Dos errores dejan al Atlético sin liderato

Dos errores dejan al Atlético sin liderato

Hay momentos para dar un golpe en la mesa. Momentos donde uno debe de coger lo que le ofrecen y hacerlo con convencimiento. Esta liga de titubeos, de dudas, de irregularidad de los dos transatlánticos tiene un tercero en discordia y en disputa. Un tercero que huele la sangre y que dispone de las armas y las herramientas para cobrarse la pieza. Pero hay veces que cuando uno juega con fuego termina quemándose y Barrios es una lata de gasolina. No sabe medir y lo peor es que aún tiene restos de carbonilla de la Champions. Menos mal que hay por ahí un noruego que, juegue 30 minutos, 15 o 5, siempre está ahí para meter la caña y el empate. [Narración y estadísticas, 1-1]

Nadie sabe, y el Cholo se agarraba las manos para preguntarse, a dónde iba Barrios levantando los tacos al gemelo de Pablo Durán. No es el primer exceso de ímpetu del canterano, pero quizás sí era el más madrugador, 20 minutos antes que ante el Leverkusen. No se había cumplido el 5 y el 8 rojiblanco ya enfilaba los vestuarios mientras su entrenador maldecía para sus adentros. Obligaba el error a la salida de Koke por Lino cuatro minutos después, una cosa es querer el liderato y otra, lanzarse a por él a pecho descubierto.

La roja ensució los primeros 20 minutos de la primera mitad. Muchas faltas, simulaciones y choques entre jugadores y poco fútbol. Luego el balón lo bajó el Celta, como había intentado en el pitido inicial pese a estar jugando lejos de Balaídos, una tortura para el equipo vigués este año. Si ya se les recuerda que llevaban siete duelos seguidos perdiendo ante el Atlético, es heróico el intento del equipo de Giráldez. Un conjunto valiente pero inocente esta temporada.

Intentaba De Paul, fruto de su momento de forma y quizás también con algo de inconsciencia, que su equipo bajara el balón y jugara más al pie. Recomendaba el argentino a Giuliano que le buscara y llamaba la atención a Galán cuando no giraba el juego como debía. De sus botas salió una falta lanzada con picardía, que si Giuliano la hubiera enganchado habría empezado el milagro que se vio en este estadio ante el Leverkusen. Pero no todos los días es fiesta.

El Atlético manejaba con oficio el partido y conseguía ahogar al Celta antes de que se aproximara a la portería de Oblak. Entonces una picadita de Fer López dejó sólo a Pablo Durán y el canterano se asustó ante el esloveno. Metió el pie con inocencia y el cancerbero recogió el balón sin dificultades con una sola mano. Hubiera sido doloroso porque corría el minuto 44, y esos goles antes del descanso suelen someter voluntades o apagar fuegos. Sean cuales sean las ganas que tengan los rojiblancos de asaltar el liderato.

Tocó arrebato Giráldez al inicio de la segunda parte sacando a Borja Iglesias y a Losada buscando aprovechar la superioridad numérica. Poco después también saldría Aspas. Los del Cholo aguantaban bien, pero apenas amenazaban el marco de Guaita. Algún balonazo de Oblak a Griezmann que, en solitario, era como un cordero entre una manada de lobos, y las carreras de Giuliano ante una pared celeste.

Vértigo final

Y entonces, llegó otro error. A los ojos de cada cual toca decir si fue de Le Normand o de Munuera Montero. Un levísimo pisotón del central hispanofrancés sobre Iglesias fue sancionado como penalti. Tenía cierta guasa la jugada viniendo de la que se vivió en el Bernabéu hace una semana. Aspas no perdonó y empinó la cuesta en el Metropolitano.

El Cholo sacó a su escalador preferido para afrontar otro Tourmalet. Alexander Sorloth reivindica cada minuto que juega con la elástica rojiblanca. Necesitó dos toques para poner el empate y provocar terror en las filas celestes. La pena es que se necesitaban dos puntos más para llegar a la cumbre. Sin fuego y gasolina se habría llegado.

El otro derbi

El otro derbi

Madrid, rompeolas de todas las Españas, en el centro del fútbol y de la política del país. La polisemia del vocablo «partido» permite analogías y metáforas comunes, intercambiables. Se disputa un derbi futbolístico de tarde en tarde y a cielo abierto. Tenemos un derbi político todos los días, con mucho juego subterráneo. Hay más equipos madrileños en Primera que los dos grandes. Pero el derbi por antonomasia y definición es el Madrid-Atleti. Hay más partidos políticos en la Asamblea de Madrid que los dos de mayor peso. Pero el derbi por excelencia y exclusión es el PP-PSOE.

