Mientras en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij se firma el acuerdo que debe poner fin a la ofensiva israelí en Gaza, con la liberación de rehenes por parte de Hamas y de presos palestinos por parte de Israel, el Valencia Basket medita si debe jugar a puerta cerrada su partido de la cuarta jornada de la Euroliga ante el Hapoel Tel Aviv.
No es la primera vez que el club valenciano se mide a un equipo israelí en un momento de crisis. En octubre de 2023, apenas ocho días después de los atentados que acabaron desatando la ofensiva en Gaza, el Maccabi Tel Aviv jugó en la Fuente San Luis con el pabellón blindado... pero con público en las gradas tras atravesar un fuerte dispositivo de control policial.
En esa ocasión, el temor es mayor después del boicot que asociaciones propalestinas hicieron en la Vuelta a España el pasado mes de septiembre. Fue entonces, con el calendario de Euroliga sobre la mesa, cuando Valencia Basket decidió que no pondría entradas a la venta para el duelo en el Roig Arena. El acceso se limitaría a los abonados.
Sin embargo, ahora son las propias autoridades quienes aconsejan al club sostenido por el mecenazgo del empresario Juan Roig que dispute el encuentro a puerta cerrada. Así lo confirmó la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé. "Las recomendaciones que nosotros hemos trasladado van en la línea de que se celebre a puerta cerrada, por cuestiones de orden público. Hay dos equipos que han anunciado que lo harán a puerta cerrada, pero en cualquier caso será decisión del club", aseguró.
El partido ha sido declarado de alto riesgo, lo que conlleva que se active un fuerte dispositivo de seguridad en el entorno tanto del Roig Arena como del equipo israelí desde que ponga un pie en la Comunidad Valenciana.
La Laguna Tenerife y el Baix Manresa también se miden este martes en Liga de Campeones y Eurocup a los equipos Bnei Herzliya y Hapoel Jerusalén, y han anunciado que lo harán sin público en las gradas. Eso sí, en ambos casos hay asociaciones propalestinas que han anunciado que tratarán de impedir la disputa de los partidos.
En el caso del Valencia Basket, que jugará el miércoles, coincide con la jornada de huelga general convocada por los sindicatos y que, a pesar de los acuerdos entre Hamas e Israel auspiciados por Donald Trump, se mantiene porque no los consideran creíbles. Eso hace que también se mantenga una concentración en apoyo a Palestina prevista en el entorno del Roig Arena.
El español Marc Márquez, nueve veces campeón del mundo de motociclismo y vigente campeón del mundo de MotoGP, ha sido operado con éxito de la escápula derecha, después de pasar revisión médica en el Hospital Ruber Internacional de Madrid.
Márquez se lesionó en el hombro tras caer al ser embestido por el italiano Marco Bezzecchi durante Gran Premio de Indonesia y, en un principio, su equipo, Ducati, anunció que no iba a pasar por el quirófano.
Sin embargo, el mismo equipo médico que le diagnosticó su lesión hace siete días, ha constatado que la fractura de 'coracoides' y la lesión en los ligamentos no muestran signos suficientes de estabilización después de una semana de inmovilización, por lo que, ante el riesgo de inestabilidad residual, se ha decidido realizar una 'estabilización quirúrgica' para reparar también los 'ligamentos acromioclaviculares', según explica el equipo oficial Ducati en una nota de prensa.
Esta operación era una de las posibilidades contempladas desde un primer momento por los doctores si el tratamiento conservador estipulado no evolucionaba de manera favorable y, en cualquier caso, la recuperación de Marc Márquez, que ya se encuentra en su casa, seguirá el mismo proceso establecido y su ulterior evolución marcará su vuelta a la competición.
Inicialmente, no se esperaba a Márquez en Australia ni Malasia, pero se confiaba en la posibilidad de que pudiera presentarse en Portimao y Valencia, última carrera del mundial. Resulta clave que el de Cervera llegue a la cita en el circuito Ricardo Tormo, es allí donde se realizará el test oficial de MotoGP y será la primera toma de contacto con la Ducati Desmosedici GP26.
Kylian Mbappé, delantero francés del Real Madrid, agradeció los consejos de Cristiano Ronaldo para triunfar de blanco, con el deseo de que el madridismo "sueñe" con él como sigue sintiendo que hace con el portugués, y aseguró que su relación con Vinícius es "muy buena", conscientes de que deben dar su mejor versión juntos para lograr títulos grandes.
Mbappé silenció a aquellos que aseguran que no mantiene una buena relación con el brasileño Vinícius Jr. "Eso es más que en España, los humanos son así. Es igual en Francia o en Inglaterra, dos jugadores famosos en el mismo equipo vende mucho papel", apuntó en 'Universo Valdano'.
"Tengo una relación muy buena con Vinícius, muchísimo mejor este año porque nos conocimos muchísimo mejor. Es un gran jugador y muy buena persona. Al final es normal, sabemos que la gente va a hablar de nosotros por todo, pero tenemos el mismo objetivo, ayudar al Real Madrid a ganar títulos. Para eso tenemos que estar los dos en nuestra mejor versión y ayudar al equipo", aseguró ante el ex futbolista argentino.
Sin admitir de momento comparaciones goleadoras con Cristiano Ronaldo, Kylian agradeció la ayuda que ha recibido a distancia del astro portugués, en consejos que le ha dado en conversaciones, y sueña con llegar a ser tan querido por los aficionados madridistas.
"Él lo ha hecho durante nueve años y yo llevo uno y medio. Cristiano siempre ha sido un modelo, un ejemplo para mí. Tengo la suerte de hablar con él y que me dé consejos. Me ayudó mucho. En el Real Madrid Cristiano es el número uno, el jugador referente, hizo muchas cosas. La gente, también ahora, sueña con él pero yo quiero hacer mi camino. Espero que la gente sueñe conmigo igual, que sea un momento histórico para mí y para el Real Madrid", deseó.
Agradecido por el cariño que siente en Madrid, desveló Kylian que el club le recomendó no salir mucho por la ciudad a su llegada. "Parece que soy jugador español por el cariño que recibo, me sorprendió mucho. Al llegar, el club me pidió que me quedara en casa pero ahora veo que se respeta mucho la privacidad", comentó.
