De Taylor Swift a Shakira: por qué los hinchas odian a las mujeres de los deportistas

De Taylor Swift a Shakira: por qué los hinchas odian a las mujeres de los deportistas

“La culpa de todo la tiene Yoko Ono”, cantaban Def Con Dos en 1995 sobre la disolución de un grupo musical en 1970. Y, aunque cualquiera que haya visto el fabuloso documental Get Back intuye que el papel de la artista japonesa en la ruptura de los Beatles fue sólo observar con hastío cómo dos machos alfa chocaban cabezas hasta reventar, la frase y la sospecha siguen vigentes en 2024.

Hoy, Taylor Swift es Yoko Ono.

Este domingo se disputa en Las Vegas la Super Bowl de la NFL entre los San Francisco 49ers y los Kansas City Chiefs, vigentes campeones y una de cuyas estrellas, Travis Kelce (nueve veces all star y uno de los tres mejores de la historia en su puesto, tight end) se echó novia a principios de temporada. El tema es que la pareja en cuestión es la mujer más poderosa de América en estos momentos. Sí, ella es Taylor Swift, la misma que acaba de arrasar en los Grammy, que podría decidir las elecciones si apoya abiertamente a Biden y cuya gira The Eras Tour ha recaudado mil millones de dólares durante su primer año. Y aún le queda otro…

La historia es bonita, las estrellas de mundos distintos que se encuentran, se enamoran y comen perdices, pero los aficionados al deporte no funcionan así con las parejas de sus héroes. En cuanto ella apareció animándole en un palco y dándole un beso tras una victoria, comenzó la campaña de odio. Primero culparon del gris inicio de liga de Kelce a Swift y no a la lesión que arrastraba. Ahora que está completando unos playoffs arrolladores, la queja es que la cantante sale demasiado en pantalla y “no pinta nada en un estadio” porque no es “fan de verdad”, pese a ser fan declarada de los Philadelphia Eagles desde mucho antes de todo esto.

Teorías de la conspiración

“¡Estamos hartos de verla!”, “distrae del partido”, “busca atención” (como si la necesitara). Esos mensajes no han llegado sólo de tuiteros y webs de hinchas, que también, sino que medios del calibre de ESPN, Sports Illustrated o USA Today han dado cabida a críticas de ese tipo e, incluso, a teorías de la conspiración como que el noviazgo no es más que un montaje publicitario, que es una maniobra política demócrata (Kelce, rostro de las vacunas Pfizer y uno de los pocos blancos que siguió a Kaepernick y se arrodilló contra el racismo durante el himno, ya estaba señalado por QAnon) o que todo está amañado para que los Chiefs sean campeones. Hasta el presentador de los Globos de Oro, el cómico Jo Koy, hizo un chiste sobre el tema que provocó cero risas y una mirada gélida de la cantante que Koy no olvidará pronto.

“Demasiados hombres siguen teniendo un problema para asumir que la mujer es equiparable a ellos y les molesta especialmente cuando dicho poder asoma en espacios que considera suyos, como es el deporte. Ahí arranca ese discurso perverso y dañino de menospreciarlas, rebatir sus méritos e insultarlas, pero no es más que inseguridad ante una mujer fuerte capaz de opacar a un referente para ellos, incapaces como son de tener como referente a una mujer», explica Octavio Salazar, profesor de Derecho Constitucional y autor de El hombre que (no) deberíamos ser.

Swift no es la primera ni será la última. La supermodelo Gisele Bündchen fue responsabilizada por fans y periodistas de que su ex marido, Tom Brady, el mejor quarterback de siempre, se retirara. Los aficionados de los Dallas Cowboys boicotearon a la actriz Jessica Simpson por irse de viaje con Tony Romo, estrella del equipo, en los días libres previos a un partido de playoff que perdieron. Cuando Aaron Rodgers rompió su relación con sus padres y hermanos los medios corrieron a culpar a su entonces pareja, la actriz Olivia Munn, pese a que empezaron a salir cuando el cuatro veces MVP llevaba un año sin hablar a su familia.

