál es su idea de fútbol?
A mí me gusta el fútbol vertical y creo que ahora he conseguido un equipo bastante vertical, que intenta salir con el balón. Luego seguro que tendré plantillas distintas a las que tengo ahora y te tienes que adaptar, pero con esta plantilla sí puedo jugar un fútbol de transición eficaz.
¿Cree que el fútbol brasileño ha perdido talento?
Creo que no. El talento sigue ahí. Si ves los extremos que tiene Brasil, es difícil que otros países lo igualen. Jugadores que marquen una época como Ronaldo o Ronaldinho no pasan todos los días, pero el talento de Estevao, Raphinha, Rodrygo, Vinicius, Cunha... El tema es que un Mundial es difícil ganarlo sólo con talento ofensivo. Si ves los últimos torneos, son partidos igualados en donde es clave la defensa y el balón parado. Es verdad que en el fútbol brasileño yo me esperaba un fútbol más técnico, pero es de mucho duelo. De mucha influencia y mano de los entrenadores. Esto me ha sorprendido, pensaba que era más un fútbol de toque.

Su padre siempre repetía que le gustaba darle libertad a los jugadores en ataque. ¿Cree que en el fútbol de ahora se controla demasiado?
Es un fútbol que va más hacia los duelos, donde el físico del jugador es muy importante. La mayoría juegan con tres centrales y no se si es por falta de talento ofensivo, pero se tiende a jugar con un defensa más y un delantero menos. El nivel de detalle es importante. Hoy es complicado que a los jugadores sin intensidad defensiva el equipo les pueda sostener, el jugador de talento no se puede olvidar de defender. Si no defiendes con todos, todos los equipos te hacen daño. Hay mucha organización y menos momentos de caos, que son los que emocionan más. A mí lo que más me gusta es la transición, la verticalidad... Esto el Madrid aún lo tiene, por ejemplo. El caos. El Madrid en el caos es el mejor del mundo.
¿Todavía observa al Madrid con ojos de entrenador o como aficionado?
Ahora lo sigo más como aficionado. Ha cambiado bastante la plantilla y no es el mismo equipo que el año pasado, pero lo sigo con cariño.
¿Qué fue lo más difícil de sus años en el Bernabéu, la parte futbolística o la gestión del vestuario?
En la gestión el que tiene la mayor responsabilidad es el entrenador, y yo creo que mi padre lo hizo muy bien esos años. En mi caso era más el trabajo táctico que hemos tenido que hacer cada año, encontrar soluciones porque las circunstancias cambian y cada año es una historia nueva.
¿Hasta qué punto ha podido influir en Carlo durante estos años?
Siempre he intentado ser desafiante, que es lo que creo que él necesita. Y creo que he podido influirle, pero luego es él el que decide. Y no siempre hemos estado de acuerdo en lo que se hacía. Se discute y no pasa nada. Todo se tiene que discutir hasta que el entrenador tiene la última palabra. Siendo mi padre, le he entendido mejor que los demás. Es una persona muy tranquila, aunque a veces se ha malinterpretado la tranquilidad con la falta de exigencia. Es algo que me está pasando a mí también. Si se gana, el ambiente tranquilo es fantástico, pero cuando se pierde se dice que es una debilidad. Mi padre es muy exigente con sus futbolistas y eso se ha malinterpretado.

