La quinta del 'Baby Giro' dispara su cotización en el reinado absolutista de Pogacar

La quinta del ‘Baby Giro’ dispara su cotización en el reinado absolutista de Pogacar

Tadej Pogacar regala el maillot y las gafas rosa al niño del Giro y la imagen se hace viral. Giulio Pellizzari (20 años), el más joven de la Corsa Rosa, se emociona tras recibir las prendas de su ídolo en la lluviosa meta de Santa Cristina val Gardena. Cinco años atrás, el chaval del equipo Bardiani se había hecho una foto con el esloveno, su referente. Ambos acapararon protagonismo en el desenlace de la etapa del pasado martes, con nuevo festival de Pogy. El líder superó al italiano en el último tramo y frustró una victoria que el chaval había buscado tras meterse en una escapada y escalar rampas entre la niebla y el frío. La imagen de ambos abrazados es una de las estampas de este Giro que enfila su recta final.

En esa jornada, todos se enteraron de que Pellizzari era el corredor más joven del Giro y que el pasado año destacó en el Tour del Porvenir. A partir de ese día, nada será lo mismo para el prometedor ciclista nacido en San Severino Marche. «Estoy contento, voy progresando bien y me preparo para tomar el relevo de esa gran generación que encabeza Pogacar», ha dicho un joven que jamás olvidará su estreno en el Giro de Italia.

Y es que esta edición de la ronda italiana está siendo una eficaz plataforma de lanzamiento para los debutantes. Los nuevo chicos de oro. El asturiano Pelayo Sánchez se consagró con su victoria en la sexta jornada, la del sterrato. También se ha dejado ver en varias etapas de montaña, como la del Monte Pana. El ciclista de 24 años y formado en la Academia de Samuel Sánchez ya es pretendido por varias formaciones.

El germano Georg Steinhasuer (22 años) saltó a los titulares tras vencer el miércoles en Passo Bronco. El sobrino del controvertido Jan Ullrich es una de las piezas más revalorizadas del EF Education. Otros dos debutantes y pertenecientes a la misma quinta del Baby Giro son el velocista neerlandés Olav Kooij, ganador en el sprint de Nápoles y que se vio obligado a retirarse por un proceso febril, y el cazaetapas francés Valentin Paret-Peinte, triunfador en Cusano Mutri.

El italiano Antonio Tiberi también tiene 22 años y es el portador de la Maglia Bianca, que distingue al mejor joven. Es el adalid de los nuevos escaladores azurros, es quinto en la general y aspira a un puesto en el podio de Roma. Por detrás de él en la nómina de los jóvenes está el neerlandés Thymen Arensman (24 años), sexto en la general y lugarteniente de Geraint Thomas en el Ineos. Filippo Zana (25 años) es tercero y ha entrado en el top ten de la general.

Estos debutantes intentarán sobresalir otra vez en la jornadas de montaña de hoy y de mañana. Ayer prefirieron reservar energías en una etapa llana resuelta al sprint por el belga Tim Merlier (Soudal Quick-Step), que aprovechó el descontrol de los lanzadores del equipo Trek del Jonathan Milan para anotarse su segunda victoria.

Merlier desafía a Milan en una 'volata' descontrolada y suma su segunda victoria

Merlier desafía a Milan en una ‘volata’ descontrolada y suma su segunda victoria

Segunda diana para Tim Merlier. El sprinter belga impuso su punta de velocidad en otra llegada descontrolada de este Giro que enfila su recta final con el dominio implacable de Tadej Pogacar. El esloveno, tras las exhibiciones de esta semana, se protegió en el seno del pelotón en una jornada en la que los escaladores cedieron el centro del escenario a los rodadores.

La de este jueves fue una etapa sin dificultadores orográficas que transcurrió desde los Dolomitas hasta Padua, en la provincia de Venecia, marcada por una escapada compuesta por Mikkel Honoré, Mirco Maestri, Filippo Fiorelli y el incansable Andrea Pietrobon. El rodador del equipo de Alberto Contador es un filón publicitario, pocos como él han aprovechado las ocasiones para generar o meterse en la escapada buena del día, acaparando la atención de las cámaras en los tramos más interesante. Desde que arrancó el Giro, el corredor del Polti Kometa ha estado escapado más de 450 kilómetros El cuarteto fue neutralizado a falta de 10 kilómetros para la meta.

