El Real Madrid lleva una temporada invicto en Liga, desde la derrota de septiembre de 2023 en el Metropolitano, y acumulaba 36 encuentros sin perder entre todas las competiciones desde los octavos de final de la pasada Copa del Rey, también ante el Atlético de Madrid. Y las rachas, como todo, tienen su final. El éxito liguero se acabará en algún momento, pero el global terminó 36 duelos después en Lille. Un 1-0 que deja a los blancos con tres puntos en los dos primeros partidos de esta nueva Champions. Un 1-0 horroroso, con una de las peores primeras partes de la temporada y un arreón final incapaz.
"No nos ha pasado mucho en los últimos meses, eso de que el rival sea mejor y se merezca ganar... Hemos podido empatar, pero creo que no era merecido", admitió, sincero, Carlo Ancelotti. El técnico italiano acudió a la sala de prensa del Estadio Pierre-Mauroy con la honestidad de quien asume sus errores. "Hemos sido muy lentos y tenemos delanteros que necesitan un juego más vertical. Nos ha costado recuperar, ser agresivos, crear juego...", enumeró Carletto.
Una derrota en 36 partidos no debería ser motivo de preocupación en un equipo de fútbol, pero en el Real Madrid, ya lo dijo el transalpino hace unos meses, las crisis llegan con facilidad. "Hay que tener la mente fría y no tirar todo a la basura. Obviamente hay que mejorar y tengo tristeza por la sensación del equipo, porque se puede perder, es deporte, pero perder así... No hemos dado una buena sensación y eso me preocupa, es un paso atrás".
Esas sensaciones se traducen en las caras de los futbolistas en la zona mixta de Lille. Caras serias, ninguna sonrisa, algún detalle con los niños que les esperaban a la salida y directos al autobús. Sólo habló Lunin en su redebut, pidiendo paso para cotas más elevadas. El ucraniano no pudo evitar el tanto de penalti, pero dejó varias paradas de mérito: "Puedo ser el número uno aquí y voy a seguir luchando por mi puesto con el máximo respeto a Courtois", declaró con contundencia.
Las manos del portero no evitaron una derrota que Ancelotti espera sea "un toque de atención", como lo fue la derrota de la pasada Liga en el derbi madrileño, inicio de la racha que todavía hoy sigue viva. El italiano rechaza la idea de abandonar su particular "luna de miel" con el club blanco. "No, todavía no... Espera un poco", bromeó, en la única risa de la comparecencia. "Cuando perdimos el derbi nos sirvió de toque de atención, uno fantástico, y ojalá esto pueda ser otro toque de atención", reflexionó, pero insistió en que "la crítica por el partido de hoy es justa, correcta y tenemos que aceptarla". "No hemos mostrado una buena versión", finalizó.
El partido dejó algunos puntos ilusionantes. Endrick debutó como titular y se convirtió en el titular más joven en la historia del Madrid en Champions, superando a Raúl. El brasileño pudo marcar el 1-0 tras una colosal arrancada, pero no definió bien. "Feliz por ser titular y triste por la derrota, pero la temporada es larga. Ser titular es muy difícil y para mí es muy importante".
Además, regresaron Camavinga y Mbappé, ya disponibles para Ancelotti en el siguiente duelo contra el Villarreal. El centrocampista empezó bien, pero provocó el penalti y terminó siendo amonestado, por lo que el técnico le tuvo que cambiar. En su lugar entró Arda Güler, que jugó unos buenos minutos y apunta a una de las mejores opciones para el entrenador cuando los rivales se encierran. Mbappé, por su parte, estuvo desaparecido y ni siquiera tiró a puerta. En el apartado médico, Rodrygo no disputó ni un minuto por molestias en la espalda y Militao se retiró con dolor en la rodilla.
Un Real Madrid ahorcado por un Ancelotti vergonzoso hizo bueno al modesto Lille, que ni en sus mejores sueños podía pensar en ganar y dejar en ridículo al campeón de la Champions. El equipo blanco equipo está hundido y abocado a la falta de credibilidad. Porque no juega al fútbol. La soberbia del club no ha querido fichar dos centrales imprescindibles y dos medios que puedan genera calidad en el centro del campo.
