Nadal, Gasol, Iniesta, Rudy Fernández, Gómez Noya... el adiós de la generación dorada del deporte español y la difícil búsqueda de herederos

Nadal, Gasol, Iniesta, Rudy Fernández, Gómez Noya… el adiós de la generación dorada del deporte español y la difícil búsqueda de herederos

En el deporte, como en la vida, unos se van y otros llegan. Una ley más que una regla. La despedida en el deporte es igual de irremediable, pero menos trágica que en la vida. En la vida se llama fallecimiento. En el deporte, retirada.

Para saber más

Para saber más

El deporte español ha sufrido en los últimos tiempos una plaga de retiradas. Más que en unas épocas y menos que en otras, y de diverso calibre, como siempre desde que el mundo es mundo. Pero, en cualquier caso, muchas y muy significadas. Remontémonos sólo tres años atrás, con el adiós, en 2021, de Pau Gasol. En 2022, de Alejandro Valverde y Sandra Sánchez. En 2023, Julen Aginagalde, Cesc Fábregas, David Silva, Lydia Valentín, Ona Carbonell...

En los últimos días se han producido dos despedidas prácticamente simultáneas: las de Rafa Nadal y Andrés Iniesta. Les habían precedido en el trance Álvaro Martín, Gómez Noya, Rudy Fernández, Sergio Rodríguez, Marc Gasol, Víctor Claver, Jesús Navas, Joan Cañellas, Viran Morros, Cristian Toro, Cristian Ugalde, Pablo Herrera, Sete Benavides, Garbiñe Muguruza, Melani Costa, Nerea Perea... Todos campeones mundiales, europeos y/o medallistas olímpicos. O, como en el caso de la recién casada Muguruza, ex número uno de la WTA. El deporte español se ha debilitado con tantas renuncias.

Mireia Belmonte

Mireia Belmonte no está oficialmente retirada. Pero a sus 34 años en noviembre y después de varios prácticamente incapacitada a causa de las molestias en sus hombros, el anuncio de su marcha puede llegar en cualquier momento, aunque, según sus palabras, siga entrenándose y pensando (soñando) en un regreso en 2025. Un caso parecido al de Nadal y, nos tememos, con un mismo inevitable desenlace. Tampoco inspira optimismo Carolina Marín. A los 31 años, tras su grave lesión en los Juegos de París, incidiendo en sus rodillas ya muy castigadas por percances anteriores, su regreso se antoja dudoso.

De algún modo, París certificó un retroceso. O, al menos, un estancamiento. Quizás sólo una transición, una estación de paso. Para quienes siguen en activo el reto consiste en estar a la altura de sí mismos. Para quienes, con mayor o menor actualidad, velocidad o consistencia, acuden al relevo generacional, al recate, no se trata tanto de igualar o superar a sus predecesores como de alcanzar una elevada cota internacional, sin comparaciones presionantes ni exigencias reflejas. A Alcaraz, por ejemplo, no se le pide que sea el segundo Nadal, su reproducción murciana, sino el primer Alcaraz, el original. Con su categoría, eso sería suficiente para mantener el tenis español en el vértice de la pirámide.

No estamos por completo huérfanos o desnudos, claro. Ayudan los nacidos en España de padres inmigrantes y los nacionalizados. Pero, en general, no avanzamos y en algunos deportes, como el esquí, de una cierta historia, y no sólo con los Fernández Ochoa, prácticamente no existimos. No es el único. El fútbol se los está comiendo a todos. En datos de 2023, hay casi 4.300.000 licencias deportivas en España. El fútbol agrupa el 29,2%. Le sigue el baloncesto (9,6%). Existe una licencia femenina por cada tres masculinas. Y, en números redondos, las femeninas de fútbol han pasado en tres años de 67.000 a 108.000. Sólo el baloncesto, apoyado en una larga y fructífera tradición, reúne más: 138.500. Pero, probablemente, será sobrepasado ya en el mismo 2025. La visibilidad y la repercusión que aquí ofrece el fútbol a las chicas no las otorga ningún otro deporte. El fútbol crea o desvía vocaciones.