Tras ser dirigido la primera temporada en el Real Madrid por Carlo Ancelotti, valoró el cambio con Xabi Alonso. "Son diferentes, dos generaciones de entrenadores que se cruzan. Ancelotti es de los mejores de la historia, cuando llegas estar feliz de jugar por él, está siempre cerca de los jugadores y Xabi quiere ayudar muchísimo pero es más joven. Tiene más necesidad y ganas de demostrar con el Real Madrid, de conseguir cosas en su primera gran oportunidad en el mejor club del mundo. Vamos a intentar ayudarle a conseguir todos los títulos posibles", explicó.
Más fino y veloz, Mbappé reconoce que ha perdido peso tras el verano. "Perdí 7 kilos cuando estaba enfermo y recuperé dos o tres. Tengo menos peso que el año pasado y me siento muy bien. Es un año importante con el Real Madrid y la selección. Empezamos a entender lo que el míster quiere de nosotros pero tenemos que mejorar para llegar donde queremos".
Y marcó la goleada recibida en el derbi madrileño del Metropolitano, un momento que deben tener presente para evolucionar y que no vuelva a repetirse en toda la temporada. "Un partido duro porque nadie esperaba eso y también cuando ganas no esperas encajar cuatro goles más. Fue un momento duro para el equipo pero tenemos que seguir sin olvidar lo que ha pasado porque va a servir para ganar en el futuro. En los momentos difíciles nos acordaremos de este partido para luchar y no volver a tener un momento así en toda la temporada", reconoció.
Mirando atrás en el tiempo, Mbappé no se arrepiente cuando decidió no fichar por el Real Madrid siendo un niño y optó por crecer en Francia. "Tomé mi decisión y es una cosa personal. Escuchas la opinión de todo el mundo pero es tu decisión. Cuando me fui de Mónaco tenía el objetivo claro de jugar y el Real Madrid tenía a Karim, Cristiano y Bale. Yo no quería estar en el banquillo", confesó en Movistar+.
"Todos los clubes de Europa me querían para jugar y yo sabía que en el Real Madrid no iba a jugar todos los partidos. Tenía el sueño de jugar en el Madrid pero ser titular en París también era un privilegio. Fue una gran oportunidad para mí, un orgullo increíble jugar siete años en la ciudad en la que nací. Fue muy especial pero tenía el sueño de niño de jugar en el Real Madrid", añadió.
Lamine
Distinguió Mbappé su experiencia a los 18 años a lo que vive en la actualidad Lamine Yamal, pero dejó su visión sobre todo lo que rodea a la explosión del futbolista que ya ha brillado con España ganando la Eurocopa 2024 y es gran referente en el Barcelona.
"Es una época diferente, juega en un club que a nivel de media, el Barcelona, es mucho más grande que lo que era el Mónaco. No hay una solución, no pienso que sea de las personas que lo saben todo de fútbol para darla. He tenido mi experiencia y él va a tener la suya. Se ve que tiene la pasión por el fútbol y es lo que no tiene que perder. El resto, es su vida. Hablan mucho de su vida personal y sus cosas pero pienso que la gente tiene que dejarle en paz", opinó.
"Tienen que aceptar que sea un gran jugador de fútbol y que en la vida tiene 18 años. A esa edad todo el mundo comete errores, hace cosas bien y otras mal. Va a tener su experiencia de vida y hay que mirar únicamente lo que él hace en el campo, el resto no es importante si no es grave. Tiene un gran talento y espero que tenga el camino como quiere. Le deseo mucha suerte", añadió.
Por último, se mostró agradecido a lo compartido con el argentino Leo Messi en el vestuario del PSG y confesó que aprendió mucho en el campo para crecer como jugador. "Es una persona que me sorprendió porque es muy normal dentro del vestuario. Llegó con respeto a todo el mundo y como jugador es único. Había que estar cerca de él, mirar todos sus movimientos, como toca el balón, como finaliza, como ve el juego cuando analiza momentos para atacar o parar. Estar cerca de él me ayudó muchísimo a entender más el juego. Fue una suerte jugar con Leo, no pensaba que iba a jugar con él en mi carrera porque mi sueño era el Madrid y pensaba que toda su vida estaría en el Barcelona. Agradezco todo lo que aprendí dos años de un jugador tan especial", sentenció.
Todos los balones de fútbol son descendientes de la vejiga del cerdo, que debidamente hinchada y anudado su conducto evacuatorio fue utilizada en la prehistoria de este juego hasta que buenos talabarteros la cubrieron de sufrido cuero. El primer Reglamento, redactado en octubre de 1863 en la Fremason's Tavern de Londres, no especificó nada sobre el balón. Se ve que no le dio importancia. Sólo en 1872 regularon su tamaño (entre 27 y 28 pulgadas de circunferencia, 68,58 y 71,12 centímetros), su peso (entre 14 y 16 onzas, o sea, de 368 a 425 gramos «al empezar el partido») y su presión, entre 0,6 y 1,1 atmósferas. Lo de «al empezar el partido» se incluye porque en días de lluvia podía aumentar su peso hasta un 50%.
La impermeabilidad primero, y luego la esfericidad perfecta han sido las obsesiones que han trazado su evolución, siempre con la Copa del Mundo como referente y en cuatro etapas bien distinguidas: la primera, la de los balones con tiento; la segunda, desde Brasil'1950, con el acceso directo a la cámara; la tercera, con la irrupción de Adidas (México'1970) y su cadena de diseños y de materiales impermeables; y la cuarta, siempre ya con Adidas, marcada por la incorporación del chip, a partir de Rusia'2018. Toda una evolución para una pelota.
En Uruguay'1930 dominó el T-model, ya utilizado en los JJ.OO. París'1924 y Amsterdam'1928, ambos ganados por Uruguay. Estaba compuesto por once paneles de cuero en forma de T, cosidos a mano. La abertura, llamada tiento, para inflar la cámara interior de goma, se cerraba con un cordón también de cuero que podía raspar y hasta herir la frente, razón por la cual bastantes defensas se la protegían con un pañuelo. También se usó el balón llamado Tiento, de 12 paneles alargados en forma de doble seta. Era el preferido por los argentinos, que con el T-model habían perdido ante Uruguay la final olímpica de 1928. Así que antes de esta, la del primer Mundial de la historia, hubo una fuerte discusión que el árbitro belga, Langenus, resolvió al modo salomónico: se jugaría el primer tiempo con el Tiento y el segundo con el T-model.
