Victoria Mboko, la canadiense cuyos padres huyeron del Congo, estrella a los 18 años del WTA 1000 de Montreal

Victoria Mboko, la canadiense cuyos padres huyeron del Congo, estrella a los 18 años del WTA 1000 de Montreal

El Masters 1000 de Montreal tuvo una semifinalista del todo insospechada. No conforme con derribar en octavos a Coco Gauff, vigente campeona de Roland Garros y número dos del mundo, Victoria Mboko, canadiense, originaria de la República del Congo, de donde sus padres huyeron durante el régimen de Mobutu Sese Seko, liquidó en cuartos a la española Jessica Bouzas y disputó ante Elena Rybakina el partido más importante en sus 18 años de vida, tras empezar el curso como 333ª y entrar en el cuadro por invitación.

Estamos ante la segunda anfitriona que alcanza la penúltima ronda del torneo desde 1970, después de que en 2019 lo hiciera Bianca Andreescu. Se trata también de la jugadora más joven en la era profesional que se planta entre las cuatro mejores del torneo. Curiosamente, su irrupción coincide con el adiós de su compatriota Eugenie Bouchard, que a los 31 disputó su último partido en la segunda ronda, cayendo ante Belinda Bencic.

Finalista en Wimbledon en 2014, año en el que disputó las semifinales del Abierto de Australia y de Roland Garros y alcanzó el quinto puesto del ránking, Bouchard no logró desarrollar una carrera acorde con las enormes expectativas despertadas. El caso de Mboko podría resultar circunstancial en un circuito atomizado en el que resulta difícil sacar la cabeza, pero lo cierto es que su imponente físico, la poderosa pegada de ambos lados de la cancha, la movilidad, la ambición y la génesis de su carrera invitan a creer en ella.

Sus padres, Cyprien Mboko y Godee Kitadi, recalaron en Charlotte, Carolina del Norte, donde nació Victoria el 26 de agosto de 2006. Pronto se mudaron a Toronto con el afán de abrirse paso en un mundo completamente ajeno y plagado de dificultades. En Burlington, Ontario, la tenista ingresó en la academia de Pierre Lamarche.

En busca de una vida mejor

El prestigioso entrenador canadiense dejaba el pasado mayo una reflexión concluyente en los tiempos que nos toca sufrir, cuando Mboko se plantó en la tercera ronda de Roland Garros llegando de la previa: "Tengo debilidad por quienes vienen del extranjero con el deseo de integrarse en nuestra sociedad. Las familias que se mudan a Canadá a menudo lo hacen por sus hijos. Vinieron para tener una vida mejor. No tenían nada para empezar.Su padre trabajaba de noche, su madre trabajaba en todas partes. Canadá debería estar orgulloso de esta familia", manifestó en ici.radio-canada.ca.

La protagonista de este WTA 1000 de Montreal ha ido dejando un rastro reseñable en su crecimiento. Con 14 años ganó en Serbia su primer torneo ITF, dos cursos después de disputar la final de la Orange Bowl, y en 2022 concluyó sexta en la categoría júnior. Esta misma temporada acumuló 22 victorias consecutivas en torneos de rango inferior.

Ahora a las órdenes de la francesa Nathalie Tauziat, finalista de Wimbledon en 1998, Mboko no olvida los sacrificios realizados por su padre para darle la oportunidad de intentar abrirse paso con la raqueta. Entró en el torneo con el dorsal 85 y suceda lo que suceda frente a Rybakina, se ha asegurado estar en el top 50 cuando termine la competición.

Alexandra Eala, semifinalista la pasada primavera en el WTA 1000 de Miami tras dejar atrás a Iga Swiatek, constituye la analogía más próxima en el tiempo. La filipina es hoy la número 65º del mundo. Leyla Fernández, nacida en 2002 en Montreal, alcanzó a los 19 años la final del Abierto de Estados Unidos. Hoy es 24ª. Emma Raducanu, británica nacida en Toronto, campeona en aquella edición del US Open con 18 años, figura en el puesto 33 en el escalafón y pelea por estabilizarse en el circuito después de abandonarlo durante unos meses por sus problemas para metabolizar el éxito. El ejemplo más solvente e inspirador es el de Mirra Andreeva, la pupila de Conchita Martínez, que recién cumplidos los 18 años cuenta con tres títulos, entre ellos esta temporada Indian Wells y Dubai, y es la número 5 del mundo.

Guardiola se queda solo: con la marcha de Begiristain asume sin su gran aliado el mayor desafío desde que llegó al Manchester City

Guardiola se queda solo: con la marcha de Begiristain asume sin su gran aliado el mayor desafío desde que llegó al Manchester City

Poco después de abandonar el Sporting de Lisboa, el pasado febrero, Hugo Viana ya se rodaba al lado de Tixiki Begiristain, a quien releva definitivamente como director deportivo del Manchester City. El guipuzcoano había anunciado su marcha en octubre de 2024 y su club pagó la correspondiente cláusula por Silva, que llega en un período delicado para los de Pep Guardiola. La eliminación en cuartos de final del Mundial de Clubes frente al Al Hilal fue el remate de un curso nefasto, en el que no consiguió título alguno y a duras penas logró plaza en la próxima edición de la Liga de Campeones.

