Pecco Bagnaia se resiste a tirar la toalla. El italiano sabe muy bien que sumar por tercera vez consecutiva el campeonato del mundo de MotoGP es una misión dificilísima, pero esta dispuesto a pelear por ello hasta el final. Por lo pronto, con su triunfo en la sprint race del último gran premio de la temporada, que se celebra en Montmeló a causa de los estragos causados por la DANA en Valencia, ha logrado provocar que todo se decida finalmente este mismo domingo.
Jorge Martín, con su tercer puesto, lo tiene todo a favor para ver finalmente cumplido su gran sueño. Incluso en el caso de que Bagnaia logre imponerse en el último domingo de carrera, únicamente necesita sumar siete puntos más para ver cumplido su sueño. Un noveno puesto, en este caso, sería más que suficiente. Algo que, visto su rendimiento a lo largo del presente campeonato, se antoja como algo mucho más que factible.
A pesar de su ventaja, Martín firmó un arranque de carrera cargado de energía, en el que incluso le discutió el primer puesto brevemente a un Bagnaia que salió con el cuchillo entre los dientes. Viendo el fuerte ritmo que imponía su gran rival, el de San Sebastián de los Reyes volvió a hacer gala de esa actitud más cerebral que ha exhibido en las últimas pruebas de este campeonato y se dedicó a mantener las distancias.
Con el vigente campeón cada vez más lejos, su pulso particular fue con un Enea Bastianini más que dispuesto a cumplir con el guión para que su compañero de equipo pudiera seguir acariciando la opción de sumar su tercer título consecutivo en MotoGP. El madrileño, en este caso, peleó inicialmente a brazo partido con él y logró rodar segundo durante gran parte de la prueba, pero, tras un arreón final del transalpino, apostó por una mentalidad más conservadora que, a la postre, le permitió subirse al tercer escalón del podio.
"He competido, me ha fallado la elección del neumático delantero, pero lo del domingo ya es otra historia. El objetivo será algo similar: iré a por todas. Estamos en una buena línea de trabajo e intentaremos cerrar el título", aseguró Martín al término de la sprint race.
"La salida ha sido increíble y después todo me ha resultado más sencillo. Iba detrás de Jorge, traté de acortar las distancias y, al final, le adelanté en la última vuelta. Ha sido un podio inesperado, después del fin de semana que estamos llevando, pero estoy muy contento", terció por su parte Bastianini.
"El trabajo que se tenía que hacer está hecho, pero habrá que repetirlo. Ya veremos qué nos depara la carrera, pero ahora mismo estoy muy contento", sentenció por su parte un Bagnaia que se mostró del todo intratable durante gran parte de la prueba.
Lío entre la Federación y la Real Sociedad en la Copa del Rey. El club donostiarra ha presentado una demanda ante un juzgado de Madrid para pedir la suspensión cautelar del partido ante el Jove Español alicantino, que fue aplazado por la DANA y fijado para el próximo jueves, 21 de noviembre, a las 21:00 horas, en el José Rico Pérez, informa Efe
El club vasco ha tomado esta decisión después de que el Comité Nacional de Segunda Instancia de la Federación Española de Fútbol (RFEF) desestimara su recurso para cambiar la fecha de este encuentro.
La Real Sociedad solicitó este cambio para no jugar durante la semana de parón internacional, en el que no podrá contar con 14 jugadores, y a tres días del derbi vasco en San Mamés.
El club guipuzcoano ha anunciado este sábado que ha presentado una demanda ante un Juzgado de Primera Instancia de Madrid para impugnar la resolución del Comité Nacional de Segunda Instancia para las Competiciones Profesionales y no Profesionales de la RFEF.
En concreto, la Real ha solicitado la "medida cautelarísima de suspensión del encuentro", según informa el propio club en un comunicado oficial.
