Otoño en primavera

Otoño en primavera

Actualizado Domingo, 23 febrero 2025 - 16:13

El lenguaje coloquial equipara líricamente, como un piropo a la juventud en flor, años a primaveras. Reminiscencias del romanticismo decimonónico. En el caso de Novak Djokovic, Geraint Thomas y Marcelinho Huertas, la sinonimia es literal. Los tres nacieron en mayo. El 22, Djokovic. El 25, Thomas y Huertas. Cuando lleguen esos fragantes días. Djokovic cumplirá 38 años. Thomas, 39. Huertas, 42.

El tenista serbio, el ciclista británico y el baloncestista brasileño ya no son deportistas primaverales, sino otoñales, por no decir invernales, en la escala temporal de su gremio. La edad, sin embargo, no les afecta de la misma manera. Expresa tres formas diferentes de relación entre el tiempo y las personas sometidas a su transcurrir: la permanencia, la decadencia y la equidistancia. O sea, la victoriosa resistencia a Cronos, la aceptación de la derrota ante sus dictados y el estado intermedio entre ambas. En la última semana hemos asistido a las tres.

Huertas firmó una soberbia Copa del Rey de baloncesto. No se le atisba el declive. Thomas, un ganador del Tour, anunciaba que se retirará al final de la temporada. Aunque esforzado y admirable segundo en el Giro de 2023 y tercero en el de 2024, no conoce la victoria desde 2022. Ha comprendido que ya no da más de sí.

En cuanto a Djokovic... lleva un 2025 alarmante. En Brisbane perdió con un tal, con perdón, Reilly Opelka, número 293 de la ATP, que había entrado en el cuadro gracias a su ránking protegido. En Melbourne, en el Open de Australia, cedió un set frente a (otro tal) Nisehsh Basavareddy, el 107º, un invitado. Entregó otra manga a Jaime Faria (125º), procedente de la previa. Se rehízo ganando a Tomás Machado, Jiri Lehecka y, sobre todo, Carlos Alcaraz.

El ocaso de Djokovic

Pero, desfondado por la pelea con el murciano, abandonó tras el primer set ante Alexander Zverev. Y, estos días, en primera ronda, en Doha, cayó frente a Matteo Berretini, número 35 del escalafón. Hace tiempo que su cuerpo se le va declarando en rebeldía. No le obedece como antes y lleva mandándole avisos en forma de quejas y crujidos.

Desde el US Open de 2023, Nole, ya con Federer retirado y Rafa con la reserva en rojo incandescente, no se apunta un 'major'. En 2024 ganó, ante ese Alcaraz que, reverencial, no acaba de tomarle la medida, el oro olímpico. No es poco. Pero, en sus circunstancias, tampoco mucho. Fue su único triunfo del año. A tenor de las impresiones generales ofrecidas las últimas temporadas, semeja uno de esos brillantes coletazos, cada vez más infrecuentes, de los talentos excepcionales.

Djokovic, aislado generacionalmente, se encuentra en 'terra nullius'. Superviviente de un trío irrepetible, pertenece a una época que se extinguió de muerte natural, por consunción biológica. No puede prolongarla, y menos revivirla, en solitario. Es posible que esté pensando en cerrarla definitivamente, después de alguna victoria señalada que aún pudiera aguardarle. Rendirle póstumo homenaje arriando, orgulloso, la última bandera. Despedirla para siempre con una sonrisa de satisfacción en lugar de un rictus de impotencia. Y unirse a Rafa y Roger pasando de hombre a monumento. De la carne al mármol.

Mikaela Shiffrin agranda su leyenda con su victoria número 100 en la Copa del Mundo

Mikaela Shiffrin agranda su leyenda con su victoria número 100 en la Copa del Mundo

El 23 de febrero de 2025, Sestriere y su eslalon han sido la fecha, el lugar y la disciplina elegidos por el destino para hacer centenaria en el deporte a una mujer que cumplirá 30 años físicos el 13 de marzo. Hoy Mikaela Shiffrin celebra las 100 victorias en la Copa del Mundo de esquí, una hazaña que se inscribe en la mejor historia del deporte mundial, no sólo del esquí alpino.

Aquel 13 de marzo de 1995, en Vail, estado de Colorado, en el corazón del esquí y del turismo de las Rocosas, nadie podía saber ni pensar ni intuir que aquella miniatura llorosa bautizada Mikaela Pauline Shiffrin iba a lograr una gesta de proporciones colosales. Probablemente irrepetibles.

Las 100 victorias serán un número provisional para alguien aún lo suficientemente joven como para aumentarlas. Habrían llegado incluso mucho antes si no hubiesen surgido numerosos obstáculos en el camino. Para empezar, la pandemia, que canceló durante un tiempo la Copa del Mundo. Esta temporada, una caída en el gigante de Killington, el 30 de noviembre, le provocó a Mikaela una lesión abdominal que precisó de intervención quirúrgica y la mantuvo inactiva durante dos meses. Regresó fuera de forma, pero pudo, en el Mundial de Saalbach, conquistar un oro en la combinada por equipos.