El adiós de Begiristain se hizo efectivo con el final de julio y el término de su contrato, después de 13 años en los que ejerció una notable influencia en la transformación del City. Bajo su responsabilidad llegaron 21 títulos: una Liga de Campeones, siete Premiers, dos Copas de Inglaterra, una Supercopa y un Mundial de Clubes en su antiguo formato. Ex jugador de la Real Sociedad y del Barcelona, distinguido siempre por su clarividencia y exquisitez, también fue director deportivo en el equipo catalán.

Allí coincidió como futbolista con Pep Guardiola, en el inicio de una relación estrecha con los años. Ferran Soriano, director ejecutivo del City, el hombre que hizo efectiva su contratación por el equipo británico, completa una terna determinante en la explosión de un club tradicionalmente opacado por el brillo y el peso histórico del Manchester United.

Homenaje en el derbi

Sensible a cuanto ha representado en la entidad, el City rendirá homenaje a Begiristain precisamente en el derbi de la Premier, que se disputará el 14 de septiembre en el Etihad. «Todos en el Manchester City queremos agradecer a Txiki por todo lo que ha logrado durante su etapa en el Club, y esperamos con entusiasmo rendir homenaje a su extraordinaria contribución el próximo mes de septiembre», expresó el club a través de un comunicado.

City Studios, la productora de televisión, estrenará A farewell to Txiki [Una despedida a Txiki], documental donde se le rinde un generoso tributo. «Es uno de los mejores de la historia en su puesto», afirma Rodri en esta película donde se traza su trayectoria desde los inicios como futbolista. «Se va una parte de mí», lamenta Pep Guardiola, quien le reconoce su decisiva infuencia para haberse convertido en entrenador. «El desafío era encontrar una identidad», afirma Begiristain, de 60 años, a quien se puede ver también reunido con Guardiola y Soriano, además de en la firma del contrato de Eric Haaland.

Guardiola, que amplió su contrato hasta junio de 2026, se enfrenta a la etapa más difícil en la que será su décima temporada en el banquillo del City. La influencia de Viana, el relevo de Txiki, ya quedó patente en los fichajes de Nico González, Vitor Reis y Marmoush, tres de los futbolistas que forman parte de la acelerada reconstrucción del equipo.

Kevin de Bruyne, eje del equipo hasta el inicio de su declinar el pasado curso y uno de los valiosos fichajes de Begiristain, se fue al Nápoles, pero a Jack Grealish, por el que el City pagó 117 millones de euros en 2021, aún se le busca destino. Apuesta personal de Guardiola, el zurdo no viajó al Mundial de Clubes como consecuencia de su progresiva pérdida de protagonismo y se ha convertido en un problema serio. Cobra 18 millones de euros por temporada, tiene contrato hasta 2027, y será difícil encontrarle un destino donde asuman tan cuantiosa ficha. La opción más plausible a fecha de hoy sería una cesión al Everton.

Sinner, rigor, aplicación y método: "Si ve que te hace daño con una jugada, la repite sin descanso"

Sinner, rigor, aplicación y método: “Si ve que te hace daño con una jugada, la repite sin descanso”

Un adjetivo se impone sobre cualquier otro a la hora de dibujar el estilo de Jannik Sinner, quien, tras ganar en dos ocasiones el Abierto de Australia, imponerse el último otoño en el Abierto de Estados Unidos y perder de modo algo traumático la final del pasado Roland Garros, se redimió ayer en Wimbledon ante Carlos Alcaraz, el mismo adversario de hace poco más de un mes, para conquistar su cuarto título del Grand Slam.

Ese adjetivo es «robótico».

"Alcaraz inventa, varía, diversifica. Sinner es más predecible, pero también cuenta con un nivel altísimo, como ha demostrado después de estar tres meses sin jugar. Exhibe estabilidad, concentración, seguridad y regularidad", dice en conversación telefónica con este periódico Juan Bautista Avendaño, ex jugador, doble campeón de la Copa Davis como integrante del equipo de capitanes de España y ahora director técnico de la Federación Madrileña de Tenis, en cuya descripción del indiscutible potencial del campeón de San Cándido también aparece la analogía con un "robot".

"Al igual que Carlos, también marca una línea muy superior con respecto a todos los demás", apunta Emilio Sánchez Vicario, ex número 7 del mundo y campeón de la Copa Davis 2008 como capitán de España. Su escáner señala condicionantes geográficos. "Viene de los Alpes italianos, es casi medio alemán. Es súper metódico. Si ve que te hace daño sacando abierto en el lado de la ventaja lo va a repetir las veces que haga falta, y así puede jugar los dos o tres primeros tiros a una velocidad superior. Ha ampliado su repertorios gracias a la influencia de Carlitos; ahora cierra más jugadas en la red".