Esta madrugada hemos vuelto a ver el lado oscuro del fútbol en la terrible y lamentable agresión sufrida por el técnico de México y viejo conocido del fútbol español, Javier Aguirre, en el partido de los aztecas ante Honduras, informa Afp. 'El Vasco' acabó con el rostro ensangrentado y una buena brecha en la cabeza tras ser alcanzado el por un objeto lanzado desde la grada en el partido que la escuadra mexicana perdió 2-0 ante Honduras, en la ida por los cuartos de final de la Liga Naciones de la Concacaf.
Al terminar el partido disputado en el estadio Francisco Morazán de la ciudad de San Pedro Sula, con unos 20.000 aficionados, el 'Vasco' Aguirre pasaba frente a una grada desde donde le lanzaron un objeto que le pegó en la parte izquierda de la cabeza. La sangre brotaba en el lugar del impacto y le cubrió parte del rostro.
"Estoy triste porque (Aguirre) es un ser humano", se disculpó el entrenador de Honduras, el colombiano Reinaldo Rueda, en una rueda de prensa. "No puede pasar eso. Pedirle disculpas a toda la delegación de México, a todo el pueblo mexicano, al profesor Aguirre", añadió.
"Se dañó la fiesta, se daña todo el esfuerzo que hicieron los muchachos en la cancha, todos se brindaron, con esa integridad, la gente cómo disfrutó y que haya un incidente de esos (...) es muy lamentable", recalcó Rueda.
Aguirre, por su parte, minimizó el incidente. "Es fútbol, no pasa nada", declaró en rueda de prensa, donde manifestó su solidaridad con los hondureños afectados por la tormenta tropical Sara que azota desde el jueves al país.
La cadena FOX México indicó que Aguirre "mentó (la) madre" a los aficionados hondureños. "Hijos de pu...", les habría dicho según la red, y que eso "prendió a la afición hondureña".
"Inaceptable salvajismo, sin justificación ni perdón", escribió en X sobre el incidente el influyente periodista deportivo mexicano José Ramón Fernández. "Reprobable el golpe en la cabeza, con una lata de cerveza", "¿qué necesidad hay de manchar el resultado?", preguntó. Pidió castigo para el "cobarde" que lo hizo.
Honduras ganó el duelo con un doblete de Luis Palma y la se jugará el 19 de noviembre en el Nemesio Diez de Toluca.
Fue un triste espectáculo acrecentado más por el nombre que por la persona, por las palabras que por los hechos. No hubo pelea. Mike Tyson no quiso o no pudo y Jake Paul decidió respetar a la leyenda. No quiso humillarla. Tyson ya no es la persona más mala del planeta, no se le acerca porque la edad, como muchos intuían, no perdona. Pese a que Paul hablara del miedo que le tenía y fuera haciendo rodar la bola de nieve, ésta se derritió en el contacto con los focos del AT&T Stadium de Texas.
Sobre el papel hacían falta agallas para subirse a un ring ante un "asesino nato", como el propio Tyson se califica. Había que ser muy osado para desafiar al que fuera el campeón de boxeo más joven de la historia con tan solo 20 años y cuatro meses y había debutado como profesional con apenas 18 años. Pero, cuando Mike Tyson subió poco después de las 6 de la mañana españolas al cuadrilátero ya habían pasado casi 40 años de aquello y otros 20 desde su último combate.
Jake Paul nació el año en que Tyson arrancaba un trozo de oreja a Evander Holyfield en su revancha del MGM Grand de Las Vegas. Iron Mike no era ya el boxeador que llegó a encadenar 19 victorias seguidas por ko y, desde luego, no lo era esta madrugada del viernes al sábado en que por 80 millones de dólares decidió volver al ring en una pelea profesional, 7.097 días después, retado y finalmente apalizado por el youtuber.
A las 6.03 de la mañana en España volvían los pies de Mike Tyson a pisar un ring. Esos que pisó Paul en el careo de la pelea y que le costó al youtuber un bofetón que dio la vuelta al mundo. Ya no había espacio para bofetones, serían los guantes de 14 onzas, 4 más de los habituales, los que marcarían la contienda de ocho asaltos de dos minutos, que fue calificada de "circo" por muchos expertos y para la que Tyson debió de pasar unas pruebas especiales de la Comisión de Texas para poder pelear. Los expertos no se equivocaban.