Al descanso ganaba Argentina 1-2 con su balón; en la segunda mitad, los uruguayos remontaron hasta el 4-2 con el suyo. Por cábala, por familiaridad con el balón o porque pegaron mucho y los argentinos se arrugaron, como dijo la prensa bonaerense, el caso es que ganaron los uruguayos. En Italia-1930, el Federale-102 era muy similar al Tiento, sólo que el cordón no era de cuero sino de algodón marrón, más suave. Pero resultó frágil, y la final, Italia-Checolosvaquia, hubo de jugarse con el Zig-Zag inglés, una variante del T-model.
En Francia'1938 el fútbol registró una primera y fugaz intrusión publicitaria, y vino por vía del balón. El Allen era como el Federale-102 pero con el cordón en blanco, que le daba un aire coqueto. El árbitro lo sacó al centro del terreno y lo puso, con el rótulo Allen bien visible y sobre una peana, cara a los fotógrafos durante el sorteo entre los capitanes, el italiano Meazza y el húngaro Sarosi. En la misma fotografía se ve, tras el árbitro, el balón con el que se iba a jugar, sin marca.
El primer gran avance llega en Brasil'1950 gracias a tres argentinos, Romano Polo, Antonio Tosolini y Juan Valbonesi, que patentaron un balón sin tiento, hinchable por un orifico en uno de sus doce paneles de cuero. Lo llamaron Supercall Duplo-T. El balón de tiento, cuyo inevitable abultamiento provocaba botes anómalos, desapareció para siempre del fútbol oficial, aunque se siguió vendiendo en comercios hasta los sesenta. En España lo fabricaban los presos como forma de acortar sus condenas.
En Suiza'1954 se tiñó el cuero de amarillo, a fin de que resaltara más. Se le llamó Swiss World Champion y sus 18 piezas de cuero fueron enlazadas ya con hilos de nailon. Llovió mucho y se le reprochó que cargara demasiada agua. En la final, que pasó a la historia como El Milagro de Berna, llegó a estar pesadísimo, para dolor de los artistas magiares. En Suecia'1958 la FIFA organizó un concurso ente 102 firmas, que ganó el Top Star, con modelos en blanco, amarillo y beige. Sus 24 paneles iban encerados para defenderse del agua. Se utilizó mayoritariamente el blanco, incluida la final, que ganó la Brasil de Pelé a la anfitriona, Suecia. Con ese balón marcó el francés Just Fontaine 13 goles, récord todavía.
El de Chile'1962, Mister Crack, presentó un diseño revolucionario de 16 paneles hexagonales y dos en forma de almohadilla con mayor sensación de esfericidad, además de un nuevo tipo de válvula, en látex. A falta de Pelé, consagró a Garrincha. El de Inglaterra'1966 fue el Challenge Star, elegido entre 100 propuestas, y volvió a un diseño similar los anteriores. Se alternaron los colores blanco, amarillo y naranja, y fue éste el elegido para la final. Eso permitió ver muy marcada la mancha de cal tras botar sobre la línea de la portería del alemán Tilkowsky tras el célebre tiro de Hurst, prueba de que no entró.
Y entonces llegó Adidas, en México'1970, y lo hizo para quedarse hasta hoy. Su estreno se llamó Telstar, como el satélite que permitió que ya el campeonato anterior se viera en directo desde cualquier parte el mundo. Inspirado en el Míster Crack, lo construyó con 20 hexágonos blancos y 12 pentágonos negros, lo que resultó rupturista. Esa disposición de paneles la mantuvo hasta entrado este siglo. El de Alemania'1974 se llamó Telstar-Durlast, aludiendo el apellido al recubrimiento plástico impermeabilizante, y ya llevó impresos los rótulos Adidas, Telstar-Durlast y Official World Cup. Estábamos en los años de la eclosión del marketing deportivo. En lo sucesivo, todos serían balones-anuncio.
Para Argentina'1978, el Mundial de Kempes, el fabricante alemán presentó el Tango, en realidad el Telstar con una apariencia nueva, conseguidísima. Era blanco, adornado por unos triángulos negros de lados curvos que entre sí dibujaban círculos, produciendo todo ello un efecto de redondez perfecta. Ese diseño perduró hasta Francia'1998, con variaciones en el fondo negro de los triángulos. En 1982 se llamó Tango España e introdujo el poliuretano. Adiós al cuero, en beneficio siempre de la impermeabilidad. Aquel balón hizo campeona a Italia para felicidad del viejo y venerable Pertini. En México'1986, el campeonato de las diabluras de Maradona, el Azteca presentaba en los triángulos negros gretas aztecas; en Italia'1990 el Etrusco Único mostraba tres cabezas de leones inspirados en el arte etrusco; en Estados Unidos'1994, el Questra aludía a la exploración espacial con planetas, estrellas y cohetes; y en Francia'1998, el Tricolore portaba los tres colores de la bandera francesa introducidos con ayuda de la silueta de un gallo, con cola de tres plumas, como las rayas de Adidas.
En todo ese tiempo la marca alemana experimentaba nuevos materiales ayudándose de los túneles de viento de Porsche. El Tricolore dio un gran salto al incluir una espuma sintética con resistentes microesferas llenas de gas, que provocaban mayor rapidez de vuelo. Adidas buscaba un balón muy reactivo y de bote vivo, que bien golpeado tomara efectos muy marcados. Para los porteros cada avance era un problema, pues les cambiaba el hábito y tenían que reeducar sus automatismos. En algunos casos, la decoración exterior alteraba la percepción visual. Esto último lo acusó Oliver Kahn en la final ante Brasil en Corea y Japón'2002, donde el Fevernova (de fiebre y supernova) quebró la línea estética iniciada en México'1970 para adornarse con cuatro trígonos sobre el fondo blanco que sugerían turbinas eólicas, en pro de las energías renovables. Eran de color verde con reborde dorado y unas manchas de rojo fuego. Para la final, el dorado pasó a tomar el papel del verde y viceversa. En Alemania'2006, el Temgeist (espíritu de equipo), sustituyó los veteranísimos hexágonos y pentágonos por 14 paneles, seis en forma de hélice, blancos como el resto del balón pero con un reborde grueso negro y dorado. Por primera vez no iban cosidos los paneles, sino unidos por termosellado. Alcanzó un 99% de perfección en la prueba de esfericidad.
