Mbappé embarga 55 millones de las cuentas del PSG y amenaza su participación europea

Mbappé embarga 55 millones de las cuentas del PSG y amenaza su participación europea

Actualizado Viernes, 11 abril 2025 - 10:18

El litigio salarial que desde hace más de un año mantiene Kylian Mbappé con su anterior equipo, el París Saint-Germain, subió de tono este jueves, cuando los abogados del delantero del Real Madrid anunciaron el embargo de las cuentas del club y amenazaron con su participación en las competiciones europeas si no se paga los 55 millones de euros que le reclaman.

Mientras la abogada y representante del futbolista, Delphine Verheyden, entablaba una guerra en diversos frentes, incluido el penal, el club respondía manteniendo que el contencioso solo puede solucionarse en la justicia laboral y calificaba de "fantasioso" el relato de la letrada.

El PSG sostiene que esa suma corresponde al acuerdo verbal alcanzado entre Mbappé y el presidente, Nasser Al-Khelaifi, para que no dejara el club sin una indemnización de traspaso, lo que a su juicio justifica el impago de esas cantidades.

Un acuerdo al que los abogados del jugador niegan toda validez, ya que nunca fue inscrito y recuerdan que las diferentes instancias deportivas les han dado razón.

"Ya hemos esperado demasiado", señaló Verheyden, que compareció acompañada de tres colegas expertos en derecho laboral, civil y penal, los terrenos de batalla en los que cuenta dar la batalla para obtener una victoria que, a su juicio, merece su cliente y también todos los futbolistas en conflicto con sus clubes.

En lo más inmediato, los abogados han conseguido el embargo preventivo de 55 millones de las cuentas del club, al tiempo que han lanzado acciones penales contra la entidad en la que Mbappé militó siete años, al considerar que en esta batalla se está atacando su imagen y su honor.

Sobre la mesa, una serie de mensajes injuriosos contra el jugador y su familia, que los abogados han llevado ante los tribunales para determinar si responden a una maniobra de presión del club.

"Solo nos queda la opción de interponer múltiples acciones para obligar al club a pagar", señaló Verheyden, que recordó que las diferentes instancias deportivas les han dado razón.

Amenaza en la Liga de Campeones

Al mismo tiempo, aseguró que han pedido a la Federación Francesa de Fútbol (FFF) comunique a la UEFA que el club no ha pagado a uno de sus jugadores, lo que puede acarrear su expulsión de las competiciones deportivas a partir de la próxima temporada.

"Kylian no tiene miedo, el derecho está de nuestro lado", respondió la letrada cuando le recordaron el peso de Al-Khelaifi en la UEFA y en el fútbol francés.

La acción del delantero del Madrid persigue doblegar al club, que ha hecho de este litigio un caso de honor, lo que demuestra el daño que hizo la salida del futbolista la pasada campaña.

En un buen momento deportivo, con un equipo a pleno rendimiento de la mano de Luis Enrique, que se jacta de no apoyarse en grandes estrellas mediáticas, el PSG y sobre todo su presidente no quieren dar por perdida esta batalla.

Ante la actitud combativa del jugador, siguen apostando por la justicia laboral, la única a su juicio capaz de dar carta de naturaleza a un acuerdo verbal.

En esa instancia están "listos para exponer el conjunto de los hechos, pruebas y testimonios que prueban la existencia de un acuerdo", indicó a EFE un portavoz del club.

El propio Mbappé reconoció haber llegado a ese pacto, lo que le permitió reintegrar la plantilla del primer equipo, de la que había sido apartado cuando dijo que no cumpliría el tercer año de contrato, optativo, que había firmado en 2022.

Pero sus abogados le niegan toda validez, ya que nunca fue inscrito en la liga y, por tanto, validado. El abogado Thomas Clay, experto en cuestiones civiles contratado por Mbappé, lo redujo a una "simple discusión de vestuario".

"Eso no es un acuerdo, nunca se concretó. En derecho deportivo francés tiene que ser registrado en la Liga y eso nunca ocurrió", indicó el letrado.

El PSG va muy en serio y regala otra gran noche de fútbol ante el Aston Villa

El PSG va muy en serio y regala otra gran noche de fútbol ante el Aston Villa

Ya pueden recriminar a Luis Enrique sus desahogos ante la prensa o ese dogmatismo, casi fanático, a la hora de llevar a cabo su idea. Lo que nadie debe negar, a tenor de los hechos, es que este PSG se comporta, en las buenas y en las malas, a imagen y semejanza de su técnico. Es un equipo de autor. Hubo evidencias durante la eliminatoria ante el Liverpool y tendremos más el próximo martes en Villa Park, donde defenderá, a su peculiar manera, la victoria de ayer en París. El PSG juega muy bien a esto y si no podemos considerarle máximo candidato al título es por su falta de contundencia en las áreas. [Narración y estadísticas (3-1)]

No se trataba sólo de ese insólito gesto de Khvicha Kvaratskhelia, que renunció a forzar un penalti clamoroso de Boubacar Kamara. Ni de la primera salida por alto de Gianluigi Donnarumma, a modo de espantapájaros. El PSG hacía todo casi tan bien como en Anfield, tirando de un ovillo interminable de pases, pero sin la puntada final.