Ambos en poco más de 103 kilos, Paul contaba con un mayor alcance que Tyson, unos 12 centímetros, además de mayor altura cosa que aprovechó en los 16 minutos de combate. Ventajas nada desdeñables si se suman a la edad de ambos, 58 contra 27 años, lo que hacía presagiar que el de Brooklyn buscaría finalizar al chico problemático en los primeros asaltos frente a las 80.000 gargantas que jaleaban en el AT&T Stadium.
Así, empezó Paul el primer round precavido, especialmente después de recibir el primer jab de Tyson, como sorprendido por la potencia del neoyorquino. El youtuber combinó huidas con abrazos hasta que pudo soltar su primer crochet de derechas, que sintió el ex campeón. Después, fueron más los golpes al cuerpo que los que buscaron la cabeza del oponente. Se querían quitar el aire mutuamente.
Las fuerzas de Tyson tanto físicas como psicológicas no pasaron del segundo asalto. Tampoco su coordinación, propia de un señor de 60 años. Una vez Paul perdió el miedo a la leyenda, comenzó a bailar a su alrededor y a golpearle sin oposición. Combinaciones sin respuesta, ganchos y jabs sin defensa pese a que Tyson se mantenía mordiendo el guante para, probablemente, recordar el mantener la guardia alta y evitar ser noqueado.
Ese y no otro pareció el objetivo de Tyson en la pelea. Si no, no tiene explicación que, en ocho asaltos, apenas conectase 18 golpes y lanzase 97, por los 78 de 278 de su rival. Era una auténtica paliza, pero con el respeto del niño a la leyenda, de la persona el mito. Eso fue lo único que evitó que el de Brooklyn besara la lona, aunque se tambaleó en un par de crochets de derecha de Paul.
"Estoy contento" decía Tyson tras ver como el árbitro de la contienda, Mark Calo Oy, elevaba el brazo de Paul por decisión unánime de los jueces. "No tengo que probar nada ante nadie, solo a mi", expresaba el ex campeón. Desde luego no lo hizo, hasta el punto de que el propio Paul continuó con su respeto a Iron Mike diciendo que seguía siendo "la persona más mala del planeta". "Intenté hacerle daño, pero tenía miedo de que me lo hiciera a mi", concedía el youtuber ante un atónito público.
Gran combate femenino
Venía el show del verdadero gran combate de boxeo de la noche, la revancha entre Katie Taylor y Amanda Serrano por el título indiscutido de los pesos superligeros. Dos peleadoras muy duras con cartillas casi inmaculadas. Un combate que fue marcado por una terrible brecha en la ceja de la puertorriqueña, que el equipo médico decidió ignorar. La irlandesa, que fue la responsable del corte tras uno de los múltiples cabezazos, perdió un punto por seguir usando la misma táctica durante los 10 asaltos. Pero le sirvió, porque Taylor mantuvo sus tres cinturones ante una atónita Serrano por decisión unánime pese a que la puertorriqueña conectó 100 golpes más.
La velada, segundo gran evento retransmitido por Netflix en abierto para sus suscriptores, tuvo muchos problemas de emisión. Hubo varios cortes, probablemente debido a la expectación que generó esta velada entre los más de 282 millones de abonados que cuenta la plataforma en todo el mundo. No todos los días se podía presenciar la vuelta de un mito al cuadrilátero y otras leyendas como Shaquille O'Neal o Robert Gronkowski, tetracampeones de la NBA y NFL respectivamente, así como multitud de actores y personalidades quisieron verlo en directo.
Disfrutaron poco. Aquello, como se presagiaba, no fue un combate de boxeo pese a que contara como tal. De hecho, Paul eleva a 11 sus triunfos y Tyson suma 7 derrotas de manera oficial. "No creo que sea mi última vez", sorprendía Tyson al finalizar el combate y retaba al hermano de Paul. "Te mato", respondía Logan. Visto lo visto, hay que creer más al youtuber que a aquel boxeador que lleva desde 2011 en el salón de la fama.