En la ruta desde la montaña hasta la cercanía del mar, los rodadores impusieron un fortísimo ritmo hasta el curveo final, en las calles de Padua, con susto para Arensman, que quedó cortado por una avería mecánica.

En un recorrido muy técnico, los velocistas se desafiaron en una partida sin dueño. Los lanzadores de Trek de Jonathan Milan tomaron la cabeza y luego cedieron la punta de lanza a los rivales del Soudal o Alpecin. Hasta elMovistar y el Cofidis se dejaron ver adelante. En ese descontrol, Milan perdió las referencias de sus compañeros y los últimos 200 metros tuvo que remontar posiciones. Un esfuerzo extra que le privó de su cuarta victoria, en beneficio de Merlier, que ya se impuso en la tercera etapa. A los sprinters aún les queda la clausura del domingo en Roma.

Nueva fecha para adornar el palmarés de Pogacar, que, salvo catástrofe, llegará a la capital italiana con 20 días consecutivos sin ceder la maglia rosa, la mejor cifra en los últimos 34 años. La sorpresa de Jhonatan Narváez en la etapa inaugural evitará lo que apuntaba a ser un pleno de Pogacar, un dominio absoluto que sólo Constante Girardengo (1919), Alfredo Binda (1927), Eddy Merckx (1973) y Gianni Bugno (1990) consiguieron en la historia de la carrera. Pogi acumula 17 días con la prenda de líder, una marca superior a las 15 jornadas que sumó su compañero Joao Almeida en 2020, el mejor registro de los últimos tiempos.

La etapa de este viernes vuelve a ser un castigo para los sprinters y una oportunidad para los cazaetapas y los escaladores. La cita consta de 178 kilómetros, con salida en Mortegliano y llegada a Sappada, que presenta tres ascensiones y un final nervioso previo a unas rampas del 15% en Sappada.

Majka, el gregario díscolo de Contador que ahora es el ángel protector de Pogacar

Majka, el gregario díscolo de Contador que ahora es el ángel protector de Pogacar

El ángel de la guarda del nuevo demonio del ciclismo empezó jugando al fútbol, pero abandonó el balón a los 12 años cuando un entrenador de ciclismo visitó su escuela. «Probé la bici y me gustó». Desde entonces, el polaco Rafal Majka (Zegartowice, 1989) inició una carrera meteórica. En 2011, con 21 años, fue invitado por el equipo Saxo Bank a un stage en Mallorca, en un entrenamiento de comienzo de la temporada fue el único que consiguió aguantar a Alberto Contador en una subida. Bjarne Rijs decidió contratarle de inmediato.

A sus 34 años, este escalador que siempre albergó la idea de conquistar una de las tres grandes rondas por etapas, ha sabido reinventarse como escudero de calidad de Tadej Pogacar en este Giro que afronta su recta final. Nunca falla, siempre protege a su jefe en los momentos decisivos de la carrera. Los rivales le temen, porque saben que en las rampas más exigentes toma las riendas del pelotón e impone un ritmo machacante para minar energías y catapultar al esloveno. Siempre es así, todos lo saben, pero nadie puede evitarlo. Lo hizo ayer en el Passo Broncon y antes en las llegadas a Monte Pana, Livigno o Patri di Tivo.

El suyo es un trabajo sacrificado, poco vistoso pero muy apreciado por los directores. Una labor que Majka desempeña como ninguno tras asumir un costoso proceso interior. Y es que él, por condiciones, podría considerarse superior a los dos principales perseguidores de Pogacar en la general: el colombiano Daniel Martínez, con corto palmarés en las tres grandes, y el galés Geraint Thomas, que hace tiempo ofreció la mejor versión de sí mismo.

Y es que el protector de Pogacar atesora una brillante hoja de servicios y también un pasado con pretensiones. Aprendió con los mejores. Fue gregario de Alberto Contador en Saxo Bank y en el Tinkoff, grupo en el que también coincidió con Peter Sagan, Iban Basso o Roman Kreuziger. El equipo patrocinado por el impulsivo magnate ruso Oleg Tinkov se convirtió en una olla a presión por la permanente exigencia de resultado. Los abandonos de Contador en el Tour de 2014 y el quinto puesto en la edición de 2015 hicieron crecer a Majka en el escalafón. Algunos le acusaron de traidor y de velar sólo por sus intereses. Desde que llegó al Saxo Bank se consideró un ciclista de largo recorrido. Ganó el Premio de la Montaña del Tour de 2014 y fue tercero en la Vuelta a España de 2015 y quinto en el Giro de 2016. Es un ídolo en su país tras conseguir la medalla de bronce en la prueba en ruta de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016.