Emiliano Martínez repelió un disparo de Ousmane Dembélé, Vitinha la puso por encima del larguero con todo a favor y Désiré Doue parecía algo obtuso en sus primeros acercamientos. El arranque parisino fue un continuo revoloteo en torno al área rival, con verticalidad, con innumerables recuperaciones merced a su impetuosa presión. Mucha fe, pero escasa puntería.

Penalizar el fallo

El Aston Villa hubo de esperar casi media hora para tejer su primera jugada en campo rival. No era la prioridad para Unai Emery, claro, que se protegía con una línea de cinco y las ayudas, fantásticamente sincronizadas de sus volantes. El Villa iba sobrado de paciencia para penalizar el fallo.

Un error en la salida, por ejemplo, de Nuno Mendes ante John McGinn. A partir de ahí bastaron cuatro toques para que Marcus Rashford encontrase la incorporación de Youri Tielemans, cuyo balón al espacio fue empujado a la red por Morgan Rogers. Nada mejor para entender la relevancia del momento que el festejo en el palco de Guillermo, príncipe de Gales.

El revés no iba a suponer merma alguna en la confianza del PSG, guiado por Doué y Kvaratskhelia, cuyas constantes permutas ponían a Emery con los nervios de punta. El francés, 19 años, niveló el marcador poco antes del descanso con un derechazo a la escuadra. A la vuelta de los vestuarios, el georgiano quiso dar réplica con otro golazo. Tras recibir a 30 metros de la portería, Kvaratskhelia trazó una diagonal diabólica para romper la cintura de Axel Disasi y largar un soberano disparo al ángulo.

Emiliano Martínez, desolado tras el 3-1 en París.

Emiliano Martínez, desolado tras el 3-1 en París.AFP

Con media hora por delante y un resultado adverso, Emery tenía que enfriar el asunto. Nada de ruborizarse por seguir cediendo metros y nada de ir contra su propia naturaleza. Porque nada significaba, por sí sola, la mera presencia Marco Asensio, su primer relevo en la vanguardia. El Villa se sentía feliz con una derrota por la mínima. Si el pasado otoño ya ganó al Bayern en su estadio, ¿por qué considerar un milagro otra victoria así?

Al PSG le anularon un gol por fuera de juego de Achraf Hakimi y sólo hubo de lamentar un susto, sustanciado en un remate de Rogers. El respeto mutuo, entre quien se daba por satisfecho por la victoria y quien se conformaba con su propio castigo, estalló por los aires en el tiempo extra. Dembélé filtró un balón perfecto para la subida de Nuno Mendes. La finta del lateral ante Ezri Konsa, que dejaría también por los suelos al guardameta, bien parece un pasaporte para semifinales.

Emery frente a Luis Enrique: el trauma del 6-1, una amistad y muchos dosieres en el despacho

Emery frente a Luis Enrique: el trauma del 6-1, una amistad y muchos dosieres en el despacho

El 8 de marzo de 2017, poco antes del pitido inicial, Unai Emery saludó a Luis Enrique en el Camp Nou aferrado a un convencimiento. Su primera eliminatoria de Champions con el PSG se resolvería de igual modo que las nueve anteriores con el Sevilla en la Europa League. Sin embargo, dos horas más tarde, el irundarra, entre el estupor y la indignación, apenas pudo ofrecer alguna explicación a lo sucedido. «Fue mi peor momento como entrenador», confesaría, años más tarde, a propósito de aquella debacle ante el Barça (6-1), con la que se convertía en el único técnico de la historia eliminado de la Champions tras una renta de cuatro goles en la ida. «De aquel partido cambiaría el árbitro», añadió sobre la labor de Deniz Aytekin.

Hoy, Emery tampoco perderá la oportunidad de abrazar a Luis Enrique, actual técnico del PSG, y a otros viejos conocidos en el Parque de los Príncipes, el estadio donde, entre 2016 y 2018, jamás obtuvo el cariño de la afición, que apenas quiso dedicarle un petulante desdén. De nada le valdría su empeño en aprender francés o su título de Ligue 1. En mayo de 2018, una vez cumplidos sus dos años de contrato, Nasser Al-Khelaifi puso punto final al ciclo de Emery en París.

El detonante, por segundo año consecutivo, había sido la eliminación en octavos, donde el PSG volvió a mostrar demasiadas carencias ante el Real Madrid. El fantástico comienzo en el Bernabéu se diluyó por completo tras el descanso, donde decidieron los goles de Cristiano Ronaldo y Marcelo. El partido de vuelta resultó un trámite para el equipo de Zinedine Zidane. Aquel PSG resultaba irreconocible a nivel competitivo. Muy lejos de la exigencia de un técnico que, excluyendo su etapa en París, sorteó 22 eliminatorias seguidas de Europa League con Sevilla (2013-16), Arsenal (2019) y Villarreal (2022). Nada menos que cuatro títulos tras cinco finales.

El ejemplo de Tottenham y Dortmund

«Unai es un entrenador top, con una gran capacidad de analizar al rival y de potenciar a su equipo. Además, lo ha demostrado en diferentes banquillos», valoró el pasado viernes Luis Enrique. Esas virtudes, por supuesto, han adquirido mayor relevancia aún durante las eliminatorias. Sólo cabe citar el caso de su Sevilla, triple campeón de la Europa League sin alcanzar ni una sola vez el top-4 de LaLiga, o de su último Villarreal, semifinalista de la Champions 2022 tras apartar a Bayern y Juventus, pero séptimo en LaLiga.

