El italiano Jannik Sinner, número 1 del mundo, se coronó este lunes en el Masters 1.000 de Cincinnati, al derrotar con autoridad al estadounidense Frances Tiafoe.
Sinner padeció en la primera manga pero fue ampliamente superior en la segunda para ganar la final por 7-6 (7/4), 6-2 en una hora y media de juego.
El italiano de 23 años logró en Cincinnati su quinto torneo de la temporada y quedó en muy buena posición para pelear por el título en el Abierto de Estados Unidos, el último Gran Slam del año que comenzará en una semana.
Sinner estuvo en peligro en el primer set aunque en el tie break impuso su categoría y variedad de golpes para ganarlo por 7-4. En la manga definitiva, el europeo se calzó a pleno el traje de número 1 del mundo y quebró el saque del estadounidense en el primer juego y también en el cuarto, cerrando el partido a toda máquina.
“Estoy contento, ha sido una semana muy difícil”, dijo el ganador luego del partido. “Ha sido dura mentalmente, pero he intentado hacerlo lo mejor posible”, señaló. La victoria fue la tercera de Sinner en un torneo ATP Masters, tras las logradas en Toronto y Miami.
Sinner, vigente campeón del Abierto de Australia, cuenta ahora con 15 títulos tras negar a Tiafoe el primer éxito estadounidense en Cincinnati desde que Andy Roddick se impusiera en 2006.
Adiós, pero hasta siempre, al último récord que le quedaba a Mireia Belmonte. Otra vez Summer McIntosh, otra vez esa adolescente canadiense de 18 años, apuñaló a la española. Sin matarla, porque, aunque superadas, las hazañas de Mireia permanecen en la memoria y tienen su lugar en la historia. McIntosh, tres oros y tres récords, nadó la final de los 400 estilos en 4:15.48, un recorte salvaje a los números de Belmonte (4:18.94). No hay más que hablar, entre otras razones porque se acaban las palabras. Gracias, Summer. Gracias, Mireia.
En la quinta jornada del Mundial de Natación en Piscina Corta, bajo los ojos asombrados, pero ya habituados de un Budapest orgulloso, con sistemática, casi monótona rutina, siguieron cayendo los récords del mundo. En las series matinales de los 50 libre, Jordan Crooks, de las Islas Caimán, rebajó la plusmarca hasta 20.08. Dejó atrás los 20.16 de Caeleb Dressel. En las semifinales de la tarde, le dio otro tajo a la marca y la dejó en... ¡19.90! Bajar de 20 segundos en 50 metros es, en principio, una imposibilidad biológica. Pero lo imposible se reveló real.
Dressel, volviendo a él, tuvo, allí donde estuviera, un mal día. En la final de los 100 mariposa, Noè Ponti lo despojó del último récord que le pertenecía. Nadó en 47.71, por debajo de los 47.78 del bueno de Caeleb. Su tercer oro está convirtiendo al suizo en Mr. Budapest.
Miss Budapest, equivalente a Miss Mundo, es Gretchen Walsh. Dominó los 100 mariposa en 52.71. Es la tercera vez que bate el tope de la prueba. Lo ha hecho cada vez que se lanzó al agua: en las series, en las semifinales y en la final. Pero es que, pocos minutos después, en las semifinales, dejó el récord de los 50 libre en 22.87. Ranomi Kromowidjojo, la anterior titular (22.93) le dio in situ el relevo con una sonrisa radiante. Deportividad pura. Walsh batía su noveno récord, octavo individual, y conquistaba su sexto oro. Se está haciendo de eso, de oro, a 25.000 dólares por récord.
Las aguas, exhaustas, se remansaron cuando el ruso Ilia Borodin, atleta neutral, ganó los 400 estilos con una buena marca, faltaría más, de 3:56.83. Pero sin amenazar realmente los 3:54.81 de Daiya Seto. Tampoco se encrespó la espuma con los 800 (libre), adjudicados a Zalan Sarkany (7:30.56), un héroe local. Tercera medalla para Hungría y primera de oro.
La jornada se cerró con los relevos mixtos de 4x100 estilos y el triunfo de NAB (o sea, de los rusos). España, con Carmen Weiler, Carles Coll, Mario Mollá y María Daza había establecido por la mañana un nuevo récord nacional (3:36.78). En la final, séptima, lo volvió a rebajar (3:35.52). Era el 14º récord de España de Coll en poco más de un mes: cinco en nuestro Campeonato y nueve en Budapest.
En cuanto a récords del mundo, van 24. ¿Cuántos se sumarán en la última jornada?
Laura Herediacerraba los ojos y respiraba profundo, muy profundo, mientras su ayudante y hermano, Aleix Heredia, la animaba. "¡Hasta el final, Lau!", le gritaba, pero la final de pentatlón moderno se había acabado para ella. Y lo peor es que no había sido su culpa. En la primera prueba, Dollar us d'Ecly, un caballo de 11 años de la Guardia Republicana, de raza francés de silla, no quiso saltar bajo sus órdenes y arruinó todas sus opciones. En el primer obstáculo frente al palacio de Versalles, Heredia se precipitó, nerviosa, y en el tercer obstáculo ya se vio la descoordinación entre jinete y caballo: un listón se fue al suelo y, a partir de ahí, un desastre. Al quinto obstáculo, Dollar us d'Ecly se frenó en seco y adiós. La española no sumó ninguno de los 300 puntos posibles e incluso se despidió del diploma.
Después se rehízo mínimamente en la esgrima y encaró la natación y la laser run, su punto fuerte, con el único objetivo de no acabar última en la final. Lo logró: fue penúltimo, decimoséptima. En todo caso iba a ser la mejor posición de la historia de una española en el pentatlón moderno porque Heredia era la primera española en unos Juegos.
