La resistencia toma Mestalla: el Valencia se pone en pie con una victoria ante la Real

Actualizado Domingo, 19 enero 2025 - 23:16

El Valencia tiene un eslabón centenario que le une a Primera: Mestalla. Es arropado por su pueblo donde ejerce su resistencia. Lo hizo hace dos años y se ha conjurado para repetirlo. Es la misión de una grada que lleva en la piel la lucha contra el dueño que les abandona, pero no olvida su misión. Ante la Real Sociedad, en todos los momentos en que el equipo comenzó a temblar, emergió como escudo protector para ayudar a sumar una victoria, la tercera, la primera de Corberán y el paso al frente hacia una tarea titánica. [Narración y estadísticas (1-0)]

El Valencia necesitaba gestionar su angustia, algo que va más allá del fútbol. Temblaba el equipo cuando además de al rival tenía que sobreponerse a sus propios demonios. Saben todos los jugadores, y se lo recuerda todo un estadio, que el escudo de defienden sostiene una historia que no pueden manchar con un descenso. Pero son últimos y cada jornada es una menos de vida para intentar resucitar. Hay que ganar partidos, sumar puntos, recuperar el fútbol olvidado y hacerlo sin que la responsabilidad lastre las botas.

Contaba la Real con ese aliado para tratar de llevar el duelo a la agonía que siempre acaba penalizando. Desahogados y con más armas, la opción de desesperar al Valencia fue la suya al inicio. Alguacil confió en que, con la Europa League en el horizonte, le bastaría sin Kubo o sin Oyarzabal. Por eso sufrió.

La necesidad como combustible

No podía permitirse el Valencia otra cosa que no fuera empujar y empujar a la Real al área de Remiro. Por los carriles, con Foulquier sacando los colores a Pacheco y Javi López. Por ahí apareció Javi Guerra para, en cuatro minutos, poner un centro al punto de penalti que Diego López cabeceó cruzando el exceso. Habían detectado un punto débil que volvería a aprovechar Guerra para buscar a Hugo Duro en el corazón del área, aunque el madrileño la dejó pasar imaginando la incorporación de Rioja al segundo palo. Había perdonado dos veces y Mestalla farfullaba sin dejar de alentar porque la parroquia se siente involucrada en la faena de la salvación.

La necesidad se ha convertido en combustible que Corberán trata de canalizar hacia al juego y lo logró. El Valencia apretó con orden a la Real ahogándolo de manera que no tejió dos pases. Su medular se volvió transparente, tanto por el trabajo de Barrenechea como por el crecimiento de Javi Guerra, que volvió a dar destellos del jugador que emergió hace dos temporadas. Zubimendi no podía sostener el equilibrio, Brais no aparecía y Sergio Gómez, sin pelota, ni existió.

Ahora bien, sus ocasiones aparecieron a la carrera. La más clara la creó Becker tumbando a Mosquera a la altura de su banquillo para poner un centro a Öskarsson, solo en la media luna, que inexplicablemente envió al lateral de la portería de Mamardashvili.

Zubeldia, ante Luis Rioja, el domingo en Mestalla.

Zubeldia, ante Luis Rioja, el domingo en Mestalla.EFE

Ese fallo espabiló al conjunto donostiarra, que fue creciendo siempre de la misma manera: con velocidad a la espalda de los centrales y de Gayà. Era una forma de intimidar y, a la vez, de neutralizar las escapadas del capitán valencianista. Justo en ese momento, en el minuto 25, el Valencia asestó el golpe.

Acertado en la brújula Javi Guerra buscó de nuevo la derecha, por donde progresó Foulquier para sacar un centro chut raso al segundo palo para la aparición de Hugo Duro, que fusiló a Remiro. El resto fue apretar los dientes para sostenerse hasta el descanso, porque la Real tuvo el empate en una rocambolesca jugada con múltiples remates en la que el Valencia, como un equipo de alevines, defendió por acumulación. La gestión de las ventajas es una asignatura pendiente.

