Mejor porcentaje goleador que Lamine, Raphinha y Lewandowski: Ferran Torres, a seguir la racha ante Osasuna

Mejor porcentaje goleador que Lamine, Raphinha y Lewandowski: Ferran Torres, a seguir la racha ante Osasuna

Actualizado Miércoles, 26 marzo 2025 - 23:12

Ferran Torres tiene otra gran oportunidad para reivindicarse este jueves frente a Osasuna. El valenciano, a quien Hansi Flick suele recurrir como revulsivo cuando las cosas no acaban de ir todo lo bien que le gustaría en la faceta ofensiva, ha sabido aprovechar hasta ahora muy bien sus oportunidades y se perfila como el relevo de un Raphinha finalmente descartado por el entrenador en el ataque barcelonista.

Con menos minutos en sus botas que Robert Lewandowski, el brasileño y Lamine Yamal, Ferran se ha erigido como cuarto máximo anotador de los azulgrana en lo que llevamos de curso. En total, suma 13 goles en todas las competiciones, los mismos que Yamal, pero está aún a una distancia considerable del ex delantero del Leeds (27 goles) y, sobre todo, del polaco (35 goles), quien parece vivir una segunda juventud como killer.

No obstante, los fríos datos son también demoledores si nos fijamos, precisamente, en los minutos de juego que atesoran unos y otros. En este sentido, Lewandowski, en promedio, marca un gol por cada 89,7 minutos disputados; Raphinha, uno por cada 127,4, y Lamine Yamal, uno por por cada 237,8. Los números de Ferran Torres, en este caso, son mejores que los de los tres delanteros en principio titulares indiscutibles: un gol por cada 86,7 minutos disputados. Sobre el papel, ha jugado únicamente seis duelos menos que el joven crack barcelonista para marcar los mismos tantos, pero, en muchas ocasiones, sus minutos han llegado con cuentagotas. A veces, incluso, se ha visto desplazado hacia el centro del campo azulgrana.

Espectacular 2025

El nuevo año, además, ha sido tremendamente productivo para él. No en vano, ha marcado en 2025 ocho de los 13 tantos que luce en su casillero. Su buena racha arrancó en la Copa del Rey, ante el Betis. Frente a los verdiblancos convirtió únicamente un tanto del contundente 5-1 con el que los azulgrana sellaron su pase a los cuartos de final.

Ante uno de sus ex equipos, el Valencia, fue capaz de marcar un gol en la Liga, en un duelo que terminó con 7-1 en el luminoso y, también, de sellar un hat trick en un cruce en la Copa del Rey que acabó con otra contundente victoria, en este caso por 0-5.

De vuelta a la Liga, el 22 de febrero, frente a Las Palmas, le bastaron únicamente cinco minutos para sentenciar el triunfo de los suyos al convertir el 0-2 en la recta final del partido. Y, justo antes del parón por las selecciones, fue capaz de anotar dos goles más frente al Atlético en el Metropolitano, en un encuentro que se saldó con un incontestable 2-4 para los azulgrana, por mucho que llegaran a verse dos tantos por debajo en el luminoso.

Algunos goles importantes

Curiosamente, su partido más productivo en los primeros meses de la competición llegó ante el que será el rival del Barça en los cuartos de final de la Champions: el Borussia Dortmund. En el Signal Iduna Park, Ferran Torres marcó dos tantos para un equipo que se llevó una victoria por 2-3. El Valladolid, el Mallorca y el Betis, mientras, en duelos en los que el Tiburón fue capaz de marcar un gol en cada uno de ellos, fueron sus otras víctimas en unos primeros compases de la temporada 2024-25 en los que también se vio frenado por una lesión en el bíceps femoral del muslo derecho que le obligó a perderse un total de ocho partidos con el equipo azulgrana.

Su rendimiento, en el conjunto de lo que llevamos de curso, está siendo más que satisfactorio a ojos de Flick. Por eso, no es nada raro que ya se esté especulando en el entorno azulgrana con la posibilidad de que el club amplíe su contrato, que finaliza al término de la temporada 2026-27, hasta el 30 de junio de 2029.

En el duelo frente a Osasuna tendrá una nueva opción para seguir sumando goles. En el partido aplazado por el fallecimiento del doctor Carles Miñarro iba a encargarse de relevar a un Lewandowski con molestias. En este caso, podría hacerlo como recambio de un Raphinha a quien Flick da por descartado junto con Ronald Araujo.

«Tienen que recuperarse»

«No van a jugar ni van a estar en el banquillo. Están fuera. El vuelo es largo y no es la situación más óptima. Tienen que recuperarse, entrenarse y, luego, ya veremos qué haremos el domingo. El equipo sigue siendo fantástico y tenemos que luchar por los tres puntos. Ganarlos sería la mejor reacción que podemos mostrar», sentenció un Flick que evitó quejarse del calendario con puyita incluida para el eterno rival. «Somos el Barça, no el Real Madrid, y estamos orgullosos de ser el Barça», sentenció.

Raphinha fue una de las víctimas a tiempo completo de la goleada sufrida por Brasil en Argentina (4-1), mientras que Araujo no jugó en el empate a cero de Uruguay en su visita a Bolivia.

¿Qué hacen Griezmann, Vallejo o Gavi durante el parón?: "Se dosifica a los más cargados y se realiza trabajo específico inviable cuando juegas cada tres días"

¿Qué hacen Griezmann, Vallejo o Gavi durante el parón?: “Se dosifica a los más cargados y se realiza trabajo específico inviable cuando juegas cada tres días”

El pasado viernes estaba media plantilla del Atlético de Madrid repartida por el mundo y ocho jugadores del primer equipo se centraban en hacer prácticas de pase en el Cerro del Espino. Antoine Griezmann, César Azpilicueta, Conor Gallagher y Marcos Llorente compartían grupo y buen rollo en unos rondos a intensidad baja. Mientras, en un campo adyacente, Pablo Barrios realizaba ejercicios individuales.

"Se aprovecha para dosificar a los más cargados y se hacen trabajos específicos que no puedes hacer cuando juegas cada tres días", cuentan fuentes rojiblancas. Todos sabemos qué hacen los futbolistas internacionales en el parón de selecciones pero, ¿y los que se quedan? "Lo que se suele hacer es entrenamiento de carga la primera semana y dar libre para viajar y descanso la segunda", revela Roberto Jiménez, ex portero de Atlético, Olympiacos y Málaga, entre otros clubes. El guardameta fue internacional con la sub'21 y apreciaba mucho los períodos de selección, tanto cuando le tocaba irse como quedarse.

"Los parones vienen bien, lo sufren negativamente los internacionales que no descansan, pero tienen el premio de ir con la selección; hay gratitud. Para los que se quedan es súper necesario, porque los jugadores que vienen con molestias, por ejemplo, se pueden poner a punto", explica.

Modelo de recuperación

Hay cuatro parones de selecciones en la temporada. Este curso han sido del 2 al 10 de septiembre, del 7 al 15 de octubre y del 11 al 19 de noviembre del pasado año, además del período en el que estamos inmersos ahora mismo. Los tres primeros son más para mini pretemporadas, según algunos expertos, y el último es un poco más de descarga.

En este tiempo hay clubes, como el Real Madrid, que ven como en Valdebebas se quedan entrenando apenas dos jugadores de la primera plantilla, Jesús Vallejo y Lucas Vázquez, lesionados aparte. "Algunos meten carga en todos los parones, pero éste es ideal para el modelo de recuperación y llegar en mejores condiciones a lo que queda de temporada que los de fuera", apunta Miguel Ángel Cordero, fisioterapeuta deportivo y director de Fisio Dynamic.

Lo cierto es que los equipos físicos de los clubes planifican el curso desde el inicio con periodos de carga y descanso dependiendo de las competiciones. Hay escenarios diferentes según los torneos que sigan en disputa, pero los equipos que aspiran a los tres títulos principales llevan jugando cada tres días desde la vuelta de Navidad. "En semanas de competición hay dos tipos de entrenamientos: recuperación y preparación del partido siguiente. No hay mucho tiempo para hacer trabajo específico por líneas, ni especializado. Así que los jugadores lo suelen reclamar y se aprovecha para hacer tecnificación", apunta Jiménez.

"Por no dar imagen de dejadez"

Otro de los factores que determina los entrenamientos de los parones son los resultados. El ex guardameta de Olympiacos y Málaga habla de decisiones de marketing. "En el de parón de marzo influye el momento de la temporada. Si el equipo va mal, por no dar imagen de dejadez, se dan menos días libres", explica. Coincide con él Cordero: "Depende de cómo se para: si es con derrota, esa semana no hay descanso y es más trabajo mientras que si se ha ganado, se puede dar más descanso".

Imagen aparte, no cabe duda de que estos parones ayudan no sólo físicamente -"se descongestiona la musculatura"- cuenta Cordero, sino también mentalmente. "Si lo aprovechan bien, un descanso de este tipo es muy bueno porque el trabajo técnico- táctico ya está hecho, así que sirve para limpiar y volver con la mente despejada", apunta David Peris, psicólogo deportivo. Peris cuenta que mantener la actividad te hace "competir mejor" porque se sostiene la motivación, pero que un parón para desconectar también es positivo.