Con independencia de las apariciones inopinadas, que casi nunca faltan en un ámbito no regido por la ciencia, un viejo axioma deportivo sostiene que de la cantidad sale la calidad. Y, añadiríamos, la densidad a buenos niveles, no únicamente a los más punteros. Al paso que vamos nos sobrarán futbolistas y nos faltará de todo lo demás. Los años sucesivos amenazan con un panorama aún más desequilibrado que el actual.

El secreto de Iniesta: "Siempre tengo una jugada más"

El secreto de Iniesta: “Siempre tengo una jugada más”

La vista larga y la palabra corta definen a Andrés Iniesta, un personaje introvertido y observador, siempre en busca de un refugio emocional. Hay algo del niño que abandona la casa demasiado pronto. En el fútbol le sucedió algo parecido. El cuerpo de niño no lo abandonó jamás, por lo que, dada su inferioridad física, los algoritmos del juego que generaba su mente, una mente no siempre en paz, como la de todos los genios, necesitaban soluciones. I

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->
Andrés Iniesta se despide y recuerda su tanto en el Mundial: "Pasarán los años y nos seguiremos emocionando, aquel gol lo marcamos todos"

Andrés Iniesta se despide y recuerda su tanto en el Mundial: “Pasarán los años y nos seguiremos emocionando, aquel gol lo marcamos todos”

Actualizado Martes, 8 octubre 2024 - 15:57

Andrés Iniesta ya ha dejado de ser futbolista, pero nunca se alejará del fútbol. En el acto de su despedida como jugador profesional, celebrado en el antiguo IMAX de Barcelona, que hoy acoge la America's Cup Experience, el de Fuentealbilla desgranó su carrera deportiva casi como los capítulos de un cuento. En él, intervinieron figuras que han sido clave a lo largo de su carrera, como Lorenzo Serra Ferrer, Luis Enrique, Pep Guardiola o Vicente del Bosque.

La historia, que empezó su capítulo más importante cuando tenía apenas 12 años, con el viaje que lo llevó desde su pueblo hasta La Masia, ha llegado ahora a un punto y aparte. Una vida que se mantendrá siempre cerca del césped, aunque no sea ya para correr sobre él y dejar por el suelo rivales como si tal cosa. El manchego quiere que el banquillo sea el protagonista de lo que vendrá a partir de ahora. Por supuesto, tras pasar por la conveniente formación.

Por eso, la idea de llegar al del Barça, por ahora, es muy lejana. Sobre todo porque, como culé, desea que Hansi Flick pueda hacer historia. "Espero que el míster pueda estar muchísimos años aquí, sería una gran señal para nuestro club, señal de que todo funciona bien. No tengo duda de que el trabajo que hace y que hará será fantástico y los de fuera tenemos que apoyar", confesó ante la pregunta de si le gustaría dirigir los destinos del equipo azulgrana.

Sí tiene claro, por supuesto, que quiere devolverle a la entidad gran parte de todo lo que le ha dado. "Volver al Barça, en algún momento de mi vida, me gustaría. La gente que hemos pasado tantos años en este club, de una manera u otra, tiene que estar, pero en condiciones", aseguró.

Cómo no, en el acto estuvieron muchos de los que compartieron vivencias con él sobre el césped, como Xavi, Piqué, Deco o Bojan y fuera de él como el presidente del Barça, Joan Laporta, y Emilio Butragueño, en representación del Real Madrid.

También estuvo presente el padre de Dani Jarque, a quien le dedicó el gol más importante de la historia del la Roja. "Pasarán años y años y nos seguiremos emocionando, no hay palabras. Digo que el gol lo marcamos todos porque lo siento así, fue algo celestial mas que físico. Me siento un privilegiado por haberlo vivido. Para el fútbol español fue el momento, no hay otro", recalcó.

Pero, puestos a elegir, no puede priorizarlo por encima de otro momento como el de Stamford Bridge. "No puedo quedarme con uno, y no es por quedar bien. He tenido la oportunidad de marcarlos y ver a la gente volverse loca. Cada uno tiene su magnitud, no puedo elegir, son dos puntos que simbolizan mucho mis dos vidas, la selección y el Barça. A nivel personal, son mis dos momentos más potentes", apostilló.

