43 Vueltas a España, 28 Tours de Francia y 24 Giros de Italia: la increíble historia de Alejandro Torralbo, el mecánico de Indurain, Valverde, Pogacar...

43 Vueltas a España, 28 Tours de Francia y 24 Giros de Italia: la increíble historia de Alejandro Torralbo, el mecánico de Indurain, Valverde, Pogacar…

El mejor mecánico del mundo empezó a trabajar a los nueve años. Acudía todos los días al taller, sólo paraba los domingos, a las 12 del mediodía, para ir a misa. Alejandro Torralbo (Villanueva de Córdoba, 1962) creció entre arandelas, alicates, tuercas y lubricantes de cadenas. «Salía corriendo de la escuela de mi pueblo y me iba a ayudar a mi tío, que tenía un local de reparación de bicis y motos. Allí estaba siempre, incluidos los fines de semana; de eso hace más de 50 años. Aquellos tiempos nada tienen que ver con los de ahora», advierte el técnico de UAE, formación liderada por Tadej Pogacar y Juan Ayuso.

El álbum de Torralbo es un tesoro, con fotos de Indurain, Rominger, Olano, Ullrich, Juan Fernández, Chava Jiménez, Valverde, Contador, Sastre, Sagan, Basso... También hay recuerdos de su paso por los equipos Clas, Mapei, Banesto, Festina, Coast, Bianchi, Cervélo, CSC, Saxo Bank, Tinkoff o Katusha. Desde hace cuatro años trabaja para el UAE. Ha cubierto 43 Vueltas a España, 28 Tours de Francia y 24 Giros de Italia. Es un fijo de la selección española, ha sido testigo directo de tres Juegos Olímpicos (Atlanta, Londres y Río) y de 29 campeonatos del mundo. Por sus manos pasaron las bicicletas de los campeones Olano, Freire y Valverde.

«Comencé en el ciclismo a los 16 años, con Miguel Moreno, primo de mi madre, que era director del equipo Peña Manzaneque. En mi casa no querían que siendo tan pequeño estuviera por ahí con los ciclistas, pero al final me dejaron salir. En 1980 me fui a la Vuelta a España con el equipo Chocolates Hueso. Luego me llamó José Manuel Fuente, Tarangu, para el equipo Clas y desde ahí hasta ahora. Al principio trabajaba a diario, sólo descansaba el domingo para ir a misa. Creo me equivoqué, tenía que haber estudiado. Empecé BUP y lo dejé por las bicis. Llevo en este mundillo desde siempre... Es lo que hay», dice.

Torralbo, con Olano.

Torralbo, con Olano.T. Torralbo

Y lo que hay es un cúmulo de vivencias impagables. A sus 61 años es un emblema del ciclismo. En Facebock han creado la página Fans de Alejandro Torralbo. «Eso es cosa de unos gallegos que me quieren mucho. Ellos aseguran que soy el mejor mecánico del mundo, pero yo no soy el mejor, solo soy el más viejo», incide el técnico que vive en La Fresneda (Asturias).

Torralbo asegura que ahora el ciclismo es menos familiar: «Antes te ocupabas de la limpieza de las bicis, de la puesta a punto, de la presión de las ruedas, de la altura del sillín, etc. Ahora todo es diferente, trabajamos con los biomecánicos que te aconsejan en el uso de manillares, bielas, retroceso... Los mecánicos españoles siempre teníamos buen cartel, pero ahora los fabricantes nos miran de reojo, porque dicen que nosotros reparamos todo, no como otros, que cuando una pieza se rompe la tiran y buscan otra nueva. En el UAE hay más de 100 personas, con gente de 22 países, es como una empresa. Somos 11 mecánicos, parecen muchos, pero no es así, porque, a veces, hay dos carreras por semana y, además, tenemos que preparar el material en un centro que el equipo tiene cerca de Milán».

Torralbo, Torrontegui y Rominger.

Torralbo, Torrontegui y Rominger.A. Torralbo

Ahora, todo está medido y planificado para obtener el máximo rendimiento. Una labor que ha situado al UAE en la cima. «Pogacar es un fenómeno. Nunca he conocido a nadie igual. Él dice una cosa y la hace. Trabajo con él desde 2021. Está muy pendiente del mantenimiento, pregunta por la presión de las ruedas, por los desarrollos... Es un campeón en todos los aspectos, tanto dentro como fuera de la carretera. El año pasado estuve con él en Tirreno-Adriático, París-Niza, Strade Bianche y Tour de Francia. Hicimos la última Volta a Catalunya y le acompañaré en la concentración de Sierra Nevada», señala.

El mecánico andaluz también valora la gran progresión de Ayuso. «Juan es muy completo. Recuerdo que la primera vez que coincidí con él me sorprendió que llevara las manetas de la bici hacia dentro y para abajo. Yo le decía que no entendía porqué las llevaba así, pero él me contestaba: ''Así tengo cinco vatios menos por la aerodinámica''. Ahora la UCI ha cambiado las normas y no permiten que se inclinen más de 10 grados. Ayuso no ha sido el primero en meter las palancas, recuerdo que Sastre ya lo hacía. Ayuso está pendiente de todos los avances, se preocupa de la mecánica y de la nutrición para mejorar».

