ATP Finals
El español, en continua progresión, se cita por quinta vez con el número 1 del mundo, seis veces ganador del torneo. “Cuando te enfrentas a alguien como él tienes que saber llevar la presión que pone sobre ti en cada pelota”
Nunca den por muerto a Carlos Alcaraz. Después de otra temporada colosal, y cuando emitía síntomas de lógica fatiga, el número dos del mundo revirtió la situación en Turín y disputará este sábado (21.00 h., Movistar) ante Novak Djokovic, el primero de la lista, las semifinales de las ATP Finals. En franca progresión desde que tropezó en el partido inicial con Alexander Zverev, Alcaraz no ha querido faltar al cónclave entre los cuatro mejores jugadores del mundo. Jannik Sinner, cuarto en el ránking, ídolo local y el único que se presenta con tres victorias, buscará ante Daniil Medvedev, tercero, superado ayer por el español, la otra plaza en la final.
Debutante en un torneo que no pudo jugar en 2022 por lesión, Alcaraz, con 20 años y seis meses el más joven semifinalista del torneo desde Nadal en 2006, con un mes menos, ha tardado poco en tomarle la medida a una pista vertiginosa como ninguna otra.
Ante Medvedev se aplicó con acierto en los asuntos medulares en este tipo de canchas. Lo más destacable, sin obviar el 76% de puntos ganados con el primer servicio y el 67% obtenidos con el segundo, fueron sus certeras aproximaciones a la red, donde se cobró 20 de sus 25 visitas. Una hora y 20 minutos para imponerse por 6-4 y 6-4 y despejar de inmediato las diversas hipótesis alrededor de su futuro en el torneo y del rango con el que aparecería en sus primeras semifinales.
Todo un clásico
Lo hará como líder del Grupo Rojo, con Djokovic como adversario. Con sólo cuatro enfrentamientos, el duelo se ha convertido ya en todo un clásico, un partido que siempre responde a lo mucho que se espera de él. Desde que Alcaraz, aún en el principio de su espectacular relato, le derrotó en las semifinales del Masters de Madrid, en 2022, la rivalidad no ha cesado de crecer.
Se volvieron a ver la pasada primavera en las semifinales de Roland Garros, donde venció el serbio en cuatro sets en un partido condicionado por los calambres de los que fue víctima su adversario tras el segundo parcial. Sería en Wimbledon donde Alcaraz haría saltar la banca al imponerse en la final, tumbando al hexacampeón. Semanas después, en la pugna por el título del Masters 1000 de Cincinnati, Djokovic apeló a todo su orgullo competitivo para hacerse con la victoria en tres sets, neutralizando un match point.
«Cuando te enfrentas a alguien como Novak, tienes que estar fuerte mentalmente y saber llevar la presión que pone sobre ti en cada pelota. Pienso que he aprendido mucho sobre eso. Estoy listo para mañana [por este sábado]», comentó el español en conferencia de prensa. Campeón también en Indian Wells, Madrid, Barcelona, Queen’s y Buenos Aires, Alcaraz ha evitado que su próximo rival conquistase esta temporada los cuatro títulos del Grand Slam. «Mi juego va bien a raíz de si disfruto o no, de si sonrío o no. He entrenado bien estos días, la sonrisa ha vuelto y se ha visto reflejado en la pista», comentó Alcaraz, que situó el partido ante Medvedev como uno de los mejores después de la final de Wimbledon. «Como la de Cincinnati, aunque perdiera», precisó.
Algunas dudas
Si el curso del murciano es, suceda lo que suceda en Turín, sobresaliente, aún mejor ha sido el del hombre que concluirá por octavo año no consecutivo como número 1 del mundo y aspira a ganar por séptima ocasión el torneo de maestros para quedarse también solo en el techo de los campeones, como ya lo está, con sus 24 grandes, en la nómina de triunfadores en los majors. Cuidadoso en la confección de su calendario, Djokovic, de 36 años, viene de hacerse por séptima vez con el título en Paris-Bercy, elevando a 40 la cifra de Masters 1000.
En la capital francesa no precisó de su mejor versión, pero en Turín se verá obligado a mejorar sus prestaciones si quiere seguir adelante. Tras ganar con muchas dificultades a Holger Rune, perder por primera vez con Sinner en su segundo partido del Grupo Verde y superar en tres sets a Huber Hurkacz, relevo de Tsitsipas, lesionado, su suerte en el torneo quedó en manos del italiano, que venció a Rune y posibilitó que entrase en semifinales. Una vida extra que a buen seguro el serbio, insaciable, tratará de rentabilizar.