Como si no se pudiera ser buen gestor y buen entrenador.
Sí, y el buen gestor, el gestor tranquilo, no es el gestor que no exige. Tú puedes ser una persona tranquila a la que pocas cosas pueden enfadar, pero a veces hay que dejar las cosas claras. A veces sí pasa que con las personas tranquilas el ambiente se relaja y tienes que intervenir. Entrenador y gestor son dos cosas distintas y hay que respetar al entrenador. Un entrenador de primer nivel, y ya no te digo que haya ganado cinco Champions, tiene conocimiento. Es absurdo cuestionarlo.
¿El vestuario del Madrid funciona mejor desde la libertad que desde el control?
Creo que durante estos años ha funcionado un poco de todo. Ahora el vestuario ha cambiado, se han ido Lucas y Modric que eran dos líderes y se estarán generando nuevas dinámicas dentro del grupo. Yo veo al Madrid líder de Liga y dentro de los ocho mejores de Champions en noviembre. La exigencia siempre es alta, pero están donde tienen que estar. Tiene un entrenador más que preparado para entrenar al Madrid y es normal que necesite tiempo. Pero hay poca paciencia. Mi padre no siempre ha sido tranquilo y bueno, también ha sido intervencionista y duro con ellos en muchas charlas. No siempre ha dado libertad. A veces, con jugadores de este nivel, también funciona el shock y la bronca, si es auténtica. A veces se necesita. Xabi ha sido futbolista y ha jugado en el Madrid, sabrá cómo manejar ese grupo.
Su padre contaba hace unos días que había hablado con Vini y le había dicho que se había equivocado al enfadarse cuando fue sustituido.
Con Vini siempre ha tenido una relación muy cercana porque coincidió su llegada con la explosión del jugador. Se han dado mucho el uno al otro y con mi padre Vini ha podido expresarse y es normal que mi padre le haya dicho lo que piensa. Vini es muy competitivo, muy volcánico cuando juega, pero se le pasa y tiene la capacidad de saber cuándo se equivoca.
¿Usted estará en el cuerpo técnico de Brasil en el Mundial? ¿Ve a la selección con opciones?
Tengo posibilidad de volver. Cuando firmé con ellos acordé estar hasta final de temporada centrado en los objetivos del Botafogo y después con la posición de acompañar a la selección en el Mundial. El equipo tiene de todo para competir con cualquier selección. El Mundial se gana con defensa, balón parado y transición. Y Brasil tiene todo eso.
¿Notan la presión?
De momento mi padre está tranquilo, creo que lo empezaremos a notar cuando se termine la temporada. Es una afición muy exigente y los ambientes son impresionantes. Aquí la selección se vive mucho, se sienten muy identificados con la camiseta. Va a ser increíble el Mundial.
Alcaraz posee más argumentos que ningún otro español para consagrarse como maestro

Alcaraz posee más argumentos que ningún otro español para consagrarse como maestro

Novak Djokovic, ausente este año por problemas físicos, ha ganado siete veces las ATP Finals. Roger Federer lo hizo en seis. Hasta Andy Murray, campeón en 2016, se llevó un título en el torneo que reúne a los ocho mejores jugadores del año. De aquel grupo de élite que gobernó el tenis durante más de tres lustros (el escocés con mucho menor protagonismo) sólo Rafael Nadal fue incapaz de levantar la copa. El poseedor de 22 títulos del Grand Slam chocó año tras año con la mayor destreza de sus oponentes en pista cubierta y tampoco tuvo fortuna con las lesiones; fueron varias las temporadas en las que no pudo disputar el torneo, pese a que había reservado plaza con rotundidad.

Resulta difícil imaginar que Carlos Alcaraz no vaya a ganar las ATP Finals. A sus 23 años, con seis títulos del Grand Slam, ya se ha clasificado para cuatro ediciones, aunque en 2022 no pudo jugar por lesión. De sus 24 títulos, sólo ha ganado uno en superficie indoor, el pasado febrero, en Rotterdam. Sin embargo, su constante progresión, explicitada con su presencia en la final del domingo ante Jannik Sinner y la distancia establecida en cualquier tiempoy lugar sobre el resto de sus adversarios al margen del italiano le acreditan como un más que potencial campeón de la Copa de Maestros en los próximos cursos.

Finales a cinco sets

Expresaba Álex Corretja en las vísperas de la final su deseo de que Alcaraz se sumase a él y a Manuel Orantes como el tercer campeón español de un torneo poco amable con los tenistas de nuestro país. Orantes lo ganó en Houston,en 1976, tras superar en la final a Wotjek Fibak cuando la final se disputaba al mejor de cinco sets. Del mismo modo lo hizo en 1998 el hoy comentarista, quien neutralizó dos sets adversos en la final ante Carlos Moyà, en una réplica casi inmediata a su derrota meses antes en la final de Roland Garros.

Nadal perdió dos finales, la de 2010, ante Federer, y la de 2013, frente a Djokvovic. También entraron en la lucha directa por el título Juan Carlos Ferrero, superado por Lleyton Hewitt en 2002, y David Ferrer, neutralizado por Federer.

Semifinalista en 2023 (Djokovic) y eliminado en la fase de grupos un año después, Alcaraz ha dado un salto cualitativo después de llegar mejor que cualquier otro año al tramo final del calendario. Ganó el ATP500 de Tokio y su tropiezo de entrada en el Masters 1000 de Paris-Bercy tal vez hasta le viniese bien para evitar una cierta saturación competitiva antes de una cita en la que no anduvo demasiado lejos del éxito pleno.

