La leyenda indomable del Bayern cumple 50 años: "Se vio obligado a triunfar en la Copa de Europa"

La leyenda indomable del Bayern cumple 50 años: “Se vio obligado a triunfar en la Copa de Europa”

Actualizado Domingo, 28 abril 2024 - 21:04

El próximo 15 de mayo se cumplirán 50 años del gol con el que Hans-Georg Schwarzenbeck frustró, en el último minuto de la prórroga, la primera Copa de Europa del Atlético de Madrid. Sin embargo, aquel disparo desde casi 30 metros no iba a suponer ningún cambio sustancial para el narigudo Katsche, un tipo humilde, cálido y servicial, acostumbrado a vivir bajo el paraguas de Franz Beckenbauer y Sepp Maier, con quienes levantó una Copa del Mundo, una Eurocopa, tres Copas de Europa y cinco Bundesligas. En 1980, pocos meses después de que una rotura en el tendón de Aquiles le obligase a colgar las botas, Schwarzenbeck se puso al frente del pequeño kiosco que sus tías habían regentado durante décadas en la Ohlmüllerstrasse de Múnich. El negocio marchaba bien, pero aún podría ir mejor. Así que el Bayern, que le había negado el acceso a cualquier cargo técnico, nombró al héroe de Heysel como su proveedor para asuntos de papelería. Nadie podrá objetar, por tanto, que la primera Copa de Europa del gigante bávaro, el yunque donde forjó su leyenda indomable, valiese su peso en periódicos, bolígrafos, revistas y libretas.

«A pesar del enorme talento de aquel equipo, el destino del club en los años 70 podría haber sido muy diferente si se hubiese perdido esa final», explica a EL MUNDO Ulrich Hesse, autor de Bayern: Creating a Global Superclub (Yellow Jersey, 2016), una de las más lúcidas integrales sobre su centenaria historia. Un relato que documenta no sólo las gestas de Uli Hoeness, Gerd Müller, Karl-Heinz Rummenigge, Paul Breitner, Lothar Matthäus, Jürgen Klinnsmann o Philipp Lahm, sino que aborda algunos capítulos casi desconocidos fuera de Alemania.

«Durante aquella década dorada, el Bayern jugaba constantemente amistosos con fines recaudatorios. Claro que tuvo la suerte de que Múnich albergase los Juegos de 1972, lo que le abría las puertas de un estadio realmente grande para hacer taquilla. Sin embargo, el Olímpico sólo se llenaba durante los partidos de la Copa de Europa, por lo que podríamos decir que el equipo se vio obligado a triunfar en el torneo más difícil», abunda Hesse.

«Para pagar las nóminas»

Desde su acto fundacional en el Café Gisela de Fürstenstrasse, el 27 de febrero de 1900, la mera supervivencia ha supuesto una prioridad recurrente para el Bayern. Acosado por el regionalismo bávaro, la profesionalización tardía o el terror nazi, se expuso a unos vaivenes que alcanzan hasta 2003, la última vez que cayó en la liguilla de Champions. «Había que clasificarse para pagar las nóminas, así que cuando quedó fuera se desencadenó una crisis que casi acaba con el club», abunda el editor de la revista 11 Freunde.

Aunque si hablamos de supervivencia, nadie tan legitimado como Hoeness. El 17 de febrero de 1982, el mánager del Bayern eludió la muerte tras un accidente de avioneta en el que perecieron sus tres acompañantes. «Quienes mejor lo conocen aseguran que allí murió el egoísta que llevaba dentro. Desde entonces, bajo su mando, el Bayern fue convirtiéndose en lo que Dietrich Schulze-Marmeling ha catalogado como una organización de bienestar», escribe Hesse en Tor! The Story of German Football (WSC Books, 2003).

Cuando Markus Babbel salió en 2000 camino del Liverpool sabía que nunca hablaría mal de Hoeness. «Entre los mejores clubes de Europa, el Bayern es el más humano», afirmó el central. No sólo organizaba decenas de amistosos con fines benéficos, sino que se hacía cargo de Lars Lunde o Alan McInally, incapacitados para el fútbol, o Mehmet Scholl, gravemente deprimido.

El presidente judío

¿Cuándo y dónde germinó esa grandeza?¿Quién creó ese Bayern tan alejado de los tópicos? Hesse apunta a la figura de Kurt Landauer. «Siempre pensó en grande. Se sentía muy orgulloso de ser bávaro, pero al mismo tiempo era muy cosmopolita y ambicioso. Una receta para el éxito que alcanza hasta nuestros días». Bajo su mandato, el Bayern dominó durante la década de 1930, aunque su papel resultó incluso más importante tras la II Guerra Mundial. «A pesar de ser judío, regresó a Múnich para ocupar la presidencia, lo que envió un mensaje muy potente y aseguró las buena relaciones del club con las nuevas autoridades», zanja Hesse, en conversación con este periódico.

