Vinicius revienta una tarde de calamidades ante Osasuna

Vinicius revienta una tarde de calamidades ante Osasuna

Después de tantas calamidades, el Madrid encontró un respiro ante Osasuna. Tres goles de Vinicius, tres, para que el Bernabéu le cantase lo que en otros estadios sonará a mofa. "¡Balón de Oro!" A quién le importa si el brasileño lo merece más que Rodri o si lo recibirá alguna vez en su vida. Lo mejor que le puede pasar al Madrid es contar largos años con su 7 en la camiseta. Hoy, en este otoño negro, Vinicius es nave nodriza, mascarón de proa, jugador franquicia. Incluso en un sábado marcado por el infortunio de las lesiones, sólo él hace lo que nunca le sale a Mbappé. [Narración y estadísticas (4-0)]

No había nada de festivo en el ambiente, sino más bien tonos fúnebres en el día de la patrona. Al homenaje a las víctimas por la DANA y al recuerdo de las debacles ante Barça y Milan hubo que sumar las lesiones de Rodrygo, Militao y Lucas Vázquez. Tras notar un desgarro en el muslo derecho, el delantero debió ceder su sitio a Brahim en el minuto 20. Si se le había escapado alguna lágrima, su desdicha pareció una broma tras escuchar los alaridos del central. A la media hora, Militao salía en camilla, con pánico generalizado en torno a su rodilla derecha.

Osasuna, quinto en la Liga con sólo una victoria menos que los blancos, se presumía un rival temible. En la actual dinámica, cualquier equipo con piernas frescas y extremos veloces puede destrozar la pizarra de Ancelotti. Así que a la media hora, con Brahim y Raúl Asencio ya sobre la hierba, la situación se antojaba ideal para los navarros. No habían inquietado a Lunin, pero tampoco sufrían en su área. El Madrid no sabía cómo nutrir a su delantera.

El regreso de Camavinga

Por desgarradora que parezca, la realidad no ha de ser enmascarada. Sin aquellos centrocampistas que marcaron una época en la Champions, los actuales ni siquiera se han ganado aún cierto estatus. Incluso Camavinga, el más capacitado para la posición de mediocentro, que regresaba a la titularidad tras su suplencia ante el Milan. El francés otorga otro ritmo y hoy parece el único capacitado para la exigencia física que requiere el puesto. Sin embargo, ni siquiera bajo su supervisión conseguía el Madrid cimentar un plan medianamente competitivo. Con la vuelta al 4-3-3, Bellingham y Valverde tampoco aportaban nada relevante en la creación.

Con Vicente Moreno cumpliendo su sanción desde uno de los palcos, Dani Pendín alentaba a sus muchachos desde el área técnica. Osasuna había desconectado a Vinicius y Mbappé. Durante la primera media hora, la mejor noticia para ambos fue su cifra de fueras de juego: cero. Entonces, cuando peor pintaba, Vinicius se sacó un as bajo la manga. Una maravilla de velocidad y precisión ante Sergio Herrera. Uno de esos goles por los que suspira Mbappé.

Militao, sobre la hierba, tras su lesión de rodilla.

Militao, sobre la hierba, tras su lesión de rodilla.AFP

La ventaja tuvo un efecto cicatrizante para el equipo y la afición. Cuando Asencio quiso aventurarse en campo rival, con el cuello erguido, hubo algún gesto de asombro. Y cuando colocó un envío de 50 metros para que Bellingham definiera el 2-0, retumbó el aplauso unánime. Rüdiger, Camavinga y Lucas acudieron prestos a abrazar al chico. El ánimo ya ni siquiera a decaer tras el infortunio del capitán. Se había lastimado en el aductor izquierdo, pero el coruñés quiso aguantar hasta el descanso. Ni aun así pudo darse una alegría Bryan Zaragoza, del que tanto se esperaba.

Los intentos de Mbappé

Ancelotti recompuso la línea dando entrada a Modric y con el remiendo de Valverde en el lateral. Ya nada ni nadie iba a importunar a Lunin. Ni una sola parada le exigió Osasuna, así que, cumplida la hora de juego, el ucraniano bajó un córner con autoridad y regaló un balón medido para el 3-0. No había modo, reglamentario o no, de sujetar a Vinicius. Mbappé había querido emularle con una soberbia arrancada ante Areso frenada a duras penas por Catena. Cuando el francés tomó el balón en la frontal para animarse con el libre directo, nadie esperaba un disparo tan enclenque. En la siguiente, tras dejar sentado a Aimar Oroz, volvió a trastabillarse ante Moncayola. Al francés le falta el remate y le sobra el regate.

Mientras el Bernabéu se rompía en aplausos con Camavinga, por el simple hecho de presionar tras una pérdida, Mbappé chutaba contra el lateral de la red. Diríase que Vinicius también suspiraba por hacerle feliz. O incluso los centrales de Osasuna, que regalaron una salida de balón para que Brahim dejase en bandeja el 4-0 al brasileño. En la acción siguiente tampoco supo el astro francés imponerse ante Boyomo. Consciente de su sus carencias, Ancelotti se negó a retirarle. Restaban 20 minutos para Güler, Endrick y el anhelado gol de Mbappé, pero ni por esas.

