Manu Sarabia denuncia el 'mobbing' de Clemente: ''Llevo 40 años sufriendo su acoso''

Manu Sarabia denuncia el ‘mobbing’ de Clemente: ”Llevo 40 años sufriendo su acoso”

Que un ex futbolista escriba un libro es algo atípico, que lo escriba a cuatro manos con su esposa es inaudito y que en esa obra denuncie el acoso laboral de un ex seleccionador nacional es impactante. Eso es lo que hace Manu Sarabia (Gallarta, 1957) en Chaval, ¿quieres venir al Athletic?, editado por Al Poste. El que fuera ídolo del equipo vasco en la década de los 80 alza la voz para acusar a Javier Clemente de mobbing.

El talentoso delantero, ganador de dos Ligas, una Copa del Rey y una Supercopa, sostiene que el técnico le discriminó e intentó que le traspasaran y se enemistara con sus compañeros. «Este libro es la historia de mis vivencias. El fútbol ha condicionado toda la vida. Tengo buena memoria para recordar partidos, goles, jugadas, no sólo las mías, sino las de otros. Mis compañeros me decían que todo eso debía contarlo en un libro y eso he hecho, en colaboración con mi esposa [Begoña Armesto], que es más inteligente y tiene más formación que yo», explica el ex jugador.

La Pantera Rosa, que cautivó al público por su técnica y dribbling, reconoce que lo más morboso del libro es el relato de su «affaire» con Javier Clemente. El técnico y el delantero se vieron envueltos en un conflicto (hubo una pugna de egos y de acusaciones de falta de profesionalidad), lo que provocó una fractura en la afición del Athletic: «Llevo sufriendo su acoso durante 40 años. Ha sido mucho tiempo de aguantar las cosas que él contaba, y hubo un momento en el que dijimos 'Ya basta'. No podía admitir que yo quedara para la historia como el responsable de la etapa más crispada del Athletic, cuando yo fue la víctima. Han sido 40 años en los que he sufrido ataques, insultos e infinidad de cosas. En 2017, mi mujer y yo decidimos contarlo».

El legado del abuelo

Sarabia asegura que ha tardado siete años en escribir el libro porque ese «affaire» provocó algunos frenazos y que el impulso definitivo fue ser abuelo: «Cuando eres aitate llegas a otro nivel. Yo tengo dos nietos, Luca, que vive en mi casa y que en enero hará tres años, nació el mismo día que yo [día 9], y Mikaela, que tiene un año y está en Andorra. Cuando eres abuelo piensas en el legado que dejarás; quieres ser una referencia para ellos, ser un ejemplo y educarles de la mejor manera. Hay momentos en los que piensas que ellos pueden hacerte preguntas basadas en falsedades y por eso decidí explicar lo que pasó».

Sarabia asegura que varios compañeros han intentado que hiciera las paces con Clemente, pero resultó imposible. «Su acoso no terminó cuando le destituyeron del Athletic [en 1986]. En el libro se explica cómo en años posteriores tuve que aguantar sus mentiras, contradicciones y manipulaciones. Llevo 40 sufriendo su acoso, esos detalles están relatados en el libro. Toda esa información, con artículos de prensa, opiniones, entrevistas, cintas de casetes, la teníamos guardada durante años. Todo está perfectamente argumentado y descrito».

En Chaval, ¿quieres venir al Athletic? también se refleja la pasión de Sarabia por un deporte que le atrapó por completo: «Desde que firmé mi primera ficha federativa, con 12 años, sólo pensaba en que llegara el domingo para jugar. Muchas veces, el futbol ha estado por encima de la familia. Me he sentido un privilegiado por hacer lo que me gustaba. Esa sensación de debutar con el Athletic y jugar con tus ídolos de chaval, como Fidel Uriarte, Txetxu Rojo e Iríbar, es muy difícil de superar. Las palabras se quedan cortas para describir ese instante».

«He tenido la suerte de participar en momentos muy importantes del Athletic, como ganar Liga, Copa y Supercopa. Inolvidables fueron el 12-1 a Maltay el día de mi homenaje. Todo eso no hubiera llegado sin mis padres y hermanos, que se sacrificaron por mí... Siempre he tenido dos objetivos: ayudar a mis compañeros a ganar y hacer lo más feliz posible a la gente que me rodeaba», añade el ex delantero.

Sarabia, que también fue subcampeón con España en la Eurocopa de 1984, está orgulloso de su carrera y ahora espera que su libro sea útil: «Lo peor de mi trayectoria fueron aquellos años convulsos. Ahora quiero zanjar toda la polémica. Cuando yo padecí ese acoso en el trabajo, en la primera mitad de los 80, no supe poner nombre a lo que me pasaba. Sólo lo aprendí cuando en los años de los 90 y en el 2000 se empezó a hablar de mobbing. He conversado con algún psicólogo, pero no soy un experto en lo que es el mobbing. Si lo que expongo sirve para ayudar a alguien que se vea reflejado en mí, habrá valido la pena escribir este libro», cierra el ex futbolista.