Sestriere, después del Mundial, no parecía un sitio adecuado para redondear la proeza. En el primer gigante, el día 21, Mikaela acabó en la 25ª posición. En el segundo, el 22, en la 33ª. No pasó el corte de los 30 mejores tiempos por primera vez desde 2012. Pero, finalmente, Sestriere, burlón, resultó ser el nombre mágico.

Mikaela lo ha pasado mal muchas veces. De niña le fue diagnosticado "desorden de ansiedad, déficit de atención e hiperactividad", a sufrir las consecuencias psicológicas de las que son víctimas, a causa de la presión, tantos deportistas de máximo nivel. Trastornos que amenazan con aplastarlos y que sólo recientemente han empezado con toda su crudeza a salir a la luz como una forma de liberación y cura.

Mikaela, a la que sus padres habían subido, asustada, por primera vez a unos esquíes a los dos años, era una triunfadora. Había debutado precozmente en la Copa del Mundo dos días antes de cumplir los 16. Su primera victoria llegó 13 meses después. En 2014 ya había sido, en Sochi, oro olímpico en el eslalon. En 2013 y 2015, campeona mundial también en eslalon, su especialidad favorita, aunque haya conocido triunfos en todas.

Pero algo no funcionaba con la misma perfección en su cabeza. Se volvió paulatinamente más nerviosa. Vomitaba antes de las pruebas y empezaba a preguntarse qué sentido real tenía todo aquello, de qué servía. Entretanto, seguía ganando y, dado su carácter introvertido y poco dado a la exposición de sus sentimientos, no envió señales de alarma a quienes la rodeaban. Ni siquiera a sus más allegados.

Al principio pensó que experimentaba, física y mentalmente, una reacción normal, fruto de las exigencias de todo orden, personales, nacionales, comerciales, de la alta competición. Se repuso para, en 2018, en los Juegos de Pyeongchang, y aunque falló en el eslalon, ganó el oro en el gigante y la plata en la combinada.

En febrero de 2020 su padre, Jeff, sufrió una caída en su casa y quedó en coma. Mikaela estaba en Italia cuando su hermano Taylor la llamó para darle la mala noticia. Llegó pocas horas antes del fallecimiento. Esa tragedia casi la destruyó. Era incapaz de volver a esquiar y el covid suprimió unas competiciones a las que ella, por otra parte, no hubiera estado en condiciones de asistir con garantías. Pensó seriamente en dejar el esquí: "Me encontraba abatida, sin autoestima y con un sentimiento constante de desesperanza".

En ese estado de (des)ánimo, y con su racha de victorias disminuida después de la reanudación de las competiciones, afrontó los Juegos de Pekín'2022. El resultado sólo podía ser catastrófico. No acabó el eslalon, el gigante y la combinada, sus mejores pruebas, y acabó novena en el supergigante y decimotercera en el descenso. Tocó fondo. Y se dio cuenta de que, según sus palabras, "tenía que dejar de huir y esconder lo que sentía. Debía elegir entre la vergüenza de contarlo o desnudar mi alma y ser capaz de seguir adelante".

Lo consiguió con la ayuda de especialistas y de amigos en el mundo del deporte, que entendían mejor que nadie lo que le ocurría. Especialmente su pareja, el noruego Aleksander Aamodt Kilde, otra estrella del esquí mundial. En enero de este año, Mikaela sufrió una lesión de rodilla en el descenso de Cortina d'Ampezzo. Regresó a tiempo, en marzo, en los estertores de la temporada, para imponerse en los eslalons de Are y Saalbach. Las crisis personales parecen haber quedado atrás. Con su superación, la esquiadora y la mujer han salido reforzadas para el deporte y la vida.

La "centenaria" Mikaela lleva dos anillos en los dedos: uno que perteneció a su padre y el de su compromiso con Kilde. Y una divisa en el casco: ABFTTB. "Always Be Faster Than The Boys". Siempre más rápido que los chicos.

No le falta razón.

Dani Olmo rescata al Barça en Las Palmas con suspense

Dani Olmo rescata al Barça en Las Palmas con suspense

Actualizado Sábado, 22 febrero 2025 - 23:07

El Barça necesitaba ganar en el Estadio Gran Canaria. Y ganó. En este caso, gracias a un gran tanto de Dani Olmo y a un gol en el añadido de Ferran Torres. Aunque, eso sí, de nuevo, con polémica. En este caso, por la consulta del árbitro ante el monitor de un posible penalti por mano de Eric García que, de acuerdo con el semiautomático, estaba precedido por fuera de juego y en el que los azulgrana pidieron también mano de un rival. [0-2: Narración y estadísticas]

Ante un Las Palmas que se desgastó lo indecible en tareas defensivas, los de Hansi Flick volvieron a sumar. Y eso, a estas alturas y con el liderato en un puño, es oro puro.

Los azulgrana saltaron al terreno de juego a sabiendas de que el Atlético había vencido en Mestalla y de que solo les valía ganar para mantener el liderato. Y, a decir verdad, pusieron mucho de su parte para golpear primero frente a un Las Palmas que mostró una solidez casi inusitada en tareas defensivas. Con todo, también es cierto que, en las ocasiones en las que los de Flick se las arreglaron para encontrar algún resquicio en el perfectamente acotado entramado de los locales, carecieron de la precisión necesaria en los metros finales como para inquietar realmente a Cillessen. En el otro extremo del campo, mientras, Szczesny tenía que estar de nuevo muy atento para evitar que las llegadas que logró atesorar el conjunto canario, algunas muy claras, como por ejemplo la protagonizada por Sandro cuando aún no se habían disputado los primeros 15 minutos del duelo, acabaran por ponerles las cosas aún más cuesta arriba.