A Ancelotti ya le pueden fichar a
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El Madrid se hizo pequeño en Lille, diminuto, y cayó como caen los equipos que durante demasiados minutos no respetan el torneo que le ha hecho gigante. Una desastrosa primera parte, un penalti innecesario de Camavinga transormado por David y un inerte arreón final para cerrar una noche de pesadilla en Lille. [Narración y estadísticas (1-0)]
La Copa de Europa es la competición que más respeta el Madrid. Siempre ha sido así y siempre será. Por eso la primera parte del conjunto blanco en Lille fue tan decepcionante. Poca intensidad sin balón, poca movilidad con él, despistes, errores en la entrega y un sinfín de defectos que provocaron el 1-0 con el que se llegó al descanso.
Ancelotti recuperó a Camavinga, que se estrenó en la temporada después de su lesión de rodilla, y le dio a Endrick su primera titularidad del curso. El brasileño superó a Raúl como el debutante más joven de la historia del club en Champions y pudo marcar, pero le faltó acierto.
Extrema relajación
Compartió delantera con su compatriota Vinicius, que probó suerte ante Chevalier en el minuto 6 antes de que Bellingham definiera alto un pase de Carvajal. Tres minutos después, Endrick arrancó a 40 metros de la portería, rechazó darle el balón a Vinicius y se abrió paso casi hasta el área pequeña, donde definió al pecho de Chevalier.
Era el minuto 18 y el Madrid veía puerta aunque no atinaba. Estaba despierto y vivo, pero no mató cuando pudo y el Lille subió marchas y creció en el partido. En el 24, Lunin, que debutaba en la temporada en sustitución del lesionado Courtois, se hizo gigante ante Jonathan David, estrella local, y desvió los dos intentos seguidos del delantero tras un centro de Zhegrova a la espalda de Militao.
La oportunidad impulsó al Lille, consciente de la extrema relajación del Madrid. Camavinga intentaba achicar agua en su Titanic particular. Era el más activo con y sin balón, pasando por encima de Tchouaméni y Valverde, imprecisos.
Víctima de la desidia
Pero todo lo bueno que hizo el francés en el primer tiempo lo echó por la borda en el minuto 44. Zhegrova lanzó una falta desde la frontal y el balón dio en el brazo de Camavinga, que lo tenía en posición antinatural. Después de revisar la pantalla del VAR, el italiano Mariani decretó penalti. David, desde los 11 metros, engañó a Lunin y puso el primero.
El gol fue de esos psicológicos, aunque el Madrid ya estaba hundido en sensaciones. Son ya demasiados partidos en los que parece que le cuesta entrar en ritmo, proponer y demostrar deseo de ganar. Especialmente fuera de casa, donde esta campaña sólo ha ganado a la Real. En Lille se volvió a demostrar que tiene muchas virtudes, pero hasta el momento la desidia es su gran defecto.
Ancelotti intentó cambiar lo que pudo en el descanso. Con Mbappé todavía renqueante y con Modric habiendo jugado 80 minutos en el derbi, el italiano dio entrada a Fran García y retiró a Mendy. Decisión técnica para refrescar piernas, pero sin trascendencia en el juego. Tan mal lo vio el italiano que llamó al galo y al croata.
El Lille celebra su victoria.FRANCK FIFEAFP
Mbappé dio algo más de aire al ataque, pero al Madrid le faltaban ideas. Vinicius, con poco ángulo, remató desviado un pase de Modric al espacio y Ancelotti quemó sus naves. Apostó por Güler en lugar de Camavinga y los blancos asediaron por pura inercia el área del Lille, dejando espacios peligrosos a la contra.
El tramo final dejó a un Madrid incapaz, llegando al área rival más por el peso de la camiseta y los nervios del Lille que por virtudes propias. Pero como esto es fútbol, tuvo opciones. Carvajal remató desviado un centro de Modric y en los últimos minutos Chevalier salvó a los locales. Güler cabeceó en dirección a portería un centro de Vinicius y Bellingham no pudo definir en boca de gol, evitando el portero el empate. En la siguiente jugada, el meta desvió un remate de Rüdiger a un metro de la línea y un defensa evitó el remate a gol de Vinicius.