En sus 45 años en el ciclismo ha presenciado historias de todos los colores, éxitos grandiosos, escándalos de tramposos y hasta el denominado dopaje mecánico. «Eso del motor escondido en las bicis no lo he visto. No es cierto, es un invento. Me acuerdo que en una ocasión decían que Lance Armstrong había utilizado un motor en una cronoescalada en Alpe d'Huez. Yo no estaba en su equipo, pero pude ver que su bici ni siquiera pesaba 6,8 kilos, que era lo permitido. Los mecánicos tuvieron que poner unas placas para llegar a ese peso. Si hubiera utilizado un motor, su bici pesaría más»..

Con Alejandro Valverde

Con Alejandro ValverdeA. Torralbo

Torralbo, que ha conocido a lo más granado del pelotón de las últimas cuatro décadas, tiene especial cariño a Olano, Tony Rominger y Carlos Sastre. «Con Abraham me entendía muy bien, él venía de la pista y eso se notaba en los aspectos técnicos. Estuve con él en el Mundial de Duitama, en 1995, el que ganó con la rueda pinchada. Todavía mantenemos contacto. Tony presentaba dos caras, como corredor tenía una mentalidad suiza, pero fuera de la carrera era muy atento, le encantaba correr con lluvia. Con Carlos tengo una gran relación, tiene muchos valores, es una persona acojonante, siempre ha estado muy atento con mi familia. En mi casa guardo una bicicleta suya. Su triunfo en el Tour ha sido lo más guapo que me ha pasado en el ciclismo. Casi nadie creía que podía ganar un Tour, pero lo ganó. Puedo presumir de haber inflado las ruedas de su bici», bromea.

El técnico cordobés también destaca la profesionalidad de Contador. «Con Alberto coincidí en el Saxo Bank. Se preocupaba de todos los detalles, de cómo mejorar la aerodinámica y aumentar la velocidad. Sabía mucho de mecánica y se interesaba hasta por las cintas del manillar. Era como un piloto de motos. Si en los entrenamientos escuchaba un ruido raro de la bicicleta me lo contaba para solucionarlo. El ciclismo era y es su pasión. Para mí, Alberto es un ejemplo».

La empatía de Contador contrastaba con la frialdad de Jan UIllrich: «Estuve con él en 2003, en el equipo Bianchi, que heredó la estructura del Coast de Juan Fernández. Era un corredor que hablaba poco, un tanque».

Torralbo sólo coincidió con Indurain en los Mundiales, llegó al Banesto por petición propia de Abraham Olano, cuando el navarro ya se había retirado. «Estaba con Miguel sólo una semana al año, con la selección, el resto del tiempo era nuestro rival. Es buena gente y de eso te das cuenta nada más verlo. Proviene de una familia trabajadora y eso se nota en su capacidad de sacrificio. Recuerdo que no le gustaba mucho el manillar de las bicis de contrarreloj», señala.

El corredor más singular con el que ha trabajado fue José María Jiménez: «Chava era capaz de lo mejor y de lo peor. Cuando me decía: ''Alejandro, mañana ponme las ruedas voladoras'', ya sabía que iba haber tarde toros. Era un genio. El Curro Romero del ciclismo. Cuando estaba bien no había nadie que lo parara. Yo le decía que era un escalador con un cuerpazo de rodador. No podía con las contrarrelojes, yo le ponía un manillar de cabra, pero él me insistía en que se lo quitara porque para lo que iba hacer no le merecía la pena».

Alejandro Torralbo, el incomparable mecánico de manos prodigiosas.

Van der Poel, 'La Bestia' insaciable, vuelve a abrumar en el infierno adoquinado de Roubaix

Van der Poel, ‘La Bestia’ insaciable, vuelve a abrumar en el infierno adoquinado de Roubaix


''Esta carrera es una mierda, pero volveré para ganarla''. Bernard Hinault definió como nadie las sensaciones de frustración, masoquismo y venganza que genera la prueba más tremenda. El infierno adoquinado de la París-Roubaix cautiva por la exigencia de esfuerzos supremos en una interminable lucha por la supervivencia. Una agonía superlativa que encumbra a superdotados como Mathieu van der Poel (VDP), el fenómeno neerlandés, que este domingo reeditó triunfo en el emblemático velódromo que corona la clásica del martirizante pavés.

VDP voló en una superficie que castiga los brazos y las piernas con un traqueteo constante y que nubla la mente por un suplicio interminable. ''Cuando acaba esta clásica parece que te ha arrollado un camión. No puedes moverte durante una semana'', aseguran algunos de sus supervivientes de esta carrera de 259 kilómetros de recorrido, que incluye 55,7 kilómetros adoquinados, repartidos en 29 segmentos.