Otra cuestión es la duración de estos periodos, normalmente de 15 días desde que uno es convocado hasta el siguiente partido con el club. "Es demasiado tiempo, porque se trata de más de dos semanas sin competir", opina Cordero, que alerta también por la fatiga de los viajes a la que se enfrentan los que salen con sus selecciones.

Aplazado

De hecho, se ha polemizado mucho con el Barcelona - Osasuna aplazado, que se disputa mañana, porque varios jugadores azulgranas vuelan de Sudamérica cortos de recuperación para disputar el partido, el mismo problema del camerunés de Osasuna, Enzo Boyomo. Así, los que se quedan no sólo se recuperan del desgaste de la temporada sino que "cargan energía" para lo que resta según los expertos.

Quedan casi tres meses de competición para los equipos grandes, cuatro para Real Madrid y Atlético, dado que juegan hasta el 13 de julio el Mundialito de Clubes. Habrá minutos para muchos jugadores no internacionales, que llegarán con piernas y mente algo más frescas que sus compañeros. Aunque hoy, como todo, está individualizado según los jugadores y sus complexiones físicas. El GPS manda.

José Félix Díaz: "No tengo la viralidad de otros periodistas deportivos porque yo digo lo que veo sin que la bufanda me tape los ojos"

José Félix Díaz: “No tengo la viralidad de otros periodistas deportivos porque yo digo lo que veo sin que la bufanda me tape los ojos”

Un periodista que cubre la información del Real Madrid para otro medio y es, sin faltar, bastante más joven, me habla sorprendido de José Félix Díaz (Madrid, 1966): "Está ahí todos los días como si acabara de empezar, no se relaja". El aludido, redactor jefe de ‘Marca’ y tertuliano en ‘El Chiringuito’, asume la descripción con una visión del oficio que quizás suene ya más propia de otra época, una mejor: "La gente se extraña cuando me ve haciendo una guardia o cubriendo cualquier reunión, pero el periodismo es estar en la calle y dar noticias, no lo concibo de otra manera aunque sé que ya no es lo que se lleva".

De todos modos, navegas con soltura entre dos aguas, dar noticias en el periódico y ser parte del show en la tele.
Pero tengo claro lo que es cada cosa. No tengo el don que tenéis otros compañeros de escribir como los ángeles, pero he tenido una perseverancia tremenda, que es la clave para dar noticias. No es tanto talento como echarle muchas horas. Cuando empezaba, me enseñaron que tienes que estar peleando en la calle y eso llevo haciendo 35 años. Luego, como tú dices, está la parte del show, que evidentemente te da una popularidad que ya no te pueden dar los periódicos. Formo parte de ello y muy orgulloso, pero siempre intentando trasladar a la tele mi manera de entender el periodismo.
¿Pueden convivir show y periodismo sin enfrentarse?
Sin duda. Sinceramente creo que la gente critica ‘El Chiringuito’ desde la distancia y se equivoca porque hay sitio para todo. El periodismo ya no es tan académico como era antes y hay que asumirlo. No tiene nada que ver con cuando empecé. Cuando cumplí 18 años, mi padre me regaló ser socio del Real Madrid y, al empezar a trabajar en esto, me borré porque en aquel entonces no se concebía que un periodista deportivo se identificara o estuviera asociado con un equipo.

Para saber más

Hoy no te borrarías.
Claro, eso ahora sería impensable, nadie lo haría e, incluso, se presumiría de ello. Todo ha cambiado y el show ahora forma parte de nuestro día a día como periodistas deportivos. Personalmente, me jode haberme borrado porque ahora mi hijo podría ser socio, que no hay manera, y no se habría perdido el esfuerzo que hizo mi padre para poder pagarme aquello. Me estrené con una eliminación europea del Madrid contra el Sparta de Praga en primera ronda. Estos niños de ahora, que sólo le han visto ganar, no se lo creen, pero el Madrid se iba a casa en Europa como cualquiera. El caso es que dejé de ser socio y lo hice con convencimiento. Otros tiempos.
Ahora ser madridista es parte de tu personaje público. ¿Te ha costado quitarte el corsé?
Sí, de hecho Pedrerol me sigue vacilando con que nunca he dicho de qué equipo soy. No quiero sonar pedante, pero en todos mis trabajos intento trasladar lo que veo y lo que sé sin que la bufanda me apriete ni me tape los ojos. Es lo que persigo y quizá por eso, por no decir barbaridades y decir lo que veo, no tengo esas cuotas de viralidad que logran otros periodistas. No pasa nada, es un precio que pago a gusto. No me cambia lo que pienso ser de un equipo o de otro yo. Se lo digo a algunos compañeros de programa: "¿Por qué decís que no es penalti lo que estáis viendo que sí lo es? No neguéis lo evidente, lo que ve todo el mundo". No me hacen mucho caso [risas]. La tele es un complemento que me gusta, pero mi veneno es dar noticias. Ojalá cada día pudiera dar una.
Cada día se dan menos noticias en el periodismo deportivo.
Porque se valoran muy poco. En el periodismo actual importa más un vídeo de un aficionado saliendo de un estadio, una opinión polémica o una rueda de prensa cualquiera. Las ruedas de prensa explican bien la involución: se ha pasado de despreciarlas y no darles ni un breves a buscarlas para abrir las webs. Noticias hay pocas y, además, al momento de darlas pasan a ser de todo el mundo y contra eso es imposible pelear. Pero mi lucha es seguir dando noticias, seguir estando ahí y seguir picando piedra. Me considero un privilegiado porque me dejan seguir haciendo lo que me gusta aunque no sea lo que está de moda. Las tertulias las considero un divertimento, tanto con Rubén Martín como con Pedrerol, con el que llevo muchos años y jamás he tenido ningún problema ni me ha presionado.
¿Por qué crees que es una persona tan controvertida?
Porque cualquier profesional tan exigente y con tanto éxito acaba generando opiniones a favor y en contra. Yo puedo hablar por mí y sé que es superfiel con los suyos. Hace tres años estuve a punto de dejar el periodismo, porque tuve una propuesta muy seria en otro ámbito, y la persona junto a mis hijos que más me insistió en que me quedara fue él porque sabía que no iba a ser feliz en otra cosa. Más allá de los años que llevamos trabajando juntos, no hay una relación íntima, pero le noté muy próximo en esos días en los que yo tenía que decidir si cambiaba mi vida. Eso me demostró que hay un Pedrerol que la gente no conoce.
¿De verdad no ibas a ser feliz con un sueldo más alto y una vida más tranquila?
No, jamás. El día que tenga la tentación de acomodarme diré que hasta aquí he llegado. No me llama. He vivido esa transformación de muchos periodistas que llegan a ciertas edades y se van refugiando en los cuarteles. Más redacción y menos viajes. Yo no sería capaz, no entiendo la palabra desconectar, si es que eso es aún posible en esta era del teléfono móvil. Quiero estar en la calle y viajando hasta el último día que esté trabajando. Siempre hago la misma broma, con todos los días que estoy fuera, igual Hacienda tendría que mirar si aún tengo que tributar en España [risas]. Tengo una vida familiar perfecta, pero la profesional no la entendería sentado en una redacción. Se lo digo a todos los chavales que estudian Periodismo y me preguntan: "Que os conozcan, pero para que os conozcan tenéis que estar en la calle".
¿Alguien te aconsejó a ti para ser periodista?
No, en mi familia nadie tenía el más mínimo contacto con el gremio. Mi padre trabajaba como técnico de aire acondicionado y mi madre era ama de casa. Mis hermanos, tampoco. Yo no tenía pasión por el periodismo, tenía pasión por el ‘Marca’. No me hables del ‘As’ ni de cualquier otro periódico, sólo el ‘Marca’. Con 10 y 11 años, cada día iba a un quiosco, a otro y a otro hasta que lo encontraba, lo escondía en la carpeta y lo llevaba al cole. Me sentaba en la última fila, lo leía y se lo pasaba a los compañeros. Luego, casualidades de la vida empiezo, un compañero de la universidad entró en ‘Marca’, me dijo que había algún hueco, hice un examen para entrar en prácticas de verano… y no me llamaron.
Giro de guión.
Sí, porque pasó una cosa rarísima. No me cogieron para la beca, pero el 30 de agosto me llamaron para entrar en la redacción a trabajar llamando a los clubes de Segunda B y Tercera para que me dieran los resultados. Yo ya cubría el Vicálvaro, que fue mi primera casa, y luego pasé a hacer el Atlético Madrileño y el Castilla, de donde mantengo grandes amigos como Juanma López, Mariano Aguilar o Alfonso Pérez Muñoz. Era otro periodismo, otro trato. Yo he estado comiendo un 31 de diciembre con un supercrack del fútbol, son cosas impensables ahora. El caso es que cumplí mi sueño de trabajar en ‘Marca’ y… [se emociona]. La lástima fue que no lo viera mi padre, falleció dos meses antes y me queda ese peso.
¿Qué porcentaje de culpa tenemos los periodistas en que ya no haya casi relación con los futbolistas?
Originalmente, la culpa fue de los clubes, que nos separaron. Fueron poniendo cada vez más distancia y los jugadores se han ido sintiendo cómodos en esa situación. Ahora hay mucha gente alrededor de los jugadores que tiene que justificar lo que gana y el circo ha cambiado. Pero no podemos excusarnos sólo en eso porque han ido apareciendo periodistas, o gente que juega a ser periodista, que han perdido los códigos de respeto que solía tener la prensa, hacen sentirse indefenso al futbolista y hacen mucho daño. Aunque suene duro y antiperiodístico, piensan que, una vez que ya no tienes trato con ellos, ¿qué más da decir cualquier cosa o hacer críticas muy agresivas? Eso ha roto cualquier posible puente. En la selección es en el único sitio donde aún siento que se pueden crear esas relaciones.
Los periodistas de ‘Marca’ siempre habéis tenido cierta fama de no integraros mucho con el resto en los viajes y las concentraciones.
Sí, y te reconozco que durante mucho tiempo fue verdad. Hacíamos muchos exámenes antes de incorporar a alguien a nuestro grupo y eso a veces nos ha perjudicado un poco porque parecíamos lobos pero, en realidad, no teníamos dientes. Fuimos dejando de ser así y yo tengo grandes amigos en otros medios. Los viajes son lo más divertido de esto y a veces ves cosas que morirán conmigo por el secreto profesional.
Siempre puedes escribir un libro cuando te jubiles.
Manuel Saucedo, que fue mi director y es una de las personas que más admiro y más me ha ayudado junto a Amalio Moratalla, me decía que yo era un pedazo de cabrón, que a ver si llegaba el día en que contase todo lo que sabía. Siempre le respondía lo mismo: "Ese día dejaré de ser periodista". El periodista a veces vale por lo que calla y no por lo que cuenta. Ese silencio, esa confianza, es lo que te abre puertas. Eso ahora se ha perdido. Antes había más jerarquías y ahora las llaves del periódico las tiene cualquiera. El de redes, el de web, cualquier redactor en sus cuentas… Antes te tenías que ganar paso a paso llegar a publicar representando a un medio. Ahora no hay tanta meritocracia de por medio. Todo se publica y cualquiera representa al periódico. Eso hace daño. En cuanto a lo de las noticias y los secretos, tienes que saber hasta dónde puedes llegar. A veces te equivocas, pero lo que te cuentan tienes que saber administrarlo, guardarlo y esperar el momento. Y no es fácil.
¿Cuál ha sido tu mayor equivocación?
El error con el que me han dado por todos lados fue el famoso fichaje de Mbappé del verano de 2021. Anuncié un "Mbappé inminente" que luego no fue. Yo estaba en Estambul y me dijeron desde el Madrid que el PSG parecía que iba a negociar. Llamo al periódico, lo cuento y me dicen que más o menos por ahí irá la información. Sigo llamando a gente del Madrid y me confirman que están preparando ya todo, comunicados, presentación, etc. Hasta el día de la presentación. Entonces, en ese momento yo tengo una información que es que Mbappé está prácticamente cerrado. ¿Qué ocurre? Pues que con esa inmediatez que hay ahora me piden un vídeo y digo lo que me estaban contando por todos lados, que estaba muy cerca. Luego la gente va pasando de lo cercano a lo inmediato y de ahí a que dije que estaba firmado, que no lo dije. El error fue de precipitación, pero lo volvería a hacer porque tenía una información fiable y la transmití.
Es un oficio ingrato en ese sentido porque ninguna noticia está libre de un giro inesperado y un error se recuerda más que cien aciertos.
Es así, pero el que no sepa vivir con esta presión que se dedique a otra cosa o lo va a pasar muy mal. Siempre y cuando sepas moverte por el lado correcto, el error lo asumes como parte del trabajo y sigues. No concibo que ningún periodista se invente cosas y no lo concibo porque yo no lo he hecho. Otra cosa es que te puedan engañar y te puedan utilizar. Eso pasa siempre y tú tienes que calibrar las intenciones ocultas de cada fuente, la fiabilidad de la información y contrastar. Esa es la parte delicada, claro. Si no, valdría cualquiera.
¿La noticia de la que más orgulloso estás?
Siempre de la última que he dado. Hoy, por ejemplo, la lesión de Casadó. Pero hablar de mis logros me da mucho reparo, siempre me han dicho que me he vendido muy mal. Puede ser pero es que lo que yo vendo es mi trabajo, no soy una agencia de publicidad. Mi trabajo es mi aval y el que quiera verlo, pues ahí está. La vanidad no va conmigo o, al menos, he pretendido que no vaya. Soy bastante vergonzoso.
José Félix Díaz posa en la sede de 'Marca'.

