París se derrite ante Biles en su regreso: "Es como ver a Taylor Swift en concierto"

París se derrite ante Biles en su regreso: “Es como ver a Taylor Swift en concierto”

Ni siquiera había entrado aún en el estadio. Estaba con la chaqueta de entrenamiento puesta, sentada, esperando a que dieran la orden al equipo para acceder. Seria, llevaba la pierna izquierda vendada, pues había sufrido molestias. Cuando su imagen se proyectó en las pantallas, comenzó la ovación, la primera de muchas, a Simone Biles. Cuando entró, el estadio retumbó. Ella lo agradeció, abriendo su sonrisa poderosa y saludando con la mano. El gesto fue recibido con otra aclamación aún mayor.

La mejor gimnasta de todos los tiempos ha vuelto por todo lo alto al pabellón olímpico, tres años después de su retirada en los Juegos de Tokio por problemas de salud mental. Su retorno generaba mucha expectación y Biles ya marcha por delante en la general individual, en barra, en suelo y en salto, y solo en las asimétricas, el único aparato en el que nunca ha ganado una medalla olímpica, fue superada por varias rivales.

Su metro 42 centímetros explosivos y su sonrisa radiante tienen un efecto imán. Las cámaras siguen todos sus movimientos, cada gesto es aclamado e interpretado. Si está seria o sonríe. No llevo el moño perfectamente recogido, como sus compañeras, sino desordenado. Se recoloca las horquillas antes de comenzar. Arranca en la barra, el mismo aparato donde acabó su experiencia olímpica en Tokio.

"Es impresionante haber podido estar aquí y ver la vuelta de la mejor atleta de todos los tiempos", dice Joe, que ha venido desde San Francisco exclusivamente para ver el retorno de la americana en París. "Es curioso, porque es diminuta, pero es poderosa, es una auténtica diosa", señala su mujer.

Biles entró al estadio con su maillot radiante y su coleta desordenada, hizo sus marcas en la barra antes de la competición y saludó a la grada. La atracción es tal que eclipsa al resto: Cuando ella entrenaba en la barra y la atleta del equipo italiano estaba realizando su prueba de suelo, a quien aplaudía el público era a Biles. "Ha sido un espectáculo. Es como ver a Taylor Swift en concierto", dice Laure, una francesa que viene a verla con su hija, ambas con la cara pintada con los colores de la bandera francesa.

Tom Cruise (derecha) viendo a Biles este domingo en París.

Tom Cruise (derecha) viendo a Biles este domingo en París.EFE

En el estadio, además de la estrella Biles, había otras que querían ver su regreso al olimpo. Estaban Tom Cruise, Jessica Chastain, Ariana Grande, Snoop Dogg o Anna Wintour, la directora de Vogue. "La he seguido desde siempre. Era un sueño para mí poder verla en estos Juegos, me quedé muy triste cuando se retiró en Japón", explica Julia, que ha venido desde Kentucky con su marido y sus hijas para ver a la gimnasta.

En el ejercicio de suelo, danzó en el aire al ritmo de Taylor Swift. Las asimétricas es el único aparato en el que Biles no tiene medalla. Era el último en la rotación: Biles entró y realizó sus piruetas con seguridad. Al acabar su ejercicio se giró y miró a la grada, llena de banderas de EEUU, luego levantó los brazos y sonrió. El público tronó. Se abrazó a sus compañeras y a su entrenadora, la francesa Cecile Landi.

Una legión de medios americanos la seguía al irse al vestuario. Su entrenadora salió a hablar y los periodistas se agolparon. Justo al lado, una de las gimnastas chinas que acababa de competir hacía declaraciones a dos o tres periodistas, pero la legión no estaba con la atleta, sino escuchando lo que tenía que decir Cecile Landi.

La gimnasta Simone Biles, tras realizar su ejercicio en barra este domingo

La gimnasta Simone Biles, tras realizar su ejercicio en barra este domingoCharlie RiedelAP

"No puedo expresarlo (la alegría), estoy muy orgullosa de ella, de lo que ha pasado y de lo que está mostrando al mundo que es capaz de hacer", señaló. Biles no dará ninguna rueda de prensa hasta que no acaben las competiciones.

La atleta se retiró en los Juegos de Tokio en 2021 por problemas de salud mental. Al hablar abiertamente sobre el tema ha visibilizado este problema en los deportistas. Tras un tiempo de pausa, retomó los entrenamientos y volvió en el Mundial de 2023 de Bélgica, donde ganó cuatro oros.

En total, tiene 37 medallas (entre Mundiales y Juegos) y podría sumar seis más en las pruebas por equipos del martes, el concurso general individual del jueves y en las finales, el 3, 4 y 5 de agosto. Además, Biles, que tiene cinco movimientos propios, busca en París sumar un sexto con su nombre, esta vez en las asimétricas, ese aparato donde aún no ha conseguido la gloria.