La vida le sonríe a la selección española, de tal manera que los próximos días van a ser una especie de convivencia de amigos. El equipo ha dormido este viernes en Copenhague, donde la noche, fría y lluviosa, no invitaba más que a tomarse una cerveza, y no muy fría, en el Radisson. Canceló el entrenamiento de este sábado y por la tarde coge un vuelo de cinco horas y media para llegar a Tenerife, donde el lunes jugará, sin nada por lo que luchar, contra Suiza.
Bueno, con algo por lo que jugar sí. España lleva 20 partidos oficiales sin perder, Eurocopa y Liga de Naciones por medio. No cae desde marzo de 2023, en Escocia, y juegue quien juegue el equipo funciona. Por eso De la Fuente está tan orgulloso. "Quiero darle especial relevancia a esta victoria, en un campo muy difícil, con un rival que ha hecho una presión uno contra uno, muy fuerte físicamente y muy buenos técnicamente. Hemos dominado muchas facetas del juego y estoy muy contento", dijo el seleccionador, al que aquel tropiezo en Hampden Park le enseñó muchas cosas, entre otras a no hacer cambios a lo loco.
Sí podrá hacer eso -hacer cambios a lo loco- el lunes. "Contra Suiza podremos refrescar al equipo, dar oportunidades a jugadores que lo están pidiendo", razonó De la Fuente, que tranquilizó al personal sobre las lesiones de Alex Baena y Zubimendi. El primero tiene un golpe y un problema en el tobillo, "pero no parece nada grave", según el entrenador, y el segundo sintió unas molestias en la cadera. Ellos dos, junto a Oyarzabal, que vio una tarjeta amarilla que le impide jugar el último partido de la fase de grupos de esta Liga de Naciones (donde España, por cierto, defiende título), han abandonado ya la concentración.
De la Fuente comenzó la rueda de prensa acordándose de las víctimas de la riada de Valencia. "Queríamos dedicar esta victoria a los damnificados de la tragedia en nuestro país, y también quería dar las gracias a la afición danesa, porque el minuto de silencio ha sido precioso", explicó De la Fuente, y es verdad: el minuto de silencio en el Parken de Copenhague fue conmovedor. Fue un silencio absoluto, paso previo a una noche intensa de la que España volvió a salir con brillantez.
La selección amarilla dio una luminosa lección catredalicia de jugar al fútbol, hasta que con el partido dormido, De la Fuente cometió un error grave. Que pudo quedarse en un pírrico empate. Lo salvó uno de los mejores metas del mundo, llamado Raya.
Sin venir a cuento, el seleccionador cambió la faz del equipo porque Ayoze y Dani Olmo eran los venenos para los daneses. Destroza la selección con la aparición de Pedri, el nefasto Morata y un
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España va a perder algún partido, seguro. Y España, igual que puede ganar el Mundial, puede dejarlo escapar en cualquier mal día. Pero España es, hoy, probablemente la mejor selección del mundo. Selección entendida, casi, como un equipo que, por ejemplo, es capaz de hacer 20 minutos de fútbol maravilloso para después dedicarse a dejar pasar los minutos sin demasiados agobios. Es un equipo brillante cuando acelera y sólido cuando frena, y todo sin varios de sus presuntos titulares: el portero, un lateral derecho, un central, un mediocentro y los tres de arriba, es decir, Unai Simón, Carvajal, Le Normand, Rodri, Lamine, Nico y Morata. De la Fuente ha creado un monstruo al que alimentan no menos de 30 futbolistas. España estará en los cuartos de la Liga de Naciones en marzo, por cierto, y como primera de grupo, que era a lo que había venido al mítico Parken. [1-2: Narración y estadísticas]
Lo de los 30 jugadores viene a cuento porque tipos como Pedro Porro, o Vivian, o Ayoze, o Baena, meritorios hasta hace nada, exhibieron un fútbol que les sitúa en cualquier momento en un once inicial. Ayer sin ir más lejos. Es Dinamarca un equipo de la clase media alta europea, y en su casa no es fácil ganar. Cierto que un empate firmaba el objetivo, pero al margen de los lesionados conocidos, De la Fuente optó por dejar a Pedri en el banquillo y jugar con Olmo por detrás de Ayoze, con Baena a la izquierda y Oyarzabal a la derecha. Salvo los primeros cinco minutos, en los que Dinamarca propuso una presión suicida, hombre a hombre a todo el campo, España se sintió cómoda en ese escenario, igual de cómoda que en todos los escenarios últimamente.
