Nuevo episodio de insultos racistas en el fútbol español: "Puto negro, vete a tu país"

Nuevo episodio de insultos racistas en el fútbol español: “Puto negro, vete a tu país”

Actualizado Lunes, 8 abril 2024 - 09:43

Nuevo episodio de insultos racistas en el fútbol español. Ahora en la categoría de Tercera División. Ocurrió en la tarde del domingo justo cuando el colegio del partido entre el Trujillo y el Moralo, dos equipos de la provincia de Cáceres, en el último minuto del encuentro (3-2 como resultado final).

En ese momento, el jugador del equipo visitante, el marfileño Ben Azize, y el futbolista local Satu se enzarzaron tras la disputa de un balón dividido. El colegiado, Botello García, amonestó a los dos jugadores con cartulina amarilla pero justo al término del partido, segundos después, el enfrentamiento fue a más entre ambos y se produjo una trifulca con jugadores de ambos equipos, entrenadores e incluso espectadores que saltaron al campo, produciéndose empujones, insultos y peleas dentro del terreno de juego, que provocó la intervención de la Guardia Civil.

Según la versión del Moralo, su jugador Ben Azize recibió insultos presuntamente racistas del futbolista local, aunque el colegiado no reflejo estos hechos en el acta del partido pues al parecer indicó que ningún componente del equipo arbitral lo escuchó. Sin embargo, la versión del jugador afectado es que hubo graves insultos, que según esta versión sería: "Puto negro, vete a tu país".

El presidente del Moralo, Horacio López: "Presuntamente ha habido un jugador del Trujillo que ha insultado a un jugador de nuestro equipo con expresiones racistas, que es por lo que viene toda la tangana final, que es lo que me ha contado mi jugador, que estaba llorando después del partido".

Por su parte, el entrenador del Trujillo condenó que se haya producido una situación de "violencia incontrolable, que lo único que hace es llevarte un mal sabor de boca porque son cosas que no deberían de darse en este deporte". El Trujillo se remite al acta arbitral, que no refleja esos presuntos insultos racistas por los que reaccionó el jugador marfileño.

Un nuevo bochorno del fútbol español, que todavía tiene muy presente el incidente entre el jugador del Rayo Majadahonda Cheikh Sarr con un aficionado y la continuas reivindicaciones de un Vinicius que vive ataques racistas en muchas ocasiones.

Las peores miserias vomitadas sobre la pelota: del "negro, cabrón, recoge el algodón", al sonido de las cámaras de gas nazis

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Al observar a Cheikh Sarr saltar hacia la zona del público en el estadio de Las Llanas por haber escuchado «corre, negro de mierda», recordé de inmediato un partido al que acudí hace más de 30 años, cuando empezaba en esta profesión, para cubrir un encuentro del entonces Español, todavía con ñ, frente a un Sestao que en aquella época tampoco llevaba el apellido de River. Era el Sestao Sport Club. El portero visitante también era negro, como Sarr.

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Los New York Red Bulls se retiran de un torneo juvenil de fútbol por insultos racistas

Los New York Red Bulls se retiran de un torneo juvenil de fútbol por insultos racistas

Actualizado Sábado, 6 abril 2024 - 09:22

Los New York Red Bulls se retiraron del torneo juvenil Generation Adidas Cup (GA Cup) después de que algunos de sus futbolistas aseguraran haber sufrido insultos racistas por parte de jugadores de equipos rivales.

"Los New York Red Bulls han decidido retirarse de los torneos sub-15 y sub-17. No hay lugar para la discriminación en torno al juego competitivo. Como organización, apoyamos a nuestros jugadores dentro y fuera del terreno de juego", dijo el equipo neoyorquino este viernes en un escueto comunicado.

Por su parte, MLS NEXT, organizadora de este torneo, aseguró que, después de "tres acusaciones de lenguaje discriminatorio" en dos partidos de la GA Cup, investigó y suspendió a esos jugadores cuya identidad no reveló por ser menores de edad.

"MLS NEXT se mantiene firme en su compromiso de erradicar los incidentes discriminatorios y raciales en todos los niveles de este deporte", indicó en una nota de prensa.