Los pinchazos telefónicos cazan a la trama de Rubiales amañando un concurso de la RFEF hace sólo un mes: "Nos la han puesto botando. Vamos a presentar nuestra oferta y dos más"

Los pinchazos telefónicos cazan a la trama de Rubiales amañando un concurso de la RFEF hace sólo un mes: “Nos la han puesto botando. Vamos a presentar nuestra oferta y dos más”

Las intervenciones telefónicas practicadas por la juez que instruye el 'caso Rubiales' revelan que la trama del ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) amañó un concurso hace tan sólo un mes a favor de la constructora Gruconsa siendo presidente Pedro Rocha, según recoge el sumario al que ha tenido acceso EL MUNDO. Tal y como revelan las conversaciones interceptadas por la Guardia Civil, el hermano del jefe jurídico de la RFEF y directivo de la constructora, Ángel González Segura, se puso en contacto en torno al 7 de febrero pasado con Jonathan Oliva Quesada, director adjunto de Gruconsa. En dicha conversación le avanzó que "tenían que preparar un proyecto de obra para la RFEF", en referencia a unas obras de reforma de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas y que éste debía ser aprobado en la "Comisión Económica".

Sólo unos días después, el 20 de febrero, González Segura recibió la llamada del directivo federativo Miguel García Silvero. Los investigadores subrayan que en dicha conversación el también directivo José Javier Jiménez, alias Jota, le indicó que "necesitan tres presupuestos para presentarlos a la Comisión Económica". González Segura le contestó que se disponía a buscarlos a través de "empresas que trabajan para ellos", extremo que finalmente llevó a cabo. El propio González Segura, hablando con el arquitecto José Antonio Carranza, vinculado a Gruconsa, es muy explícito respecto al amaño: "Nos la han puesto botando. Vamos a presentar nuestra oferta y dos más"

Tal y como reveló EL MUNDO, la juez que instruye el 'caso Rubiales' investiga la adjudicación de obras por valor de al menos 1,3 millones de euros a la constructora Gruconsa, acusada de pagar sobornos al ex presidente de la RFEF, el pasado 27 de febrero. Se trata de trabajos relacionados, entre otras cuestiones, con la adecuación de la licencia urbanística otorgada por el Ayuntamiento de Las Rozas a varios instalaciones del complejo de la Ciudad del Fútbol. Entre otras, la residencia y las cocinas.

Los investigadores han podido acreditar que la adjudicación, a la que concurrieron tres ofertas, fue trucada para favorecer a la constructora Gruconsa. En este sentido, la Guardia Civil considera que al menos dos de estas propuestas eran ficticias y que hicieron las veces de lo que en el argot judicial se denomina 'mariachis'.

Según la instructora, el ex presidente del fútbol español encabezaba una trama consistente en otorgar obras a Gruconsa para, acto seguido, cobrar comisiones ilegales por las mismas. A criterio de la Policía Judicial la mecánica consistía en otorgar contratos a esta empresa, como por ejemplo la reforma del Estadio de La Cartuja en Sevilla por valor de un millón de euros, para, acto seguido, desviar fondos a las empresas del íntimo amigo de Rubiales, Francisco Javier Martín Alcaide Nene. El siguiente paso, según la investigación, pasaba por que Rubiales cobraba de las sociedades de su íntimo Nene, concretamente de Conecta 17 Consulting, S.L.

Las intervenciones telefónicas revelan además que los responsables de Gruconsa tenían previsto llevar a cabo un estadio de fútbol, una ciudad deportiva y un hotel en Arabia Saudí. Explican que aprovecharían los contactos que establecieron gracias al traslado de la Supercopa a ese país y que tenía "interés" en participar el propio Rubiales. "Si sale esto, hay dinero para todo el mundo", presumen en las conversaciones grabadas por la Guardia Civil al tiempo que los responsables de Gruconsa se quejan de que Rubiales tuviera que participar del beneficio económico pese a ser "el que menos pinta" al no desempeñar ningún cargo de responsabilidad en el futuro proyecto. También se lamentan del escaso beneficio de la constructora en la zona sur de España por las comisiones que tienen que pagar al íntimo amigo y socio de Rubiales, Nene.

Según ha podido saber EL MUNDO, la RFEF ha dado orden a través de su actual presidente Pedro Rocha, tras la operación judicial puesta en marcha hace unos días, de paralizar cualquier tipo de contrato vinculado a Gruconsa y se han bloqueado los pagos pendientes. El contrato del último contrato amañado no ha llegado a firmarse ni ha sido abonada cantidad alguna.

Cheikh Kane Sarr: “No puede ser que al que insultan y sufre, además lo sancionen”

Actualizado Lunes, 1 abril 2024 - 22:37

Pide un poco de tiempo, porque es el momento de romper el ayuno del ramadán. La luz se apaga en el estadio del Rayo Majadahonda, donde algunos padres esperan al entrenamiento de sus hijos. Cheikh Kane Sarr (Dakar, 2000) entra en las oficinas del club. Es un joven con cara de asustado. Habla con pausas, pero con claridad y la mirada limpia. Sólo después de los primeros minutos, sonríe. Todavía no ha digerido el hecho de ser una de las personas más buscadas por los medios de comunicación, cuando hace apenas 72 horas era un futbolista anónimo, que empezaba a encontrar la titularidad en su equipo después de una diáspora por clubes modestos en busca de la gloria. Entonces escuchó algo como un estallido en su cabeza, justo cuando se agachaba a coger una botella, en el estadio de Las Llanas, en Sestao. Se sienta y accede a explicar por primera vez, para EL MUNDO, los hechos que vivió y quiere ya olvidar, y el sufrimiento que anida bajo su piel.