Para él, lo más importante es el apoyo que siempre recibió como jugador desde todos los ámbitos. Por encima, incluso, de los títulos ganados y de un Balón de Oro que llegó a rozar con las yemas de los dedos. "Ganar el Balón de Oro es muy bonito, pero para mí no es lo mas importante. Me siento orgulloso por haber sido futbolista y haber sentido el cariño de la gente. La imagen de Xavi, Leo y yo, de los tres, en el podio, es más grande que haberlo conseguido. Ese es el verdadero premio de ese dia, no quien lo ganase. Es lo que siento", sentenció.

Andrés Iniesta se retira del fútbol a los 40 años

Andrés Iniesta se retira del fútbol a los 40 años

El futbolista que paró el corazón de todos los españoles (o casi todos) el 11 de julio de 2010 en Johannesburgo deja el fútbol. Andrés Iniesta, con 40 años, lo explicará el próximo martes en un acto en Barcelona, pero el anuncio de ese evento en sus redes sociales es el preámbulo de un adiós que cierra una etapa en el fútbol español.

Ese gol a Holanda en el minuto 116 de la prórroga dio a España su primer Mundial y puso el nombre de Andrés en el lugar más alto de la historia futbolística de este país. Campeón del mundo y doble campeón de Europa con la selección, ese Mundial es la coronación de una carrera que se inició en un torneo para niños y que culmina ahora tras una temporada en los Emiratos Árabes. Una carrera de 22 años en el fútbol profesional, repartida entre el Barcelona (16 temporadas), el Visel Kobe japonés (cinco) y esta última en Emiratos.

Una carrea donde se pueden encontrar cuatro Champions, nueve Ligas y un montón de copas del Rey, Supercopas, etc... Ningún listado, sin embargo, será capaz de recoger el legado de un futbolista diferente, capaz de ser admirado en los campos más hostiles para el barcelonismo por su exquisito respeto siempre con el rival. Un jugador que pasó por episodios de depresión tras la muerte de su amigo Dani Jarque y que, sin embargo, fue capaz de encontrar la salida precisamente en ese Mundial de Sudáfrica.

Iniesta formó parte de ese centro del campo probablemente irrepetible en el Barça y en la selección junto a Xavi y a Busquets. El manchego, tímido pero con un temperamento que sólo enseñaba en privado, casado y con cuatro hijos, es el penúltimo de toda la gran generación del fútbol español que dice adiós (sólo queda en activo Busquets y, si acaso, Sergio Ramos).

El próximo martes, en Barcelona, será el momento de aplaudir en persona a uno de los mayores iconos del fútbol patrio, acosado ya por las lesiones en este último tramo de su carrera deportiva.

Andrés Iniesta: "Me gustaría que marcara Álvaro Morata en la final"

Andrés Iniesta: “Me gustaría que marcara Álvaro Morata en la final”

Rodeado de comida, pero fino y atlético como el futbolista que todavía se siente, Andrés Iniesta (Fuentealbilla, 1984) busca nuevas oportunidades para seguir jugando al fútbol toda vez que, según anuncia a EL MUNDO, el año próximo no seguirá en los Emiratos Árabes. "Me siento aún con con ganas de seguir algún tiempo más", revela. Se encuentra en Madrid como embajador del nuevo acuerdo de patrocinio de Uber Eats a LaLiga, de ahí lo de la comida, y aprovecha para diseccionar a España, el fenómeno Lamine y la salud mental en el deporte.

¿Qué sensación le transmite España?
Siempre me ha transmitido muy buena sensación, sobre todo mucha confianza en el juego. El grupo de jugadores me parece fantástico y la Eurocopa que está haciendo es fabulosa. En un partido hacen muchísimas cosas para ganar y eso te da más opciones de hacerlo.
¿Le recuerda un poco a la de 2008?
A lo mejor en la confianza, en el grupo, con jugadores que creo que se conocen también bastante bien y, a pesar de ser muy jóvenes, con mucho recorrido en sus clubs y en partidos importantísimos. Eso les da un poco un bagaje para hacer lo que están haciendo y ojalá podamos ganar la Eurocopa.
¿Le ha sorprendido el nivel tan alto?
A mí no, sobre todo por la materia que tienes. España estaba capacitada para llegar donde ha llegado. Dentro de la dificultad que tiene cada partido pero yo a España y a los equipos españoles siempre les pondré como candidatos al título.
¿Igual es por el nombre, pero ve similitudes entre Luis Aragonés y Luis de la Fuente?
Es difícil valorar su figura porque no he estado. Evidentemente, lo que me transmite el seleccionador es buenísimo y sobre todo también que conoce muy bien a los jugadores. Veo al grupo comprometido con su entrenador y eso se nota.
¿Le gusta este cambio de estilo de juego?
El estilo siempre diremos que es bueno o menos bueno según los resultados. Pero lo que está claro es que tenemos dos extremos puros que dan ciertas características, pero también centrocampistas como Rodri, Fabián, Pedri, Olmo o Merino que pueden dominar el partido. No es solo un equipo titular, es una plantilla en la que el que sale da muy buen nivel.
Esos extremos que ha mencionado son los mejores de la Eurocopa
Son dos jugadores que vienen de hacer un grandísimo año, que están a un nivel muy bueno y que tienen ese uno contra uno que, en un fútbol digamos muy táctico, te dan ventaja en muchas partes del campo.
Lamine Yamal celebrando con España.