Para saber más

Según el portal The Athletic, los Red Bulls sostienen que Eric Tai, defensa del conjunto sub-17, recibió un insulto racista por parte de un jugador del Hajduk Split de Croacia. Ese futbolista fue expulsado del partido por el árbitro.

Días antes, Joshua Grant, portero del equipo sub-17, aseguró haber sufrido un insulto racista por parte de un futbolista del Monterrey de México.

El equipo sub-17 de los Red Bulls quedó eliminado tras la derrota contra el Hajduk Split pero el sub-15 tenía que disputar los cuartos de final contra el Toulouse pero no jugó ese encuentro.

"Lo que ha sucedido en estos dos partidos es completamente inapropiado y ha cambiado nuestro equipo para siempre", dijeron los jugadores del conjunto sub-17 en un comunicado recogido por The Athletic y la cadena ESPN.

"La extrema falta de acción por parte de la liga es inaceptable y deja un sentimiento de desconfianza e incertidumbre sobre nuestra seguridad y bienestar cuando jugamos (...). Esperamos que esta situación saque a la luz este problema persistente en el fútbol y en nuestro mundo", añadieron.

El Comité de Competición sanciona con dos partidos a Cheikh Sarr y le quita tres puntos al Majadahonda

El Comité de Competición sanciona con dos partidos a Cheikh Sarr y le quita tres puntos al Majadahonda

El Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sancionó ayer con dos partidos de suspensión al portero del Rayo Majadahonda Cheikh Kane Sarr por el incidente ocurrido ene el estadio de Las Llanas en el que se enfrentó a los aficionados locales del Sestao River que le insultaban, durante el partido de Primera RFEF disputado el pasado sábado. Además, por «conducta contraria al buen orden deportivo» le impuso una multa de 600 euros y 90 a club, en aplicación del artículo 129 del Código Disciplinario de la RFEF.

El Juez Disciplinario Único de la Federación también decidió otorgar la victoria por 3-0 al Sestao River después de que el encuentro se tuviera que suspender en el minuto 87 con 2-1 a su favor en el marcador. El Rayo Majadahonda, además, perderá tres puntos más en la competición, por lo que su salvación [es último a dos puntos del penúltimo, el Logroñés] será ya imposible.

Por los insultos racistas a Cheikh Sarr, el Sestao River tendrá que disputar dos partidos a puerta cerrada y abonar 6.001 euros en concepto de multa. Ayer mismo, el club vasco, mediante un comunicado negó que hubiese «cánticos racistas», y pidió que se respete la «presunción de inocencia» y que no se levanten «acusaciones veladas que aún no han sido probadas por la justicia». «En ningún momento, durante la celebración del encuentro de fútbol, se produjeron cánticos racistas hacia ninguno de los protagonistas: la prueba es que en las actas del partido, tanto la arbitral como la de la Ertzaintza, no se refleja nada al respecto, ni tampoco a través de las imágenes de televisión», señaló.

El acta arbitral, clave

La decisión del Comité de Competición responde al acta del colegiado Francisco García Riesco después del partido. En ella, el árbitro asegura que los insultos que denunció el portero, al que habrían llamado «puto mono» y «puto negro de mierda», no pudieron ser escuchados por el equipo arbitral.

Cheikh Sarr.

Cheikh Sarr.MUNDO

En cambio, García Riesco notificó al órgano sancionador de la RFEF que Sarr saltó la valla para sujetar a un espectador y después se acercó al propio colegiado con intención de agredirle, por lo que le mostró la tarjeta roja. El futbolista lo negó en una entrevista en este periódico y volvió a insistir en ello en una rueda de prensa. «Sólo quería hablar con él, pedirle explicaciones por la expulsión», manifestó.

Según la normativa, Sarr podría haber sido sancionado con hasta 22 partidos de inhabilitación por la acumulación de actos reflejados en el acta.

El juez, en su resolución, entiende que el jugador, pese a ser "el sujeto pasivo ofendido gravemente, y titular del máximo derecho de defensa", debería haber ejercitado ese derecho siguiendo los cauces legales específicos, y en tiempo y forma, cuando comenzaron los insultos racistas en el minuto 50 como él ha manifestado.

