Laporta no descarta medidas judiciales y pedir la repetición del clásico por el gol fantasma

Laporta no descarta medidas judiciales y pedir la repetición del clásico por el gol fantasma

Actualizado Lunes, 22 abril 2024 - 15:40

Continúa la polémica por el gol fantasma en la portería del Real Madrid durante el encuentro del pasado domingo en el Santiago Bernabéu.

A través de los medios oficiales del club, el presidente del F.C. Barcelona, Joan Laporta ha emitido un comunicado en el que anuncia que reclamará al Comité Técnico de Árbitros y a la Federación la totalidad de las imágenes y los audios que sirvan para dilucidar la jugada en la que Lunin despeja el balón desde la línea a saque de esquina.

Si con ello, el Barcelona entiende que el gol debería haber subido al marcador, anuncia que tomará "las acciones oportunas, sin descartar las actuaciones judiciales que hagan falta". Además añade: "De confirmarse que fue un gol legal, iremos más allá y no descartamos pedir la repetición del partido tal y como ha ocurrido en un partido de ámbito europeo por un error del VAR".

"PROVOCA CONFUSIÓN"

En el comunicado, Laporta también ha dado su opinión sobre la actuación del videoarbitraje, del que asegura "quita espontaneidad al fútbol". "No solo quiero recoger el malestar de los barcelonistas por la mala gestión que se hizo ayer del VAR, sino poner el acento en que a pesar que la herramienta lleva tiempo entre nosotros sigue provocando confusión y criterios contradictorios según los partidos y los equipos", ha afirmado.

Por último, el dirigente también se ha querido dirigir a los socios del club, a quienes les ha transmitido que "esta posición del club no es gratuita ni ventajosa, sino una acción que nos obliga la situación que vivimos de indefensión y por haber sufrido numerosas acciones en el terreno de juego que nos han perjudicado".

La "leyenda" Lucas Vázquez y la respuesta de Ancelotti a Xavi: "Eso de que el Barça merecía ganar... Hay que verlo"

La “leyenda” Lucas Vázquez y la respuesta de Ancelotti a Xavi: “Eso de que el Barça merecía ganar… Hay que verlo”

En el asedio del Etihad, el Madrid y Lunin soportaron el lanzamiento de 18 córners por parte del Manchester City. Uno tras otro, el conjunto blanco consigió evitar que alguno de ellos terminara en gol y complicara una eliminatoria de absoluto sufrimiento. Pero ayer, en el minuto 6 del Clásico que podía decidir la Liga, en el primer córner del duelo, Raphinha puso un centro al segundo palo, Lunin intentó alcanzar el balón pero falló al calcular sus tiempos y Christensen cabeceó a la red el 0-1 de los de Xavi Hernández. Podría haber sido el comienzo de la remontada azulgrana en Liga, pero no, fue una remontada, otra más, de un Madrid que se niega a ser vencido.

El Barça se presentaba en el Bernabéu a ocho puntos y después del fracaso contra el PSG no quería escaparse de la lucha por el campeonato. Ancelotti, mientras, deslizó las obligadas rotaciones de Carvajal y Mendy pero apostó por su once de gala, aunque con Tchouaméni y Camavinga fuera de posición y Modric y Kroos compartiendo centro del campo. «Tienes que tener una fe y un carácter increíble, porque esto no es casualidad. Este equipo tiene algo que no empuja adelante», admitió Modric tras el duelo.

El escenario, además, estrenó virtudes. Chamartín presentó su nuevo videomarcador de 360 grados, una serie de pantallas led unidas por todo el anillo superior, de once metros de alto en los fondos y seis en los laterales. Bellingham, en su paseo previo a cada encuentro, alucinaba con la nueva tecnología.

Volviendo al césped, Vinicius empató desde el punto de penalti tras una falta de Cubarsí sobre Lucas. «¡Pero si se tira! ¡Se tira!», repetía Xavi al cuarto árbitro. No hubo dudas y el brasileño puso las tablas antes de que la otra polémica del duelo. En el 28, Lunin sacó sobre la línea un remate de Yamal y Soto Grado estuvo unos minutos esperando a que el VAR decidiera si era gol o no. La Liga no posee la tecnología que sí hay en otros campeonatos para avisar al colegiado cuando el balón supera la red, así que el VAR tuvo que decidir con las repeticiones de televisión.

Gündogan, incrédulo, le insistía al árbitro que viera su reloj. No sabía el alemán que la herramienta no funciona en el fútbol español. Al rato, Tebas salía al paso de las críticas y compartía en Twitter varios errores de la tecnología de gol en otras ligas europeas que sí disponen de ella. «No hay que callarse, es una vergüenza», criticó Xavi tras el duelo. «Dije que ojalá el árbitro pasara desapercibido y acertara. Y no ha pasado ninguna de las dos cosas. Es una lástima. Con el partido que hemos hecho, lo normal es ganar», añadió.

