El día después de Nadal: una agenda vacía tras el súbito adiós y el descafeinado homenaje

El día después de Nadal: una agenda vacía tras el súbito adiós y el descafeinado homenaje

Rafael Nadal se acostó a las tres y media de la madrugada de este miércoles en su habitación del Hotel Higuerón de Fuengirola, el que acogió al conjunto español y a otros de los participantes en la Copa Davis, tras una despedida que todo el mundo hubiera deseado diferente. Amaneció tarde y emprendió el regreso a su domicilio en Mallorca, donde pasará los próximos días.

El desencanto era indisimulable en el precipitado homenaje, cuyo rango se había elevado exponencialmente en caso de victoria ante los Paises Bajos. No sólo fue el bajo rendimiento en su partido ante Botic van de Zandschulp sino que la derrota del doble formado por Carlos Alcaraz y Marcel Granollers le privó del tributo que constaba en el guion.

El escenario ideal del adiós era, como pronto, este viernes, cuando estaba prevista la aparición, entre otros, de Roger Federer y Pau Gasol, además de la llegada de muchos periodistas acreditados que contaban con que España estaría al menos en semifinales.

La ausencia de su tío Toni

Estuvo rodeado de toda su familia y de todo su equipo, al que se reincorporó para la ocasión Francis Roig y se sumó su dietista, Nuria Granados, además de Joan Forcades, quien esculpió su físico desde los inicios y ha preferido permanecer siempre en el anonimato, ambos poco habituales en los desplazamientos.

En su entorno mediático, donde se percibe un evidente malestar, prefieren no hablar de la clamorosa ausencia de su tío Toni, que tenía compromisos de trabajo en Roma y ya advirtió que sólo podría acudir si España llegaba a la final del próximo domingo.

No hay agenda inmediata para el ya ex jugador de tenis más allá de algunos actos con patrocinadores y con la Unversidad Alfonso X el Sabio. Nadal tenía previsto seguir en Málaga y sentarse a pensar con calma una vez que terminase su carrera, pero no esperaba que se precipitase de este modo el desenlace. La Federación Internacional de Tenis había planificado el homenaje para este viernes, ganase o perdiese España en semifinales. Tiene un acto en Madrid el día 4 de diciembre y una larga lista de peticiones de entrevistas en la agenda de su jefe de prensa, que se tomará su tiempo para atender.

El sueño roto de la final

Había entrenado en su academia de Manacor con Roberto Bautista el lunes y el martes de la pasada semana y lo hizo antes de la eliminatoria con Países Bajos con Alcaraz, percibiendo nuevas sensaciones. Todo resultaba alentador. La derrota entraba dentro de sus posibilidades, pero nadie lo esperaba, menos aún ante el 80º del mundo, un jugador al que había superado con comodidad en sus dos enfrentamientos previos, eso sí, en 2022, año en el que ganó el Abierto de Australia y su decimocuarto Roland Garros.

Se soñaba con una final el domingo ante la Italia de Jannik Sinner, la hipótesis idílica para una adiós a lo grande, con el lujo de un enfrentamiento entre el número 1 del mundo y Alcaraz, los dueños del futuro.

El legado de Nadal, bajo la lupa de los expertos: "Fue un gladiador que trituraba rivales con la mente"

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Dice Eric Bruna, que cubre el tenis para el rotativo Le Parisien desde hace 24 años, que la nostalgia empezó con el adiós de Roger Federer en la Laver Cup de 2022, se acentúa ahora con la marcha de Rafael Nadal y dejará aún más rengos emocionalmente a muchos periodistas y aficionados cuando se marche Novak Djokovic, que tiene 37 años y no tardará en hacerlo. «Como comentó Nadal cuando acudió al homenaje a RogerFederer en Londres, con la jubilación del suizo se iba un poco del propio Nadal. Diría que con la salida del español también se va un poco de Djokovic».

Hay una generación de periodistas que han acumulado trienios siguiendo las andanzas del denominado Big Three y que difícilmente van a disfrutar del mismo modo de lo que venga, de lo que ya está aquí, léase Carlos Alcaraz y Jannik Sinner. «Tengo 52 años. Me he hecho mayor con ellos. Hay una relación de corazón con los tres. Seguro que Alcaraz y Sinner ganarán muchos títulos, pero dudo que veamos un período semejante a éste. Ha sido la época dorada del tenis».