Madrid es doblemente pepero. Sin embargo, el rojiblanco alcalde capitalino no suscita en la bancada opositora la misma obsesiva animadversión que la neutral presidenta autonómica, que también libra a diario, en la arena o las ergástulas, combates de 'voxeo'. Isabel, la reina Sol, disfruta de una mayoría en las urnas que equivale en la cancha a una victoria por goleada. En política no existe el VAR rectificador. Bueno, sí, se llama elecciones anticipadas o moción de censura. Pero este segundo supuesto tendría las mismas posibilidades de prosperar que las encuestas de Tezanos, ese chamán chapucero de la demoscopia-ficción, de acertar.

Güelfos y gibelinos han enviado contra Ayuso a sus mejores alineaciones. Un equipo inclusivo de viejas glorias retiradas o traspasadas formaría así: Iglesias, Casado, García, Lobato, Gabilondo, Jacinto, Errejón, Aguado, Serra I, Serra II y Monasterio. Un once prometedor en la pizarra. Pero, para empezar, con Iglesias fallando en las salidas, Casado metiéndose goles en propia puerta y todos incapaces de presionar arriba, tirar las líneas o recuperar tras pérdida, sin equilibrio colectivo ni desborde individual, no ganó ni empató partido alguno.

En el mercado de invierno, el PSOE ha fichado como refuerzo (más bien remiendo), cedido con opción de compra por el Ministerio de Transformación Digital y Función Pública (¡qué batiburrillo!), a Óscar López. Un centrocampista de brega, experimentado, con poca clase y muchas mañas adquiridas cuando se fajaba en las categorías inferiores, en el Peugeot FC. Un especialista en el juego sucio, las faltas tácticas y los «saques de inquina». Estampados contra la muralla isabelina, otros antes que él salieron del embarrado terreno de juego con los meniscos hechos puré. Algunos, los más afortunados, aunque cojeando, por su propio pie. A López se le auguran la camilla y la triada. Aficionado a lo truculento, estuvo el viernes en la madrileña Colonia del Pico del Pañuelo, en el rodaje de 'The Walking Dead'. Premonitorio.

En el ambiente político más degradado de la democracia, se disputó uno de los derbis futbolísticos más viciados de la historia a causa de la tormenta blanca desatada contra el arbitraje. Soto Grado, en territorio hostil, soportó impasible e impecable una enorme presión con una actuación serena en un encuentro limpio. Y si un penalti ambiguo de Tchouaméni favoreció al Atleti, un pisotón igual de fronterizo de Ceballos benefició al Madrid.

Fútbol y política. Que ambos obedezcan a los jueces. 'Cedant arma togae'. Que las armas cedan ante las togas.

LaLiga desactiva antes del Madrid-Atlético una plataforma pirata que sirvió fútbol ilegal a 200.000 usuarios en enero

LaLiga desactiva antes del Madrid-Atlético una plataforma pirata que sirvió fútbol ilegal a 200.000 usuarios en enero

Actualizado Domingo, 9 febrero 2025 - 13:50

Muchos son los que siguen consumiendo fútbol de manera ilegal con plataformas piratas. Precisamente una de estas plataformas fue desactivada este sábado gracias a la coordinación de un equipo especializado, ha anunciado LaLiga. DuckVision ofrecía acceso ilegal a contenido deportivo en directo, entre el que figuraba la competición española, a más de 200.000 personas sólo en España, informa Efe.

En un comunicado, LaLiga explicó que la plataforma estaba conformada por un aplicativo web que invitaba a descargar una app de Android, que tuvo más de 200.000 usuarios activos en España durante enero de 2025, según data.ai, y estaba encubierta por el servicio de la tecnológica estadounidense Cloudflare, que protege a organizaciones criminales de forma intencionada con el fin de lucrarse.

La patronal española indicó que desde la web se podía acceder al consumo pirata de los contenidos y se complementaba con un sistema IPTV y Ace Stream para ofrecer el contenido de LaLiga sustraído de broadcasters como ESPN, Movistar, DAZN, Sky Sports, Ziggo o Bein Sports, entre otros.

También señaló que el contenido ilegal proporcionado por la plataforma pirata se promocionaba en canales de Telegram, con más de 13.800 usuarios, y en la web de DuckVision, con cerca de 70.000 usuarios únicos a fecha de diciembre de 2024 en España, según datos de Semrush.

LaLiga recordó que el cierre de la plataforma y el canal se suma a otras extensiones conocidas como Luar, Kodivertido y TVChopo que anunciaron el fin de su actividad de manera inmediata o el cierre de Cristal Azul, canal de streaming ilegal más importante de España.

El organismo que preside Javier Tebas anunció que esta acción se repetirá en los próximos días para desactivar otras plataformas y servicios de contenido pirata y que los promotores y desarrolladores de la plataforma DuckVision serán denunciados ante las autoridades policiales y judiciales en los próximos días con todas las pruebas recabadas.

"Google, Cloudflare, VPNs y otros agentes involucrados en el consumo de piratería adquieren responsabilidad de las actuaciones ilegales que están permitiendo y de las cuales se lucran. LaLiga, amparada por la justicia, no se detendrá en la defensa del fútbol y los intereses de sus clubes ante actuaciones criminales vinculadas al fraude audiovisual y su blanqueo", aseguró.