Ancelotti, por su parte, prefirió centrarse en el partido: «No quiero opinar de lo que ha dicho Xavi. Hemos sido capaz de dar hasta la última gota de energía. Eso de que el Barcelona merecía ganar... Hay que verlo».

El clásico dejó a Bellingham como protagonista, pero también a Lucas Vázquez. El inglés rompió sus más de dos meses de sequía en Liga y catapultó al Madrid al título con su 17º gol, a uno del Pichichi Dovbyk. El gallego, mientras, culminó una semana de ensueño. En el Etihad se puso a dar toques al balón antes de su penalti en la tanda y ante el Barça fue titular y participó en los tres goles. Provocó el penalti, marcó el 2-2 a pase del brasileño y asistió en el 3-2. «Faltando cinco minutos estábamos en una falta en contra y diciéndonos: 'Vamos a por el gol, a ganar'. Es eso lo que representa este club y este escudo», admitió Lucas tras el duelo.

En Twitter, Bellingham, que bailó con el gallego tras el tercero, ponía palabras al partido de Lucas: "Lucas Vázquez, p... leyenda".

Un histórico triunfo que completa el 3-0 madridista en los clásicos de este año: los dos de Liga y el de la Supercopa, algo que no pasaba desde la temporada 1935-1936. «Súmale seis al Barça y réstale seis al Madrid. Es lo que ha decidido la Liga», admitió Xavi.

El Madrid deja la Liga vista para sentencia, escapándose a once puntos a falta de 18. Los blancos deben enfrentarse a Real Sociedad, Cádiz, Granada, Alavés, Villarreal y Betis.

Adeu, Barça

Adeu, Barça

Un gol milagroso de Bellingham, justo en el minuto noventa, hizo al Real Madrid campeón de Liga, contra todos los intentos ofensivos de un Barcelona que jamás se rindió.

A veces creo que el Real Madrid es el Espíritu Santo, tan blanco como se le representa. Siempre alcanza el paraíso porque va vestido de blanco. Cuando en todo el partido Ancelotti sólo había salido a empatar, se aparece el santo Bellingham, que acaba con el Barça y con la Liga.

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El cabreo de Xavi: "Es una vergüenza. Merecimos ganar"

El cabreo de Xavi: “Es una vergüenza. Merecimos ganar”

Actualizado Domingo, 21 abril 2024 - 23:57

Por segunda vez en una semana, al Barça le tocó vivir la cara más amarga del fútbol. Tras el mazazo de la eliminación en los cuartos de final de la Champions frente al PSG del pasado martes en Montjuïc, se despidió a la práctica de cualquier opción de pelear por la Liga con una derrota por 3-2 ante el Real Madrid en el clásico.

Los barcelonistas, al término del duelo, se acercaron a la zona en la que podía haber más de los suyos para agradecerles su apoyo. Errores propios a nivel defensivo y lo que, para los visitantes, fueron a su vez fallos de apreciación del colegiado del duelo, César Soto Grado, acabaron por condenarlos a una derrota que puede significar, ya sí, el punto y final de la etapa de Xavi en el banquillo azulgrana. Si había algún tímido resquicio para ello, acabó por verse borrado de un plumazo.

«Me faltan palabras por el tema de la tecnología de la línea de gol, por el hecho de que no encuentren una buena imagen para revisarlo. Me parece una vergüenza, porque en otras ligas también lo tienen. Este mundo del fútbol mueve mucho dinero, no hay dinero para lo que es importante y me parece una vergüenza», reflexionó Marc André ter Stegen al término del encuentro, quien apuntó que la derrota se debió también a errores propios.

«No hemos estado al nivel de competitividad que deberíamos haber estado y eso nos quita puntos», agregó. «Es la realidad, no hay que callarse: es una vergüenza. Sí lo es sí», apuntó por su parte Xavi Hernández. «En la previa dije que ojalá el árbitro pasara inadvertido y que acertara. Ninguna de las dos», sentenció el técnico barcelonista. «Con el partido que hemos hecho, lo normal es ganar. Hemos jugado mejor», apostilló.

Un gol por decidir

La primera parte fue muy movida. Los azulgrana protestaron el penalti señalado a Cubarsí sobre Lucas Vázquez al entender que fue el madridista quien buscó el choque con el defensa. Esos, al menos, fueron los gestos que evidenció Xavi desde su área técnica y que fueron recogidos por las cámaras de televisión. La revisión del VAR, no obstante, no consideró oportuno modificar la decisión tomada con el juego en vivo por parte de un Soto Grado al que, ya terminado el partido, se le acercó el propio central canterano para preguntarle por el motivo de la pena máxima.

No mucho más tarde después, también a instancias del videoarbitraje, se decidió no conceder finalmente gol a los barcelonistas en una jugada que fue revisada durante varios minutos y en la que no acabó de quedar claro si el balón había atravesado o no completamente la línea de gol. El cuerpo de Lunin, que acabó dentro de su propia portería, en este caso, hacía imposible contar con una imagen que fuera realmente inapelable.