En 2021, cuando Joxean Fernández Matxin le convenció para fichar para el UAE, consumó una apoteósica escapada en la Vuelta a España, con un triunfo en El Barraco tras una fuga de 125 kilómetros.

Majka se muestra satisfecho con ser el guardaespaldas de Pogacar, un corredor al que admira: ''Tadej es un gran líder, no sólo por sus cualidades ciclistas, también en el trato personal, siempre correcto y agradecido. Cuando él forma parte del equipo, noto que el nivel de todos es mejor''. Unas palabras que coinciden con las de Matxin: ''Pogacar no es un campeón, es un líder que siempre está atento a sus compañeros. Si el gana siempre reparte con ellos''. En el UAE deslizan que líder del Giro quiere regalar una etapa a su guardián, las jornadas de mañana y el sábado son las más propias.

«Lo mejor de mi trayectoria deportiva es el bronce en Río de Janeiro de 2016, subir al podio del Premio de la Montaña del Tour de Francia y correr con Pogacar en su segundo triunfo del Tour de Francia», apunta el polaco, siempre abriendo camino a la maglia rosa del Giro.

Pogacar, generoso, se divierte y permite ganar al joven alemán Steinhauser

Pogacar, generoso, se divierte y permite ganar al joven alemán Steinhauser

El nuevo Caníbal es amable y generoso. Tadej Pogacar, tras firmar dos triunfos consecutivos en los Dolomitas, permitió a sus rivales participar en en el reparto de su suculenta presa en este Giro de los récords. El esloveno, en la doble subida al Passo Broncon, prefirió reservar energías y no desgastar a su equipo. El líder, saciado con cinco victorias en esta ronda que enfila su último tramo, permitió que el alemán George Steinhauser ganara la etapa y estrenara su palmarés profesional.

El chaval del EF Education (22 años) se metió en la escapada buena de la jornada y supo aprovechar ese impulso para otorgar a su equipo el primer triunfo en la Corsa Rosa. Inmejorable debut para el joven corredor.

Steinhauser ganó porque Pogacar se permitió un descanso en una jornada corta de montaña (159 kilómetros), pero sin apenas zonas de recuperación. El pelotón, comandando por el DSM de Romain Bardet, otorgó permiso a la escapada de rigor, integrada por Nairo Quintana, Alaphilippe, Caruso, Pellizzari (primero en el Passo Sella, la nueva Cima Coppi), Valter, Conci, Ghebreigzabhier, Ballerini, Frigo y el propio Steinhauser.

Después de pasar por el Passo Sella y descender por el Val di Fassa y el Val di Fiemme hasta Predazzo, la carrera transcurrió por una sucesión ininterrumpida de duras subidas y bajadas, hasta llegar a la primera ascensión al Passo Brocon por el lado norte, para luego afrontar la última escalada, en la que Steinhauser se marchó ante la parsimonia del pelotón. Con Pogacar ajeno a la pelea por la etapa, el alemán fue ganado distancia, superando los tres minutos.

La cita, que parecía aburrida, se animó en las rampas de los últimos dos kilómetros, con pendientes superiores al 10%. Ahí, Pogacar tomó la cabeza del grupo de favoritos y, sin atacar, dejó clavados a todos. La historia repetida de este Giro en el que el líder apenas es inquietado por sus enemigos.

Al final, el alemán venció con un margen de 1.22 minutos sobre Pogacar. El portador de la maglia rosa aumentó a renta sobre Daniel Martínez en 18 segundos. Pogacar se divierte y los aficionados disfrutan.

Este jueves, cambio de tercio, con una etapa llana de 178 kilómetros entre Fiera di Primiero y Padova. Una pugna para los cazaetapas y velocistas.

Pogacar, un líder de otro tiempo, logra su histórico repóker de victorias en el Giro

Pogacar, un líder de otro tiempo, logra su histórico repóker de victorias en el Giro

Un insaciable devorador de récords. Un corredor con un nivel superlativo dispuesto a establecer registros desconocidos en el siglo XXI. Un líder de otros tiempos. Tadej Pogacar es incomparable en el ciclismo moderno. En 2020, con sólo 21 años, se convirtió en el vencedor más joven del Tour de Francia después de la Segunda Guerra Mundial y ahora está dispuesto a establecer una magnífica marca en el Giro de Italia.