El mando de Brais

Lo que se intuyó fue una evidencia al regreso del vestuario. La Real se desató bajo el mando de Brais e hizo dudar a los locales, sometidos y sin encontrar cómo volver a estirarse. Más madera buscó Alguacil con Take Kubo y Barrene y retrucó Corberán buscando la seguridad de Pepelu para volver a pisar área. Todo el estadio empujó al equipo a una reacción y empezó a enseñar el colmillo.

Fue Rioja el que, tras la peinada de Hugo Duro, encaró la portería donostiarra y, en lugar de soltar un zurdazo, optó por buscar la entrada de Fran Pérez. La segunda fue aún más clara. Gayà, como si jugara al billar, colocó la pelota entre los centrales para que la ganara Hugo Duro, pero estrelló el remate en el cuerpo de Remiro. Entró en efervescencia la grada y el banquillo de la Real se removió. Refrescó Alguacil y ya no pudo prescindir más de Oyarzabal. Acababan los donostiarras con todo su talento en el campo mientras Corberán remendaba por las lesiones de Diego López y Luis Rioja.

Poco más ocurrió porque el Valencia tocó arrebato. Se empeñó en cerrar el partido agarrándose a ese gol de Hugo Duro, apretando los puños y los dientes, achicando agua y sostenido por un Mestalla convertido en el jugador número 12 que explotó recordando que sí, se puede.

El Barça se atraganta con un Getafe que sostuvo su muralla

El Barça se atraganta con un Getafe que sostuvo su muralla

El Barça que avasallaba en Liga fue un espejismo. No aparece y el campeonato se le atraganta ahora que sus rivales se aceleran. Hace tiempo que perdió su ventaja y la alegría que muestra en las copas y en Europa se esfuma y flaquea cuando debe engancharse a la pelea doméstica. Se enredó en el Coliseum y mira de lejos el liderato que un día atesoró. [Narración y estadísticas (1-1)]

El Getafe es experto en preparar encerronas. Desde 2019 había conseguido que el Barça cayera en la trampa una y otra vez. No sólo no ganaban los culés, sino que en las últimas cuatro temporadas no habían ni siquiera conseguido marcar. La dificultad parecía que iba a durar nueve minutos. Quiso Bordalás ahogarles en la zona de creación, evitando que el balón fluyera a los costados para Lamine Yamal y Raphinha. Pero la efervescencia de su plan la desbravó Pedri encontrando un pasillo imaginario al corazón del área donde apareció Koundé con un desmarque en diagonal. Se lanzó Soria a los pies del francés sin quedarse un balón y, a trompicones, lo mandó el lateral al fondo de la red.

Con la ventaja pareció que el Barça podía desmadejar a un equipo en el que sólo Coba por la orilla izquierda mostraba ímpetu en ataque. Volcados en la contraria estaban los azulgrana, encontrando flancos por donde perforar el muro. Lo pudo hacer Raphinha cabeceando un centro de Koundé, otra vez en el área. Flick se llevaba las manos a la cabeza porque Lamine había retado a Rico para encontrar a Gavi, que vio aparecer al lateral francés y dejó que pusiera la asistencia. Se habían colado por las grietas del Getafe sin aprovecharlo para engordar el marcador. Y eso, en el Coliseum, se paga.

protocolo antirracismo

En una contra, fueron los hombres de Bordalás los que se sacudieron el primer golpe. Una jugada iniciada por Aleñá, que se apoyó en Milla, facilitó el remate de Coba en el segundo palo. El rechace de Iñaki Peña acabó en los pies de Arambarri, quien sólo tuvo que empujar el balón a la red. Koundé rompió el fuera de juego. El equipo menos goleador había descosido al Barça, que tenía que empezar a roer de nuevo el hueso para no ver como espectador la pelea por el título.

Nunca es el Getafe un rival cómodo en su fortín, pero al Barça ya no le quedan vidas. La exhibición en el Clásico de la Supercopa o ante el Betis no suman puntos, ni siquiera parecen haber dado el impulso suficiente. Lo sabe el técnico alemán, que volvió a llevarse las manos a las cabeza cuando, al filo del descanso, Lewandowski tampoco acertó a cabecear entre los tres palos un centro telegrafiado de Balde. La necesidad empujaba a los dos equipos a desatarse en la segunda parte, que arrancó con González Fuertes activando el protocolo antirracismo por la denuncia de gritos desde la grada.