La imagen de Gündogan preguntándole al árbitro si no le había vibrado la muñeca, tal y como si ocurre, por ejemplo, en acciones de este tipo en la Premier, debería ser motivo de sonrojo para muchos. No es demasiado comprensible que una Liga que quiere codearse con la inglesa a nivel de repercusión y seguimiento internacional no tenga implementada una tecnología de línea de gol que pueda discernir, sin la menor duda posible, acciones que pueden decidir partidos e, incluso, un campeonato.

La lesión de De Jong

Muy especialmente, en un partido como el clásico, con una audiencia potencial de más de 600 millones de espectadores. Javier Tebas, el presidente de LaLiga, por su parte, respondería todas las criticas vertidas en las redes con un escueto tuit en el que tras señalar "Sin comentarios" recordó múltiples fallos de esta misma tecnología.

Después, llegaría una acción, esta más tímidamente protestada por los barcelonistas, alrededor de una posible pena máxima sobre Lamine Yamal que ni el colegiado del encuentro ni el VAR consideraron punible. Y, para colmo de males, en el tiempo añadido, Frenkie de Jong acabó dejando el terreno de juego tras una fuerte entrada de Valverde. El holandés, que se recuperó hace poco de un fuerte esguince en el tobillo derecho, abandonó el terreno de juego entre lágrimas, con claros gestos de dolor y tapándose la cara con las manos. Su ya maltrecho tobillo se llevó, otra vez, la peor parte.

Los brazos en cruz de Bellingham cierran la Liga ante el Barcelona en el Bernabéu

Los brazos en cruz de Bellingham cierran la Liga ante el Barcelona en el Bernabéu

Esto se ha acabado después de un clásico de circunstancias en el que el Madrid no necesitó del mejor Madrid, sólo de su espíritu, frente a un Barça que no es capaz de sujetar sus goles, ni en Montjuïc ni en el Bernabéu, ni en la Champions ni en la Liga. Continúa en su Sinaí, en una travesía del desierto que pronto abandonará Xavi. El abrazo a Ancelotti es el abrazo del adiós. Los brazos de Bellingham, en cambio, acabaron en cruz. Al inglés corresponde la estampa de esta Liga, que queda sentenciada de la misma forma que empezó, aunque este último acto le deba casi todo a un antidivo, Lucas Vázquez, como a los del Etihad. En ese equilibrio entre el brillo y el trabajo está el éxito de este Madrid, un campeón virtual en casa camino de otro Grial. [Narración y Estadísticas, 3-2]

Lamine Yamal arrancó de la misma forma y en el mismo lugar en el que se fue del campo ante el PSG con la cara de quien pregunta qué he hecho yo. Marcar la diferencia. En el Bernabéu, que ya le había aplaudido vestido de rojo, continuó para quitarle la razón al entrenador por su errática decisión en la Champions. Si alguien así se va del campo, vayámonos todos. Su juventud, como la de Cubarsí, es la única prueba de vida que deja este Barça, obligado a reinventarse frente a un Madrid robusto, por juego, por caja y por estadio.

Camavinga sufrió a Lamine Yamal porque el azulgrana tiene la velocidad que hace sufrir a cualquiera. Con una tarjeta cargó al francés, al que Ancelotti había decidido volver a colocar en el lateral, en un cálculo de puntos y de esfuerzos en el que lo único que había que hacer era no perder. La Liga estaba mentalmente ganada y había que poner lo mejor en la Champions. Ahora, con 11 puntos de ventaja sobre 18 posibles, lo está virtualmente.

DEPRIMIDO Y DESESPERADO

El Barça no se encuentra en ninguna de esas situaciones. Está entre deprimido y desesperado. La victoria en el Bernabéu era la única forma de mantener viva una quimera y de no convertir lo que resta de temporada en un tormento. Le queda la queja, con o sin razones, en el penalti o sobre la línea de gol, ayer en el Bernabéu, pero eso no le ofrece coartada para sus errores. está donde merece.

Los equipos hechos para los títulos no saben jugar por nada. Los jugadores, tampoco, y menos los implicados en la Eurocopa y Copa América que vienen. Un mal asunto para Xavi. Ya dijo que se va, ya sabe que se va, con Rafa Márquez preparado en el piso de abajo, pero la forma de acabar puede ser todavía peor si los futbolistas no se entregan con la profesionalidad debida. Veremos.

Esa desesperación convertida en necesidad llevó al Barcelona a imprimir una presión altísima nada más salir. Obtuvo frutos frente a un Madrid contemplativo, en el que Lucas Vázquez volvía a la derecha después del estajanovista esfuerzo de Carvajal en Manchester. Camavinga en la izquierda y Tchouaméni como central auxiliar un día más. Modric y Kroos volvían a encontrarse en la titularidad como tiempo atrás. El croata, en su mejor versión.