No se detuvo el Madrid en busca del honor perdido, pero no lo encontró. Güler no anotó el último intento y los blancos sumaron su primera derrota. Una muy dolorosa.
El Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Fútbol ha dictaminado el cierre parcial del Metropolitano durante tres partidos y una sanción económica de 45.000 euros por el lanzamiento de objetos que se produjo durante el derbi que enfrentaba al Atlético de Madrid y al Real Madrid.
El Comité estima que los hechos ocurridos la noche del domingo constituyen una falta muy grave recogida en el artículo 76.2 en consonancia con el artículo 15 del Código Disciplinario ya que se tuvo que suspender provisionalmente el encuentro durante 14 minutos. "Nos encontramos ante unos incidentes de especial gravedad y repercusión en el desarrollo del encuentro", escribe el organismo.
Aunque también se ha tenido en cuenta que no se le produjo ningún daño a Thibaut Courtois, portero del Real Madrid y jugador objeto de los lanzamientos. El Comité critica la falta de diligencia del club rojiblanco: "No se adoptaron las medidas suficientes para prevenir unos incidentes tan graves en la propia acción multitudinaria y en su resultado o, cuando menos, las medidas que se adoptaron no fueron las idóneas para un partido de especial rivalidad".
Sólo el sector del fondo sur
El cierre afectará sólo al sector del fondo sur del estadio desde el que se lanzaron los diferentes objetos al guardameta blanco, de los sectores 127 al 133. El comité expresa que sus medidas, en la localización de uno de los responsables, han sido reactivas y no preventivas por lo que ha procedido a no admitir sus alegaciones.
Así, el Atlético perderá la animación del fondo sur en los partidos del Leganés el próximo 20 de octubre, ante Las Palmas, el 3 de noviembre, y ante el Alavés el 24 de noviembre.
El organismo, que se reúne cada miércoles, ha evaluado el acta de Mateo Busquets Ferrer que recoge los incidentes que se produjeron desde el minuto 64 hasta el 67 de partido. El árbitro habla en su informe del lanzamiento de tres mecheros y una botella de agua.
En la aplicación del protocolo, Busquets Ferrer se vio obligado a ordenar "la retirada de los equipos a vestuarios" toda vez que las dos advertencias que hizo la megafonía del estadio no consiguieron que cejaran los lanzamientos de objetos desde la grada.
En el informe de LaLiga, no así en el acta federativa, se recogen también hasta 19 cánticos ofensivos ocurridos durante el derbi, 17 correspondientes a la grada de animación del Atlético y dos de ellos provenientes de la grada visitante.
Reiteración
Es la segunda vez que el Metropolitano recibe un apercibimiento de cierre parcial en menos de un año, aunque en temporadas distintas. La anterior ocasión se debió a los insultos racistas recibidos por Nico Williams en la visita del Athletic en liga en abril de la temporada pasada.
En aquella ocasión, se dictaminó un cierre parcial durante dos partidos y una sanción económica de 60.000 euros. Apelación dejó sin efecto este dictamen al aceptar el recurso del club y estimar que la entidad actuó "con la máxima diligencia" a la hora de identificar a la persona que profirió los insultos.
A día de hoy, sólo un individuo ha sido localizado como uno de los responsables del lanzamiento de objetos. El club le ha aplicado su código interno en el que además se suspenderle su condición de socio, le ha prohibido la entrada (salvo sentencia en sentido contrario) a cualquier instalación del Atlético de Madrid. La entidad está estudiando la posibilidad de recurrir la decisión una vez la hayan podido analizar en profundidad.
Los representantes del Real Madrid se encontrarán en Lille con un viejo conocido. Un hombre más académico que futbolístico, más de números que de pasión. Su cara se ha ido cruzando con los directivos del conjunto blanco durante la última década, primero en las constantes conversaciones con el PSG, luego en los primeros acercamientos al Stade Rennes para conocer más sobre Camavinga, y durante los últimos meses en las negociaciones con el cuadro galo por Leny Yoro. Olivier Létang es el presidente del Lille, posición a la que ha llegado después de ser máximo mandatario del Stade Rennes y hombre en la sombra de Leonardo y del jeque en el PSG.