Flick buscó hacer correr más la pelota poniendo a De Jong al mando. Casi lo nubla Arambarri después de que Uche corriera a la espalda de Cubarsí y encontraran con un taconazo a Djené para que se la dejara del cara a uruguayo, que tuvo doble castigo: su remate acabó en las manos de Iñaki Peña y se lesionó.

Los futbolistas del Barça, tras el 1-1 de Arambarri.

Los futbolistas del Barça, tras el 1-1 de Arambarri.AP

No tardó en responder el Barça con una escapada de Raphinha que buscó a Lewandowski y el polaco a Lamine, que apareció para pegarle mordida. Ante la necesidad, la estrella comenzó a soltar chispazos que electrizaron a los culés. No fue suficiente para tumbar a un equipo acostumbrado a mascar hormigón y esperar el error del rival. Lo pudo provocar Uche en un contragolpe y Flick respondió mandando al campo a Dani Olmo. La aceleración tenía que ser máxima sin caer en la precipitación.

Nada le salía porque enfrente tenía a un rival curtido en estas batallas, capaz de compactarse y volverse pétreo al tiempo que explota su capacidad de sorpresa, como hizo Djené rematado a las nubes un centro de Uche o Diego Rico cazando una carambola tras un córner que estrelló en el pecho de Iñaki Peña. El Getafe no dejó de buscar su oportunidad sin olvidarse de los deberes encomendados por Bordalás. Y si fallaban, estaba David Soria, que salvó con la manopla un disparo lejano de De Jong.

Reclamó el Barça penalti por un abrazo de Uche a Koundé y Lamine siguió insistiendo en buscar centros a Raphinha, que remató a bote pronto al lateral de la red. No había manera de encontrar la vía de tumbar al Getafe y la losa de haber sumado seis puntos de los últimos 24 es ya demasiado pesada.

La Federación Valenciana de Fútbol acelera la reconstrucción de los campos y reclama los fondos públicos comprometidos

La Federación Valenciana de Fútbol acelera la reconstrucción de los campos y reclama los fondos públicos comprometidos

El fútbol valenciano va a dar un acelerón para recuperar la actividad tras la dana del 29 de octubre que arrasó con las instalaciones de 37 clubes de la provincia de Valencia. 24 campos quedaron impracticables, convertidos en campas de acopio de enseres y vehículos, obligando a los equipos a buscar nuevos lugares donde entrenar y jugar. Dos meses y medio después, la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana (FFCV) quiere dar un acelerón en la recuperación y reclama los fondos públicos comprometidos por las instituciones porque, hasta el momento, su único y gran apoyo ha sido la Fundación Trinidad Alfonso, que forma parte del Mecenazgo de Juan Roig.

"Sin Trinidad Alfonso, muchos clubes no hubieran empezado a jugar. En el convenio que tenemos para facilitar material deportivo y transporte a los afectados ha destinado 472.642 euros, un máximo de 10.000 euros por cada concepto a cada club", explicó el presidente de la FFCV, Salvador Gomar, en un diagnóstico de la situación del fútbol en la 'zona cero'.

"Contaba más con la ayuda pública que con la privada que hemos recibido, pero ahora toca apretar a las instituciones porque queremos acelerar. Ahora vamos a correr", añadió Gomar, que ya maneja un presupuesto para recuperar todo lo daño: diez millones de euros. "Entramos en un momento clave para que todas esas instituciones públicas y privadas que se comprometieron den el paso definitivo. De momento ayudas públicas no ha habido ninguna", destacó.

Dos millones de esos diez a los van a aportar Trinidad Alfonso y el Villarreal. "Van a recuperar cinco campos en Aldaia, Algemesí, Beniparrell, Catarroja y el barrrio de La Torre de Valencia, zonas que están listos para que empiecen los trabajos. El resto, empezará a estarlo a partir de ahora. Por eso los fondos, si bien no se requieren de forma inmediata, sí son necesarios", aseguró.