Sufrió un poco en ese arranque, pero la primera vez que logró enlazar tres pases seguidos no llegó el gol de milagro. La jugada terminó en córner, y ahí Ayoze la despejó en lugar de empujarla a medio metro de la línea. Después, el mismo protagonista envió un balón al larguero y después, dio el pase a Oyarzabal para el gol tras una jugada maravillosa de todo el ataque. Ayoze, pues, se convirtió en el mejor del equipo tirando de un principio bastante sencillo. Si resulta que a los centrales daneses lo que mejor les viene es cuerpear con un delantero grandote, lo que peor les viene, habrá que concluir, es andar detrás de un tipo pequeño y escurridizo que aparece por donde menos te lo esperas. El jugador del Villarreal fue indetectable para los defensores locales, y desde ahí construyó España esos 20 minutos para el recuerdo.
Fue la fase divertida de la selección, que dio paso, en la segunda parte de la primera parte, a la versión más práctica, esa que también enseñó durante muchos momentos en la Eurocopa del pasado verano. Algo incómoda por el entusiasmo danés, tardó en volver a acercarse a un Schmeichel al que sus mejores años le abandonaron hace mucho. Pero tampoco pasó apuros la selección salvo algún balón parado, algún barullo. Dejó pasar los minutos hasta el descanso. A la vuelta... Pues a la vuelta, cuando el rival está cansado, todo es más fácil. Más que cansado, el rival está desmoralizado, que para el caso es lo mismo.
Tuvo más dominio, todavía, España, y pudo trazar ese fútbol bonito del principio, culminado con una jugada, la del segundo gol, donde la pelota partió por la mitad a Dinamarca, con los pases por el suelo, en el trayecto Laporte, Zubimendi, Olmo y Ayoze, que la cruzó muy despacito, muy bien, muy suave, despejando así la única incertidumbre que había en el partido: el marcador. Fue tiempo entonces para ver a los titulares. En el campo fueron apareciendo Fabián Ruiz, Morata, Pedri o Nico Williams, pero también hubo tiempo para otro debut, el de Marc Casadó. Da igual, sean titulares o recién llegados, este equipo funciona, va en moto, y se gusta tanto que se permite despistes como el del gol danés, cuando de puro aburrimiento, una mala entrega de Fabián le dio algo de emoción al último tramo, donde Raya hizo una parada de mérito y vio cómo Schmeichel subía a rematar. Fue una anécdota. Ahora mismo parece difícil pensar en un rival a la altura de esta España, que jugará en marzo los cuartos de final de la Liga de Naciones. Y será la favorita sea quien sea el rival.
Tres de 11. Únicamente tres de los futbolistas que fueron titulares en la final de la Eurocopa, hace cuatro meses, repitieron en el Parken de Copenhague: Laporte, Cucurella y Dani Olmo. Sólo uno más de los que se enfrentaron a Dinamarca, Mikel Merino, tomó parte en la finalísima frente a Inglaterra, al entrar desde el banquillo. La razón no es una revolución sobre la revolución promovida por De la Fuente, que el hombre tiene poco de revolucionari
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"Se nos escapó, no fuimos capaces". Marco Sangalli (San Sebastián, 1992) habla así del drama del Racing de Santander tras perder el playoff en las últimas dos jornadas de la temporada pasada donde solo necesitaban un punto. "Pero una cosa así no se puede tomar como un fracaso, sino como un paso más en el camino para poder llegar al éxito, que en este caso sería subir a Primera", completa el centrocampista la historia reciente del conjunto cántabro.