El esloveno, que ya suma quinta victoria en el año de su debut en la Corsa Rosa, puede establecer la distancia más amplia con el segundo clasificado en el siglo XXI y más larga en los últimos 60 años.

Pogy ya supera a Daniel Felipe Martínez en más de siete minutos y todavía restan tres etapas de alta montaña en las que lo más probable es que aumente la distancia: La de este miércoles, con cinco puertos y final en el alto de Brocon; la de viernes, con clausura en la Cima Sappada; y la del sábado, con doble subida al Monte Grappa.

Este martes volvió a brillar en una jornada que fue alterada por la adversa climatología. La nieve, el frío y el peligro de las caídas provocó que no se ascendiera el puerto de Umbrailpass y que etapa quedara reducida a 121 kilómetros, 85 menos de los previstos. La salida tomó en Spondigna cuatro horas después del horario previsto. El pelotón se movió con nerviosismo hasta llegar al tramo decisivo de los últimos 25 kilómetros, con los ascensos consecutivos a Passo Pinei y a Monte Pana. La pasada semana, la dirección del Giro decidió que no se escalara el Stelvio por la posibilidad de avalanchas. Decisiones correctas para proteger a los actores del espectáculo.

El UAE de esloveno, con ayuda del Movistar, controló una etapa en la que Alaphilippe, Piccolo, Ballerini y Maestri se fugaron entre la niebla, la lluvia y el frío 5. También lo intentaron Pelayo Sánchez, a 20 kilómetros, en la subida al Passo Pinei, Costiou y Pelizzari. Fuegos de artificio hasta que el esloveno, sin aparente dificultad, se desprendió de sus enemigos. No atacó, no se levantó del sillín, sólo mantuvo una cadencia imposible de igualar para unos rivales que ya se han acostumbrado a convivir con un corredor de un nivel superlativo. Cerca de medio minuto cedió Martínez, que estuvo más sólido que Thomas. Nuevo triunfo de Pogacar, el 74 de su palmarés, para extender su dominio en un Giro que estadísticamente puede pasar a la historia.

En este siglo, la mayor diferencia entre los dos primeros se registró en 2006, edición en la que el italiano Iban Basso superó al español José Enrique Gutiérrez en nueve minutos y 18 segundos. La segunda mejor marca es la de 2001, cuando el local Gilberto Simoni aventajó a Abraham Olano en 7.31.

La renta más amplia en los últimos 70 años quedó sellada en 1954 por el suizo Carlos Clerici, que distanció a su compatriota Hugo Koblet en 24 minutos y 16 segundos. Once años después, en1965, Vittorio Adorni aventajó a Italo Zilioli en 11.26. La mayor diferencia de toda la historia quedó registrada en 1914 (la sexta edición, la primera que se resolvió por tiempo empleado y no por puntos). Aquella fue una carrera durísima, hubo 81 participantes pero sólo terminaron ocho. En un recorrido de 3.162 kilómetros, el italiano Alonso Calzolari empleó 135 horas, 17 minutos y 56 segundos; una hora, 57 minutos y 26 segundos que su compatriota Pierino Albini.

Tiempos de héroes que no se detenían ante barreras, como Pogacar. El esloveno también persigue ser el mejor debutante del ciclismo moderno con la conquista de la clasificación General (maglia rosa), Montaña (azzurra) y Regularidad (ciclamino). Un triplete que ya consiguió Eddy Merckx en 1968, también en su primera participación. Tadej y Eddy, tan parecidos como incomparables.

Pogacar domina con autoridad la Montaña. Antes de la jornada de descanso sumaba 172 puntos, el segundo era el alemán Simon Gescke, con 78. En la Regularidad era sexto, con 84 puntos, el líder era Jonathan Milan, con 284 puntos.

Tiberi (el mejor joven del Giro), un tipo despedido por matar a un gato y admirado por Pogacar

Tiberi (el mejor joven del Giro), un tipo despedido por matar a un gato y admirado por Pogacar

El rival más elogiado por el heredero de El Caníbal fue despedido por el equipo Trek-Segafredo por matar con una escopeta de aire comprimido al gato del ministro de Turismo y Correos de San Marino. Una imprudencia que marcó profundamente a Antonio Tiberi (Fronsinone, 2001), el nuevo ídolo de los tifosi. Tadej Pogacar, con sus declaraciones, ya ha consagrado a este debutante del Giro. «Antonio Tiberi es, hasta ahora, el único corredor que ha tenido pelotas. Admiro el coraje que ha mostrado», dijo tras observar su atrevimiento en las subidas a Prati de Tivo y a Cusano Mutri, en el primer tercio de la ronda italiana.