"Debería haberlo puesto en ese momento en conocimiento del árbitro, y éste hubiera activado el Protocolo de Actuación sobre Incidentes de Público", que conlleva la detención del partido, el aviso por megafonía y de persistir los insultos decretar incluso la suspensión definitiva del encuentro.

"El jugador no puede tomar ninguna iniciativa antijurídica ni tomar la 'justicia por su mano' tomando a un espectador por la bufanda, a riesgo, además, de agravar las posibilidades de que los incidentes deriven en otros de mucho mayor calado, poniendo incluso en riesgo su propia integridad física", añade.

Leve violencia

Para el juez, la defensa de su dignidad debe realizarse sin vulnerar la normativa deportiva aplicable, siguiendo por tanto los cauces legales adecuados y por supuesto, en definitiva, respetando el estado de derecho.

"Su actuación, saltando la valla de separación y actuando con cierta leve violencia -aunque no que conste haya llegado al insulto ni a la agresión- es plenamente reprochable, actuación soliviantada que prosiguió cuando el árbitro le mostró la tarjeta roja lo que nos obliga a considerarle autor de la infracción leve de conducta contraria al buen orden deportivo", añade.

El juez explica que este comportamiento podría sancionarse con hasta cuatro partidos, de acuerdo al artículo 129 del Código Disciplinario, pero le impone solo dos al entender que no llega a constituir una infracción grave por "la existencia de una indudable provocación".

El fallo apunta que la retirada del Rayo Majadahonda del terreno de juego "es una infracción cometida consciente y voluntariamente, contemplada en el artículo 82 Código Disciplinario, por lo que multa al equipo con 3.006€; le da el partido por perdido por 3-0 y le descuenta tres puntos en la clasificación.

Reincidencia

Respecto al Sestao, que no ha remitido alegaciones, el juez le sanciona con disputar a puerta cerrada los dos próximos partidos que juegue como local y a pagar una multa de 6.001 euros, por no haber pedido, a través de su capitán, la activación del protocolo de incidentes de público, "pasividad" que deriva en el presente caso.

El juez argumenta su decisión de cerrar el campo en que la clausura parcial del mismo, medida adoptada hasta ahora en casos similares, "carece del necesario efecto disuasorio", ya que los autores de los insultos racistas pueden ubicarse libremente en otros sectores del estadio, que no suele completarse en Sestao.

"La medida punitiva de clausura parcial pierde la necesaria eficacia y ello, amén de constatarse una y otra vez, la extendida ausencia de medidas de control específicas para que, en cada partido, se identifiquen y se repriman, de inmediato, actitudes que conculcan derechos humanos elementales, lo que sin duda justifica que haya de modificarse el criterio, sustituyéndole por medidas como la de celebración de partidos a puerta cerrada, medida coercitiva que será que será reproducida, e incluso ampliada, en el indeseado supuesto de repetición de hechos similares que se produzcan en el futuro", agrega.

El dilema de sancionar a Cheikh Sarr: castigar de cuatro a 22 partidos o esperar al juez

El dilema de sancionar a Cheikh Sarr: castigar de cuatro a 22 partidos o esperar al juez

El Comité de Competición afronta a partir de hoy una de las decisiones más controvertidas de los últimos tiempos, como es la de imponer una sanción a una presunta víctima de un ataque racista, el portero Cheikh Kane Sarr, al valorar únicamente su reacción a partir del acta del colegiado Francisco García Riesco en el partido entre el Sestao River y el Rayo Majadahonda.

El colegiado reflejó en el acta que los insultos que denunció el portero, al que habrían llamado «puto mono» y «puto negro de mierda», según su testimonio, no pudieron ser escuchados por el equipo arbitral. En cambio, escribió que saltó la valla para sujetar a un espectador y después se acercó al propio colegiado con intención de agredirle, por lo que le mostró la tarjeta roja. El futbolista lo negó en una entrevista en este periódico y volvió a insistir en ello, ayer, en una rueda de prensa. «Sólo quería hablar con él, pedirle explicaciones por la expulsión», manifestó.

El Rayo Majadahonda ha basado en ello buena parte de las alegaciones que ha dirigido al Comité de Competición, en las que indica que la apreciación del colegiado es totalmente subjetiva y que de las imágenes no puede desprenderse que intentará agredirle.