Madrid y Atlético empatan en un buen derbi que dignifica la Liga tras una semana de polémica

Madrid y Atlético empatan en un buen derbi que dignifica la Liga tras una semana de polémica

Un derbi puro entre dos equipos que quieren ser campeones se desprendió de las miserias del fútbol para dignificar el escudo que ambos defienden y aquello que sienten sus aficionados. Hagan ustedes lo mismo, abran el cubo de la basura y dejen paso al derbi. Hay cartas que sólo merece la pena leer una vez. Hizo falta un penalti, quizás un 'penaltito', para transformar un partido en un derbi y encender el fútbol, no la polémica. Fue el milagro de la hierba. Nada cambia en la tabla para Madrid y Atlético con un empate (1-1) del que sólo puede aprovecharse, hoy, el Barça. Pero cambia el aire de la Liga, más limpio y respirable cuando se juega que cuando se reprocha o insulta.

Un 'penaltito', diría Ancelotti, disparó la temperatura en un duelo hasta entonces al baño María. En la semana de la cartita del Madrid contra un arbitraje al que describía como a una sociedad secreta, una suerte de 'Cosa Nostra', ha recibido dos penas máximas: una en Copa y una Liga. La primera, ante el Leganés, no admitía debate; la segunda, frente al Atlético, es otra cosa, por la acción y la trascendencia. Tchouaméni midió mal una entrada y pisó a Lino cuando el balón acababa de pasar. De Burgos Bengoetxea, en el VAR, tardó un mundo en avisar a Soto Grado. Dudó. La duda es un síntoma de inteligencia, pero en un campo de fútbol es un mal asunto. Si eres jugador, llega la crítica; si eres árbitro, la guerra.

Julián Álvarez, un hallazgo

Ancelotti se fue a su banquillo con las manos en la cabeza. Julián Álvarez lo acabó a lo Panenka, incluso sin parábola. El argentino es un hallazgo: está en todas partes sin que parezca estar en ninguna. Algo se le escapó al infalible Pep. Fue un gol para darle al Atlético su escenario preferido. Un gol para sumir al Madrid en la desesperación y en la confusión, porque no juega contra los árbitros, sino contra los rivales. Era el primer penalti en contra en la Liga. En 23 jornadas, bien pasado el ecuador del torneo, hablar de persecución sistemática, como decía la carta, parece un exceso, y los excesos aplastan a los argumentos aceptables, que también se encontraban en la misiva. Hay que cambiar cosas, pero entre todos.

Tchoauméni tuvo buenas acciones después de ese error, pero volvió al lugar en el que no quiere estar, y no debería. Es el lugar, en cambio, en el que se asienta Asencio, a su lado, rápido en los cortes y en las rectificaciones frente a rivales como Giuliano Simeone, un trueno. Fran García y Lucas Vázquez ocupaban las bandas en una defensa que sería totalmente distinta si el Madrid no hubiera sufrido una plaga bíblica en el área. En minusvalía en la zona, el Madrid necesitaba activar a su ataque, llevar el balón arriba, intentar jugar donde era más fuerte, porque en el resto tenía más argumentos el Atlético, con la única baja de Le Normand. Elevó, pues, el equipo blanco la presión, con más intensidad de lo habitual y ayudas de sus atacantes, aunque desordenadas. Era el caso de Vinicius, de menos a más hasta un final frenético. La ansiedad llevó inicialmente al brasileño al centro, por lo que ocupaba el espacio de Mbappé para desesperación de Ancelotti.

Ceballos mejora al Madrid

La situación llevó al Atlético a verse superado en intensidad, con más pérdidas de las habituales y duelos perdidos. Replegado y sin permitir ocasiones a los locales, más allá de un disparo lejano de Rodrygo, aguardaba la oportunidad de salir y conectar con Julián Álvarez, Lino o Griezmann, pero no robaba lo suficiente. En el centro del campo, la mayor actividad era para Ceballos, que ha pasado del ostracismo a poner cosas en su sitio por donde pasa.

Lo único realmente peligroso, sin embargo, había llegado por pérdidas, fueran de Lucas Vázquez o Pablo Barrios, pero sin que Lino ni Vinicius, imprecisos, pudieran sacar provecho. El penalti, pues, llegó como si apareciera de la nada, pero prendió el derbi, por el gol, por la ira de la grada y por la reacción del Madrid al regresar del vestuario.

Una llegada de Rodrygo encontró a Bellingham en un lapsus del área rojiblanca, pecado moral para Simeone. Oblak rechazó el remate, pero Mbappé aprovechó el rechace para enseñar para qué vino. Sonaron tambores en el Bernabéu y todos saben qué ocurre después, también los enemigos. Bellingham regresó a la zona erógena del campo que tanto le gusta, pero su testarazo se fue a la madera.