En un territorio tan hostil, en esta ocasión sin lluvia, Van der Poel derrotó a sus enemigos con sólo dos ataques. Su superioridad es mayúscula, como ya demostró en el Tour de Flandes, con otra ofensiva de larga distancia. El primer órdago de este domingo lo lanzó en el Bosque de Arenberg, una zona simbólica del ciclismo más extremo, que ayer estrenó una polémica chicane para ralentizar la entrada en la zona empedrada. Allí, a falta de 94 kilómetros para la meta del velódromo de Roubaix, aceleró para castigar a Mads Pedersen y seleccionar la carrera. En el reducido pelotón de los mejores estaban, entre otros, Stefan Küng (Groupama), Nils Politt (UAE), Vermeersch (Alpecin), Wellens (UAE). El grupo viajaba estirado, buscando las escapatorias de hierba en los sectores de pavés.

El segundo desafío del líder del Alpecin llegó a falta de 59 kilómetros, en Orchies, una zona de piedra catalogada con cuatro estrellas. Con las manos firmes sobre manillar, con la vista clavada en el horizonte, inició otra cabalgada fantástica. Los enemigos de La Bestia intentaron la neutralización, pero pronto desistieron en su objetivo. En cinco kilómetros, la distancia ascendió al minuto. La renta subió a tres minutos en el Carrefour de l'Arbre. El público ovacionaba entusiasmado al héroe. Por detrás peleaban Jasper Philipsen, Pedersen y Politt por dos plazas en el podio. El insaciable nieto de Poulidor sólo dejó las migajas. Philipsen, compañero en el Alpecin, fue segundo, y Pedersen, tercero. Las mismas dos primeras plazas de 2023. Doble fiesta para el Alpecin.

Van der Poel, que defendió con autoridad insultante el título de la edición de 2023, sigue adornando su palmarés como uno de los clasicómanos más laureados de las últimas décadas. A sus 29 años ya suma seis triunfos en Monumentos, a las dos victorias en la París-Roubaix hay que unir las tres del Tour de Flandes (2020, 2022 y 2024) y una Milán-San Remo (2023). Los últimos que encadenaron Tour de Flandes y París-Roubaix en la misma temporada fueron el belga Tom Boonen y el suizo Fabian Cancellara, algo que nunca consiguió Eddy Merckx.

VDP se impuso en el Infierno del Norte portando el maillot del arco iris, como ya hizo, en 1981, Bernard Hinault, el francés que odiaba el masoquismo de Roubaix.

Exhibiciones de Juan Ayuso y Carlos Rodríguez en la clausura de la Itzulia maldita

Exhibiciones de Juan Ayuso y Carlos Rodríguez en la clausura de la Itzulia maldita

Juan Ayuso, en otro ejercicio pletórico, se anotó la Itzulia maldita, la marcada por la colección de huesos fracturados, la saturación de visitas hospitalarias y la del estrés del servicio de ambulancias. El chaval del UAE rubricó una jornada espléndida para la nueva generación del ciclismo español. Carlos Rodríguez, su gran rival en categorías inferiores, se fugó con el corredor criado en Jávea y, con permiso de su compañero de escapada, ganó la última etapa y terminó segundo en la general.

Ayuso y Rodríguez inscribieron sus nombres en el libro de oro de la ronda vasca y, al menos provocaron, un momento de alegría para un ciclismo muy castigado en las últimas citas. Y es que esta edición de la Vuelta al País Vasco siempre será recordada por la acumulación de trampas que segaron las trayectorias de los representantes más granados del pelotón. El jueves, una curva maldita en el descenso del puerto de Olaeta provocó una espeluznante caída en la que Vingegaard se destrozó una clavícula, varias costillas y sufrió un neumotórax que pone en peligro su participación en el Tour de Francia. Remco Evenepoel se retiró por una lesión de clavícula; Primoz Roglic, por erosiones en una pierna; Jay Vine, por fractura de vértebras cervicales. El viernes se cayó Mikel Landa por rotura de clavícula derecha y de dos costillas, y en los prolegómenos de la carrera abandonó Tom Pidcock.(este domingo participará en la París-Roubaix). Un doloroso parte médico que hace reflexionar sobre las medidas de seguridad y los excesos de unos corredores presionados por directores y patrocinadores.
No todo vale para la captación de audiencias y premios. La prudencia y el sentido común son un grado. Eso lo sabe bien Juan Ayuso, que en las últimas dos jornadas arriesgó lo mínimo para apostarlo todo en la última jornada de una Vuelta al País Vasco, con salida y llegada a Eibar. Una clausura salpicada con seis cotas que hacían complicadísimo el control de la carrera por parte del Lidl, el equipo del líder, el danés Mattias Skjelmose, que tomó la etapa con sólo dos segundos de ventaja sobre el germano Maximilian Schachmann y cuatro sobre Ayuso. Todos en un puño.