A este fabuloso rendimiento en los torneos cortos se aferra el Aston Villa, un conjunto que hoy encadena siete victorias en todas las competiciones, su mejor racha desde marzo de 1981. Su última derrota data del 25 de febrero (4-1 ante el Crystal Palace) y es el único superviviente inglés en la Champions. Nada desdeñable para un club que no disputaba la máxima competición desde 1982. ¿Por qué no soñar, pues con una final como las de Tottenham (2019) y Dortmund (2024)?

«Nuestra amistad se ha forjado a través de nuestros enfrentamientos. Unai es un entrenador que cuida su trabajo y su equipo ha mejorado gracias a él», contó ayer Luis Enrique, otro obseso de su profesión. En el vestuario del Villa son leyenda las interminables jornadas de Unai y la montaña de dosieres apilados en su despacho. Desde noviembre de 2022, cuando tomó el relevo de Steve Gerrard, el ambiente en la ciudad deportiva de Bodymoor Heath resulta mucho más que saludable. Nada que ver con la tensión vivida en el Arsenal o el PSG. A lo largo de estos dos años y medio, sólo Pep Guardiola y Mikel Arteta han sumado más puntos en la Premier.

Emery, el pasado 8 de marzo, durante un partido ante el Brentford.

Emery, el pasado 8 de marzo, durante un partido ante el Brentford.AP

Emery, respetado entre los rivales e idolatrado en Villa Park, se ha convertido en el entrenador con mejor balance (54% de victorias) en los 150 años de historia del Villa. Cierto que desde Birmingham se manejan importantes recursos financieros. Según el informe UEFA Finance and Investment Landscape, la masa salarial del Villa aumentó un 33% en 2024 hasta convertirse en la décima más elevada de Europa (287 millones de euros). De hecho, el organismo presidido por Aleksander Ceferin sigue con lupa las operaciones del club para que compla con sus normas, tanto en las tasas de traspaso como en los honorarios de los agentes.

Escasez de efectivos

El pasado verano, Emery tuvo que prescindir de Douglas Luiz, uno de sus mejores centrocampistas, para atenerse a las Reglas de Sostenibilidad de la Premier. A ese traspaso a la Juventus, a cambio de 52 millones de euros, hubo que sumar el de Moussa Diaby, por el que el Al-Ittihad pagó 60 millones y el más reciente de Jhon Durán, comprado en enero por el Al-Nassr a cambio de 77 millones. Sin embargo, el buen tino de Monchi desde la dirección técnica ha de evaluarse a la luz de sus incorporaciones de perfil bajo, como Morgan Rogers, comprado en 2023 por 9,4 millones, o Youri Tielemans y Boubacar Kamara, que llegaron a coste cero procedentes del Leicester y Olympique de Marsella. Por no mencionar a Ollie Watkins, crecido en el semiprofesionalismo y al que Emery ha extraído todo su talento.

«Desde su llegada, el Aston Villa es un equipo muy mejorado. El curso anterior ya estuvo a un alto nivel y este año es un equipo más completo aún», analizó el viernes Luis Enrique, horas de cerrar su primer título de Ligue 1 con el PSG. No obstante, a diferencia de Manchester City, Liverpool o Arsenal, el Villa sigue contando con escasez de efectivos. Una carencia que obliga a Emery a profundizar en sus rotaciones. El pasado sábado hubo ocho novedades en el once ante el Nottingham Forest y este fin de semana ese plan seguirá vigente en la visita al Southampton.

La vista al Parque de los Príncipes también representa una oportunidad para que Emery mejore su registro personal ante Luis Enrique. De momento, en los 10 precedentes, el ex técnico del Barça acumula siete victorias, por sólo dos tropiezos.

El PSG obtiene su merecida recompensa en los penaltis y tumba al Liverpool en Anfield

El PSG obtiene su merecida recompensa en los penaltis y tumba al Liverpool en Anfield

Hizo falta agotar el cronómetro y apelar a los penaltis en Anfield para dar con el vencedor de la disputa más atractiva de los octavos de final de la Champions. Coherente con su actuación en el encuentro de ida, el PSG, desafortunado entonces, llevó al Liverpool al límite en un intenso segundo acto de la confrontación que se dilató hasta los 120 minutos. Donnarumma, héroe insospechado del partido, detuvo dos lanzamientos desde los 11 metros y profanó un estadio donde nadie ganaba en competición europea desde que lo hizo el Real Madrid en los octavos de hace dos temporadas. 4-1 en la tanda para los franceses, con errores de Darwin Núñez y Jones. Doué hizo el definitivo. [Narración y estadísticas (0-1, 1-4)]

Pese a su victoria en el Parque de los Príncipes, el Liverpool sabía que debería andarse con cuidado después de la exhibición del equipo de Luis Enrique, que salió derrotado tras avasallar durante todo el encuentro y contar con ocasiones para haber viajado con un marcador bastante favorable. En la Champions se camina a menudo en el alambre, y ni siquiera la fortaleza de los reds se encontraba a salvo ante un rival que mantiene una evidente línea de crecimiento.

Dembélé aprovechó un grave error de Konaté que dejó desnudo a Allisson y respondió así al vigoroso arranque del Liverpool, que había amenazado con dos remates de Salah. La noche nacía luminosa. A partir de ahí, cada ofensiva local encontraba réplica en los parisinos. No anduvo lejos Barcola de hacer el segundo antes de toparse con Allison.