Lejos de la escuela italiana

Nacido en San Cándido, un pequeño pueblo situado en Los Dolomitas, en la frontera entre Italia y Austria, Sinner se sale del estereotipo del tenista italiano, al que se le presupone genio e improvisación. Nada que ver, por ejemplo, con Fabio Fognini, que a sus 38 años, llevó a los cinco sets a Alcaraz en primera ronda de este Wimbledon.

"No suele perder con quien no toca", comenta Tati Rascón, hoy presidente de la Federación Madrileña de Tenis y en su etapa de jugador caracterizado por su juego de saque y volea. "Es riguroso y ordenado. Mantiene un nivel alto de intensidad a lo largo de todo el año. Alcaraz tiene más altibajos, pero también transmite y divierte más".

Rigor, aplicación y método mediante, Sinner se ha convertido en el primer italiano que gana Wimbledon y ha puesto fin a una sangría de cinco derrotas consecutivas ante Alcaraz, con quien litiga por todo en una ya consolidada rivalidad.

"Perder una final del Grand Slam como la de Roland Garros, con tres puntos de partido, aunque fueran al resto y no dependiera plenamente de él, duele mucho. Las rivalidades se alimentan del equilibrio, como sucedió, yendo bastante atrás, entre Borg y McEnroe. La batalla entre ellos se va a dilatar en el tiempo", dice Sánchez Vicario.

Otra velocidad

"Ahora mismo el tenis está en manos de estos dos jugadores. Me sorprendió que Djokovic planteara tanta oposición en las semifinales de Roland Garros. Alcaraz y Sinner juegan a otra velocidad y pertenecen a otra generación", comenta Avendaño.

Son ya 13 partidos entre ambos, con cinco triunfos del italiano, que venía de perder dos veces en Roland Garros, además de en Roma, Pekín e Indian Wells. Había que retroceder a las semifinales de 2023 en la capital china para encontrar su última victoria frente a Alcaraz.

"Tras los tres match points perdidos en París, demostró fortaleza y actitud, recuperó un saque en el quinto set y peleó hasta el final. Ya entonces, dejó claro que tiene bastantes vidas", concluye Sánchez Vicario.

"Es el traspaso que estaba buscando": Zubimendi se va al Arsenal y deja 70 millones en las arcas de la Real Sociedad

“Es el traspaso que estaba buscando”: Zubimendi se va al Arsenal y deja 70 millones en las arcas de la Real Sociedad

"Este es un gran momento en mi carrera. Es el traspaso que estaba buscando y el que quería. En cuanto pones un pie aquí, te das cuenta de lo grande que es este club". Son palabras de Martín Zubimendi recogidas en la página web del Arsenal, el que es ya su nuevo club. El centrocampista internacional con la selección española abandona así la Real Sociedad dejando en las arcas de los donostiarras 70 millones de euros, por encima de lo que señalaba su cláusula de rescisión a cambio de que los británicos puedan pagar a plazos.

«"Puse mi mirada en el Arsenal porque su estilo de juego encaja conmigo. Han mostrado potencial recientemente y lo mejor todavía está por llegar", añadió el vasco, que se reunirá en el Emirates Stadium con su excompañero Mikel Merino, que ya ha completado su primera temporada a las órdenes de Mikel Arteta, también donostiarra y con un breve paso por la Real como jugador.

"Martín es un jugador que nos va a dar mucha calidad e inteligencia futbolística. Se va a acoplar realmente bien y tiene todos los atributos para ser un jugador clave para nosotros. Los estándares que ha mostrado de forma regular en las últimas temporadas tanto para su club como para su selección es lo que nos hace que tengamos tantas ganas de que esté con nosotros", valoró Arteta.

Los Gunners tenían en el radar a Zubimendi desde hace varios meses. Deseado por varios clubes de élite, en especial en Inglaterra, rechazó al Liverpool y en su momento también sonó para el Barcelona y el Real Madrid. Su contratación responde la necesidad del club londinense, semifinalista de la última edición de la Liga de Campeones y subcampeón de la Premier League, tras las salidas de Jorginho y Thomas Partey.

Cariñosa despedida

"Desde los catorce años en Zubieta, el donostiarra ha sido un ejemplo para todos. Compromiso, exigencia y rendimiento máximos los que ha dado pilotando la nave txuri urdin desde el centro del campo", expresó la Real Sociedad en un mensaje de despedida, en el que le desea "la mejor de las suertes". "Esta siempre será tu casa. Lo que nace en el corazón no lo cambia nada ni nadie. Eskerrik asko [gracias], Martín", concluye el mensaje de su ya ex equipo, que sigue padeciendo un severo proceso de descapitalización profesional e inicia una incierta etapa con la llegada como entrenador de Sergio Francisco tras la salida de Imanol Alguacil, quien dirigió el equipo desde marzo de 2018. Con Zubimendi, de 26 años, la Real ganó una Copa del Rey estuvo cinco temporadas consecutivas en competiciones europeas, una de ellas en la Liga de Campeones.