Cuando el fútbol no importa: Vicente Moreno deja el cubo y la pala de quitar fango para acudir sin ánimo al Bernabéu

Cuando el fútbol no importa: Vicente Moreno deja el cubo y la pala de quitar fango para acudir sin ánimo al Bernabéu

Regresa al banquillo del técnico que se puso las botas de goma y cogió una pala para quitar el barro de la casa de su familia en Massanassa, localidad en la que nació hace 50 años. El fútbol se ha convertido en algo secundario para Vicente Moreno. El desastre provocado por la DANA ha alterado las prioridades de un entrenador que se ha encarnado en símbolo de solidaridad y coraje. «Es muy duro no poder estar allí para los que tenemos hijos, familiares y amigos afectados por esta situación. Pero somos gente trabajadora y dura y, aunque parezca difícil, saldremos de ésta», exclamó el pasado día 1, poco antes de comunicar a Osasuna que se trasladaba a la zona cero de la destrucción y el horror.

Ante su emotivo y angustioso llamamiento, Osasuna no sólo le otorgó permiso para marcharse a Valencia, sino que le cedió una furgoneta llena de material que el propio entrenador condujo hasta Massanassa. El agobio no disminuyó hasta que llegó a su casa y pudo abrazar a sus dos hijos y ayudar a sus vecinos a apartar el lodo, retirar vehículos y reconstruir sus casas. Allí, durante una semana ha estado trabajando junto a cientos de voluntarios. También ha escuchado y consolado a las víctimas golpeadas por una riada infernal. Poco después de llegar a la Comunidad Valenciana, su cabeza se olvidó del balón y se centró en socorrer a los más necesitados. Sin embargo, ha mantenido contacto prácticamente diario con su staff en el conjunto navarro.

Dani Pendín, segundo entrenador del equipo, recalcó antes del inicio del Osasuna-Valladolid del pasado sábado que Moreno ha atravesado por una situación extrema: «Vicente está sufriendo mucho por su familia, por sus amigos y por lo que está pasando allí. Tiene ganas de estar allí y de ayudar. Está haciendo lo que puede. Lo conozco bien y está sufriendo mucho, se le ve en la cara».

«un chute de alegría y motivación»

Pendín tomó las riendas del equipo en el partido de la Copa del Rey disputado esta semana. En los últimos días estuvo muy pendiente de su jefe, pero sin agobiarle con cuestiones técnicas. «Él sabe todo lo que estamos haciendo. Ahora lo importante es que se centre en ayudar a su gente», dijo antes de medirse al Chiclana.

Vicente Moreno, que ayer estuvo al frente del entrenamiento de Osasuna realizado a puerta cerrada en las instalaciones de Tajonar, vuelve hoy con su equipo en el partido que le enfrenta al Real Madrid en el Bernabéu. El preparador ya ha comunicado a sus jugadores que al término del encuentro se volverá a su localidad natal para seguir trabajando con el cubo, el cepillo y la pala en la retirada del insoportable fango.

Ayer decidió no acudir a la rueda de prensa previa al partido. Su puesto lo ocupó Pendín, que aprovechó la ocasión para incidir en que la presencia de Moreno en el entrenamiento supuso una recarga de ánimo para el grupo: «Es evidente la alegría que tenemos. Estamos contentos porque Vicente está mejor. Es satisfactorio que haya venido porque es el líder del equipo. Esto es un chute de alegría y motivación».

El fútbol ha pasado a un segundo lugar para un entrenador que está realizando una notable temporada con Osasuna, que ocupa el quinto puesto de la clasificación de la liga. Suma 21 puntos, sólo tres menos que el Real Madrid. Moreno llegó al club pamplonica la pasada primavera tras la marcha de Jagoba Arrasate, un emblema en el club. En su currículo figuran pasos por el Xerez, Nástic, Mallorca, Almería y el Al-Shabab de Arabia Saudí.

«Vuelve cuando quieras»

El valenciano ha contado con el apoyo absoluto de Osasuna en esta última y convulsa semana. «Vuelve cuando quieras», le dijo la directiva del club. Su labor con los damnificados de la DANA ha despertado voluntades solidarias entre los seguidores del conjunto navarro. Así, Osasuna, inmediatamente después de conocerse la magnitud del desastre, contactó con el Ayuntamiento de Massanassa para ponerse a su disposición y colaborar en la reconstrucción de aquellas infraestructuras municipales más dañadas. El club aseguró que contará para ello con la colaboración de Kosner, su principal patrocinador, y de Saltoki, distribuidor en exclusiva de la marca, especializado en materiales de fontanería, electricidad y construcción y que dispone de varios centros en la Comunidad Valenciana. Ha sumado también el apoyo de otros patrocinadores, empresas colaboradoras, jugadores y empleados. Ya se ha enviado una tonelada y media de alimentos.

Osasuna cuenta en su plantilla con un numeroso grupo de jugadores procedentes de la Comunidad Valenciana, como Rubén García, Nacho Vidal, Lucas Torró y Moi Gómez; y otros con una gran vinculación como Aitor Fernández, Juan Cruz o Rubén Peña por haber jugado en equipos de esa Comunidad. El director deportivo de la entidad, Braulio Vázquez, tiene a gran parte de su familia en Valencia y también ha acudido a la zona inundada para ayudar a los damnificados.

El club ha abierto una cuenta bancaria en La Caixa a través de Fundación Osasuna para que todos los socios y aficionados de la entidad puedan colaborar en la ayuda. En esa cuenta, que se mantendrá abierta durante las próximas semanas, ya se han recaudado más de 250.00 euros. Todo es poco, eso lo sabe bien Moreno, para quien ahora el fútbol se ha convertido en algo secundario.