El belga Thibaut Courtois fue sometido a nuevas pruebas este lunes después de que ayer se le diagnosticara una “ciatalgia” que han confirmado esta dolencia que, según fuentes del Real Madrid, le harán no estar en el partido del miércoles contra el Shakhtar Donetsk, y su vuelta la marcará su evolución día a día.
Se trata de una dolencia en el trayecto del nervio ciático que se suele producir por la compresión de las raíces nerviosas en la zona lumbar, por lo que el club no marca plazos para su retorno al equipo ya que en cada caso evoluciona de una forma diferente.
Por ello, Courtois hará trabajo individual con los fisios del club y en el gimnasio con el gran objetivo de llegar al 100% al clásico frente al Barcelona del próximo 16 de octubre.
Carlo Ancelotti y Antonio Rüdiger fueron los protagonistas del Real Madrid en la previa de la ida de los cuartos de final de la Champions League ante el Manchester City. Entrenador y central, líder desde el banquillo y líder sobre el césped, insistieron en la importancia del Santiago Bernabéu como impulso para la eliminatoria y la necesidad de tener "coraje y mentalidad", algo que según el italiano les faltó el año pasado en el Etihad.
"Estoy muy nervioso, sí. Las horas antes a nivel personal es todo sufrimiento", admitió Carletto. "El otro día estaba pensando que la derrota es un sufrimiento y la victoria es un alivio, no una felicidad. Los días después de una victoria estás más contento. El sufrimiento y el estrés te mantienen vivo, es gasolina para mí", reflexionó.
Antes, el técnico había dejado bastante clara su alineación para el encuentro. La única duda es quién acompañará a Rüdiger en el centro de la defensa, si Nacho o Tchouaméni, y parece que Ancelotti va a apostar por el francés: "No haré cosas raras, está la cosa bastante clara. Como mucho podréis fallar un jugador", concretó.
Preguntado por Nacho y Tchouaméni, Rüdiger elogió al español y añadió un dato a la pareja que hace con el francés: "Creo que Tchouaméni y yo juntos nunca hemos perdido un partido, depende del entrenador".
El defensa insistió en que no esperarán al City encerrados atrás: "No vamos a especular, no vamos a encerrarnos y a ver al City tener la posesión", dijo, y centró una de sus respuestas en su duelo con Haaland, "uno de los delanteros más difíciles de defender". "Sé que el año pasado se hizo viral esa imagen mía sacando la cabeza por debajo de la axila de Haaland, no es algo que planeo, es un feeling. Para mí es un duelo totalmente personal, yo como futbolista contra un superdelantero".
Y recordó su enfrentamiento contra él el curso pasado, donde fue titular en el Bernabéu y suplente en Manchester: "Hicimos un buen partido en el Bernabéu, un buen trabajo parando a Haaland ese día. No tocó muchos balones, como queríamos. En la vuelta fui suplente y el entrenador no tiene que pedir perdón, tenemos que aceptar sus decisiones", valoró.
Ancelotti recordó que han tenido tiempo suficiente para trabajar desde el partido ante el Athletic Club, el pasado día 31, y admitió tener "confianza en que vamos a sacar lo mejor que tenemos en todos los sentidos, mental, físico y técnico. Tenemos la calidad suficiente para competir".
Las bajas del City en defensa, entre ellas la más que probable del lateral derecho Kyle Walker, ponen la eliminatoria a los pies de Vinicius Júnior, aunque Ancelotti no quiso concretar: "Está en los pies de los jugadores de más calidad, como siempre pasa. Los partidos los determinan los jugadores, más allá de la estrategia. Son muchas cosas, la calidad individual, las contras, la defensa... No es sólo un aspecto".