Con McBurnie como boya fajándose con los dos centrales menos físicos del Barça, pero también los que cuentan con mejor capacidad para sacar el balón desde atrás, la idea de Las Palmas era tratar de romper para ponerle el miedo en el cuerpo a un equipo azulgrana al que, con el paso de las minutos, empezaban a acuciarle las urgencias. Ni unos ni otros, a pesar de todo, se las arreglaron para lograr que el marcador se moviera en un primer tiempo en el que ninguno de los dos contendientes consiguió sacar partido de sus armas en la faceta ofensiva. En la reanudación, con la idea de dar otras alternativas en la medular, Flick apostó por dar entrada a Dani Olmo en detrimento de Fermín para aprovechar la capacidad que tiene el de Terrassa para retener el balón y volver a desplazarlo con ventaja para sus compañeros.

Lamine Yamal ante Alex Suarez.

Lamine Yamal ante Alex Suarez.Gabriel JimenezAP

Las Palmas, mientras, manteniendo en todo momento la solidaridad defensiva para complicarle muchísimo las cosas a su rival a la hora de encontrar opciones para romper la igualada. Lamine Yamal, siempre sometido a unas marcas asfixiantes, sería a la postre clave para que los azulgrana pusieran el 0-1 en el marcador. Tras conducir en ataque y marear a sus defensores, encontró a un Dani Olmo que, tras controlar con la izquierda y regatear a un rival, se las arregló para lanzar un zapatazo absolutamente imparable para Cillessen. Los locales, pese al mazazo, no se desarmaron. E, incluso, tuvieron una buena opción para recuperar el empate con un duro disparo de Sandro que acabó en saque de puerta y que fue contestado, casi acto seguido, por un destacado ataque combinado de los barcelonistas.

Los locales, protestaron, y mucho, una jugada enrevesadísima en el ocaso en el que los visitantes reclamaban fuera de juego y mano previa de un delantero contrario y los locales, penalti por mano de Eric García y que Cordero Vega, tras ver las acciones en el monitor, acabó señalando como infracción de Las Palmas. Una decisión que, cómo no, fue recibida con una sonada pitada por parte de la grada. El semiautomático, bastante más tarde, acabaría por confirmar que un jugador local estaba en posición adelantada en la génesis de la jugada. La consulta, además, obligó a una prolongación de ocho minutos en el que el marcador volvería a moverse en el ocaso tras un buen disparo de Ferran Torres que significó el definitivo 0-2 para los azulgrana.

Edurne Pasaban y su aventura tras los pasos de la pionera Dorothy Pilley: "Tampoco hay mucha diferencia. Si me voy al Himalaya me llaman mala madre"

Edurne Pasaban y su aventura tras los pasos de la pionera Dorothy Pilley: “Tampoco hay mucha diferencia. Si me voy al Himalaya me llaman mala madre”

En su libro Climbing Days el escritor Dan Richards admite que se le quedó cara de tonto cuando visitó la Universidad de Cambridge y le explicaron que su tataratía, Dorothy Pilley, había donado toda su fortuna, dos millones de libras, al centro. «Me preguntaron si estaba bien y me ofrecieron una taza de té», reconoce Richards que pese a la herencia perdida siguió con su idea de explicar al mundo la vida de Pilley. De familia adinerada de Londres, fue una de las primeras montañeras de la historia, hace un siglo abrió vías en los Alpes y recorrió las cimas de media Europa -incluido el Monte Perdido-, pero apenas es conocida, incluso en el montañismo.

«Los ingleses fueron grandes exploradores, pero sólo tenían visibilidad los hombres. Pilley era de la época de Mallory e Irvine, que quizá fueron los primeros en subir el Everest, y no se hablaba de ella. Tenía dinero, sí, pero igualmente planteaba aventuras en contra de todos, estaba mal vista», proclama Edurne Pasaban, la primera mujer en ascender los 14 ochomiles, que hace unos meses hizo suya la misión: Pilley, fallecida en 1986, merecía mayor fama y qué mejor manera de dársela que escalando, trepando, caminando, es decir, ascendiendo una montaña.

A principios de este mes, Pasaban se unió durante 10 días a otras dos mujeres, la finlandesa Lotta Hintsa y la inglesa Elise Wortley para imitar una de las expediciones de Pilley: desde el puerto de Bastia, ciudad de Córcega, hasta la cima del Monte Cinto, el techo de la isla francesa, que roza los 3.000 metros. «Estuvimos estudiando las gestas de Pilley y por el clima escogimos Córcega. Es un sitio flipante. Nadie sabe que allí hay una cordillera muy chula y que para subir al Monte Cinto, aunque no tiene mucha altitud, necesitas crampones, cuerdas y demás», apunta Pasaban ya de vuelta, en su casa en Vielha, donde repasa los detalles de la aventura.