El idilio del Bayern con la Copa de Europa se ha mantenido incluso tras las inolvidables debacles de 1987, 1999 o 2012, cuando cayó ante Oporto, Manchester United y Chelsea. Tres finales que cuestionan el mito de su suerte (Bayern-Dusel). Aunque la autoridad con la que aborda los momentos decisivos parece incrustada en su escudo y en su lema:Mia san mia. «Se trata una expresión bávara de orgullo y confianza, bastante común, para nada exclusiva del club. Su significado literal es "somos quienes somos", aunque una simple traducción nunca lo explicará del todo», finaliza Hesse.

Explotan los cuartos más goleadores de la historia sin el valor doble fuera de casa: "Se especula menos"

Explotan los cuartos más goleadores de la historia sin el valor doble fuera de casa: “Se especula menos”

Hay que irse a la temporada 2003/04 de la Champions League para buscar unos cuartos tan goleadores como los de este curso, con 32 tantos. Entonces se marcaron 30 goles y era el récord de la competición desde que mutó de Copa de Europa al formato actual, hace ya 21 años, y casi un tercio de ellos se hicieron en la eliminatoria entre el Milan y el Deportivo: 4-1 en el enfrentamiento de ida y 4-0 en el de vuelta.

"A mis jugadores les traté de convencer de que el Milan no era tan grande como equipo y que fue un accidente en la ida. Y en el segundo partido salieron como locos". Habla Javier Irureta, el que fuera el entrenador del Deportivo, protagonista de una de las mayores gestas en la competición continental. "Tuvimos suerte de hacer los goles pronto y de no encajar", añade Irureta.

Entonces estaba vigente la norma del valor doble de los goles en caso de empate y lejos de casa. Una norma que permitía al Depor pasar con un 3-0, pero el equipo gallego decidió asegurar el pase con el cuarto gol, obra de Fran. Esa regla fue instaurada por la UEFA en 1965 y ha sido fruto de acalorados debates durante los últimos años hasta que fue retirarla hace tres temporadas.

"El impacto de la regla va ahora en contra de su propósito original, ya que ahora disuade a los equipos locales, especialmente en los partidos de ida, de atacar, porque temen encajar un gol que daría a sus rivales una ventaja crucial para el partido de vuelta", explicaba el presidente del máximo organismo del fútbol europeo, Alexander Ceferin, para justificar la retirada.

Resultado final del Borussia - Atlético.

Resultado final del Borussia - Atlético.Martin MeissnerAP

La UEFA venía observando que las estadísticas desde mediados de la década de los 70 hasta la época actual mostraban una reducción de victorias en casa (se pasó del 61% al 47%) y de un aumento a domicilio (del 19% al 30%). También se alteró la media de goles por partido marcados en campo propio (del 2,02 se pasó al 1,58) y en ajeno (del 0,95 al 1,15).

"Ahora, cada partido empieza de cero, se especula menos con el resultado», opina Antonio Núñez, campeón de la Champions con el Liverpool en la temporada 2004/05. El ex futbolista cree que aquella regla «condicionaba bastante» y que se tendía más a "guardar lo que tenías".

A su juicio, "el fútbol es más justo", como también expresó el propio Ceferin respecto a la desventaja que suponía recibir un gol en la prórroga y verse obligado a marcar dos. "A veces la eliminatoria se rompía y ya sabías que la prórroga era imposible, por lo que eso resta toda la emoción", explica el madrileño.

Retirada y cambio

Se ha tardado casi tres años, ya que la norma se retiró en la 2021/22, en apreciar los primeros resultados de este cambio, ya que aquel año se hicieron 23 goles y el pasado, 20. Con estos 32 se establece la mejor marca histórica, dejando los 30 de la 2003/04 en segundo puesto y en el tercero, empatados, los cursos 1999/2000 y la 2008/09, con 28. "El 3-3 del Bernabéu era un marcador malo, pero es difícil elegir el estilo de juego para obtener el resultado que tú quieres", apunta Irureta.

Es cierto que un buen año de laboratorio fue la Champions de la pandemia. Aquella que tuvo su fase final en Lisboa en el 2020 y se jugaba a partido único. Se marcaron 20 goles en cuatro partidos, con una media de cinco por encuentro. En actual campaña han sido cuatro. Esos cuatro tantos por encuentro en la fase de cuartos sólo se habían superado en cinco ocasiones, todas en el antiguo formato de Copa de Europa y siempre antes del valor doble de los goles en campo contrario.

Podemos hablar de un fútbol más ofensivo. En los ocho equipos que llegaron a esta fase estaban los tres mejores jugadores del mundo y técnico con estilo ofensivo. Pero ese cambio de normativa, sin duda, influye y mejora la competición.

El viaje de Lunin, el gigante "misterioso", el héroe inesperado: "Frío y profesional, vive para entrenar"

El viaje de Lunin, el gigante “misterioso”, el héroe inesperado: “Frío y profesional, vive para entrenar”

Aunque no lo mostrara con gestos ni emociones, en los pasillos del Etihad Stadium de Manchester no había un hombre más feliz que Andriy Lunin (Krasnohrad, Ucrania, 1999). Tampoco uno cuyo destino hubiera cambiado tanto durante estos meses. No se suponía que el ucraniano se convirtiera en héroe de la temporada del Madrid. No lo planeó así el propio club, que cuando Thibaut Courtois se lesionó firmó a Kepa Arrizabalaga. Ni el propio Carlo Ancelotti, que entregó la titularidad al portero español nada más llegar a Valdebebas.

