Tambores de huelga contra los gigantes del clásico: “Si son insolidarios e impiden cambiar la Ley, pararemos”

Tambores de huelga contra los gigantes del clásico: "Si son insolidarios e impiden cambiar la Ley, pararemos"

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“Ellos tienen sus guerras, Tebas, Rubiales y Florentino. Es su problema. Pero esto es un problema de todos nosotros, de los clubes en su conjunto, que podemos poner en riesgo todo lo que hemos conseguido en estos años, con el perjuicio que eso implica para propietarios y accionistas”. El sentir de uno de los presidentes de Primera es mayoritario en LaLiga, con 39 de los 42 clubes profesionales, todos menos Real Madrid, Barcelona y Athletic de Bilbao, alertados por el hecho de que la tramitación parlamentaria, último paso, del Proyecto de la nueva Ley del Deporte pueda vaciarlos de poder y, como consecuencia, de recursos económicos, con la Superliga pendiente del designio de Europa.

El padrino del torneo, Florentino Pérez, es un contrapoder descomunal por el club y la constructora que preside, y por su influencia frente a las volátiles voluntades políticas. Los dirigentes han pedido una reunión con el ministro Miquel Iceta, a la que acudirán los presidentes de la Comisión Delegada de LaLiga. “Queremos agotar la vía del diálogo, pero si no hay cambio, es mayoritaria la posición de parar la competición”, dice, enojado, uno de los dirigentes que asistirá al encuentro. “Nuestra unidad es máxima”, insisten los consultados, aunque los presidentes no pueden evitar sentirse como los israelíes en el Valle de Elah ante la visión del gigante filisteo. No es un Goliat, sino dos, enfrentados en el clásico, pero abrazados por sus intereses. Ni Javier Tebas es un David inmaculado ni esto se gana con una honda: “Contra los insolidarios con el modelo e impiden los cambios en la Ley, sólo nos queda un arma: la huelga”

“Estoy ya muy harto de que todo esto se mire como un episodio más de la guerra Tebas-Rubiales. Pasa lo mismo que con el fútbol femenino, que lo van a reventar”, continúa otro de los presidentes. “Aquí nos jugamos nuestro modelo, nuestro negocio y nuestro sector, que está regulado y ha pagado sus deudas con la Administración. A ver si los políticos lo entienden de una vez”, añade el dirigente, que expresó esto mismo al secretario de Estado, José Manuel Franco.

UN PACTO MODIFICADO

Los 39 clubes reclaman que el proyecto de Ley del Deporte, que pasará primero por el Congreso y después por el Senado, recoja el contenido que había sido previamente pactado, pero modificado antes de llegar al Consejo de Ministros, según explicó LaLiga a los clubes, debido a una “intermediación del Real Madrid”. La patronal hizo sentir su protesta y vehiculó entonces siete enmiendas a través del PP, ya que el PSOE transmitió prefería que llegaran desde la oposición, pero se comprometió a transaccionarlas. Tenían también el apoyo de VOX, además del de Ciudadanos y PNV en algunos aspectos.

De esas siete enmiendas, tres son consideradas fundamentales. La primera se refiere a la falta de reconocimiento explícito en el proyecto de Ley de los derechos de comercialización de LaLiga, algo que ya ocurría con la de 1990 y que ha originado una incesante litigiosidad con el Real Madrid, especialmente tras la aprobación del Real Decreto que impone la venta centralizada, de 2015. “La inseguridad jurídica se mantiene o incluso aumenta, con los efectos que esto conlleva para los patrocinadores, ya que no quieren invertir en situaciones conflictivas”, explica LaLiga en su escrito a los grupos parlamentarios. “Está en riesgo el acuerdo con CvC”, sostiene uno de los presidentes consultados.