Artículos 99 y 105

Según la normativa, Sarr podría ser objeto de una acumulación de sanciones, al quedar reflejadas en el acta las dos situaciones. «Insultar, ofender o dirigirse en términos o actitudes injuriosas al árbitro principal, asistente, cuarto árbitro, directivos o autoridades deportivas, salvo que constituya falta más grave, se sancionará con suspensión de cuatro a doce partidos», según el artículo 99 del Código Disciplinario.

Por otra parte, en el artículo 105 se dice: «Incurrirán en suspensión de cuatro a diez partidos o multa en cuantía de 602 a 3006 euros aquellos cuya conducta sea contraria al buen orden deportivo cuando se califique como grave». Este artículo sería, pues, el aplicable en el caso de su salto a la grada, donde agarró por la bufanda al aficionado que le había insultado, según su denuncia.

Tras salir del estadio de Las Llanas, el jugador puso una denuncia en una comisaría de la Ertzaintza y, a su vez, fue denunciado posteriormente por el aficionado al que agarró. Ello debe dar apertura al inicio de un proceso en vía penal que podría llevar a los miembros del Comité a aplazar la decisión en vía deportiva, dado que la disciplina deportiva es una función pública delegada por el Estado a la Federación, en virtud del principio de prejudicialidad, que da prioridad a la vía penal, siempre que después de ambas denuncias se hayan abierto ya las pertinentes diligencias.

El laberinto penal del racismo en el fútbol español: "La vía administrativa es más efectiva que la penal"

El laberinto penal del racismo en el fútbol español: “La vía administrativa es más efectiva que la penal”

«Un aficionado inglés, condenado a 14 semanas de cárcel por los insultos racistas a varios jugadores durante la Eurocopa». «Condenan a seis meses de cárcel a un aficionado inglés por insultos racistas a Ferdinand». «Condenado a tres meses de prisión condicional un aficionado francés por injurias racistas a un jugador del Valenciennes». «Le quitan un punto al Toulouse por los comportamientos xenófobos de sus aficionados con el portero rival». «171 ultras de la Juventus, vetados y multados por cánticos racistas contra Lukaku»... Durante los últimos años, el fútbol europeo ha sido cada vez más contundente contra la lacra del racismo, pero España, ahora en el foco de las críticas, parece caminar por un laberinto a la hora de sancionar con dureza los cánticos e insultos que se sirven de la raza de alguien para hacerle daño.

El problema social está claro: hay cada vez más personas que acuden a un estadio de fútbol y deciden realizar insultos racistas contra un futbolista o un entrenador. Los datos están ahí, y también las denuncias. LaLiga, sin competencias sancionadoras, es la gran impulsora de los reclamos contra estos hechos, evidenciando cómo desde 2020 los insultos y las denuncias por la vía penal se han multiplicado. Son ya más de 20 desde hace cuatro años.

El artículo 510 del Código Penal establece penas de prisión de uno a cuatro años por «promover o fomentar el odio sobre un individuo por su raza» y de seis meses a dos años a quienes «lesionen la dignidad de las personas mediante acciones que entrañen humillación, menosprecio o descrédito» por su raza. Pero los papeles parecen caer en saco roto. ¿Por qué?

«Lentitud y falta de medios»

Todavía hoy, en abril de 2024, Iñaki Williams sigue esperando la sentencia sobre los insultos racistas que recibió el 25 enero de 2020, hace más de cuatro años. El caso, la primera causa penal de la historia de España por racismo durante un partido de fútbol, se encuentra en los Juzgados de Cornellà a la espera de juicio oral. La Fiscalía pide dos años de prisión para el acusado, la prohibición de acceso a estadios durante cinco años y más de 5.000 euros de multa.

Pero el desarrollo judicial, lento pero constante, del proceso de Cornellà dista de otros que se produjeron meses después en el fútbol español. La Fiscalía archivó en septiembre de 2022 la denuncia por los insultos racistas a Vinicius en el Camp Nou, en octubre de 2021, al no poder identificar la Policía al responsable. Fue el inicio de la guerra del brasileño contra el racismo en el fútbol español, una lucha que enfureció al delantero al ver también archivada la causa tras los insultos que recibió en Son Moix en marzo de 2022.