Este chaval, que creció viendo los triunfos de Vincenzo Nibali en el Tour, Giro y Vuelta y con el compartió habitación durante una temporada en el Trek, es la principal apuesta italiana para el podio de Roma. A sus 22 años, afronta el inicio de la última semana de la carrera en la quinta plaza de la general, un puesto que podría dejar atrás porque pocos escalan con más soltura que él. Hoy tomará la salida, en Livigno, con una desventaja de 9.26 respecto de Pogacar, pero sólo está a 2.30 minutos del podio, que es la distancia que le separa del tercero, el colombiano Daniel Felipe Martínez (Bora). Además, es el portador de la Maglia Bianca, prenda que distingue al Mejor Joven, con 19 segundos de margen sobre el neerlandés Thymen Arensman (Ineos).

Desde juvenil, Tiberi destacó por su polivalencia. En 2019 se proclamó campeón de contrarreloj en el Mundial júnior disputado en Yorkshire (Inglaterra) tras firmar un bravo ejercicio superación: poco después de la salida sufrió una avería mecánica que le hizo perder medio minuto y le obligó a seguir la carrera sin referencias ni potenciómetro. A pesar de este contratiempo superó al segundo clasificado, el neerlandés Enzo Leijnse, en siete segundos.

En 2020 militó en el Colpack, el grupo de formación en el que también estuvo Juan Ayuso. En 2021 fichó por el Trek-Segafredo y un año después se anotó la etapa reina del Tour Hungría. La escuadra estadounidense le apartó de la competición en 2023, después de conocerse que había sido denunciado por disparar, el 21 de junio de 2022, a un felino desde una ventana del tercer piso de su apartamento en el centro histórico de San Marino. El corredor sostuvo que aquello fue una imprudencia, que nunca quiso matar al gato. «Sólo quería medir la capacidad de tiro del arma. Apunté también a una señal de tráfico y reconozco que también intenté dar al gato y, para mi sorpresa, le di. No tenía intención de matarle, estaba convencido que el arma no era letal», declaró Tiberi ante las autoridades de San Marino. La mascota pertenecía a un miembro del Gobierno de San Marino, que no dudó en demandar al ciclista. La muerte del animal supuso una multa de 4.000 euros.

El padre de Tiberi, Paolo, que también se dedicó al ciclismo, argumentó que aquello fue una maldita casualidad y que su hijo, al contrario de lo que muchos pudieran suponer, es un apasionado de los animales. Y es que Antonio Tiberi se crió en una granja de su familia en la que hay cinco perros y 17 gatos, la mayoría de los felinos son callejeros, llevados allí por el propio Antonio. «Mi hijo cometió un gran error, tanto al probar el arma desde la ventana como al pensar que no era letal. Fue una tontería fruto de la inexperiencia», expuso en un reportaje en Bicisport.

En la primavera de 2023, el ciclista y el Trek acordaron la rescisión del contrato y a final de la pasada temporada, el escalador se comprometió con el Bahrain Victorious para ocupar el puesto de Mikel Landa, que se marchó al Soudal Quick Step de Remco Evenepoel. El fichaje del italiano por la formación patrocinada por el país árabe ha supuesto una fructífera relación para ambas partes. El corredor ha crecido una barbaridad y el equipo ocupa lugares de privilegio en el Giro. «Quiero seguir progresando y prepararme para un futuro ganar el Giro. Ese es mi sueño», ha dicho un ciclista que, con 1,82 metros y sólo 62 kilos, se aleja de la aquella figura del escalador pequeño que sufre en el llano. «Intento defenderme en todos los terrenos», apunta el italiano, que en la contrarreloj del pasado sábado terminó en sexta posición.

Tiberi, un valor en alza estigmatizado por un felino.

Pogacar abruma en la etapa reina del Mortirolo y Nairo Quintana resucita en los Dolomitas

Pogacar abruma en la etapa reina del Mortirolo y Nairo Quintana resucita en los Dolomitas

El paso del Mortirolo se abrió antes de la Segunda Guerra Mundial para que los ganaderos llevaran las cabras a los pastos de las tierras altas. La brecha trazada en una de las costillas de los Dolomitas también fue utilizada por los contrabandistas por esquivar el control de los carabinieri. La leyenda envuelve a esta mole de rampas infernales. Dureza extrema para un gigante que rivaliza con los imponentes Stelvio, Gavia y Pordoi.