Lamine Yamal celebrando con España.Ebrahim NorooziAP

A Lamine es que lo ungió Messi en aquella marmita mágica, ¿no?
(Risas) Todos coincidimos en lo extraordinario que es o lo anormal que puede llegar a ser con la edad que tiene y el nivel de talento que está mostrando. Es una suerte para el Barça y para la selección.
¿Cómo se afrontan estos partidos tan importantes con 16 años?
Lo bueno es que no lo piensa. Si ahora pones un chaval de 16 años que cojamos al salir de aquí, lo pones en el estadio, pues no daría ni 3 pases. Creo que disfruta jugando al fútbol y que lo que está haciendo ahí lo hacía en su barrio, no lo piensa, lo disfruta y le gusta entonces yo creo que es algo que le sale de manera natural.
Con la juventud que hay, ¿cree que hay mimbres para revivir la época dorada?
Mimbres hay. Son muy jóvenes, ya llevan muchos partidos y la experiencia te da ciertas cosas. A partir de ahí, pues los grandes torneos no siempre los gana el mejor equipo. ¿Que habrá selección para años? No tengo ninguna duda. ¿Que se ganarán torneos? Ojalá.
¿Qué sensaciones le vuelven cuando ve este tipo de escenarios?
De alegría. Ver a mis hijos y a mis hijas todos con cosas de España liándola por el pueblo al final es un reflejo de lo que hemos vivido, lo que se transmite. Y también felicidad por ese grupo de gente trabajando por España y por el aficionado al fútbol.
Morata disputa un balón con Maignan.

Morata disputa un balón con Maignan.Ebrahim NorooziAP

Sumaremos este domingo otro nombre a los Marcelino, Torres, Iniesta... ¿Quién le gustaría que fuera?
Me daría igual siempre que la copa fuese para España, pero te diría Morata. Estaría muy bien porque si en la Eurocopa fue Torres, que fue el 9, pues ahora está ahí Álvaro. Al final los nombres son puntuales y lo que importa es el trofeo.
Casi reeditamos la final del Mundial, pero Watkins lo evitó al final, ¿tenía alguna preferencia?
Llegado a este punto da un poco igual. No será fácil Inglaterra, con todo lo que está aguantando durante la Eurocopa de su mismo público pues tendrá ganas de ganar un un torneo así.
Sus grandes nombres no están funcionando.
Inglaterra es un poco así. Siempre da la sensación de estar cuestionada por la gente, pero es un arma de doble filo, tienen una opción de ganar esta Eurocopa. Y aunque nosotros lleguemos con buenas sensaciones hay que tener cuidado.
¿Qué le pasaba por la cabeza antes de una final?
No me acuerdo (risas). No, en serio, nervios en las horas previas por las finales y lo que representan y sobre todo con muchas ganas de que empezase. Ya cuando empieza te metes en tu mundo en el campo y los momentos previos te crean un poco más de ansiedad.

Minuto 116

Hay que hacer un paréntesis porque, cuando se le pregunta a Iniesta si recuerda el minuto en que marcó en el Mundial de 2010, mira un poco alrededor, como si fuera Steve Carrell en The Office, y responde muy serio: "115". Aguanta la risa unos segundos hasta que guiña un ojo al periodista y riendo ya 'acierta' el minuto. Y es que ayer, día de la entrevista, se cumplían exactamente 14 años de aquel mágico momento.

