Manolo González, de conductor de autobús a dirigir al Espanyol: "Entrenaba de tarde para hacer su turno de mañana"

Manolo González, de conductor de autobús a dirigir al Espanyol: “Entrenaba de tarde para hacer su turno de mañana”

Actualizado Viernes, 31 enero 2025 - 19:57

El de Manolo González (Folgoso de Caurel, Lugo, 1979) no es un caso habitual. En menos de un año, dio el salto desde la Segunda RFEF a la Segunda División para sellar finalmente el ascenso a Primera de un Espanyol que, por momentos, llegó a complicarse mucho la vida en su camino de retorno a la élite. Como ya le ocurrió a lo largo de su etapa en ese fútbol que menos llama la atención de los focos, está tratando de extraerle el máximo rendimiento a un presupuesto terriblemente limitado. Ahora, los blanquiazules son antepenúltimos en la tabla, pero no desfallecen. Sobre todo, con un entrenador que sabe sacar lo mejor de los suyos.

«En el campo, es capaz de sacarle al jugador el 150%», asegura Antonio Rodríguez, Rodri, responsable deportivo y toda una institución en un Badalona en el que el técnico blanquiazul dio sus primeros pasos en los banquillos después de que una lesión le obligara a colgar prematuramente las botas. Según recuerda, Manolo González llegó al club con 25 años, para hacerse cargo inicialmente del juvenil y del segundo equipo. En esa etapa, por ejemplo, descubrió a un Gerard Moreno capaz de firmar una trayectoria nada despreciable en Primera en la filas del Villarreal y el Espanyol y que llegó a disputar 18 partidos con la selección española.

Después de pasar por la Montañesa, al tener momentáneamente cortado el paso al primer equipo, regresaría para estar a su mando en una primera etapa de cuatro temporadas a la que le seguirían un par más tras un curso al mando del Ebro. «Estudiaba su presupuesto, qué podía traer, era un enfermo del fútbol. Estaba a su lado y era increíble, porque conocía a todos los jugadores. Le ayudaba en lo que podía, era una persona de club y conmigo, bueno, siempre tuvo confianza y ahora casi somos más que familia», destaca Rodri.

Cómo compaginar dos empleos

«Manolo es amigo de sus amigos, lo sé muy bien. Es de las personas más sanas que conozco. Le llamas y, si no lo coge, a los 30 segundos ya te ha devuelto la llamada. No es nada vanidoso, ni mucho menos, y se lo ha currado mucho. Si un día su camino y el del Espanyol acaban por separarse, va a tener muchos equipos detrás. Y el que confíe en él podrá estar muy tranquilo», añade un Rodri que sabe también, de primera mano, cómo combinaba su puesto como conductor de autobús municipal en Barcelona con el de técnico. Incluso, cuando dirigía ya al primer equipo del Badalona.

«En vez de entrenar por la mañana, pedía que fuera por la tarde. Se levantaba a las seis de la mañana, hacía su turno y, después, entrenaba. A veces incluso quedábamos para comer algún día a las tres y lo hacíamos al lado del campo, para ponerse a entrenar a las cuatro. Llegó un momento en que vio que no podía seguir haciéndolo, pero, incluso cuando se marchó al Ebro, de hecho, lo hizo pidiendo una excedencia», desvela su ex compañero.

Antes de incorporarse al Espanyol como técnico de su filial, también estuvo al mando de un equipo ibicenco de Segunda RFEF: la Peña Deportiva. Allí también dejó su impronta. «Era una persona cercana con todos los jugadores, con el grupo... Nos intentaba ayudar, en todo, tanto en lo personal como en lo futbolístico y era un entrenador con el que siempre podías hablar. Todos los que coincidimos con él le recordamos con mucho cariño», asegura Marc Fraile, centrocampista entonces del equipo balear. «Lo tenía todo muy trabajado, era muy meticuloso, tanto en los aspectos tácticos como a la hora de presionar al contrario. Siempre estudiaba mucho al rival y sabía cómo hacerle daño», destaca.

Un ascenso atípico

Sabe muy bien que el gran salto que ha dado Manolo González no es habitual, aunque sí lo considera más que merecido. «Es atípico, pero a la vez muy gratificante, ver que en estas categorías hay entrenadores muy válidos que pueden llegar a lo más alto. Se veía que tanto él como su cuerpo técnico tenían cosas que otros no tenían y ojalá pueda estar muchos años en esa categoría, que es la más difícil», insiste. También sabe, a ciencia cierta, que siempre tendrá los pies en el suelo. Al fin y al cabo es lo mismo que les inculcó a los jugadores de la Peña Deportiva.

«Siempre nos decía que le diéramos valor al fútbol, pero también a estudiar, trabajar y formarnos como personas», apunta un Marc Fraile que explica hasta qué punto marcó su carácter al vestuario. «Era un entrenador muy querido. Si hubiera continuado, hay muchos jugadores que se habrían quedado, por su manera de ser y su manera de entender el juego. Siempre buscaba tener la posesión y darle un buen trato al balón. Era muy carismático y dejó mucha huella en el grupo», sentencia el futbolista.

La gran noche de Fermín: "Venía de una época difícil..."

La gran noche de Fermín: “Venía de una época difícil…”

Actualizado Lunes, 27 enero 2025 - 08:34

El hecho de que el Barça anunciara muchas horas antes de que se jugara el partido ante el Valencia que Pedri iba a ser baja por una gastroenteritis tal vez provocó que a más de uno le bajara un sudor frío por la espalda. El joven centrocampista, en una temporada en el que al menos por el momento las lesiones le están respetando mucho, se había convertido en las últimas semanas en el gran argumento para que los azulgrana soñaran con olvidarse de una vez por todas de sus vaivenes en la Liga. Pero, al final, fue Fermín López quien hizo que no se echara finalmente al canario mucho de menos, si bien no ocupó exactamente su posición en el terreno de juego.