Error de Lunin

Encontró frutos el Barça, aunque el fruto que buscaba llegaría a balón parado. Es paradójica la eficacia que el Madrid mostró bajo el bombardeo de córners en el Etihad y, en cambio, el primer balón volado en paralelo a la portería acabó en la red después de un error de bulto del último héroe de la Champions. Lunin hizo una salida en falso y Christensen remató antes de que venciera la parábola. Pudo llegar otro en el área local en un balón que se paseó ante la mirada de los defensas de Ancelotti. Después del extremo ejercicio de concentración realizado ante el City, es posible que se produjera una descomprensión también en lo mental. Posible y humano.

La falta de tensión defensiva, de hecho, llevó al Madrid a tener que sobreponerse por dos veces a los goles del Barcelona. Si en la primera parte fue un balón parado, en la segunda fue un centro de Lamine Yamal el que encontró a todas las piezas fuera de sitio. Ferran Torres jugó al engaño ante Lunin y su rechace lo cazó Fermín, uno de los cambios de Xavi que entró a fuego en el partido. Acierte o no, Fermín siempre percute.

Acierte o no, Lucas Vázquez siempre cumple. Esta vez, no obstante, hizo mucho más que cumplir, al ser clave en las dos acciones que permitieron al Madrid materializar los dos empates y sujetar la Liga con holgura. Primero, al ser objeto de un penalti con dosis de pillería por parte de Cubarsí; después, al llegar al área como le gusta para rematar a la red de Ter Stegen. Como socio para transformar la pena máxima o para recibir la asistencia tuvo a Vinicius, 'titularísimo' también en los días de cálculo. A Lucas le quedaba una, la asistencia en el 91 a un Bellingham que fue como un Cristo resucitado siempre en el día más señalado. Su estampa es la del título.

El clásico charrúa del Madrid-Barça: la amistad, las dos adolescencias y los brazaletes de Valverde y Araújo

El clásico charrúa del Madrid-Barça: la amistad, las dos adolescencias y los brazaletes de Valverde y Araújo

El 23 de julio de 2015, Fede Valverde (Montevideo, 1998) debutó en el fútbol profesional uruguayo. Fue en un amistoso de pretemporada entre el Peñarol, el equipo de su adolescencia, y el Cruzeiro brasileño, celebrado en el estadio Atilio Paiva Olivera, un campo situado en la ciudad de Rivera, al norte de Uruguay, a unos metros de la frontera con Brasil.

Peñarol levanta pasiones en la mitad del país, repartiéndose el apoyo de la hinchada con Nacional, y el encuentro llamó la atención del público local, especialmente de los jóvenes futbolistas de la zona, que querían ver de cerca a algunas de las futuras estrellas de la selección. Sobre todos los demás, el centrocampista Fede Valverde, que unos meses antes, en mayo, había firmado un contrato con el Real Madrid. Tenía 17 años recién cumplidos y seguiría en Peñarol hasta alcanzar los 18.

Desde uno de los asientos de la grada, Ronald Araújo (Rivera, 1999), que vivía a unos metros del estadio y acababa de cumplir 16 años, observó el debut profesional de Valverde en el minuto 60 del encuentro. «Siempre que venía un equipo grande a jugar a nuestro departamento, nosotros íbamos a mirar, teníamos la oportunidad de ver jugadores. Y yo estaba en el estadio cuando entró y debutó Fede», recordó el defensa. Hoy se vuelven a medir en un clásico clave por la Liga. El Madrid, eufórico tras ganar en Manchester. El Barça, decaído después de caer ante el PSG.

Esa conexión entre Valverde y Araújo refleja dos realidades muy diferentes en su evolución futbolística. El del Madrid tuvo los focos sobre él desde sus inicios, formando parte de las categorías inferiores de Uruguay desde los 14 años, fichando por el Madrid a los 16, debutando con Peñarol a los 17, volando a España a los 18, cedido al Deportivo y debutando con la absoluta de Uruguay a los 19, afianzándose en el primer equipo del Madrid con 20...

Araújo, por su parte, creció en el equipo de su ciudad natal. Con 9 años llamó la atención de varios ojeadores e incluso llegó a tener una propuesta de Danubio, club de Montevideo, y de Boca Juniors, pero su familia no estaba dispuesta a separarse de él siendo tan pequeño. Así que siguió en casa, desde donde vio debutar a Fede Valverde. Quizás impulsado por la suerte de ese otro adolescente, Araújo dejó ese mismo verano el Huracán de Rivera y se mudó a la gran ciudad, a Montevideo, para fichar por el Rentistas, un equipo 'ascensor' del fútbol uruguayo. Dos años allí le sirvieron para que Boston River, también de la capital, se fijara en él. Doce meses en el club y sueño cumplido: Araújo fichó por el Barcelona 2019, con 20 años, y desde entonces nada volvería a ser igual.