«El sistema judicial español es un sistema bastante garantista para el reo. Tiene que haber una certeza de que ha cometido ese delito. Y ese sistema implica lentitud, también por falta de medios», explica Nicolás de la Plata, profesor en Derecho Deportivo de la Universidad Europea, que analiza los diferentes ámbitos sancionadores del deporte español: «Por un lado, la vía penal. Por otro, la vía deportiva, mediante el Comité de Competición, que no puede ir contra un aficionado porque no tiene licencia federativa, sólo contra el club. Y por otra, la vía administrativa, a través de la Comisión Antiviolencia, que puede proponer una sanción a la subdelegación de Gobierno».

¿Vía penal o vía administrativa?

Y es ahí, en el laberinto de los sistemas sancionadores, donde el racismo en el fútbol español no encuentra su salida. «La vía administrativa es rápida, pero si en paralelo se lleva a la vía penal, en la mayoría de los casos debe esperar», insiste De la Plata. Es decir, antes de esperar archivos de causas, investigaciones sin demasiadas herramientas y procesos eternos en los juzgados, los expertos prefieren las multas económicas y las sanciones de los clubes a sus socios. «Salvo cuestiones graves, el racismo en el deporte en España se tiene que arreglar por la vía disciplinaria deportiva y administrativa. Es más efectiva que la vía penal. Multas económicas y cierre de gradas. Que todos los aficionados vean que les afecta», añade.

Mientras, una decena de denuncias siguen sobre la mesa de los juzgados españoles. Los fiscales deslizan que son demasiadas, muchas con pruebas de audio pero sin imagen, o viceversa, lo que hace tortuosa la investigación. Y mientras, también, los racistas replican sus vergonzosas actuaciones en otros estadios.

El sueño europeo de Cheikh Sarr convertido en pesadilla: diáspora por equipos y gritos racistas

El sueño europeo de Cheikh Sarr convertido en pesadilla: diáspora por equipos y gritos racistas

Europa, el sueño de millones de africanos, era más real para el adolescente Cheikh Kane Sarr (Dakar, 2000) gracias a la pelota. No hay muchas formas de llegar a nuestro continente con garantías. Las demás conducen a un destino incierto que nada tiene que ver con un sueño, como son la explotación, el desamparo o hasta la muerte. Sarr era un privilegiado. El fútbol le permitió cumplir el suyo con 18 años. Aunque el camino que le esperaba no era el de una estrella, pese a ser ya internacional con la selección sub'20 de Senegal, era al menos un camino, un porvenir. Había pensado en todos los riesgos, pero jamás creyó que un grito pudiera convertir aquel sueño en una pesadilla. El grito que dijo escuchar en Sestao fue «¡puto negro de mierda!».

En silencio, absoluto silencio, por decisión propia y consejo de su club, el portero del Rayo Majadahonda se encuentra superado por las circunstancias. A pesar de haberse ejercitado en el gimnasio, ayer, en la primera sesión tras lo sucedido el sábado en Sestao, Sarr se sorprendía de que las cámaras intentaran perseguirlo en unas instalaciones sin los cortafuegos de los grandes clubes. El Rayo Majadahonda juega en Primera RFEF y utiliza instalaciones ajenas, en el barrio de la Oliva de la población madrileña, para algunos entrenamientos.

Los compañeros intentaron en todo momento arroparlo, especialmente el capitán Jorge Casado, el mismo que saltó a la grada de Las Llanas cuando Sarr agarraba por la bufanda al aficionado que presuntamente le había insultado. «Esto no hay que olvidarlo, pero vamos a intentar centrarnos en el siguiente partido, el sábado», dijo Casado. Al capitán y a todo el equipo les sorprendió, ayer, la llegada de la Guardia Civil. «Han venido a ofrecernos asesoramiento y a resolver las dudas que tuviéramos, no únicamente a Cheikh, y les estamos muy agradecidos», añadió.