Pero el miércoles, en la cima de la máxima competición continental, Lunin demostró que él también tenía un traje de superhéroe en el bolsillo. Como El Soldado de Invierno, compañero del Capitán América al que mantienen crionizado durante años y que cuando despierta apenas muestra signos de personalidad humana. Alguna broma así, siempre con cariño, recibe el ucraniano en Valdebebas, con la celebración del triunfo ante el City como último ejemplo. Cuando Rüdiger marcó, el alemán comenzó a correr fuera de sí hacia sus compañeros. Y a unos metros, Lunin caminaba tranquilo hacia ellos. Ni un salto, ni un puño en alto, casi ni un grito. «Todos me conocen, saben que soy un hombre tranquilo, pero os puedo garantizar que soy el hombre más feliz del mundo ahora mismo», admitía en la zona mixta del estadio.

Como El Soldado de Invierno, Lunin ha estado durante años petrificado a la sombra de Courtois, intercalando cesiones poco fructíferas con largos meses en el banquillo. Primero Leganés, luego Valladolid, más tarde Oviedo... Equipos en los que sólo sumó 29 partidos en tres temporadas. Después de la pandemia, el conjunto blanco decidió que la mejor opción era continuar con su progresión en Valdebebas, acompañando a Courtois en los entrenamientos y recibiendo oportunidades en la Copa del Rey y en los momentos ligueros en los que el belga no pudiera participar: Un partido en la 20-21, 4 en la 21-22, 12 en la 22-23 y 19 en este curso, donde le ha ganado a Kepa una batalla en la que partía en desventaja.

Sus formas cuando Ancelotti eligió a Kepa

Disputó los dos primeros partidos de la Liga, justo después de la lesión de su compañero, pero cuando llegó Kepa pasó 13 seguidos en el banquillo. Casi tres meses, entre agosto y noviembre, en los que no levantó la voz. Otro en su situación podría haber reclamado un trato diferente, podría haber recordado que quien ha estado años esperando la oportunidad era él y no otro, pero Lunin, siempre «frío, tímido y profesional», como destacan en el club, mantuvo las formas, el trabajo diario y el respeto por Kepa y sus técnicos.

La lesión del español le volvió a dar una oportunidad y no la dejó escapar. Tras unas semanas de baile en la portería, Ancelotti confirmó que el ucraniano era su portero titular. Una confianza que en el Etihad encontró su recompensa.

Los datos de Manchester

El asedio del City sobre la portería madridista fue constante. Recibió 34 disparos, 11 de ellos a puerta, superando los 16 y 8 del 4-0 del año pasado o los 9 y 6 que le lanzaron a Courtois en la final de la Champions contra el Liverpool, dos de las últimas agonías vividas por el Madrid en Europa. Lunin lo detuvo todo salvo el empate de De Bruyne, imparable tras el error de un Rüdiger que luego también fue héroe.

En el vestuario, el ucraniano asume el triunfo, pero no quiere medallas. «No soy un héroe», repetía en el Etihad. Una palabra que para él tiene otro significado desde la invasión rusa en Ucrania. Héroes son otros. La guerra le ha influido porque tiene a su familia allí, pero no ha querido perderse entrenamientos ni partidos por ella a pesar de que el Madrid se lo ofreció en su momento.

El interior de Lunin es «casi un misterio», bromean en la ciudad deportiva, donde los más veteranos también le comparan con Clint Eastwood en alguna película del Oeste. «Es muy serio, vive para entrenar», relatan. Casado y con un hijo pequeño, a sus 25 años se enfrenta a una decisión clave en su carrera: renovar o no con el Madrid.

Tiene contrato hasta 2025 y se ha revalorizado en los últimos meses, multiplicando por cuatro su valor de mercado: de 4 a 16 millones. El Madrid no le quiere perder hasta ver cómo vuelve Courtois, pero el ucraniano querrá minutos después de su buen año. «A final de temporada hablaremos de papeles», contestó contundente El Soldado de Invierno.

Ancelotti y su bloque de mármol

Ancelotti y su bloque de mármol

Actualizado Jueves, 18 abril 2024 - 19:16

Qué forma tan cojonuda de perder, ha dicho Guardiola. Y en esa frase viaja toda una preceptiva literaria que delata a los malos escritores, que son cuantos ignoran que se escribe con los verbos y no con los adjetivos, del mismo modo que se gana metiendo goles y no amontonando saques de esquina. Conste que sé apreciar esta versión madurada de Pep, más preocupado de profesar el debido respeto al rey de Europa que de construir una nación imaginaria;

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La intrahistoria de los penaltis del City - Madrid: el 'papelito' de Davide, Valverde iba a lanzar el 5º, el "riesgo" de Lunin...