El clásico de hoy es también el clásico charrúa porque mide a los dos grandes baluartes del fútbol uruguayo. El muro defensivo y el todoterreno del centro del campo, convertidos, 9 años después de aquella tarde de julio en Rivera, en futbolistas capitales de Real Madrid y Barcelona. Valverde será la temporada que viene uno de los cinco capitanes del conjunto blanco y ya es el capitán de Uruguay, y Araújo ya lleva el brazalete azulgrana, símbolo perfecto de su importancia dentro y fuera del terreno del juego para sus equipos.

Pero la rivalidad doméstica no impide que sean «muy amigos», como explican fuentes cercanas a ambos jugadores. Los orígenes de Valverde, a pesar del éxito deportivo, son también humildes, y dentro de la selección sus compañeros más cercanos son Araújo y Darwin Núñez.

La admiración es mutua. «Me fascina Araújo. Lo amo. Además es uruguayo y buen amigo mío», aseguró Valverde recientemente. «Enfrentarse con Fede en la Liga es duro, todos sabemos la calidad que tiene. Y después tenerlo en la selección es tremendo porque es un jugador excepcional. Nos da un salto de calidad», admitió Araújo el curso pasado. De Rivera al Bernabéu.

Xavi, sobre Gündogan: "Cuando no hay mala intención, no hay problema"

Xavi, sobre Gündogan: “Cuando no hay mala intención, no hay problema”

Actualizado Sábado, 20 abril 2024 - 15:12

La polémica desatada por el cruce de declaraciones entre Ilkay Gündogan y Ronald Araújo a raíz de la eliminación ante el PSG en la Champions está zanjada y olvidada. Así ha querido recalcarlo Xavi Hernández en la rueda de prensa previa al clásico contra el Real Madrid. El alemán señaló que su compañero, tal vez, debería haberse desentendido de Barcola en lugar de jugarse la expulsión. Algo a lo que el uruguayo respondió esgrimiendo la necesidad de mantener unos códigos inquebrantables en el vestuario. La chispa amenazó con acabar por hacer saltar un polvorín. Pero, ahora, ya está sofocada.

"No le veía demasiado problema, pero hablando se entiende la gente. Está todo solucionado", apuntó el técnico azulgrana. "Cuando no hay mala intención, no hay problema. Todo zanjado", recalcó. El propio Gündogan, de hecho, ya se había encargado previamente de empezar a limar asperezas en público a través de unas declaraciones recogidas por ESPN.

"Por supuesto, a veces hay situaciones en las que hay que aclarar las cosas, pero la intención de cada uno en este club es conseguir el éxito. De lo que se trata es de alcanzar nuestro máximo potencial e intentar ganar tanto como sea posible", aseveró el capitán del City que logró el triplete la temporada pasada. "Miramos hacia adelante. Creo que así es como se desarrollan y mejoran los equipos que acaban teniendo más exitosos: comunicándonos, mirándonos a los ojos y hablando en beneficio de cada uno de sus miembros", insistió.

"Un Madrid fuerte y reforzado"

Para tratar de retomar el camino del éxito, el Barça debe superar el mazazo de la derrota en casa ante el PSG. Y el Bernabéu sería un escenario ideal para lograrlo. Aprovechando, quizás, los sentimientos negativos que se desataron el martes. "Toca cambiar el chip. Hay que hacer que la rabia, la frustración y la impotencia del otro día se vuelvan a favor nuestro. Tenemos delante un Real Madrid fuerte y reforzado moralmente tras esta semana de Champions", reflexionó un Xavi muy consciente de la importancia de arrancar los tres puntos.

"Para nosotros es el partido más importante de la temporada. Hay que ganar para meter presión al líder. Si ganas, te pones a cinco puntos y ese es el escenario que nos gustaría. Al Real Madrid le tenemos un respeto extraordinario y nos lo vamos a dejar todo en el campo para intentar competir contra un equipazo", apostilló.

"A mí no me han citado"

El técnico, incluso, pidió que se volvieran a aparcar las especulaciones sobre una continuidad que, pese al anuncio de su marcha, no deja de salir una y otra vez a la palestra. En esta ocasión, con especulaciones de que este mismo fin de semana podría haber un encuentro clave acerca de este asunto. "No hay ninguna reunión. A mí no me han citado. Y eso, ahora, no es lo importante. Nos jugamos el título Liga. En caso de no ganar, ya será muy difícil. Y en caso de perder... Ya habrá tiempo para hablar", señaló. Aunque sea de forma muy tímida era su manera de dejar una puerta entreabierta.

Por último, elogió la apuesta que llevaron a cabo los blancos en Manchester. "Yo no creo en la suerte, creo en el trabajo defensivo. Todos trabajaron. Sí, el City falló ocasiones claras, pero el fútbol es esto. El Madrid, en los últimos tres años, ha eliminado al City dos veces. Y nosotros tenemos que competir con ellos en España", finalizó.