El medio centro ha brillado con la selección estos últimos meses en ausencia de Rodri, Balón de Oro 2024, gravemente lesionado de la rodilla a mediados de septiembre y que regresó a la competición en mayo con el Manchester City. El guipuzcoano ha firmado un contrato de "larga duración" con el club londinense y se une a un centro del campo que incluye a Declan Rice, Martin Odegaard, además del citado Mikel Merino.

Es la segunda incorporación del Arsenal este verano, tras la deLguardameta Kepa Arrizabalaga, y la primera piedra para que Arteta y su equipo den el paso definitivo para ganar un gran título después de tres subcampeonatos de la Premier League consecutivos. Los siguientes pasos en la jefatura deportiva del Arsenal incluyen el fichaje de un defensa central, estando muy avanzada la incorporación de Cristhian Mosquera, del Valencia, y sobre todo de un delantero, posición para la que los anhelos van dirigidos hacia Viktor Gyokeres y Benjamin Sesko.

Sinner afila el servicio en su vuelta a un Grand Slam después de la traumática final de Roland Garros

Sinner afila el servicio en su vuelta a un Grand Slam después de la traumática final de Roland Garros

Los seguidores que colmaron la pista 1 de Wimbledon, en otra jornada de ardor climatológico, con 34 grados de temperatura, dispensaron a Jannik Sinner un significado aprecio. El número 1 del mundo volvía a un torneo del Grand Slam después del drama padecido en la final de Roland Garros, cuando tuvo tres puntos de partido para hacerse con su cuarto major y acabó sometido por la extraordinaria reacción de Carlos Alcaraz. «Es un nuevo torneo, con nuevas oportunidades, un nuevo desafío», comentó a pie de cancha una vez certificada la victoria ante su compatriota Luca Nardi por un plácido 6-4. 6-3 y 6-0.

Entre manifiestas muestras de apoyo, Sinner, eliminado por Alexander Bublik en la segunda ronda del torneo ATP 250 de Halle en su único torneo de transición hacia la hierba del All England Club, sólo necesitó una hora y 48 minutos para dejar atrás al número 95 del mundo, cuya mejor carta de presentación fue la victoria lograda el pasado año ante Novak Djokovic en Indian Wells. Ganador de las dos últimas ediciones del Abierto de Australia y del pasado US Open, el tenista de San Cándido también tiene tareas pendientes en Wimbledon, donde su techo se encuentra en las semifinales de 2023, cuando cayó en tres sets contra Djokovic. Fue un año antes, en cuartos, también contra el serbio, cuando, aún lejos del competidor que es hoy, dejó escapar dos sets de ventaja.

Habrá que esperar a las últimas rondas, donde se le espera, para evaluar el calado anímico del golpe sufrido en París. «Tienes un rival en cada momento, así que estoy muy feliz con respecto a hoy [por ayer]. Obviamente, intento seguir adelante y disfrutar de jugar aquí. Si no lo haces en este tipo de superficies, no sé dónde lo vas a hacer. Estoy feliz de estar aquí y ya veremos que pasa», comentó a la espera de su rival de mañana, el australiano Aleksandar Vukic, 93º, a quien ha derrotado en sus dos cruces previos, ambos en psita dura, el más reciente en Sofía, hace tres años.

Trabajo específico

Sensato y aplicado, aprovechó las semanas previas a Wimbledon para trabajar con especial dedicación el servicio, golpe que adquiere una relevancia capital en este torneo. Ayer, en su debut, sólo perdió 12 puntos con el saque, no concedió una sola pelota de rotura y rentabilizó cinco de las 13 pelotas de break que creó.

«He servido muy bien, especialmente en los momentos importantes. Al principio creo que a los dos nos costó un poco y no hubo muchos peloteos, pero después di un paso adelante. Estoy satisfecho de cómo he terminado el partido», comentó. Magnífico restador, Sinner aún consiente en su servicio un severo margen de progresión, así como en las aproximaciones y movimientos en la red.

En una reciente entrevista con Andy Roddick, Darren Cahill explicó su aterrizaje en el rincón de Sinner, a quien dirige desde hace tres años. El entrenador australiano habló con Djokovic sobre aquel partido de cuartos de final de Wimbledon en 2022, donde el serbio acabó imponiéndose en cinco sets.

Franco, elocuente, el siete veces campeón del torneo le vino a decir que resultaba relativamente cómodo adaptarse al ritmo de pelota de Sinner, que proponía poco más allá de la dureza y profundidad de sus golpes desde ambos lados de la pista. Cahill compartió con su jugador las impresiones de Djokovic, recibidas por el italiano con la máxima atención.

Alcaraz buscará este miércoles (16.00 h., Movistar) la tercera ronda del torneo ante el británico Oliver Tarbet, que superó la fase previa tras recibir una invitación y disputa su primer torneo profesional. El español Jaume Munar protagonizó una de las noticias de la jornada al superar en cinco sets a Bublik, 31º, reciente campeón en Halle y cuartofinalista de Roland Garros. Alexander Zverev, tercer cabeza de serie, se fue precipitadamente tras caer en cinco sets ante el francés Arthur Rinderknech.