Aquel Racing es el que hoy lidera la Segunda División con mano de hierro. Con 33 puntos de 42 posibles y a diez del tercero, que es el primer puesto fuera del ascenso directo. "Es una locura", califica el jugador. Han conseguido el mejor inicio desde el Cádiz en el año 2019, que contaba con 34 puntos y subió de forma directa. Otra locura es el récord que llevan fuera de casa, siete victorias de siete partidos, 21 puntos, algo que nunca había ocurrido en Segunda División. "Cuando echaba la vista atrás y veía en los campos que habíamos ganado...", deja el futbolista en suspenso la frase porque hablamos de Riazor, La Romareda, Nuevo Mirandilla y el Tartiere, entre otros.
Esta temporada la Segunda División española iguala a la 2018/19 como curso con más equipos que han disputado al menos una temporada en Primera, 17. Sin embargo, en la 2009/10 fueron 18 de los 22. "Este año se han juntado una terna de equipos con una historia y unas masas sociales que es increíble", explica el futbolista y revela que a veces la presión es mayor que "en algunos campos de Primera".
Y porque es consciente de la igualdad de una categoría que no se vive en otras. "Algún compañero que le toca bajar de Primera le recibo con un 'Bienvenido a la guerra'", narra sobre lo que se sufre en una liga, la Hypermotion, en la que "cualquiera puede ganar a cualquiera". El año pasado, por ejemplo, a los cinco primeros clasificados les separaban dos puntos a solo tres jornadas del final. Y, en los últimos tres años, el ascenso directo se ha dirimido por un punto o menos. No son pocas las aficiones que han pasado de la risa al llanto y viceversa en este último periodo en la categoría de plata.
Marco Sangalli es, además, uno de los futbolistas que más partidos ha disputado en Segunda con más de 350. El donostiarra ha visto la evolución de una competición que era "más perra", con futbolistas más veteranos, de lo que es hoy: una liga con jugadores más jóvenes que la usan como escaparate para dar un salto en sus carreras.
Así, otra de las circunstancias que hablan del nivel de LaLiga Hypermotion es, obviamente, el de sus futbolistas. Hay seis de ellos que tienen un valor de mercado superior a los cinco millones de euros. El podio lo ocupan tres jugadores del Almería, Sergio Arribas, Lucas Robertone y Dion Lopy, con un precio estimado de 10, 7 y 6 millones de euros, respectivamente. Los jugadores del Racing, claro, han subido su valor desde el inicio de temporada aunque solo hay dos en el top 25, Vicente (22) y Karrikaburu (25) con un valor de 2,5 millones, aunque Arana y Andrés Martin, tienen el mismo coste.
Aficiones
Más allá de los equipos y los jugadores, lo que lleva destacando muchos años en categorías por debajo de Primera son las aficiones. "Hay gente que te comenta que está más enganchada que nunca, que ni en épocas de UEFA, que no había ese sentimiento tan grande", comenta Sangalli respecto al Racing. En Riazor, por ejemplo, tienen una asistencia media de más de 24.000 espectadores, más que muchos clubes de Primera. "El poder animar al equipo de tu ciudad, de sentir sus colores... creo que es algo muy bonito", expresa.
Y más para clubes que, como el Racing o el Depor vienen del fango. Los cántabros han pasado seis de las últimas 12 temporadas en el fútbol no profesional, los coruñeses, cuatro. Los primeros ya están más que de vuelta y haciendo historia aunque la Segunda son 42 partidos, cuatro más que la EA Sports. "Se hace larguísima, es que no se descansa ni un fin de semana", explica Sangalli aunque espera que este año, a ellos, se les pase en un suspiro.
Nadie levantaba la cabeza en el pasillo de vestuarios del Inalpi Arena de Turín, donde Carlos Alcaraz relajaba la musculatura en la bicicleta estática después de su derrota ante Alexander Zverev por 7-6(5) y 6-3 y su eliminación de las ATP Finals. Todos los miembros de su equipo miraban al suelo. Pese a la envergadura del rival, la rapidez de la pista y la dificultad para respirar por culpa del constipado, el español pensaba que la clasificación para las semifinales era posible y por eso estaba hundido.