El UAE movió la carrera con inteligencia, lanzando por delante a Marc Soler y a Igor Arrieta, que se colaron entre varios grupos que precedieron al pelotón principal. La etapa llegó a su punto culminante a falta de 29 kilómetros para la meta, cuando Carlos Rodríguez aceleró y tras él saltó Ayuso para descolgar a Skjelmose. El joven español (21 años) era líder virtual en el último tramo, en el que contó con la excelente ayuda de Soler. A falta de 16 kilómetros, el chaval del UAE volvió a dar un impulso extra y sólo Carlos Rodríguez pudo aguantar su ofensiva. Festival de la nueva savia del ciclismo español.

Ayuso y Rodríguez colaboraron en el último ascenso, Urkaregi, para abrir hueco. Una sincronía de esfuerzos que proporcionó los frutos deseados. Ambos, que se presentaron solos en la meta, pactaron el reparto del botín: Etapa para el del Ineos y general para el del UAE. Rodríguez, que agradeció a Ayuso que no peleara por el triunfo parcial, tuvo el premio extra del segundo puesto en la general, por sólo un segundo aventajó a Skjelmose.

Esta victoria es el mejor resultado de la temporada de Carlos Rodríguez. Para Ayuso es la continuación de una campaña espléndida, con triunfos en Faun-Ardeche Classic y en la Tirreno-Adriático (una etapa y segundo clasificado) y podios en Trofeo Laigueglia y Faun Drome Classic.

Pogacar avasalla a unos enemigos que ya sólo pelean por las migajas. ''Está en otro nivel, es absurdo seguirle''

Pogacar avasalla a unos enemigos que ya sólo pelean por las migajas. ”Está en otro nivel, es absurdo seguirle”

Cruza la meta mostrando cuatro dedos de la mano derecha tras imponerse en el sprint de clausura de la Volta a Catalunya. Un póquer de victorias para un devorador insaciable. Tadej Pogacar, el escalador soberbio y autor de escapadas épicas, también avasalla a velocistas. En la ronda catalana ha vuelto a humillar a sus enemigos, con cuatro triunfos de etapa, la clasificación general y los premios de la Montaña y Puntos. Una bestia con cara de ángel que sólo deja las migajas.

El esloveno ya abruma con un inicio de temporada espléndido y un palmarés envidiable. Ha ganado la Volta y la Strade Bianche. En la Milán-San Remo fue tercero. A su 25 años ya acumula 69 victorias. Con sus exhibiciones encandila al público y frustra a sus adversarios, que ya han aprendido a pelear por botines secundarios. «Pogacar está a otro nivel, cuando salta es absurdo intentar irse con él», decía el colombiano Egan Bernal el pasado sábado, cuando el esloveno se fugó a falta de 30 kilómetros para imponerse en el cima del puerto de Queralt.

El escalador del Ineos, que esta semana ha exhibido la mejor versión de los últimos años, se tuvo que conformar por pugnar con Mikel Landa por acceder al podio. Ser el escolta de Pogacar ya es un privilegio. Sólo Jonas Vingegaard es capaz de retarle en las cumbres del Tour de Francia. Van der Poel y Wout Van Aert también osan desafiarle en los Monumentos.

Landa, que ahora ejerce como lugarteniente de Remco Evenepoel y que en la Volta ha estado espléndido, se rinde ante la superioridad de Pogacar. «Está muy fuerte y es muy difícil plantarle cara. Todos esperamos a que en algún momento muestre debilidad», explicaba el alavés.

Los rivales de Pogacar aprenden a competir en un plano inferior. «Es una pena que esté Pogacar, porque entonces la victoria es más difícil», confesó Landa tras terminar segundo en la etapa de la Volta con meta en Port Ainé, en la que puso a prueba al esloveno con un ataque a falta de 7,4 kilómetros para el final. «Sabía que Pogacar, con mi ataque se iba a calentar. Tenía la esperanza de irme con él y aguantar hasta el final, pero desde un principio he visto que no podía. Estoy contento con la segunda plaza. Mi objetivo era sacar un poco más de ventaja al tercero», dijo tras llegar a la meta 48 segundos después que el doble vencedor del Tour de Francia.

«La baza de Pogacar nunca falla», recalcaba Marc Soler, gregario del esloveno y que este domingo buscó sin éxito el triunfo de etapa.

Joxean Fernández Matxin, mánager del UAE, se mostraba orgulloso de su pupilo: «Siento que estamos viviendo una época especial para el ciclismo y queremos formar parte de ella. Somos personas normales disfrutando como niños mientras trabajamos duro».

Geraint Thomas, ganador del Tour de 2018, tampoco esconde su admiración por Pogi :«En los años venideros dejará un legado enorme, como uno de los mejores ciclistas de la historia».

«No sólo es el más fuerte, también es el más inteligente», comenta el danés Mattias Skjelmose.