Tres títulos y 18 victorias consecutivas: ¿Alguien puede detener a Carlos Alcaraz?

Tres títulos y 18 victorias consecutivas: ¿Alguien puede detener a Carlos Alcaraz?

Si los números son arrolladores, la impresión que transmite en pista, es, si cabe, aún más intimidatoria. Da la impresión de que Carlos Alcaraz en ocasiones gana incluso sin proponérselo. «No venía aquí con demasiadas expectativas», dijo a pie de pista, en el Andy Murray Arena, tras imponerse al checo Jiri Lehecka por 7-5, 6-7 (5) y 6-2, para vencer nuevamente en Queen's, como ya hizo en 2023, y hacerse con su tercer título consecutivo, quinto del año, vigésimoprimero en su carrera.

Lejos de quedarse en una plataforma de lanzamiento de cara a Wimbledon, donde a partir del 30 de junio buscará su tercera corona consecutiva, el coqueto ATP 500 de la capital británica sirvió para constatar la suficiencia con la que el número dos del mundo (las jerarquías, de momento, mienten, o al menos engañan) se maneja sea cual sea el escenario y el oponente.

Desde que perdiera ante Holger Rune el 20 de abril en la final del Conde de Godó, limitado por los problemas físicos sufridos en el último set, por los que decidió después no jugar el Masters de Madrid, Alcaraz ha encadenado 18 victorias consecutivas. Fue campeón en Roma y en Roland Garros, en ambos casos con Jannik Sinner como víctima, y ha vuelto a demostrar en Queen's una asombrosa naturalidad en la adaptación al cambio de superficie. No se trata sólo de la destreza con la que se mueve y de la eficacia con uno de los golpes con los que presenta mayor margen de mejora, como es el servicio, sino también de una mentalidad prestamente ajustada a las nuevas demandas.

Sin lagunas mentales

Si en París, antes de hacer cumbre en una final que agotó los mejores calificativos, pasó por algún trance incómodo por no refrendar las roturas de servicio, como le sucedió ante Lorenzo Musetti en semifinales y frente al propio Sinner, en Londres ha sido muy consciente a la hora de poner en valor el peso de hurtar el saque a sus adversarios y la delgada línea en la que pueden decidirse los partidos en un terreno tan resbaladizo.

Si algo se le puede aún discutir a este tenista de 22 años que ya cuenta con cinco títulos del Grand Slam es, ocasionalmente, la falta de constancia en su juego, ocasionada en gran medida por un legítimo sentimiento de superioridad sobre sus adversarios. Aunque pudiera sorprender, todavía se encuentra en un proceso de aprendizaje, y la hierba le ayuda a ser mejor tenista, a limar esas pequeñas lagunas mentales.

Alcaraz festeja su título en Queen's con los recogepelotas del torneo.

Alcaraz festeja su título en Queen's con los recogepelotas del torneo.AFP

Ante Lehecka, en una final que tal vez hubiera resuelto en dos sets de no mediar la doble falta que acabó por costarle el desempate del segundo, exhibió más aces que nunca en su carrera, 18, y ganó 21 de los 29 puntos jugados con su segundo saque, el 72%. Nunca perdió el hilo de un partido en el que eligió con mimo y acierto entre su inmenso repertorio, sacrificando la brillantez mostrada en semifinales ante Roberto Bautista.

Frente a la relativa insignificancia de los triunfos de Taylor Fritz en Stuttgart, Gabriel Diallo en Hertogenbosch y Alexander Bublik en Halle, y a la espera de lo que suceda esta semana en Mallorca y Eastbourne, la autoridad mostrada por Alcaraz en Queen's le pone algunos cuerpos por encima del resto para Wimbledon. Doble cuartofinalista, Fritz es entre los citados quien más lejos llegó con anterioridad en el All England Club. A la espera de un improbable renacer de Djokovic, que descansa desde las semifinales de París, y con Sinner, superado por Bublik en octavos de Halle y aún convaleciente de los tres match points que se le escaparon en la final de Roland Garros, resulta difícil vislumbrar quién pueda detenerle.

Alcaraz replica la crecida de Lehecka, gana en Queen's su quinto título del año y fortalece su candidatura para Wimbledon

Alcaraz replica la crecida de Lehecka, gana en Queen’s su quinto título del año y fortalece su candidatura para Wimbledon

Llegará un día, seguramente aún lejano, en el que torneos como Queen's serán solo un pequeño trampolín para Carlos Alcaraz, un lugar donde ponerse a punto, con la posibilidad de dejarse ir y guardar fuerzas para aquello que realmente importa. Con 22 años recién cumplidos y una energía rebosante, el español lo quiere todo. Y lo quiere ahora. Este año ha ganado cinco de los 10 torneos disputados, perdió la final del Conde de Godó ante Holger Rune, hizo semifinales de Indian Wells ante Jack Draper, cuartos frente a Novak Djokovic en Australia y Jiri Lehecka en Doha y derrota en el estreno frente a David Goffin en Miami.