Allí, Franco Chioccioli sentenció el Giro de 1991. Allí, Marco Pantani demarró como nunca a falta de 10 kilómetros para la cima en 1994, aquella ronda perdida por Miguel Indurain con Eugeni Berzin. Allí, Alberto Contador, en 2015, firmó su remontada más célebre al rebasar a todos tras afrontar la subida con una desventaja de 50 segundos por una avería mecánica.

Esta subida, cubierta con un bosque de coníferas que apenas deja pasar el aire, es un retablo para los escaladores de tronío, como Tadej Pogacar, tan apasionado de la mística de la Corsa Rosa, que este domingo se anotó la etapa reina de un Giro en el que nunca ha tenido adversarios de alta intensidad. Aventajó a Geraint Thomas y a Daniel Martínez en 2.50 minutos. Ya supera a sus rivales más próximos en cerca de siete minutos y todavía resta una semana de alta montaña. ''Ha sido uno de los mejores días de mi vida'', declaró el bicampeón del líder inabordable, vencedor de cuatro etapas en su debut en la ronda italiana.

El esloveno volvió a abrumar en una jornada de tremendo desgaste con un ataque demoledor a falta de 14 kilómetros para la meta, ubicada en la estación alpina de Livigno, que terminó con las esperanzas de renacimiento de Nairo Quintana. El colombiano fue segundo y presentó su mejor actuación en el regreso al Movistar.

El temor al Mortirolo marcó el desarrollo de la cita de este domingo, con la etapa maratoniana (222 kilómetros y cinco puertos). El pelotón se rompió con una macrofuga de 60 corredores, que alcanzó una ventaja de cinco minutos antes de afrontar el ascenso al puerto alpino, que se hizo por su vertiente más suave, la de Edolo Monno, con 12,7 kilómetros al 7,7% de pendiente media. En la aventura se metieron gente con vocación ofensiva en la escapada, como Quintana, Valter, Juanpe López, Alaphilippe, Storer, Steinhauser, Narváez o Pelayo Sánchez. Scaroni tuvo el privilegio de pasar primero por la cúspide del Mortirolo.

La renta de los fugados fue disminuyendo por la presión del UAE e Ineos. A falta de 30 kilómetros y con dos puertos por delante y en ascensión permanente, la diferencia bajó a los 3.40. Los aventureros quedaron reducidos a una veintena.

Los gregarios de Pogacar controlaron la situación con rienda larga. En últimas rampas de Passo Foscagnio, a 14 kilómetros de la meta, el líder decidió que había llegado la hora de los fugados. Aceleró y sin apenas oposición de marchó para superar a todos. Quintana y Steinhauser fueron los últimos. Al colombiano le cazó a falta de 2.000 metros para la clausura, en las rampas más dura de Livigno, un lugar que conoce muy bien, porque allí se levanta un centro de alto rendimiento muy visitado por el equipo UAE. ''Livigno es uno de mis sitios favoritos de Italia'', señaló un líder que amenaza con cerrar el Giro con una de las ventajas más alta de la historia reciente. Honor y gloria para un inagotable generador de espectáculo.

Ganna impone su ley en la pelea contra el crono y Pogacar extiende su dominio

Ganna impone su ley en la pelea contra el crono y Pogacar extiende su dominio

La locomotora de Verbania encandila a los tifosi en las lujosas orillas de Lago Garda. Filippo Ganna, el mejor contrarrelojista italiano de la última década, venció en el postrero test cronometrado de este Giro que enfila su semana definitiva. El elegante rodador del Ineos se anotó su primera victoria en esta Corsa Rosa, comandada con indiscutible autoridad por Tadej Pogacar. El ídolo local superó en 29 segundos al insaciable esloveno.

Fiesta italiana en el lujoso destino turístico que recoge las aguas de las montañas y valles de la antesala de los Alpes. Mansiones majestuosas sólo para los más afortunados. Allí donde Ganna se sintió poderoso.

La cita entre Castiglione delle Stiviera y Desenzano del Garda, con un recorrido de 31 kilómetros, supuso un excelente ejercicio para el lucimiento de especialistas en las contrarrelojes y para rodadores puros. Un perfil carente de dificultades montañosas, que atravesó zonas urbanas con suaves pendientes descendentes. Los últimos kilómetros apenas presentaron curvas, con la meta situada en una recta de 200 metros. Un escenario ideal para que Filippo Ganna exhibiera esa potencia que le caracteriza. El italiano afrontó la prueba perfectamente acoplado a su máquina, limando tiempo en cada curva. Un test de clase, elegancia y aerodinámica rubricado con un tiempo de 35.02.