Preocupado por su familia

La presencia de los agentes asustó un poco más al portero, que desde las horas posteriores a lo sucedido temía por las repercusiones que pudiera tener el episodio. Se mezclaban en su interior la rabia y una parte de vergüenza por su reacción, según observaron sus compañeros en el vestuario. También le preocupaba que el hecho pudiera alarmar a sus familiares en Senegal. Arrancó su coche y salió disparado del entrenamiento.

Sobre la cabeza del senegalés pesa una dura sanción, dado que el árbitro reflejó en el acta su actitud pero dijo no escuchar los insultos. Cada paso es importante, y más en un club al que llegó hace meses, en agosto, y en el que intenta asentarse después de una diáspora por clubes modestos desde que, en 2018, llegara al juvenil del Nástic de Tarragona, procedente del Ndagane de su país.

Por el club de Tarragona ha tenido varios pasos y también ha pasado por el Vetusta, filial del Oviedo, Recreativo Granada o Castellón, antes de llegar al Rayo Majadahonda al principio de esta temporada.

Contrato hasta junio

En el vestuario hablan de Sarr como de un «chico siempre dispuesto», un «buen tipo» al que creen capaz de inventarse nada semejante. El sábado, cuando todos se retiraron a la caseta tras negarse a continuar, el guardameta se derrumbó, abatido. Ayer continuaba del mismo modo, en shock.

El jugador, que tiene contrato con el club madrileño hasta junio, ha disputado únicamente seis partidos esta temporada, por lo que tampoco en el Rayo Majadahonda ha encontrado la regularidad que busca y ahora teme que este episodio pueda perjudicarle. Los próximos días serán clave, por lo que decida el Comité de Competición y las conclusiones de la Ertzaintza.

Cheikh Kane Sarr: “No puede ser que al que insultan y sufre, además lo sancionen”

Actualizado Lunes, 1 abril 2024 - 22:37

Pide un poco de tiempo, porque es el momento de romper el ayuno del ramadán. La luz se apaga en el estadio del Rayo Majadahonda, donde algunos padres esperan al entrenamiento de sus hijos. Cheikh Kane Sarr (Dakar, 2000) entra en las oficinas del club. Es un joven con cara de asustado. Habla con pausas, pero con claridad y la mirada limpia. Sólo después de los primeros minutos, sonríe. Todavía no ha digerido el hecho de ser una de las personas más buscadas por los medios de comunicación, cuando hace apenas 72 horas era un futbolista anónimo, que empezaba a encontrar la titularidad en su equipo después de una diáspora por clubes modestos en busca de la gloria. Entonces escuchó algo como un estallido en su cabeza, justo cuando se agachaba a coger una botella, en el estadio de Las Llanas, en Sestao. Se sienta y accede a explicar por primera vez, para EL MUNDO, los hechos que vivió y quiere ya olvidar, y el sufrimiento que anida bajo su piel.

Para saber más

Explique qué sucedió exactamente.
En la segunda parte cuando cambiamos de campo, ya empecé a notar algunos gritos. En el minuto 50 empezaron a hacer los sonidos del mono, del simio. En el 82, después de recibir el segundo gol, fui a coger agua para beber. Entonces escuché de todo: "Negro de mierda, puto negro". Antes de esto había mucha otra gente que insultaba, no sólo a mí, también insultaban a los españoles, mucha gente. Pero entonces escuché a este señor.
Y saltó a la grada.
Sí. No podía más. Estaba muy nervioso. Había escuchado los gritos. Estoy en ramadán... Quería preguntarle por qué me trataba así, si tenía o no familia y podía comprenderme. No tenía intención de agredirle para nada, en absoluto. Por eso le agarré por la bufanda. ¿Cómo iba yo a pegarle? Jamás he agredido a nadie. Si me sancionan, ésta será la primera sanción que tenga en mi vida.
Entonces llegaron sus compañeros, el capitán...
Sí, y les agradezco que lo hicieran, aunque no habría pegado a nadie.
¿La gente quería agredirle a usted?
Cuando intentaba hablar con este señor que me había insultado, llegaron y me empujaron. Entonces fue cuando llegaron mis compañeros. Han hecho mucho por mí estos días y me han tratado con cariño, también en el club, todos.
El árbitro [García Riesco] escribió en el acta que usted se acercó con intención de agredirle.
Por favor. Lo que quería era pedirle explicaciones. Preguntarle por qué me sacaba una tarjeta roja. La verdad, no puede ser que al que insultan y sufre, además lo sancionen. No se qué pasará con la decisión del Comité de Competición, pero me gustaría que pensaran en esto. A nadie al que insulten se puede sancionar por reaccionar. Insisto. No fue violencia, fue querer dialogar. Además, el árbitro ni siquiera se acercó a preguntarme a mí qué había pasado. ¿Cómo puede ser eso? La verdad, pensé que lo primero que iba a hacer era protegerme a mí, pero no. Lo que hizo fue expulsarme.