Gattuso no encuentra soluciones e Italia, humillada, siente miedo por quedarse, otra vez, apeada del Mundial

Gattuso no encuentra soluciones e Italia, humillada, siente miedo por quedarse, otra vez, apeada del Mundial

Actualizado Lunes, 17 noviembre 2025 - 21:15

La selección italiana, más de una década después, sigue sin la certeza de poder pisar el escenario de un Mundial. Como una pesadilla que se repite, la escuadra azzurra continúa posponiendo su posibilidad de acceder a un torneo que el año que viene se organizará en el continente americano. Si no logra el pasaporte, Italia enlazaría, por primera vez, tres ausencias conseguidas (2018 en Rusia, 2022 en Catar y 2026 en en Estados Unidos, México y Canadá). Serían 16 años sin lucir en un Mundial las cuatro estrellas doradas que figuran en su camiseta por la conquista de la competición más relevante.

En el último partido, el disputado el pasado domingo contra Noruega, en el estadio milanés de San Siro, Italia empezó marcando el 1-0 en el minuto 11, pero se derrumbó en la segunda parte, encajando cuatro tantos en los minutos 63, 78, 79 y 92; con doblete de Erling Haaland en tan sólo un minuto. Esta humillante derrota por 1-4 coloca a Italia en la segunda posición dentro del Grupo I y deja momentáneamente al conjunto azzurro fuera del Mundial. Los chicos del seleccionador Gennaro Gattuso tendrán otra oportunidad en la repesca del próximo mes de marzo, la última posibilidad para evitar un fracaso sin precedentes y abrir una crisis monumental.

Italia se angustia y Noruega se baña en la euforia. La última vez que esta selección participó en un Mundial, Haaland no había nacido. Fue en Francia 1998, edición en la que cayó en los octavos de final.

El clima en la selección italiana está siendo bastante desolador, algo que se apreciar en la propia prensa transalpina, que muestra una mezcla entre severidad e indulgencia. Menos mal que, en la misma jornada, Jannik Sinner triunfó en las ATP Finals de Turín contra Carlos Alcaraz; una victoria que ha logrado eclipsar la enésima derrota del fútbol italiano. En las últimas horas, los principales periódicos italianos están reflejando con amargura la aflicción pública acerca de la escasez competitiva de la segunda selección -junto a Alemania- con más Mundiales de la historia.

«Estamos aquí de nuevo, por tercera vez consecutiva, hablando de reclasificación», publica en sus páginas el centenario periódico deportivo Gazzetta dello Sport. «Nos habíamos jurado a nosotros mismos que no volvería a pasar, que no estar sin dos Mundiales era demasiado», añade. «No hemos mantenido nuestra palabra. La derrota contra Noruega ha sido muy pesada», escribe el diario color rosa, mencionando la necesidad de la selección azzurra de jugar la repesca.

«Estamos en una mala situación, pero no tenemos que ceder al desconcierto, porque entonces sí que no habría vuelta atrás», se lee en las páginas deportivas del Corriere della Sera.

El diario Fatto Quotidiano es menos benevolente: «Italia no merece ir al Mundial más que otros países», lo cual desmonta, según el periódico transalpino, «la narrativa de la Federación y del seleccionador y de demasiados expertos condescendientes», que culpan al reglamento porque supuestamente favorece más a equipos menores de otros continentes en las rondas clasificatorias.

La sensación generalizada en Italia, tanto a pie de calle como en la prensa del país, es que no se puede perder la oportunidad de entrar en un Mundial dependiendo solamente del último partido de una ronda preliminar. El problema está en el origen de un equipo sin suficiente solidez.

Diarios como el Corriere defienden que hay que «estar cerca del seleccionador Gattuso porque él no tiene nada que ver» y resaltan los posibles motivos técnicos de la derrota, centrados en el esquema de juego: «Si la idea del entrenador es aquella de jugar con dos delanteros, está claro que debe haber uno válido en el banquillo». También añade con la posibilidad de poder intercambiarlos y no depender exclusivamente de Pio Esposito, autor del primer gol contra Noruega el pasado domingo. Gattuso no es capaz de buscar soluciones.