De hecho, aguantó dando pedales lo justo y se encerró en su vestuario para no salir en dos horas, algo inhabitual en él. Mientras Zverev ofrecía su rueda de prensa, atendía a la televisión alemana e incluso hacía un juego para el Instagram de la ATP, la comparecencia de Alcaraz se retrasaba, se retrasaba y se retrasaba. Finalmente, cuando se colocó ante los micrófonos, con su chándal Nike marrón oversize, la decepción todavía seguía en su rostro y se notaba en sus palabras.
«Estoy un poco decepcionado. Este es un torneo muy bonito y mi objetivo cada año es llegar mejor. Sigo lejos del nivel que quiero mostrar a estas alturas de la temporada, aunque he jugado un buen tenis», analizaba de entrada el actual número tres del ranking mundial que, también raro en él, durante el partido casi rompe su raqueta. Al perder el tie-break del primer set, aún caliente, la lanzó contra su bolsa para después romper en gritos contra sí mismo.
«En el último punto de ese tie-break he querido volear y era una tontería hacerlo. En el tenis tienes que tomar decisiones todo el rato; a veces aciertas y a veces fallas. Perder de esa manera duele. Igual que en el segundo set cuando he tenido tres bolas de break y las he desaprovechado por errores tontos. Duele, la verdad es que duele», reconocía Alcaraz que cerró así su temporada en el circuito ATP y recuperó la sonrisa de golpe cuando le nombraron el único torneo que le queda este año: la Copa Davis.
La ilusión recobrada
Este mismo sábado Alcaraz volará de Turín a Málaga para reunirse con el equipo español y empezar a entrenar en el pabellón Martín Carpena de Málaga. En su entorno, este viernes, reconocían que no hay mal que por bien no venga: gracias a su derrota ante Zverev, ahora tiene tres días enteros para preparar su primer duelo en la competición por países. El martes, en cuartos de final, le espera el neerlandés Tallon Griekspoor, un rival ideal para empezar. En sus cuatro enfrentamientos previos, el español ha vencido sin ceder ni un solo set. De hecho, hace sólo un mes en el Masters 1000 de Pekín el partido entre ambos acabó con un clarísimo 6-1 y 6-2.
Con el resfriado ya en remisión, la Copa Davis debería devolverle la alegría. En primer lugar, por la clara oportunidad de proclamarse campeón, sin jugadores del Top 10 en el camino hasta llegar a la final -hipotéticamente ante Estados Unidos e Italia-. Y en segundo lugar, por el privilegio de participar en la despedida del que fue su ídolo y hoy es su amigo, Rafa Nadal.
¿Habrá otra unión Nadal-Alcaraz?
«Probablemente sea el torneo más especial que vaya a jugar. La Copa Davis es una competición que sueño con ganar desde pequeño, poder representar a España es un honor. Voy a intentar aportar al equipo de la manera que pueda, por mí, por España y sobre todo por Rafa. Él es quien más se merece acabar su carrera con un título. Va a ser un reto difícil, pero a la vez motivante», aseguraba Alcaraz que reconocía las ganas de volver a entrenar con Nadal. Jugar, eso sí, es improbable que lo hagan juntos. Alcaraz deberá disputar un partido de individuales en cada ronda y en los dobles estará seguro Marcel Granollers, el actual número tres del mundo de la especialidad. Nadal disputará un encuentro de individuales o, lo más probable, será pareja de Granollers.
«Es más importante la despedida de Rafa que la propia Copa Davis. Copa Davis hay todos los años, pero la despedida será única, lamentablemente sólo habrá una. Personalmente me emociona mucho poder estar a su lado en ese momento. La Copa Davis es la competición donde empezó su carrera con aquella victoria ante Roddick, una competición donde ha tenido muchísimos éxitos y su adiós será muy especial, estoy seguro», pronosticaba el tercer mejor tenista del mundo que en apenas un rato pasó de la decepción por caer en las ATP Finals a la alegría por participar del histórico adiós de Nadal.