Para saber más

Explique qué sucedió exactamente.
En la segunda parte cuando cambiamos de campo, ya empecé a notar algunos gritos. En el minuto 50 empezaron a hacer los sonidos del mono, del simio. En el 82, después de recibir el segundo gol, fui a coger agua para beber. Entonces escuché de todo: "Negro de mierda, puto negro". Antes de esto había mucha otra gente que insultaba, no sólo a mí, también insultaban a los españoles, mucha gente. Pero entonces escuché a este señor.
Y saltó a la grada.
Sí. No podía más. Estaba muy nervioso. Había escuchado los gritos. Estoy en ramadán... Quería preguntarle por qué me trataba así, si tenía o no familia y podía comprenderme. No tenía intención de agredirle para nada, en absoluto. Por eso le agarré por la bufanda. ¿Cómo iba yo a pegarle? Jamás he agredido a nadie. Si me sancionan, ésta será la primera sanción que tenga en mi vida.
Entonces llegaron sus compañeros, el capitán...
Sí, y les agradezco que lo hicieran, aunque no habría pegado a nadie.
¿La gente quería agredirle a usted?
Cuando intentaba hablar con este señor que me había insultado, llegaron y me empujaron. Entonces fue cuando llegaron mis compañeros. Han hecho mucho por mí estos días y me han tratado con cariño, también en el club, todos.
El árbitro [García Riesco] escribió en el acta que usted se acercó con intención de agredirle.
Por favor. Lo que quería era pedirle explicaciones. Preguntarle por qué me sacaba una tarjeta roja. La verdad, no puede ser que al que insultan y sufre, además lo sancionen. No se qué pasará con la decisión del Comité de Competición, pero me gustaría que pensaran en esto. A nadie al que insulten se puede sancionar por reaccionar. Insisto. No fue violencia, fue querer dialogar. Además, el árbitro ni siquiera se acercó a preguntarme a mí qué había pasado. ¿Cómo puede ser eso? La verdad, pensé que lo primero que iba a hacer era protegerme a mí, pero no. Lo que hizo fue expulsarme.

"Se necesitan más micrófonos, más cámaras y sanciones más duras"

Se le observa muy excitado cuando ve la roja.
Pues claro, ¿cómo no voy a estarlo? Pero para nada intento agredirle, sólo quiero una explicación. Estoy seguro de que si hubiera sido un partido de LaLiga, de Primera, habría actuado de otra manera.
Usted llegó a España a los 18 años, cuando era casi un juvenil, y ha pasado por muchos equipos antes de llegar al Rayo Majadahonda [Nàstic, Recreativo Granada, Castellón, Vetusta de Oviedo]. ¿Le había sucedido más veces?
La verdad es que sólo recuerdo una vez, creo que en el campo del Socuéllamos, que decían algunas cosas, pero no tuvo nada que ver con lo de esta vez.
Vinicius dijo que España es un país racista. ¿Lo cree usted también?
Creo que hay racismo en todos los países, pero no eso no significa que los países lo sean en su conjunto. Es a esas personas a quienes hay que sacar de los campos y castigar en la sociedad y proteger a quienes lo hemos podido sufrir.
¿Qué cree que debería hacerse para erradicar las conductas racistas de los campos?
Más micrófonos, más cámaras, más medios y sanciones más duras. Creo que desde las federaciones y la Liga se pueden hacer más cosas.

"Me llamaban desde Senegal asustados. '¿Qué ha pasado?'"

Cuando salió de Senegal y perseguía el sueño de su vida, triunfar en Europa, ¿pensaba que podía pasar por una situación como ésta?
La verdad es que cuando vives en África y decides salir sabes que debes estar preparado para todo. Pero hasta que no vives el racismo no sabes cuánto se padece.
Ha habido muchas personas importantes que le han mostrado su apoyo, uno de los primeros Vinicius...
No soy muy de redes, la verdad, y menos en un día como hoy. Pero lo agradezco y creo que si las personas importantes con nuestra piel reaccionan y se muestran firmes, eso ayudará mucho en la lucha y nos dará fuerza.
¿La noticia ha llegado a su país?
A toda África. Era una de las cosas que más me preocupaba, por mi madre, por mi hija, a la que tengo que proteger de todo esto, del racismo. Mis sobrinos son los que se enteraron primero. Me llamaban desde Senegal asustados. "¿Qué ha pasado?", me preguntaban. He intentado tranquilizarlos, claro, pero me ha dolido por ellos. Sufren conmigo.