La intrahistoria de los penaltis del City – Madrid: el ‘papelito’ de Davide, Valverde iba a lanzar el 5º, el “riesgo” de Lunin…

En el corrillo previo al inicio de la tanda de penaltis, Davide Ancelotti charlaba con su padre Carlo. En su mano, un papel con varios nombres: Lucas, Modric, Bellingham, Nacho, Valverde... El segundo entrenador del Real Madrid, e hijo de Carletto, había ido escribiendo los lanzadores de las penas máximas durante los últimos cinco minutos del partido. De repente, Fede admitió estar "muerto" físicamente y fue Rüdiger el elegido para tirar el quinto y definitivo. El que puso al conjunto blanco en otras semifinales de Champions League, las 12º en las últimas 14 temporadas. Un sinsentido.

"Cuando quedaban cuatro o cinco minutos empecé a pensar. Jude es lanzador. Luka es lanzador. Lucas es muy buen lanzador... Nacho tenía experiencia y personalidad y en los entrenamientos habíamos visto que iba decidido a un lado... Y Antonio es un jugador con huevos", describía Davide a EL MUNDO en la zona mixta del Etihad Stadium. "Federico iba a ser el quinto, pero ha dicho que estaba muy cansado, y estaba muerto la verdad, así que hemos decidido que lanzara Rüdiger. La decisión de los lanzadores es del cuerpo técnico".

En ese corrillo, Carlo Ancelotti iba uno por uno hablando con los lanzadores. "A mí me ha venido el míster, me ha dicho que tiraba y yo le he dicho 'claro'. Supongo que a los demás les ha dicho lo mismo", explicaba, riéndose, Lucas Vázquez, autor de uno de los goles, como en la tanda de penaltis de la Champions ganada al Atlético.

Los partidos que se deciden en penaltis siempre se definen como una lotería en la que el portero que más lanzamientos detiene termina siendo un héroe, pero Andriy Lunin no quiso saber nada de los dos términos. "No soy un héroe", se apresuró a decir al salir de los vestuarios, donde resumió el trabajo previo que había realizado para prepararse para la tanda. Siempre con Llopis, entrenador de porteros, como gran consejero.

"No soy un héroe. El héroe y el hombre del partido es el equipo", respondió el ucraniano, que comenzó la temporada como suplente de Kepa tras la lesión de Courtois y ha terminado siendo titular y estrella del cuadro madridista. "Preparamos los penaltis con el entrenador de porteros y teníamos tres jugadores con los que teníamos dudas de si me podía quedar en el medio o no. Al final elegimos a uno para quedarme en el medio, nos arriesgamos, y menos mal que ha salido bien", reflexionó.

Más allá del fútbol, han sido meses complicados para Lunin, cuya familia sigue en Ucrania, pendientes cada día de la guerra: "No es fácil, porque es una situación muy difícil para mi país, para mi familia... No es fácil entrenar día a día porque vas al entrenamiento y te llegan noticias, las peores noticias... Y tú tienes que estar concentrado en el fútbol mientras intentas ayudar a la gente. No es fácil, pero agradezco a todos los que me ayudan a mí e intentan ayudar a la gente".

Cuando Rüdiger marcó el gol, la imagen de Lunin lo dijo todo. El ucraniano apenas levantó los brazos mientras el alemán, fuera de sí, corría hacia sus compañeros. "Soy un hombre tranquilo, pero os puedo asegurar que soy el hombre más feliz del mundo ahora mismo". Modric fue el primero en llegar hasta él y a raíz del croata todos se fueron acercaron para abrazarle.

Mientras, Rüdiger dejaba a sus compañeros y se hacía una carrera de 80 metros en solitario hacia el sector de la grada donde estaba la afición del Madrid. El éxtasis. "Los jugadores me decían que iban a ganar, Lunin decía que iba a parar... Al final ha salido bien. Hemos tirado muy bien los penaltis y me ha sorprendido mucho Rüdiger. Esta temporada no habíamos tirado bien los penaltis, pero lo hemos hecho bien", comentó Ancelotti en zona mixta.

"La única manera de ganar"

Sobre el planteamiento, el italiano admitió que "era la única manera que teníamos de ganar aquí". "Hemos empezado bien, nos hemos adelantado en el marcador y después hemos empezado a sufrir, a luchar, a sacrificarnos... Hemos bajado demasiado el bloque, el City ha tenido más control, aunque siempre tiene más control. Yo pienso que hemos defendido muy muy bien. Todo el mundo nos daba por muertos, pero nadie puede hacerlo, el Madrid nunca muere", declaró.

"Físicamente la cabeza te mata, no estamos acostumbrados. Pero somos un equipo que trabaja, que puede sacar ese orgullo. Mira Jude, peleó en cada jugada y tuvo el coraje de lanzar el penalti", resumió Valverde.

Guardiola: "Qué manera tan cojonuda de perder"

Guardiola: “Qué manera tan cojonuda de perder”

A Pep Guardiola sólo le quedó felicitar al Real Madrid por su heroico desempeño en el Stadium of Manchester. "Claro que le doy mérito porque defendieron muy bien", subrayó el técnico del City, que eludió cualquier apelación a la justicia. "Hemos jugado de forma excepcional, pero no pudimos marcar. El fútbol es de goles y ellos lo hicieron un poco mejor en los penaltis", reiteró tras el tremendo esfuerzo de sus futbolistas.