Pogacar recoge los elogios con agrado y afirma que está atravesando por un ciclo espléndido. «Nunca he estado más en forma ni me he sentido tan cómodo en la bicicleta. He dado un paso más para disfrutar e ir cada día con una sonrisa. Me siento bien en los entrenamientos. Estoy muy contento y esto, a veces, es más importante que los números», aseguró al termino de la etapa de este domingo en Barcelona, en la que superó con holgura a los franceses Dorian Godon y Guillaume Martin.

«Esta semana ha significado mucho para mí. En la temporada pasada tuve un medio año duro y empezar este curso con estos triunfos es fantástico. Esta victoria me da mucha confianza. Estoy en muy buena forma y en buen camino para afrontar el Giro y el Tour», añadió.

El insaciable Pogacar se anota la tercera victoria en la Volta con otra sensacional escapada y sentencia la carrera

El insaciable Pogacar se anota la tercera victoria en la Volta con otra sensacional escapada y sentencia la carrera

Etapa reina para el monarca intocable. Tadej Pogacar se adjudicó este sábado la jornada más exigente de la Volta a Catalunya, con final en el alto de Queralt. Nueva exhibición del esloveno, que atacó a falta de 40 kilómetros para la meta y con dos puertos por delante. Tercera victoria en esta edición de la ronda catalana (las anteriores fueron en las cimas de Valter 2000 y Port Ainé), que concluye hoy en Barcelona, con seis ascensos a Montjuïc

Pogacar rubricó otra entrega antológica de ciclismo puro, del que huye de la cicatería y de la administración milimétrica de esfuerzos. El doble campeón del Tour de Francia tenía asegurado el liderato de la prueba, con 2.27 minutos de ventaja sobre Mikel Landa, pero a pesar de ello aceleró en las rampas más empinadas del penúltimo puerto (Sant Isidre) y descolgó a sus impotentes enemigos.

Atacar por placer siendo primero en la general, arriesgando en los descensos, es un gusto impagable para esos aficionados que disfrutan con las hazañas individuales. Lecciones magistrales de superdotados, de gente que huye de la vulgaridad, que disfruta con retos mayúsculos, como hizo Van der Poel el pasado viernes en la clásica de Harelbeke, culminando una escapada de más 40 kilómetros por zonas de adoquines. La nueva generación de chavales inconformistas se desafía desde larga distancia para el deleite de los fans.

Pogacar, tras comandar el pelotón en el puerto de Pradell, un especial con tramos de cemento del 20% de desnivel, se cansó de pedalear en compañía y con esa facilidad tremenda que nos tiene acostumbrado se marchó en solitario. Se fue sin apenas oposición de Landa. El vasco, junto al resto de perseguidores, comenzó a disputar su propia carrera y a pelear por las migajas que dejaba el jefe del UAE. Fue alcanzado por Egan Bernal y ambos colaboraron para distanciar a un grupo en el que viajaban Enric Mas, Vlasov y Kuss y para asegurarse en el podio. En último puerto, Queralt, cada uno escalaba a su propio ritmo, sin la cadencia alegre de Pogacar, que ascendía aclamado por el público.

Bernal ofreció una buena versión, se pegó a Landa y terminó segundo, a 57 segundos de Pogacar. El vasco cedió la segunda plaza al colombiano. Enric Mas fue cuarto, a 214. El escalador de Ineos es tercero en la general, una plaza de podio que espera mantener en la clausura de este domingo en Barcelona.

Pogacar, que salvo desgracia se anotará este domingo la Volta a Catalunya, ya suma 67 victorias. Esta temporada ya venció en la Strade Bianche y fue tercero en la Milán-San Remo. Un fenómeno.

Van der Poel desencadena su furia en Harelbeke con otra escapada formidable

Van der Poel desencadena su furia en Harelbeke con otra escapada formidable

La Bestia desató su furia tras un ataque de Oier Lazkano y una caída de Wout van Aert. Mathieu van der Poel, en estado puro, fulminó a todos sus enemigos con una de esas cabalgadas formidables que sólo los privilegiados pueden culminar. El neerlandés se adjudicó este jueves la E3 Saxo Classic, la cita tradicionalmente conocida como Harelbeke, en la zona de Flandes, y que supone el gran aperitivo de las clásicas de los adoquines de primavera, con sus 207 kilómetros de recorrido y sus 17 cotas de pavés.

El campeón del mundo de fondo en carretera volvió a encandilar al público con una ofensiva de larga distancia. Al falta de 43 kilómetros para meta, en la entrada del emblemático tramo adoquinado de Paterberg, soltó a sus compañeros del grupo cabecero y se marchó ante la mirada impotente de sus adversarios.

Un ataque que se generó tras una maniobra valiente de Lazkano. El chaval del Movistar estuvo otra vez entre los mejores y a falta de 47 kilómetros intentó fugarse. Un desafío frustrado por la ambición del líder del Alpecin. La respuesta de MVDP coincidió con una acción desgraciada de Van Aert, que se cayó en el inicio de la rampa del Paterberg. El belga, con un leve raspón en el codo derecho, se levantó y, tras quedar descolgado, se lanzó a la caza.