Con el Bernabéu en modo fiebre, el Atlético debía resistir, pero hizo más, resistir y contraatacar. Son otros tiempos. Ni Giuliano ni Marcos Llorente se aclararon en el área mientras Oblak levantaba un muro ante Rodrygo o Vinicius. Simeone agitó su banquillo con fuerza y Ancelotti esperó, cada uno en su traje, aunque el duelo pertenecía ya de sus jugadores, en un final de derbi que dignifica una semana para olvidar.

La epifanía de Ancelotti, el Triángulo de las Bermudas y la mímica de Asencio

La epifanía de Ancelotti, el Triángulo de las Bermudas y la mímica de Asencio

El Bernabéu ejerce una función civilizadora. Venía el derbi como un huracán, con la ciudad eléctrica, los whatsapps llenos de insultos y la M-30 engalanada de pancartas. El Madrid le había mandado una carta a Sánchez, el Atlético respondió prestándole su cuenta de Twitter a Kanye West y, en la comida de directivas, Cerezo saludó a Florentino como Trump saluda a Macron. Dominando con la mano derecha, imponiéndole la izquierda sobre el hombro. Demasiado populismo, pensó Ancelotti, que durmió la emoción poniendo el once que todo el mundo sabía que iba a poner y nadie quería que pusiera. Consiguió su objetivo. Calmó la guerra y convirtió el partido en un bodrio que solo se agitó como cualquiera con nociones de sociología habría adivinado que se agitaría según avanzaba la semana: con un penalti para el Atlético de Madrid.

Activado el despertador, Simeone ordenó mandar los aviones a ese Triángulo de las Bermudas que es la banda derecha del Real Madrid, un polo magnético terrible que imantaba hasta a Vinicius, separándole del costado opuesto y diluyéndole en la maraña. El agónico camino hasta el descanso tuvo a Carletto en el alambre, a punto de privarle de volver a poner a los mismos once en la inminente eliminatoria contra el Manchester City.

La única manera de poder seguir haciendo lo mismo era cambiarlo todo, así que en el descanso debió producirse una epifanía. De repente, un extremo se pegaba a una banda. Otro extremo a la otra. En la primera jugada, por la derecha con Rodrygo, empató Mbappé. En la segunda, con Vinicius por la izquierda, la estampó Bellingham en el larguero. Pero al ajedrez del Madrid le faltan fichas, así que la defensa seguía siendo una invitación orgiástica, con ese emocionante Asencio apagando fuegos y haciendo mímica de Sergio Ramos con el hijo del Cholo.

Una especie de magia negra iba abriéndose paso entonces. El madridismo seguía temblando con Lucas y gritándole a Ceballos que dejase de girar sobre la pelota. Cuando Simeone ya había agotado todos sus cambios, Ancelotti hizo los primeros y quitó a los dos, asumiendo un riesgo kármico inmenso. Si salía mal, la culpa no sería suya sino de la mente colmena madridista, que por entonces ya detectaba que las Bermudas ahora revoloteaban sobre Fran García. Cuando la pizarra pedía a Brahim o Arda, el hincha ultraconservador fantaseaba con sacar al Mendy de otras épocas. Al final, otro empate. El mismo derbi de siempre.

Asombro en el Real Madrid: pisar a un rival no vale

Asombro en el Real Madrid: pisar a un rival no vale

La mejor manera de que no te piten penalti es no pisar a los contrarios dentro del área. Alguien debería explicarle esto a Tchouaméni, a Ancelotti y a quien esté redactando el próximo comunicado del Real Madrid. En defensa del jugador francés diré que, viendo que 10 minutos antes Soto Grado y el VAR le habían perdonado la roja a Ceballos por un pisotón macarra a Barrios, tal vez pensara que había barra libre de clavar tacos. Resultó que no.

Un datito: tras este penalti, el saldo blanco en la materia es de 10 a favor y uno en contra. Le adulteran raro las Ligas al Madrid, un poco como si te quejas de que te han adulterado el whisky y lo que pasa es que te han convertido uno de garrafa en un Blue Label. Pero, en fin, cada uno bebe lo que quiere.

Zanjado el tema arbitral porque no da más de sí, aunque ya se encargarán algunos de alargarlo hasta el bostezo o la carcajada durante la semana, hablemos del Atleti, que debe irse del Bernabéu satisfecho, pero con sensación de ocasión perdida. Esta temporada ya había ganado en los estadios de PSG y Barça, pero ambos triunfos tuvieron algo de accidentales. Resistencia heroica, sufrimiento, competitividad y gol milagroso. Supo llevarse partidos que nunca se jugaron como Simeone quería, pero el de Chamartín fue como si lo hubiera guionizado él.