Pese al dolor por la eliminación, Guardiola dejó una de esas frases que sus seguidores podrían esculpir en bronce. "Qué manera tan cojonuda de perder", exclamó. La apelación a su maestro Johan Cruyff, que decía no creer en la suerte, sólo representó el inicio del alegato. "Si la gente se lo ha pasado bien, yo encantado". De nada sirvieron los 33 disparos del City , 12 de ellos a portería y otros 12 bloqueados por la defensa. Una cifra cuatro veces superior a la de los blancos, cuya ofensiva se limitaría a un sólo saque de esquina, por 18 de los locales.

"Hemos jugado muy bien, pero no hemos podido cerrarlo. Sólo puedo pedir esto a mis jugadores. Claro que les doy mérito, porque han sido capaces de aguantar. Hoy nos ha faltado el último disparo, el último detalle. No queda más que aceptarlo", concluyó el ex preparador del Bayern. Por su cabeza parecía revolotear aún el brillante fútbol de su equipo, que amasó el 67% de la posesión, con un 92% de acierto en el pase. Y esa decisión táctica que había dejado al Madrid aún más contra las cuerdas.

Doku, ante Carvajal

Desde antes del descanso arrastraba una tarjeta amarilla, por una infracción sobre Jack Grealish. Ya tenía mérito aguantar al 10 inglés, pero el asunto para Dani Carvajal se complicó aún más en el minuto 72, cuando Guardiola dio paso a Jérémy Doku. Era un momento crítico para el City, frustrado por tanto asedio sin fruto. El extremo, de 21 años, debía añadir esa pizca de fantasía. Desde su primera finta, la hinchada skyblue lo vio claro: el pase a semifinales pasaba por la bota derecha de Doku.

Hay algo insondable en la mirada del belga, uno de esos regateadores de los que se puede esperar cualquier cosa. Como de Ousmane Dembélé, con quien comparte club de procedencia: el Stade de Rennes. En sus 45 minutos, participó en 55 jugadas y sólo erró un pase (26/27), con 10 pérdidas, pero con un tremendo desequilibro por su zona. Sólo el coraje de Carvajal, una bestia competitiva, permitió al Madrid sostenerse en pie. Hasta que la musculatura del lateral estalló en el minuto 110. Contener a Doku representó la última frontera para el Madrid, sujetado bajo su larguero durante toda la noche.

Nada hubiese sido posible sin Lunin, que ya venía avisando antes de sus dos paradas en la tanda decisiva. El ucraniano, autor de ocho intervenciones y siete despejes, se impuso en casi todos los duelos aéreos de la noche. Sobre el mismo césped donde Thibaut Courtois cayó masacrado hace poco más de un año. Uno de esos escenarios que definen toda una carrera. Fue la noche de Lunin, como también la de un City que llevó el partido a unos niveles inasumibles para cualquier rival que no sea el Madrid.

Carvajal, ante Doku, el miércoles en Manchester.

Carvajal, ante Doku, el miércoles en Manchester.EFE

Porque con esa extenuante presión, ambiciosa y sincronizada, el equipo de Guardiola no sólo impedía cualquier amago de contragolpe, sino que recuperaba en posiciones de privilegio. De las intenciones había avisado, en el el sorteo Kyle Walker, quien eligió la primera posesión, en lugar de la habitual parcela de ataque en su guarida, donde el City encadenaba 41 partidos sin derrota. Un acontecimiento tan anómalo como los saques de fondo resueltos con balones en largo de Fede Valverde y Nacho. Casi sin aliento para sacudirse lo que se les venía encima, los hombres de Carlo Ancelotti sí resolvieron su primer acercamiento ante Ederson.

24 disparos en el área

La regularidad de Rodrygo en la Champions se entiende mejor a tenor de los cinco goles y las dos asistencias con las que ha saldado sus tres últimas participaciones. Un par de años después de su milagrosa aparición en semifinales, el brasileño volvió a aparecer puntual ante el City, su víctima favorita (cuatro goles en siete partidos).

La efectividad del 11 contrastó con la inoperancia rematadora de Erling Haaland, que volvió a cerrar una noche aciaga ante el 14 veces campeón de Europa. Antes del pitido inicial, Luis Figo había entregado al noruego el premio al máximo goleador de la pasada Champions, pero su infortunio volvió a concretarse con un cabezazo al larguero. A diferencia de hace ocho días en el Bernabéu, cuando resolvió con tres disparos lejanos, el City chutó 24 veces en 120 minutos desde dentro del área. Salvo con Kevin de Bruyne, al grupo de Guardiola le faltó esta vez la puntería. Y eso se paga muy caro en la Champions.

El Madrid besó la gloria

El Madrid besó la gloria

Actualizado Jueves, 18 abril 2024 - 00:53

Sólo existe en el mundo un equipo como el Real Madrid. Nadie es capaz de lograr el cielo de las semifinales, con serena paciencia, con el culo apostado en la raya de la portería. Resistir y resistir y en el subterfugio de los penaltis cargarse al que se creía que era el mejor del mundo.