Sólo Pogacar pudo acercarse al registro de espigado italiano. El esloveno arrancó pletórico para luego mostrar un rendimiento descendente. En el primer tramo cronometrado aventajaba al Ganna en cuatro segundos, en el segundo ya perdía 10 segundos y en el definitivo se distanció hasta los 29. Pogacar se quedó sin victoria pero incrementó la ventaja sobre sus inmediatos seguidores.

En tierras de Lombardía, Pogacar se distanció de unos enemigos resignados a pelear por las migajas. Superó a Geraint Thomas en 45 segundos y a Daniel Martínez en más de un minuto. Si antes del comienzo de la contrarreloj aventajaba a Daniel Martínez en 2.40 minutos y a Thomas en 2.56, ahora la renta respecto al colombiano se queda en 3.56 y con el galés en 3.41.

Primera etapa para Ganna en este Giro y la sexta en sus cuatro participaciones en la Corsa Rosa, las anteriores fueron en las ediciones de 2020 (cuatro) y 2023 (una). Primera vez que sube a los más alto del podio en este curso. En la crono de la la Tirreno-Adriático quedó segundo, superado por Juan Ayuso.

Una jornada muy rentable para Ganna, pero también para el doble ganador del Tour de Francia, que este domingo puede volver a aumentar su distancia, con una etapa de 222 kilómetros de alta montaña, con cuatro puertos, entre ellos el mítico Mortirolo (por la vertiente más suave) y con final en el alto de Livigno.

Milan, tras sufrir un sofocón por un abanico, pone orden en la anarquía de los velocistas

Milan, tras sufrir un sofocón por un abanico, pone orden en la anarquía de los velocistas

Aquellos equipos poderosos que imponían un treno imposible de superar ya pasaron a la historia. Unas formaciones perfectamente coordinadas que comandaban el grupo e imponían una altísima velocidad en los últimos kilómetros para impedir cualquier conato de fuga y, así, lanzar a su sprinters a la conquista de la victoria. Ese aplastante dominio no termina de cuajar en este Giro de velocistas inseguros. En esa anarquía domina Jonathan Milan, que este viernes se anotó su tercera victoria parcial tras solventar un inesperado sofocón provocado por una abanico. Tadej Pogacar, que también suma tres triunfos, continúa líder.

En el desgobierno de las llegadas masiva, el Lidl Trek, el Soudal Quick Step, el Alpecin y el Visma se han repartido responsabilidades sin asumir un gobierno estable. El más fiable, sin duda, es el Lidl Terk de Milan, que antes venció en las etapas cuarta y undécima. El belga Tim Merlier (Soudal) brilló en la tercera jornada y el neerlandés Olav Kooij (Visma), en la novena.

En su escenario preferido, sin dificultades orográficos, con minúsculo desnivel de 150 metros y un recorrido de 179 kilómetros entre Riccione y Cento, algunos de los mejores rodadores quedaron retratados con una valiente ofensiva de Ineos. El equipo de Geraint Thomas, aprovechando un golpe de ciento lateral, aceleró la marcha a falta de 60 kilómetros para la meta y rompió en pelotón en varios trozos. Arensman, Narváez y Ganna se relevaron en la punta y dejaron cortados, entre otros, a Milan y a Fernando Gaviria. También a escaladores como Domenico Pozzovivo yEiner Rubio. La ofensiva terminó con la aventura de los fugados de turno, en esta ocasión el incansable Andrea Petrobon (del Polti Kometa de Alberto Contador) y Alessandro Tonelli y Manuele Tarozzi (ambos de Bardiani), que habían conseguido hasta dos minutos de renta.

Un calentón inesperado para el equipo de Milan, que consiguió enganchar a falta de 37 kilómetros para el final. Una breve tormenta al nerviosismo por ocupar las primeras plazas en el desenlace por las calles de Cento y por neutralizar una nueva fuga, ahora integrada por De Pooter y Marcellusi. Con el Alpecin de Kaden Grove asomando en cabeza. Tensión y sustos y varias caídas antes de un final en el que Milan superó, a los últimos 50 metros, a un soberbio Gaviria. Premio para el italiano y el colombiano, castigados en el tramo final por el Ineos.