Sufrió en la segunda parte, por supuesto, pero con eso contaba. El Madrid junta a cuatro de los mejores jugadores ofensivos del mundo y es inevitable que generen ocasiones. Tan inevitable como que uno de los mejores porteros del planeta, Oblak, las frustre en un alto porcentaje. Nadie en el Atleti esperaba otra cosa, pero lo que sí esperaba el Cholo era abusar al espacio de un mediocampo y una defensa absolutamente impropias. El Madrid parece dibujado en colaboración por una madre con talento y carboncillo (el ataque) y un niño de cuatro años con los dedos (lo demás).

Tras el gol de Julián Álvarez (zanjando a lo panenka el tema de quién lanza los penalti) debió cerrar el partido antes el descanso y pudo repetir final apoteósico en unos últimos 20 minutos en los que salió en manada a campo abierto. Le falto precisión en el control y en el último pase, pero tuvo el derbi donde lo quería. Pese a ello, sale enganchadísimo a la Liga y con la certeza de que este año puede jugar de igual a igual contra cualquiera. No es poca cosa.

Y, además, no pisó a nadie.

El yin y el yang rojiblancos: el volcán Simeone y la calma de Julián, que marcó a lo panenka

El yin y el yang rojiblancos: el volcán Simeone y la calma de Julián, que marcó a lo panenka

Han sido semanas de tensión. Semanas de mensajes, tuits y comunicados. Pero hay un hombre que viste de rojiblanco que vive tranquilo, ajeno a todo el ruido. Que no escuchaba los silbidos de las 80.000 almas, o igual lo hacía, pero no le importaba. Cuando Soto Grado señaló el punto de penalti, fue a por el balón en las manos de Courtois a paso lento. Y cuando el colegiado dio permiso para patear, miró al portero, tomó carrerilla y se marcó un pseudopanenka que silenció el Bernabéu.

La Araña se reafirmaba en el campo en el que pudo jugar si se hubiera confirmado su fichaje cuando se enfundó la camiseta blanca con 11 años. Lo hacía con un panenkazo asumiendo una responsabilidad que le había cedido Griezmann tras su fallo en Leganés. Y se movía por el Bernabéu como si fuera su jardín, con ligereza e intensidad, pero también con calma, como si no fuera este el primer derbi madrileño que enfrentaba al primero y al segundo clasificado en los últimos 33 años. Por cierto, con este empate, el Atlético lleva cuatro duelos sin perder con el eterno rival

Y si Julián era la calma, Simeone era un volcán. El entrenador, como un león enjaulado, se comía las rayas del área técnica. Gesticulaba sin parar y ni siquiera el gol le dio el relax que proporciona el ir ganando en terreno rival. Y eso que su apuesta por Lino, no le había salido mal.

La jugada que pudo marcar el partido la provocó el brasileño, una de las dos dudas que tenía Simeone para iniciar en el derbi. El brasileño fue un puñal en ataque y con más calma pudo haber hecho más daño en el área blanca, pero las dos que tuvo las resolvió mal. Además, por su falta de ayuda a Galán, llegó el empate del Madrid gracias al eslalon de Rodrygo. Es lo que tiene el extremo como explicó Simeone en la previa, "gran presencia en ataque", pero Gallagher equilibra mejor.

No hizo falta mucho equilibrio en la primera mitad. Ambos conjuntos se dedicaron a encadenar posesiones largas y bloques bajos para protegerse y esperar el error del contrario. El propio Lino encontró uno de Lucas, que resolvió mal, y Barrios cometió otro que tampoco supieron aprovechar los blancos. Ningún tiro a puerta por parte de los dos equipos.

Sin embargo, la segunda fue otra cosa. El Madrid arrancó fuerte dispuesto a empatar pronto el choque, lo consiguió y embotelló al Atlético en el área de un Oblak inadvertido hasta entonces. Simeone vio el momentum del Madrid y quiso pararlo desde el banquillo. Sacó a Lino, pero no por el inglés, sino por el capitán, que tiene muchos tiros pegados en derbis. De hecho, Koke o Barrios era la otra duda del técnico argentino. Probó con el primero en el último entreno previo al derbi, el que suele marcar el once. No en esta ocasión.

Ausencia

Quien no apareció en el derbi, el primero que jugaba en Primera, fue Giuliano, quizás el mejor jugador rojiblanco el último mes. Apenas una carrera con Asencio, que le ganó el central, en una imagen que representaba a la perfección el duelo de canteras que ninguno de los entrenadores usa con tanta asiduidad como, por ejemplo, hace Flick en el Barça.

Simeone se debió de transformar en el alemán porque al final del choque pedía calma. La que no había mostrado durante los 90 minutos. Es el argentino un volcán peculiar, en erupción en los inicios y durmiente en los finales. Curioso.

La historia de Julián Álvarez, la estrella discreta que brilla en el Atlético (y que el Madrid no pudo fichar): "Este nos va a salvar"

La historia de Julián Álvarez, la estrella discreta que brilla en el Atlético (y que el Madrid no pudo fichar): “Este nos va a salvar”

Julián tenía apenas dos años cuando Rafa Varas le conoció. Llegó de la mano de su abuela materna junto a sus hermanos y, cuando pisó el campo del Club Atlético Calchín, corrió como loco a por un balón que era más grande que él y se puso a conducirlo de banda a banda. "Este nos va a salvar", le dijo el primer entrenador del argentino a la abuela. Más de 20 años después, nunca unas palabras sonaron tan acertadas.