Una Miss Finlandia y una americana

La iniciativa partió de Wortley, una montañera inglesa que completa sus expediciones con la ropa que llevaban las pioneras a principios del siglo XX, y con el patrocinio de la marca de móviles OnePlus añadió a Hintsa, Miss Finlandia 2013 ahora centrada en el alpinismo, y a la española. «Lotta [Hintsa] le da caña, sabe ir para arriba. Elise [Wortley] tenía menos experiencia en alta montaña, pero tenía mérito el tema de la vestimenta. Iba con unas botas antiguas con unos clavitos, un pantalón bombacho de aquellos hasta las rodillas, una camisa y una americana. A menos seis grados, eh, ni una chaqueta de plumas ni nada», comenta Pasaban sobre un reto que el próximo 3 de marzo se convertirá en un documental en Youtube: «Será poco antes del 8 de marzo y servirá para reivindicar el papel de las mujeres en la montaña», añade.

ONEPLUS

¿Ha cambiado la percepción de la mujer allí arriba?
No sé qué decidirte, tampoco mucho. Leo la biografía de Pilley y tampoco veo mucha diferencia con mi experiencia. La primera vez que fui al Himalaya fue en 1998, tenía 24 años y muchos todavía me miraban como diciendo «¿Quién ha puesto a ésta aquí?». Ahora hay más mujeres en la montaña, eh, pero culturalmente no hemos cambiado tanto. Yo tengo un niño de 8 años, si me voy dos meses al Himalaya dirán que soy una mala madre.

La más conocida, Dora la Exploradora

Para la promoción del viaje a Córcega, OnePlus realizó una encuesta en España que acabó en desastre. La mitad de los entrevistados no fue capaz de nombrar a ninguna mujer aventurera y la otra mitad nombró a personajes de dibujos animados como Dora la Exploradora (61%) o a protagonistas de videojuegos como Lara Croft (58%). De hecho apenas apareció un nombre real, AmeliaEarhart, pionera de la aviación, quizá por el misterio que aún supone su desaparición en mitad del océano Pacífico en en 1937.

«En mi época sí tuve reconocimiento porque la carrera para ser la primera mujer con los 14 ochomiles le daba juego a la televisión, pero ahora es normal que los jóvenes no me conozcan. Hace tiempo que no salgo», apunta Pasaban que a sus 51 años sigue disfrutando de la montaña.

Después de pasar por problemas de salud mental al conquistar todos los techos del mundo, ahora en el Val d'Aran disfruta del mushing y del trail running -el año pasado hizo el Val d'Aran by UTMB- y planea su regreso al Himalaya. Ya no volverá a un ochomil, pero asegura querer conocer muchas montañas de 6.000 o 7.000 metros de altitud. Comparte espíritu aventurero con la pionera Dorothy Pilley, una figura a reivindicar.

Primera reacción de Jenni Hermoso, tras la condena a Luis Rubiales: "Y ahora sí, se acabó"

Primera reacción de Jenni Hermoso, tras la condena a Luis Rubiales: “Y ahora sí, se acabó”

Actualizado Sábado, 22 febrero 2025 - 21:52

Dos días después de la condena impuesta al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por un delito de agresión sexual por el beso en la boca a Jennifer Hermoso, la jugadora ha reaccionado en las redes sociales, en laque afirma "y ahora sí, se acabó".

"Después de todo, esto creará un precedente importante en un entorno social en el cual aún queda mucho por hacer. Tengo el corazón lleno de cada una de las personas que han estado, están y seguirán conmigo en esta lucha. Y ahora si, se acabó", escribe Hermoso en su cuenta de Instagram.

El juez de lo Penal de la Audiencia Nacional, José Manuel Fernández-Prieto, condenó a Luis Rubiales a 18 meses de multa con una cuota diaria de 20 euros (unos 10.800 euros) por un delito de agresión sexual por el beso en la boca a Jennifer Hermoso tras ganar el Mundial en Sídney (Australia) el 20 de agosto de 2023.

El fallo prohíbe además a Rubiales acercarse a Hermoso en un radio de 200 metros y comunicarse con ella durante un año.

Tanto Rubiales como el exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda, el exdirector de fútbol masculina Albert Luque y el exdirector de marketing de la Federación Rubén Rivera han sido absueltos del delito de coacciones a Hermoso del que estaban acusados.

La Fiscalía había solicitado un total de 2 años y medio de cárcel para Rubiales, un año por agresión sexual y año y medio por las coacciones, y por este último delito 1 año y 6 meses para los otros tres acusados.

Recital de Maribel Pérez y otro título para Ana Peleteiro en Gallur

Recital de Maribel Pérez y otro título para Ana Peleteiro en Gallur

En las semifinales de los 60 metros, Maribel Pérez batió su propio récord nacional. Lo rebajó en una centésima para dejarlo en 7.15. Aunque no lo necesitaba, se esforzó hasta el último metro porque sabía que se hallaba en disposición de hacer algo sonado. En la final, Jaël Bestué, la defensora del título, le discutió el oro con zancadas como dentelladas. Maribel la superó en el último milímetro, tal vez la última micra, para ganar con 7.18, la misma marca que Jaël.