José Félix Díaz posa en la sede de 'Marca'.Sergio González Valero

Ahora estás muy encima de la remodelación arbitral. ¿Es o no es un berrinche del Madrid?
Primero hay que entender que todo viene marcado por el descubrimiento del caso Negreira. A mí lo que me duele es que desde Barcelona lo justifiquen, porque esos pagos no hay manera de justificarlos. A partir de ahí, el Madrid se pone serio en su protesta y todo desemboca en aquella reunión de la Federación, los clubes menos el Madrid, LaLiga y los árbitros en el Retiro, en la que estuve presente, y que para mí es la reunión de la hipocresía porque de los clubes que firman contra lo que había hecho el Real Madrid con sus vídeos y piden un castigo, ocho o nueve han hecho lo mismo a su manera después. Se quejan todos. Esto es más viejo que el fútbol. Creo que es necesario un cambio, pero tú no vas a ir al mercado a comprar árbitros, van a seguir siendo los mismos, y eso lo tienen que tener claro el Madrid y todos. Hay que cambiar el procedimiento, hacerlo todo más transparente y el CTA lo asume.
¿Cómo es tu trato con Florentino Pérez?
De amistad, no voy a negarlo. Me ayudó en uno de los momentos más difíciles de mi vida. Mi hijo pequeño nació con problemas graves, los médicos no nos daban soluciones, lo supo Florentino y no sé qué llamadas hizo, pero aparecieron especialistas por todos lados y salvaron la vida de mi hijo. Yo conozco a ese Florentino alejado de su imagen de empresario frío e implacable, que sé que transmite. El Real Madrid forma parte de mi vida porque llevo cubriendo su información 30 años y ahora mismo veo que está contra todo y contra todos. En muchas cosas tiene razón, pero antes de llegar a posturas extremas tendría que intentar dialogar porque muchas de sus reclamaciones las compartirían el resto de clubes si el ambiente no fuera de confrontación. Fíjate que luego el Real Madrid tiene gestos con otros equipos que no se aprecian. Es el primero en volcarse con Valencia, muchas veces paga de más en las cláusulas por no garrapiñar… Eso no lo traslada bien y le puede penalizar un poco.
Pese a tu declarado amor por ‘Marca’, en 2009 te despiden.
Hablemos claro, me despide Eduardo Inda. Lo que me da rabia es que yo no soy idiota y lo veía venir. Tres semanas antes de que me echara, le dije: "Oye, ¿hay algún problema? Vamos a hablar, vamos a llegar a un acuerdo y, si es necesario, me voy". Me mintió a la cara: "¿Cómo puedes pensar eso? Para nada…". Y luego, a la calle. Es un capítulo pasado, pero me jodió la vida porque mi vida era ‘Marca’. Suena muy dramático, pero es así. Y me lo quitó sin otro motivo que los celos y que le caía mal.
¿Fue sólo eso? ¿No hubo ningún enfrentamiento?
No, no hay nada más. Desde mi punto de vista, fue una sinrazón, pero él sabrá. Yo tengo la conciencia muy tranquila. Ese episodio me destrozó porque desde la universidad todo lo que había conocido era aquel periódico, aquellos compañeros, aquellos amigos… Al menos tuve la pequeña victoria de que el día que me fui, toda la redacción se levantó a aplaudirme y eso le reventó por dentro. Ese agradecimiento a los compañeros lo llevaré dentro toda mi vida. Ahora se han perdido un poco las relaciones que había en las redacciones, son más frías, pero en ese momento éramos una piña, la gente lo sentía por mí y yo me fui llorando. Lo que me hizo Inda lo tengo grabado, no se me va del disco duro y no se va a ir nunca. Me tiré días buscando el motivo y nunca lo encontré más allá de lo personal.
Luego habéis trabajado los dos en ‘El Chiringuito’.
Hemos trabajado en el mismo programa, pero no hemos coincidido nunca el mismo día en el plató porque puse una cláusula de conciencia que Pedrerol siempre me ha respetado. Si va él, no voy yo porque quiero evitar situaciones que puedan dañar al programa y no pretendo no llevar lo personal a lo profesional. Aquellos años de Inda fueron muy dañinos para el periodismo. ‘Marca’ dejó de ser ‘Marca’, era su cortijo. Por suerte, ya pasó y no merece darle más vueltas.
El tiempo te dio la razón y, tras cinco años al frente de los Deportes en ‘El Confidencial’, volviste.
Sí. A veces me sentía raro esos años porque iba a los viajes y la gente me consideraba como uno más de ‘Marca’ cuando ya no lo era. Estuve muy bien en ‘El Confidencial’, donde creo que logramos hacer una muy buena sección de Deportes, pero cuando se abrió la puerta a volver a casa, no lo dudé. Me llamaron justo el día que llegaba a Washington para cubrir el Mundial de Brasil 2014 y después del verano se cerró mi regreso a un ‘Marca’ distinto. Fue cumplida venganza, por así decirlo. Sé que está mal hablar de venganza, pero…
Es humano.
Claro. Por ejemplo, mi madre estaba ya mayor, no le conté el tema y recuerdo que me preguntaba: "Hijo, ¿por qué ya no te veo escribir en el ‘Marca’?". Volví también un poco por ella y por mi hija. No tuve obsesión por regresar, pero sí disfruté del hecho de poder hacerlo.
¿Por qué dices que es un ‘Marca’ distinto?
Completamente distinto. Las relaciones que había entonces ya no las hay. Me di cuenta en el primer minuto de la vuelta, aunque eso también está bien porque idealizaba demasiado lo que había. Es otra realidad, otro periodismo, otros tiempos…
En la radio, has colaborado muchos años en Onda Cero y, ahora, en Radio Marca.
Sí. Iñaki Cano fue mi padre de radio y siempre le estaré agradecido porque hasta ese momento sólo aparecía esporádicamente cuando estabas en algún viaje y me llamaban. La primera vez que entré en la radio fue con José María García, en una pretemporada del Madrid en Suiza, más cagado que todas las cosas. Luego me preguntó dos cosas fáciles, pero yo estaba sudando. Con Iñaki no tengo un trato personal, pero sí muy buen rollo profesional y mucho agradecimiento.
De todos modos, lo que de verdad te apasiona son los caballos.
También, también [risas]. Siendo un enano, me llevó mi hermano a apostar a un Gran Premio de Madrid en el hipódromo de la Zarzuela y me fascinó el paseo de los caballos. A partir de ahí, salía del colegio con 11 o 12 años y me iba andando desde Francisco Silvela a Felipe II para comprar la revista de caballos que salía los viernes. Me lo sabía todo. Mira, aquí quiero recordar a Enrique Martín [periodista y antiguo jefe de Prensa del Real Madrid recientemente fallecido], que me enseñó mucho de la vida, del periodismo, de lo que era el Real Madrid y de carreras de caballos. Soy un friki orgulloso.
Tu hija es periodista. Dime la verdad, ¿la animaste o intentaste espantarla?
Y viene otro en camino, porque mi hijo también. ¿Cómo voy a espantarles de la profesión más maravillosa del mundo?
Bueno, no te quiero deprimir, pero mirando los índices de paro, los horarios, los sueldos…
Pero ninguna profesión te garantiza nada y esta es muy bonita. Lo que pasa es que hay que diferenciar el periodismo y lo que hay alrededor del periodismo. Por ejemplo, las redes sociales no son periodismo ni todas esas personas que dan supuestas noticias allí son periodistas. El problema es que los propios medios a veces les damos una credibilidad y un peso que no tienen. Supongo que mis hijos me han visto trabajar como un cabrón, darlo todo por la gente que me rodea y por los medios que me pagan y disfrutar mucho. Saben lo bueno y lo malo y no les voy a quitar nunca la idea de la cabeza. Es una profesión que a la gente le llama la atención. Somos muy criticados, pero es curioso que ahora todo el mundo es periodista. Es un gran oficio.
El Real Madrid hace historia y gana su primer clásico femenino (1-3) al Barcelona