En su tenaz persecución de un torneo que se le niega, el PSG presenta esta temporada una fisonomía distinta. Una vez superados los contratiempos de la fase de grupos de la Champions, Luis Enrique ha logrado construir un equipo sin los oropeles de otro tiempo, con un carácter de corte asambleario, sin obviar la notable calidad individual, sobresaliente en el caso de Vitinha y con alternativas tan sugerentes como la de Doué, revitalizador en el tramo final.

Entusiasmo local

A medida que avanzaba el partido, ganaba presencia frente a un Liverpool guiado casi exclusivamente por el entusiasmo. Dembélé se excedió en un cara a cara con el arquero y dispuso de otra opción en un disparo que se fue a córner, rechazado por un defensor. Sujetaba bien la atropellada propuesta de los de Slot y salía con profundidad y criterio.

El Liverpool se nutría del balón parado. Donnarumma neutralizó con una formidable intervención el cabezazo de Luis Díaz a la salida de un córner, cuando se acercaba a la hora de partido. El colombiano ponía salsa en cada acción, fuera cual fuera su posición en el ataque. Nuevamente a pelota quieta la tuvo el Liverpool, pero apareció Kvaratskhelia, con el portero vencido.

Dembélé, tras anotar su penalti en la tanda definitiva.

Dembélé, tras anotar su penalti en la tanda definitiva.AFP

El duelo cobró la temperatura que le correspondía. A calzón quitado, en plena combustión con el empuje indesmayable de la grada, llegaron los mejores momentos del Liverpool, que perdió a Alexander-Arnold por lesión e incorporó a Darwin Núnez en la posición de un inane Diogo Jota.

Exhaustos, los locales resistieron en la prórroga y llegaron a una suerte donde suele sonreírles el destino. Esta vez no fue así. Se lo había ganado el Paris Saint Germain, que se sobrepuso al asombroso castigo del encuentro de ida y espera al vencedor del Aston Villa-Brujas (3-1 hace una semana) en cuartos.

El Bayern Munich ratificó su clasificación con una nueva victoria ante el Bayer Leverkusen, esta vez por 0-2, con goles de Kane y Davies, para redondear un 5-0 en el global. El Inter de Milán volvió a ganar al Feyenoord. Venció 2-1 en San Siro, con tantos de Thuram y Çalhanoglu, éste de penalti. Moder, también desde los 11 metros, anotó por los neerlandeses.

Un desatado Salah busca los cuartos con el Liverpool frente al PSG, que puede ser su destino

Un desatado Salah busca los cuartos con el Liverpool frente al PSG, que puede ser su destino

Si algo le faltó al Paris Saint Germain hace seis días en la ida de octavos de la Liga de Campeones fue gol. Poco más se le puede reprochar al equipo de Luis Enrique, capaz de presentar 28 remates a portería en una noche particularmente feliz del guardameta del Liverpool Alisson Becker. El acierto goleador, en los reds, y en toda Europa, lo personaliza mejor que nadie Mohamed Salah, que el pasado sábado transformó dos penaltis en la victoria por 3-1 ante el Southampton en la Premier League. El delantero egipcio suma 32 tantos entre todas las competiciones y ha intervenido en otros 17 de su equipo en el torneo doméstico, donde los de Arne Slot aventajan en 15 puntos al Arsenal, segundo clasificado.

Salah, que llegó a Anfield en 2017 procedente de la Roma, reiteró el pasado 3 de enero en Sky Sports que ésta será su última temporada en el conjunto británico. Las especulaciones sobre su futuro se dispararon desde que en septiembre lanzase la primera insinuación de su adiós. Pese a que en Liverpool no le dan por perdido y tratarán de persuadirle para que amplíe su contrato una temporada, en algunos mentideros llegaron a poner sus botas en el equipo que tratará este martes de revertir el 0-1 del Parque de los Príncipes.

Otras fuentes de la prensa parisina descartan tal hipótesis al considerar que por edad y por sus características no responde al tipo de delantero que busca el líder de la Ligue 1. Su destino también podría pasar por Arabia Saudí.

Candidatos a casi todo

Salah ha manifestado su deseo de volver a ganar como despedida la Premier con el Liverpool, logro que su equipo tiene casi en la mano. Pero sus ambiciones seguramente pretenderán derribar fronteras. Sólo la FA Cup, donde cayó ante el Plymouth, entonces último clasificado de la segunda categoría, en la cuarta ronda, escapa a las posibilidades de los reds de completar un curso de ensueño en la temida transición tras la marcha de Jürgen Klopp. El domingo buscarán ante el Newcastle en la final de la Carabao Cup, antigua Copa de la Liga, el primer título de la era Slot.

En la Liga de Campeones, donde dominó con autoridad la primera fase, el Liverpool aparece tan favorito como el que más. Todas las proyecciones sitúan a Salah como uno de los candidatos a tomar el relevo de Rodri como Balón de Oro.

El PSG tendrá la difícil tarea de derrotar en su estadio un equipo que no pierde desde que cayó 2-5 en octavos ante el Real Madrid, el 21 de febrero de 2023. En este curso ha ganado sus cuatro partidos y cuenta con una diferencia favorable de siete goles. El Nottingham Forest ha sido el último en derrotarle en Anfield. Lo hizo el 14 de septiembre, en los albores de la Premier.