Un currículum más de empresa que de fútbol, dejando a un lado aquello que le decían a Darín en El secreto de sus ojos, eso de que «un hombre puede cambiar de casa o de familia, pero nunca de equipo, de pasión». Létang jugó en los noventa en el Le Mans y el Reims y después curso una licenciatura en la Escuela de Negocios ESSEC y un MBA para terminar pasando por los despachos de tres de los grandes clubes de Francia como quien oye llover. Trabajando y dejando a un lado la camiseta.
Entre 2012 y 2017 fue mano derecha de Leonardo, director deportivo del PSG. Fue, básicamente, el hombre en la sombra de Al-Khelaifi. La mente detrás de la imagen porque fue él el primero que en París alzó la voz por un adolescente que empezaba a despuntar en la cantera del Mónaco. «Yo quise a Mbappé en 2015, dos años antes de que el PSG le fichara», dijo antes de dejar la capital, obligado por la llegada de Kluivert como nueva mano derecha del jeque. «El PSG no me hizo caso en ese momento y luego tuvo que pagar 180 millones», confesó a L'Equipe.
Sin bufandas ni colores
En 2017 se convirtió en presidente del Stade Rennes y fue el culpable de la renovación de Camavinga hasta 2022. Un contrato que provocaría su llegada al Madrid en 2021. Modernizó la ciudad deportiva y dio espacio a la cantera, entre ellos al joven centrocampista, que debutó bajo su mandato. Dejó el equipo a principios de 2020 y en Francia se rumoreó con el enfado del Rennes por unas supuestas negociaciones de Létang con el Madrid por el futbolista.
Le llegó entonces la oferta del Lille, en 2020, como si de un fichaje se tratara. Alguien puso sobre su mesa más dinero y mejores condiciones y Létang se cambió de empresa. La compañía Merlyn Partners compró el conjunto galo y le seleccionó como director general. Sin bufandas ni colores. A Létang no le dio tiempo a renovar de nuevo a Camavinga y el francés terminó en el Bernabéu.
El empeño de Mendes
Pero no sería su último cruce de caminos con el Madrid, al que hoy recibe en el Estadio Pierre-Mauroy. Primero intentó el fichaje de Hazard cuando el belga, ex del Lille, pasaba por sus peores momentos en Chamartín.
Durante los últimos meses, Létang ha lidiado con el interés de media Europa en Leny Yoro, joven central galo criado en la cantera del Lille. A sus 18 años, el Madrid, el PSG y el Manchester United fueron los que más insistieron en él, y finalmente el futbolista, con el empeño de Jorge Mendes, terminaría eligiendo a los ingleses. Sin embargo, Létang deslizó en varias ocasiones que la mejor opción para el defensa hubiera sido vestir de blanco.
El pasado mes de julio, mientras Francia avanzaba rondas en la Eurocopa y él era vital para Didier Deschamps, una llamada llegó a los despachos del Santiago Bernabéu. «¿Podríamos negociar por Aurelien Tchouaméni?», preguntaron directivos de un club muy importante de la Premier League. La respuesta del Real Madrid fue simple: «No está en venta». La cifra que ponían en la mesa del conjunto blanco desde las islas británicas rondaba los 150 millones de euros. Ni así.
El centrocampista galo parece estar bajo sospecha entre el entorno madridista, juzgado por un estilo de juego más pausado que el de Valverde o Camavinga, más encajonado en la posición de cinco, de eje, menos suelto, menos bravo para presionar o para llegar a la portería rival. Menos vistoso, pero necesario, a fin de cuentas, para cualquier entrenador. Por eso para la dirección técnica de Chamartín y para el cuerpo técnico liderado por Carlo Ancelotti, Tchouaméni es absolutamente insustituible.