Su victoria por 7-5, 6-7 (5) y 6-2, en dos horas y 18 minutos, frente a Lehecka (uno de los cinco jugadores que había osado derrotarle en 2025) este domingo en Queen's, le da el vigésimoprimer título de su carrera, además de fortalecer su candidatura para ganar Wimbledon por tercer año consecutivo. También campeón en Queen's en 2023, cuenta sus finales en hierba por victorias: cuatro de cuatro. En un duelo de considerable exigencia, se mostró de nuevo solvente a la hora de manejar el vocabulario de la superficie. Incluso ganó un juego en blanco, el cuarto del segundo parcial, con cuatro saques directos. Completó 18, su récord personal tras los 15 establecidos en la semifinal frente a Roberto Bautista.

Lehecka es un buen tenista que, condicionado por las lesiones, demora su ingreso en el lugar jerárquico que le correspondería. Es también un jugador algo robótico, al que le falta alma. Saca bien, golpea duro y plano de ambos lados, tiene un swing corto y suele mirar hacia delante, características que le favorecen en superficies rápidas, donde ha ganado sus dos únicos títulos, ambos ATP 250, en Adelaida, en 2024, y en Brisbane, en el inicio del curso.

Paciente

Tras contar con una pelota de break en el quinto juego, solventada por el checo con un saque directo, Alcaraz supo esperar su momento. Gritó "¡Vamos!" cuando apareció la segunda, con el primer parcial igualado a cinco. Ésta sí, jugada y convertida, merced a una derecha a la red de Lehecka. Refrendó con el servicio y puso el 7-5. Su amplia gama de recursos convierte al español en un tenista imprevisible. Siempre parece contar con un arma escondida, de la que hará uso cuando sea necesario.

A diferencia de la tierra batida, la hierba no consiente distracciones. Lo sabe Alcaraz, cuyo grado de implicación es constante. Pese a ello no pudo evitar una doble falta con 5-5 en el desempate del segundo, que le costó el set, en plena crecida del checo. No se lo acabó de creer Lehecka, quien concedió pronto su saque, en el cuarto juego del tercer parcial y ya no encontraría billete de vuelta.

También campeón en Roland Garros, Roma, Montecarlo y Rotterdam, Alcaraz se presentará en Wimbledon con 18 victorias consecutivas y una readaptación inmediata a una superficie donde se mueve como los ángeles. ¿Habrá alguien capaz de detenerle?

Un 'herbívoro' Alcaraz se exhibe ante Bautista y jugará contra Lehecka en Queen's su quinta final consecutiva

Un ‘herbívoro’ Alcaraz se exhibe ante Bautista y jugará contra Lehecka en Queen’s su quinta final consecutiva

Carlos Alcaraz perdió su último partido ante Holger Rune el pasado 20 de abril, en la final del Conde de Godó. Desde entonces, suma 17 victorias consecutivas, las que corresponden a su primer título en el Masters 1000 de Roma, donde venció en la final a Jannik Sinner, a la revalidación de su corona en Roland Garros, donde volvió a derrotar al italiano en la final de las finales, y a sus cuatro triunfos hasta plantarse también en la final del ATP 500 de Queen's, donde este domingo (15.00 h., Movistar) buscará ante Jiri Lehecka su segundo título, tras imponerse en semifinales a Roberto Bautista por 6-4 y 6-4, en una hora y 29 minutos.

En 2023, en su debut en el torneo londinense, estuvo a punto de irse a la calle de entrada ante Arthur Rinderknech, el mismo a quien derrotó cómodamente en cuartos en esta edición. Entonces, algún consumado especialista televisivo comentó que le costaría años aprender a desenvolverse con éxito sobre hierba. Pocos días después de llevarse el trofeo en Queen's, derribó el imperio de Novak Djokovic y ganó el primero de sus dos títulos de Wimbledon. El 30 de junio abrirá el torneo en la Central del All England Club en busca del tercero. Nadie es más favorito que él para alzar la copa.

Una rotura en el tercer juego fue suficiente renta para que el murciano se llevara el primer set ante Bautista en un partido que gobernó desde el inicio, apoyado en la eficacia de su servicio (15 saques directos), en el resto y en su destreza en la red (12 de 15 en sus aproximaciones). El lenguaje de Alcaraz es universal. Una de sus recetas clásicas, ya exhibida de nuevo en Roland Garros, va aún más cargada de pimienta en la hierba. Se trata del servicio angulado que le permite abrir pista después con su derecha o, si fuera preciso, como lo fue en la última pelota del parcial, sellar con una volea baja cruzada de revés sin nada que envidiar al mejor de los especialistas.

Un adversario ejemplar

A sus 37 años, Bautista ha perdido jerarquía, pero no pasión. Pocos jugadores en los últimos tiempos han demostrado semejante cariño y dedicación por lo que hacen. En primera ronda salvó un punto de partido ante Nuno Borges y ha transitado por el torneo superando complicaciones. Siempre fue un tenista contracultural en el modelo español, alguien más capaz en superficies veloces que sobre arcilla. Semifinalista de Wimbledon en 2019, ganó en la hierba de Hertogenbosch en 2014 y disputó la final en Mallorca en 2022, también sobre pasto. Cuenta con 12 títulos ATP, el más reciente en Amberes, bajo techo, dos años atrás.