En Italia, a nivel deportivo y periodístico, se está produciendo un avance del tenis en detrimento del fútbol. Lo cual se ha podido comprobar en los quioscos del país este lunes, donde la portada de la Gazzetta dello Sport, por ejemplo, estaba casi totalmente dedicada a Jannik Sinner. «Eres siempre el Rey», mostrada en espacio estelar. En un pequeño recuadro aparecía el titular: «Italia humillada».

El último disgusto de España contra Turquía camino de un Mundial: un niño con los ojos vendados, un seleccionador-dentista y tabaco para los espectadores

El último disgusto de España contra Turquía camino de un Mundial: un niño con los ojos vendados, un seleccionador-dentista y tabaco para los espectadores

más calamitosa de nuestras eliminaciones camino de la Copa del Mundo (fueron cuatro, con vistas a Suiza-1954, Suecia-1958, México-1970 y Alemania-1974; a las otras dos que faltamos, Uruguay-1930 y Francia-1938 no nos inscribimos) fue la primera de todas, frente a Turquía. Un episodio chusco, con un seleccionador que accedió al cargo por el raro mérito de ser el dentista del presidente de la Federación y con un desenlace extravagante: un arrapiezo romano de 14 años, colado en los vestuarios del Olímpico de Roma, fue escogido como mano inocente para un sorteo que clasificó a los turcos.

Se llegó a eso tras una victoria en Madrid, una derrota en Estambul y un empatado desempate en Roma. Todo aquello me pilló con tres inocentes e ignorantes años, pero durante mucho tiempo escucharía de mis mayores y leería en prensa lamentos jeremíacos por aquel Lepanto al revés.

Para saber más

En 1950 fuimos cuartos en Uruguay, así que el precedente animaba. Allí habíamos ganado a los ingleses con un eterno gol de Zarra que provocó en el entonces presidente de la Federación, el doctor Muñoz Calero, un entusiasmo desmedido. Matías Prats estableció una conexión en Radio Nacional para que "ofreciera la victoria al Caudillo", y henchido de entusiasmo, el presidente federativo espetó: "¡Excelencia, hemos vencido a la Pérfida Albión!". Aquello creó una incomodidad diplomática que le costaría el puesto.

El General Moscardó, Delegado Nacional de Deportes como premio a su defensa del Alcázar de Toledo, nombró en primera instancia a Manuel Valdés Larrañaga, un falangista de primera hora (camisa vieja, se autodenominaban, como casta especial, para diferenciarse de los arribistas que al fin de la guerra acudieron por millares en auxilio del vencedor). Pero fue visto y no visto, porque pronto le nombraron embajador en la República Dominicana.

El 31 de enero de 1952, Moscardó confió el cargo al jerezano Sancho Dávila y Fernández de Celis, otro significado camisa vieja, primo segundo de José Antonio. Pistolero urbano en los días de la República, el golpe de Estado le pilló en la cárcel Modelo de Madrid, de la que salió gracias a la Embajada de Cuba.

Era hombre del toro, así que su designación cayó mal en la gente del fútbol, pues aún existía una desconfianza entre ambos mundos. Cuando yo era niño era frecuente que alguien te preguntara si te gustaba el fútbol o los toros. A su llegada se encontró sin seleccionador, porque el que había, el legendario Ricardo Zamora, aceptó una despampanante oferta de Venezuela. Lo resolvió contratando a Pedro Escartín, el gran sabio del fútbol español.

Símbolo anticomunista

Debutó con un 0-1 ante Argentina y siguió con un 2-2 ante Alemania y un 3-1 a Bélgica, todo ello en España. No era lo esperado. A eso siguió una gira por Sudamérica en el verano de 1953, que significó el debut de Kubala, el primer gran genio de importación de nuestro fútbol.

Fugado de Hungría con contrato en vigor con el Vasas, no pudo jugar en Italia por la fuerza del Partido Comunista Italiano y fue acogido de brazos abiertos en la España de Franco como símbolo anticomunista. Bernabéu le intentó fichar, pero la Federación le disuadió porque estaba suspendido por la FIFA. El Barça, que tenía de su lado al secretario de la Federación, Ricardo Cabot, se las apañó para inscribirle como aficionado a fin de utilizarle en amistosos. Al cabo de unos meses, tras nacionalizarle previo bautizo católico en Águilas (el pueblo del antes mencionado Muñoz Calero), pasó a jugar en el Barça, sin transfer FIFA.