En el indeseable capítulo de los percances, Tessy Ebosele, segunda (6,46) en el salto de longitud tras Carmen Rosales (6,51), recogió, coja, vendada, su plata con lo que pareció, en una primera impresión, una rotura del tendón de Aquiles izquierdo. Reconocimientos posteriores descartaron la fractura. Por fortuna, el percance no degeneró en drama, aunque Tessy no pudo, por la tarde, tratar de discutirle el título de triple salto a una Ana Peleteiro que, sin molestias aparentes, ganó con unos esperanzadores 14,33.

Y Jorge Ureña, brillante líder del heptatlón luego de cuatro pruebas, a 22 puntos de su récord de España, tropezó con el obstáculo en la quinta, los 60 vallas, se fue estrepitosamente al suelo y perdió toda opción de medalla e incluso de un buen puesto. Terminó decimosegundo, lejísimos del vencedor, Pablo Roelas (5.727 puntos).

Como era de prever, Marta García y Águeda Marqués sólo pensaron la una en a otra a la hora de dedicarse a tratar de imponerse en los 3.000. Marta tiró y tiró hasta agotarse. Águeda aguantó y aguantó hasta agotarla. La superó en los metros finales (9:12.30). Pol Oriach no tuvo más que pensar en sí mismo para ganar (7:52.52) la prueba masculina.

Agueda Marqués celebra su victoria en la prueba femenina de 3000 metros.

Agueda Marqués celebra su victoria en la prueba femenina de 3000 metros.SERGIO PÉREZEFE

Algunas de las pruebas más interesantes de la jornada fueron aquellas que dieron paso a las, más interesantes aún, finales epilogales del domingo. Elvin Josué Canales, Mariano García y Mohamed Ataoui disputarán un 800 apasionante. Iñaki Cañal (formidable con sus 46.17), Óscar Husillos, Manuel Guijarro, Markel Fernández y Bernat Erta apuntan a las medallas en los 400. Lo mismo que Ignacio Fontes, Javier Mirón, Mohamed Attaoui, que está en misa y repicando, y Adrián Ben, en los 1.500.

También las mujeres del 400 justificaron la expectación despertada. Blanca Hervás, Eva Santidrián, Paula Sevilla, Daniela Fra y Carmen Avilés sostendrán una lucha cerrada para subir al podio y, como en el caso de los hombres, suscitan esperanzas de formar unos cuartetos de relevos (masculino, femenino y mixto) con posibilidades europeas de medalla.

Hay un chico nuevo en la ciudad, aunque ya en 2024 llamó la atención. Se llama, abreviando, Abel Jordán (Abel Alejandro Jordán Jul. AA.JJ). Tiene 21 años, es vigués, llegó de niño a Madrid y en 2022 se trasladó a California, donde estudia ingeniería mecánica. Un junco que corre con una elegante facilidad natural. Campeón de España absoluto de 100 el pasado año, es muy rápido y muy técnico. Tan rápido, que ganó los 60 con 6.54, récord de los Campeonatos, récord de España sub-23 y segunda mejor marca nacional de todos los tiempos tras los 6.52 de Yunier Pérez. Tan técnico, que les va a discutir a Quique Llopis y Asier Martínez el título en los 60 vallas.

Julián Álvarez hace los deberes del Atlético ante un Valencia tan esforzado como frágil

Actualizado Sábado, 22 febrero 2025 - 20:59

No piensa ceder el Atlético. Fue el mensaje que lanzó en Mestalla por si alguien dudaba mirando el calendario. Una sola derrota en casi cuatro meses le sostienen en todas las peleas aunque, por momentos, muestre algunas dudas. Ante el Valencia liquidó el duelo en la primera media hora con la magia de Griezmann y la letalidad de Julián Álvarez, pero tuvo que apretar los dientes cuando los locales arrearon antes de que Correa echara los tres puntos al zurrón. [Narración y estadísticas]

Los primeros dos goles se los apuntó la Araña pero al Valencia lo descosió un francés. Como el gato de Cheshire de Alicia, aparecía y desaparecía por donde menos se lo esperaba la defensa del Valencia, incapaz de detectarle. No necesitó correr ni bregar, ni aunque Corberán le hubiera puesto enfrente más músculo en la medular. Le bastó con buscar el lugar donde le dejaban pensar para ir regalando asistencias de gol.

Quiso el Valencia acordarse de cómo competía estos duelos antes de empequeñecerse y buscó apretar en el área de Oblak queriendo el control, pero sin ningún acierto. Ni Sadiq ni Iván Jaime ni Javi Guerra tuvieron ocasión de armar sus remates. Y los colmillos rojiblancos no tardaron salir, aunque fuera en una jugada anulada por fuera de juego. Giuliano mandó a pasearse la pelota por el área pequeña de Mamardashvili como primer aviso. El segundo ya fue gol. Apareció Griezmann en la frontal para elevar la pelota por encima de la defensa y que cayera a los pies de Lino. El brasileño la estrelló en el larguero, pero el rechace, con la punta de la bota lo tocó Giuliano ante la mirada pasiva de toda la defensa para dejar a Julián Álvarez que abriera el marcador.

El Valencia resopló y volvió a buscar a Oblak para quedarse atascado en tres cuartos de campo. Nadie era capaz de armar la pierna y el Atlético vivía cómodo recostado en su orden y esperando los errores, porque llegaban. Siempre llegan pese a los esfuerzos de Corberán por corregirlo. Desde el fondo de la clasificación no es fácil no equivocarse. Entonces aparecía Giuliano para correr, más por costumbre que por necesidad.