Los tres lustros de diferencia entre ambos y el mayor castigo con el que llegó Bautista, tras un duro partido frente a Rune, influyeron en el desarrollo de su tercer duelo, que tuvo el mismo vencedor que los dos precedentes. Alcaraz caminó con más holgura que la que dictaba el marcador. El break en el quinto juego del segundo set, tras encadenar una secuencia diabólica de derechas, le proyectó definitivamente hacia el partido definitivo, aunque hubo de salvar una bola de rotura en el octavo juego.

Campeón también en Rotterdam y Montecarlo, buscará su quinto título de 2025, vigésimoprimero de su carrera, ante Lehecka, 30º, que sorprendió a Jack Draper, segundo favorito, por 6-4, 4-6 y 7-5, para desconsuelo de la afición británica. Están 1-1 en el cara a cara, con triunfo del checo en el cruce más reciente, este año, en cuartos de Doha.

Un Manchester City en pleno proceso de reconstrucción se impone sin brillo al Wydad marroquí

Un Manchester City en pleno proceso de reconstrucción se impone sin brillo al Wydad marroquí

Habrá partidos más reveladores para evaluar al Manchester City que el resuelto este martes ante el Wydad de Casablanca. Inmerso en una severa transición, con muchos jugadores casi recién incorporados en este segundo ciclo de fichajes, el equipo británico liquidó a su primer rival en este Mundial de clubes por 2-0, con un gol de Foden nada más comenzar el partido y otro de Doku a la salida de un córner cuando se consumía el primer tiempo. En ambos casos quedó en evidencia la capacidad defensiva del conjunto más laureado de África, retratado por la debilidad de su guardameta y después por la complacencia de sus zagueros.

Después de una temporada muy decepcionante, con el equipo emitiendo señales crepusculares, el conjunto de Pep Guardiola afronta la competición con la idea de redimirse y sentar las bases de un proyecto fiable, que le devuelva la competitividad exhibida en la última década. Esta primera edición del Mundial de clubes es una buena oportunidad para los británicos, el Real Madrid o incluso el Atlético, que vienen prácticamente de vacío de los torneos importantes.

Fueron muchas las novedades del City, con Reis, 0'Reilly, Reijnders y Cherki en el equipo inicial, junto a futbolistas más reconocibles, con Ederson, Foden y Ake entre la que pudiéramos denominar vieja guardia. Tras un curso muy flojo, el delantero internacional exhibió mejores prestaciones, que seguramente le ayudarán a recobrar parte de su devaluada autoestima.

Poca fluidez

Como no podía ser de otro modo, el City respeta la propuesta de su técnico, que presentó una formación de marcado carácter ofensivo. Distinto es que aún le falte ajustar automatismos y lograr mayor fluidez en el centro del campo, además de más coordinación atrás, donde el brasileño Reis se mostró vulnerable, sobre todo en un lance que no supieron rentabilizar primero Lorch y a continuación Mailula y que hubiera significado la igualada a uno.

Hubo media hora para Rodri en el medio deshabitado Lincoln Financial Field de Filadelfia. En el medio centro español, aún corto de ritmo y precisión tras estar lesionado prácticamente durante toda la temporada, se encuentra la piedra angular para devolver al City su peso jerárquico. No sucedió demasiado en la segunda parte, más allá de una ocasión franca para Doku tras una pifia defensiva de rubor al que encontró remedio esta vez el guardameta Benabid. Aparecieron también entrada la segunda parte Haaland y Gündogan, supervivientes en un equipo en el que ya no están pesos pesados como De Bruyne y buscan destino Walker y Grealish.

La expulsión de Lewis por un plantillazo sobre Obeng en el minuto 89 le impedirá disputar el próximo partido, ante el Al Ain. El último en el Grupo G será ante la Juventus, prueba ya de cierto nivel para un equipo obligado a reinventarse.

Otras finales inolvidables del Grand Slam: desde la época de Borg y McEnroe hasta Wimbledon 2008 y las batallas del 'Big Three'

Otras finales inolvidables del Grand Slam: desde la época de Borg y McEnroe hasta Wimbledon 2008 y las batallas del ‘Big Three’

La Central del All England Club se había desprovisto de su halo místico. Era una atmósfera propia de un partido importante de los pross. Los gritos de «Let's go, Roger, let's gol!» adquirieron decibelios atronadores. Casi nadie podía permanecer indiferente. Tampoco algunos de los periodistas que resistimos en pista conmovidos hasta la última pelota. Roger Federer dispuso de dos puntos para ganar el partido al servicio, cuando dominaba por 8-7 y 40-15 en el quinto set. Las disputó bajo el mismo patrón que le había permitido derrotar a Andy Murray en la final de 2012. Pero Novak Djokovic sofocó sus aproximaciones a la red, la segunda de ellas con un passing shot cruzado de derecha.