Philippe Bouin, retirado desde hace tiempo, es un referente en el mundo del tenis y nos deleitó en L'Equipe con su visión incluso de años pretéritos a los protagonizados por estos tres jugadores que suman 66 títulos del Grand Slam. «Todo alrededor del juego de Rafa, de sus récords, de sus habilidades físicas y de su fortalezas, ha sido escrito millones de veces. Añadiré el que es para mí el mayor de sus logros: a pesar de su éxito y de la fama consiguiente, de la adoración que suscita en el mundo, ha sido capaz de permanecer como una persona normal a lo largo de toda su carrera. Uno de mis sobrinos pequeños es recogepelotas en Roland Garros y le adora por su amabilidad, tanto dentro como fuera de la pista. Es un complemento increíble a pesar de su fama mundial».

"Nos vamos poniendo viejos"

Benjamín Benzaquén, la voz de Radio ADN de Chile, con muchos torneos a sus espaldas, entre ellos 37 Roland Garros, se siente también personalmente concernido por la retirada de Nadal. «El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos, dice una canción que entonaba maravillosamente la gran Mercedes Sosa. Pasó, tan rápido pasó, que se nos hace una distancia muy grande con aquel junio de 2005, cuando lo vimos ganar su primer Roland Garros con aquellos pantalones pescadores, esa camiseta sin mangas, la vincha, el pelo largo, el ir y venir de una a otra punta de la cancha, sosteniendo los pelotazos que le ponía otro zurdo con más veteranía y experiencia que él llamado Mariano Puerta».

Hay una inclinación lógica a volver a la génesis de Nadal. Su final empuja la vista hacia un largo trávelin retrospectivo, a los momentos en los que sentó las bases de su carácter. «Fue un gladiador que trituraba rivales con la mente. Con su optimismo y capacidad competitiva desmoralizaba hasta al más optimista de todos. Más allá de su gran talento y su fuerza, lo que me maravilló de él fue que nunca se le pudiera dar por vencido hasta el último punto, por más abajo que estuviera en el score, él se encargaba de encender la luz de la esperanza. Humilló con su espíritu y con cada latigazo de drive acompañado por un grito intimidante. Ganar 14 veces en la tierra de París es una de la mayores hazañas de todos los tiempos en el deporte», agrega Sebastián Torok, especialista del diario argentino La Nación y de ESPN Latam.

Bruna también proclama su asombro ante tal registro en la arcilla del Bois de Boulogne, antes de elegir el mejor recuerdo de todo este tiempo concluido. «A lo largo de mi trayectoria profesional, no he visto nada que se pueda comparar con la final de Wimbledon 2008 frente a Federer. Reunió todos los ingredientes de un espectáculo sublime, incluido ese final en la noche, cuando apenas se veía la pelota, y cómo Nadal ascendió depués por la tribuna para saludar al Rey. Lo tuvo todo».

"Una forma de entender el juego"

«Era el jugador que necesitaba Federer para mejorar y subir un escalón más, porque al resto que intentaban jugar con su estilo los pasaba por arriba», apunta Benzaquén. «Nadal fue una barrera que impidió que el suizo siguiera arrollando a sus rivales de aquella época. Marcó un estilo y una forma de entender el juego, tanto en lo técnico como en lo competitivo, que no ha tenido parangón. Para nosotros, los argentinos, aunque uno viva en Chile, un zurdo nos trajo siempre remembranzas de un gran Vilas, pero también de un gran McEnroe. Nos daba la impronta de ese estilo único que tienen los zurdos».

Sugiere la imagen que acompaña este artículo conversar con Bruna sobre algunos trances de la renuente acogida que dispensó a Nadal el público galo. «Al principio a la gente le gustaba, porque lo ganaba todo, pero llegó un momento en el que empezó a ganar demasiado. De algún modo, en Francia mucha gente tiene debilidad por competidores como Poulidor, que suelen tener que conformarse con el segundo lugar. También influía la relación especial del público con Federer, a quien quería ver gana al menos un Roland Garros y veía cómo era Nadal quien se lo impedía un año tras otro».

El adiós de Rafa Nadal: "No estoy cansado del tenis, pero el cuerpo ya no quiere jugar más"

El adiós de Rafa Nadal: “No estoy cansado del tenis, pero el cuerpo ya no quiere jugar más”

Después de sus palabras, con los ojos llorosos, frente a los aficionados que corearon su nombe hasta el agotamiento, Rafael Nadal contempló el vídeo con el reconocimiento de las grandes figuras del deporte, mientras se sucedían las imágenes de los mejores momentos de su carrera, desde sus inicios. Las imágenes de aquel muchachito con la cinta en el pelo y los pantalones pirata. Los sucesivos triunfos en Roland Garros. La victoria ante Roger Federer en la final de Wimbledon de 2008. Los triunfos en la Copa Davis.