Un Liverpool con mil vidas deja en nada el recital del PSG

Un Liverpool con mil vidas deja en nada el recital del PSG

Es un deporte cruel el fútbol y a veces se ceba con quien hace del juego ofensivo una sinfonía casi perfecta. El PSG remató 28 veces y botó 14 saques de esquina frente al Liverpool antes de caer fulminado por un disparo de Harvey Elliott. Resultaría superfluo juzgar la justicia o los merecimientos. Aún más absurdo reducir una actuación memorable a la demoledora lógica del gol. Pero el acierto, al fin y al cabo, es lo que único que cuenta. [Narración y estadísticas (0-1)]

Al Liverpool le bastó un balón colgado hacia la cabeza de Darwin Núñez y un zurdazo de Elliott en el minuto 87 para consolidar su fama de superviviente. También para destrozar los sueños del PSG, que no pudo acumular más méritos para acudir a Anfield en ventaja. Grande o pequeña. Como su fútbol o como su puntería.

Poco más se puede reprochar a Luis Enrique, con un 4-3-3 con tres fabulosos mosqueteros: Khvicha Kvaratskhelia, Bradley Barcola y Ousmane Dembélé. Desde el arranque, el ex barcelonista iba a mostrarse imparable. Desde el perfil derecho o acelerando por el centro. Pasado el cuarto de hora ya forzó un saque de esquina, que él mismo botaría para gestar un golazo de Kvaratskhelia. Claro que merecía el 1-0 el PSG, pero desde el VAR descubrieron un pie adelantado del georgiano.

Precisión, velocidad, fantasía

Con semejante torrente, bastante hacía el Liverpool con sujetarse los machos en torno a Alisson Becker. Y en depositar su fe en Davide Massa, el árbitro italiano que hizo oídos sordos a las reclamaciones por un penalti sobre Kvaratskhelia y por un empujón de Ibrahima Konaté sobre Barcola que bien pudo juzgarse como tarjeta roja. Cuando se cumplía la media hora, llegó otra triple ocasión local, resuelta entre Alisson, decisivo ante Dembélé y dos malas decisiones de Barcola.

Si algún osado quisiera incluir el fútbol entre las bellas artes, bien podría tomar nota de ese primer tiempo del PSG. Un festival de precisión, velocidad, ambición y fantasía. No fue fútbol moderno, sino fútbol eterno. Empujaban los hombres de Luis Enrique en busca de su sexta victoria consecutiva en la Champions, un hito inalcanzable para ellos desde 1995. Pero si sus cinco triunfos previos se saldaron con 21 goles, el Liverpool alcanzó el descanso con el 0-0. Las dos últimas ocasiones de Kvaratskhelia las taponó Alisson gracias a su soberana categoría.

Los reds no sabían por dónde empezar para contener sus vías de agua. Su inferioridad en el centro del campo se acentuaba por culpa de Achraf Akimi, que abandonaba el lateral para escoltar a Vitinha y Fabián Ruiz. El portugués dictaba el tempo y el español sacaba la zurda como el solista su violín. En caso de pérdida, que alguna había, la línea de presión, perfectamente sincronizada, actuaba de inmediato para borrar al adversario.

Alisson busca el contragolpe con un saque rápido en París.

Alisson busca el contragolpe con un saque rápido en París.AFP

No hubo rastro de Mo Salah, el delantero directamente implicado en 52 goles tras 39 partidos. Nuno Mendes no le dio opción. Luis Díaz y Diogo Jota correteaban hacia atrás, presas del pánico. Arne Slot, comandante de un barco a la deriva, sólo podía confiar en un último recurso: el cansancio del rival. Y la segunda parte le dio toda la razón.

Claro que el PSG siguió disparando con peligro, gracias a Kvaratskhelia y a un intento de córner olímpico de Dembélé salvado bajo palos por Dominik Szoboszlai. Sin embargo, la orquesta parisina ya dejaba alguna nota fuera del compás. No empujaba con la misma energía, ni se protegía con tanto orden.

Luis Enrique, más consciente que nadie, retiró a Barcola para dar paso a Désiré Doué, un chico de 19 años que obligó a Alisson a otro esfuerzo descomunal. Corría el minuto 83 y Dembélé aún probó al guardameta brasileño con su intento postrero, a mitad de camino entre el centro y el remate. No había medias tintas que valiesen. Bien lo sabían Núñez y Elliott.

El "divertido" y goleador despertar de Ousmane Dembélé que amenaza al Liverpool

El “divertido” y goleador despertar de Ousmane Dembélé que amenaza al Liverpool

Frágil, indolente y, por momentos, díscolo. Con unas condiciones de genio que no aprovecha. Bien podría haber sido esa la definición de Ousmane Dembélé en los seis años que pasó en el FC Barcelona y a su llegada al PSG. Sin embargo, todo cambió el 1 de enero de 2025. En realidad fue algo antes, pero se evidenció con el inicio del nuevo año. El francés se ha convertido en la estrella que la grada del Parque de los Príncipes esperaba y en el jugador más importante para Luis Enrique en su intento de asaltar la Liga de Campeones, donde esta noche le espera el Liverpool.

Dembélé suma 18 goles en los 13 partidos oficiales que ha disputado en los dos primeros meses del año, cinco más que Mbappé (14), siete que Lewandowski (11) y ocho más que Mohamed Salah (10), con quien se cruzará en el partido de octavos.