Iniesta antes del gol del Mundial de Sudáfrica.

Iniesta antes del gol del Mundial de Sudáfrica.EM

¿Qué ha quedado de aquel minuto 116?
Si te digo la verdad, es como si hubiese sido ayer y creo que es algo que será así siempre. No sé si es por la importancia que tuvo o por el momento que fue. Lo único que ha pasado es que te vas enterando de más historias en estos 14 años.
¿En ese momento se le pasó por la cabeza que podía fallar el remate?
No te da tiempo a nada, es decir, te da tiempo a lo que pasó y felizmente acabó en gol.
Esa final fue un momento de liberación especialmente mental, ¿ha conseguido dominar el monstruo de la ansiedad?
He mejorado mucho. Ese momento fue un poco el punto más álgido o el de más dificultad durante ese periodo, pero afortunadamente son cosas que te hacen mejor. A día de hoy sigo con mis terapias y mis rutinas. La mente, como el físico, hay que entrenarla. Siempre hay situaciones que te generan distintas emociones y lo importante es intentar gestionarlas.
Se lo pregunto porque en este periódico, Álvaro Morata habló un poco también de esos problemas, ¿le entiende?
Evidentemente. Pero son cosas que van en la en la vida de cada uno. Creo que todos en nuestra vida pasamos momentos así, pero se pasan. Lo importante es tener las herramientas, conocer las situaciones y a partir de ahí mejorar. Hay situaciones de todo tipo, pero afortunadamente las malas no duran para siempre así que hay que saber gestionarlas y superarlas.
A veces a la gente le cuesta entender como un futbolista, que parece que lo tiene todo, viva ese tipo de situaciones.
Es que son situaciones que no atacan al personaje sino a la persona seas futbolista, nadador o atleta. Si por ti mismo no puedes tienes que pedir ayuda. Es un cúmulo de cosas que con el paso del tiempo y la experiencia te hace mejorar y siempre con mentalidad positiva.
Lamine Yamal, el Mbappé que viene

Lamine Yamal, el Mbappé que viene

En el país de los enfrentamientos, eso no ha cambiado, un grupo de futbolistas vuelve a sacar a la gente a las calles sin señalarse. Ha pasado poco tiempo desde que otros lo consiguieron, porque 12 años no es nada, pero olvidamos pronto lo bueno para revolcarnos en la ciénaga. Esta selección no se parece a aquella. No imprime estilo, no la dirige un líder moral, no es dependiente del duopolio Madrid-Barça, por mucho que en su mascarón de proa rum

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->
Insultos, presiones... Así se cultiva la salud mental en los vestuarios del fútbol español: "Acabo y voy al psicólogo"

Insultos, presiones… Así se cultiva la salud mental en los vestuarios del fútbol español: “Acabo y voy al psicólogo”

Racismo, insultos dentro y fuera del campo, presión, lesiones, derrotas... En el fútbol profesional hay éxito, dinero y fama, tres palabras que provocan la envidia de medio mundo, pero también, y no demasiado en el fondo, hay aspectos negativos que a veces convierten una profesión privilegiada en un infierno. Por eso, en un planeta cada vez más tolerante con las preocupaciones psicológicas, las palabras «salud» y «mental» han entrado de lleno en los vestuarios del fútbol profesional español para no salir, seguramente, nunca más.

«Sufrí problemas de ansiedad, depresión, me escondía detrás de los rivales para que no me pasaran el balón... Hasta simulé una lesión para que me cambiaran porque tenía miedo a fallar», explica en conversación con este periódico Zuhaitz Gurrutxaga, jugador de la Real Sociedad entre 2001 y 2004. «Siempre había creído que sólo me pasaba a mí hasta que publicamos el libro Subcampeón. De repente me llegan mensajes de excompañeros con 300 partidos en Primera diciéndome que se sienten identificados con lo que cuento, que ellos también fingieron lesiones, se escondieron, no quisieron jugar... Yo creía que era el único en ese aspecto».