Sucedió el 14 de julio de 2019. Djokovic se impuso en cinco sets después de cuatro horas y 57 minutos y frustró la última posibilidad del suizo de ganar un título del Grand Slam.

Federer jamás se recuperó de aquel golpe. Iba camino de los 38 años, había superado a Rafael Nadal en semifinales y aún reunía argumentos para opositar por el que hubiera sido su vigesimoprimer grande. A partir de ahí, su figura declinó sin remedio, marchitada por el tiempo y por el recuerdo del desenlace más triste de su vida tenística. La final más larga del torneo y sin duda una de las más hermosas marcaría el inicio de la cuenta atrás para su retiro, que se produjo tres veranos después.

WIMBLEDON 1980

Esta rememoración de otras grandes finales de los majors en la era profesional no se ciñe a la cronología y parte, evidentemente, de apreciaciones personales. Ateniéndonos a la calidad y perfección del juego exhibido, al derribo de límites que podían considerarse inabordables, a la progresión constante hasta una inimaginable culminación y al juicio de consumados especialistas, la que suscribieron este domingo Carlos Alcaraz y Jannik Sinner en Roland Garros es la mejor de cuantas ha habido.

Borg, tras ganar Wimbledon en 1980.

Borg, tras ganar Wimbledon en 1980.ROBERT DEARAP

Hace 45 años, en la prehistoria, Bjorn Borg superó a John McEnroe en cinco sets pese a perder el desempate del cuarto, que se fue hasta el 18-16. Cualquiera de las cuatro finales del Grand Slam en las que contrastaron estilos, temperamentos y hasta formas de interpretar la vida merecería ser glosada. Esta también reunió todos los atractivos que entonces sólo concitaban ellos dos. Un año después, en el mismo escenario, vencería en cuatro parciales el zurdo de Douglaston, cuyo triunfo en la final del US Open de esa misma temporada derivaría en el acelerado adiós de Borg, quien tomó la puerta de salida en 1982, con tan sólo 26 años.

AUSTRALIA 2012

Las mejores expresiones tenísticas suelen nacer de una rivalidad, un contraste y un contexto. Sucede entre Alcaraz y Sinner, sucedió entre Borg y McEnroe y en la larga secuencia cruzada de enfrentamientos entre el Big Three: Djokovic, Nadal y Federer. La final de Melbourne 2012 señaló el ecuador en los 60 duelos que alumbraron el serbio y el español. Venció Nole por 5-7, 6-4, 6-2, 6-7 (5) y 7-5. Cinco horas y 53 minutos: no ha habido final más larga de un grande en la era profesional. El semblante extenuado de ambos en la entrega de premios, las dificultades para sostenerse en pie, eran la imagen elocuente del carácter salvaje de la confrontación, en la que el español contó con 4-2 y servicio en el último parcial. Fue su séptima final consecutiva perdida frente a Djokovic, tendencia que revertiría esa misma temporada al abrigo de la tierra batida.

WIMBLEDON 2008

Inevitable traer aquí el partido reconocido entonces por la prestigiosa revista Sports Illustrated como el mejor de la historia del tenis. Nadal, que había perdido dos finales consecutivas ante Federer sobre su hierba sagrada londinense, tuvo en la mano el éxito por el camino más corto, pero se vio llevado hasta un desenlace a cinco sets cargado de misterio. El encuentro fue interrumpido en dos ocasiones debido a la lluvia. Pedro J. Ramírez, presente en el partido y entonces director de este periódico, tituló su tradicional carta semanal «Nadal contra Voltaire». «Siete horas y cuarto después de la señalada para comenzar, Aquiles había derrotado a Héctor por un margen más estrecho que una capa de mantequilla. El uno había ganado 209 puntos, el otro 204», escribió.

US OPEN 2009

Juan Martín del Potro tan sólo tenía 20 años. Acudía cada noche a cenar acompañado por su equipo, con Franco Davin, entrenador, y Martiniano Orazi, fisioterapeuta, a la cabeza, en un restaurante español situado en Lexington Avenue, Manhattan, Tercera Avenida. Aún estaba lejos de ser una celebridad. Departían como el resto de los comensales, sin demandar un reservado. El poderoso fajador argentino se plantó en la final ante Federer sin demasiadas opciones aparentes. El suizo llevaba un lustro inmaculado en Flushing Meadows. Delpo ganó por 3-6, 7-6 (5), 4-6, 7-6 (4) y 6-2.

Djokovic, tras ganar Wimbledon en 2019.

Djokovic, tras ganar Wimbledon en 2019.TIM IRELANDAP

ROLAND GARROS 1984

Los dos primeros sets de John McEnroe en la final ante Ivan Lendl fueron pura artesanía. La derrota más dura en la carrera del estadounidense está recogida en Buscando la perfección, película documental escrita y dirigida por Julian Faraut. Lendl, entonces aún ciudadano checoslovaco, venció por 3-6, 2-6, 6-4, 7-5 y 7-5, para desconsuelo de quienes contemplábamos el tenis sin patria ni bandera, sólo condicionados por la fascinación que provocaban genios como McEnroe.