Su sucesor fue el Jabulani (celebración, en lengua zulú), de ocho paneles y esfericidad perfecta, blanco con cuatro triángulos redondeados. Llevaba once colores discretamente distribuidos, tantos como jugadores hay por equipo. Resultó un dolor para los porteros por su conducta, con curvas impredecibles cuando se acercaba a los 100 km/h. Todos los porteros renegaron de él, tachándolo de «pelota de plástico». Curiosamente fue un portero quien levantó aquella Copa del Mundo. Casillas. Mejor resultó el Brazuca de Brasil'2014. La palabra 'brazuca', escogida tras una votación en la que participaron un millón de personas, representa el orgullo por la forma brasileña de vivir). Adidas trabajó a fondo con 600 futbolistas de nivel y 30 equipos de científicos para crear este nuevo modelo, con seis paneles idénticos en forma de hélice, un dibujo zigzagueante y un colorido que representaba las pulseras de la suerte brasileñas. No le dio suerte a Brasil, pues cayó con estrépito por 1-7 frente a Alemania, luego campeona. Pero funcionó. El secreto fueron unos ligeros surcos que corrigieron el efecto pelota de plástico del Jabulani.
El Telstar-18 de Rusia 2018 enlazaba el pasado y el futuro. Constaba de seis paneles, pero los dibujos evocaban los 20 del Telstar de México'70, aunque los hexágonos negros estaban pixelados, para darle un aire futurista. En la segunda fase el negro fue sustituido por el rojo y se llamó Telstar Metcha, sueño o ambición en ruso. Con ese balón dio España sus más de 1.000 toques para nada el día de su eliminación. El gran avance fue un chip en su centro geométrico unido por cables a la superficie interior de la esfera para transmitir velocidades, trayectorias, potencia del golpeo y demás. Nacía el balón inteligente, evolucionado luego en el Al Rihla (viaje) de Qatar'2022. Tenía 20 paneles de poliuretano con unos trazos de colores vivos. Para las semifinales y la final fueron más apagados, con el tono de los anocheceres del desierto, y cambió el nombre por el de Al Hilm (el sueño). Fue más rápido que ningún otro. Llevó un núcleo esférico conocido como CRT-CORE, también unido por cables a la superficie interior, que permitía precisar automáticamente el instante justo del golpeo para medir el fuera de juego y si el balón había traspasado o no la línea de gol.
Ahora nos espera en Estados Unidos, México y Canadá'2016 el recientemente presentado Trionda, otra vuelta de tuerca, un balón con un sensor de 500 hercios incorporado. Sus cuatro paneles en hélice llevan los colores nacionales de los tres países, azul, verde y rojo, y dibujos representativos de ellos, estrella, águila y hoja de arce. El sistema de transmisión ya no va en el núcleo, sino en uno de los cuatro paneles, contrapesado en los tres restantes. Se le ha dotado de detalles en relieve para ayudar a su estabilidad en el vuelo.
Aquella vejiga de cerdo es ahora vanguardia tecnológica. Continuará.
Antes que lo hiciera Valentín Vacherot, hace ya casi 30 años un español vivió una historia de película de esas que tanto gustan en el tenis: procedente de la previa y situado en el puesto 146 del ranking ATP, ganó el Masters 1000 de Hamburgo en 1996 tras derrotar a un futuro número uno, Yevgueni Káfelnikov, y a un futuro número dos, Álex Corretja. Era Roberto Carretero.
Apenas tenía 20 años. Antes ya había sido campeón júnior de Roland Garros y su físico imponía: era una bestia, bombardeaba con la derecha. Nadie dudaba sobre su futuro. Pero ahí acabó su carrera. En las temporadas posteriores, una mezcla de lesiones, frustraciones y fiestas lo llevaron a una retirada temprana. Por suerte, supo reciclarse como comentarista en Movistar, donde ya acumula 18 años. Y también, por suerte, cuenta su experiencia con humor en el libro El tenis desde dentro. Del vestuario a la cabina: un viaje al corazón del tenis, recientemente editado por Mauri Spagnol.
La mayoría de aficionados al tenis le conocen como comentarista y apenas le recuerdan como tenista.
Es normal. Han pasado muchos años y antes era muy complicado conseguir visibilidad. No se emitían todos los partidos, ni siquiera todos los torneos. Y era imposible entrar en la Copa Davis, que era la competición más seguida, porque había 14 españoles en el Top 100 de la ATP. Siempre hay algún tuitero que dice: "¿Éste con quién ha empatado?". Pero la mayoría del público es más amable y cambia la pregunta: "¿Qué te pasó?".
¿Y qué le pasó?
Tenía mucho potencial, y lo sabía, pero necesitaba tiempo y no supe dármelo. Me falló la cabeza. Tuve lesiones, especialmente en el hombro, y las lesiones siempre son difíciles, pero eso es solo una excusa. Era muy blando mentalmente. Con las derrotas me fui desinflando, y mi cabeza dijo basta muy pronto. A día de hoy todavía quiero las cosas cómodas, lo quiero todo fácil. Con los años he ido curando la frustración por no haber alcanzado mis objetivos, pero en su momento fue duro.
Póngase en valor.
En mis tiempos había muy pocos jugadores que jugaran con mi explosividad, que saltaran para pegar, que golpearan tan fuerte. Hoy se juega más recto, pero yo jugaba con mucha velocidad pese a usar parábolas y efectos. Quizá me parecía a Fernando González. Me da apuro, pero a veces me comparo con Carlos Alcaraz. Me veo reflejado en su tenis: la derecha, los apoyos, las dejadas... aunque mi revés era mucho peor que el suyo y mi físico... bueno, yo estaba todo el día lesionado.
También es cierto que entrenaban como burros. En el libro cuenta que llenaban carros del Pryca con bolas y que golpeaba más de 200 derechas seguidas con una tensión en la raqueta de 40 kilos. Es una animalada.
Nací antes de lo que me tocaba. Con mi físico -pesaba 92 kilos y no era muy alto- necesitaba entrenar menos y hacer más prevención de lesiones. ¿Cómo iba a aguantar mi cuerpo machacándome así? A mí el tenis me reventó. A día de hoy me levanto y me duele todo. Estoy jodido por todos lados. Y eso que ahora me cuido. El problema es que, como jugador, no me cuidaba nada.