Esta capacidad goleadora en apenas 60 días sólo la había mostrado Messi en 2016, cuando celebró 17 goles con el Barça. Fulminar un récord del argentino es algo con lo que no hubiera soñado en sus seis años como azulgrana, donde marcó 40 goles, lo que arroja una media de menos de siete por temporada. Esos datos vienen lastrados también por los más de 100 partidos que se perdió por lesión.

Los datos del 'Mosquito' se han disparado desde enero, porque antes sumaba ocho goles, unas cifras que estaban en la media de lo logrado en los últimos años. Para encontrar su mejor temporada hay que remontarse a las 18/19 cuando marcó un total de 14. Nunca había logrado los 26 que suma en 33 partidos, con un tercio de campaña por delante.

¿A qué se debe este cambio? Quizá la explicación esté en el rol que le ha otorgado Luis Enrique y en los toques de atención que recibió al inicio de la campaña. El asturiano le dejó fuera de la convocatoria en el segundo duelo de Champions ante el Arsenal y deslizó un mensaje que apuntaba a su conducta. "Si alguien no cumple o respeta las expectativas del equipo, significa que no está preparado para jugar. Tomé la mejor decisión para el equipo y por eso firmé aquí, para crear un equipo que tenga una identidad fuerte y mucho carácter", explicó el técnico como si apuntara justo a lo que le faltaba al francés.

Después llegó una controvertida tarjeta roja en la decepcionante derrota 1-0 del PSG contra el Bayern Munich y pareció que recuperar a Dembélé podría ser complicado. Nada más lejos de la realidad. Fue el jugador el que reaccionó. Se quedó dos partidos en el banquillo, que se saldaron con dos empates ante el Nantes y el Auxerre, y Luis Enrique le recuperó. Su respuesta fue marcar un doblete para cerrar el año ante el Mónaco y otro para empezar con bien pie frente al St. Etienne. De hecho, en la Ligue 1 sólo se ha librado de sus goles el Toulouse y, en Champions, el Stade Brestois.

Dos hat tricks

Además, en estos dos meses se ha convertido en el único jugador del PSG capaz de marcar dos hat tricks en dos partidos consecutivos: le endosó tres goles al Stuttgart el 29 de enero en Champions y, el 1 de febrero, otros tantos al Stade Brestois en la Ligue 1.

El cambio de Dembelé nació en su cabeza. "Estoy bien colocado, estoy en el rol de número nueve y tengo que marcar goles", explicó hace unas semanas. Pero, sobre todo, es feliz en un equipo que ha marcado 40 goles en diez partidos. "¡Lo estamos disfrutando mucho! Todos atacamos, todos defendemos. Somos un equipo muy unido, y eso se refleja en resultados. Es simplemente divertido jugar durante 90-95 minutos", confesó tras vencer, y marcar, al Lille el pasado fin de semana. "Desde el inicio de la temporada, (Luis Enrique) nos ha insistido en jugar buen fútbol. Todos estamos involucrados, ya sean centrocampistas, defensores o delanteros. Todos queremos ser decisivos", admitió.

Ahora espera el Liverpool, de los rivales más difíciles por la trayectoria de la temporada, y con quien Dembélé tiene una cuenta pendiente. En mayo de 2019, Messi le dio una asistencia para que batiera a Alison en el Camp Nou y pusiera un 4-0 en el marcador que casi daba al Barça el billete para la final de la Champions que se disputaría en el Metropolitano. Pero erró y su flojo disparo se estrelló en el cuerpo del brasileño. No debía ser importante ese fallo, pero lo fue. El Liverpool, en Anfield, fue capaz de remontar y endosarle el 4-0 para plantarse en una final que acabó ganando. Hoy Dembélé recordará que no puede tener piedad.

La nueva vida de Marco Asensio con Unai Emery: un cedido de lujo para el Aston Villa

La nueva vida de Marco Asensio con Unai Emery: un cedido de lujo para el Aston Villa

El único partido que había jugado como titular esta temporada en la Champions se remontaba al pasado 6 de noviembre. Fue ante el Atlético en el Parque de los Príncipes y sólo aguantó 67 minutos sobre la hierba antes de dejar su puesto a Kang-in Lee. Hoy, cuatro meses después, Marco Asensio volverá a formar de inicio en la ida de octavos ante el Brujas. Pero no con la camiseta del PSG, sino con la del Aston Villa. No a las órdenes de Luis Enrique, sino a las de Unai Emery. No como delantero, sino en la posición de '10'.

Desde hace justo un mes, Asensio parece otro futbolista en Birmingham, donde llegó como cedido, convirtiéndose en la guinda del pastel de Monchi. Previamente, el director deportivo ya había cerrado los fichajes de Donyell Malen, por el que pagó 25 millones de euros al Dortmund, y Andrés García, el prometedor lateral zurdo procedente del Levante. También la cesión de Marcus Rashford, aquel apabullante talento que nunca pudo desarrollarse en el Manchester United. Pero a diferencia del resto, Asensio era casi una obsesión para Emery, que le había abrasado a llamadas desde semanas atrás.

«Hablé muchas veces con Unai y me transmitió muchas cosas: cómo trabaja el cuerpo técnico, cómo eran sus futbolistas, cómo es Villa Park. Me confirmó la confianza que tenía en el club y lo que estaba creando», dijo el ex madridista poco después de aterrizar en Birmingham. No se trataba de la primera vez que el ex técnico del Sevilla preguntaba por él. Ya lo hizo en el verano de 2023, cuando su Aston Villa había logrado el billete para la Conference League. Pero la tercera competición continental no se antojaba precisamente apetecible.