Esta ha sido una de las dos últimas balas del cargador de los velocistas, dado que la tercera semana de competición está dominada por la alta montaña, sólo les quedarán las jornadas del viernes, con llegada a Padova y la de la clausura en Roma.

Para este sábado cambio de guion. Nueva y última cita para los expertos en la lucha individual contra el crono. Serán 31 kilómetros en un trayecto llano entre Castiglione delle Stiviere y Desenzano del Garda. Un test de fuerza para especialistas. Más opciones para Filippo Ganna que para Tadej Pogacar.

Olav Kooij, el versátil sprinter de moda: antepasados ciclistas, futbolistas y tenistas

Olav Kooij, el versátil sprinter de moda: antepasados ciclistas, futbolistas y tenistas

Un prolífico legado deportivo y artístico guía al velocista neófito y más de moda del Giro de Italia. El neerlandés Olav Kooij (Numansdorp, 2001) es un chaval con heterogénea formación que ya vence a lobos en sprints suicidas. Otro adalid de una nueva generación de corredores distinguida por la osadía y la precocidad.

El aventajado debutante de la Corsa Rosa presume de genealogía. Olav es hijo de Johan Kooij, un ciclista que participó en pruebas nacionales e internacionales. Su madre Anna van der Berg también se dedicó al deporte. El abuelo paterno, Pieter Kooij, fue un destacado ciclista amateur. La abuela paterna, Margot de Vries, fue una tenista con triunfos en categoría nacional. Por parte materna, el abuelo Dirk van der Berg fue futbolista. Su abuela Maria Bakker se alejó del deporte y se dedicó al arte, a la pintura.

En su casa, Olav se tropieza con bicicletas, balones, raquetas y patines. Y es que al joven e inquieto corredor del equipo Visma también le encanta el patinaje artístico y el esquí de fondo.

La pasión por el deporte y su versatilidad distinguen a este sprinter que se curte en el Giro y que el domingo firmó su primer triunfo. Con 22 años y en su debut en la ronda italiana se atreve a desafiar a tipos tan experimentados como Tim Merlier, Caleb Ewan, Fabio Jakobsen, Phil Bauhaus, Fernando Gaviria o Jonathan Milan. En las dos primera etapas resueltas al sprint fue sexto y cuarto. En la de miércoles, con cuatro fugados en meta, concluyó noveno. En Nápoles dio en el centro de la diana, y eso que ha acudido a la carrera italiana sin su tutor. La ausencia del damnificado Wout van Aert es irreparable. No hay mejor lanzador que el belga, como demostró el pasado año en el Tour de Gran Bretaña, donde puso en bandeja cuatro triunfos consecutivos a Kooij. Aquella fue puesta de largo del talentoso neerlandés, que saltó todos los plazos en el equipo de desarrollo del Visma. Debutó en el primer equipo en febrero de 2021, ese año consiguió la medalla de bronce en la prueba en ruta del Mundial sub'23. Tiene contrato hasta 2025.

Kooij es un velocista que podría terminar siendo un notable clasicómano, según aventuran los técnicos del Visma. Este año también ha sumado etapas en París-Niza (dos), Tour de UAE y Clásica de Almería. En 2023 brilló en el Tour de Polonia y Cuatro Días de Dunkerque. En su palmarés ya figuran 33 triunfos.

Merijn Zeeman, director deportivo del Visma, dijo antes del comienzo del Giro: «Olav es uno de los mayores talentos del WorldTour. Es muy rápido y está haciendo una temporada fantástica. Tiene un talento increíble y vamos a ayudarle en todo lo que podamos».

Olav Kooji agradeció los elogios pero lamentó la ausencia de Van Aert. «Es frustrante no poder contar con Van Aert, pero es lo que hay. En el equipo también hay otros corredores con gran experiencia», señaló el neerlandés, que preparó el Giro en Denia (Alicante), junto a sus compañeros el italiano Edoardo Affini, el belga Cian Uijtdebroeks y el francés Christophe Laporte (abandonó la carrera en la primera semana por una caída). «Sin Laporte, tengo que improvisar los movimientos en el sprint. En los dos primeras llegadas mavisas del Giro no estaba al 100% y me sentí inferior a los otros velocistas. Ahora, no», dijo el joven y veloz neerlandés tras ganar en Nápoles y que este lunes disfrutó de su primer día de descanso en el Giro.