La temporada pasada, Julián Álvarez (Calchín, Argentina, 25 años) ya había ganado un Mundial jugando junto a Messi, juntando así dos de sus sueños infantiles, y había vivido su mejor momento en el Manchester City a nivel individual, aunque se terminara escapando la Champions. Era el noveno jugador más utilizado de la plantilla, había marcado 19 goles y por fin era una pieza fundamental para Pep Guardiola. Pero, tras dos años en Manchester, Julián "necesitaba un cambio".

En las oficinas del Atlético daban por hecho que el fichaje de Sorloth dejaba casi cerrada la plantilla. Sin embargo, Fernando Hidalgo, el representante de Julián, llama a Miguel Ángel Gil. "Al chico le gustaría jugar en el Atlético", le dice. El siguiente paso es una conversación entre el Consejero Delegado rojiblanco y Ferrán Soriano, director ejecutivo del City. Ambos se conocen desde hace años, pero en el Metropolitano, de esa llamada telefónica, extraen una conclusión: el fichaje es imposible.

Ocurre que el agente del futbolista insiste, y entonces empieza una riada de llamadas. De Gil con el jugador, con su padre, de Simeone con el propio Julián... Y es esa llamada, la del Cholo (que estaba como loco ante la posibilidad del fichaje) al delantero la que reaviva la operación. Julián habla con Guardiola y le dice que quiere salir. El técnico da luz verde a ese adiós, aunque el primer precio que pone el City es desorbitado.

Sin embargo, como la opción ya era real, el Atlético empieza a echar cuentas. Recién aprobada (finales de junio) la ampliación de capital de 70 millones, en el club se volvieron "locos", según fuentes cercanas a esas negociaciones. Tras las inversiones en Le Normand (35 millones más variables), Gallagher (casi un intercambio por Joao Félix) y Sorloth (otros 35 millones más variables), Miguel Ángel Gil, durante un crucero, cierra la operación en 80 millones, que subirán otros 10 si se cumplen ciertos requisitos.

Hay quien, en el club, sintió mucho vértigo ante el fichaje, pues una inversión tan alta siempre es un riesgo, y aquí vuelve a lucir el nombre de Joao Félix. Sin embargo, estos primeros meses en el Atlético han disipado esas dudas. "Es buen chico. Introvertido, trabajador, discreto", definen a Julián en las oficinas. "Educado y humilde", añaden desde el vestuario. "Debe ser difícil llevarse mal con él", bromean las mismas fuentes.

Entre los trabajadores que rodean al primer equipo llama la atención esa personalidad del futbolista que, pese a viajar a todos los desplazamientos rodeado de un grupo de 11 personas (su novia, sus hermanos, las novias de los hermanos, padres, agentes, etc...), es capaz de aislarse y enseñarse como un profesional al que no cabe reproche alguno.

Y es que Julián Álvarez ha sido un hombre muy apegado a su familia desde pequeño. Los tres hermanos, Rafael, Agustín y el propio Julián se pasaban horas jugando al fútbol en una canchita muy próxima a su casa de Calchín. También iban juntos a los entrenamientos del equipo desde el Centro Educativo Rivera Indarte de esta población argentina de poco más de 2.000 habitantes. "A los tres o cuatro años ya vimos que era un nene diferente, tanto en lo físico como en lo técnico. Era especial", explica Rafa Varas, ese primer entrenador de Julián en el Atlético Calchín, a EL MUNDO.

Esos focos nunca deslumbraron al joven, que siempre se mantuvo humilde pese a su superioridad en el campo. "No recuerdo si con 9 o 10 años, le veo hacer un gol de rabona tras driblar a todo el equipo contrario. No lo festejó. Le aplaudió todo el estadio, incluso los padres de los rivales", recuerda Varas. Esa "varita" que dice su técnico que tenía, la vio también un ojeador argentino, Piero Foglia, que le consiguió una prueba en el Real Madrid con apenas 11 años. También les llamó el padre de Messi como intermediario del FC Barcelona: "Fue halagador, pero ya se había tomado el compromiso de viajar para la invitación del Madri"», explicó en una entrevista su padre.

Fueron apenas 20 días en España en los que el jugador argentino se calzó la camiseta del (hoy) eterno rival y con la que consiguió ganar un torneo de infantiles en Peralada (Girona). No obstante, la reglamentación impidió que los blancos pudieran hacerle un contrato a Julián, y él y su padre volvieron a Argentina. La Araña, apodo que le pusieron sus hermanos al ser imposible quitarle el balón, terminó en River, club del que siempre había sido hincha. River le puso el foco, el City, la lanzadera y con el Atlético ha despegado.