Debutó en la Copa de 1951, que ganó, como ganaría el doblete Liga y Copa en 1952 y 1953, más la Copa Latina de 1952. Era un futbolista superior y un gran elemento de propaganda para el franquismo, que lanzó una película-panfleto protagonizada por él, Los ases buscan la paz. La predicada persecución del Barça por parte del Régimen tiene en este olvidado episodio un duro desmentido.

Partido de preparación entre los seleccionados españoles y Plus Ultra.

Partido de preparación entre los seleccionados españoles y Plus Ultra.E.M.

Aún no habían pasado los tres años preceptivos desde su nacionalización (se produjo el 1 de junio de 1953) para jugar con España, pero Escartín le llevó en su gira. Dado que se le tenía por un Superman, chocó la nueva derrota en Argentina (1-0) y la pobreza de la victoria en Chile (1-2). Escartín siempre fue un poco divo, las críticas por su juego defensivo en la gira le ofendieron y dimitió.

Marca hizo una encuesta nacional entre sus lectores para buscar sustituto, proponiendo cuatro nombres. Sancho Dávila pensó que le querían imponer el sucesor, decidió tomar el asunto en sus manos y dio la campanada al elegir a su dentista. Así, como suena. Se llamaba Luis Iribarren y no es que fuera un absoluto lego en fútbol, como su paciente: había militado en la época amateur en el Real Unión de Irún, aunque no por mucho tiempo, y siendo más bien un suplente.

Se fue a Nueva York, donde se doctoró en odontología y puso consulta en Madrid. Cuando sentaba a Sancho Dávila en el potro de tortura le hablaba de fútbol para distraerle. No era más que un mero aficionado, habitual de Chamartín y el Metropolitano, pero sin contactos en el mundillo ni un pasado glorioso que le avalara, pero al presidente le pareció un pozo de ciencia, le metió en el Comité de Competición, y le hizo seleccionador.

Había que encarar la clasificación para Suiza-1954. No parecía difícil: un doble choque con Turquía, país muy de segunda fila en fútbol, con un corto palmarés internacional: 23 partidos, siete ganados, tres empatados y 13 perdidos, 25 goles marcados, 50 encajados. El de España era otro: 97 partidos, 54 victorias, 22 empates, 21 derrotas, 224 goles a favor y 125 en contra. Habíamos sido cuartos en el último Mundial, y nos llegaba el refuerzo de Kubala. ¿Qué íbamos a temer?

Ensayo fallido

Hubo un ensayo previo, un amistoso contra Suecia, en San Mamés, el 8 de noviembre de 1953. Suecia tenía cierto prestigio, pero su liga todavía era amateur y sus buenos jugadores eran sistemáticamente absorbidos por Italia, o en algún caso, por España, y la selección los perdía. En San Mamés alinearían tres bomberos, tres camareros, dos maleteros, un ingeniero, un administrativo y un panadero, según informó puntualmente Marca.

Ni rastro de los Skoglund, Carlsson, Palmer, Gren, Liedholm o los hermanos Nordahl, todos ellos célebres profesionales. Pero, aun con eso y con Kubala, empatamos 2-2. Iribarren acusó a la defensa y se hizo el interesante: "Ya advertí antes del encuentro que Suecia era peligrosa".

Turquía nos visitó el día de Reyes de 1954, en tarde soleada y con el campo a reventar. Sólo repiten cuatro de los del fiasco en San Mamés. Caen el portero y la defensa al completo. Tampoco está Kubala. Aparte de que jugó mal ante Suecia, ahora se trataba de un partido oficial y por si acaso... España gana 4-1. Bien. Ya tenemos medio billete.

El 14 de marzo se devuelve la visita. Basta con empatar en Estambul. Sale a relucir aquello del infierno turco, el miedo a una encerrona en un campo seco, el público agresivo y todo eso, así que se decide contar con Kubala. Un poco con miedo, pero se le lleva. Sólo salen cinco de los que ganaron en Madrid, por la obsesión de que había que jugar de otra manera. El resultado es un pinchazo doloroso: 1-0. Como la clasificación es por puntos, no por goles, la derrota nos aboca a un desempate cuya fecha y lugar estaban predeterminados: tres días después, en Roma.

Los jugadores de la selección española posando antes de enfrentarse a Turquía en 1954.