El Real Madrid hace historia y gana su primer clásico femenino (1-3) al Barcelona

El Real Madrid derrotó al Barcelona (1-3) en el partido correspondiente a la jornada 23 de Liga F y en el primer Clásico, de 19, en que las blancas consiguieron una victoria gracias a un gol de Alba Redondo y un doblete de Caroline Weir, mientras que Graham Hansen anotó para las azulgranas.

La entrada de la colombiana Linda Caicedo en la segunda mitad fue un factor determinante para que el conjunto madridista explotara los espacios de la defensa del conjunto local, que protestó un gol anulado a Jan Fernández en el minuto 80 con 1-1 en el marcador por un supuesto fuera de juego.

La victoria del cuadro de Alberto Toril colocó a las blancas a cuatro puntos del Barça, líder de la competición, que seguirá dependiendo de sí mismo para ganarla. Sin embargo, el resultado final no reflejó el dominio del cuadro barcelonista a lo largo del partido, aunque fue más discreto que los últimos precedentes entre ambos.

Las de Pere Romeu, más por mérito de su rival que por falta de ideas, toparon con un cuadro blanco mucho más ordenado en la presión, atento en las coberturas y eficaz en los duelos. Las madridistas, abonadas a los balones largos, incluso llegaron más a la portería defendida por Cata Coll en los primeros 45 minutos que en todos los clásicos previos, y aunque lo hicieron sin demasiado peligro tuvieron el acierto necesario para adelantarse en el marcador.

Las barcelonistas, más propositivas e instaladas en campo rival, avisaron con más claridad; primero con un disparo de Graham Hansen que se marchó fuera por poco, y a renglón seguido con un chut al larguero de una incansable Sydney Schertenleib.

Sin embargo, a cuatro minutos para el descanso, y tras un centro al área de Moller que encontró a Alba Redondo sola, el cuadro blanco abrió la lata gracias al cabezazo de la delantera albaceteña. Una acción mal defendida por el equipo catalán, que intentó enmendar su error prácticamente al instante, pero Hansen falló a portería vacía la asistencia de Putellas.

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Las jugadoras del FC Barcelona Mapi León y Patri Guijarro, ante Caroline Moller, del Real MadridEnric FontcubertaEfe

Tras el paso por vestuarios y con varios cambios por parte de Romeu, las azulgranas salieron con una marcha más al segundo tiempo. Producto de ello, Graham Hansen tuvo otra oportunidad manifiesta en un mano a mano con Misa Rodríguez, pero la meta canaria le negó el empate.

Las azulgranas empezaron a verse dominadas por la frustración, pero el tanto de la igualdad llegó en el momento justo y en una jugada calcada a la del gol encajado; un centro al área desde la banda izquierda, en este caso de Mapi León, que topó con la cabeza de Hansen para empatar en el minuto 67.

En un partido que, como el tiempo mismo, combinó sol radiante y lluvia a partes iguales, un gol mal anulado por fuera de juego de Jana Fernández fue el precedente al tanto de la victoria blanca, que llegó a tres minutos para el final y de la bota de la Caroline Weir.

La centrocampista escocesa y la colombiana Linda Caicedo, ambas acabadas de ingresar en el terreno de juego, se asociaron para que la primera conectara el balón con la red y adelantara a su equipo de forma definitiva.

Caicedo había superado con facilidad a Engen en una jugada vertical y, bajo el chaparrón que caía en Montjuïc, el Barça se vio totalmente superado en dos transiciones por un rival que le ganó por primera vez en su historia.

La guinda del pastel para el cuadro blanco llegó ya en el añadido; ya bajo agua que se convirtió en granizo, Weir cazó un rechace dentro del área local para anotar el 1-3 y confirmar la derrota del Barça, que se desmoronó en los últimos instantes ante la verticalidad del cuadro blanco.

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Alba Redondo celebra el 0-1Enric FontcubertaEfe

Una derrota dura y sin precedentes para las barcelonistas, que marca un antes y un después en la corta historia de loa Clásicos y que deja el campeonato de Liga F más abierto a falta de 7 partidos para el final.

Ficha técnica

1 - Barcelona: Cata Coll; Marta Torrejón (Jana, min. 46), Mapi León, Irene Paredes (Engen, min. 83), Rolfö (Brugts, min. 64); Aitana Bonmatí, Patri Guijarro, Alexia Putellas (Pina, min. 83); Graham Hansen, Pajor, Schertenleib (Paralluelo, min. 46).

3 - Real Madrid: Misa Rodríguez; Antonia (Sheila García, min. 80), Méndez, Lakrar, Yasmin; Toletti, Angeldal; Athenea, Moller (Weir, min. 61), Feller (Olga Carmona, min. 69); Alba Redondo (Caicedo, min. 61).

Goles: 0-1: Redondo, min.41. 1-1: Graham Hansen, min.67. 1-2, Weir: min.87. 1-3: Weir, min.96.

Árbitra: Olatz Rivera Olmedo (Comité Vasco). Amonestó a Alexia Putellas (min. 35) y Jana Fernández (min. 72), del Barça.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 23 de Liga F disputado en el Estadi Olímpic Lluís Companys ante 35.812 espectadores.

Mbappé vuelve con Francia seis meses después: una "tormenta" mediática, indirectas con Deschamps y goles en el Madrid

Mbappé vuelve con Francia seis meses después: una “tormenta” mediática, indirectas con Deschamps y goles en el Madrid

Esta noche, Kylian Mbappé se pondrá la camiseta de la selección francesa por primera vez desde hace seis meses. Medio año en el que el delantero del Real Madrid ha vivido "una tormenta", definido así por Didier Deschamps, entrenador del combinado nacional galo. El atacante se perdió la convocatoria de octubre por lesión, la de noviembre por decisión técnica y vuelve ahora para la eliminatoria de cuartos de final de la Liga de Naciones contra Croacia, en la revancha balcánica por la final del Mundial 2018 y en pleno debate sobre la capitanía de 'les bleus'. Todo mientras termina de cuajar su primera temporada en el Bernabéu, donde ya suma 31 goles.