Alcaraz no se inventó la fiesta.
Alcaraz es un amateur de la fiesta comparado con lo que salíamos en nuestra época. En aquellos tiempos también estaban Pato Clavet o Beto Martín, que se cuidaban muchísimo, pero el resto... Se salía más que ahora, eso está claro. Si estábamos en casa, en Barcelona, salíamos cada semana, cada sábado, era una rutina. Y si estábamos fuera, los propios torneos organizaban fiestas. Alcaraz saldrá seis o siete veces al año, se tomará un par de copas y se lo pasará en grande. Pero lo nuestro era otra cosa. La diferencia es que antes no se hablaba, y ahora él lo muestra en un documental. Me parece fantástico que lo haga.
Habla en el libro de la soledad del tenis.
Hay muchos viajes, muchas noches de hotel... tienes que estar muy bien rodeado. A los 20 años mandas sobre tíos de 50: entrenadores, preparadores físicos o fisioterapeutas. Tú les pagas, tú eres el jefe, y dependen de ti. Eso no pasa en otros deportes. Si destacas en el fútbol o el baloncesto, el que manda sigue siendo el entrenador.
Es un deporte para quien sabe sufrir.
Totalmente. Y eso es muy duro. Te paseas por los clubes y apenas ves a niños disfrutando. Todos están cabreados. Y lo mismo pasa con los veteranos. En cambio, pasas por las pistas de pádel y la gente se lo pasa bomba. En el tenis te enseñan a jugar con amargura, a sufrir, a pasar penas. Espero que eso cambie algún día. Alcaraz me parece un pionero en ese sentido: ojalá normalice sonreír en la pista.
Las cortes reales han sido un caladero de conspiraciones e intrigas con dos objetivos: el reparto del poder y la sucesión. El Versalles de Luis XIV o Luis XV, un grand palais de las vanidades, suele ponerse como ejemplo, pero España no ha sido precisamente ajena. Isabel la Católica vivió las conspiraciones contra su hermanastro Enrique IV antes de acceder al trono, se hubo de casar en secreto con Fernando y, desde la tumba, no sólo escuchó los gritos de su hija Juana la Loca, sino que fue testigo post mortem de las tensiones entre su viudo y su yerno Felipe el Hermoso. El Bernabéu no es una corte real. Es una corte del fútbol, rica y en plenitud de su reinado, pero que afronta decisiones capitales para consolidarlo en el futuro, una vez terminado el gran palacio-estadio, como son la viabilidad de la Superliga, dentro o fuera de la UEFA; la definición de la nueva naturaleza jurídica de la entidad, con socios-accionistas, y la sucesión, a largo plazo, de Florentino Pérez. Algunas generan debates; otras, susurros.
La Superliga, el proyecto con el que Florentino desafía al establishment, afronta un momento crucial, con la UEFA reforzada en su alianza con la EFC, nueva organización de los clubes europeos, antigua ECA, donde se dan palmadas todos los enemigos del faraón blanco, desde Aleksander Ceferin a Nasser Al-Khelaifi, con Javier Tebas y Miguel Ángel Gil en un segundo plano. Al decorado se unió la pasada semana Joan Laporta, el único aliado de Florentino en la Superliga, pero con un mensaje claro: «Queremos un acuerdo con UEFA».
Laporta, Ceferin y Al-Khelaifi, en Montjuïc.Emilio MorenattiAP
Encuentros con UEFA
En la corte del Bernabéu no ha sobresaltado su presencia en Roma, atribuida a su necesidad de estar cerca de la UEFA por el alto riesgo de su situación económica e institucional. El Barça se añade, pues, al decorado anti Superliga pero no sale oficialmente de la Superliga. Laporta cuenta más, y es que los primeros pasos para el acuerdo ya se han dado. Se trata de reuniones entre la empresa de la Superliga, A22 Sports Management, y representantes de la UEFA, junto a enviados de Barça y Madrid. Es cierto.
Eso no significa que el acuerdo esté próximo, pero en el entorno de los clubes creen que es inevitable: «O eso o muere la Superliga y queda un peligro para la UEFA». El peligro es la validez jurídica que todos los tribunales han dado al proyecto, especialmente en Europa, a la espera de una sentencia más pendiente en la Audiencia Provincial de Madrid, y que es una amenaza permanente de escisión para el organismo de Ceferin. Mañana podría ser otro Florentino.
Quienes han estado próximos a las reuniones sugieren que el acuerdo podría llegar con un win-win que dejara la gobernanza en manos de la UEFA, como hasta ahora, a cambio de que el organismo aceptara un cambio en el modelo del torneo y, especialmente, de su explotación comercial. Es decir, que asumiera el business plan de A22, con sus inversores y la plataforma por la que se emitiría el torneo en abierto con publicidad y sin ella en el formato premium, de pago. Un YouTube del fútbol. El hecho de que la UEFA y la antigua ECA anunciaran en Roma su estrategia de comercialización para 2027-2033, no implica que el pacto no pueda llegar, como tampoco que Florentino repita en todas partes que la Superliga sigue en marcha al margen de la UEFA.
Anas Laghrari, cerebro en la sombra
Detrás de Florentino aparece la figura de Anas Laghrari, financiero francés, hijo de un constructor marroquí que ya tuvo relaciones con el presidente del Madrid. Laghrari fue clave en operaciones para ACS, en especial la reestructuración de la deuda tras el intento fallido por controlar Iberdrola, y eso le hizo ganarse la confianza de Florentino, que le abrió las puertas del Madrid. Los acuerdos con Providence o Sixth Street tienen su marca. El financiero francés, que pasó de Société Générale a Key Capital, una boutique financiera, no es, hoy, únicamente el ideólogo del proyecto inversor de la Superliga, sino que se ha convertido en una llave para las decisiones estratégicas en el Madrid, con implicación, asimismo, en la búsqueda de capital para los sobrecostes del nuevo Bernabéu.
La operación más importante, por encima de la Superliga, es la transformación de la naturaleza del club para convertir una parte en sociedad mercantil. El socio sería también accionista y, de ese modo, la operatividad de la entidad permitiría una capitalización mayor. La operación es compleja, pues la intención es no perder el control y no exponer al Madrid a OPAS.