Cuentan desde Valdebebas que el salto personal ha llegado antes incluso que el salto futbolístico. Que la madurez que ha mostrado durante estas dos temporadas en el día a día del equipo, uniendo al grupo de franceses y españoles gracias a su perfecto castellano y siendo ahora anfitrión de Mbappé cuenta casi tanto como lo que hace sobre el campo. «Es insustituible», ha contestado varias veces esta temporada Ancelotti. «Es intransferible», contestan en los despachos.
«no podemos hacer todos todo»
A sus 24 años, todos tienen claro que le queda otro escalón por elevar en su juego. Lo sabe el club, lo saben los entrenadores y lo sabe el propio futbolista, que ayer fue el protagonista en la rueda de prensa previa al duelo contra el Lille. «Tenemos que entender que en un equipo no podemos hacer todos todo, hay un plan del entrenador, hay jugadores con mucha calidad y a veces tenemos que entender nuestra responsabilidad y hacer lo mejor para el equipo, que puede no ser lo mejor para mí», reflexionó, honesto, en castellano
«Para mí lo máximo es ayudar al equipo delante de la defensa, recuperar balones, conseguir intercepciones... Si juegas es un equipo como el Madrid es porque tienes calidad, no hay regalos aquí. Es la única cosa que puedo decir», terminó, con personalidad y contundencia.
Si vamos a los números, Tchouaméni es el segundo futbolista de las cinco grandes ligas que más intercepciones realiza por partido, 2,6, por las 2,8 de Lisandro Martínez, central del Manchester United, y es el sexto centrocampista que más pases da por encuentro (72). En el Madrid todo pasa por él, aunque el adiós de Toni Kroos ha cambiado la salida de balón del conjunto blanco y ha llenado al galo, a Valverde y a Bellingham de más responsabilidades en la construcción. Sin el alemán, todos sufren un poco más.
«hablamos todo el rato»
«Toni fue muy importante y tenemos más responsabilidades en salida de balón, pero vamos a mejorar y a hacerlo bien», admitió el centrocampista, que el curso pasado sufrió varios problemas en el pie izquierdo pero está recuperado. «Me siento mejor poco a poco y ya no tengo dolor», dijo.
El galo lo ha jugado casi todo en este inicio de temporada y sólo se ha perdido un partido, el duelo de San Sebastián ante la Real Sociedad, donde fue baja por un golpe en el pie. Por lo demás, 90 minutos en siete de las nueve citas en las que ha participado y la confianza total de Ancelotti, clave desde su aterrizaje y gran valedor de su juego. «Ancelotti es muy importante para mí, hablamos todo el rato. Trabajar con un entrenador como Carlo es un placer, me ayuda mucho con y sin balón», reflexionó el francés sobre la relación que le une al técnico.
Un técnico que, aunque a Tchouaméni no le guste, le ve bastante futuro como central. Una reflexión que también comparte la dirección técnica. Gusta su poderío aéreo y su salida de balón y creen que podría ser uno de los mejores del mundo. Mientras, seguirá siendo el eje sobre el que se mueva el Madrid.
Quedan 24 horas para el encuentro del Real Madrid en Lille, el segundo en este nuevo formato de la Champions League, pero el runrún alrededor del conjunto blanco sigue derivando hacia el derbi del pasado domingo en el Metropolitano y a los incidentes provocados por los ultras del Frente Atlético. El técnico italiano se mostró muy contundente sobre los comentarios de Simeone, que pedía una sanción para Thibaut Courtois por provocar a los radicales que lanzaron objetos hacia su portería.
"Yo respeto la opinión de todos (en referencia a Simeone", pero el tema está claro. En el partido hubo actos violentos y los violentos no pueden estar en el fútbol ni en la sociedad. Lo que pasó lo han visto todos. Y sólo quiero decir eso: los violentos no deben estar en el fútbol ni en la sociedad", reflexionó Ancelotti, que no quiso responder sobre Courtois porque consideró que centrarse en la actitud del portero es "desviar el tiro".
Hablar de otras cosas cuando le cantan "Courtois, muérete" es desviar el tiro. El tiro es que los violentos no pueden estar en el fútbol. El fútbol no los necesita. Que se queden en otro lugar que no sea peligroso para nadie. Y hablo en general, sea un violento del Atlético, del Madrid, del Barça o del Villarreal, da igual. Que los violentos nos dejen en paz", insistió, y finalizó el tema: "No hay más que hablar".