Ahí estaban Roger Federer, Novak Djokovic, Serena Williams, Andy Murray, Andrés Iniesta, Juan Martín del Potro, Raúl González, David Beckham, Iker Casillas... Todos ellos expresando su admiración y gratitud al gran protagonista de esta edición de la Davis, suceda lo que suceda hasta su conclusión.

Para saber más

La derrota de Carlos Alcaraz y Marcel Granollers en el partido de dobles certificó la despedida del tenis de Nadal. España quedó eliminada ante Países Bajos en los cuartos de final y el legendario jugador español fue homenajeado pasada la medianoche, en una despedida que todos los aficionados hubieran deseado más feliz. El tándem neerlandés formado por Botic van de Zandschulp y Wesley Koolhof se impuso por 7-6 (4) y 7-6 (3), haciendo inútil el triunfo de Alcaraz ante Tallon Griekspoor en el segundo individual.

Adiós a Nadal, derrotado ayer frente a Van de Zandschulp en un partido que le llegó demasiado tarde, que tal vez no hubiera debido disputar. El tropiezo en modo alguno le restó las formidables muestras de cariño de un pabellón rendido a los pies de uno de los más grandes de siempre, la admiración unánime de todo el mundo del deporte.

«La mejor educación es el ejemplo»

Son 22 títulos del Grand Slam, 14 de ellos en Roland Garros, un total de 92, cinco Copas Davis, dos oros olímpicos, 209 semanas como número 1 del mundo, cinco años cerrados en lo más alto del ránking... Una extensísima lista de galardones suscritos desde la ejemplaridad, con una forma genuina de ganar y de aceptar los sinsabores, con un formidable grado de resiliencia.

El destino no fue agradecido con Nadal. Pese a los severos problemas físicos de los últimos años, siempre quedaba la esperanza de verle resurgir una vez más.

«Te echarermos mucho de menos. La mejor educación es el ejemplo. Y tú lo has sido. Hay personas que sonrecordadas por sus logros en la vida, hay personas que son recordadas hasta el fin de sus días y hay personas que son recordadas eternamente. Tú eres una de ellas», le dijo a pie de pista David Ferrer, el hombre con el que compartió buena parte de su carrera, el entrenador que le dio su confianza hasta el último partido.

Nadal se despide del Martín Carpena.

Nadal se despide del Martín Carpena.EFE

Lo primero tras la desafortunada noche del equipo español fue el parlamento de Nadal, que llegó tan sólo unos minutos depués de que concluyese el encuentro de dobles, de que Países Bajos enterrase las ilusiones del tenis español, que tenía argumentos para pensar en llegar más lejos en esta Copa Davis.

«Buenas noches a todos. Las gracias las tengo que dar yo a tanta gente que es difícil empezar», arrancó en respuesta al grito de coreaban los aficionados. «Empezaré por los que están hoy aquí. Gracias a todos vosotros. Sinceramente han sido 20 años de carrera en los que me habéis llevado siempre en volandas. He podido vivir con todos vosotros, con toda España y el mundo en general. Me he sentido un superafortunado por recibir tanto cariño, especialmente aquí en España. Quiero continuar felicitando al equipo de Holanda y quiero agradecer a todo el equipo español que está aquí poder vivir la ilusión de la Copa Davis. No ha salido como hubiera querido, pero he dado todo lo que tenía. Los últimos días de mi carrera los he vivido en equipo. Mil gracias a todos, de verdad.

«ser buena persona»

La realidad es que uno nunca quiere llegar a este momento. No estoy cansado de jugar al tenis, pero el cuerpo ya no quiere más. Hay que aceptar la situación. No es un día para personalizar, pues no quiero olvidarme de gente. Soy una persona que cree en la continuidad, en mantener a las personas que te quieren y que hacen que tu vida sea mejor. No me quiero olvidar de los medios de comunicación. Aprecio muchísimo la manera en la que habéis contado al mundo una historia preciosa, que ha tenido algunos momentos malos, pero muchos inolvidables.