Estoy feliz de que me haya equivocado en el pronóstico, porque a veces se me olvida el invencible Real Madrid en la Champions. Es como si quisieras atrapar a un mi

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Lunin también es un héroe, detiene dos penaltis y saca al Madrid vivo de la tormenta de Manchester

Lunin también es un héroe, detiene dos penaltis y saca al Madrid vivo de la tormenta de Manchester

Desde los once metros, después de evitar el hundimiento del Titanic mientras chocaba con cientos de icebergs y le golpeaban disparos de granizo sin cesar, en otro ejercicio de supervivencia tan extrema como inexplicable, el Real Madrid se metió en las semifinales de laChampions en el estadio del actual campeón, superado físicamente durante gran parte del choque. Como si necesitara nuevas historias para contar a sus nietos. En esta última el héroe será Lunin, ucraniano, que detuvo dos penaltis para entregar a Rüdiger el tanto decisivo.

El Etihad abucheó el himno de la Copa de Europa antes del pitido inicial y el Madrid, como si le hubieran golpeado donde más le duele, le respondió con un gol que hizo tambalear los cimientos de la dinastía de Abu Dhabi en Manchester. A los 12 minutos, Rodrygo culminó lo que Ancelotti había trazado en la pizarra del vestuario. Un balón largo a Bellingham, una descarga para Valverde, un pase a Vinicius al espacio, un toque atrás para Rodrygo y un 0-1 que cambió la dinámica del partido y metió un rato a los blancos en las semis.

Hasta el tanto del brasileño, el Madrid había sido valiente. Tuvo coraje y personalidad, lo que le había pedido Carletto unas horas antes. Pero también fútbol. Apretó al City en su propia área, gastó oxígeno en intentar robar en salida y tuvo paciencia con balón, acumulando posesión durante varios minutos mientras su rival corría. Todo lo que no pudo hace un año.

De una eliminatoria a otra, Ancelotti cambió a Modric por Camavinga y a Benzema por Bellingham, y el equipo lo notó en sus piernas. El francés y el inglés, junto a Valverde, Vinicius y Rodrygo, fueron la primera línea de presión, con Kroos resguardando sus espaldas. El plan estaba claro: morder hasta marcar.

Guardiola, ya con Walker en el lateral, recuperó a De Bruyne, haciendo Akanji labores de mediocentro en ataque. Las inesperadas arrancadas del suizo desequilibraron el muro del Madrid y provocaron las mejores ocasiones locales, como el cabezazo al larguero de Haaland, que siempre buscaba emparejarse con Nacho.

El Madrid tuvo pulmones para meter miedo en alguna contra, con un disparo de Carvajal y una arrancada de Valverde como opciones, pero el paso de los minutos le entregó el balón y los ataques al City, incapaz de superar a Lunin, sobresaliente. El duelo pasó del fútbol al balonmano, con los de Guardiola colocados en campo rival, moviendo la pelota de un lado a otro y encontrando oportunidades sin parar. Haaland, De Bruyne y Grealish pudieron empatar, pero entre Lunin y Rüdiger, imperial saliendo al corte de un disparo del inglés, salvaron la ventaja.

El asedio 'citizen'

El guion no cambió tras el descanso. El Madrid encerrado en su propia casa, con el cerrojo de la puerta echado, las persianas bajadas y, por si acaso, una silla bloqueando el pomo de la puerta. Así de extrema era la situación en un Etihad eléctrico, ahora sí.

Lunin sacó una volea de Grealish en el 46, Nacho salvó una carrera de Haaland en el 51, el ucraniano detuvo un disparo de Foden en el 52, Akanji remató alto en el 57, Grealish se encontró con el portero en el 69... La corriente citizen empujaba y el dique madridista comenzaba a perder agua, falto ya de pulmones después de correr una hora detrás del balón. El gol le dio ventaja, pero el partido le entregó un sufrimiento físico extremo que terminó pagando.

En el 75, en su único error en meses, Rüdiger le dejó en bandeja el empate a De Bruyne. Doku, aire fresco que Guardiola introdujo por Grealish, encaró a Valverde y puso un pase atrás que el central alemán despejó mal, a los pies del belga, que en área pequeña no perdonó.

El City quiso más durante más tiempo y mostró la ambición y el fútbol que el Madrid sólo entregó durante el tramo inicial de la primera parte. Vacío de aire e ideas, el conjunto de Ancelotti no hiló dos pases en ataque en la segunda parte y fió toda su suerte continental a la falta de acierto del campeón de Europa y a algún pelotazo que pudieran cazar Vinicius o Rodrygo a la contra. Mucho esfuerzo defensivo, pero poca madera para semejante obra.

Caos y penaltis

Sin tiempo para reflexionar, De Bruyne envió incomprensiblemente al cielo un pase de la muerte que parecía la culminación de la remontada. El Madrid no respondía, pero el minuto 90 aterrizó en el Etihad para darle a los blancos una prórroga que seguro firmaban antes del inicio.

En el tiempo extra, el campo siguió inclinado hacia Lunin, pero el City, también castigado, golpeó menos y el Madrid llevó su barco hasta la última orilla: los penaltis. Ederson le paró uno a Modric, pero Lunin detuvo dos a Silva y Kovacic para que Rüdiger marcara el quinto y escribiera una nueva novela madridista.