LAS ACTIVIDADES COMERCIALES

La enmienda tiene como objetivo “acabar con la continua conflictividad jurídica que desarrolla el Real Madrid y, en menor medida la Federación, sobre la explotación comercial de activos pertenecientes a LaLiga, como han reconocido los tribunales”, se afirma en el argumentario de las enmiendas. Para ello pide incluir un punto más en el artículo 52, en el que se explicite que las ligas profesionales “podrán ejercer actividades de carácter económico, comercial, profesional o de servicios que guarden conexión con su naturaleza, competencias u objeto social”.

“LaLiga ya negocia los derechos de la competición a través de un mandato del Gobierno, regulado por un Real Decreto. Eso ya es suficiente cobertura legal. Con esto, entendemos, quiere ir más allá, como cuando se refiere a actividades de tipo comercial, que podría implicar invadir intereses particulares de cada club y nosotros debemos velar por los nuestros, que son de nuestros socios”, sostienen fuentes del Madrid. “Ello tampoco les impidió firmar con CvC, por ejemplo -añaden-, a lo que nos opusimos tres de los cuatro clubes que somos SADs (Madrid, Barcelona y Athletic). Si en el futuro tienen problemas es porque no midieron bien los riegos”.

La segunda enmienda tiene que ver con la capacidad que concede el proyecto de Ley a la Federación para cambiar sus estatutos, algo que a continuación debe ser aprobado por el CSD. Al tratarse del regulador de la competición, algunos de estos cambios pueden afectar a LaLiga, por lo que anteriormente se solicitaba un informe a la patronal antes de valorar los cambios. En el Proyecto de Ley desaparece. Por ello, los clubes piden que se incorpore al artículo 41 un punto en el que se explicite que los cambios “requerirán del informe previo de la liga profesional correspondiente”.

PROHIBIR COMPETIR EN LA SUPERLIGA

La tercera afecta de lleno a la Superliga, pendiente de una decisión de la justicia europea y ante la que el Gobierno español se ha posicionado en contra. Aunque no menciona el torneo, LaLiga pide suprimir del artículo 45.1 lo siguiente: “El otorgamiento de la licencia nunca podrá quedar condicionado a la participación en otras competiciones o actividades deportistas”. Tal y como está, Madrid y Barcelona podrían en el futuro participar en la Superliga sin que ello fuera óbice para obtener la licencia que permite competir en LaLiga. El organismo de Tebas quiere prohibirlo por ley.

“Al margen de estar en contra de añadir un artículo excluyente, por supuesto, creemos que no se puede legislar acerca de un aspecto que tiene un procedimiento abierto en los tribunales europeos y sobre el que habrá sentencia a primeros de año”, insisten desde el Madrid.

LA GUERRA TEBAS-RUBIALES-FLORENTINO

Conceder las licencias es competencia de la Federación que preside Luis Rubiales. A pesar de que corporativamente y como vicepresidente de la UEFA, se ha manifestado contra la Superliga, la guerra doméstica con Tebas y su grave crisis de reputación, para la que ha buscado la ayuda de un ‘blanqueador’ de Zapatero, Luis Alegre, contaminan el espacio para hilaridad de buena parte de los presidentes de clubes: “Ya estamos hartitos de esta guerra que pagamos los demás”, dice uno de ellos. El frente antiTebas alinea, pues, a Florentino y Rubiales, aunque los personajes sean como el agua y el aceite. Joan Laporta se abraza al gigante blanco, porque en el epicentro de todas las crisis, y ya sin un ‘controller’ como Ferran Reverter, la Superliga sería como el maná.

En el CSD, Franco ha decidido estar de oyente porque todo le suena a guerra del fútbol, hecho por el que los clubes apuntan a Iceta, que dejó el mercadeo de las enmiendas en manos de Víctor Francos, secretario general de Cultura y Deporte, y ahora están hechas un ovillo. El PSOE dice que “no puede cambiarse a sí mismo la ley”, aunque todo indica que ya sabía que el PP iba a dar un paso atrás. Por eso los clubes quieren preguntar también qué ha pasado a Alberto Núñez-Feijóo, mientras sospechan hasta de un pulpo compartido por el gallego, el alcalde Almeida y Mariano Rajoy con el Goliat blanco.

kpd