Un coste superior a 20.000 euros
Las consultas realizadas a algunos bufetes de referencia, entre ellos uno de los mayores del mundo a nivel global, no acaban de encajar la fórmula. Se han buscado ejemplos, como el de algunos clubes de golf, donde los socios son accionistas, pero aparecen problemas, porque no es lo mismo comprar una acción que convertir el patrimonio en una acción. Por eso se paga. Al repartir una parte del capital social entre los socios-accionistas, éstos tendrían que pagar impuestos por la adquisición, sin intención de vender la acción. En función de los cálculos, el coste fiscal podría superar los 20.000 euros.
Florentino Pérez junto a Martínez-Almeida, alcalde de Madrid.JUANJO MARTINMUNDO
El cambio de naturaleza jurídica es uno de los proyectos clave de Florentino, observado con silenciosa atención por Joan Laporta, más necesitado que el propio Madrid de una transformación similar. De producirse, el arrastre sería imparable. Hasta en sus palancas ha pedido ayuda, Laghrari mediante. Una vez levantado el estadio, la transformación y la Superliga culminarían la obra de Florentino.
A sus 78 años, el dirigente gobierna con mano de hierro el Madrid, sin abrir el debate de su sucesión en el largo plazo, al contrario que en ACS, con Juan Santamaría posicionado, pero de la sucesión se habla en la corte. El único intento que hizo en su primera etapa, con Fernando Martín, fue un desastre. Apoyado en su eficaz primer ejecutivo, José Ángel Sánchez, la figura de Laghrari crece, aunque ninguno parece con la querencia y las condiciones para ser sucesor. La incógnita es qué puede representar más poder en el futuro, si ser presidente institucional o presidente de un futuro consejo de administración. Interrogantes que, hoy, nadie abre públicamente, aunque bajo el temor de que a Florentino le pueda ocurrir como a Luis XV: après moi, le déluge. Después de mí, el diluvio.
El ajedrez es un mar en el que puede beber una pulga y bañarse un elefante, dice un proverbio indio. El juego milenario es tan versátil que permite que compitan juntos ancianos y niños. No hay distancia que no pueda unir un tablero. En los últimos días, hemos visto en Madrid dos ejemplos excepcionales que prueban que la edad es el menor de los obstáculos. En el polideportivo de Moratalaz, Manuel Álvarez Escudero era uno de los 149 participantes del torneo internacional que se celebra cada año en su barrio. Muchos de sus rivales podían ser sus nietos, como mínimo. Manolo cumplió ayer 104 años.
Álvarez es un ejemplo de longevidad excepcional, pero la historia del ajedrez está llena de viejitos con buena cabeza que desafían el tiempo. El pasado agosto, fallecía a los 102 años otro de nuestros ajedrecistas centenarios, Vicente Moral, un asiduo del torneo de Benidorm. El verano anterior nos dejó Joan Codina, con 103, aunque al contrario que los dos citados, el catalán ya no jugaba de forma regular. Álvarez no sólo sigue vivo, sino que después de la pandemia ha regresado con entusiasmo. Su espíritu de lucha es inigualable y aún da guerra en las competiciones donde comparece. En el último Open de Moratalaz mejoró su Elo, la puntuación que otorga la Federación Internacional después de cada partida o campeonato. Quién sabe hasta dónde puede llegar Manolo.
Días después de esta hazaña, el argentino Faustino Oro, de 11 años, lograba varias plusmarcas mundiales en un torneo cerrado en el que, por supuesto, era el participante más joven. El Messi del ajedrez, también comparado con Wolfgang Amadeus Mozart, logró su primera norma de gran maestro (necesita tres para que le den el título) y superó los 2.500 puntos Elo. Ningún otro ajedrecista ha saltado tan alto a su edad. En la Nave Bellver de Madrid, Fausti era sobre el papel el segundo peor de los maestros inscritos, pero ganó el torneo con un punto y medio de ventaja. Su actuación -el ajedrez tiene unidades de medida para todo- correspondió a la de un jugador con 2.759 puntos Elo, una cifra suficiente para afianzarse en el top 10 mundial.
A la caza del niño prodigio
La propia Federación Internacional no quita ojo a los progresos de Faustino Oro, que participará como invitado en la próxima Copa del Mundo, en la India, donde acudirán los mejores ajedrecistas del planeta. No es la primera vez que el niño argentino se enfrenta a los adultos más duros del circuito. En internet es aún más temido. En chess.com acaba de alcanzar los 3.200 puntos y ya está en el puesto número 12 absoluto. Magnus Carlsen e Hikaru Nakamura, los dos mejores del mundo, saben lo que es perder contra él. El chico le quita importancia: «Sólo fue un bullet», recuerda, sin perder la sonrisa, cómo ganó al noruego. En las partidas bullet [bala], cada jugador sólo dispone de un minuto para todas sus jugadas. La mente de Fausti vuela tan rápido que para él es una ventaja.
En la India, el pequeño Oro tendrá una nueva oportunidad de demostrar su talento, aunque al ser una competición por eliminatorias, como los torneos de tenis, el azar puede hacer que caiga a las primeras de cambio. También estará en la Copa del Mundo su viejo conocido Ilan Schneider, un chico de 14 años que participó en el torneo Leyendas y Prodigios. No es tan joven ni tan famoso, pero a los ocho años ya era número uno del mundo en su edad. Siguió entre los mejores hasta que la pandemia (la que ayudó a Fausti a aprender a volar) frenó su proyección. El año pasado, Ilan consiguió el título de maestro internacional -es el segundo más joven de Argentina- y también sueña con ser campeón del mundo.
Hace poco, Ilan disputó un torneo en Italia donde le ofrecieron entrenadores, una casa y trabajo para sus padres si aceptaba el cambio de bandera. Ni él ni su padre quisieron dar el salto. A Ram Schneider se le saltan las lágrimas cuando habla de su hijo, un chico magnífico, además de un pequeño genio. Cuando lo llevó a sus primeras clases, el profesor lo llamó aparte para hablar con él. Pensaba que el chico la había liado, pero era para cantarle las excelencias del muchacho.
Manuel Álvarez Escudero.F.M.B.
La parte más difícil es la económica. Tener un prodigio en casa no es barato. Schneider sigue escolarizado, pero sólo se presenta un par de veces al año y no para de viajar a torneos. Aprobar no es un problema, pero al contrario que los Oro, los Schneider se resisten a salir de su país y les gusta que su hijo no sólo juegue contra adultos. Pese a su sana rivalidad, avivada por los aficionados -empezaron en el mismo club bonaerense-, estos dos jóvenes están llamados a liderar la selección argentina durante décadas.