"Fue una tormenta", admitió Deschamps hace un par de semanas, cuestionado sobre los difíciles momentos de Mbappé en el foco mediático de la selección francesa. Todo comenzó en la Eurocopa, con aquella fractura de nariz que limitó el nivel del delantero y capitán galo durante el torneo. Regreso a tiempo, pero se le vio lejos de su mejor nivel y terminó viendo cómo España superaba a su país en semifinales.

De Alemania, y sin apenas tiempo para descansar, viajó a Madrid para ser presentado como nuevo jugador del Real. Era su sueño y quiso estar con el equipo desde el primer momento, marcando gol en su debut en la Supecopa de Europa. Pero pagó el esfuerzo y, como en la Euro, se le notaba falto de chispa. Y ahí empezó la polémica alrededor de la selección gala.

Disputó el parón de septiembre, pero se le seguía viendo irregular y Francia perdió 1-3 ante Italia. Y un mes después, en el de octubre, aseguró que tenía unas molestias que no le permitían viajar con los de Deschamps. Pero mientras su país jugaba ante Israel, los medios cazaron a Mbappé en Estocolmo, en un viaje que después derivó en una investigación policial en el hotel que llenó los informativos en el país galo y que finalmente no implicó al delantero. En Madrid no alzaron la voz, comprendiendo el descanso necesario del futbolista durante sus días libres, pero en Francia muchos le acusaron de 'borrarse'.

Una ausencia "consensuada"

Sin tiempo para superar esa polémica, llegó el parón de selecciones de noviembre y la decisión de Deschamps de dejarle fuera de la convocatoria por decisión técnica. Una decisión que, a priori, fue "consensuada" con el jugador, según declaró el seleccionador. Francia jugaba en casa ante Israel y el juicio popular todavía estaba en marcha. En su país le volvieron a acusar de no darlo todo por la selección. Una situación que provocó la entrevista de Mbappé con Canal+ Francia en diciembre. "Yo no voy a desvelar los motivos de mi ausencia en la convocatoria. Si el entrenador quiere desvelarlos, preguntadle", contestó el atacante, poniendo sobre el foco a Deschamps.

El seleccionador respondió en una entrevista concedida en febrero, donde insistió en que Mbappé "ha pasado por un periodo personal complicado". "En septiembre no estaba en su mejor momento, pero acabábamos de pasar por la Eurocopa y, en términos de grupo, pensé que era muy importante que estuviera allí. Y luego todo se precipitó. No voy a revelar mis conversaciones con los jugadores. Él lo sabe, yo lo sé. Pero fue mi decisión. Todo está bien. Después de analizar su situación, decidí dejarle en paz", dijo el técnico.

Un mes después de esas palabras de Deschamps, el entrenador anunció el regreso de Mbappé a la lista y la continuidad de su rol como capitán, con un partido de vuelta en Saint Denis que servirá también para medir el sentir de la afición gala. Una decisión que ha sido criticada por algunos en Francia.

"Mbappé, su capitán, ha cuestionado el liderazgo de Deschamps varias veces. Creo que Didier tiene memoria selectiva. Yo cuestionaría su capitanía. Para transmitir el discurso y la imagen de la selección... Kylian cometiótantos errores que no merece recuperar el brazalete", aseguró Jerome Rothen, exinternacional galo y comentarista en SFR1.

Camino de un récord en el Madrid

Los goles, eso sí, ayudan a olvidar. Mientras vivía esa famosa "tormenta" en su país, Mbappé va camino de romper récords en el Madrid. Suma ya 31 goles, 20 de ellos en Liga, y está a seis de los 37 de Zamorano en la 92-93, la mejor cifra de un futbolista en su primera temporada en el conjunto blanco. Cristiano Ronaldo, por ejemplo, acumuló 33 en su debut.

La rebelión contra el 'modelo NBA': menos de 72 horas de descanso, 80 partidos por curso y sin tiempo para entrenar

La rebelión contra el ‘modelo NBA’: menos de 72 horas de descanso, 80 partidos por curso y sin tiempo para entrenar

El 12 de marzo a las 21.00 horas, Kylian Mbappé esperaba el pitido inicial de Marciniak en el Metropolitano para jugar la vuelta de Champions ante el Atlético. 66 horas después, estaba haciendo lo propio con Gil Manzano en La Cerámica ante el Villarreal en Liga. Tras el pitido final, sentenciaba junto a Eduardo Camavinga: "Estoy muerto". Carlo Ancelotti, tras la victoria y dos goles de su delantero, estallaba: "Es la última vez que vamos a jugar un partido con menos de 72 horas de descanso. Nunca más". El Madrid abría la caja de Pandora.

Las reacciones han seguido en cadena en los equipos que juegan competición europea. El más alineado con "el calentón" del Madrid es el técnico de la Real Sociedad, Imanol Alguacil: "Somos los dos que más partidos con menos descanso hemos jugado. No les falta razón, porque así es muy complicado competir".

Tenía razón a medias el técnico txuri-urdin. Es cierto que ambos son los equipos con más encuentros seguidos con tres días o menos de descanso: 22 llevan los de Ancelotti, desde el suspendido por la Dana ante el Valencia, y 20 acumula la Real. Ambos pagaron la ronda extra por no estar entre los 24 mejores de sus respectivas competiciones europeas y continúan también en la Copa del Rey. Pero la Real Sociedad, con cinco, es quien más duelos ha disputado sin las recomendadas 72 horas de descanso. Aunque no el único.

Sin reflejo en ningún reglamento

El Atlético iguala a los donostiarras y a ambos les siguen Real Madrid, Athletic y Betis, con cuatro. El Barcelona sólo ha sufrido dos -beneficiado por la suspensión de su compromiso ante el Osasuna- y el Girona, uno. "Nosotros no tendríamos que haber jugado unos cuantos. Jugamos los jueves en Europa, normalmente a las nueve de la noche y terminamos a las once. No son 72 horas de descanso", expresó el entrenador del Athletic, Ernesto Valverde.

El problema de este calendario es que no existe ninguna reglamentación de cumplimiento obligatorio que marque unas horas de descanso. Lo más cercano fue el Comité formado por LaLiga, la RFEF y AFE en la pandemia en la que se acordaron esas famosas 72 horas, pero sin llegar a reflejarlo en ningún reglamento. Los sindicatos de futbolistas, tanto españoles como internacionales, sí tienen recomendaciones, pero son eso, recomendaciones.

La diferencia podría llegar en 2026. Desde la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) planean intentar introducir ese periodo de descanso en el convenio colectivo que regula el fútbol profesional. A día de hoy sólo hay dos artículos (8 y 11) que hablan de tiempo de reposo, pero se refieren al que afecta a las concentraciones y a los días de descanso previstos en el calendario laboral, no entre encuentros. Sí se puede encontrar en el artículo 9 del convenio de los jugadores de Primera RFEF: "La confección del calendario, en todo caso, respetará un mínimo de 72 horas de descanso entre partido y partido", reza.

Inteligencia Artificial para los horarios

LaLiga gestiona con la ayuda de herramientas con Inteligencia Artificial la configuración de los horarios intentando no favorecer a ningún club. Se toman multitud de factores en cuenta, como la equidad competitiva, la meteorología, las peticiones de los clubes y los desplazamientos de aficionados. Aunque mención aparte merecen la coordinación de los criterios deportivos con la maximización de los derechos audiovisuales.

Alguacil y Alex Remiro, durante el último partido ante el Rayo.

Alguacil y Alex Remiro, durante el último partido ante el Rayo.EFE

Más allá de la reglamentación e intereses hay un evidente problema respecto a la salud de los jugadores. La Real ha sufrido 14 lesiones en lo que llevamos de 2025; el Real Madrid, 17, por mencionar dos de los clubes más damnificados. Especialistas en preparación física explican a EL MUNDO que no respetar ciertos umbrales de descanso "aumenta mucho el riesgo de lesión en los futbolistas".

La clave estriba en tres factores: la percepción psicológica, la potencia muscular y la presencia de la enzima creatinkinasa (CK). Según diversos estudios, ésta, que marca el tono de la musculatura, se recupera a partir de las 72 horas. No obstante, Jonatan Rotaetxe, preparador físico y director de Henao Sport, defiende que el ideal de descanso serían 96 horas porque el fútbol es un deporte con mayor "sobrecarga" neuromuscular, técnica y biomecánica y añade que ese periodo es el mínimo para la recuperación, pero que no permite preparar partidos porque no permite entrenamientos específicos. Miguel Ángel Cordero, director de Fisio Dynamic, habla de otros factores, como la edad a la hora de que esa enzima CK se module más lenta o rápidamente.

"mayor estrés y frustración"

Por último, la falta de descanso afecta también al estado psicológico de los futbolistas. La psicóloga deportiva Lorena Cos explica que la presión por rendir al máximo sin un tiempo suficiente de descanso "genera mayor estrés y frustración, afectando a la confianza y el bienestar emocional del jugador", y añade que aumenta el riesgo de lesiones.