Van Aert, enrabietado, aceleró en una persecución formidable, que le permitió acercase a 400 metros del maillot arcoíris. Pero su ejercicio se desinfló a falta de 10 kilómetros, cuando Van der Poel volvió a volar en los adoquines para imponerse en el primer duelo del año a Van Aert, su eterno rival desde la niñez en la carretera y en el barro del cliclocross. Desfondado, el belga terminó tercero, por detrás de su compatriota Jasper Stuyven.

VdP, que entró en la meta haciendo un saludo militar, se anotó el primer gran examen antes de afrontar el Tour de Flandes (31 de maro) y la París-Roubaix (7 de abril).

Juan Ayuso, acaparador de podios y el mejor de los mortales en el reino de Pogacar, Vingegaard y Evenepoel

Juan Ayuso, acaparador de podios y el mejor de los mortales en el reino de Pogacar, Vingegaard y Evenepoel

«JuanAyuso tiene los huevos bien colocados. Es ambicioso, ganador, muy completo y tiene carácter». A un veterano técnico de UAE no le sorprende el estupendo arranque de curso del español. El discípulo de Joxean Fernández Matxin ha subido al estrado de los sobresalientes y de ahí nadie le desplaza. En el último mes ha sumado ocho podios en cinco carreras. A sus 21 años es el mejor mortal en esta nueva temporada dominada por Vingegaard, Pogacar y Evenepoel.

«Ayuso está muy centrado, siempre está atento a las mejoras técnicas y a la nutrición. En muchos aspectos me recuerda a Alberto Contador», señalan desde el UAE. «Es un killer», insiste Matxin.

Para saber más

«Que me comparen con Contador es muy gratificante, él es uno mis ídolos. Pero todavía tengo mucho por hacer y aprender», ha dicho Ayuso, que acaba de comprobar en posición de privilegio el poderío de Vingegaard en la Tirreno-Adriático. El español finalizó segundo, venció en la contrarreloj inaugural (derrotó a Filippo Ganna, el mejor especialista del mundo) y sumó dos segundos puestos en sendas etapas ganadas por el Jinete pálido danés. «Todo el equipo me ha ayudado mucho. Ha sido agradable compararme con algunos de los mejores escaladores del mundo. Soy realista y sé que ahora mismo no puedo desbancar a Vingegaard con un ataque, pero estoy satisfecho con lo conseguido. Sé que voy en la dirección correcta», advertía el pasado sábado, en la víspera de la conclusión de la ronda italiana.

Antes de acudir a la cita de los dos mares sumó una victoria en la clásica Faun-Ardèche, un segundo puesto en la Faun Drôme (no peleó la victoria a su compañero Marc Hirschi), un tercero en el trofeo Laigueglia y un segundo en la contrarreloj mutilada de la Vuelta a Andalucía. En el estreno de la temporada, en el sterrato de la Clásica de Jaén, fue vigésimo. Su formidable rendimiento ha generado una gran ascenso en el escalafón del UAE y ahora pugna con Almeida, Adam Yates, McNulty y Hirschi por ser el lugarteniente más cualificado de Pogacar.

País-Vasco, Amstel...

Ayuso atesora carisma y nunca pasa desapercibido. En su primera participación en la Vuelta, en 2022, terminó tercero. El pasado año, tras cinco meses en blanco por una lesión en el tendón de Aquiles, conquistó dos etapas en la Vuelta a Suiza (acabó segundo) y una en el Tour de Romandía. Logró la medalla de plata en el campeonato de España de ruta. «Ese tiempo que estuve parado fue muy duro, pero aprendí mucho en el aspecto mental. La ayuda del rehabilitador Víctor Moreno y de toda mi familia fueron fundamentales», confesó tras superar su experiencia más ingrata.

Ayuso ha convertido el podio en su estancia habitual y ahora pretende prolongar sus exhibiciones en un mes de abril muy intenso, con exigentes visitas a las clásicas de las Ardenas. Y es que el chico de Jávea también es candidato a las pruebas de una día debido a su notable punta de velocidad en subida. Alumno aplicado de Alejandro Valverde. Desde el 1 al 6 competirá en la Vuelta al País Vasco, donde volverá a enfrentarse a Vingegaard. El 14 acudirá a la Amstel Gold Race, el 17 irá a la Flecha Valona y el 21, a la Lieja-Bastoña-Lieja. En La Decana, su clásica favorita junto al Giro de Lombardía, será la única ocasión en la que coincidirá con Pogacar. En el Monumento belga tendrá que colaborar con el esloveno en su objetivo de resarcirse de aquella maldita caída del pasado año que lastró su rendimiento en el Tour.

Ayuso cerrará su temporada de primavera en el Tour de Romandía: 23-28 de abril. Luego descansará y se concentrará en altura para preparar su debut en el Tour de Francia, la carrera por la que se hizo ciclista. «Participar en el Tour es cumplir mi sueño. En el equipo todos trabajaremos para Tadej, si me dan un poco de rienda suelta lo aprovecharé», señala. Sus objetivos después del Tour serán los Juegos Olímpicos, el Mundial, Quebec, Montreal y el Giro de Lombardía. La Vuelta a España queda excluida en la planificación del mejor de los mortales.