Salió el tridente deseado. Ese que lleva reclamando la parroquia casi desde que se anunciaron los fichajes de Sorloth y Julián Álvarez. Apenas habían coincidido 118 minutos sobre el campo de los 990. Y lo cierto es que podrían haber hecho dos goles en menos de 10 minutos si Sorloth se hubiera conectado antes al partido. Y fue una pena, porque los terminaron necesitando. Cayó el Atlético ante el Lille, que se le dan bien los equipos madrileños. Seis de seis puntos. [Narración y estadísticas, 1-3]
La primera la tuvo el noruego que intentó una cucharita inverosímil cuando estaba mano a mano con Chevalier. Luego un mal control frustró una buena ofensiva del Atlético. Sin embargo, al tener tres espadas y no dos o una, tus opciones de que algo bueno salga son mayores como demostró Julián en el minuto 7. Aceptó el argentino el regalo de Touré para pisar área y colocar la pelota lejos del portero galo. Poco después, al 9 le llegó la oportunidad de aprender de sus errores. No quiso y volvió a la picadita tras un pase maravilloso de Griezmann. El portero francés se mantuvo en pie y la detuvo. El tridente funcionaba, pero no mataba.
Era casi a una por cada 10 minutos, y lo peor es que le caían todas a Sorloth, que no tenía el día. El noruego volvió a marrar otra asistencia de Griezmann. Un minuto después, Giménez obligó a Chevalier a hacer una de las paradas de la Champions tras la salida de un córner. El campo parecía inclinado hacia la portería francesa. El Atlético no especulaba y los franceses pagaban las numerosas bajas en su escuadra, hasta ocho, y ciertos debuts arriesgados como el del joven Touré. 19 años, apenas 4 más de los minutos que había disputado con el primer equipo esta temporada. Aunque pudieron los franceses irse con elempate al descanso si el recién ingresado Zhegrova por la lesión de Cabella acierta un balón suelto que dejó Nahuel Molina en uno de sus habituales despistes defensivos.
No quería más despistes el Cholo en Champions después de la debacle en Lisboa donde el equipo ni compitió. Una cosa es que este nuevo formato dé más holgura ante los fallos y otra es llevar sólo tres puntos de nueve posibles uno de los equipos habituales en las rondas finales de esta competición desde la llegada del argentino. Y el drama sigue.
Quiso el Lille, ya sin el bisoño Touré, morder tras la salida de los vestuarios. Había poco que perder y el resultado era lo suficientemente corto como para poder asustar al Atlético a poco que se estirase el conjunto francés. Bueno para los rojiblancos que en las transiciones se siente también cómodos y Sorloth, pese a su gran tamaño, es bastante más rápido de lo que parece.
Y lo cierto es que el lo escueto del resultado empezó a impacientar un poco a la parroquia, este miércoles sin el aliento del Frente Atlético en huelga por «los ataques del Nacionalmadridismo». Podía llegar el error en cualquier momento y casi llega tras la salida de un córner, pero apareció Oblak y la mano levantada del árbitro. Pareció por poco y, si no es por el esloveno, quizás habría intervenido el VAR por lo ajustado de la jugada.
Debacle
Y no fue un error, sino un acierto lo que condenó al Atlético. Un balón perdido de Gallagher llegó a las botas de Zhegrova, uno de los titulares que Genesio había dejado fuera del once y que entró por lesión de Cabella, y demostró en un disparo a la escuadra porqué debía de estar en el verde. Los peores presagios de la parroquia se cumplían. El equipo había perdonado demasiadas ocasiones y aún perdonó otra Griezmann un minuto después, pero más por lo forzado del remate que por fallo del francés.
Hubo un susto posterior porque el árbitro del encuentro Marco Guida señaló un penalti en contra del Atlético en una jugada donde fue el jugador del Lille el que tocó el balón con la mano en el área rojiblanca. Pero, contra todo pronóstico, el VAR confirmó la pena máxima que transformó el recién ingresado Jonathan David. Al parecer Koke rozó a un francés, al parecer. Luego llegó el asedio rojiblancon una ocasión manifiesta de Giuliano, salvada por Alexsandro en la línea. Pero quien golpeó en el último minuto fue el Lille, con un nuevo gol de su nueve titular, Jonathan David, que dejaba a los rojiblancos fuera de los 24 primeros puestos de la Champions League. Habrá que jugársela en París ante el PSG con tridente o sin él.