El Atlético balanceaba de orilla a orilla el juego hasta que aparecía el Principito y su magia. Le faltó silbar mientras se iba escorando al pico izquierdo del área para colocar otro balón entre los centrales que cabeceó Julián. El argentino pudo hacer el tercero antes del descanso aprovechando un error de Mosquera en la salida de pelota, tan grosero como su remate. Dos goles de cuatro remates por ninguno de Valencia dibujaban un panorama cómodo. Eso debió pensar Simeone sacando del campo a Lino y Azpilicueta, para reforzar con Galán y Gallagher escorado a la izquierda. No sabía que la idea de Corberán era agitar el partido.

Alimentó el ataque con Hugo Duro y se adueñó del duelo. A arreones encerró al Atlético con remates de Javi Guerra y los centros de Gayà primero para Sadiq, que reclamó una mano de Molina en el área que cortó su cabezazo -como el Valencia en redes sociales pese al respeto arbitral- , y luego para Hugo Duro.

No quería rendirse este Valencia, con más coraje que acierto, mientras los rojiblancos se recomponían moviendo de nuevo el banquillo. Enmendaba Simeone lo que había hecho al descanso, soltando a Gallagher por el centro, porque daba la sensación de que los valencianistas habían regalado la primera parte y lo podía arreglar.

Probó Almeida con un derechazo antes de que volviera al campo entre silbidos Rafa Mir para obligar a Oblak con un testarazo. Quería el Valencia, arriesgaba, pero las dudas del Atlético no eran suficientes para dejar escapar su cómoda ventaja. Es más, apareció el error valencianista que cerró el encuentro. Javi Guerra perdió la pelota que permitió a Gallagher armar una contra con la calma suficiente para que Correa la acabara con un derechazo cruzado que vació Mestalla.

Arthur Melo, la odisea del 'Xavi' brasileño

Arthur Melo, la odisea del ‘Xavi’ brasileño

Actualizado Sábado, 22 febrero 2025 - 17:54

La historia de Arthur Melo en el fútbol europeo no está escribiendo páginas tan brillantes como las que se le auguraban cuando destacaba en las filas del Gremio de Porto Alegre. El centrocampista, cuyo juego comparaban desde Brasil con el de Xavi e incluso con el de Iniesta, por su capacidad para organizar al equipo alrededor del balón, aterrizó en el Camp Nou en verano de 2018. El hecho de que se perdiera la oportunidad de medirse al Real Madrid en la final del Mundial de Clubes de 2017 por lesión, quizás, fue una premonición de lo que le iba a suceder en su etapa barcelonista. Los problemas físicos, unidos a una serie de episodios en los que se llegó a cuestionar su madurez como profesional, marcaron un tiempo que acabó al llegar la temporada 2020-21, con un traspaso por 72 millones de euros a los que podían sumarse hasta 10 más en variables a las filas de una Juventus donde tampoco no ha podido reencontrarse con su mejor versión.

Tras dos primeras temporadas en las que Arthur no estuvo todo lo brillante que habría deseado, el conjunto bianconero apostó por cederlo. Así, en el curso 2022-23 formó parte del Liverpool, pero Jürgen Klopp apenas tuvo opción de tratar de recuperar su gran talento. En esa campaña, tuvo que pasar por el quirófano para solventar una grave lesión muscular, estuvo 146 días de baja y se perdió un total de 26 partidos. Cuando se recuperó, ya no entraba en los planes de un entrenador que, a lo sumo, lo incluyó en alguna de sus convocatorias, pero que no le dio ni un solo minuto de juego con el equipo red. Todo lo que pudo hacer tras recibir el alta fue jugar con el Liverpool sub'21 frente al Leicester sub'21. Nada más. Después de esa experiencia tan tremendamente desoladora, la Vecchia Signora decidió que una nueva cesión era lo que necesitaba el futbolista para reverdecer viejos laureles. La Fiorentina, en este caso, fue su nuevo destino.

En el conjunto viola, a pesar de que los problemas físicos no acabaron de darle del todo la espalda, tuvo mucho más protagonismo que en su etapa en la Premier. En total, jugó 48 partidos, en los que anotó dos goles y repartió cuatro asistencias. Con esas credenciales en el bolsillo, tal vez, pensó que, por fin, podría tener la oportunidad de demostrar su auténtica valía en la Juventus. Su compatriota Thiago Motta, actual técnico bianconero y ex futbolista del Barça, el Atlético, el Inter, el Genoa y el PSG, con todo, le dejó muy claro desde el primer momento que no iba a entrar en sus planes. De hecho, desde su regreso al club, ni siquiera fue convocado para disputar algún partido oficial. Con ese panorama, no le quedaba otra salida que volver a hacer las maletas y buscarse la vida en otro sitio. Durante un tiempo, se especuló con la posibilidad de que el Santos donde Neymar pelea también ahora para volver a ser aquel jugador desequilibrante que sorprendía a propios y extraños fuera su nuevo destino. No obstante, el que acabó por hacerse con sus servicios fue el Girona de Míchel. Por el estilo de juego, por el hecho de haber jugado ya en la Liga en las filas del Barça y porque cree que puede darle el espaldarazo que necesita para volver a su selección.