El Madrid llega a Lille después de vencer en su primer encuentro ante el Stuttgart y con la necesidad de sumar en este nuevo formato de liga. "En este formato hay que sumar puntos. Ahora en el fútbol todos los partidos hay que lucharlos y competirlos", declaró, y reconoció que "se puede mejorar nuestro nivel".
El sustituto de Kroos
Sobre eso, el entrenador admitió que "no estamos encontrando quién puede sustituir a Kroos". "Es la verdad y tenemos que adaptarnos a su ausencia. Es insustituible y tenemos que encontrar otra manera de jugar. Y la encontraremos, sin duda", advirtió. "Puede ser que de momento no hemos mostrado todo nuestro potencial, pero estoy convencido que lo mostraremos".
Ancelotti también se refirió a Kylian Mbappé, que se perdió el derbi por una lesión muscular y parecía seguir en la enfermería hasta después del parón de selecciones, pero ha entrado en la convocatoria para el duelo en Lille. "Ha tenido una sobrecarga, que ahora con las tecnologías hablan de grado 1 o 2, pero es una sobrecarga. Ha recuperado bien y ha querido viajar, y viajar para jugar", matizó. "Se encuentra bien y vamos a ver el entrenamiento de hoy para ver cómo se encuentra". Eso sí, el italiano no quiere riesgos: "No vamos a tomar riesgos, si no hay riesgo jugará desde el primer minuto"
Los insultos "racistas" y "gravemente vejatorios" que Vinicius recibió de forma reiterada en el estadio palmesano de Son Moix, proferidos desde la grada por un joven aficionado mallorquín de 22 años, "afectaron a su integridad y a su dignidad". Y por tanto constituyeron delito.
Además, y a pesar de las coartadas iniciales que esgrimió el autor de los insultos, fueron dirigidos contra el jugador del Real Madrid "por motivo del color de su piel negro". Y no por su actuación dentro del terreno de juego, como llegó a alegar el acusado, que le llamó "puto mono" en varias ocasiones a gritos, siendo sus improperios captados por las cámaras de televisión y luego ampliamente difundidos.
Así lo concluye de forma literal y expresa la sentencia recién dictada por el Juzgado de Instrucción número 3 de Palma que condena al autor de los insultos racistas, S. E., a una pena de un año de prisión.
Para saber más
La resolución judicial, a la que ha tenido acceso EL MUNDO, castiga al autor de los insultos por dos delitos contra la integridad moral con el agravante de motivación racista. No le impone indemnización, ya que el jugador de fútbol renunció expresamente a ella.
La magistrada Carmen Caminals no sólo le condena por los hechos cometidos el 5 de febrero de 2023 contra el extremo del club de fútbol madrileño durante el partido que el equipo merengue disputó contra el RCD Mallorca, que colaboró desde el primer momento con las autoridades policiales.
Sino que también le condena por la actitud reincidente del mismo sujeto, que apenas trece días después, el 18 de febrero, en otro partido de Liga, insultó también al jugador del Villarreal Samu Chukweze, al que llamó "negro de mierda" y "puto negro" y contra el que realizó "gestos racistas", según considera acreditado la sentencia.
El joven, que no tenía antecedentes antideportivos, se derrumbó en su declaración judicial, mostrándose arrepentido y envió incluso una carta al jugador del Real Madrid pidiendo disculpas. Cuando declaró ante la juez llegó a decir que siente admiración hacia el futbolista brasileño y negó ser racista, atribuyéndolo al contexto del estadio.
La pena de cárcel no implica cumplimiento obligatorio al ser el castigo menor de dos años. La propia sentencia, que es ya firme y no será recurrida, recoge la suspensión de la condena siempre que el acusado no se aproxime a menos de 50 metros de un estadio durante tres años y "realice un curso en materia de igualdad y no discriminación".