La Real Sociedad ya ha quedado eliminada en la Europa League, pero el Real Madrid, suponiendo que llegara al último partido de cada competición, jugaría este curso un total de 72 encuentros, sin contar con los que los futbolistas participan con sus selecciones. Habrá jugadores blancos que puedan irse incluso a 80 duelos y . "Intentamos aumentar un show que va en detrimento de la salud del deportista", califica Rotaetxe sobre el destino del fútbol. Modelo NBA, le llama Mbappé.

Rocío Martínez: "Las nuevas generaciones de periodistas mujeres pueden ver en mí que todo es posible"

Rocío Martínez: “Las nuevas generaciones de periodistas mujeres pueden ver en mí que todo es posible”

Rocío Martínez (Burgos, 1977) lleva año y medio haciendo historia. A principios de la temporada pasada se convirtió en la primera mujer en presentar uno de los grandes programas deportivos nocturnos (‘Radioestadio Noche’, en Onda Cero, junto a Edu Pidal). Los datos han respaldado la apuesta y tendría todos los motivos del mundo para sacar pecho y presumir un poco, pero aun así se piensa mucho si hacer la entrevista. "No soy muy de rajar y a lo mejor te voy a decepcionar. No me gustan los líos, soy una mujer de paz", explica entre risas cuando finalmente se sienta ante la grabadora. Spoiler: no decepciona.

¿Cuántas veces te han llamado pionera durante estos meses?
He perdido la cuenta ya. Supongo que lo soy, pero no pienso mucho en ello aunque es una gran responsabilidad porque, al final, la realidad es la que es. Hace unos días entrevistaba a Sara Monforte, del Espanyol femenino, que es la única entrenadora mujer de la Liga F. Es un dato que llama la atención y ella decía que el hecho de ser la única supone una gran responsabilidad porque sabe que tiene que ser un referente e intentar dejar el listón alto para abrir esa puerta a más mujeres. Eso sí me pasa un poco a mí con la radio. Soy la primera a la que le han dado la oportunidad y, como pionera, tengo que hacerlo bien por mí, por mi empresa y, también, por todas las mujeres.

Para saber más

¿Cómo valoras que hasta 2023 nunca hubiera llegado una mujer a esas alturas?
Ha sido tarde, pero era inevitable. La radio deportiva era uno de los pocos lugares en los que aún no había llegado la mujer a primera línea y lo normal es que acabase sucediendo. Se debe ver como un paso lógico. Para mí, el problema, lo que de verdad me interesa, no es que no hubiera sucedido hasta que he llegado sino que no vuelva a suceder. He sido la primera, pero lo que deseo es no ser la última. Ese es el reto y supone una exigencia enorme.
¿El margen de error es el mismo para las mujeres que para los hombres?
No. A nosotras todavía se nos mira con lupa más que a los hombres porque nos cuesta más llegar a los sitios, el nivel de exigencia es superior y por eso tienes que ir con cuidado con lo que dices, con lo que haces... Por ejemplo, en estas entrevistas veo que los hombres se atreven más a rajar que las mujeres, eso no es casual. Nos cuesta más llegar y tenemos más miedo a perderlo. Tampoco te voy a pintar un mundo del periodismo machista donde a las mujeres no nos dejen estar, porque eso a mí no me ha pasado y mi carrera profesional es una prueba de que de que sí podemos llegar, pero sería faltar a la verdad si dijera que lo tenemos igual de fácil que los hombres. Desde que empecé en la radio me han escrito muchísimas estudiantes de Periodismo porque querían entrevistarme. No me siento un referente de nada, pero sí me gusta pensar que las nuevas generaciones de periodistas mujeres pueden ver en mí que todo es posible.
Eso te convierte en referente…
Puede ser, sí, pero es que me da corte hasta pensarlo. Supongo que es la suerte de trabajar en la casa donde he trabajado. Atresmedia ha demostrado con su apuesta que no pasa nada, que puedes poner a una mujer al frente de tu programa deportivo y no sólo sale adelante sino que, incluso, los datos del EGM han subido. Animo a otras empresas a que apuesten por las mujeres también.
La confianza es doble porque, de lunes a viernes, antes de la radio presentas los deportes en el 'Noticias 2' de Vicente Vallés.
Vivo aquí por la tarde y por la noche. Te diré que la radio deportiva nocturna tiene un gran coste personal, tu vida tiende al caos. Es un horario que requiere de muchas renuncias a nivel personal. Yo no tengo hijos y supongo que eso me hace un poquito más fácil poder llevar esta vida y trabajar seis días a la semana en algo que me gusta mucho, pero supone un gran desgaste. Los horarios son bastante incompatibles con llevar una vida normal. Dejas de pasar tiempo con tu familia, con tu pareja, con tus amigas… Es muy difícil conciliar porque también las mujeres que no somos madres tenemos una vida personal que nos exige. Pese a todo, creo que he conseguido un equilibrio y aprovechar bien el tiempo libre que tengo para afrontar este doble reto profesional que me hace tan feliz y con el que no me atrevía ni a soñar cuando era joven.
Si antes hablábamos de referentes, ¿cuáles eran los de esa Rocío joven? No abundaban las mujeres en el periodismo deportivo de los 80 y 90.
María Escario y Olga Viza fueron mis dos grandes referentes. Además, soy de Burgos como Mari Carmen Izquierdo. En realidad, empecé a soñar con ser periodista escuchando a José Ramón de la Morena y ahora estoy haciendo el programa que estuvo haciendo él en Onda Cero. En aquella guerra García-De la Morena, yo era claramente de José Ramón. Mis primeras prácticas en la radio fueron en la Cadena SER y el primer día nos sentó en el estudio y empezó ‘El Larguero’ saludándonos. Todavía recuerdo los nervios que pasé.
En aquel momento, De la Morena era una estrella del rock entre los jóvenes.
Sí, sí. Me compré ‘Los silencios de El Larguero’ y me lo empollé, escuché mil veces las cintas que venían con el libro. En realidad, mi referente deportivo ha sido mi padre. Tengo una hermana un poco más joven y a las dos nos encanta el deporte porque hemos visto fútbol en casa toda la vida junto a mi padre. El fútbol siempre ha sido parte de mi vida, era socia del Burgos en los años 90, cuando estuvo en Primera División, ganó al Madrid y empató un par de veces en el Camp Nou. Mi ídolo era Balint.
¿Ya entonces querías dedicarte al periodismo?
Claro, ¿no ves que no me callo? Me encanta hablar. Soy una persona muy extrovertida. Tengo una relación fantástica con mi hermana, pero ella es rubia con ojos azules y de pequeñas todo el mundo se fijaba en ella, así que tuve que desarrollar una simpatía extraordinaria para que la gente me mirara un poco a mí [risas]. Creo que eso me ha traído al periodismo. Cuando estudiaba en Pamplona, estaba en un colegio mayor religioso, alguna misa coincidió con partido de Copa de Europa y me escondía el pinganillo para escucharlo en la iglesia [risas]. Por eso me fastidia tanto que me digan, en plan sorprendidos, eso de "ah, ¿pero tú eres futbolera?". ¿Tú has visto que os pregunten eso a algún periodista hombre?
No.
Pues a nosotras, a todas. ¡Claro que soy futbolera! No envidio nada la vida de los jóvenes y las jóvenes de ahora, pero hay una cosa que sí cambiaría con ellos y es que las niñas ya pueden jugar al fútbol con normalidad. En mi época, en Burgos no había ningún equipo femenino. Soy malísima, pero me hubiera encantado formar parte de uno, poder tener esa experiencia.
Profesionalmente siempre has hecho Deportes.
Sí, aunque en algún momento de mi carrera no me importaría hacer otra cosa porque a mí no me interesa sólo esto. Me interesa el mundo, me interesa la cultura, me interesa la política… Hay muchos ejemplos de periodistas deportivos que, precisamente por la capacidad de improvisación que tenemos, han dado el salto a otras cosas. Olga Viza, Matías Prats, Vicente Vallés, Manu Sánchez… No descarto dar ese paso algún día.
Tu salto a la tele fue en Real Madrid TV, donde trabajaste diez años. ¿Es defendible periodísticamente un canal de club?
Por supuesto, pero sin lugar a dudas. Es una televisión que no engaña a nadie, tienes el escudo del Madrid en pantalla y lo llevas en el micrófono. Es una televisión para madridistas y entendiendo ese contexto, que no es un secreto para nadie, hace lo que se espera que haga. Es una vía de comunicación del Real Madrid hacia sus seguidores y lo que no tiene mucho sentido es que se juzgue desde una perspectiva que no sea madridista.
Pero también se usa como arma, lo estamos viendo ahora con los célebres vídeos de los árbitros.
Personalmente, yo no haría esos vídeos, pero me parece fenomenal y comprensible que los hagan porque se dirigen hacia sus aficionados. Todo medio de comunicación genera el contenido que demanda su público, es normal. Además, estoy convencida de que esos vídeos no condicionan en nada a un árbitro profesional.
Al final, también en los medios convencionales, la información deportiva está siendo devorada por la opinión.
Ahora es más difícil hacer periodismo deportivo porque tienes mucho menos acceso a los deportistas y, especialmente, a los futbolistas de los grandes equipos. Es una pena para los aficionados que conocen menos a sus ídolos. Es verdad que ahora tanto los clubes como los deportistas tienen sus propias vías para llegar a la gente y ahí controlan más el mensaje, pero creo que lo han llevado al extremo. Es una pena porque el deporte es de las cosas bonitas de la vida y, sin personajes, a veces se va más al lado de la crispación y la polémica. Las tertulias me gustan, pero siempre con buen talante y sentido del humor. En la vida todos sufrimos cosas muy feas y el fútbol ayuda a mucha gente. Siempre se ha dicho que es pan y circo o el opio del pueblo como algo malo, pero a mí esa capacidad de distracción y de escapar de lo malo me parece una labor fantástica. Las emociones que genera el deporte son muy difíciles de encontrar en la vida. Luego tus problemas siguen ahí, pero ese ratito de felicidad es impagable.
La presentadora de 'Radioestadio Noche' posa en la sede de Atresmedia.