Gurrutxaga, como reconoce, no es el único. Una rápida búsqueda en internet da con los nombres de Iniesta, Ferran Torres, Camarasa y un sinfín de futbolistas que han reconocido verse superados mentalmente por el fútbol. Su ejemplo explica lo natural que ya es el apartado psicológico dentro de los vestuarios, la ayuda constante que se presta en este sentido desde los clubes y los entornos de los jugadores y los pocos prejuicios que hay dentro de las plantillas. «Se habla con más naturalidad que antes. Acabo el entreno y me voy al psicólogo. Decir eso ahora es algo normal y antes quizás hacías para que no te pillaran, era algo que se escondía», admite a EL MUNDO Denis Suárez, centrocampista del Villarreal y ex del Celta, City o Barça, entre otros.

"El psicólogo no está para 'tengo un problema y voy"

Ya no es sólo que la salud mental haya dejado de ser un tabú en el mundo del fútbol, sino que se incentiva la conversación sobre ella para mejorar el rendimiento deportivo. Por eso los equipos tienen psicólogos, ya sea integrados en el cuerpo técnico o dentro de la estructura del club, y por eso cada vez está más de moda que los jugadores acudan a un coach personal que les ayude a sobrellevar el día a día. «El psicólogo no está para 'tengo un problema y voy'. Esa es la gran evolución de los últimos años. Ahora trabajamos en la prevención para que tengan competencias para crecer», explica al otro lado del teléfono Emilio Ibañez, psicólogo del Alavés y miembro del cuerpo técnico de Luis García Plaza, uno de los técnicos de LaLiga que tiene a un experto en psicología en su banquillo. Todavía son pocos los que se acercan al césped, mientras en otros vestuarios, como en el Madrid, el Barça o el Atlético, los futbolistas acuden a psicólogos individuales ajenos a la estructura de los clubes. Pero acuden, mientras entrenadores como Ancelotti o Simeone, según admiten desde el Bernabéu o el Metropolitano, son los «psicólogos de sus vestuarios».

«El cambio es brutal, muy importante. Me ven como uno más, en chándal y no en una oficina con una bata. El futbolista ha entendido que su éxito llega no sólo con una buena preparación física, sino con la parte mental», reflexiona Ibañez.

"Entiendo a Iñigo Martínez"

En las últimas semanas, la cuestión mental ha vuelto a ser protagonista al analizar los insultos racistas a Vinicius Júnior y el encontronazo de Iñigo Martínez con un aficionado que le había llamado «tonto» a la salida de un entrenamiento del Barça. Dos cuestiones, los insultos y las críticas, ajenas al propio balón pero que influyen en las actuaciones de los futbolistas. «Hay un problema de base en la sociedad, de formación. Yo no me he visto con un problema de este tipo (caso Vinicius), pero siempre trabajamos el tema de los valores. En el caso de Iñigo, a mis jugadores les digo que están en el escaparate del fútbol y que todo el mundo opina. Que lo que es bueno para unos es una mierda para otros y que hay opiniones de todo tipo. En el campo hay que intentar aislarse, y fuera hay situaciones en las que, con educación, no se tienen que callar», comenta Ibañez, que pone las redes sociales como ejemplo de muchos de los problemas: «Escondidos, sin dar la cara, la gente dice lo que quiere porque saben que no tiene trascendencia judicial».

Eso lo vivió Brais Méndez, ahora en la Real Sociedad, silbado en Balaídos cuando jugaba en el Celta, el equipo de su ciudad: «Parece que por pagar la entrada tienes derecho a todo y no es así. Yo no voy al puesto de trabajo de un panadero o jardinero y me pongo a insultarle. No me entra en la cabeza. Entiendo perfectamente a Iñigo Martínez», reconoce a EL MUNDO.

"Antes éramos señalados"

Comparado con el fútbol de hace unas décadas, Ibañez asegura que la exigencia emocional de ahora «es mucho mayor», pero que la apertura de los futbolistas y los clubes a este tema ayuda. «Yo como jugador tuve varias lesiones y los que nos apoyábamos en ese trabajo emocional éramos señalados. Parecía que se acababa el mundo, que estábamos metidos en unos problemas imposibles», reconoce el psicólogo.