Explotan los cuartos más goleadores de la historia sin el valor doble fuera de casa: "Se especula menos"

Explotan los cuartos más goleadores de la historia sin el valor doble fuera de casa: “Se especula menos”

Hay que irse a la temporada 2003/04 de la Champions League para buscar unos cuartos tan goleadores como los de este curso, con 32 tantos. Entonces se marcaron 30 goles y era el récord de la competición desde que mutó de Copa de Europa al formato actual, hace ya 21 años, y casi un tercio de ellos se hicieron en la eliminatoria entre el Milan y el Deportivo: 4-1 en el enfrentamiento de ida y 4-0 en el de vuelta.

"A mis jugadores les traté de convencer de que el Milan no era tan grande como equipo y que fue un accidente en la ida. Y en el segundo partido salieron como locos". Habla Javier Irureta, el que fuera el entrenador del Deportivo, protagonista de una de las mayores gestas en la competición continental. "Tuvimos suerte de hacer los goles pronto y de no encajar", añade Irureta.

Entonces estaba vigente la norma del valor doble de los goles en caso de empate y lejos de casa. Una norma que permitía al Depor pasar con un 3-0, pero el equipo gallego decidió asegurar el pase con el cuarto gol, obra de Fran. Esa regla fue instaurada por la UEFA en 1965 y ha sido fruto de acalorados debates durante los últimos años hasta que fue retirarla hace tres temporadas.

"El impacto de la regla va ahora en contra de su propósito original, ya que ahora disuade a los equipos locales, especialmente en los partidos de ida, de atacar, porque temen encajar un gol que daría a sus rivales una ventaja crucial para el partido de vuelta", explicaba el presidente del máximo organismo del fútbol europeo, Alexander Ceferin, para justificar la retirada.

Resultado final del Borussia - Atlético.

Resultado final del Borussia - Atlético.Martin MeissnerAP

La UEFA venía observando que las estadísticas desde mediados de la década de los 70 hasta la época actual mostraban una reducción de victorias en casa (se pasó del 61% al 47%) y de un aumento a domicilio (del 19% al 30%). También se alteró la media de goles por partido marcados en campo propio (del 2,02 se pasó al 1,58) y en ajeno (del 0,95 al 1,15).

"Ahora, cada partido empieza de cero, se especula menos con el resultado», opina Antonio Núñez, campeón de la Champions con el Liverpool en la temporada 2004/05. El ex futbolista cree que aquella regla «condicionaba bastante» y que se tendía más a "guardar lo que tenías".

A su juicio, "el fútbol es más justo", como también expresó el propio Ceferin respecto a la desventaja que suponía recibir un gol en la prórroga y verse obligado a marcar dos. "A veces la eliminatoria se rompía y ya sabías que la prórroga era imposible, por lo que eso resta toda la emoción", explica el madrileño.

Retirada y cambio

Se ha tardado casi tres años, ya que la norma se retiró en la 2021/22, en apreciar los primeros resultados de este cambio, ya que aquel año se hicieron 23 goles y el pasado, 20. Con estos 32 se establece la mejor marca histórica, dejando los 30 de la 2003/04 en segundo puesto y en el tercero, empatados, los cursos 1999/2000 y la 2008/09, con 28. "El 3-3 del Bernabéu era un marcador malo, pero es difícil elegir el estilo de juego para obtener el resultado que tú quieres", apunta Irureta.

Es cierto que un buen año de laboratorio fue la Champions de la pandemia. Aquella que tuvo su fase final en Lisboa en el 2020 y se jugaba a partido único. Se marcaron 20 goles en cuatro partidos, con una media de cinco por encuentro. En actual campaña han sido cuatro. Esos cuatro tantos por encuentro en la fase de cuartos sólo se habían superado en cinco ocasiones, todas en el antiguo formato de Copa de Europa y siempre antes del valor doble de los goles en campo contrario.

Podemos hablar de un fútbol más ofensivo. En los ocho equipos que llegaron a esta fase estaban los tres mejores jugadores del mundo y técnico con estilo ofensivo. Pero ese cambio de normativa, sin duda, influye y mejora la competición.

Las reformas pendientes en Barça y Atlético tras el fiasco de la Champions

Las reformas pendientes en Barça y Atlético tras el fiasco de la Champions

Eran los favoritos. Unos por la sorpresa de la ida y otros por plantilla. Pero la Champions es una competición inclemente. No perdona los errores. Y los equipos españoles tuvieron muchos. Pero es resultadista recurrir a los 90 minutos que FC Barcelona y Atlético de Madrid jugaron en Montjuïc y Dortmund, respectivamente. Quizás haga falta echar la vista atrás para explicar la debacle de ambos.