18 minutos desde diciembre

El flamante proyecto de Luis Enrique parecía mucho más acorde para todo un campeón de tres Champions. Sin embargo, un traumatismo en el pie derecho complicaría su primer año en París. Esta temporada, la confianza del asturiano se redujo a la mínima expresión. Apenas 16 partidos, 10 como titular, entre agosto y enero. Desde diciembre, únicamente 18 minutos en 11 compromisos. En principio, el PSG sólo pensaba en un traspaso, dado que había alcanzado las seis cesiones permitidas por la UEFA. A última hora, después de traspasar a Cher Ndour del Besiktas a la Fiorentina, lograron vía libre para Asensio.

«Hablé con Marco sobre la posibilidad de jugar como número 10 porque es polivalente. También puede actuar por banda y por dentro. El desafío es extraer su mejor fútbol dentro de nuestra estructura», admitió el preparador guipuzcoano. No se trataba solamente de continuar con la progresión de los jóvenes Jacob Ramsey y Morgan Rogers. Ni de seguir potenciando a Ollie Watkins (13 goles y 11 asistencias). El ataque de Emery debía orbitar en torno a Asensio.

La baza de la FA Cup

Durante su citada entrevista con el Daily Mirror Asensio no dudó en explicar los motivos que le guiaron hasta Villa Park. «Una de las claves fue que Unai me dijo que me veía como número 10». Ubicado en esa posición ya formó de inicio en el 2-2 ante el Liverpool. Sólo tres días más tarde anotaría dos goles ante el Chelsea (2-1) y el pasado viernes, otro doblete ante el Cardiff en la quinta ronda de la FA Cup. Puesto que el cruce de cuartos se decidirá contra el Preston North End y dado que entre el Big 6 sólo sobrevive el Manchester City, no parece descabellado pensar que Emery podría guiar a los villanos a su primer título copero desde 1957.

El paso inmediato, sin embargo, ha de darse hoy en el Jan Breydel ante el Brujas, un rival que ya les sorprendió en la liguilla (1-0). Aquella noche será siempre recordada por el grotesco error del central Tyrone Mings, que tomó en el área el balón con la mano tras un saque con el pie de Emiliano Martínez. Hace sólo tres semanas, el cuadro belga borró del mapa al Atalanta en Bérgamo bajo el liderazgo de Chemsdine Talbi, un delantero de 19 años. El 5-2 global en el playoff ante el vigente campeón de la Europa League debe poner sobre aviso a Emery. No sólo porque se trata de la primera eliminatoria de Copa de Europa para el Aston Villa en casi cuatro décadas, sino porque en cuartos de final aguardarían el Liverpool o el PSG.

El PSG aplasta al Brest y augura un duelo de titanes en octavos de Champions

El PSG aplasta al Brest y augura un duelo de titanes en octavos de Champions

Actualizado Jueves, 20 febrero 2025 - 12:58

El París Saint-Germain aplastó al Brest (7-0) este miércoles en la vuelta del play-off de Liga de Campeones en el Parque de los Príncipes, clasificándose a unos octavos de final que se anuncian titánicos contra Liverpool o FC Barcelona.

Los hombres de Luis Enrique finiquitaron el poco suspense que le quedaba a la eliminatoria con un gol de Bradley Barcola en el minuto 20, antes del diluvio goleador de la mano de Khvicha Kvaratskhelia (39), Vitinha (59), Désiré Doué (64), Nuno Mendes (69), Gonçalo Ramos (76) y Senny Mayulu (86).

Aunque el partido se presentaba casi como un mero formalismo para el conjunto parisino después del 3-0 cosechado en la ida, la victoria era importante para mantener la dinámica y para dar un golpe de la mesa que ponga sobre aviso a sus próximos rivales en la máxima competición europea.

"Es algo que comentamos al final del partido, siete jugadores diferentes han marcado, no había pasado antes en Liga de Campeones, eso demuestra la mentalidad de los jugadores", celebró Luis Enrique en conferencia de prensa.

Michel EulerAP

El final de la aventura europea deja un mal sabor de boca para el modesto Brest, que hubiera preferido despedirse ante un club contra el que no tuvieran que jugar en el campeonato doméstico. Pero al menos se van a casa con el recuerdo para la historia de sus enfrentamientos con gigantes como Real Madrid, FC Barcelona o Bayer Leverkusen.

El Barça figura entre los dos posibles rivales del PSG en octavos junto al Liverpool. O lo que es lo mismo, los dos mejores equipos en la fase regular de la nueva Champions. El PSG deberá pertrecharse con toda la confianza adquirida en las últimas semanas.

La Juventus, eliminada

Del resto de partidos, además de la clasificación del Borussia de Dortmund gracias a un empate insulso ante el Sporting de Lisboa (0-0), destacó la eliminación de la Juventus en la prórroga. El PSV Eindhoven levantó el 2-1 adverso de la ida en Turín y consumó el desastre italiano en el play-off después de las caídas de Milan y Atalanta.

En octavos, el PSV se verá las caras con el Arsenal o con el Inter de Milán, ese último el único equipo italiano todavía en pie en la máxima competición europea, de los cinco que la iniciaron.