Para saber más

Con un estilo de juego muy diferente al de su compañero, Fermín vivió su primera gran noche como azulgrana. El onubense no solo marcó sus dos primeros goles en la Liga como azulgrana esta temporada, sino que también dio dos asistencias. La primera de ellas, a Raphinha, para que el brasileño marcara el momentáneo 3-0. La segunda, mientras, a Lewandowski, para que el polaco, que salía en esta ocasión desde el banquillo, pusiera fin a la mala racha anotadora que estaba atravesando en las últimas fechas en el torneo de la regularidad. «Creo que en Liga veníamos de una mala dinámica y necesitábamos esta victoria. Es muy importante y ahora hay que seguir luchando», arengó el propio centrocampista nada más acabar el encuentro en unas declaraciones recogidas por DAZN.

En su caso, además, anotar sus primeros goles en la Liga, después de que se hubiera estrenado como anotador en la Champions a domicilio frente al Estrella Roja el pasado 26 de noviembre, en un encuentro que acabó también con un contundente triunfo por parte de los azulgrana (2-5). «Necesitaba estos goles. Venía de una época difícil, he empezado el año con muchas lesiones... Estoy muy contento por la victoria también a nivel personal, para seguir cogiendo confianza y ayudar al equipo», aseguró. Una confianza en la que, según señaló, también tiene mucho que ver su técnico. «El míster nos transmite que todos somos importantes. Salga quien salga, damos el nivel y eso es lo que tiene ser un equipo. Jugando así, vamos a pelear la Liga», arengó un Fermín que, pese a la distancia de siete metros con el Real Madrid, cree que hay margen para darle la vuelta a la tabla. «Aún queda mucho y seguro que vamos a luchar hasta el final», sentenció.

Gayà

Las sensaciones por parte del Valencia, mientras, eran cómo no mucho más amargas. «Siento rabia y decepción. Por toda la gente que ha venido a vernos y por los que nos han visto desde casa. Quiero pedirles perdón, porque no hemos estado a la altura del partido ni a la altura de la camiseta que representamos. Veníamos en línea ascendente y hemos dado un paso enorme hacia atrás, esa es la realidad. Ahora, lo que hay que hacer es levantarnos para el próximo partido», apuntó Gayá también en DAZN tras el partido. La autocrítica, en este caso, fue la tónica en un conjunto valencianista que no quiso buscar excusas en las acciones del partido que pudieron provocar polémica: un posible penalti sobre Almeida y una pena máxima finalmente anulada por falta anterior sobre Koundé del propio Gayá.

«Cuando uno recibe un resultado como el que hemos tenido, es difícil valorar acciones o decisiones arbitrales. Los responsables del resultado somos nosotros. Ponerme a hablar del árbitro en lugar de hacer autocrítica sería como no respetar lo suficiente a la afición del Valencia. Son decisiones cuestionables, pero que tengo que dejar de lado porque no hemos competido como debíamos», se limitó a señalar a este respecto el entrenador valencianista, Carlos Corberán.

Mbappé es el ángel exterminador

Mbappé es el ángel exterminador

Actualizado Sábado, 25 enero 2025 - 23:41

Un Mbappé en absoluto estado de gracia se bastó el solito para cargarse a un colista Valladolid, que ya no tiene ni espíritu para romper su camino hacia el descenso. Ronaldo vende al club como una ganga al mejor postor. Eso es es deplorable.

La demostración de que Ancelotti es un veterano caduco es que tenía miedo defensivamente a un equipo moribundo. En su empeño de convertir al Madrid en un mamarracho volvió a cometer el pecado de Tchouaméni de central, mientras que castigaba al central Asencio al lateral derecho. Es un técnico absolutamente lejos de la realidad.

Hizo una extraño equipo con Valverde como jefe del equipo y Ceballos, castigado por el cansancio de tantos partidos. Todo ello ante un Valladolid, un colista que lograba incluso tambalear en los primeros minutos a un Madrid detestable.

¿Qué pasó después? Que apareció un increíble Mbappé que es el ángel exterminador del Real Madrid. Aunque sea un equipo que del centro del campo hacía atrás es un mal conjunto. Un peligro con este entrenador.

Lo más impresionante es que el italiano reclame que el Madrid gana y es líder por su gestión tanto estratégica y ejemplar. Es capaz de eso y mucho más. Pero es como un condenado que defiende su caída, aunque sabe perfectamente le van a echar.

El papel de Vinicius

Vuelvo a insistir que Vinicius es una rémora para el juego maravilloso y genial de Mbappé. ¿Por qué? Porque le roba un terreno que él necesita para jugar como una supremacía espectacular. Y eso que esta vez, Rodrygo no le ayudó, porque el brasileño hizo un partido lamentable.

La cuestión es que el mediocre Ancelotti todavía cree que su Vini es mejor, es su estrella ante un Mbappé que esta en otro planeta. Ahora mismo no está al alcance de ningún jugador del mundo.

No me podía creer el segundo gol de Mbappé enjaulado en la red. Le dio un mal pase Rodrygo y no sé cómo lo hizo, como un genial mago, se inventó un gol. Y eso que en el equipo sólo tenía Bellingham para ayudarle.

El inglés mereció hasta algún gol. Logró que le hicieran un penalti bien visible aunque el arbitro no lo había visto.

Me da vergüenza que el gran Ronaldo haya acabado de esta manera con un equipo modesto como el Valladolid. Una pésima gestión . Inconcebible es que ahora quiera ser el presidente del fútbol brasileño. Una entelequia.

