El Atlético gana ante el Betis tras jugar con fuego

El Atlético gana ante el Betis tras jugar con fuego

Había que ver cómo se levantaba el Atlético del varapalo de la Copa del Rey. No por la derrota, sino por las sensaciones que dejó a los rojiblancos el torneo del ko y de las que venía en Champions y en Liga. Afortunadamente, el equipo volvía a su guarida, donde se siente fuerte, donde sería líder si no existieran los partidos a domicilio. Y lo hacía ante una de las víctimas preferidas de Simeone. No ha perdido el argentino ante Pellegrini y le volvió a ganar, aunque con mucho suspense al final y con el equipo embotellado y plagado de defensas. [Narración y Estadísticas, 2-1]

Los colchoneros se pusieron el traje de casa, el que mejor le sienta. El de la presión alta y el rodillo al adversario. Tres ocasiones en los primeros 15 minutos tanto por mérito rojiblanco como por demérito de Bellerín, principal asistente de la ofensiva rival. El primer error terminó con un chut de De Paul al lateral de la red. En el siguiente, en cambio, el balón tocaba la red, pero por dentro.

Fue gracias al instinto de Hermoso, que cortó un pase en campo contrario, y a la fortuna rojiblanca en varios rebotes. El gol podría asignarse a Pezzella, aunque el argentino solo pasaba por allí. El Betis era un flan y eso es pecado en la catedral rojiblanca. Pudo Memphis en una doble ocasión darle la extrema unción en el minuto 12 y luego vino un nuevo capítulo de esa magnífica herramienta para sembrar polémica como es el VAR.

Tras el enésimo error de la zaga verdiblanca, Lino filtró a Morata que, en el límite del fuera de juego, encaró a Rui Silva. El madrileño cayó tras driblar al portugués y Soto Grado pitó penalti. Dos revisiones por una. El videoarbitraje concluyó que Morata estaba habilitado y que la pena máxima estaba bien pitada. La primera fue una cuestión de fe, la segunda… también. Algo debía de estar masticando la diosa Fortuna para que luego decidiera que el delantero fallara no solo el penalti, sino los dos disparos que tuvo tras el rechace de la pena máxima.

La lluvia se unió al frío para aplacar los ánimos rojiblancos y los del público, que redujo decibelios, aterido como estaba. Rodri casi silencia del todo a la grada si lleva a embocar una vaselina que tuvo al filo del descanso. Mala idea hubiera sido despertar a un equipo que estaba muerto. Un espejismo.

Fornals, con un cambio de banda horrible, dejó el balón franco a Memphis cuyo disparo terminó en córner. Tras el saque de esquina, el rechace llegó a las botas de De Paul que disparó fuerte y raso para que Rui Silva detuviera, pero su despeje terminó en la cabeza de Morata que buscó el fallo del cancerbero y lo encontró. Brazos al cielo. Por fin recuperó el madrileño su olfato en la mejor temporada como 9 rojiblanco, 20 chicharros lleva.

Necesita este Atlético al mejor Morata para afrontar este mes donde se juega la temporada. Aunque perdió la Copa, llega el Inter en 10 días y debe mantener la ventaja respecto al equipo que le despojó del sueño del torneo del Ko, quien acecha a un partido de los rojiblancos en el torneo doméstico. Además, sin Griezmann, lesionado con un esguince, aunque es probable que el francés pueda estar en la vuelta contra los italianos.

Salió el Betis en la segunda mitad con otra actitud gracias, en parte, a los cambios en el medio donde Guido, un futurible para el Atlético, y Carvalho dieron otro empaque al equipo de Manuel Pellegrini. Sería el portugués, tras una pérdida en defensa del Atlético quien pondría picante al choque con un golazo de bandera a la escuadra de Oblak desde 30 metros. Malas noticias para un equipo, el rojiblanco, que últimamente le están cayendo los goles en contra como mazazos.

Reacción bética

Pasó el Betis a tener la iniciativa en el juego mientras el Atlético esperaba para matar a la contra. No es mala situación para los rojiblancos. Saúl pudo hacerlo tras una pared de Morata con la espalda de un defensor verdiblanco, pero marró el disparo a tres metros del portero. Quién sabe si se acordarían de esa o de otra anterior que tuvo Hermoso algo menos clara.

Ayoze avisó en el 77 y Guido casi empata el partido a la salida de un córner, pero entre Oblak y el poste salvaron a los rojiblancos. La parada recordó la mejor versión del portero esloveno, algo que necesita el Atlético de Madrid. Simeone veía que se le escapaba el partido y decidió apuntalarlo atrás con la salida de Reinildo por Memphis. Si el equipo ya estaba atrás… entró también Savic, por si no se había entendido el mensaje. El plan, finalmente, salió bien.

kpd