Los jugadores de la selección española posando antes de enfrentarse a Turquía en 1954.MARCA

El grupo, claro, es el mismo y vuela directamente desde Estambul. Ahora, en campo neutral, buen terreno y una vez digerida la sorpresa, damos la victoria por descontada. Por supuesto, jugará Kubala, porque, aunque no había hecho nada en Estambul, se seguía confiando en su excepcional clase. En la víspera es de los más animados, incluso promete dos goles para compensar su mal partido anterior.

Ya están nuestros muchachos pasando sus turnos de masaje cuando a Ottorino Barassi, presidente de la Federación Italiana y vicepresidente de la FIFA, le llega un intrigante telegrama del organismo que vicepreside: "Attention equipe espagnol situation joueur Kubala". Se lo entrega al coronel Gómez-Zamalloa, directivo de la española, un militar africanista que acuñó aquello de "Ahora, señores, cojones y españolía" en un fervorín a la selección durante el descanso de un partido en Suiza. Lo muestra con gritos indignados, apostando por desatenderlo. Dávila e Iribarren se quedan perplejos. Muñoz Calero, que es miembro del comité de la FIFA, aconseja prudencia y consigue que la camiseta con el número 8 de Kubala se la ponga Pasieguito.

Salen cuatro nuevos con respecto a Estambul y dos de siete repetidores juegan en puestos distintos. Turquía repite once. Salta al campo con la paz del que no tiene nada que perder y mucho que ganar (su seleccionador, el italiano Sandro Puppo, ha pasado la víspera diciendo que se sentían eliminados de antemano). Tratando de conquistar al público, cada jugador porta unas cajetillas de tabaco y se acercan al público a lanzarlas. El tabaco era un bien de lujo en aquellos años de posguerra, en los que por toda Europa había especialistas en reciclar colillas. España sale desconcentrada por el telegrama y su consecuencia. Y sabe que está entre la espada y la pared.

El partido empieza a las 15.30 y es apasionadamente seguido aquí por Radio Nacional en la voz del legendario Matías Prats. Turquía corre y corre, su fútbol es impreciso pero veloz y España juega intranquila, aunque consigue adelantarse con un gol del extremo debutante Arteche en el minuto 19. El marcador se mueve así: 1-0, 1-1, descanso, 1-2 y 2-2, éste en el minuto 79, obra de Escudero cuando ya nos veíamos fuera. En la prórroga no hay goles, lo que nos aboca al sorteo.

Un regreso fúnebre

La delegación española trata de pactar un nuevo desempate, pero los turcos se niegan y Ottorino Barassi se atiene a lo reglamentado. Bien hubiera querido complacernos, pues España daba más cartel al Mundial que Turquía, pero esta se mostró inflexible. Se busca una copa en la que se introducen dos papeles, previo teclear a máquina en cada uno ellos el nombre de uno de los dos países, para después doblarlos. En el de España, Sancho Dávila añade una cruz, impetrando el favor divino. (Ignoro si su homólogo turco pintó una media luna en el suyo). Se escoge como mano inocente un arrapiezo de 14 años llamado Franco Gemma, hijo de un cuidador del campo, que se había colado a curiosear en la sala. Se le vendan los ojos como a un secuestrado, mete la mano, le da un papelito a Barassi que lee: TURCHIA.

El regreso es fúnebre, con Zamalloa acusando a los jugadores de vagos y Muñoz Calero declarando que él ya sabía que Kubala no podía jugar y que si llega a hacerlo y ganamos nos hubieran echado igual.

Franco Gemma se hizo famoso en España y célebre en Turquía, que le invitó al Mundial en Suiza. Sandro Puppo, aureolado por el éxito de aquella clasificación, fue contratado por el Barça, donde pincharía. Sancho Dávila regresó al mundo del toro. Iribarren, a su consulta. En cuatro partidos utilizó 24 jugadores. Sólo Venancio los jugó todos, aunque alternando los puestos de interior y ariete.

El regreso de Laporte, el jefe de España

El regreso de Laporte, el jefe de España

Anda la cosa algo fría por Sevilla. Los cálculos más optimistas de la Federación sitúan en 35.000 los hinchas que irán hoy a La Cartuja. Eso es exactamente la midad de la gente que cabe en el hoy estadio del Betis. Está el tiempo algo revuelto y, aunque hoy no se anuncia lluvia, la que ha caído en los últimos días no ayuda. Tampoco colabora el hecho de que no haya nada en juego, porque sólo perder por siete goles de diferencia deja a España sin Mundial, y los turcos, que tienen varios apercibidos, van a guardarlos a casi todos para que no sean sancionados en la repesca que jugarán en marzo.

