El Barça de Flick no baja el ritmo

El Barça de Flick no baja el ritmo

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El Barça de Hansi Flick no baja el ritmo. El conjunto azulgrana, con dos tantos de Lamine Yamal, uno de Dani Olmo y otro de Pedri, se impuso a un Girona que le pasó por encima tanto en Montilivi como en casa la pasada temporada y que sólo pudo recortar distancias, por medio de Stuani, cuando el 0-4 ya se había encaramado al luminoso. [Narración y Estadísticas, 1-4]

La expulsión de Ferran Torres en el ocaso, una circunstancia que antaño podría haber puesto algo de suspense, no tuvo en esta ocasión influencia en un marcador que, con el 1-4 final, da algo más de lustre al grandísimo arranque de Liga barcelonista. Todo, en puertas de un primer partido en la Champions en la que los visitantes se medirán al Mónaco y los locales, al siempre temible PSG.

La presión asfixiante, uno de los sellos marca de la casa de Hansi Flick, le permitió a su Barça acosar muy seriamente la salida de balón de un Girona que trata siempre de salir jugando desde atrás. Pase lo que pase. Una apuesta arriesgada que, al final, le permitió a Lamine Yamal abrir el marcador cuando el duelo llegaba a la media hora de juego.

El joven crack azulgrana acosó a un David López que salía desde su propia área con el esférico en los pies tras saque de puerta de Gazzaniga, acabó por arrebatárselo y se plantó completamente solo ante el guardameta rival para abrir el marcador con el 0-1. Siete minutos después, sería el mismo Lamine Yamal quien metería más tierra de por medio. En esta ocasión, tras recoger una pelota rechazada por la defensa tras saque de falta de Raphinha y enviarla al fondo de la red tras superar como tal cosa todo un bosque de piernas.

Los azulgrana, además de mostrarse implacables en vanguardia, estuvieron también muy atentos en la zaga para cortar los intentos de los locales por buscarles la espalda. Tanto Pau Cubarsí como Íñigo Martínez se multiplicaron para cortar los intentos de sorprenderlos por parte de un Girona que pudo marcharse al descanso recortando en parte las distancias.

La primera opción para lograrlo fue un remate de Bryan Gil, completamente solo, que acabó por estrellarse en el cuerpo de Ter Stegen. La segunda, una acción que, en primera instancia, Muñiz Ruiz, muy criticado por los seguidores desde la grada, entendió como penalti por mano de Íñigo Martínez, pero que acabó siendo invalidada a instancias del VAR, dado que el esférico había sido impulsado justo antes por un intento de despeje de cabeza de Balde. Uno de los supuestos en que, de acuerdo con las directrices del Comité Técnico de Árbitros hechas públicas el pasado mes de agosto, el impacto en la mano no se considera infracción.

Si el Girona podía albergar alguna tímida esperanza de meterse en el partido tras el descanso, Dani Olmo se encargó de borrarla prácticamente de un plumazo muy pronto. El gran fichaje de los azulgrana con vistas a esta temporada le sacó un partido tremendo a un pase de Koundé a la espalda de la zaga local para, tras acercarse a la portería rival quizás un tanto escorado, culminar la jugada con un tremendo derechazo ante el que nada pudo hacer Gazzaniga.

Un gol que, además de llevar el 0-3 al marcador, prolongó el arranque dulce que está viviendo el jugador en su tan deseado estreno con el primer equipo barcelonista. Unas molestias físicas, no obstante, acabaron por provocar que dejara el terreno cumplido el primer cuarto de hora de la segunda parte, aunque sus comentarios con Flick invitan a pensar que prefirió tirar de precaución para evitar males mayores.

Pedri remata el trabajo

Con el de Terrassa ya en el banquillo, fue Pedri quien adelantó su posición para situarse como media punta mientras Marc Casadó y Eric actuaban como pivotes. Y será precisamente un pase diagonal del primero, buscando otra vez la espalda de la defensa contraria, la jugada que le permitiría al canario poner una distancia ya prácticamente insalvable. Con tranquilidad , aguantó la salida de Gazzaniga y envió irremisiblemente el balón al fondo de la portería gerundense a poco más de 26 minutos para el final del tiempo reglamentario.

Con el 0-4, el Girona, lejos de tirar la toalla, redobló sus esfuerzos para reducir distancias. Y acabó por lograrlo, con un remate de Stuani que, tras centro de un Portu que se deshizo como si tal cosa del intento de Ter Stegen por arrebatarle el esférico, supuso el 1-4. Un gol que, unido a la expulsión de Ferran con roja directa por una entrada peligrosa sobre Asprilla, contribuyó a darle algo de suspense a un final de partido en el que, a la postre, el marcador no ya volvería a moverse.

kpd