El argentino en un torneo infantil con el Real Madrid.

El argentino en un torneo infantil con el Real Madrid.IG

Su partido ante el Leverkusen dio la vuelta al mundo. Simeone le considera el relevo natural de Griezmann como estrella rojiblanca. En el vestuario secundan la ilusión del entrenador: "Lo vemos como todo el mundo, como un crack", afirman. De momento, lleva ya 16 goles y cuatro asistencias esta temporada y es el pichichi del equipo.

El clan argentino

La clave del encaje de Julián en el Metropolitano es el clan argentino, el mismo con el que fue campeón del Mundo en Qatar en 2022. Correa, De Paul y Molina (y Giuliano, que no estuvo en el Mundial) son la pandilla de Julián en España y los que le abrasaron a llamadas para que fichara por el Atlético. Con ellos se le vio en unas imágenes en una fiesta en Navidad, algo raro, porque Julián es un hombre tranquilo y que prefiere pasar el tiempo con su novia, Emilia Ferrero. Junto a ella y su perro Tarzán celebró recientemente sus 25 años.

La pareja se tuvo que mudar a otra urbanización del norte de Madrid después de que se descubriera que la primera casa que alquilaron en Boadilla del Monte era en la que se fotografió al Rey Emérito en actitud cariñosa junto a Bárbara Rey. Los paparazzis se apostaron en la puerta de un futbolista que siempre ha rehuido de los focos, aunque todos los del Metropolitano, y hoy también algunos del Bernabéu, le apunten a él.

La historia de la camioneta

Rafa Varas

Cuando llegó la pandemia no pude seguir trabajando en el fútbol así que tuve que buscar otro empleo. Me puse a vender alimentos a los supermercados a mi pueblo. Había pensado en vender mi coche porque se me había quedado pequeño para hacer el reparto y se lo estuve comentando a su padre. Doce horas después aparece una furgoneta en mi casa. "Te lo regala La Araña", me dijo su padre. Nos abrazamos y nos pusimos a llorar. Eso fue un sábado y como él estaba concentrado con su equipo no sabía si llamarle por si lo molestaba. A las 22.05 me envió un mensaje: "¿Te llegó el regalo?". Me puse a llorar otra vez. Esas cosas no pasan muy a menudo. El gesto no me sorprende conociéndole a él y a su familia. Él antes me había regalado una camiseta autografiada y ya estaba feliz.

Simeone: "No estoy pensando en cómo va a salir el árbitro sino en cómo vamos a salir nosotros"

Simeone: “No estoy pensando en cómo va a salir el árbitro sino en cómo vamos a salir nosotros”

Es Diego Simeone un técnico indescifrable, un entrenador que golpea y contiene según estime de manera individual, sin dejarse llevar por corrientes de opinión. Si hace un par de semanas salió con lo de los "episodios del partido del Madrid llevan pasando cien años", en la previa del derbi ha decidido esquivar todas las preguntas referentes al tema arbitral.

"No estoy pensando en cómo va salir el árbitro sino nosotros en consecuencia de lo que venimos haciendo y de un rival con grandes individualidades", toreó la primera pregunta en un movimiento que se prolongó durante toda la rueda de prensa.

Hasta cinco cuestiones más se le lanzaron respecto al comunicado de los blancos, el supuesto aislamiento del Real Madrid en la cuestión arbitral o los tuits que su club lanzó en respuesta a las presiones que, entienden está ejerciendo el Madrid sobre el colectivo.

Para esta última cuestión recogió las palabras de Ancelotti sobre que vería "la televisión para relajarse" en lugar de redes sociales y en el resto mantuvo una actitud cerrada a seguir avivando la polémica respecto al quinteto arbitral en el derbi. "Estoy centrado en el partido, ustedes necesitan más respuestas a estas polémicas, pero yo estoy centrado en el partido", comunicó el entrenador rojiblanco.

Ya en lo que respecta al fútbol, el técnico argentino no paró de alabar las "individualidades" del Real Madrid y en la dificultad del rival que se les presenta el próximo sábado a las 21.00 en el Santiago Bernabéu. Aprovechó una pregunta jocosa de un periodista para explicar la supuesta técnica defensiva que usarán en el coliseo blanco: "Claro que vamos a poner el autobús", explicó entre risas.

Simeone alabó a los jugadores rojiblancos de mediocampo, quizás la principal duda a la hora de seleccionar once para el derbi. Si antes se turnaban un puesto como titular Lino y Gallagher, uno "creciendo y con gran participación en ataque" y el otro que "aporta más trabajo", las buenas actuaciones de Koke en los últimos partidos vuelven a poner el capitán como posibilidad en el puesto de cinco.

"Tendremos que interpretar lo que será mas importante para el equipo y mostrarlo con los que inicien, pero no me imagino el partido solo con los que inician", apuntó el Cholo sobre la posible presencia del 8 rojiblanco y la fuerza que está mostrando el Atlético desde el banquillo.