Casi cada mes surge una nueva estrella infantil. La británica Bodhana Sivanandan, de 10 años, ya es maestra internacional femenina. La misma edad tiene el ruso Roman Shogdzhiev, que le quitó a Faustino el récord como maestro internacional más precoz de la historia. Kaushik Aswath, de Singapur, acaba de convertirse a los ocho años en el maestro FIDE más joven del mundo. Hace unas semanas, Carlsen alababa el juego de un niño indio de tres años, que ya practica un ajedrez «decente» y tiene Elo internacional.
El columnista más longevo
También pegado a las 64 casillas, merece la pena citar el caso de Leonard Barden (96), que mantiene su columna semanal en The Guardian, donde debutó en septiembre de 1955. Hijo de un basurero, aprendió a jugar en la Segunda Guerra Mundial y representó a Inglaterra en cuatro Olimpiadas de Ajedrez. Es además un prolífico autor de libros y, como Manuel Álvarez, sigue teniendo una cabeza privilegiada.
Con supervivientes así y tantos chiquillos de creciente precocidad no sorprende ver partidas entre jugadores separados por muchas décadas. Hace dos años, vimos a Manuel Álvarez jugar contra Martín, un niño de ocho años. La diferencia era de 94.
Entre las estrellas también ha habido casos notables. La televisión rusa organizó en 2017 un encuentro entre Yuri Averbaj, gran maestro que entonces tenía 95, contra el pequeño Misha Osipov, de cuatro. El pequeño era famoso desde los tres, cuando rompió a llorar en otro plató tras perder contra Anatoli Karpov. Por lo visto, esperaba derrotarlo. Por si alguien se lo pregunta, ahora tiene 12 y no parece ningún portento.
Caruana y Korchnoi, durante su partida en 2011.JOHN SAUNDERS
Otro de los duelos intergeneracionales más famosos fue la partida entre Viktor Korchnoi, el mejor ajedrecista sin corona (culpen a Anatoli Karpov) que a los 79 años derrotó en Gibraltar a una estrella ascendente, Fabiano Caruana (19). Es probable que el actual número tres del mundo repase aquella partida en sus peores pesadillas.
En los torneos abiertos, es ya un lugar común entre los jugadores de más edad maldecir el emparejamiento con algún niño. A partir de los 50, muchos se refugian en las competiciones de veteranos sólo para estar a salvo de insolentes pequeñajos. Lo importante es seguir jugando, a ser posible hasta más allá de los cien años.
El Atlético de Madrid volvió a hacer lo imposible en Orlando y se llevó la victoria en el IX Torneo Internacional LALIGA FC FUTURES conquistando el trofeo por cuarto año consecutivo, algo que ningún equipo había logrado hasta el momento.
No lo tuvo fácil el conjunto español, ya que el Palmeiras tuvo un gran inicio de partido y gozó de ocasiones para ponerse por delante en el marcador. Sin embargo, no las aprovechó, algo que sí hizo el Atlético. En su primera llegada marcó Jaime el 1-0.
El Palmeiras se repuso y logró empatar el encuentro con un gol del máximo goleador del torneo, Gabriel; pero le duró poco la alegría, ya que en la jugada siguiente Mario marcó el gol que ponía delante de nuevo al Atlético.
Ya en la segunda mitad, con un Palmeiras apretando en busca del empate, de nuevo Jaime estableció el definitivo 3-1 para el Atlético que le da su cuarto título seguido en el ESPN World Wide of Sports Complex, una sede talismán para ellos.
El Valencia CF, por su parte, se hizo con la tercera plaza del torneo al derrotar por 2-0 al CR Flamengo en el partido por el tercer y cuarto puesto.
Con agónico sufrimiento, Marco Penge logró conquistar el Open de España by Madrid, tras una jornada de 71 golpes (+1) donde sufrió mucho más de la cuenta. Penge tuvo que empeñarse hasta el desempate para lograr su tercer título de la temporada en el DP World Tour, convirtiéndose en el jugador con más victorias en 2025.
El británico acumuló dos bogeys durante sus primeros nueve hoyos, y solo firmaría un birdie en la segunda parte del recorrido. Un desenlace deportivo que no estuvo a la altura del gran espectáculo y esfuerzo de la organización de este torneo. De hecho, no teníamos un ganador con una ronda final sobre par desde el Open que se disputó en el PGA de Cataluña en 2014, donde Miguel Ángel Jiménez se llevó la victoria con una ronda final de 73 golpes. El también inglés Daniel Brown logró el birdie en el 18 con el que empataba en -15 y ambos jugadores se jugaron la suerte del Open en un playoff. Con birdie en el primer hoyo, Penge conquistaba el triunfo y también la exención para el Masters de Augusta y Open Championship, una de las novedades del torneo de este año.
Al margen de los premios, la insulsa crónica de este torneo se complementa con un buen final para el golf español, aunque en ningún momento los nuestros tuvieron opciones de triunfo. Jon Rahm, Ángel Ayora y David Puig lograron terminar con -10, compartiendo la novena plaza del torneo. Ayora, sigue siendo el mejor español y se proyecta en el puesto 23 de la Race to Dubái.
Rahm se llevó el trofeo al mejor español, ya que firmó la mejor última jornada con 65 golpes. "Siempre es bueno, es un torneo muy divertido, me encanta venir, una pena no tener opciones de ganar, con el público apoyándome es increíble, una buena vuelta, un buen final y por lo menos les he dado algo", comentaba el campeón de Barrika, para el que la Ryder Cup supuso un desgaste importante: "La Ryder pasa factura, quita mucho y esta, en Estados Unidos, fue muy dura, y la semana pasada fue de recuperación más que de otra cosa. He jugado lo suficientemente bien para poder ganar, pero he cometido algunos errores".
Aunque podría tener acceso al torneo final de la temporada en Dubái al ser jugador de Ryder Cup, Rahm parece dar por concluida su temporada 2025: "Tres meses y poco de parón, no lo he tenido nunca, veremos... tengo la oportunidad de ir a casa, ser padre. Tengo la opción de ir a Dubái, pero no creo...", concluía.