He intentado esforzarme cada día para ser mejor y cumplir objetivos, y hacerlo desde el respeto y tratando de hacer lo más importante en este mundo, que es ser buena persona. Me voy de este mundo del tenis profesional habiendo encontrado muchos amigos en el camino. Me voy con la tranquilidad de que de alguna manera he dejado un legado no sólo deportivo sino también personal». No se olvidó tampoco de recordar la trascendencia en su carrera de su tío Toni, que ya había anunciado su ausencia salvo que España llegara hasta el domingo.

La despedida pudo haber sido más hermosa, pero, al fin y al cabo, después de una carrera semejante, lo acontecido ayer en la pista sólo tiene un carácter tangencial. Queda Nadal, quedan su trayectoria y su ejemplo, queda un legado inmenso y queda el tenis en un profundo estado de orfandad.

Van der Zandschulp deja en el limbo a un devaluado Nadal

Van der Zandschulp deja en el limbo a un devaluado Nadal

Aún desconocemos si Rafael Nadal volverá a disputar un partido profesional. La Copa Davis deja una puerta abierta para que el legendario tenista español pueda tomar un nuevo tren si España saca adelante la serie y despedirse así de otro modo del juego que lleva honrando desde sus inicios, hace más de dos décadas. Su derrota ante Botic van der Zandschulp arroja, no obstante, un rastro desalentador. Parece difícil pensar que le veamos en un duelo individual.

El ganador de 22 títulos del Grand Slam está lejos del jugador que fue. Su tenis este martes no le alcanzó para plantar cara al número 80 del mundo, que sacó provecho de sus vías de agua y dio a Países Bajos el primer punto de la eliminatoria de cuartos de final ante España. Se impuso por 6-4 y 6-4, en una hora y 53 minutos.

Fue segundos antes de que estallasen los primeros gritos de "¡Rafa, Rafa, Rafa!" cuando el protagonista de esta Copa Davis vio deslizarse por sus mejillas las primeras lágrimas. Poco dado al llanto, ni siquiera en sus más afamadas conquistas, esta vez Nadal dejó traslucir la emoción que le producía disputar ante las 11.300 espectadores que colmaron el Martín Carpena de Málaga el que podía ser el último partido de su vida. El estruendo fue aún mayor una vez concluido el protocolo, interpretados los himnos y hecho el silencio en homenaje a las víctimas de la DANA en Valencia, una vez que el speaker recitó sus logros más relevantes.

Dos víctimas españolas

Van der Zandschulp sintió en el inicio el peso del papel que le correspondía, pero supo aprovechar las oportunidades brindadas por un tenista que está lejos de lo que fue. En el segundo juego el neerlandés cometió tres dobles faltas consecutivas, penitencia que no alcanzó para que Nadal pudiera llevárselo y abrir brecha. El neerlandés, no ha hecho gran cosa en lo que va de año, pero entre sus víctimas figuran nada menos que Nadal y Carlos Alcaraz, a quien venció en la segunda ronda del Abierto de Estados Unidos.

Nadal contaba con sendas victorias en sus enfrentamientos ante el número dos de Países Bajos, ambas en 2022, en Wimbledon y en Roland Garros. David Ferrer optó por él en lugar de Roberto Bautista, que venía de ganar recientemente el título en Amberes, también en pista cubierta. Veinte años después, en su cierre del círculo en la Copa Davis, sin el grado de sorpresa que supuso entonces su presencia en el equipo en la final ante Estados Unidos, Nadal volvía a disputar los individuales no por ránking, 155º frente al 46º, lugar de Bautista, ni por recientes créditos adquiridos, sí por calado histórico y, seguramente, por el nivel que ofreció en los entrenamientos.

Van de Zandschulp, con su 'drive' ante Nadal.

Van de Zandschulp, con su 'drive' ante Nadal.AFP

Comprensible o no, la apuesta resultó fallida. Lento en los desplazamientos laterales, errático, Nadal resistió hasta el noveno juego, cuando su oponente rentabilizó la segunda pelota de rotura, superándole con un passing cruzado. Refrendó el logro manteniendo su servicio para llevarse el primer set y amplió distancias con otra rotura en el inicio del segundo.

La última vez que Nadal había disputado un partido de Copa Davis fue para culminar el sexto título de España, el 24 de noviembre de 2019, al imponerse a Denis Shapovalov. La última vez que había jugado un partido de tenis individual fue el pasado 29 de julio, en la segunda ronda de los Juegos Olímpicos, cuando cayó en dos sets ante Novak Djokovic.