Para saber más

El consuelo de la eliminación se lo llevan los rojiblancos, y no es poco. Hablamos de los 50 millones que los colchoneros recibirán por clasificarse para el Mundial de clubes que se jugará el año que viene en Estados Unidos entre el 15 de junio y el 13 de julio. El Barcelona debía llegar a la final de Wembley para enjuagar los seis puntos de ventaja que le llevaban los rojiblancos en la clasificación.

Volviendo al drama. La eliminación en la Champions a manos del PSG ha dejado al Barça casi en tierra de nadie. A ocho puntos de distancia de un Real Madrid al que se antoja muy complicado poder arrebatarle el título de Liga y con un pequeño colchón de cinco respecto al tercer clasificado, un Girona que debe recibir a los azulgrana en Montilivi, en los despachos barcelonistas ya pueden empezar a acelerar sus planes para el curso que viene y no será fácil.

El primero de ellos es el banquillo. Xavi, por mucho que algunos abriguen aún alguna tímida esperanza, no parece que vaya a reconsiderar su marcha. Con este panorama, la opción más plausible para tomarle el relevo sería la de un Rafa Márquez que ya se postuló para ello tras conocerse la decisión del ex centrocampista. Las arcas de la entidad que preside Joan Laporta siguen lejos de permitir grandes dispendios y el mexicano, a pesar de escasa experiencia apenas como técnico del Barça Atlètic, cuenta aparentemente con muchos apoyos para dar ya el salto. Tal vez, recordando en parte al que dio en 2008 un Pep Guardiola que pasó de lograr el ascenso a Segunda B con el filial a sentarse en el banquillo del Camp Nou.

Las circunstancias son muy diferentes. Entonces, la columna vertebral del equipo, con nombres como los de Xavi, Iniesta o Messi, atesoraba una calidad enorme. E, incluso, hubo margen para mejorarla con fichajes estratégicos. Con vistas a este verano, Deco es muy consciente de que apenas podrá cerrar un par de llegadas, más allá de los intentos por lograr que sigan Joao Cancelo y Joao Félix. Un mediocentro defensivo y un jugador de ataque que se sienta cómodo moviéndose por la banda izquierda serán las prioridades. En cuanto a las despedidas, Marcos Alonso no va a seguir, Íñigo Martínez, ante la opción de que no pueda ser inscrito, está también en la rampa de salida y el club necesita hacer caja con, por lo menos, un par de ventas. Y allí aparecen nombres como los de Raphinha, revalorizado en la Champions, Christensen, que llegó a coste cero, Koundé e, incluso, el de un Araujo por el que sigue suspirando mucho el Bayern de Múnich.

Por otra parte, las necesidades del Atlético son públicas y notorias desde principios de temporada y se han ido ocultando por la fortaleza del equipo en casa y por una racha en la delantera que se ha diluido en este final de temporada como un azucarillo. La lesión ha convertido la regularidad de Griezmann en lo contrario y Morata, por desgracia para los colchoneros, ha vuelto a ser el delantero con la falta de contundencia que tan poco le gusta a Simeone.

Simeone en su duelo ante el Dortmund.

Simeone en su duelo ante el Dortmund.ODD ANDERSENAFP

"Atravesamos con una jugada de Álvaro que no pudo ser gol y con otra de Correa que lo hizo bien, pero no entró", soltó Simeone en un mensaje subliminal hacia el madrileño que no pasó desapercibido. Es un gol en los últimos 16 partidos para el delantero y el francés, aunque ha aportado a nivel ofensivo goles, no muchos, y asistencias, a la hora de la verdad no ha conseguido rendir al nivel esperado. Sin contar con que no marca fuera del Metropolitano desde octubre.

Y es precisamente el rendimiento fuera de casa otro de los problemas del equipo esta temporada. En competición doméstica el equipo rojiblanco iría líder de contar solo los partidos en el Metropolitano, mientras que sus actuaciones fuera le colocarían en la séptima plaza. En Champions, las cosas no han ido mucho mejor, el equipo sólo ha conseguido ganar un encuentro lejos de Madrid, ante el Feyenoord, el resto son empates o derrotas.

Otra parcela que el Atlético deberá revisar es la defensiva. Son 61 goles en contra en todas las competiciones, la mayor cifra goleadora en contra en la era Simeone. El argentino no ha sabido encontrar una línea sólida este año empezando por el bajo rendimiento de Molina y Savic, las lesiones de Giménez, Reinildo y Hermoso y las bajas prestaciones que ha dado Paulista desde su llegada. Sólo Witsel, uno de los hombres más usados por Simeone, y Azpilicueta, lo poco que ha jugado, han tenido un buen rendimiento.