De todas formas, Ancelotti no se quita la soga al cuello porque a Florentino no le va a gustar nada que pierda el martes con el Bretois. Pero es peor todavía que un equipo con Mbappé , Bellingham, Rodrygo y Vinicius no logre ni estar entre los ocho primeros de la Champions. No es admisible.

El Atlético no puede ante un serio Villarreal

El Atlético no puede ante un serio Villarreal

Describe el efecto mariposa de Edward Lorenz que una pequeña variación en un sistema no determinista puede producir efectos divergentes. La pregunta en clave rojiblanca es si la mariposa de Leganés va a afectar al equipo de las 15 victorias consecutivas pese al épico triunfo ante el Bayer Leverkusen. Diferentes competiciones y diferentes motivaciones. Una tiene final y la otra sólo tiene partido a partido según dijo Simeone. Pues quizás el equipo necesite una meta clara, como en Champions. Ante el Villarreal se quedó corto en voluntad o suerte. [Narración y estadísticas, 1-1]

La mariposa del Atlético es Julián Álvarez. Dos aleteos suyos acabaron con el Bayer y ante el Villarreal, con una posición algo más retrasada, quiso influir en el flujo de los acontecimientos desde todos los parámetros. Suyo fue el primer pase en profundidad del partido y también el primer tiro a puerta, aunque ante los amarillos se le negara el gol.

Comandados por el argentino, el Atlético salió fuerte, dominador. Más que a aletear como una mariposa y a picar como una abeja, quiso apabullar desde el inicio. Lo hizo con una asfixiante presión arriba y mucha atención de una renovadísima línea defensiva con pocos habituales frente a Oblak. Por delante, Koke, el capitán, con pocos minutos este año en un centro del campo muy sólido sin su nombre entre los titulares.

El Villarreal no encontraba el balón, esperaba en su campo las acometidas del Atlético y apenas amenazaba la portería de Oblak. Entonces llegó una temeridad de Reinildo tras un mal control de Witsel en una jugada aislada. Se tiró el mozambiqueño a los pies de Gerard Moreno y, pese a que toca balón, arrastra con la pierna de atrás al delantero amarillo que no falló desde los 11 metros. Tocaba remontar. No es mala opción esta temporada. Ocho veces se ha conseguido. Pero la moneda no siempre va a salir cara.

Gerard Moreno transforma el penalti ante Oblak.

Gerard Moreno transforma el penalti ante Oblak.PIERRE-PHILIPPE MARCOUAFP

El gol descolocó algo a los de Simeone. Fue un golpe psicológico al equipo que estaba jugando mejor y que más lo merecía. Pero el fútbol no entiende de justicia, sólo de goles. Que le pregunten al Leverkusen, cuya primera parte en el Metropolitano mereció bastante más premio. Se perdió hasta Koke, el timón rojiblanco, un error suyo cerca del área casi le cuesta el segundo a su equipo si no llega a ser por Witsel, rapidísimo, que tapó a Gerard. El quite del perdón.

Y repitió nada más empezar la segunda parte. En una contra en inferioridad defensiva, Witsel se lanzó a los pies de Barry para evitar el segundo del Villarreal. Acción de mérito para el belga reconvertido a central. Esa contra peligrosa no fue un espejismo, el Villarreal repitió a la espalda de Molina e hizo sufrir mucho a los colchoneros en los primeros minutos.

Respondió el Atlético con la inspiración de De Paul y la amenaza de Julián, aunque fue Correa el que finalizó mal tras un rebote de Junior. El portero se ha asentado en la portería del Villarreal ante la ausencia de Diego Conde. En la siguiente, el brasileño no pudo hacer nada contra los dos rojiblancos que había en boca de gol. Falló Correa el pase atrás de Julián, pero Lino embocó el balón suelto para empatar el duelo con media hora por jugarse.

Espectáculo arbitral

Un partido sin bronca alguna se ensució por la falta de control de Sánchez Martínez, con la mano muy suelta para soltar amarillas por doquier y una roja al banquillo del Atlético. Esa locura tarjetera quitó ritmo al juego, pero Julián enseguida lo volvió a acelerar con una carrera en solitario que consiguió detener Junior. El Atlético volvía a dominar al submarino amarillo, que se abandonaba a las contras que pudiera conducir Baena, con todo el frente de ataque renovado desde el banquillo. También recurría el submarino al balón parado, cinco córners dispuso y los remataron todos. Afortunadamente para el Atlético, fuera de los tres palos.

Los últimos 10 minutos fueron de acoso rojiblanco, cuatro saques de esquina seguidos reflejaban el agobio de los de Marcelino. El Atlético buscaba el liderato. Casi lo encuentra Griezmann con un cabezazo que se fue por milímetros. O, también, por el aleteo de una mariposa.

Javi Sánchez: "Cada vez que me lesionaba era como bajar al sótano. Vengo de una familia humilde y era mi trabajo, mi dinero... Lo pasamos mal"

Javi Sánchez: “Cada vez que me lesionaba era como bajar al sótano. Vengo de una familia humilde y era mi trabajo, mi dinero… Lo pasamos mal”

Javi Sánchez nació en Getafe, pero es de Humanes, localidad del sur de Madrid desde la que iba casi todos los días en transporte público a Valdebebas. Del chico que empezó con ocho años en la cantera del Real Madrid al capitán, de 27, del Real Valladolid hay una carrera de garra, lucha contra las lesiones, entrenamientos con estrellas y presión por no descender. De todo charla con EL MUNDO antes de recibir al conjunto blanco.