Hizo soñar a la hinchada cuando, ya 4-1 abajo, recuperó uno de los saques perdidos y se situó 4-3. Van der Zandschulp cometió una doble falta, envió una derecha a la red y quedó 0-30, antes de salir del apuro con su servicio, un arma definitiva. Corto de ritmo competitivo, esta vez Nadal no tendría argumentos para insinuar la remontada.

Federer se despide de Nadal en las redes sociales: "Juntabas tus botellas como soldaditos de plomo"

Federer se despide de Nadal en las redes sociales: “Juntabas tus botellas como soldaditos de plomo”

Al igual que sucediera hace algo más de dos años, cuando fue el suizo quien recibió los parabienes de Nadal en una carta a través de las redes sociales, Roger Federer ha querido responder, con la misma elegancia que le distinguió en la cancha y un punto algo edulcorado, en el adiós de quien fue su máximo rival.

"Empecemos por lo obvio: me ganaste. Mucho. Más de lo que yo pude ganarte a ti. Me desafiaste de maneras que nadie más podría. En tierra batida, sentí que estaba entrando en el patio trasero de tu casa y me hiciste trabajar más duro de lo que jamás pensé que podría hacerlo solo para mantenerme firme. Me hiciste reimaginar mi juego, llegando incluso al punto de cambiar el tamaño de cabeza de mi raqueta, esperando obtener alguna ventaja", escribe el ganado de 20 títulos del Grand Slam.

Sabido es que ambos se retroalimentaron durante su hermosa y prolongada rivalidad, que alumbró 40 partidos, 24 con victoria del español, aunque el último, en las semifinales de Wimbledon de 2019, cayese del lado de Federer. Nadal hizo mejor al ocho veces campeón de Wimbledon y Federer también hizo crecer al zurdo que le venció por primera vez en Miami, en 2004, y le llevó a los cinco sets en la final del mismo torneo un año más tarde.

"Y sabes qué, Rafa, me has hecho disfrutar del juego todavía más. Vale, quizá no al principio. Después del Abierto de Australia de 2004, llegué al número uno del ranking por primera vez. Pensé que estaba en la cima del mundo. Y lo estaba, hasta dos meses después, cuando entraste en la cancha de Miami con tu camiseta roja sin mangas, mostrando esos bíceps, y me ganaste de manera convincente. Todo ese rumor que había estado escuchando sobre ti, sobre este increíble jugador joven de Mallorca, un talento generacional, que probablemente ganaría un Grand Slam algún día, no era solo publicidad".

Nadal irrumpió en un momento en el que no se adivinaba oposición a Federer, que dominaba el circuito con absoluta autoridad. Las semifinales de Roland Garros, en 2005, fueron un punto de inflexión. Aunque el español llegaba ya avalado por su formidable paso por los torneos de arcilla, quedaba por ver si sería capaz de derribar a Federer. Y lo hizo.

"Ambos estábamos al principio de nuestro viaje y lo acabamos haciendo juntos. Veinte años después, Rafa, tengo que decirte: ¡Qué carrera tan increíble has tenido! Incluyendo 14 Roland Garros. ¡Histórico! Has hecho sentir orgullosa a España... Has hecho sentir orgulloso a todo el mundo del tenis", agrega Federer.

Un espectáculo inigualable

La serie se prolongó durante tres lustros y cada uno de sus enfrentamientos era celebrado como uno de los mejores espectáculos del deporte, por su contraste de personalidades y estilos, por el juego limpio que siempre acompañó a sus duelos, que tuvieron en la final de Wimbledon de 2008 su más categórica manifestación.

"Todavía te agradezco que me hayas invitado a Mallorca para ayudar a lanzar la Rafa Nadal Academy en 2016. En realidad, me invité yo mismo. Sabía que eras demasiado educado como para insistir en que estuviera allí, pero no quería perdérmelo. Siempre has sido un modelo a seguir para los niños de todo el mundo y Mirka y yo estamos muy contentos de que nuestros hijos haya entrenado en tus academias", agrega el ex número 1 del mundo, que muestra su gratitud por la presencia de Nadal en la Laver Cup donde él dejó el tenis y evoca las lágrimas compartidas.