«Nunca le discriminé»

Javier Clemente, sin proponérselo, es el gran reclamo el libro de Sarabia. El técnico queda señalado, pero no acepta culpabilidades. «Nunca he tenido un problema con Sarabia. Él ha escrito eso y él sabrá por qué lo ha escrito. No es cierto que yo haya tenido un trato desfavorable hacia él. Dice que le hice mobbing en 1982 cuando entonces no existía ese término. Yo fui el primer entrenador que le puso de titular en el Athletic. Sólo no fue titular en el último mes que estuvo conmigo, porque yo consideraba que había otro que estaba mejor. Y eso se lo dije a él delante de todos sus compañeros. Él tenía una grandísima calidad y yo le daba descanso, le dosificada», dice en conversación telefónica con este periódico.

«Yo le vi bailando, celebrando los triunfos. Nunca noté que estuviera mal psicológicamente, yo para ese tipo de circunstancias soy muy sensible. Nunca le discriminé, si hubiera sido así, los capitanes del equipo me lo habrían dicho, porque ellos tenían libertad para decirme lo que consideraran oportuno», advierte el entrenador.

El Athletic tratará de gestionar la ansiedad para ganar ante el resiliente Mallorca su primera Copa en 40 años

Actualizado Viernes, 5 abril 2024 - 21:01

Cuarenta años y seis finales después, el Athletic busca de nuevo la Copa del Rey, un torneo al que ha intentado poner cerco en las últimas temporadas sin lograr el éxito que se le niega desde el 5 de mayo de 1984, cuando el equipo de Zubizarreta, Goikoetxea,Dani y compañía, dirigido por Javier Clemente, figura medular en los primeros ochenta, se impuso al Barcelona de Maradona y Schuster para lograr la vigesimotercera.

Tampoco en esta ocasión lo tendrá fácil. Detrás del decimoquinto clasificado de la Liga, sólo seis puntos por encima de los puestos de descenso, se esconde un Mallorca de lija, capaz de dejar atrás al Girona, la gran sensación del curso, y a la Real Sociedad, ganador del torneo en la edición de 2020. Con todo, en esta ocasión el conjunto que entrena Ernesto Valverde parece tener el título más a tiro que en las recientes balas perdidas. De las seis finales que se le escaparon, cuatro las disputó frente al Barcelona, una ante la Real y otra, ya muy lejana, en 1985, contra el Atlético de Madrid.

En su segunda temporada en esta tercera etapa al frente del equipo vizcaíno, Valverde dirige un grupo en continuo crecimiento, en el que, como ha comentado en más de una ocasión, muchos jugadores han dado un paso adelante. Como sucediera en 2022, cuando dejó en el camino al Real Madrid y al Barcelona antes de varar en semifinales con el Valencia, el Athletic se deshizo de nuevo de los azulgrana para liquidar después, ya a doble partido, al Atlético de Madrid, con quien litiga por una plaza en la próxima edición de la Liga de Campeones.

Avalancha de aficionados

El Athletic rock and roll prometido por Jon Uriarte cuando tomó la presidencia ha tardado una temporada en llegar, tras un curso de discreta transición, pero aquí está, acompañado por cerca de 70.000 seguidores, 30.000 de los cuales habrán de conformarse con seguir el encuentro desde la fan zone habilitada fuera de La Cartuja. En Sevilla sólo se ven banderas rojiblancas y seguidores bilbaínos ataviados con toda la parafernalia propia de estas ocasiones. Resulta difícil dar con algún hincha mallorquín, cuya representación se estima más de tres veces inferior.

Javier Aguirre se siente cómodo en el papel que le corresponde a su equipo, sin renunciar al que podría ser el mayor triunfo de su dilatada carrera en los banquillos. «Del Athletic me preocupa su velocidad; al espacio son letales. Te equivocas en una salida de balón y te matan. Son muy dinámicos y cualquiera te la puede liar. Es el equipo de primera división que más balones roba y que más daño hace cuando lo consigue», comenta. «No basta con la ilusión. Hay que hacer un partido casi perfecto».

Con la única probable baja de Yeray, lesionado en el último encuentro de Liga, en el Bernabéu, el Athletic tratará de marcar pronto para obligar a su adversario a ser más propositivo de lo que acostumbra. La victoria del Athletic por 4-0 en el último partido de Liga entre ambos equipos resulta excepcional en una secuencia reciente que arroja tres empates, dos de ellos a cero. Con el vértigo de los Williams y la inteligencia de Guruzeta, que suma 15 goles esta temporada, el Ahtletic, que destaca por el equilibrio en todas sus líneas, tratará de buscarle la vuelta al Mallorca. Ahora bien, deberá gestionar la ansiedad, el ferviente deseo de volver a surcar la gabarra después de cuatro décadas

En el plano institucional, será una final marcada por las turbulencias en la Federación Española de Fútbol. Tras la dimisión de Pedro Rocha y la convocatoria de elecciones para el 6 de mayo será Rafael del Amo, presidente de la junta gestora, quien se siente en el palco. Ahí estará Rafael Nadal, dos días después de anunciar que tampoco estará listo para reaparecer en el Masters 1000 de Montecarlo.