La otra cara, la más amarga, volvió a protagonizarla Sergio García, tras firmar una ronda del par del campo en el Open de España, celebrado en el Real Club de Campo Villa de Madrid. Su resultado acumulado de -3 le deja en una discreta posición 39 en la clasificación del torneo. "La gente muy bien, el apoyo increíble, pero la semana mala. Una semana en la que no sale nada y es lo que es...", comentó García, quien protagonizó un lamentable incidente tras la ronda, tirando la bolsa de palos en el cuarto de firma de tarjetas. La frustración volvió a apoderarse del golfista de Borriol. "Probablemente pare hasta febrero... No he desconectado del golf en toda mi vida, y tener la posibilidad de parar tres o cuatro meses es bonito", concluía.
Con respecto a su incierto futuro en el DP World Tour, García no va a completar el mínimo de cuatro torneos reglamentarios para poder ser miembro del Circuito Europeo; al ganador del Masters de 2017 le faltarían dos y no va a viajar ni a la India ni a Corea (próximas citas), y tampoco está clasificado para los dos finales de Emiratos Árabes. "Intentar jugar todos los grandes que pueda y hacerlo lo mejor posible en todos los torneos", explicaba como objetivo. "Hay muchas cosas que están por arreglar", añadía con respecto a su relación con el DP World Tour, concretando cuál sería su estatus para el año próximo: "Pues nada, suspendido, y al año siguiente, pues mejor", finalizaba.
Por el pasillo que hacía las veces de zona mixta en el Martínez Valero salían los jugadores españoles camino de la medianoche. Esperaba el autobús y luego el avión hasta Madrid. Cada uno de ellos llevaba en la mano una caja de cartón. En una etiqueta, su nombre. Y una pegatina. Si era verde, pertenecía a un jugador. Si no era verde, pertenecía al staff o a los empleados que viajan con el equipo. La nutricionista, Toscana Viar, llevaba varias. ¿Qué había en esas cajas? La cena. Pero una cena personalizada. No valía coger cualquier caja. Dani Vivian, por ejemplo, había dejado la suya en el vestuario porque sólo llevaba un yogur con frutos rojos y un zumo, pero la de Oyarzabal tenía pinta de pesar. Y la de Merino. El objetivo es que los jugadores cenen en el mismo autobús y repongan lo perdido lo antes posible.
Poco antes de esa imagen, en la sala de prensa, el seleccionador georgiano, Willy Sagnol, había soltado una parrafada abrumadora sobre España. Resumida, dijo esto: "España juega en otro planeta. En los 80 y en los 90 tenían buenos equipos, pero no eran ganadores. Ahora lo son. Llevan 25 años fabricando jugadores inteligentes, que siempre eligen en función de lo que ocurre a su alrededor. Por ejemplo, Pedri. Es tan poca cosa que parece que saldrá volando si hay viento, pero es uno de los mejores centrocampistas del mundo".
De la Fuente, claro, lo agradecía, pero con cautela. Y no cree que toda la sarta de elogios que le llueven a su equipo estos días tengan repercusión en el vestuario. "Cuando hablas con personas tan inteligentes y maduras como nuestros jugadores, no hay peligro. Ellos aceptan los elogios sin ir más allá, porque saben que el próximo reto será más difícil. El halago no les va a debilitar. Son muy buenos futbolistas, para mí los mejores del mundo, pero son mejores personas".
Ranking
Buenas personas o no, que de todo habrá, el caso es que la selección española camina por encima del suelo desde hace tiempo. Encumbrada hace apenas unas semanas al número 1 del ranking FIFA muchos años después (no lo era desde 2014), es hoy el rival a batir, dicho esto por tipos tan poco sospechosos como Lionel Scaloni o Didier Deschamps, seleccionadores de Argentina y de Francia. Y detrás de ese éxito, que lo es sin duda, está una política de democratización de la selección que Luis de la Fuente implementó desde su llegada a finales de 2022 (su primera convocatoria fue en marzo de 2023).
El seleccionador, desde entonces, ha llamado a 72 futbolistas. Casi todos han disputado algún minuto (de hecho, todos menos siete). Suma 25 debutantes en 34 partidos. Desde Joselu, que fue el primero, hasta Jorge de Frutos, de momento el último, es un número apreciable, una lista donde están tipos como Lamine Yamal, Le Normand o Huijsen.
En este tiempo, el técnico ha tenido que afrontar muchísimas bajas. Algunas largas como la de Gavi, que era esencial cuando llegó, y otras intermitentes como las presentes de Lamine Yamal o Nico Williams. En el once que se midió a Georgia el sábado faltaban seis titulares indiscutibles. No hay problema al parecer. El autor del primer gol, por ejemplo, fue Yeremy Pino, un tipo del Crystal Palace. De la Fuente ha instaurado el concepto de equipo en una selección, con lo difícil que es eso. Da la impresión de que, juegue quien juegue, el equipo funciona. "Hoy tenían seis o siete bajas y no se ha notado", insistía Sagnol, que usaba un tono real de admiración.
Esa democratización del equipo lleva irremediablemente a evadirse de la importancia del Real Madrid y del Barcelona. En el once del sábado no había ni un jugador blanco. Sí del Barça (Cubarsí, Pedri y Ferran), pero el resto estaba repartidísimo. Estaban representados 13 equipos: Arsenal, Athletic, Real Sociedad, Barcelona, Tottenham, Chelsea, Leverkusen, Atlético de Madrid, Celta, Rayo Vallecano, Como, Crystal Palace y Oporto. "Tengo la suerte de poder elegir entre 40 o 50 jugadores que para mí son los mejores del mundo", suele insistir el técnico. Y no le falta razón. En la época de barbecho que el equipo pasó entre 2014 y 2023, uno de las críticas más frecuentes era que no tenía jugadores diferenciales. Hoy sí los tiene, hoy tiene futbolistas que son top-5 en sus posiciones (Lamine, Nico, Pedri, Zubimendi, Cucurella...), pero es que no le hace falta. Para sujetar la racha de partidos sin perder (28), no vale con la primera fila. Hay que democratizar, por elevación, el equipo, y eso España lo ha conseguido.
Mañana espera Bulgaria, el rival más débil del grupo, y una victoria dejaría a tiro de otra, en noviembre, la clasificación para el Mundial, verdadero objetivo de un grupo ya campeón de Europa.