La violencia en los aledaños del fútbol celebra un triste aniversario. Han transcurrido ya 100 años desde que un hincha uruguayo murió en Argentina cuando celebraba el oro de la Celeste en los Juegos de 1924. No hay evidencia documental precisa, pero la mayoría de investigadores considera aquella muerte como la primera. El kilómetro cero de la cultura ultra. Un fenómeno tan vivo, tan despiadado, que se actualiza día a día. Ayer mismo, la policía italiana arrestó a 19 radicales, acusados de «delitos de conspiración criminal, con el agravante del método mafioso, además de extorsión y lesiones». Entre los detenidos figuraban Luca Lucci y Renato Bosetti, jefes de la Curva Sud del Milan y la Curva Norte del Inter. Al capo nerazzurro se le vincula con la N'Drangheta, la organización mafiosa más poderosa del mundo. A Lucci, ya condenado por tráfico de drogas, se le relaciona con Matteo Salvini, vicepresidente del Gobierno de Giorgia Meloni. En mayo de 2023, los lugartenientes de Lucci acudieron a las instalaciones de Milanello en protesta por las derrotas del equipo. «Nos animaron a darlo todo», dijo entonces Stefano Pioli, técnico rossonero.
«Hoy se habla de lo sucedido en el Metropolitano entre Diego Simeone y el Frente Atlético, pero no es raro encontrar a entrenadores y jugadores disculpando algunos comportamientos de los ultras», explica a EL MUNDO James Montague, autor de 1312: Among the Ultras, A Journey With the World's Most Extreme Fans (Ebury Press, 2020), uno de los más celebrados textos sobre la materia. «Cuando estos grupos son poderosos y encuentran un espacio dentro del fútbol, ya sea en Italia, Alemania o Serbia, son un colectivo al que conviene escuchar, te guste o no», añade el británico.
A esta estrategia, precisamente, se viene sumando el fútbol francés gracias a la Instance Nationale du Supportérisme, un grupo de trabajo que incluye, desde 2017, a los Ministerios de Interior y Deportes, la Federación, la Ligue 1, un panel de sociólogos y los representantes de los ultras. «En mi país estos grupos están más estructurados que en España, donde todo parece mucho más espontáneo. Por supuesto, en el Frente Atlético también habrá un núcleo duro, pero no tan organizado como aquí», detalla a este periódico Adrien Verrecchia, uno de los autores de Ultra, mode de vie (La Grinta, 2017), un volumen de 530 páginas que aborda, entre otros episodios, la decisión del PSG de expulsar a Kop de Boulogne y Virage Auteuil, sus dos históricas facciones.
Tendencia «muy difícil de frenar»
La mayoría de estadios de la Ligue 1, creados o actualizados para la Eurocopa 2016, cuentan con las más modernas medidas de seguridad, incluidas cámaras dotadas de un zoom capaz de identificar a quien lanza cualquier objeto. «En España, desgraciadamente, todo se centra en la represión. Y considero que no tiene sentido sancionar a toda una afición por lo que hayan hecho determinadas personas. En el caso del lanzamiento de objetos nunca debemos considerarnos a salvo de una iniciativa individual. Así que, bajo mi punto de vista, no hay ninguna receta milagrosa, ninguna pócima mágica», ratifica Verrecchia.
Según los datos de la Policía Nacional, 305 ultras fueron arrestados durante las dos últimas temporadas en el fútbol español, vinculadas a delitos relacionados con la violencia. Unas cifras preocupantes, aunque por debajo de las de países como Italia. «Desde aquí, lo que sucede en España se ve como algo natural. No bueno, pero normal al fin y al cabo. En mi país sucede con toda normalidad, a pesar de las muchas leyes aprobadas para frenar lo peor del hooliganismo. Pero este fenómeno está ligado a la política y a los clubes, por lo que ahora es muy difícil frenar la tendencia», relata Diego Mariottini, otro experto en las conexiones entre fútbol y sociedad. Desde Ultraviolenza! Storie di sangue del tifo italiano (Bradipolibri, 2004) a su más reciente Dios, patria y muerte. El fútbol en la guerra de los Balcanes (Altamarea, 2021), este escritor ha estudiado las implicaciones de la ultraderecha en los estadios.