Mañana el equipo se concentrará en el hotel Mirasierra Suites desde las 12.45 y será entonces cuando Simeone defina a los suyos la manera de enfrentar a un rival "con muchas individualidades" resaltó de nuevo.

Giuliano cumple la petición de su padre y mete al Atlético en semifinales

Giuliano cumple la petición de su padre y mete al Atlético en semifinales

Debe de ser cosas de torneos eliminatorios. Esos que tienen finales como la Champions. El caso es que el Atlético ya no busca el partido a partido, quiere llegar al último encuentro de cada campeonato. Lo hace con ahínco, con pasión y con fe. Tres características que son materia prima cholista. Y si de materia prima hablamos, cómo olvidar al vástago del entrenador. Ese al que su padre le regatea halagos y le pide goles y el joven cumple, como buen hijo. Hizo los dos primeros para dejar grogui al Getafe y Lino, Correa y Sorloth completaron la manita. [Narración y estadísticas, 5-0]

Es el Getafe un equipo al que le gusta incordiar: pelea cada balón, va fuerte al choque y presiona y muerde en cada duelo. En el Metropolitano lo hizo solo en el sorteo. Eligieron los azulones atacar en la portería donde suele hacerlo el Atlético en la primera parte a ver si así, con esa pequeña triquiñuela, se despistaban un poco los rojiblancos.

Nada más lejos de la realidad. De hecho, el equipo del Cholo se tomó la primera mitad casi como la que juega hacia la portería del fondo sur, como si ya se hubiera consumido los primeros 45 minutos. En el primer cuarto de hora hizo tres ocasiones y dos goles. Julián falló una con un mal control, Griezmann hizo lo propio con un tiro flojo tras una contra mal conducida, pero Giuliano no perdonó las dos que tuvo. ¿Querías goles papá? Aquí los tienes.

El primero lo hizo de cabeza después de que el árbitro bloqueara a Uche en una salida de los azulones desde atrás. El colegiado dejó seguir, el balón llegó a Galán, que la puso para que Simeone Jr. perforara de cabeza la portería de Letachek. El segundo fue tras una contra, esta vez sí, bien llevada. La condujo De Paul, que está de cine esta temporada. El argentino cedió a su compatriota en mitad del área que la puso por bajo a un Letachek al que parecía esperarle un vendaval.

De hecho, casi cae el tercero antes de la media hora tras una jugada de bisonte de Galán. El extremeño, duda hasta casi última hora, se coló en el once y casi hace lo propio en el área del Getafe a fuerza de voluntad y rebotes. El balón terminó tras varios rechaces en las botas de Molina, que la puso atrás, y Lino casi consigue introducirla en la portería del guardameta checo.

Resultaba llamativa una cosa en el Getafe. No se llevaban ni un duelo. Algo que probablemente estuviera haciendo que a Bordalás se le llevasen los demonios. Todos, no un 90%, sino todos, eran para los jugadores rojiblancos. Fruto de otro duelo ganado llegó una nueva ocasión del Atlético con el Getafe descolocado. Esta vez sí, condujo bien Griezmann que cedió a Julián y éste, con todo a favor, la echó fuera para alivio del equipo que vestía de blanco. Seguro que habrá gustado a Simeone ganar a un conjunto merengue antes del derbi del sábado.

Antes del descanso, Letachek tuvo que recoger otro balón de las mallas. Lino, con dos recortes en un baldosín, sentó a la defensa getafense y puso el tercero. Hubiera llovido menos si Uche hubiera conseguido hacer un tanto en las dos siguientes jugadas que tuvo y que él mismo se creó. Es el nigeriano la mayor amenaza del Getafe esta temporada, pero quizás le está faltando algo de puntería, como le pasó con esos dos disparos antes de marcharse a los vestuarios.

Sin rival

A la vuelta, todo fue igual. Salieron los rojiblancos a morder y el Getafe a especular. Quien también salió igual fue el Cholito, que pudo completar el primer hat trick de un Simeone en el Atlético si Galán hubiera esperado el pase medio centímetro antes. Pero el extremeño se adelantó y su centro al argentino terminó anulado.

A partir de esos primeros minutos, el Atlético contemporizó y esperó a una contra y el Getafe quiso, al menos, cazar el gol de la honra para despedirse de la Copa con la cabeza alta. Pero los que lo hicieron fueron Correa y Sorloth. Quizás sean los suplentes más rentables de la liga española. Hicieron cuarto y quinto para despedir el choque. A día de hoy, hay universos entre ambas plantillas y, si todo transcurre con normalidad, la victoria siempre debía ser atlética. Lo que pasa es que Bordalás está acostumbrado a complicar los partidos a cualquiera, pero quizás los azulones hagan bien en centrar sus esfuerzos en otras lides. También el Atlético, que el sábado tiene otro derbi y ese, probablemente, le resulte más complicado que este.