Entró en las categorías inferiores del Real Madrid con ocho años. ¿Cómo fue?
Si te digo la verdad, no sé a qué edad empecé a jugar al fútbol. Sé que a los siete empecé a hacer las pruebas para el Madrid y a los ocho ya estaba con ellos. Pero lo poco que recuerdo de antes es que jugaba en Humanes y que luego estuve en el Atlético Hispanidad, en Fuenlabrada. Pero fue poco tiempo. Un día mi padre llegó de trabajar y por lo visto le habían mandado un fax para que fuera a hacer las pruebas al Madrid. Y es curioso porque le dije que no quería, porque justo antes había ido a unas pruebas que hizo la Fundación Real Madrid en Fuenlabrada y pararon el entrenamiento porque llovía mucho. Y dije "esto no me gusta, si llueve no pasa nada" (risas). Y cuando llegó el fax le dije a mi padre: "Allí no vuelvo, que paran el entrenamiento cuando llueve". Me impactó muchísimo. Mi padre me dijo que iba a ser diferente, fui a hacer las pruebas a la ciudad deportiva antigua, la de las cuatro torres, y me quedé.
Alucinaría.
Imagínate, tan pequeño, llegas allí con tanto niño... Y yo que era del Madrid, que toda mi familia era merengue, que tenía desde pequeño la famosa camiseta de Teka... Era increíble. Te empiezan a dar un montón de ropa y yo que no estaba acostumbrado digo "¿Pero dónde estoy?".
¿Y sus amigos del colegio?
Me llamaban El Madridista (risas). De hecho, hasta que llegué a Valladolid para ellos he sido El Madridista. Hasta en la camiseta de la peña de Humanes pone Madridista en la espalda.
¿Cómo era la vida en Humanes?
Mi padre trabajaba haciendo conductos de ventilación en hospitales y tal, y mi madre no trabajaba. Y luego tengo una hermana cinco años más pequeña. Y Humanes pues... Yo vengo de una familia muy humilde y el barrio también lo es, pero he sido muy feliz. No paraba de jugar al fútbol en la calle y teníamos todo lo que nos gustaba. Jugábamos en el jardín, en la plaza, en los colegios... Nos saltábamos las vallas para entrar a jugar.
¿Y en el colegio qué tal?
Hasta el instituto bien (risas). Luego es verdad que mi madre no ha tenido coche nunca, mi padre salía a las siete de trabajar y yo a esa hora estaba ya entrenando. De Humanes a Valdebebas tenía dos horas de transporte público. Salía del instituto a las dos, iba a comer rápido a casa de mis abuelos y me iba directo a Valdebebas porque empezaba a las cinco. Salía a las ocho de la mañana para el instituto y llegaba a casa a las nueve o diez de la noche entonces... (Risas). No tenía tiempo, cenaba, estaba con mi familia un poco y ya a dormir.
En la cantera del Madrid pasó por todas las categorías. ¿No se vino arriba en el barrio? ¿No le han tenido que decir nada sus padres?
No, nunca he sido un chico que se haya flipado por estar allí, siempre he sabido de dónde vengo. Me considero un chaval humilde y es lo que me han inculcado en casa. Alguna vez que salía un viernes a cenar con amigos y tenía partido el sábado, pues "oye, no vengas tarde". Cosas así, pero no he sido un balilla, por así decirlo.
De adolescente empiezan las lesiones.
Yo era un chico de estatura normal, no destacaba mucho, pero de repente crecí mucho y empecé a tener lesiones por el tema del crecimiento. En el Madrid, con la prueba de la muñeca, me dijeron que iba a ser bastante alto, pero todavía no había pegado el estirón. Y cuando empecé a pegarlo empecé a lesionarme. Me frustraba bastante, pero el Madrid se portó bien, me ayudó y me supo aguantar. Ese tema del crecimiento me afectó mucho. Mi etapa juvenil fue la peor en ese sentido. Pero luego en el Castilla logré estar bien.
Cuatro años en el Castilla y llega a debutar con el primer equipo a las órdenes de Solari.
Era 2018. Vienen de ganar tres Champions y de repente te ves ahí... Me llamaron para hacer la pretemporada y dije "¿Dónde estoy?". Era como la oportunidad de mi vida, lo que tenía como objetivo lejano cuando empecé de pequeño. Me sorprendió la profesionalidad de cada uno, el hambre, la voracidad... Como si no hubieran ganado nada.
En 2019 se va al Valladolid y tiene una época complicada con las lesiones. Le llegan a llamar "jugador de cristal". ¿Hasta qué punto le afectó?
Cuando salí hubo alguna mala gestión de la gente que tenía alrededor en ese momento, porque llegué tarde a Valladolid y empecé a enlazar lesión tras lesión. Lo pasé bastante mal. Me apodaron "jugador de cristal" y no se daban cuenta de las consecuencias de las cosas. Yo lo intentaba todo, todo, para estar bien. Cuando me lo empezaron a decir yo intentaba pasar del tema, pero a la familia le llega y sufres. Pero gracias a Borja Mayoral, que era amigo mío de la cantera del Madrid y me presentó a gente con la que trabajaba, logré dar un salto de calidad y llegar a mi mejor versión.
¿Qué tipo de ayuda encontró?
Justo me había vuelto a lesionar y Borja me presentó a su fisioterapeuta, que fue el primero con el que empecé a trabajar. Y a raíz de ahí vio que me hacía falta un giro en la alimentación, que comía mucha pasta, muchos hidratos y cosas que a lo mejor me inflamaban demasiado y hacían que no recuperara bien. Empecé con un nutricionista y luego con un psicólogo, porque veía que hacía todo por mi parte y me frustraba muchísimo. No era feliz. A veces se necesita esa ayuda y no pasa nada por decirlo, te ayuda a cambiar. Para mí el motor del cuerpo es la cabeza y por mucho que estés bien de piernas, que no te duela nada, si mentalmente no estás bien créeme que no vas a tener resultados dentro del campo.
¿Ha llegado a contar las lesiones?
No, nunca. Pero cada vez que me lesionaba era como bajar al sótano. Era muy frustrante y mi familia también lo pasaba mal... Vengo de una familia humilde y para mí esto es mi trabajo, mi dinero... Ellos veían cada lesión como un abismo.
¿Se presionaba mucho por eso?
Sí, sí... Al final mi familia hizo muchos esfuerzos por llevarme a entrenar y eso no se olvida. Te metes tú mismo una presión para estar bien y que todo el mundo esté feliz que no ayuda.
Ahora es capitán, indiscutible, marcó un golazo contra el Espanyol... ¿Se ha liberado?
Sí, me encuentro muy bien. Llevo varios años encontrándome bien. Creo que en el año de Pacheta, en Segunda, es cuando empiezo a acumular minutos y a explotar. El año pasado tuve un pequeño traspiés, una cirugía que fue un palo muy grande, pero me encuentro bien.
En Valladolid ha vivido dos ascensos y dos descensos. Vaya montaña rusa.
Descender es durísimo. Se lo intento explicar a la gente que viene nueva y que no lo ha vivido, que es durísimo por todo. Por suerte, las dos veces que descendimos logramos ascender al año siguiente.
Hay una presión tremenda cuando se lucha por la salvación.
En el club hay mucha gente, no sólo jugadores. Utilleros, preparadores... Y cuando bajas, los salarios también bajan. No sólo jugamos por nuestro pan, jugamos por el de los demás, por la ilusión y las ganas de la gente que hace un trabajo invisible.
¿Ha notado un trato diferente por ser canterano del Madrid?
A mí me acogieron muy bien, pero es verdad que de vez en cuando te dicen "a ver el chavalito del Madrid, qué frío hace aquí...". Tienes que demostrar, porque vienes de una buena cantera.
¿Y en el barrio?
Yo siempre he sido bastante selectivo con la gente que se ha acercado a mí. En el barrio, mi círculo cercano siempre me ha tratado igual y espero que siga siendo así, porque son los que te hacen bajar a la tierra. Me gusta estar con ellos y estar fuera de la burbuja del fútbol, ver que hay otra vida. Eso me gusta. Te cuentan sus movidas, sus problemas, sus temas familiares y ves la vida con otra perspectiva.
¿Su padre sigue trabajando?
Sí, todavía le queda. Es una persona inquieta a la que le gusta valerse por sí mismo. Mis padres son dos culos inquietos. No se dejan jubilar, dicen que esto es mi vida. Pero siempre que les puedo ayudar con algo, les ayudo. Mis padres, mi hermana y mis abuelos han sido las personas más importantes para mí. También mis tíos, que me llevaban a muchos sitios, me compraban botas porque no había mucho dinero... Toda la familia contribuía.
Ha sido padre de un niño y ahora su pareja está esperando una niña. ¿Eso le ha cambiado?
Dicen que me ven más maduro (risas). Influye mucho, son tu motor, quieres darles lo mejor. Siempre me he considerado una persona dura pero ahora la mente te hace clic, te hace centrarte más y bromear poco con lo que haces.
Álex Baena, del doblete en verano a un futuro... ¿rojiblanco?: "Para salir tendría que ser a un top-10 mundial"