Con este panorama, la atención se centra en varios puntos y en un hombre. Primero, los puntos. El primero es igualar la racha de una selección invicta a nivel mundial (Italia con 31 partidos). Otro punto es comprobar hasta qué punto se atreve Luis de la Fuente a darle carrete a los que juegan menos (un anticipo: no serán muchos). Y el último punto, si acaso, es disfrutar del fútbol que hace este equipo. Y ahora, el personaje: Aymeric Laporte.

El central hoy en el Athletic no venía a la selección desde hace exactamente un año. El 18 de noviembre del año pasado fue suplente en el trámite con el que España se clasificó para los cuartos de final de la Liga de Naciones. Desde entonces, no había vuelto, entre otras cosas porque no jugaba un partido oficial desde el 30 de abril. Fue el último con el Al-Nassr de Arabia Saudí, del que finalmente pudo escapar, no sin problemas, en septiembre de este año, con la intervención de FIFA para subsanar una negligencia con el papeleo del Al-Nassr.

"Es un lujo"

El club saudí le sacó al Athletic alrededor de 10 millones por el traspaso de un futbolista al que le quedaba un año de contrato (en 2023 firmó tres cursos a razón de unos 20 millones netos por año). A sus 31 años, y viendo que la oportunidad de jugar su último Mundial se le podía escapar, hizo todo lo posible por volver a Bilbao, consciente también de la confianza que le tiene Luis de la Fuente, que ayer hablaba así de él. «Es uno de los centrales que mejor desarrolla la idea que tenemos. Lo hace perfectamente. Es un lujo. Ya dije tras la Euro que es el mejor central. Nos ofrece jerarquía. Es muy completo. Técnicamente es excepcional y cambia de orientación, filtra pases...», le elogió el técnico.

Porque, pese a que al seleccionador le gustan Pau Cubarsí y Dean Huijsen, sabe que un Mundial hay que jugarlo con, al menos, un par de colmillos. Robin Le Normand y Laporte los tienen. Aymeric es uno de los líderes, acaso el mayor líder, de un vestuario al que llegó de la mano de Luis Enrique en 2021. Suma 42 partidos y ha marcado dos goles en estos cuatro años largos. Supo, con la personalidad que tiene, superar las suspicacias que, por su origen francés, levantó al principio, y de algún modo allanó el camino para que el caso de Le Normand, muy parecido, fuese asumido con mucha más naturalidad.

De regreso al Athletic, «mi casa», como ha dicho varias veces, el futuro allí y en esta selección que aspira a todo es esplendoroso para él. Después de asegurarse (todavía más) el futuro en su aventura saudí, hoy prioriza el primer plano futbolístico.

El Valencia cierra sus cuentas con beneficios, incrementa su capacidad para acudir al mercado y se impulsa desde el Nou Mestalla

El Valencia cierra sus cuentas con beneficios, incrementa su capacidad para acudir al mercado y se impulsa desde el Nou Mestalla

La salud económica del Valencia CF sigue siendo delicada, pero parece haberse estabilizado tras años de pérdidas y duros ajustes. El consejo de administración presentará el próximo día 17 de diciembre a los accionistas en junta general unas cuentas que ha cerrado con un beneficio de 2,2 millones de euros antes de impuestos. Es el segundo ejercicio que, de manera consecutiva, no se arrojan pérdidas.

Si bien los beneficios son un indicador de la estabilización económica, es la reestructuración de la deuda y la activación de las obras del Nou Mestalla lo que impulsan los balances. El club ha reducido en los últimos cinco años su fondo de maniobra negativo hasta dejarlo en 20 millones frente a los 74,5 del pasado ejercicio. Eso supone capacidad para, como describió Ron Gourlay hace unos meses, poder acudir a los próximos mercados con el fin de fortalecer la parcela deportiva. Ya lo hizo el pasado verano, con un crédito de 30 millones que se invirtió en la contratación de jugadores.