Piqué y Shakira en 2019, cuando aún eran pareja.AP

Pero no hay que irse tan lejos, en el fútbol español no faltan ejemplos. El embrujo inicial del beso en Sudáfrica no evitó que Sara Carbonero fuera masacrada a partir de ahí, tanto ejerciendo su labor como periodista como a raíz del enfrentamiento entre Iker Casillas y Mourinho. De nuevo, un choque entre dos hombres convertía en malvada a una mujer. Shakira soportó gradas enteras insultándola mientras estaba con Piqué. La cantante Edurne estalló cuando sus redes se llenaron de comentarios machistas tras la final de Europa League entre el Villarreal y el United, en la que su marido, David de Gea, no detuvo ningún penalti en la tanda. La actriz Sara Sálamo fue el foco de las iras de muchos hinchas durante los últimos años de Isco, su pareja, en el Real Madrid.

“Si jugaba mal, era culpa mía y el nivel de los insultos y del machismo era terrible. Mi chico me conoció por mi carrera como actriz. Yo ya me ganaba bien la vida, pero seguía recibiendo menosprecios a diario, como si estuviera con él por ser famoso. Y luego empezaron con que estaba en declive por mi culpa, como si yo jugara. Era muy desagradable”, recuerda Sálamo. Isco ha vuelto a rendir a un nivel altísimo en el Betis pero, sorpresa, ahora nadie responsabiliza de ello a su mujer: “Nada, nada, ahora ya no influyo”, se ríe ella.

“Si jugaba mal, era culpa mía y el nivel de los insultos y del machismo era terrible”.

Sara Sálamo

“Es mucho más fácil odiar a las mujeres que responsabilizar a los hombres de sus errores o fracasos. La misoginia en estos ámbitos sociales motiva que las mujeres sean vistas como amenazas y como terribles seductoras. Señalar a las parejas de esos hombres como caricaturas malignas contribuye a la deshumanización de las mujeres y refuerza el estereotipo de que el hombre es un bobo capaz de perder el sentido por una chica y que carece de autocontrol”, analiza la filósofa y sexóloga Loola Pérez. Y remata Salazar: “Es un mito fundamental del patriarcado. Desde Eva en el Paraíso a la mujer fatal del cine negro, es un estereotipo que se ha repetido mil veces. Es una posición muy infantil y los argumentos para estas pataletas son muy endebles”.

Y tan endebles. ¿Saben cuánto tiempo enfocan las cámaras a Taylor Swift durante los partidos de los Chiefs? Según un estudio de The New York Times, 25 segundos de media en retransmisiones que duran más de tres horas. Repito: 25 segundos. Piensen ahora cuántos planos han visto de Jack Nicholson en la cancha de los Lakers o cómo Drake se convirtió en más protagonista que los propios jugadores en las Finales de la NBA de 2019 entre Toronto y Golden State. En España cualquier actor que va a promocionar su última serie a un partido de Liga tiene más tiempo de pantalla. ¿Cuántas quejas escucharon? En cualquier caso, va a dar igual.

“Una liga muy conservadora”

“El efecto Taylor Swift existe y es fantástico para nosotros”, afirmó Roger Goodell, máximo mandatario de la NFL, esta semana. Y tanto… Desde la irrupción de la artista, la audiencia del fútbol americano en EEUU ha subido un 53% en niñas de 12 a 17 años, un 29% entre mujeres adultas y un 7% en total. El impacto estimado para la marca NFL por aparecer vinculada a la cantante en distintos medios es de 330 millones de dólares. La camiseta de Kelce se ha vendido un 400% más que la temporada pasada.

“Aunque va mejorando, la NFL es una liga muy conservadora tanto en los propietarios como en gran parte de los aficionados, por eso no me sorprende la reacción. Es lamentable, pero esperable. Sin embargo, los dueños, por encima de todo, piensan en dólares. Taylor Swift no necesita a la NFL, pero para la liga es un filón y lo va a explotar al máximo. Con que un 10% de esas chicas jóvenes que están llegando por ella se queden, ya habrá sido una bendición”, reflexiona Rubén Ibeas, comentarista estrella de la NFL en España.

Mañana se disputa la Super Bowl y Taylor Swift llegará a tiempo tras actuar la noche anterior en Tokyo. Aparecerá en pantalla y el odio y la inseguridad volverán a plagar la machosfera. “No era consciente de haber cabreado a unos cuantos papás. Bueno, ya se les pasará”, se río al ser preguntada por el tema. La historia nos dice que es improbable que se les pase, pero los haters tienen perdida esta batalla.

Les guste o no, la poderosa es ella.

kpd