"No soy una persona muy supersticiosa, pero tú lo llevaste al siguiente nivel. Todos su proceso. Todos esos rituales. Juntar tus botellas de agua como si fueran soldados de juguete en formación, arreglarte el pelo, ajustar tu ropa interior... Todo eso con la máxima intensidad. En secreto, me encantaba todo el asunto. Porque era tan único, tan tú", detalla, entrando en el terreno de lo más anecdótico.

Málaga espera su presencia en el Martín Carpena para participar presencialmente en la despedida de Nadal.

Ni Alcaraz ni Sinner: la Davis es patrimonio de Nadal

Ni Alcaraz ni Sinner: la Davis es patrimonio de Nadal

Poco importa que al equipo italiano, defensor del título, vaya a liderarlo Jannik Sinner, el número 1 del mundo, brillante ganador de las ATP Finals, campeón también en el Abierto de Australia y en el US Open. En segundo plano queda también Carlos Alcaraz, poseedor de cuatro grandes, entre ellos Roland Garros y Wimbledon esta misma temporada, y que hace tiempo conquistó el corazón de los aficionados. Igualmente tangencial parece, con todo el respeto para los ocho países que hasta el domingo pelearán por la Copa Davis, el puro desarrollo de una competición que, todo sea dicho, no ha acabado de afinar el tiro desde que adoptó el nuevo formato, que no logra evitar cada año sonoras renuncias, como en esta ocasión la de Alexander Zverev, segundo en el ránking.

La Davis es Nadal.

Desde que el ganador de 22 títulos del Grand Slam decidió que éste sería el último torneo de su dilatada carrera profesional buena parte del interés reside, como es lógico, en su magno protagonista. Ni siquiera importa que su presencia en la cancha no esté garantizada, pues disputó su último partido individual frente a Novak Djokovic el pasado 29 de julio, en los Juegos Olímpicos de París y dos días más tarde se despidió en dobles junto a Alcaraz, con quien comparte equipo por primera vez en esta competición, su Copa Davis, gane quien gane, tenga o no mayor cuota de influencia en el desenlace.

La despedida de Nadal ha otorgado un punto de extraordinario simbolismo a esta edición del torneo, una carga de emotividad que trasciende cualquier otra perspectiva. Roger Federer precipitó su marcha, casi sin previo aviso, en la Laver Cup el 24 de septiembre de 2022, después de 14 meses sin poder jugar por sus recurrentes problemas en la rodilla derecha. Lo hizo recién cumplidos los 41 años. Su némesis, su cordial e implacable adversario, lo hace con 38, con sólo 19 partidos disputados en el curso que fenece, siete de ellos derrotas.

A diferencia del suizo, Nadal ha podido elegir un torneo oficial, también por equipos. No anda lejos Djokovic, quien quedará como el último integrante en activo de la santísima trinidad de este deporte, de sucumbir a las garras del tiempo. A sus 37 años, el balcánico, el más laureado de las tres mayúsculas figuras que han liderado el tenis desde hace más de tres lustros, aún quiere concederse un último recorrido, medir sus fuerzas frente al azote de la nueva generación. Ausente por decisión propia en el reciente torneo de maestros, buscará prolongar su suerte en el Abierto de Australia, donde cuenta con 10 títulos.

Empujado por el destino

Hay algo de destino irremediable en el momento y el lugar elegidos por Nadal. Como reconocía su tío Toni, quien le entrenó desde la infancia hasta 2017, quien aquilató su juego y su carácter, en una entrevista con este periódico, el zurdo confiaba en que una vez más podría darse una nueva oportunidad, como había hecho a lo largo de una trayectoria sembrada de espinas, con momentos que hicieron pensar en que ya no habría vuelta atrás. Su paciencia, su coraje y su determinación le empujaron a seguir intentándolo, con éxitos tan cercanos como el título del Abierto de Australia de 2022, tras levantar dos sets adversos ante Daniil Medvedev, y el de Roland Garros meses después, imponiéndose a Casper Ruud. Pero el tiempo y el desgaste de tantas batallas libradas le acabaron conduciendo a tomar la dolorosa decisión de dejar de ejercer el oficio que ha desempeñado con una pasión inquebrantable.