La presentadora de 'Radioestadio Noche' posa en la sede de Atresmedia.Sergio Enríquez-Nistal

Según cogiste ‘Radioestadio Noche’, estalló el caso Rubiales, que ahora se acaba de resolver. ¿Qué nos ha enseñado sobre el mundo del fútbol y del periodismo deportivo?
Que había que aprender a no normalizar actitudes que no son normales. De todos modos, no voy a juzgar cómo lo cubrieron los demás porque cada uno hace lo que puede, lo que sabe y lo que le gusta. Eso sí, al final ha habido un juez que ha dictaminado que Rubiales era culpable. Es verdad que hay mucho debate con el término de si eso es una agresión sexual, pero eso lo define la ley y punto. Más allá de cómo lo quiera llamar cada uno, lo realmente importante y lo que ha logrado Jennifer Hermoso es que, a partir de aquí, el día que un jefe esté eufórico porque le ha ido muy bien a su empresa y le plante un beso en los labios a una subordinada o a una compañera, todos tengamos claro que eso es un delito y no es de recibo. También te digo que si Rubiales hubiera reconocido su error y hubiera pedido perdón en vez de dar aquel discurso infame en la Asamblea, todo hubiera sido más sencillo para él. En cualquier caso, una persona que hace eso no puede estar al frente de la Federación.
¿Cómo de machista es el periodismo deportivo?
Pues como todo… Yo no he sufrido mucho machismo, la verdad. En general he tenido suerte con la gente que me ha rodeado y los responsables que he tenido me han permitido lograr muchas cosas en esta profesión, pero algún episodio sí he vivido, claro, sería imposible lo contrario, aunque ninguno muy dramático. Yo no soy periodista deportiva mujer, soy periodista deportiva exactamente igual que mis compañeros. A lo mejor hay gente que piensa que he llegado hasta aquí por cuota, eso nos pasa siempre a las mujeres, pero a mí me avala mi trabajo. Cuando Atresmedia apuesta por mí, no apuestan por una mujer sino por Rocío Martínez, periodista con 20 años de carrera. ¿Por qué cuando apuestan por un hombre nadie piensa que es por su género?
En muchos casos también lo es: hombres promocionando a hombres.
Por eso. Yo soy mujer, soy de Burgos y tengo 47 años. Ser mujer es una de las cosas que me define, pero ni la única ni la más importante. Al menos hoy en día ya no me mandan a fregar.
¿Antes sí?
Alguna vez, pero ese sexismo tan bestia hacia las mujeres que hablamos de fútbol se ha rebajado, aunque sigue habiendo cierto machismo, sobre todo con comentarios un poco paternalistas en algunas tertulias. En las redes tengo suerte porque no tengo muchos haters y, además, esas cosas no me afectan. Agradezco la crítica constructiva y el cariño que mucha gente me muestra, pero a los cafres no les hago ni caso. Cuando llegué a Antena 3, como venía de Real Madrid TV, me consta que la gente estuvo buscando en mis redes sociales a ver si me sacaban el típico tuit polémico, metiéndome con el Atleti o con el Barça, y no encontraron nada. Lo único que sacaron fue una foto mía con una camiseta del Madrid en una entrevista sobre running [risas]. Yo trabajo en Antena 3 y en Onda Cero y jamás olvido que hablo para aficionados de todos los equipos.
Ahora que hablas de running, te machacas a hacer deporte. ¿Cuánto influye la presión con el físico que sufrís las mujeres en televisión?
Principalmente, hago deporte porque me encanta, pero se juzga mucho más la imagen de la mujer que la del hombre. Eso es así en la tele y en la calle. Los hombres que trabajan en televisión se cuidan cada vez más, pero para nosotras, sobre todo según cumplimos años, es el físico. Yo soy periodista, no soy modelo y llegué a Antena 3, la cadena más vista de España, con 39 años, no con 25. Es evidente que fue mi trayectoria profesional y mi forma de trabajar lo que me trajo aquí. A partir de ahí, me gusta cuidarme porque me hace sentir bien, pero es un peligro que a las mujeres nos valoren tanto por nuestro físico por el efecto que tiene en las chicas jóvenes, quiero decirles que es mentira que no puedas trabajar en la tele si no eres guapa.
Pero influye.
Sí, pero también es verdad que tú te labras en buena medida tu imagen. Yo me cuido, pero no oculto la edad que tengo y soy una chica bastante normal. Como decía mi madre, soy resultona [risas]. Mi tarjeta de presentación es que soy una hormiguita que trabaja mucho y le encanta lo que hace. Ni tengo altura ni tengo cuerpo de modelo, ese no es mi trabajo. Si me cuido, es por mí.
¿Qué balance haces de este tiempo al frente de ‘Radioestadio Noche’?
Soy muy feliz, pero pienso mucho en mi padre. Para mí, el gran salto fue la llegada a Antena 3, pero no pude disfrutar mucho porque justo coincidió con que mi padre se puso enfermo y se murió muy poquito después. Tengo la emoción especial de que, aunque fuera desde el hospital, me vio llegar a Antena 3, pero el primer día de la radio lo que pensé es que mi padre se acostaba todas las noches escuchando la radio deportiva. Todas. Y que ojalá hubiera podido escuchar a su hija presentando un programa así. Eso lo habría hecho perfecto.
La tristeza que el fútbol nos regala

La tristeza que el fútbol nos regala

Estoy cansado de escribir sobre le épica de la derrota. El Atleti pierde de manera cruel, tecleas desde la grada una columna sobre el sentido de pertenencia, el coraje y el corazón, recoges los aplausos fáciles y hasta el siguiente disgusto. Es un truco barato porque perder es poético a veces, pero normalmente es una puta mierda. Si convertimos cada derrota en una epopeya lo único que hacemos es edulcorar la realidad. Y la realidad es que el equipo de Simeone ha visto escapar (o casi) dos torneos en cuatro días.

El primero, con ese doble toque que es cuestión de fe y yo soy ateo, sí aceptaba elogio y emoción. El segundo, con un Atleti caótico desde el 2-0, lo que merece es autocrítica. Los últimos 20 minutos, en el campo y en el banquillo, son inexplicables. Pero lo que ambos sí merecen es tristeza.

"¿Cómo puedes estar triste por un partido de fútbol?" es una de las frases más estúpidas jamás pronunciadas y todos los aficionados de cualquier equipo la hemos escuchado mil veces. Esa absurda superioridad moral que reprocha que te afecte un juego, un problema ficticio, cuando hay tantas tragedias en la vida real. Precisamente por eso, almas de cántaro. La tristeza es maravillosa cuando duele y se va, cuando permite sentir sin dejar cicatriz, cuando lloras con lágrimas de fogueo.

El fútbol te da eso como te lo dan el cine, la música o la literatura, lo que pasa es que tiene peor prensa. Nunca me cansaré de llorar viendo a Roy Batty asumir que es hora de morir, la expresión de Jim Carrey mientras escucha las cintas en Olvídate de mí, a Keira Knightley y Mark Ruffalo hacer lo que deben y no lo que merecen en Begin Again, el hermoso final de The Leftovers, a Sean Connery cayendo del puente en El hombre que pudo reinar, a Rick dejando escapar a Ilsa.

Pretendo reencontrar en las lecturas de mis hijos la primaria emoción de las muertes de Dumbledore y Boromir, de Ártax hundiéndose en el Pantano de la Tristeza, de Piggy pagando la deshumanización del resto en El señor de las moscas. Y no pasa una semana en que no necesite estremecerme con Johnny Cash sangrando el Hurt de Trent Reznor, con Jota desesperado por Florent en Línea 1, con los altos edificios que tiemblan y evocan el 11-S en Jesus, Etc. de Wilco. Y nadie me lo reprochará.

El fútbol, pese a quien pese, ofrece lo mismo. Sufres y disfrutas con la extraña sensación, entre el dolor y el confort, de saber que por real que resulte no es grave, que se pasará en unos días y podrás recurrir a ella siempre que quieras. Necesitamos sentir tristeza, no vivir en ella. "¿Cómo puede afectarte un partido?", insisten. No es que pueda, es que quiero. Y me encanta.