Además de las tres víctimas italianas del play-off, el Bolonia había quedado apeado al término de la fase liga, al obtener apenas el 28º lugar entre los 36 participantes.

Sobre los hombros del Inter queda ahora todo el peso de la responsabilidad de un éxito del fútbol italiano, que no consigue la 'Orejona' desde 2010, precisamente con el equipo 'nerazzurro', cuando José Mourinho estaba a los mandos de la nave.

En el Philips Stadion, la Juventus cortocircuitó pese a llegar como favorita y con una corta ventaja cosechada en la ida. El veterano croata Ivan Perisic (minuto 53), encadenando control y tiro de manera magistral tras recibir de Noa Lang, puso con ventaja a los neerlandeses.

Peter DejongAP

El internacional estadounidense Timothy Weah volvía a colocar a la 'Juve' virtualmente clasificada al igualar en el 63, pero Ismael Saibari, asistido por Perisic, marcó el 2-1 en el 74 y envió el pulso a la prórroga.

Allí decidió un gol de Ryan Flamingo en el 98, para premiar las constantes acometidas de un PSV que creyó más en sus posibilidades y que permitirá al fútbol de Países Bajos tener dos equipos en octavos, después de que el Feyenoord derribara el martes a otro histórico italiano, el AC Milan.

El vendaval Dembélé arrasa Brest y el PSG tiene los octavos muy cerca

El vendaval Dembélé arrasa Brest y el PSG tiene los octavos muy cerca

Actualizado Martes, 11 febrero 2025 - 21:29

La distancia que separa al Brest y al París Saint-Germain quedó plasmada en el duelo de este martes, en el que el conjunto bretón tenía esperanzas de postularse para los octavos de final de la Liga de Campeones, pero sucumbió al vendaval Dembélé, que provocó un penalti y marcó dos goles que ponen a su equipo con un pie en la siguiente fase (0-3).

El cruce con un rival conocido, al que ya han ganado dos veces esta campaña, con ocho goles a favor y tres en contra, ante el que no pierden desde 1985, evitó a los de Luis Enrique la presión extra que tienen en este tipo de duelos y les dio una serenidad con la que acabaron imponiendo el fútbol que busca el exseleccionador español.

A ello se sumó el estado de gracia que atraviesa Ousmane Dembélé, convertido en el '9' de un proyecto que persigue dejar atrás la era de Kylian Mbappé y que ha encontrado en el exjugador del Barcelona al elemento perfecto para ello.

Provocó el penalti que permitió a Vitinha abrir el marcador en el minuto 21, al borde del descanso marcó en una jugada individual el tanto que acababa con la esperanza del Brest y firmó el 0-3 en el 66.

Totaliza ya 23 goles en su mejor año, siete al Brest, seis en la Liga de Campeones. Ha marcado en los ocho últimos partidos y ha hecho olvidar su versión gris y alocada que minimizaba sus virtudes.

El planteamiento del Brest

El Brest tuvo sus 10 minutos de gracia, en los que sacó los colores a la defensa parisiense y Kenny Lala llevó la esperanza a las gradas con un cabezazo que tocó el palo de Gianluigi Donnarumma, pero le faltó la puntería que sí tuvo su rival.

Si ganar en Bretaña -en Guingamp, puesto que su estadio no da la talla europea- era una gesta, la vuelta en ocho días en el Parque de los Príncipes se asemeja a un milagro para un equipo que, en su primera campaña europea, ya tiene los deberes hechos.

Es un equipo noble, peleón, con talento, pero le falta colmillo, imprescindible en una competición que se decide por detalles, sobre todo contra los grandes. En una buena campaña europea ha perdido ante el Barcelona, el Real Madrid y el PSG.

Este último ha superado el sofoco en el que le puso su mal inicio europeo. Todo sonríe al proyecto de Luis Enrique, que encadena 16 partidos sin derrota.

Eso le otorga una fe que ante el Brest se tradujo en un duelo sosegado, controlado de principio a fin y en el que solo en un par de fases tuvo que esforzarse para tener la portería a cero.

El espectáculo de Dembélé

Los locales se parapetaron en su terreno de juego para tratar de asfixiar al PSG, que jugó bien y con paciencia hasta que Joao Neves descubrió una grieta, se encontró con el meta Bizot, pero el rechace cayó en Dembélé, cuyo disparo tropezó con una mano de Lees-Melou.

Vitinha se encargó de transformar el penalti que tiraba por tierra los planes de Éric Roy, que adelantó líneas y logró llevar peligro al área rival. Pacho sacó un buen balón a Sima en un contragolpe local en el minuto 34 y, en el consiguiente córner, Lala disparó a un palo.

Fueron los mejores minutos del Brest, que quedaron acallados con una buena jugada individual de Dembélé, que sorprendió al primer palo a Bizot cuando expiraba el primer tiempo.

La salida en tromba de los locales en el segundo tiempo tampoco estuvo acompañada por la suerte. Ajorque y Sima se estrellaron con Donnarumma y el intento de rebelión quedó acallado con un gol al contragolpe de Doué que, aunque fue anulado por el VAR, metió el miedo en el cuerpo a los locales. Con la defensa adelantada, planeaba la goleada.

Pudo conseguirlo Barcola en el minuto 62, pero fue de nuevo, cuatro más tarde, Dembélé quien lo hizo y pudo agrandar aún más su actuación en un par de ocasiones claras.