El hijo de Javi Clemente, el discreto preparador del Athletic que ''nunca se mete en líos''

El hijo de Javi Clemente, el discreto preparador del Athletic que ”nunca se mete en líos”

En la ikastola quería ser Iríbar, pero su aita le quitó la idea de la cabeza: «No tienes altura para ser portero, es mejor que juegues en otra posición». El niño probó de lateral y central con más voluntad que nivel. Xabier Clemente pronto asumió que no había heredado el talento futbolístico de su padre. El chaval decidió, con buen criterio, que era mejor dedicarse a los libros, pero sin olvidarse del balón. Lo suyo fue la preparación física y en eso ya es un símbolo de este Athletic que hoy busca la final de la Copa del Rey.

El hijo del emblemático seleccionador es una valiosa pieza en el organigrama técnico de Ernesto Valverde. Es el guía de la intendencia, el bálsamo de los leones heridos. Xabier (49 años, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte) está integrado en el área de Readaptación del club de San Mamés. Su actividad consiste en trabajar y recuperar a los jugadores lesionados, los que no viajan y se quedan en Lezama. Una ocupación que precisa conocimientos técnicos, médicos y psicológicos. Iñaki Williams, Muniain, Raúl García, Yeray o De Marcos están muy agradecidos. Sin él, sus respectivos periodos de baja habrían sido más espinosos.

«Xabier es tranquilo, metódico y más listo que yo. Nunca se mete en líos», dice Javier Clemente, que atiende la llamada del periodista interesado en descubrir a un tipo que prefiere quedar en un segundo plano. «Xabier no habla con la prensa, no se busca problemas. Desde pequeño observó todo lo que yo he pasado. Él es muy bueno en un trabajo complicado, para hacer lo que él hace hay que tener buen humor», dice el entrenador que ganó las Ligas 1982-83 y 1983-84 con el Athletic.

Xabier conoce todos los secretos de Lezama. Creció y se formó donde su padre fue un ídolo. Estudió Químicas, se licenció en INEF, en Vitoria, y estuvo becado en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Fadura. En julio de 2002 ingresó en el club como preparador físico de cadetes y alevines. Desde entonces permanece en Lezama, con sólo el paréntesis de la temporada 2010-11, cuando su padre le reclamó como preparador físico de Camerún. «Le llevé conmigo porque necesitaba alguien de confianza y porque él ya tenía muchos conocimientos sobre preparación física», explica Javier Clemente, que no consiguió clasificar a Camerún para la Copa de África.

Xabier pronto se ganó el respeto de los jugadores y técnicos, que entendieron que no era un enchufado. Luis de la Fuente le requirió como preparador físico del Bilbao Athletic en 2009. «Supongo que algunas veces le habrá perjudicado ser el hijo de quien es, pero él ha sabido seguir su propio camino», recalca el aita Clemente. Desde 2007, Xabier trabajaba para el primer equipo. En aquel año se ocupaba de la preparación, entre otros, de Aduriz, Del Horno, Iraola, Etxebarría y Javi Martínez. Ha estado a las órdenes de entrenadores como Caparrós, Bielsa, Marcelino, Ziganda o Berizzo.

Valverde, que tras fichar por el Athletic se llevó a su propio preparador físico, José Antonio Pozanco, mantiene permanente contacto con Xabier para conocer el estado físico de sus jugadores. En las últimas semanas ha trabajo intensamente con Nico Williams para que hoy salga contra el Atlético de Madrid en plenitud de condiciones. En el departamento de Readaptación comparte mesa con Imanol Martín.

«En Lezama tienes que estar a las necesidades que aparezcan, una veces te ocupas del juvenil, otras del segundo equipo y otras del primero. Hay que amoldarse, y eso Xabier lo hace bien», señala Javi Clemente.

Xabier, que tiene dos hijos y vive en Lejona, huye de los focos y la notoriedad, sus apariciones públicas son mínimas, un par de breves entrevistas en ETB y ya está. Hace unos años en la televisión vasca decía que siempre será un hijo agradecido: «Toda mi infancia ha estado relacionada con el fútbol, viendo los entrenamientos de aita. Ir todos los fines de semana a Lezama era sagrado. Llevar este apellido es un orgullo. Que me reconozcan por mi aita es síntoma de que él ha hecho bien las cosas. Él nunca me ha quitado la ilusión por hacer algo, al contrario, me ha animado a seguir mi camino». También reconocía que ha sabido protegerse de los ataques generados por la herencia de su padre: «Es verdad que las críticas pueden afectar al entorno familiar. En el fútbol hay gente con muchas opiniones, pero nunca han conseguido sacarme de mis casillas».

Xabier Clemente, el hijo discreto y readaptador de leones.