Álex Baena, del doblete en verano a un futuro… ¿rojiblanco?: “Para salir tendría que ser a un top-10 mundial”

Actualizado Viernes, 24 enero 2025 - 18:18

Álex Baena (Roquetas de Mar, 2001) visita este sábado la que puede ser su casa a partir de la próxima temporada. El centrocampista del Villarreal está desde hace tiempo en la agenda de algunos de los clubes más importantes del continente pero el nombre que más suena últimamente es del Atlético. "Siempre te van mandando cosas por Whatsapp o me van llegando, pero yo estoy centrado en acabar la temporada con el Villarreal, en seguir aquí porque es donde más feliz estoy", decía el jugador el pasado mes de diciembre.

Al mismo tiempo, el almeriense no se cerraba ninguna puerta, consciente de que su crecimiento estos últimos años hace que su evolución natural sea subir de nivel. "Siempre he dicho que para salir del Villarreal tendría que ser a un equipo mejor, y mejor que el Villarreal tendría que ser uno en el top 10 mundial. Siempre he dicho que el Villarreal es el club de mi vida, estoy muy feliz aquí y si algún día llega esa oportunidad o alguna oferta nos sentaremos a hablar y miraremos todo por el bien de los dos".

Su cláusula de rescisión asciende a 60 millones de euros, aunque el club castellonense no rechazaría una oferta algo por debajo de esa cifra si interesa a todas las partes, como acostumbra a decir su presidente, Fernando Roig. Todo apunta a que esa oferta puede llegar el próximo verano, toda vez que desde el club ven poco probable que salga antes del próximo 3 de febrero, cuando se cierra el plazo.

"Va a continuar"

"En el mercado invernal es muy difícil que se vaya Baena. La gente del Villarreal puede estar tranquila porque va a continuar", indicaba el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, la semana pasada sobre un jugador que ya es uno de los referentes de LaLiga -fue el máximo asistente la pasada temporada junto a Nico Williams- además de uno de los fijos en las convocatorias de la selección española.

El almeriense es de los que hizo doblete este pasado verano con España. Formó parte del equipo que ganó la Eurocopa y a continuación se incorporó a la selección olímpica que se colgó el oro en los Juegos de París, en cuya final aportó un gol y una asistencia. Con el Villarreal lleva cinco de cada esta temporada, en la que no está acusando de momento el hecho de no haber tenido apenas vacaciones tras su ajetreado verano. De hecho, es el tercer jugador de la plantilla que más minutos acumula en lo que va de campeonato.