En los dos primeros partidos, no entró en la convocatoria. En cambio, sí tuvo la oportunidad de debutar con su nueva camiseta en Montilivi frente al Getafe, en un duelo que acabó cayendo del lado que entrena José Bordalás por 1-2. «Hemos visto sus datos de esta semana y está cerca de poder jugar los 90 minutos muy pronto. No sé si jugará de inicio en el Bernabéu, pero está listo para hacerlo», aseguró el técnico del Girona el pasado viernes en rueda de prensa. El entrenador, apenas una semana antes, ya dejaba muy claro todo lo que puede aportar el brasileño. «Con la pelota en los pies, es muy difícil quitársela. Juega hacia delante, tiene movilidad... Es un tipo de jugador que necesitamos mucho, por sus características. Espero su mejor versión pronto. A partir de ahí será, muy importante para nosotros», aseguró.

Javi Guerra, de poner un pie en el Atlético a renacer “con dos charlas” de Corberán para impulsar al Valencia

Actualizado Viernes, 21 febrero 2025 - 22:12

El 27 de abril de 2023, Javi Guerra (Gilet, 2003) llevaba un minuto en el campo, 55 en Primera, cuando soltó un zapatazo a la escuadra del Valladolid que encarriló en el minuto 90+3 la salvación del Valencia para locura de Mestalla, que vio en ese chaval espigado de zancada elegante a un redentor. Nadie en el fútbol europeo le perdió de vista desde entonces. Comenzó el interés de grandes clubes y se convirtió en internacional Sub-21. Hubo muchos focos sobre él y, con ellos, aparecieron también algunas sombras. Casi dos años después, aquel chaval tímido y discreto es un futbolista más maduro, ha convivido con la exigencia de quienes le encumbraron, con la soledad de la crítica, y vuelve a emerger justo cuando más se le necesita. Guerra es esencial para este nuevo Valencia de Carlos Corberán que huye de la quema, a pesar de que nadie olvida que podría haber llegado hoy a Mestalla vestido con la camiseta del Atlético de Madrid.

El pasado verano, por 25 millones, con alguno más en variables porque el 30% iría al Villarreal, la presidenta del Valencia, Layhoon Chan, le abrió la puerta hacia el Metropolitano y nadie pareció escandalizarse. Porque así actúa Peter Lim y porque Guerra se había ensombrecido casi al mismo ritmo que su mentor, Rubén Baraja. Tras su irrupción, también había sido un jugador indiscutible en el primer tramo de la temporada 23/24, con un arranque estelar con tres goles y una asistencia. No parecía haber nadie mejor que Pipo, una leyenda en el centro del campo, para guiarle. Sin embargo, en la fase de pulido del diamante algo falló.

En diciembre Javi Guerra salió del once y no volvió hasta marzo. Entró en un bucle que arrastró hasta el pasado mes de diciembre. Entraba y salía de las alineaciones titulares, pero no parecía un jugador decisivo. También el Valencia se desdibujó y si vivió cómodo fue por las rentas de la primera vuelta.

La llamada del Atlético -también hubo de la Real Sociedad- fue la atendida por el club en ese contexto, y también por el jugador. «No tenía presiones para irse ni quería irse, pero en el Valencia todos saben quién decide», explican fuentes presentes en aquellas conversaciones, que fueron muy rápidas. Pese al acuerdo entre clubes, poco se llegó a hablar con el futbolista porque se reactivó la operación que los rojiblancos habían iniciado en paralelo por el Chelsea por Gallagher, que finalmente fue la que cuajó.

Guerra se quedaba en el Valencia lo que, según su entorno, llevó con naturalidad, sin que eso despistara su rendimiento. Aún así, cambió su papel y eso sí que afectó. El Valencia arrancó esta temporada mal, muy mal, y, en ese contexto, apareció el «estrés» por dar el 200% en cada partido sin conseguir que el equipo ganara. Otra vez a entrar y salir del once para lograr lo que parecía imposible. «Tenía falta de confianza en sí mismo porque el entrenador dudaba», explica su entorno. Si a otros se les perdonaban los errores, a él no. Su listón era más alto por las expectativas generados. Sin ganar y hundidos en la tabla, fueron días de reflexiones y de una decisión en diciembre: acabaría la temporada en el Valencia. «No iba a dejar al equipo tirado en esta situación». El Oporto le buscó el último día, según desveló el director deportivo, Miguel Corona. Pero se quedó. Ya había cambiado algo: Corberán.

Más balón, más regates y más disparo

«Dos charlas con le han servido para llevarlo a lo más alto. Se siente respaldo y se está viendo», explican. Con el nuevo técnico sólo se ha perdido diez minutos de los seis partidos de Liga y en todos ha sido titular, lo que le ha llevado a LaLiga a incluirle entre los candidatos a mejor sub-23 del mes de enero. Con Corberán, dispara más, regatea más y es más protagonista con el balón. Eso sí, recupera algo menos, cosa que el entrenador no le afea. Le quiere para otra función en la que el futbolista se siente más feliz.