A pesar de que el resultado de explotación ha crecido en 7,8 millones, pasando de 16 millones a 23,8, los resultados del equipo se siguen trasladando los ingresos. La cifra de negocio decrece en 3,2 millones de euros por la reducción de los ingresos por derechos televisivos al caer en la clasificación los dos últimos años, a lo que se suma el pago por el préstamo de CVC. Sostiene la caída la partida de competiciones, que crece en 2,3 millones gracias a la venta de entradas el día del partido tras limitar el número de abonados. Esos tampoco fallan, y la cifra de ingresos por abonos sube ligeramente de los 16,2 a los 16,8 millones. Otros dos millones crece la partida de comercialización, publicidad y patrocinios: de 16'4 a 18 millones de euros.

En cuanto a los gastos, se han incrementado hasta los 114,5 millones, entre otras cuestiones, por destitución de Rubén Baraja, que provocó un aumento de los costes de la plantilla.

También aparece un incremento en el coste financiero de la deuda. Frente a los 17,5 millones se pasa a 22,4. La razón explica el club que son los costes de cancelación y los ajustes a los que la refinanciación a largo plazo ha obligado. Según las cuentas que presentará la entidad, la deuda total del club ha crecido de los 300 a los 382 millones, aunque ahora tiene que afrontar a largo plazo 302 millones, lo que supone un desahogo. Contra esa deuda , el club ha aumentado el valor de sus activos: a corto, más tesorería (31 millones), y a largo, las obras del Nou Mestalla, que aumentan su valor en 47,5 millones.

Retomar los trabajos ha permitido apuntarse una reversión del deterioro que había sufrido el nuevo estadio, la pérdida de valor que, en el caso del suelo, supone sumar dos millones más y 14 en el caso del valor del edificio.

La clave de la financiación

La operación firmada a través de Goldman Sachs para reactivar las obras del recinto de la Avenida de las Cortes después de 15 años ha sido la más importante ejecutada en el ejercicio. El club explica a sus accionistas que el repago del préstamo al fondo de titulización constituido se cubrirá con los "ingresos futuros del nuevo estadio" con "toda solvencia". La previsión con la que trabajan es que los ingresos "se multiplique por tres".

Ese fondo de titularización se ha constituido con la emisión de bonos por importe de 237 millones de euros a 28 años (tres años de carencia y a un tipo fijo del 5,82%) y un contrato de crédito por 85 millones de euros a 5 años (tipo variable de Euribor +3,5%, si bien los dos primeros años, durante la construcción, el tipo queda fijado en el 5,545%). De este crédito, hasta el 30 de junio de 2025 solo se había dispuesto de 21'2 millones de euros.

A través de ese fondo, el Valencia detalla que destinará parte del importe que ingrese por la venta del terciario del Nou Mestalla a posibles contingencias en la construcción del estadio. Asimismo, parte de los ingresos que se obtengan por la venta de Mestalla se utilizarán para amortizar deuda.

Ahora bien, si las previsiones de explotación fallan, el fondo de titularización tiene como garantías para cobrarse: una hipoteca sobre el Nou Mestalla, derechos del club de los ingresos de explotación de los estadios, parte de los fondos del terciario vendido a Atitlan, y los posibles ingresos que abonen los seguros por retrasos en la construcción.

El club ya tenía pignorados los derechos de televisión para hacer frente a CVC y los préstamos de Peter Lim, que también tiene los cinco primeros millones de la venta de jugadores, y la Ciudad Deportiva de Paterna con Haciencia, por una reclamaciones sobre el IRPF.

Presupuesto sin ventas

El Valencia presentará en su junta general de accionistas del próximo 17 de diciembre un presupuesto de 102,17 millones para la temporada 2025/26 que ajusta, por primera vez, sin contemplar ventas de jugadores.

Es cierto que en "hechos posteriores al cierre", contempla la venta por 25,4 millones de Mosquera y Yarek, y también la compra de Ugrinic y Copete por 6'9 millones. El coste de la plantilla crece hasta los 86 millones.

Pero lo que cuadra el presupuesto sin ventas forzadas es la contabilización de los ingresos que, por el terciario, pagaría Atitlan: 37 millones de euros. El Valencia puede reflejarlos por dos razones: porque avisó a la Liga de la operación para que incrementara su fairplay este verano y porque ha depositado en la tesorería del Ayuntamiento de Valencia los casi 12 millones del coste del polideportivo de Benicalap, compromiso que debía cumplir.