"Un gran salto de madurez"

"Me estoy encontrando muy bien, también gracias al equipo, pero comparándome con la temporada pasada creo que he dado un gran salto de madurez en cuanto al juego y a mí mismo", dice el jugador, al que puede haber ayudado en este sentido todo lo vivido a raíz del incidente con Fede Valverde.

Baena vivió momentos complicados tras el encontronazo que tuvo en el parking del Santiago Bernabéu con el jugador del Real Madrid, al que denunció por agresión -denuncia que fue archivada-, pero ya ha pasado página. "Nos hemos enfrentado un par de veces después de lo que pasó y con total normalidad. Ya dije en su día que las cosas pasaron, yo perdono todo lo que ha pasado porque para avanzar como persona y en la vida hay que saber perdonar y olvidar y, por mi parte, está todo bien. Si algún día se puede hablar con él y aclarar lo que sucedió, pues adelante", decía recientemente el jugador del Villarreal.

Ancelotti saca pecho y Ceballos contesta a Simeone: "El Cholo aún no ha superado las dos finales de Champions perdidas"

Ancelotti saca pecho y Ceballos contesta a Simeone: “El Cholo aún no ha superado las dos finales de Champions perdidas”

El Madrid, silbado por su afición en el partido del pasado jueves ante el Celta, goleado por el Barça en Arabia Saudí y rodeado por las críticas durante las últimas semanas, es ahora líder de LaLiga con dos puntos más que el Atlético y siete por encima del conjunto azulgrana. Así es este fútbol loco, exprimido al máximo por un calendario incansable, en el que uno puede estar en crisis por la noche y en racha por la mañana. Lo sabe Carlo Ancelotti, reivindicativo, otra vez, en sala de prensa. Y lo sabe Mbappé, haciendo suyo el escudo en Copa y ayer en Liga. Y lo sabe Florentino Pérez, en calma a pesar de la derrota en el clásico, y reelegido presidente hasta 2029 al no haberse presentado otra candidatura.

«El fútbol es así, pero estoy un poco confundido. He oído que jugamos mal, pero lo que veo es que somos líderes, así que seguiré estudiando a ver quién se equivoca», contestó el técnico italiano en la primera pregunta de la rueda de prensa. Directo y al grano. Sin esperar al desarrollo de la tarde en los pasillos del Bernabéu. Tenía ganas.

Y claro, su respuesta aceleró las cuestiones sobre las críticas al equipo. «No voy a decir que somos los que mejor jugamos, pero... He escuchado que 'jugamos muy mal', que 'el equipo no está trabajado'. Y hombre... A veces jugamos mejor, a veces no, a veces no hay equilibrio, a veces no tenemos mucho compromiso, nadie es perfecto. Pero no veo que los grandes equipos jueguen un futbol fantástico», reflexionó Ancelotti.

El entrenador no se guardó nada y admitió que «los pitos del Bernabéu son una crítica que duele», pero insistió en lo necesario de los mismos: «Ese toque de atención ha sido útil para el equipo».

La reivindicación continuó en el vestuario, donde Mbappé, autor de dos goles, explicó su gesto del pasado jueves, cuando negó con el dedo y señaló el escudo del equipo al marcar, en referencia a los pitos de la afición. «Todos los jugadores somos líderes. Simplemente creo que debemos estar unidos, porque afrontamos muchos retos. Queda casi todo. Es lógico que la gente no se fuera contenta el jueves, normal, porque el Madrid tiene que ganar todos los partidos. Pero creo que debemos seguir unidos», aseguró.

Otro que estuvo reivindicativo fue Dani Ceballos, el mejor del partido junto al delantero francés, que contestó a las palabras de Simeone en rueda de prensa, donde se refirió a las supuestas ayudas arbitrales al conjunto blanco. «Yo creo que aún no ha superado las dos finales de Champions perdidas con el Madrid. Ellos tienen sus opiniones y tenemos que seguir», dijo.

El andaluz confirmó que se queda en el club hasta final de temporada y que está «aprovechando mi momento». «He trabajado y he esperado mi momento. Creo que es el partido más completo del año», admitió el centrocampista, ovacionado por el estadio.

El mejor Mbappé del año para que el Madrid remonte a Las Palmas y asalte el liderato

El mejor Mbappé del año para que el Madrid remonte a Las Palmas y asalte el liderato

"Este no es mi Mbappé", admitía Florentino Pérez en los meses más duros de las negociaciones con el futbolista. Una frase que llegó a todos los aficionados del Real Madrid. "Este sí es mi Mbappé", debieron pensar ayer el presidente y las miles de personas que llenaron el Santiago Bernabéu. El delantero se transformó en superstar, anotó dos goles que pudieron ser más, guió la remontada de los blancos ante Las Palmas y asaltó el liderato de LaLiga. [Narración y estadísticas (4-1)]

Y eso que el partido empezó cuesta arriba para el Madrid. Todavía asentándose en el mismo césped sobre el que había sufrido en la noche del jueves copero, los blancos se encontraron por debajo en el marcador en el segundo 28 del partido. En la primera jugada, Moleiro zigzagueó entre rivales, Silva abrió a Sandro en la derecha, el ex del Barça dibujó un buen centro y Silva, llegando a la espalda de Lucas, anotó ante Courtois.

El gol pudo poner al Madrid y a Ancelotti contra las cuerdas en un domingo que parecía propicio para dar un golpe a la moral de Atlético y Barça tras sus pinchazos del sábado. Otro tropiezo madridista provocaría más silbidos en un Bernabéu con más dudas que alegrías. Y ahí apareció Mbappé. El galo había señalado el escudo y había negado con el dedo al anotar contra el Celta después de los abucheos de la grada, y contra Las Palmas hizo directamente suyo el logo del equipo. El Madrid creció a sus hombros.