El Atlético será un examen ante los ojos de Simeone, porque Guerra estará, como todos, en el mercado este verano. Tiene contrato hasta 2027, una cláusula de 100 millones y el Villarreal cobra un pellizco de 100.000 euros por cada diez partidos oficiales que juega. Desde abril de 2023, se frotan las manos.

Un derbi de Champions con cuentas pendientes: de la tensión arbitral a la herida abierta de Simeone

Un derbi de Champions con cuentas pendientes: de la tensión arbitral a la herida abierta de Simeone

«Partidazo, partidazo... Estamos preparados. Estamos preparados». El Cholo Simeone tuvo pocas palabras, dobles, pero fueron contundentes, para describir el sorteo de los octavos de final de la Liga de Campeones. El azar continental ha definido un durísimo derbi madrileño entre Real Madrid y Atlético, la quinta vez que se enfrentarán en la competición, y ha querido que por su lado del cuadro viajen también Arsenal, PSG y Liverpool. Un camino infernal hacia la final del próximo 31 de mayo en Múnich.

La noticia cayó con peso en ambos clubes, donde no había muchas ganas de derbi, enfrentados en las últimas semanas por la polémica arbitral. El Madrid se ha mantenido firme en su cruzada contra el Comité Técnico de Árbitros, con esa carta a la Federación como último punto de inflexión, y el Atlético ha utilizado sus redes sociales para mostrar su rechazo a su gran rival, asegurando que el conjunto blanco lo que hacía era «presionar, amedrentar, intimidad o coaccionar» a los colegiados a través de su televisión oficial.

El derbi liguero de hace dos semanas, con el penalti deTchouaméni a Lino y el definitivo empate en el marcador, sólo aceleró críticas y acontecimientos. La investigación por parte de la Federación a las empresas de Munuera Montero tuvo de nuevo al Atlético activo en redes sociales, tildando de «bulos» las noticias sobre los negocios del árbitro.

Mientras, el fútbol. Madrid y Atlético se enfrentarán el martes 4 de marzo en el Bernabéu, lo que obliga a LaLiga a adelantar al sábado el Betis-Madrid, planeado para el domingo día 2. Así, ambos (el Atlético recibe en casa al Athletic) tendrán los mismos días de descanso.

El miércoles 12 del mismo mes, la vuelta en el Metropolitano, en lo que será el tercer enfrentamiento del curso tras los dos de Liga, el sexto en la historia de la Copa de Europa y el quinto en el torneo desde que Simeone es entrenador rojiblanco. La primera había sido en las semis de la 58-59, que llegaron al partido de desempate donde ganó el Madrid 2-1 con goles de Di Stéfano y Puskas.

Simeone, 0-5

Simeone intentará cerrar una herida abierta. Nunca ha sido capaz de salir triunfador de sus enfrentamientos contra el Madrid en Champions. Perdió las finales de Lisboa y Milán, una en la prórroga y la otra en los penaltis, y cayó derrotado en los cuartos de final de la 2014-2015, con aquel gol de Chicharito, y en las semifinales de la 2016-2017, último partido continental en el Calderón. En dos de esas ocasiones, 13-14 y 14-15, tenía a Ancelotti en el banquillo rival.

El técnico italiano tiene sentimientos encontrados ante el Atlético. Sonríe en Champions y sufre en Liga. Pero viendo que el derbi cae ahora en territorio continental, debe arquear la ceja con cierta felicidad. Ancelotti, que ha jugado 27 partidos ante el Atlético entre todos sus clubes, ha ganado 10 y ha perdido nueve, no ha conseguido vencer ni una vez con el Madrid a su vecino en los últimos cuatro enfrentamientos: tres empates seguidos en Liga y victoria del Atlético en la prórroga copera del año pasado.

Igualdad en los derbis

Desde su regreso al banquillo madridista en el verano de 2021, Ancelotti ha ganado cuatro derbis (dos de Liga y otros dos en la prórroga, en la Copa y en la Supercopa de España), ha empatado cuatro y ha perdido tres (dos en Liga y uno en la prórroga de la Copa). Un balance equilibrado extremadamente equilibrado que se decantará para un lado de la capital de España en marzo.

El que gane la eliminatoria se enfrentará al PSV o al Arsenal en cuartos de final, con la vuelta en Madrid, y podría medirse al Liverpool o al PSG en semifinales, ahí con la cita de vuelta lejos de España. Ingleses y franceses se cruzan en octavos, y en cuartos tendrían un duelo favorables ante Brujas y Aston Villa por un puesto en semis.

El Barça, agraciado

Un cuadro durísimo que dista del que el sorteo ha regalado al Barcelona. El equipo de Hansi Flick se medirá en octavos al Benfica, con la vuelta en Montjuic, y en caso de superar el cruce disputaría los cuartos contra el Dortmund o el Lille, con la vuelta en territorio alemán o francés. Más adelante le esperaría uno entre Bayern-Leverkusen y Feyenoord-Inter, últimos enfrentamientos de octavos. Si llega a semifinales, el Barça jugaría la vuelta lejos de Montjuic.

La ida de cuartos será el 8 y 9 de abril y la vuelta el 15 y 16. Las semis, el 29 y 30 de abril y el 6 y 7 de mayo, dejando la final para el 31 de mayo en el Allianz Arena de Múnich.