"Se necesitan más micrófonos, más cámaras y sanciones más duras"

Se le observa muy excitado cuando ve la roja.
Pues claro, ¿cómo no voy a estarlo? Pero para nada intento agredirle, sólo quiero una explicación. Estoy seguro de que si hubiera sido un partido de LaLiga, de Primera, habría actuado de otra manera.
Usted llegó a España a los 18 años, cuando era casi un juvenil, y ha pasado por muchos equipos antes de llegar al Rayo Majadahonda [Nàstic, Recreativo Granada, Castellón, Vetusta de Oviedo]. ¿Le había sucedido más veces?
La verdad es que sólo recuerdo una vez, creo que en el campo del Socuéllamos, que decían algunas cosas, pero no tuvo nada que ver con lo de esta vez.
Vinicius dijo que España es un país racista. ¿Lo cree usted también?
Creo que hay racismo en todos los países, pero no eso no significa que los países lo sean en su conjunto. Es a esas personas a quienes hay que sacar de los campos y castigar en la sociedad y proteger a quienes lo hemos podido sufrir.
¿Qué cree que debería hacerse para erradicar las conductas racistas de los campos?
Más micrófonos, más cámaras, más medios y sanciones más duras. Creo que desde las federaciones y la Liga se pueden hacer más cosas.

"Me llamaban desde Senegal asustados. '¿Qué ha pasado?'"

Cuando salió de Senegal y perseguía el sueño de su vida, triunfar en Europa, ¿pensaba que podía pasar por una situación como ésta?
La verdad es que cuando vives en África y decides salir sabes que debes estar preparado para todo. Pero hasta que no vives el racismo no sabes cuánto se padece.
Ha habido muchas personas importantes que le han mostrado su apoyo, uno de los primeros Vinicius...
No soy muy de redes, la verdad, y menos en un día como hoy. Pero lo agradezco y creo que si las personas importantes con nuestra piel reaccionan y se muestran firmes, eso ayudará mucho en la lucha y nos dará fuerza.
¿La noticia ha llegado a su país?
A toda África. Era una de las cosas que más me preocupaba, por mi madre, por mi hija, a la que tengo que proteger de todo esto, del racismo. Mis sobrinos son los que se enteraron primero. Me llamaban desde Senegal asustados. "¿Qué ha pasado?", me preguntaban. He intentado tranquilizarlos, claro, pero me ha dolido por ellos. Sufren conmigo.
España da la razón a Vinicius con el racismo

España da la razón a Vinicius con el racismo

Cheikh Kane Sarr. Negro. Quique Sánchez Flores. Gitano. Marcos Acuña. Suramericano. Todo en un ratito de un sábado por la tarde. ¿No era el racismo en el fútbol español un invento de Vinicius para su documental de Netflix?

Desde que Vini rompió a llor

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Jugar con desventaja por ser negro: "Deben trabajar más para que no les afecte"

Jugar con desventaja por ser negro: “Deben trabajar más para que no les afecte”

Después de la pandemia tres investigadores de la italiana Universidad de Trento, Mauro Caselli, Paolo Falco y Gianpiero Mattera, entendieron que era un momento único para responder a una pregunta imposible: ¿Cómo afecta el racismo al rendimiento de los futbolistas negros? Por primera vez podían comparar partidos de una misma temporada con público y sin público y adivinar si jugaban mejor en estadios llenos o vacíos. Agruparon todas las estadísticas de la temporada 2019-2020 de la Serie A presentes en la base de Opta, añadieron datos propios -la dificultad de los partidos, por ejemplo- y gracias al algoritmo Alvin482 crearon un índice objetivo para analizar sus actuaciones. La conclusión fue clarísima: sin aficionados mirando, aplaudiendo o insultado, los jugadores italianos mantenían su nivel, los de origen europeo jugaban ligeramente peor (0.036 puntos menos), los sudamericanos mejoraban tímidamente (0.012 puntos más) y los jugadores procedentes de África realmente brillaban (0.153 puntos más).

