LaLiga Santander
El defensa disputó su último partido en el Camp Nou, del que se despidió entre lágrimas.
A Gerard Piqué le pudo la emoción en su adiós al Barça. Un adiós sólo como jugador. Tal y como no se cansó de repetir, él es culé de por vida y piensa volver, tal como hizo tras emprender una aventura en el fútbol inglés cuando era aún un adolescente. “No es una despedida, ya me fui con 17 años porque pensé que necesitaba espacio, y volví. Quiero deciros, ya lo sabéis muchos, que mi abuelo me hizo socio el día en que nací. Nací aquí y moriré aquí. Visca el Barça. Siempre“, desgranó un emocionadísimo Piqué desde el centro del campo del Camp Nou.
Justo antes de iniciar su sentido discurso, y tras volver del banquillo y despojarse de la sudadera para lucir los colores azulgrana, dio una vuelta de honor al estadio que ha sido su hogar en los últimos 15 años. La grada, volcada con él desde mucho antes de que el balón empezara a correr sobre el césped, no dejó de aplaudirlo y corear su nombre. Sus compañeros, que lo mantearon justo antes de todo eso, lo seguían a cierta distancia, arropándolo, pero dejándole también intimidad en su despedida.
“En la vida, cuando te haces mayor, te das cuenta de que a veces querer es dejar marchar“, apuntó en el inicio de su discurso. “En una relación de tanto amor, de tanta pasión como la que existe entre el Barça y yo, era el momento de dejarnos un espacio, un poco de aire, y estoy convencido de que en un futuro volveré a estar aquí”, recalcó el defensa, cuya declaración fue acompañada con gritos de ‘presidente, presidente‘ por parte de la grada, recordando sus tan repetidas intenciones de optar a dirigir el club en el futuro.
Despedida con brazalete
El homenaje a Piqué empezó con su titularidad, luciendo el brazalete aunque el primer capitán, Sergio Busquets, quien también podría acabar abandonando el club al término de esta campaña, estuviera también en el once. En total, más 92.605 seguidores se reunieron para brindarle una despedida marcada por un mensaje: ‘Sempr3‘. Un juego con la traducción de la palabra ‘siempre’ al catalán y el dorsal número 3 que siempre ha llevado desde su retorno al club azulgrana. Cuando Xavi lo cambió para que recibiera el primero de sus últimos aplausos, se abrazó a todos sus compañeros, incluso con los que estaban en la grada, y miembros del staff con lágrimas en los ojos.
Sus compañeros, al término de su discurso, le hicieron el pasillo, pero él se resistió a dejar definitivamente el campo. Antes de hacerlo, se hizo foto con sus hijos, Milan y Sasha, y varios familiares en el banquillo. E, incluso, se acercó con ellos al lado de la grada Gol Norte, antes de irse a los vestuarios del Camp Nou por última vez.
“Se va a notar su ausencia”
“Ha sido una noche histórica y redonda para todos, principalmente para Gerard. Ha hecho un partidazo y queríamos despedirlo de la mejor manera posible. Cuanto más grande es el partido para él, mejor rinde. Ya le he dicho que es una leyenda del Barça y le estamos muy agradecidos”, apuntó Xavi tras el partido en declaraciones a DAZN. “He sentido pena. Estoy agradecido por todo lo que nos ha dado a todos los culés. Ha hecho muchísimo por el club. Al final, es una pena. Se va a notar su ausencia y no sólo en lo futbolístico, sino también en lo humano, pero es ley de vida”, agregó por su parte Jordi Alba.
“Gerard deja un legado espectacular. Ha hecho historia, siempre se ha desvivido por el club y ha creado un ambiente increíble. Es el ejemplo de lo que es y de lo que tiene que hacer un jugador del Barça”, sentenció por su parte Sergio Busquets.