Ya en 2023 tan sólo pudo disputar cuatro partidos. Fue entonces cuando, consciente de las perennes dificultades, anunció que esta temporada podría ser la última. Seguramente quiso imaginarla de otro modo, aún con combustible para desenvolverse en los grandes escenarios, con Roland Garros, donde sentó cátedra durante 14 años, como la tierra prometida para dejar su aliento postrero. Llegó a París, tras poder rodarse a duras penas en el Conde de Godó y el Masters de Madrid, pero el azar se le tornó esquivo con una primera ronda frente a Zverev. La Caja Mágica le había dispensado la única despedida oficial hasta esa fecha, una vez que anunció que ya no volvería a jugar en la capital. París le dijo adiós en un improvisado homenaje, en el que llegó a dejar la puerta abierta a un eventual regreso.

Nadal y Alcaraz, en la rueda de prensa del lunes.

Nadal y Alcaraz, en la rueda de prensa del lunes.EFE

Volvió a Francia para darse el gusto de disputar sus últimos Juegos Olímpicos. Oro individual en Pekín 2008 y en dobles, en Río 2016, al lado de Marc López, hoy miembro de su equipo, se quedó lejos de optar a las medallas. Se marcha en el torneo que le vio nacer, donde empezó a plasmar todo el catálogo de virtudes que le distinguen. Ningún jugador en activo puede presumir de los registros de Nadal en la Copa Davis. Cinco Ensaladeras, la primera en 2004, con 18 años, la última hasta la fecha en 2019, aún en plena ebullición. 29 victorias en los 30 individuales disputados. Ocho en sus 12 presencias en dobles.

Mientras algunos grandes jugadores se vieron sepultados por la presión de un torneo que entraña un plus de responsabilidad colectiva, él fue de los que supo rentabilizar ese compromiso para alcanzar su máxima expresión, sean cuales fueren las circunstancias. Quién sabe si el destino, a menudo caprichoso, no le habrá reservado un final competitivo acorde a los méritos contraídos.

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En el principio fue la Copa Davis. En el final será la Copa Davis. El futuro, incluso en el caso de Rafael Nadal, que con 38 años, a más tardar este domingo, en la hipótesis más optimista, con España en busca de su séptima Ensaladera, dará un definitivo paso al costado con su raqueta, aún está por escribir. El pasado, esplendoroso, no sólo desde aquella final de Sevilla ante Estados Unidos, en diciembre de 2004, sino sugerente incluso antes, en s

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Toni Nadal: "Rafael siempre se dejó aconsejar y supo obedecer"

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Guió a su sobrino desde la infancia hasta 2017 y forjó el tenis y el carácter del extraordinario jugador que disputará en la Copa Davis, la semana próxima, el último torneo de su vida. Toni resta méritos a su influencia y continúa fiel a un ideario próximo al estoicismo.

Badosa cae ante Swiatek y España se despide de entrada de la Billie Jean King Cup

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Con la derrota de Paula Badosa frente a Iga Swiatek España se despidió de entrada de la Billie Jean King Cup. Antes, Magda Linette había superado a Sara Sorribes, dejando al equipo que dirige Anabel Medina en una situación muy comprometida. Cinco veces campeona de la Copa Federación, antigua denominación de este torneo, España, que vio aplazada la serie este jueves debido a la DANA acaecida en Málaga, presentó oposición en ambos partidos, pero sin poder sumar un punto que le condujese al menos a pelear su suerte en el partido de dobles. Las jugadoras españolas lucieron en su equipación el lema "Fuerza Valencia" y un crespón negro en su camiseta. Se guardó un minuto del silencio antes del inicio del cruce.

Sin disfrutar de su mejor temporada, Swiatek, ahora número dos del mundo tras ser superada por Aryna Sabalenka, marcó distancias en el tercer parcial para certificar el pase de Polonia a cuartos de final, donde se enfrentará este sábado a la República Checa. Venció por 6-3, 6-7 (5) y 6-1, en dos horas y 38 minutos, mucho más entera que su adversaria físicamente.

En el día de su 27º cumpleaños, la española neutralizó las tres primeras pelotas de partido al resto, pero se fue con una doble falta. Swiatek agradeció el apoyo de los seguidores de su país, bulliciosos en las gradas no colmadas del Martín Carpena, y elogió el trabajo de Linette: "Es mucho más fácil saltar a la cancha con una victoria", dijo.

Su compatriota venció a Sara Sorribes por 7-6 (6), 2-6 y 6-4, en tres horas y 51 minutos. La número dos española volvió a hacer gala de la combatividad que la distingue, valor insuficiente esta vez después de dejar escapar una clara ventaja de 3-0 en el tercer parcial.

Anabel Medina recibió un homenaje en su despedida como capitana, tras siete años al frente del equipo.