Evenepoel se une a la fiesta de los mejores y se adjudica la etapa de clausura de la París-Niza

Evenepoel se une a la fiesta de los mejores y se adjudica la etapa de clausura de la París-Niza

Tres zarpazos consecutivos abrieron una herida profunda en una presa sin capacidad de respuesta. El depredador Remco Evenepoel se adjudicó la etapa de clausura de la París-Niza tras un ataque contundente a falta 43 kilómetros para conclusión de la meta. El belga se une a la fiesta de los grandes en este inicio de la temporada tras las exhibiciones de Tadej Pogacar en la Strade Bianche y de Jonas Vingegaard en la Tirreno-Adriático. Los tres se desafiarán en julio en un Tour de Francia apasionante.

El triunfo en la general de la París-Niza fue para el estadounidense Matteo Jorgenson, ex del Movistar y ahora compañero de Vingegaard en el equipo Visma. El mejor resultado de la historia del corredor de 24 años que destacó en las categorías inferiores de Estados Unidos y que en 2020 fue fichado por Eusebio Unzué. En la escuadra telefónica estuvo hasta el pasado año..

Evenepoel atesora esa ambición que distingue a los mejores. ''Es un pequeño bastado. Él y los corredores de su generación son perros que come carne de perro. No respeta nada'', aseguraba recientemente Geraint Thomas, ganador del Tour de 2018.

Evenepoel arriesga con osadía, sin temor a las consecuencias imprevistas. Ayer atacó en la subida en el col de Peille y descolgó con facilidad al líder Brandon McNulty, que le aventajaba en la general en 26 segundos. A la ofensiva del belga sólo se unieron Jorgenson (líder virtual en el último tramo de la última etapa) y el ruso Aleksandr Vlasov, vencedor en la jornada del sábado. Antes se había quedado cortado Egan Bernal.En la subida a puerto de Eze, la ventaja superaba el minuto y medio. La carrera estaba perdida para McNulty, que ascendía junto a Primoz Roglic.

En el ascenso a Quatre Chemins, a nueve kilómetros de la meta, cedió Vlasov y la ventaja con el grupito de perseguidores superaba los dos minutos. Jorgenson ya tenía asegurado el triunfo en la general. Ambos colaboraron en el descenso hacia Niza. En el sprint, el belga impuso su fortaleza y el estadounidense se adjudicó su primera gran carrera. Una victoria de calidad que le otorga un peso relevante en el Visma, la escuadra dominadora en el inicio de temporada.

En el podio, el norteamericano compartió protagonismo con un Evenepoel que el pasado febrero se anotó la general y una etapa de el Algarve. El belga, con sólo 25 años, ya suma 54 triunfos. Casi nada.

Vingegaard asusta en su mejor arranque de temporada y sentencia la Tirreno-Adriático

Vingegaard asusta en su mejor arranque de temporada y sentencia la Tirreno-Adriático

Los fenómenos se desafían en la distancia. Mientras que Tadej Pogacar rubricó la pasada semana una fuga antológica en la Strade Bianche, ahora Jonas Vingegaard exhibe su jerarquía en la ronda de los dos mares. El danés encadenó su segundo triunfo consecutivo en la Tirreno-Adriático, otra vez volvió a fugarse en las rampas más exigentes del último puerto, como hizo el viernes en Valle de Castellana. La prueba finaliza este domingo con una etapa de 154 kilómetros, sin apenas dificultades orográficas, con salida y llegada en San Benedetto del Tronto. Juan Ayuso, el mejor de los mortales, opta a un valioso podio. El español volvió a ser segundo, tras superar en la llegada al australiano Jai Hindley. Historia repetida por segunda jornada consecutiva.

El danés está firmando su mejor inicio de temporada. Ya suma seis victorias después de conquistar tres triunfos de etapa y la clasificación general en O Gran Camino. En anteriores cursos, el mejor registro antes de abril eran cuatro victorias. Entre los corredores del World Tour, sólo Mads Pedersen acumula un botín similar.

Vingegaard lanza un mensaje contundente y ya asusta a sus enemigos. Pogacar, tras ganar hace una semana en la clásica del sterrato, insistió en que su rival más complicado para conquistar el Tour es el danés. ''Es mejor escalador que yo. Él planifica la temporada como hacían Indurain y Armstrong, centrando todos los esfuerzos en llegar al Tour en la mejor forma posible. Yo no hago eso, porque busco victorias en otras carreras'', señaló en esloveno.

El líder del Visma, que ha estrenado palmarés en la ronda italiana, muestra un poderío insultante en la montaña. ''Sabíamos que lo iba a hacer, pero no hemos podido evitarlo Jonas es el más fuerte'', dijo Juan Ayuso tras contemplar la fuga del danés el pasado viernes. El español, que este sábado sufrió, sin consecuencias, una avería mecánica a falta de 27 kilómetros para la meta, persigue su primer podio de la general de la prueba del tridente de oro.