Quedaba como consuelo que el mal trago no volverá a pasar. La prueba de hípica en el pentatlón moderno siempre ha sido muy criticada en los Juegos por dos motivos: en primer lugar por su aleatoriedad, ya que los equinos se reparten a suertes y no conocen al jinete que los montará -sólo tienen 20 minutos para calentar- y en segundo lugar, y más importante para el Comité Olímpico Internacional (COI), por su elevado coste. Desde hace varias ediciones se intenta eliminar o modificar su presencia y eso finalmente ocurrirá en los Juegos de Los Ángeles 2028. Allí en lugar de hípica el pentatlón moderno comenzará con una especie de carrera de obstáculos a pie, una Spartan Race, todavía por definir. Heredia, de 24 años, podría estar allí y desquitarse de la adversidad que le llevó a cerrar la lista negra de España en los Juegos.
Con la cruel lesión de Carolina Marín en las semifinales del bádminton como imagen inolvidable, también hubo los declives de Mar Molné en el tiro, Jon Rahm en el golf, el 470 en la vela e incluso la selección femenina de fútbol cuando ya tenían la medalla casi asegurada o las derrotas de favoritísimos como la taekwondista Adriana Cerezo, el judoca Niko Shera o la piragüista Antía Jácome.
Todos los aficionados al motor contuvieron la respiración en las primeras curvas del GP de Catalunya de 2023. En el primer giro a izquierdas, Enea Bastianini se fue al suelo y se llevó consigo a Alex Márquez, Johann Zarco, Marco Bezzechi y Fabio Di Giannantonio. Pero lo peor llegaría en el cambio de dirección siguiente.
Pecco Bagnaia, que lideraba la carrera, aceleraba para levantar la moto y enfilar la curva dos cuando su montura le pegaba una volada que le dejaba en el asfalto a merced de sus perseguidores.
En un milagro de estos que se ven a menudo en las motos, el italiano consiguió librarse de lo que pudo ser una muerte segura si le llega a impactar un compañero. Finalmente, 'solo' fue la moto de Brad Binder la que le pasó por encima de las piernas.
Contra todo pronóstico, el Bagnaia salió del incidente sin ninguna fractura y apenas con varios traumatismos. "Me siento afortunado por estar aquí", dijo el piloto de Ducatti desde Misano, en el siguiente Gran Premio, el de San Marino, en el que finalizaría en tercera posición.
Otros a los que le pasó lo mismo y en el mismo punto del circuito de Cataluña no pudieron contarlo. "En los cambios de dirección te arriesgas a este tipo de cosas, en las chicanes y cosas así se ven cosas peligrosas", explica Efrén Vázquez, piloto de motociclismo, actualmente probador de KTM de Moto3.
17 años y una semana antes del accidente de Bagnaia, Rubén Torres, de 18 años, sufrió una caída en el mismo sector que el italiano. El piloto de la categoría de Supersport se vio envuelto en un accidente múltiple y, cuando intentaba rodar para salirse del asfalto, una Yamaha le pasó por encima y le dio un golpe mortal.
El parte médico fue "hemorragia interna masiva, hemoneumotórax bilateral, rotura de tráquea, hemoperitoneo y traumatismo craneoencefálico grave". Mientras su hermano Jordi quedaba segundo de esa carrera, Rubén perdía la vida camino del Hospital General de Catalunya.
Pecco Bagnaia vuelve al lugar donde pasó todo. A un trazado que siempre le ha gustado mucho pero... "Definitivamente no es el más seguro en el Campeonato del Mundo debido al asfalto. Por eso es peligroso correr allí, pero es uno de los circuitos más hermosos y característicos", opinaba en los días previos al GP de Catalunya de MotoGP.
En 2022, por cierto, también terminó por los suelos poco después de la salida. "Me derribaron en la primera curva y el año pasado me caí en la segunda. ¡Al menos esta vez espero hacer cuatro curvas!", declaró en un medio especializado.
Para Efrén Vázquez el circuito catalán es una referencia en seguridad que ha sufrido muchas actualizaciones para evitar más tragedias como la de Rubén Torres o la de Luis Salom, el piloto mallorquín de Moto2 que falleció en 2016 después de salirse con su moto en la curva 12 del trazado. "No deja de ser un circuito de 1990", apunta Vázquez.
La velocidad
La reflexión respecto a la seguridad del piloto vasco no trata tanto de poner el punto en los trazados clásicos como el de Lemans o Sanschering, "preciosos" pero con "partes inseguras" por muchas actualizaciones que hayan sufrido. Vázquez apunta más hacia la evolución de la velocidad de las monturas.
"Creo que las motos de MotoGP corren demasiado", sentencia el probador y adelanta las evoluciones que van a sufrir las monturas para los años venideros en los que se reducirá la aerodinámica de las mismas así como las asistencias, que permiten más tracción, pero a la vez también mayor velocidad. "Será un paso importante para el espectáculo porque se favorecerán aún más los adelantamientos", explica.
El mundo del motor siempre trata de buscar los cambios que favorezcan la emoción en las carrers y que a la vez resulten seguros para los principales protagonistas: los pilotos.
El último fallecido en el circuito de Catalunya fue Andreas Pérez en 2018 y tenía 14 años. Ocurrió en una caída tumultuaria de la prueba del Mundial Junior de Moto3 en la curva 5 del trazado. Varios pilotos que venían por detrás no pudieron evitarle y le arrollaron. "Aunque los médicos han intentado hacer todo lo posible y lo imposible", explicaron en su momento fuentes del equipo Reale Avintia, al que pertenecía Pérez, "finalmente nuestro piloto ha fallecido. Andreas no ha podido ganar esta carrera", concluyeron. Y no hay carrera más importante.