Pero, ¿qué trabajan los futbolistas con el psicólogo? ¿Qué aprenden? «Lo he empezado a trabajar hace año y medio. Por ejemplo, si a mí el Barça me pilla con la edad que tengo ahora y no con 23 años, igual hubiese sido otra cosa. Marcaba un gol y era 'el mediocentro de los próximos 10 años'. Y al día siguiente dejabas de jugar y eres 'la venta del verano'. No es fácil. He aprendido muchas cosas a nivel personal, a darle importancia a otras cosas, no sólo al fútbol. A relativizar, que no es todo el día 'fútbol, fútbol, fútbol' y que puede haber malos momentos, que la gente te puede escribir...», explica Denis.

Al otro lado, el psicólogo: «Tengo un trabajo estructurado con cada uno de los futbolistas y lo hago de forma independiente al entrenador, que entiende mi privacidad. Voy por delante, hago una evaluación psicológica, cosas en las que pueden crecer durante la temporada, objetivos... Y sobre todo trabajar competencias emocionales, las habilidades sociales, la autonomía emocional, generarse uno sus motivaciones, que su confianza no dependa del exterior y que su trabajo tiene que estar por encima de su estado emocional».

"¿A mí quién me preparó?"

En los clubes, más allá del primer equipo, la preocupación principal a nivel psicológico recae en los niños y niñas de la cantera. Ya sean aquellas con el foco mediático encima, como La Fábrica o La Masia, u otras más humildes. «¿A mí quién me preparó para de repente pasar de ser un desconocido a ser conocido siendo un crío?», se pregunta Gurrutxaga, que a los 16 años estaba en las inferiores de la selección. «En mi pueblo la única presión que tenían era saber si tenían pasta para salir ese sábado o no. El fútbol puede ser una picadora de carne si no estás preparado», explica el exfutbolista, que ahora forma parte del proyecto 'Preparados' de LaLiga, que ayuda a los futbolistas en activo a ser conscientes de la importancia de la salud mental y de lo necesario de la preparación para la retirada. «Es difícil entender que con 34 años seas mayor para tu trabajo cuando es la edad a la que mucha gente está empezando su vida laboral», incide.

Japón le reclama a Iniesta 3,5 millones de euros por el impago de impuestos

Japón le reclama a Iniesta 3,5 millones de euros por el impago de impuestos

Actualizado Viernes, 22 marzo 2024 - 07:37

Las autoridades fiscales de Japón le reclaman al futbolista español Andrés Iniesta el pago de 580 millones de yenes (unos 3,5 millones de euros o 3,7 millones de dólares) por no haber declarado debidamente sus ingresos durante su estancia en el país, según publican este viernes los medios nipones.

Iniesta es uno de tres futbolistas extranjeros que militaron en equipos nipones a los que la Agencia Tributaria de Japón le reclama distintas cantidades por no haber cumplido correctamente con sus obligaciones fiscales, resultando en un montante total sin declarar de 2.100 millones de yenes (12,7 millones de euros), según publica este viernes la cadena estatal NHK.

Según fuentes sin especificar citadas por NHK, la Oficina Regional de Impuestos de Osaka, bajo cuya jurisdicción se encuentra la ciudad de Kobe, ha determinado que Iniesta dejó sin declarar unos 860 millones de yenes (unos 5,2 millones de euros) por sus honorarios contractuales con el Vissel Kobe, al que perteneció entre julio de 2018 y el mismo mes del año pasado.

Para saber más

Las autoridades niponas consideran que Iniesta, de 39 años, era a efecto fiscales residente en Japón al haber estado afincado durante ese período junto a su familia en la ciudad de Kobe, de la que fue embajador cultural.

En consecuencia, la Agencia Tributaria japonesa solicita al futbolista, que juega actualmente en el Emirates Club, una cantidad de 580 millones de yenes que incluye un recargo por impagos fiscales acumulados, según la cadena estatal nipona.

La Agencia Tributaria de Japón ha concluido que tanto Iniesta como los otros dos jugadores foráneos no presentaron debidamente sus respectivas declaraciones de impuestos durante un tiempo determinado pese a que residían en Japón.

Los otros dos futbolistas son el surcoreano Kim Jin-hyeon (36), portero del Cereza Osaka, quien habría dejado sin declarar 700 millones de yenes (4,2 millones de euros), y el delantero brasileño Anderson Patric AguiarOliveira, "Patric" (36), que milita actualmente en el Nagoya Grampus y no habría declarado unos 600 millones de yenes (3,6 millones de euros).