El joven corredor del UAE está presenciando en primera línea una master class de Vingeggard. El danés se adjudicó en una jornada en la que Carapaz y Leknessund, García Cortina, Kiatkowski y Alaphilippe, entre otros, retaron al pelotón con una escapada que finalizó en las primeras dificultades del Monte Petrano, en cuya cúspide estaba situada la meta. Carapaz fue el último superviviente de la fuga. El ecuatoriano aguantó hasta seis kilómetros de la llegada, cuando saltó Vingegaard. Ayuso y Hindley soportaron el primer asalto, pero en el segundo arreón se quedaron clavados. Otra vez, ascenso glorioso para el doble ganador del Tour de Francia, que superó al español y al australiano en 26 segundos. Ahora, Vingeggard aventaja a Ayuso en 1.24 minutos y en 1.54 al Hindley.

El danés se encuentra satisfecho con los réditos conseguidos: "Sabía lo que hacía antes de la Tirreno-Adriático y que mi estado de forma era bueno. Siempreconfié en mí mismo y en mi equipo'', dijo antes de tomar la salida de la etapa de este sábado.

Por otra parte, en la París-Niza, que concluye este domingo, el triunfo de etapa fue para el ruso Aleksandr Vlasov, que escapó en el último tramo de la etapa. La segunda plaza fue para Remco Evenepoel y la tercera para Primoz Roglic. El líder es el estadounidense Brandon McNulty, con sólo cuatro segundos de ventaja, sobre su compatriota Matteo Jorgenson.

Cumpleaños angustioso y los fantasmas del 'Centenariazo' en una sufrida clasificación del Madrid

Cumpleaños angustioso y los fantasmas del ‘Centenariazo’ en una sufrida clasificación del Madrid

La bóveda del Bernabéu se estrenó en la Champions para alimentar un ambiente que se aventuraba de baja intensidad por el resultado favorable cosechado en la ida, en el Red Bull Arena de Leipzig. El objetivo era multiplicar los decibelios para recrear la coreografía de las grandes noches en un día especial: el 122 aniversario de club dominador de Europa. El recibimiento al autobús de los jugadores fue atronador, como en las jornadas de las épicas remontadas. Todo preparado para una fiesta que resultó menos lustrosa de lo esperado debido a la incómoda visita de un Leipzig que no se acomplejó en un escenario diseñado para intimidar. Los fantasmas del Centenariazo del Deportivo y de la exhibición de Ajax en 2019 se pasearon por el coliseo blanco en otro 6 de marzo.

Jude Bellingham acudió a la cita con rabia porque por la mañana el Comité de Competición le sancionó con dos partidos por menosprecio o desconsideración a Gil Manzano por el «Its a fucking goal» de Mestalla. El Real Madrid recurrirá a Apelación para reducir a anular el castigo del inglés. En principio se perderá los encuentros contra el Celta del próximo domingo en el Bernabéu y el del día 16 contra Osasuna, en Pamplona. Si se mantiene la sanción, Bellingham no volverá a jugar con el equipo de Carlo Ancelotti hasta el 31 de marzo, el domingo de Semana Santa, debido al parón de las selecciones.

El polivalente centrocampista volvió a ser el faro del juego ofensivo de un equipo que presentó una fisonomía distinta a la habitual, con un 4-4-2, con el inglés y Vinicius en la punta y con Valverde escorado a la derecha. Banquillo para Rodrygo y Brahim.

Un cambio de planteamiento que proporcionó más presencia numérica en la medular, para reducir las consecuencias de las pérdidas y para frenar los contragolpes de Dani Olmo y Xavi Simons. Nacho retornó a su posición de central y Tchouameni, a la de pivote. Más cemento en el pasillo de seguridad. Mucho respeto para la escuadra que en la ida convirtió a héroe a Lunin, con aquellas salvadoras paradas.

En la primera parte, el Madrid no se sintió cómodo ante un adversario muy abierto en las bandas. El Leipzig metió el miedo en el cuerpo con cuatro peligrosas llegadas en el área blanca. Silbidos en la grada.

En la reanudación, Ancelotti apeló a Rodrygo y al factor talismán del delantero brasileño en la Champions. Camavinga fue el sacrificado. El relevo apenas alteró la dinámica, con un juego descontrolado del Madrid y con presión constante del cuadro germano. Otra vez las manos milagrosas de Lunin.

Los agobios disminuyeron momentáneamente con el tanto de Vinicuis. Liberación para Ancelotti que celebró el tanto y se olvidó de sus problemas fiscales. Pero la respuesta de Orbán fue inmediata y las pulsaciones volvieron a dispararse y no se calmaron hasta el angustioso final. Sí, hubo otras clasificaciones para cuartos y otros cumpleaños más placidos.