Le resultó raro a estadio, jugadores y técnico. Faltaban casi 5.000 almas, y las más ruidosas, animando ante el Leganés. Volvieron frente al Lille en Champions. Cumplida la sanción impuesta por Disciplina, el Metropolitano ya no debía nada a nadie, pero el Frente Atlético sí.
"En vista de los constantes ataques sufridos desde todo el Nacionalmadridismo, aceptados y comprados por una parte del mundo Atlético", comenzaba el comunicado que el grupo ultra lanzó en redes sociales criticando a los que no piensan como ellos. Para, posteriormente, solidarizarse con "esos Atléticos que sin ser ultras, comparten y entienden esta forma de vida igual que nosotros, y que han sido perjudicados sin motivo". Y anunciar, finalmente que "para poder reflexionar detenidamente, y tener tiempo para pulsar a esas peñas, colectivos y aficionados que buscan como nosotros una unión inquebrantable, esta noche no animaremos".
En el resto del comunicado, el grupo pedía unión y ofrecía asesoramiento legal para todos aquellos perjudicados por la prohibición autoimpuesta de cinco partidos sin poder comprar entradas para duelos visitantes.
"¿Cómo lo han visto todos?"
Así, aunque sus bufandas sí ondearon en el himno rojiblanco, su actitud fue "pasiva" durante todo el encuentro como explicaron en el mismo texto. No animaron cuando salieron los jugadores al campo, dejando el protagonismo al resto del estadio que brindó una sonora pitada al himno de la Champions. Aunque sí aplaudieron cuando se desplegaron los rojiblancos antes de comenzar el encuentro. "¿Cómo se ha vivido? ¿Cómo lo han visto todos?", contestó lapidario el entrenador cuando le preguntaron por el ambiente del Metropolitano.
Era el resto de la grada la que entonaba las clásicas arengas en el estadio rojiblanco mientras desde el Frente asistían impasibles al espectáculo que estaba brindando el Atlético en el verde aupado a su tridente más esperado. Apenas habían jugado 118 minutos juntos de los 990 que había disputado el Atlético de Madrid esta temporada. A juzgar por lo visto ante el Lille, tanto en ataque como en defensa, una ventaja para los rivales. Funcionó de maravilla y podrían haber matado al Lille si Sorloth hubiera estado más entonado.
Tuvo tres ocasiones clarísimas que marró por dos cucharitas mal ejecutadas y un remate alto. Julián, la que consiguió la enchufó, mientras que Griezmann estuvo en la sala de máquinas para generar dos de las tres de Sorloth y un remate forzado que no pudo concretar. "No es un chico y sabe convivir con estas situaciones", comentaba Simeone tras los fallos del noruego.
Momento paranormal
Ocasiones aparte, el partido lo inclinó Marco Guida, el colegiado de la contienda, con un penalti que nadie se explicó ni en el campo ni fuera de él. Nadie supo si fue mano, si hubo contacto de Koke... Y la losa de fallar oportunidades y ese penalti en contra.
"Vi el vídeo y me parece mano del jugador del Lille, no sé si lo roza Koke, pero primero es mano y me parece que debería haberla ido a ver", comentaba Julián Álvarez en el postpartido. Tanto es así que el propio Cholo tuvo que decir: "Ojalá encontremos algo para poder decir que fue penal". Hasta que luego, ya cansado, admitió: "No fue nada, muchacho".
Bruno Genesio, entrenador del Lille, aseguraba de manera muy política y correcta que no había visto la jugada y no podía valorarla. "No he hablado con mis jugadores del penalti y aún no he podido ver las imágenes", explicó.
El Atlético se queda con tres puntos de nueve posibles y, además, ala diferencia de goles le coloca en el puesto 26 de 24, con lo que estaría fuera de los equipos que se clasifican para los dieciseisavos de final. "Estamos en un momento complicadísimo de la Champions", admitió el Cholo. Toca ganar ante el PSG en París para volver a los puestos de privilegio.