Las reformas pendientes en Barça y Atlético tras el fiasco de la Champions

Las reformas pendientes en Barça y Atlético tras el fiasco de la Champions

Eran los favoritos. Unos por la sorpresa de la ida y otros por plantilla. Pero la Champions es una competición inclemente. No perdona los errores. Y los equipos españoles tuvieron muchos. Pero es resultadista recurrir a los 90 minutos que FC Barcelona y Atlético de Madrid jugaron en Montjuïc y Dortmund, respectivamente. Quizás haga falta echar la vista atrás para explicar la debacle de ambos.

Para saber más

El consuelo de la eliminación se lo llevan los rojiblancos, y no es poco. Hablamos de los 50 millones que los colchoneros recibirán por clasificarse para el Mundial de clubes que se jugará el año que viene en Estados Unidos entre el 15 de junio y el 13 de julio. El Barcelona debía llegar a la final de Wembley para enjuagar los seis puntos de ventaja que le llevaban los rojiblancos en la clasificación.

Volviendo al drama. La eliminación en la Champions a manos del PSG ha dejado al Barça casi en tierra de nadie. A ocho puntos de distancia de un Real Madrid al que se antoja muy complicado poder arrebatarle el título de Liga y con un pequeño colchón de cinco respecto al tercer clasificado, un Girona que debe recibir a los azulgrana en Montilivi, en los despachos barcelonistas ya pueden empezar a acelerar sus planes para el curso que viene y no será fácil.

El primero de ellos es el banquillo. Xavi, por mucho que algunos abriguen aún alguna tímida esperanza, no parece que vaya a reconsiderar su marcha. Con este panorama, la opción más plausible para tomarle el relevo sería la de un Rafa Márquez que ya se postuló para ello tras conocerse la decisión del ex centrocampista. Las arcas de la entidad que preside Joan Laporta siguen lejos de permitir grandes dispendios y el mexicano, a pesar de escasa experiencia apenas como técnico del Barça Atlètic, cuenta aparentemente con muchos apoyos para dar ya el salto. Tal vez, recordando en parte al que dio en 2008 un Pep Guardiola que pasó de lograr el ascenso a Segunda B con el filial a sentarse en el banquillo del Camp Nou.

Las circunstancias son muy diferentes. Entonces, la columna vertebral del equipo, con nombres como los de Xavi, Iniesta o Messi, atesoraba una calidad enorme. E, incluso, hubo margen para mejorarla con fichajes estratégicos. Con vistas a este verano, Deco es muy consciente de que apenas podrá cerrar un par de llegadas, más allá de los intentos por lograr que sigan Joao Cancelo y Joao Félix. Un mediocentro defensivo y un jugador de ataque que se sienta cómodo moviéndose por la banda izquierda serán las prioridades. En cuanto a las despedidas, Marcos Alonso no va a seguir, Íñigo Martínez, ante la opción de que no pueda ser inscrito, está también en la rampa de salida y el club necesita hacer caja con, por lo menos, un par de ventas. Y allí aparecen nombres como los de Raphinha, revalorizado en la Champions, Christensen, que llegó a coste cero, Koundé e, incluso, el de un Araujo por el que sigue suspirando mucho el Bayern de Múnich.

Por otra parte, las necesidades del Atlético son públicas y notorias desde principios de temporada y se han ido ocultando por la fortaleza del equipo en casa y por una racha en la delantera que se ha diluido en este final de temporada como un azucarillo. La lesión ha convertido la regularidad de Griezmann en lo contrario y Morata, por desgracia para los colchoneros, ha vuelto a ser el delantero con la falta de contundencia que tan poco le gusta a Simeone.

Simeone en su duelo ante el Dortmund.

Simeone en su duelo ante el Dortmund.ODD ANDERSENAFP

"Atravesamos con una jugada de Álvaro que no pudo ser gol y con otra de Correa que lo hizo bien, pero no entró", soltó Simeone en un mensaje subliminal hacia el madrileño que no pasó desapercibido. Es un gol en los últimos 16 partidos para el delantero y el francés, aunque ha aportado a nivel ofensivo goles, no muchos, y asistencias, a la hora de la verdad no ha conseguido rendir al nivel esperado. Sin contar con que no marca fuera del Metropolitano desde octubre.

Y es precisamente el rendimiento fuera de casa otro de los problemas del equipo esta temporada. En competición doméstica el equipo rojiblanco iría líder de contar solo los partidos en el Metropolitano, mientras que sus actuaciones fuera le colocarían en la séptima plaza. En Champions, las cosas no han ido mucho mejor, el equipo sólo ha conseguido ganar un encuentro lejos de Madrid, ante el Feyenoord, el resto son empates o derrotas.

Otra parcela que el Atlético deberá revisar es la defensiva. Son 61 goles en contra en todas las competiciones, la mayor cifra goleadora en contra en la era Simeone. El argentino no ha sabido encontrar una línea sólida este año empezando por el bajo rendimiento de Molina y Savic, las lesiones de Giménez, Reinildo y Hermoso y las bajas prestaciones que ha dado Paulista desde su llegada. Sólo Witsel, uno de los hombres más usados por Simeone, y Azpilicueta, lo poco que ha jugado, han tenido un buen rendimiento.