«El descubrimiento es chocante porque hemos analizado las actuaciones de futbolistas que son los mejores en su profesión y que cuentan con un alto reconocimiento social y económico. Pese a ello, es evidente que el racismo disminuye su rendimiento», finalizaba su trabajo titulado Cuando los estadios callaron publicado en 2021.

El racismo en los estadios españoles es un problema social, un problema cultural e incluso un problema económico, pero también es un problema deportivo. Como señaló el estudio de los investigadores de la Universidad de Trento y corroboran los expertos, Vinicius, Lamine Yamal, Iñaki y Nico Williams o Memphis están en desventaja competitiva por el simple hecho de ser negros. «Es una losa que deben llevar encima. Un jugador blanco no carga con ese peso. Muchas veces olvidamos que los futbolistas son personas y que este tipo de insultos pueden suponer un martirio. En la mayoría de casos ya han sufrido discriminación de pequeños, vienen de entornos desfavorecidos, y en el mejor momento de sus vidas, triunfando a varios niveles, se encuentran que tienen que seguir conviviendo con lo mismo», analiza Juan Carlos Álvarez Campillo, psicólogo deportivo que ha trabajado con la selección española o el Sevilla.

RFEF/Pablo GarcíaRFEF/EFE

Según su experiencia, son muchos los jugadores que viven con ese hándicap y sólo superan sus desventajas quienes lo encaran. «Tienen toda la razón, el racismo es intolerable, las autoridades deben tomar medidas, pero los futbolistas deben trabajar para que no les afecte. Recuerdo que me decía el ex delantero Michu que, en sus mejores partidos, no escuchaba nada, que era como si el público estuviera en silencio. Ese es el estado de concentración al que hay que aspirar a través de ejercicios, como visualizaciones, prepararte para esos insultos», expone Álvarez Campillo, que asegura que el ideal es estar concentrado en el campo y denunciarlo fuera, pero que es complicado compaginarlo.

Ser campeón y activista

El pasado martes, en la rueda de prensa previa al España-Brasil disputado en el Bernabéu, Vinicius habló del racismo sufrido y advirtió que se había planteado dejar el fútbol. Ese fue el titular, la frase más destacada, pero antes incluso de romper a llorar, dejó una clara reflexión en ese sentido, reconociendo la desventaja futbolística que afronta. «Voy a los partidos con la cabeza centrada en jugar, en hacer lo mejor para mi equipo y no siempre es posible. Me tengo que concentrar mucho, todos los días», aceptó mientras anunciaba que no daría un paso atrás y seguiría encabezando la causa contra la discriminación.

Su camino hoy es tan justo como complicado. Más allá del enorme ejemplo de Muhammad Ali, algunos deportistas han manejado con éxito el activismo, como hicieron Bill Russell y Arthur Ashe y hacen LeBron James o Lewis Hamilton, pero a otros les costó la carrera. Tommie Smith y John Carlos, los autores de la protesta del Black Power en los Juegos Olímpicos de México 1968, nunca regresaron a un podio.

«A nivel social es una excelente noticia que un futbolista lidere una causa como la lucha contra el racismo, pero no así en busca del máximo rendimiento deportivo. Es muy difícil manejar un asunto así y estar totalmente concentrado. A nivel psicológico hablamos mucho de las ideas que hacen que funciones mejor, de los pensamientos que te ayudan, lo que llamamos ideas potenciadoras. Esto sería lo contrario», añade David Peris, presidente de la Federación Española de Psicología del Deporte, que termina con una reflexión: «El futbolista normalmente se deshumaniza y la rivalidad deportiva sirve como argumento para cualquier cosa. Si cobra mucho no puede sufrir. Si es el contrario se le puede insultar. Pero esa hostilidad no tiene por qué tolerarse más, esos comportamientos deben desaparecer de las gradas»