Mundialito

Así, asegurado el Mundialito de clubes, al equipo le queda certificar la plaza Champions, que supone unos 67 millones de media anuales, para poder intentar una reconstrucción el año que viene. O, al menos, solucionar las urgencias muchas de ellas ya pedidas por Simeone este año como son un cinco, para el que el favorito es Guido Rodríguez, y un central de garantías. También deberán plantearse el fichaje de un delantero si Correa y Morata vuelven a coquetear con salir como hicieron en el mercado de invierno y de verano respectivamente. Aunque, la vuelta de Samu Omorodion, cedido en el Alavés, será más que probable.

Serán siete partidos y un verano interesante donde dos de los tres principales clubes españoles deberán renovarse, uno mucho en el banquillo y otro, muchísimo, en el campo.

El cabreo de Xavi: "Al árbitro le he dicho que ha sido un desastre"

El cabreo de Xavi: “Al árbitro le he dicho que ha sido un desastre”

Actualizado Miércoles, 17 abril 2024 - 00:14

La rueda de prensa de Xavi Hernández del lunes fue profética. El técnico del Barça avisó de que una expulsión podía condicionar mucho el devenir del partido y aseguró que estaba convencido de que su equipo iba a sufrir durante muchos minutos. Y ambas predicciones, muy a su pesar acabaron por cumplirse.

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Después, no se mordió. En absoluto. El egarense expresó tan vehementemente su opinión sobre las decisiones de Istvan Kovacs desde el banquillo que acabó por ver su enésima cartulina roja como técnico barcelonista. Y, no contento con ello, nada más acabar el encuentro, se fue como una exhalación a por el rumano, a quien le leyó su particular cartilla sobre el mismo césped de Montjuïc. Así lo confesaría el propio entrenador azulgrana ante las cámaras de Movistar Liga de Campeones.

«Al árbitro le he dicho que ha sido un desastre, que ha estado muy mal. Ha matado la eliminatoria, la expulsión lo cambia todo. No nos gusta hablar de los árbitros, pero esto tengo que decirlo», esgrimió el técnico. «Estamos contrariados, enrabietados, porque pienso que la jugada marca la eliminatoria. Jugando 11 contra 11 estábamos bien, la jugada marca la eliminatoria por completo. Para mí, es demasiado sacar una roja en esa jugada. Y, a partir de ahí, hay otro partido, otra eliminatoria», insistió un Xavi que no paró de darle vueltas una y otra vez a esa acción.

"Me habría gustado 11 contra 11"

«Es una pena que el trabajo de toda una temporada se termine aquí, por una decisión arbitral. Me habría gustado jugar 11 contra 11 contra PSG y contra Luis Enrique los 90 minutos. Para mí, esta expulsión es innecesaria», abundó el entrenador barcelonista, quien quiso deslizar también que los suyos tuvieron también sus opciones a pesar de todo. «Tuvimos el 2-2 con un disparo de Gündogan e incluso el 2-0 con un remate de Lewandowski, pero ir siempre a remolque y con 10 es muy complicado», sentenció el técnico.

«No quiero decir que haya sido un fallo de Araújo, porque quería ir a por el balón, pero, si pita falta, tiene que enseñar la roja y eso lo cambió todo. Si no llegamos a encajar el empate en el minuto 40, quizás habríamos podido luchar, pero, por lo que que he visto, lo agarra y la verdad es que se puede pitar», señaló por su parte Ter Stegen. Para el alemán, lo más importante ahora es que el equipo pueda cambiar el chip. «Toca cargar pilas y volver a conectarnos en lo que toca, competir en la Liga. Trataremos de ponérselo lo más difícil posible al Madrid, que ahora mismo está con ventaja. Esperamos que tras el clásico sea menos», señaló.

"Hay gritos en todos los estadios"

El tono abatido de los azulgrana contrastó, y mucho, con la alegría de un PSG que volvió a meterse en las semifinales de la Champions por cuarta vez en toda su historia. Ousmane Dembélé, determinante en Montjuïc, lucía una sonrisa inequívoca. Tanto, que incluso le quitó hierro al recibimiento que le brindaron los seguidores del que fue su equipo hasta el verano pasado. «Es la vida, no pasa nada. Hay gritos en todos los estadios», esgrimió. Luis Enrique, por su parte, vivió también todo un coctel de sensaciones. Con un final perfecto, en su caso. «Empezamos partido de manera brillante, estábamos preparados para cualquier escenario, incluso para encajar, pero he visto un equipo muy maduro. Luego, ha llegado la expulsión, pero creo que hemos hecho un partido muy completo de principio a fin», señaló el asturiano.

En su opinión, ese final perfecto estuvo también en gran parte propiciado por la actuación de Mbappé, incluso en labores menos vistosas de cara a la galería. «El líder en la presión, con el ejemplo, ha sido Kylian. Y cuando Kylian es capaz de transmitir eso, somos mucho mejores», esgrimió el técnico del PSG, quien esquivó pronunciarse sobre cuál puede ser el futuro de su estrella. «Vamos a esperar a que hable el señor Mbappé. Cuando él hable, nos pronunciaremos todos los demás», sentenció.