Mundialito

Así, asegurado el Mundialito de clubes, al equipo le queda certificar la plaza Champions, que supone unos 67 millones de media anuales, para poder intentar una reconstrucción el año que viene. O, al menos, solucionar las urgencias muchas de ellas ya pedidas por Simeone este año como son un cinco, para el que el favorito es Guido Rodríguez, y un central de garantías. También deberán plantearse el fichaje de un delantero si Correa y Morata vuelven a coquetear con salir como hicieron en el mercado de invierno y de verano respectivamente. Aunque, la vuelta de Samu Omorodion, cedido en el Alavés, será más que probable.

Serán siete partidos y un verano interesante donde dos de los tres principales clubes españoles deberán renovarse, uno mucho en el banquillo y otro, muchísimo, en el campo.

Unos errores inolvidables y la pólvora mojada de Morata y Griezmann: "Si la diosa fortuna viniera de nuestro lado, el resultado sería otro"

Unos errores inolvidables y la pólvora mojada de Morata y Griezmann: “Si la diosa fortuna viniera de nuestro lado, el resultado sería otro”

Ante esta eliminatoria de Champions, viene a la mente una antigua campaña de la DGT que tomaba una frase muy manida del refranero español: "Los errores se pagan". "Cada vez más", añadía aquel anuncio muy vigente en la eliminatoria del Atlético de Madrid. "Si hoy la diosa fortuna viniera de nuestro lado el resultado sería otro", lamentaba Diego Simeone en la rueda de prensa posterior a la dura derrota en Dortmund.

No llegaba el electrónico al minuto cinco cuando Morata comenzó una cabalgada absolutamente solo camino de la portería de Kobel. Ese tipo de ocasiones donde te da tiempo a pensar si te has dejado la luz del baño encendida en Madrid. Tanto elucubrar del madrileño terminó por hacerle marrar la ocasión tras una picadita inocente al portero suizo. Resoplaba desesperado Simeone.

No sería la única ya que Correa tendría otra en la segunda parte que hubiera puesto a los rojiblancos, de nuevo, por delante en la eliminatoria. Pero la del argentino se fue también lamiendo el palo. Otro resoplido. "Ellos han tenido la suerte de convertir dos goles más", contaba Ángel Correa al finalizar el encuentro.

"podríamos haber ganado 6-4"

Así, cuando Sabitzer hacía el cuarto, el que echaba al Atlético de la Champions League, la mente de los rojiblancos volvía a esas ocasiones marradas, pero también a las que se tuvieron en la ida. Aquel partido fue de tres a cero, si el Atlético hubiera tenido otra delantera. "En los dos partidos las mejores situaciones de gol fueron las nuestras", apuntaba Simeone.

Pero en el fútbol no se vive de ocasiones, sino de contundencia. Y esa es la que mostró el Borussia en todas las aproximaciones que hizo al área rojiblanca. "Ellos fueron contundentes, hicieron muchos goles. Si tuvieramos la misma contundencia podríamos haber ganado 6-4", detallaba el argentino.

Pero, pese a mencionar las estadísticas sobre lo complicado que es "ensayar la contundencia", al Cholo se le olvidó mencionar que los alemanes dispararon el doble de veces que los españoles, el triple de ellas a puerta. No fue solo una cuestión de acierto, también fueron matemáticas.

Simeone, el martes, en la zona técnica del BVB Stadion.

Simeone, el martes, en la zona técnica del BVB Stadion.EFE

No quiso Simeone mencionar el motivo del cambio de Morata al descanso, quizás el trabajo que le aporta el ariete le resultó insuficiente en un partido donde se necesitaban goles. Algo que sí aportó Correa tras su salida.

Pero lo cierto es que si Morata lleva mes y medio sin marcar un gol, Griezmann ha tenido claroscuros tras su vuelta de la lesión de tobillo. Lo que pasa es que la parroquia rojiblanca confiaba en que el francés diera su mejor versión ante uno de los partidos más importantes del equipo esta temporada y lo cierto es que fue completamente anulado por la defensa amarilla.

Si Mbappé y Haaland habían decepcionado en sus partidos de ida de cuartos, el delantero del PSG se ha redimido en la vuelta y el noruego tendrá una nueva oportunidad este miércoles. El 7 rojiblanco estrelló la suya ante el 'Muro Amarillo'.

Objetivo Champions

Vuelve el Atlético a decepcionar ante un reto que, a priori, parecía asequible dada la calidad de su plantilla y a lo exhibido en el Metropolitano. Pero los rojiblancos volvieron a mostrar su peor cara como visitante y alargaron su racha de tantos recibidos a 11 partidos seguidos. En esta ocasión fueron cuatro, una losa muy pesada si falta pólvora arriba. "Es un día duro del que tenemos aprender de estas situaciones porque en un futuro nos pueden servir", exresaba Koke al finalizar el duelo.

Ahora, el objetivo de la temporada se centrará en conseguir plaza para volver a intentarlo el año próximo. Sería el duodécimo consecutivo desde que llegó Simeone, un récord sólo al alcance de pocos grandes clubes europeos. Flaco consuelo en una noche aciaga para el club colchonero.