«El Frente es conocido por sus vínculos con grupos fascistas de toda Europa. Desde comienzos de los 90, cuando el presidente Jesús Gil se hizo célebre por simpatizar con ellos. En cualquier caso, se trata de un problema general, no español o del Atlético. La fascistización de las gradas se ha subestimado a lo largo de los años y ahora es un gran problema a resolver», completa el autor transalpino.
Ultras del Milan, durante el derbi del domingo en San Siro.AFP
En Argentina, en cambio, el fenómeno de las barras bravas ocupa diferentes coordenadas. Se trata también de grupos organizados mediante una estructura vertical y muy ligados a los clubes, que extendieron sus dominios a otros ámbitos como los sindicatos o los partidos políticos, aumentando su cuota de poder y alcanzando ingresos millonarios. Sin embargo, el perfil ideológico queda más difuso. «En los 80 y 90, los episodios de violencia tenían que ver con enfrentamientos entre barras de clubes rivales, pero a comienzos de siglo, con la prohibición del público visitante, evolucionó hacia peleas entre facciones de la barra del mismo equipo. A diferencia de Europa, en estos choques asoman muchas armas de fuego, lo que aumenta la cifra de muertos», apunta a este diario el sociólogo Nicolás Cabrera.
«Lo sucedido con Simeone y Koke representa otro ejemplo de que los actores del fútbol nunca se hacen cargo de la violencia que ejercen. Hay cero autocrítica. La violencia siempre está en el otro. Los veo más preocupados de llevar el agua a su molino que de construir un fútbol cada vez más tolerante, inclusivo y pacífico», sostiene Cabrera, argentino radicado en Brasil, cuya labor docente se circunscribe al Observatório Social do Futebol, en la Universidade do Estado do Rio de Janeiro.
«el enemigo de mi enemigo...»
Al igual que Verrecchia, Cabrera aboga por un «sistema individual de punición», como el ofrecido por el Programa Tribuna Segura. Toda persona que accede a un estadio argentino debe identificarse con su número de documento, por lo que si cuenta con antecendentes penales o asuntos pendientes con la Justicia, su entrada queda automáticamente invalidada. Y si alguien participa en una pelea, las cámaras recogen su imagen y se le prohíbe asistir a más partidos.
De regreso a nuestro continente, una de las lecciones que nos dejó la pasada Eurocopa de Alemania, fue ese fluido intercambio de la cultura ultra. La violencia entretejida por sus correligionarios. «Se trata de una red internacional basada en valores culturales o políticos compartidos. Pero el factor más importante es saber quién ejerce como antagonista, dado que aquí rige una ley: el enemigo de mi enemigo es mi amigo», ilustra Montague, antes de regalar otro ejemplo. Si el Frente Atlético se relaciona con radicales de la Roma se debe, en gran parte, a que Ultra Sur mantiene cierta amistad con los del Lazio. «A menudo es más importante contra quién estás que a quién apoyas», zanja.
«La cultura ultra no es conocida en España por sus grandes tifos o espectáculos pirotécnicos, aunque sí refleja las ideas de una parte de la comunidad. En el caso del Frente Atlético, la extrema derecha. Los ultras españoles son, en gran medida, una mezcla de la estética italiana y la política de su país», concluye Montague. Según su citado libro, el fenómeno ultra se afianzó por primera vez en Italia a finales de la década de 1960 y desde allí se fue extendiendo por Europa. Esa cultura llegó a España tras la muerte del dictador, con una influencia muy marcada por los aficionados ingleses e italianos presentes en el Mundial de 1982. Aquel mal sueño de hace cuatro décadas vuelve hoy a aterrorizarnos.
"Muy jodido de invitados debes estar para meterme a mí en esta sección, que sólo soy un calvo de Sant Boi". Es el saludo de Miguel Ángel Román (1977) y, aunque se equivoca, representa bien el carácter del narrador estelar de DAZN y actual voz del 'FIFA' (el videojuego ahora se llama 'EA FC', pero esto es como lo de Twitter y X). Tras currárselo durante muchos años en campos secundarios, se ha convertido en hombre de consenso en el crispadísimo mu
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