El Madrid estalla por la "falta de respeto" con los horarios: "No volveremos a jugar con menos de 72 horas de descanso"

El Madrid estalla por la “falta de respeto” con los horarios: “No volveremos a jugar con menos de 72 horas de descanso”

El Real Madrid ha jugado 22 partidos desde el pasado 3 de enero. 22 partidos en 71días. Uno cada tres días. Un Everest coronado con una semana extenuante, que empezó el domingo ante el Rayo, siguió el miércoles ante el Atlético y terminó ayer en Villarreal, donde el club estalló, incluido Carlo Ancelotti en sala de prensa. Más allá de los rivales, en Chamartín importan las horas. Los blancos finalizaron su partido en el Metropolitano a las 23:43 de la noche e iniciaron el duelo en La Cerámica este sábado a las 18:30 de la tarde. Es decir, pasaron 66 horas y 47 minutos entre ambos. «No volveremos a jugar con menos de 72 horas», anunció Carletto.

El enfado del Madrid en este sentido es mayúsculo. Un enfado hecho público por la televisión del club antes del encuentro de Villarreal y confirmado ante los medios por Ancelotti. «¿Si le vuelven a poner un partido con menos de 72 horas de descanso, no se presentarán?», le cuestionaron el técnico italiano. «No», respondió, contundente, el entrenador. La decisión es firme.

«Estos jugadores han hecho un esfuerzo descomunal desde el 3 de enero hasta hoy, especialmente hoy. Es la última vez que vamos a jugar un partido con menos de 72 horas de descanso, nunca más vamos a jugar», explicó Ancelotti, que también anunció que el club había pedido a LaLiga cambiar el horario, viendo que el Atlético, su rival del miércoles, jugaba el domingo contra el Barça, y teniendo en cuenta también que la semana que viene no había jornada de Champions, sino que los jugadores se van con sus selecciones. «Hemos pedido a la Liga cambiar dos veces el horario del partido y no ha pasado nada. Es la última vez que jugamos», insistió el técnico.

Antes, la televisión oficial del club lo había dejado claro: «Esto es información. El Real Madrid no volverá a jugar nunca más sin tener 72 horas de descanso. Y para ello pedirá el amparo a la FIFA».

La recomendación FIFA

El Madrid apela a la recomendación del máximo organismo del fútbol mundial, que en marzo de 2023 estableció una serie de pautas para cuidar la salud de los jugadores en las que, entre otras, aseguraba que el descanso mínimo entre partidos debía ser de 72 horas. La FIFA ha implementado dicha idea en sus competiciones, como el Mundial de selecciones y el de Clubes, y ha pedido al resto de competiciones, especialmente las domésticas, que copien la directriz.

«Era un partido trampa, por todo lo que ha pasado, por las horas de descanso y por la fuerza del rival, que es un buen equipo, pero hemos aguando a nivel físico. El equipo acabó agotado, es normal. Es una victoria que dice mucho de este equipo y de los recursos de esta plantilla», reflexionó Ancelotti, una vez denunciada la situación.

En el vestuario se hablaba de «falta de respeto». «Entiendo que a la Liga no le guste que los tres grandes jueguen el mismo día, pero en la Premier se hace cuando se juega Champions. Ha sido una falta de respeto al equipo y a nuestros jugadores, porque podíamos haber salido de aquí con algún lesionado», declaró Courtois, pidiendo la incorporación de los 'SuperSundays'. «Podía ser un 'SuperSunday' con el Atlético-Barça y el nuestro, sería bueno para la televisión, pero hay algunos intereses y para los jugadores no es fácil», insistió el belga.

71 días después del inicio del Everest el Madrid respirará ahora, aunque perderá a gran parte de su plantilla por los compromisos internacionales. Valverde, llamado por Uruguay, se retiró otra vez con molestias. Mientras, líder provisional.

Mbappé despierta al Madrid en Villarreal y le pone líder provisional de la Liga

Mbappé despierta al Madrid en Villarreal y le pone líder provisional de la Liga

El Real Madrid aterrizará con sonrisa en el último parón de selecciones de la temporada gracias a Kylian Mbappé. El delantero francés anotó dos goles para remontar el tanto inicial de Foyth y colocar a su equipo como líder provisional de la Liga. Los blancos superan al Barça en tres puntos y al Atlético en cuatro a la espera del encuentro que azulgranas y rojiblancos disputarán este domingo, y del aplazado entre el cuadro de Flick y el Osasuna.

Menos de 72 horas después de la agonía del Metropolitano, el Madrid se volvió a vestir de corto para perseguir el sueño de la Liga. Lo hizo en Villarreal, en un feudo siempre complicado para ellos. Lo hizo sin Vinicius, al límite físico tras los últimos partidos, en su alineación titular, pero lo hizo con Kylian Mbappé como centro de su galaxia, acompañado por Rodrygo, Bellingham y Brahim, fluyendo los cuatro en un ataque funcional y efectivo.

Y eso que el partido empezó cuesta arriba para los blancos. En el minuto 7 y tras un par de avisos, Foyth aprovechó un balón suelto en el área pequeña en un córner para batir a Courtois. El Madrid volvía a pecar de desidia y Ancelotti se revolvía en el área técnica. Sin apenas pestañear, estaba de nuevo abajo en el marcador.

El tanto del defensa argentino dejó en shock al conjunto de Chamartín, que tardó unos minutos en sacudirse el golpe para volver a combatir. El Villarreal, guerrero en el inicio, apretó la salida y acumuló jugadores en los dominios de Courtois para aprovechar las dudas madridistas. Hasta que apareció Mbappé.

En la primera posesión del Madrid en campo rival, Bellingham conectó con Mbappé en la frontal, éste encontró a Brahim, el malagueño se adentró en el área, probó a Conde y el rechace lo cazó el francés para hacer el 1-1. Un chispazo suficiente para volver a meter a los blancos en el encuentro.

Las tablas fundieron a negro al Villarreal, que desapareció del choque mientras el Madrid dominaba. Y si los de Ancelotti se encuentran cómodos, es probable que castiguen a su rival. Así llegó el 1-2. Mbappé arrancó una contra, cedió a Brahim, el balón llegó a Lucas en el lado derecho, el gallego la dejó atrás, Mbappé recibió en área grande, pensó y batió a Conde con un disparo colocado.

En seis minutos, el Madrid volvió a nacer en La Cerámica, siempre en los pies de su delantero estrella. Su remontada asentó todavía más su posesión del balón. Se encontró a gusto en campo rival, con Camavinga y Valverde dominando física y técnicamente el centro del campo, abarcando mucho más que Comesaña, Gueye y Baena. En ataque creció Bellingham, liberado en la espalda de los centrocampistas del submarino y pegado a Rodrygo y a Mbappé en el sector izquierdo.

Sin Vinicius, el ex del Santos operó por el carril zurdo y mezcló bien con el francés y el inglés, cómodos en las combinaciones cortas para generar espacios en la defensa local. Mbappé, en concreto, estuvo mucho más activo que de costumbre, dejando la punta del ataque y bajando varios escalones a entrar en juego. Una versión similar, con las distancias evidentes, a lo que solía hacer Karim Benzema. Ahí elevó su juego el Madrid, que prefirió el control al ataque histérico y llegó a cuentagotas, con Rodrygo falto de energía en el tramo final, exhausto por el esfuerzo defensivo.

El Villarreal, por su parte, apostó por atacar el lado de Fran García, titular ante la baja del lesionado Mendy. Pépé y Buchanan repitieron esfuerzos en esa zona y Comesaña y el propio Pépé se encontraron con Courtois en sus intentos.

Tras el descanso, Marcelino cambió a su equipo. Dio entrada a Barry, delantero gigante, y centró las ideas de sus jugadores en ambas bandas, buscando la debilidad defensiva de Lucas Vázquez y Fran García. El duelo se rompió por momentos, con el Madrid acusando el cansancio e incapaz ya de controlar la velocidad de su rival. Después de varios acercamientos peligrosos de los locales, Ancelotti se dio cuenta de la situación. Retiró a Rodrygo, Brahim y Asencio e introdujo a Vinicius, Rüdiger y Modric. Perdió un delantero, pero ganó un centrocampista y recuperó el ritmo del juego.

El conjunto blanco bajó las revoluciones de la tarde castellonense y volvió a dominar, aunque sin hacer excesos en ataque. Aceleró hacia la portería de Conde sólo cuando lo tuvo muy claro. Valverde pidió penalti por mano de Pedraza, que tenía el brazo apoyado en el suelo, y Mbappé tuvo una buena ocasión tras varias combinaciones en la frontal.

El Madrid no estuvo acertado en varios contragolpes evidentes, como uno de Vinicius y otro de Arda Güler, y el tramo final elevó la ilusión del Villarreal, que insistió por su lado derecho buscando una y otra vez centros el área madridista para intentar encontrar la cabeza del gigante Barry.

Al final, triunfo de los de Ancelotti y semana redonda para el Madrid después del éxito del Metropolitano. Cuartos de Champions y liderato provisional en Liga. Un parón tranquilo.