Rodrygo, en la izquierda

Sin Vinicius, Rodrygo se acomodó en la izquierda y cuajó uno de sus mejores partidos, dejando el centro libre para los movimientos de Bellingham y Mbappé. El francés, más ágil, coordinado y acertado que nunca, empató de penalti en el 17 tras una clara zancadilla de Sandro a Rodrygo. Cillessen ya había salvado varias veces la igualada, pero no pudo detener la pena máxima.

Tras las tablas, el Madrid fue un huracán y sólo los vuelos del portero holandés evitaron más goles, siempre con Mbappé en modo superstar, bailando sobre la marca de los centrales canarios, cayendo a banda, moviendo el ataque y gustándose por momentos. Quitándose toda la presión de los primeros meses.

En el 32, el galo arrancó un contraataque tras sortear la entrada la Herzog. Llegó al borde del área, probó a Cillessen y el despeje del portero llegó a Lucas, que asistió a Brahim para el 2-1. Era un Madrid eléctrico, activo con y sin balón en una versión totalmente distinta a la del equipo espeso y sin ideas que había mostrado en Arabia Saudí y por momentos contra el Celta.

Brahim anota el 2-1, el domingo en el Bernabéu.

Brahim anota el 2-1, el domingo en el Bernabéu.EFE

Con Ceballos, extraordinario, y Valverde en el eje, Las Palmas permitió demasiados metros a Bellingham, Rodrygo y Mbappé y la movilidad de éstos rompió su defensa. En el 36, Rodrygo apareció en izquierda, cedió a Jude dentro del área, el inglés dejó pasar la pelota y Mbappé, de primeras, encontró la escuadra de Cillessen.

Sin tiempo para saborearlo, Mbappé anotaría su hat-trick a los cinco minutos al empujar un pase de Rodrygo tras una gran asistencia de Bellingham por encima de la defensa. El gol, eso sí, acabaría anulado por fuera de juego del francés en el inicio de la jugada. Mbappé era un vendaval y se fue a vestuarios tras disparar al palo izquierdo de Cillessen.

El regreso de Alaba

Después del intermedio, el Madrid mantuvo la marcha. Incansable, necesitado de alegrías y sensaciones. Bellingham perdonó el cuarto al rematar desviado tras regatear al portero y Rodrygo culminó una buena combinación entre Mbappé y Fran García para anotar con facilidad en el centro del área.

El Madrid disfrutó después de varias semanas complicadas, asalta el liderato de LaLiga en solitario y coge aire de cara a las dos últimas jornadas de Champions, claves para conocer su rival en las eliminatorias.

Los canarios jugaron la última media hora en inferioridad tras la roja a Benito, que golpeó en el muslo de Lucas. De modo que Chamartín siguió con el día festivo. Ancelotti le dio minutos a Alaba, de vuelta 13 meses después de su grave lesión de rodilla, Bellingham y Valverde marcaron pero sus goles fueron anulados por fuera de juego y el técnico le dio la oportunidad de debutar a Chema, joven centrocampista del Castilla.

Fin a la historia, polémica y disculpas tras la hazaña del Leganés: "A llorar, ahora vas a la sala de prensa y lloras"

Fin a la historia, polémica y disculpas tras la hazaña del Leganés: “A llorar, ahora vas a la sala de prensa y lloras”

Duele mucho ver que todo el trabajo que has hecho contra un club grande se puede venir al traste en una acción en el último minuto de partido. Duele más si consideras que esa acción, un penalti en contra, la ha estado reclamando tu rival desesperadamente cuando tú consideras que estaba al límite del reglamento.

Primero fueron los gestos al banquillo de Diego Simeone de Borja Jiménez de que hablan mucho y después, tras las pertinentes réplicas rojiblancas y el posterior fallo de Griezmann desde los once metros, vino el de las lágrimas y unas palabras que captaron las cámaras de la retransmisión: "A llorar, ahora vas a la sala de prensa y lloras".

Tras el feo incidente y la victoria del Leganés sobre el Atlético para cortar su racha de 15 victorias seguidas, la mejor en la historia del club, fue Borja Jiménez el que fue a rueda de prensa no a llorar sino a disculparse por lo ocurrido en el banquillo. Lo hizo antes de responder a ninguna pregunta tras el paso del Cholo por la misma silla en la que él estaba sentado.

"Antes de todo quería pedir disculpas porque me han cogido haciendo un gesto, que en el fragor de la batalla y durante el penalti, entre los banquillos siempre nos decimos muchas cosas sin ninguna mala intención, pero quería disculparme porque hice un gesto que no me representa", apuntó Jiménez de los incidentes en la banda.

Reveló el propio entrenador del Leganés que no tuvo la oportunidad de hablar con Simeone ni antes ni después del partido por lo rápido que entró y salió el argentino del terreno de juego, pero que sí pudo debatir con algunos miembros del vestuario rojibllanco pero no de la polémica.

No obstante, seguro que si Simeone tiene motivos para llorar no son arbitrales sino por la inesperada derrota de su equipo. Era sólo la segunda en liga, sí, pero cortaba una racha de 15 victorias seguidas. "Hemos recorrido 15 partidos maravillosos, récord en la historia del club, fue un camino muy bonito que nos benefició en Liga, Copa y Champions", apuntó el técnico argentino.

Habló también de dolor, el Cholo, pero es consciente de que esto es fútbol y la derrota es algo tan normal como la victoria, aunque no para él en los últimos tiempos. "Cuando uno se acostumbra a ganar luego es más difícil perder porque es muy lindo. Obviamente duele perder, pero es parte del camino y hay que aceptarlo", apuntó.

De hecho, sus números en el Atlético siguen siendo los de un entrenador más acostumbrado a festejar que a lamentar. Hablamos de 423 victorias en 710 partidos por solo 132 derrtotas y 156 empates. Sigue el Atlético líder de la liga por delante de Barça y Real Madrid pese al buen juego culé. "Pensar que el Barcelona perdió cinco partidos y es probablemnete el que mejor juega y quizás no había tenido que perder ninguno, bueno es fútbol", comentó.

Matagigantes

Uno de esas derrotas se la infligió también el Leganés, con un ejercicio de resistencia como el de este sábado en Butarque. Dmitrovich se tuvo que esmerar en ambos duelos e hizo de su portería un muro. Si el portero serbio recibió 15 disparos sobre su portería ante los culés, los rojibancos hicieron 19. La posesión en cambio fue en un 80% para los culés frente al 67% de los colchoneros en los duelos con los pepineros.

"El nivel de exigencia debe ser ganar siempre. Pasó también como cuando ganamos al Barça y después perdimos con el Villarreal. Si ganáramos siempre estaríamos arriba y no es nuestra realidad, pero todos los encuentros valen puntos. Tenemos que disfrutar. Esta semana hemos ganado a dos equipazos como Atlético y Almería", comentó Jiménez.

El 'Matagigantes' acaba con la racha del Atlético

El ‘Matagigantes’ acaba con la racha del Atlético

Bajaba poco a poco el sol sobre el abarrotado estadio de Butarque y faltaban hamacas y gafas de sol para disfrutar de un partido en enero. Uno recuerda los horarios de Copa, esos que llevaron un Real Madrid - Celta hasta más de las 12 de la noche, y reflexiona acerca del momento en que el fútbol o los que lo organizan, se alejó de los aficionados. Encima, Leganés y Atlético de Madrid quisieron, cada uno con sus armas, ofrecer un buen espectáculo sobre el césped. La diferencia es el arsenal, claro. A día de hoy el rojiblanco es numeroso y potente... pero ya no imbatible. El Matagigantes lo volvió a hacer, como ya consiguiera en Montjuic. Un gol y a aguantar. Sufrió menos de lo esperado. [Narración y estadísticas (1-0)]

No pudo aprovechar el Atlético lo bien que funcionó la banda derecha con un ya regularísimo Giuliano y un renacido Molina. Eran un puñal ante la vigilancia con la mirada de Juan Cruz y Dani Raba.Javi Hernández vivía un calvario, hasta el punto de que se jugó un disgusto con una colleja al Cholito, en cada ataque del Atlético que percutía y percutía sin parar. Faltó pólvora a las percusiones. Julián Álvarez y Griezmann, por un poste o por el otro, perdonaron en las primeras ocasiones del partido.

Aunque quien tuvo verdaderamente el primer gol del partido fue Juan Cruz. El argentino, en modo Superguerrero de Goku, disparó con mucho peligro a los 44 segundos de duelo y el balón se fue por centímetros. La otra clarísima del Leganés la disfrutó Miguel tras una cesión corta de Le Normand. Oblak tapó bien el mano a mano y apagó la luz al nueve pepinero.

Jugar cada tres días

Especialmente apagado estaba el mediocampo del Leganés, numeroso, pero incapaz de contener el fútbol que proponía el Atlético. El partido estaba demasiado suelto y Borja Jiménez se echaba las manos a la cara casi cada vez que el Atlético merodeaba el área de Dmitrovic y lo hizo mucho. Se temía que el entrenador local se dejara en el rostro los mismos surcos que Guardiola, pero la sangre no llegó al río.

El partido fue perdiendo intensidad a medida que avanzaba la primera parte. El Leganés, probablemente, notara el esfuerzo de la batalla ante el Almería. No es lo mismo para unos y otros jugar cada tres días. Quizás el Atlético, viendo el caudal ofensivo que generaba en el primer tiempo, esperara, como se suele decir, que la victoria, la 16, cayera de madura. Gran error.

Quiso equilibrar el caudal ofensivo entre bandas el Cholo al inicio de la segunda parte con la salida de Lino y, como si de una partida de ajedrez se tratara, Borja Jiménez sacó a Javi Hernández por Brasanac para poner defensa de cinco. Los primeros cinco minutos fueron blanquiazules y, encima, los culminó con el gol de córner de Nastasic, el primero de la temporada, que entró como un avión, solo por el punto de penalti. Lo peor no es que se hubiera defendido mal el saque de esquina, sino que el córner lo cedió De Paul tras un pase a la nada que Le Normand no quiso ir a buscar.

Remontada imposible

Tocaba a los de Simeone remontar. No les es ajeno esta temporada, siete veces lo ha hecho, cuatro en liga. Es el equipo del Cholo un conjunto resiliente. Sin embargo, el tanto les golpeó fuerte. Es como si le hubieran insuflado un vial de la vulnerabilidad que no han tenido durante 15 encuentros. Tardó casi 15 minutos en hacer el primer disparo. Fue Lino, un tiro lejano y con poco peligro. Necesitaban los colchoneros conectarse al partido por lo civil o por lo criminal. Pero quien llegaba cada vez con más peligro era el Leganés, que podía haber ampliado su diferencia si Raba y Cruz hubieran estado más precisos.

El Atlético buscaba centros laterales para remontar el duelo, pero quizás se le olvidaba que les faltaba su nueve tanque. Se lesionó Sorloth ante el Elche y los tres de arriba apenas pasaban del 1,70. Así era muy difícil. Hasta que el Leganés se pegó un tiro en el pie, pero Griezmann no quiso hurgar en la herida. Una mano en un córner se convirtió en penalti que el francés no pudo aprovechar. Tampoco Niño, el canterano que pudo ser el héroe rojiblanco, acertó con su disparo postrero. Hoy era uno de esos días.