Ese apretón lo dará al Gobierno, para reclamar los dos millones que comprometió el CSD, a la Dirección General de Deportes de la Generalitat o a la Diputación de Valencia, que anunciaron ayudas sin concretar dotación económica.

La RFEF, junto a la LaLiga, tendrá que aprobar sus ayudas que, de momento, se ciñen al dinero que se pueda recaudar con la celebración de los partidos de la Selección Española masculina y femenina el próximo mes de marzo en Valencia. A eso se sumarán 200.000 euros comprometidos por la Mutualidad de Futbolistas y 500.000 prometidos por FIFA y UEFA.

Además, la FFCV abrió una cuenta de bizum que recaudó 19.252 euros. De ellos, 17.000 fueron recaudados por la Federación de Fútbol Insular de Las Palmas y el Valencia CF tiene 1,1 millones disponibles para activar. Incluso hay futbolistas especialmente implicados, como Álvaro Morata, que activó su Fundación para ayudar a la reconstrucción de algún campo.

"Quedan ocho millones por cubrir y se valorará esta semana cuáles se puede acometer, porque algunos sigue siendo imposible", reconoció el presidente.

La dana afectó a 20.000 licencias, el 15% de fútbol valenciano, y 39 árbitros. La FFCV, que tiene un campo en propiedad afectado en Paiporta, hasta el momento se ha hecho cargo de pagar el transporte de los afectados para entrenar y jugar y los arbitrajes. En total, hasta el 9 de enero ha supuesto 43.589 euros hasta el 9 de enero, aunque el total previsto para toda la temporada es de 201.300 euros.

Dos años de recuperación

Todos los clubes han retomado la actividad, aunque no todos los equipos, pero la viabilidad está por ver porque Gomar considera que la "plena normalidad" no llegará hasta la temporada 26/27.

"Los clubes tienen temor a desaparecer si no tienen instalaciones. La mayoría te dicen que se plantean tener el campo en agosto para que no se les escape talento. Desde la FFCV el plan estratégico para las próximas dos temporadas va a estar marcado por la dana como puntal estratégico. Por eso me doy dos años para recuperar la normalidad, como si no hubiera ocurrido nada", puntualizó.

Fuera de la dana, la FFCV está centrada en que Valencia sea sede del Mundial. "La RFEF tiene interés y lo celebro. El CSD tiene el libro de la candidatura, la FIFA va a venir a ver las sedes y puede que alguna candidatura caiga o que se necesite una instalación más. Ser sede puede beneficiar a la zona dana", sentenció Gomar.

Un tridente goleador que siempre envenena al Real Madrid

Un tridente goleador que siempre envenena al Real Madrid

El Barça de Hansi Flick tiene un aura especial cuando enfrente ve al Real Madrid. Puede tropezar en Liga o en Champions, incluso con algún estruendo, pero se convierte en una máquina letal en cada Clásico. Lo hizo en octubre en el Bernabéu con un 0-4 en la segunda mitad del duelo pero en Yeda ni siquiera tuvo que esperar. Arrancó el partido calentando a Courtois, que sacó dos manos magistrales, y se sobrepuso a la soberbia cabalgada de Mbappé para abrir el marcador en el minuto 5. Aún no habían hecho conexión los tres jugadores que electrifican a los azulgrana.

Lamine Yamal, Robert Lewandowski y el capitán Raphinha son un tridente que martiriza al Real Madrid. Los tres marcaron aquel sábado de octubre para desesperación de la parroquia de Chamartín y volvieron a hacerlo ante una grada menos apasionada que no pudo dejar de aplaudirles. En 17 minutos escoraron la final de la Supercopa, que empujó un poco más Balde antes del descanso de forma que ni la épica del Real Madrid para las remontadas parecía posible. Desde mayo de 2009 no recibían más de tres goles de los azulgrada en los primeros 45 minutos.

El tridente de ataque de Flick suma 52 goles en todas las competiciones y ocho al eterno rival en sólo dos partidos. Lamine Yamal abrió el marcador con un gol disfrazado de Leo Messi para empatar y desatacar el vendaval azulgrana. Era su segundo gol en el Clásico y el séptimo de la temporada. Mucho más habituado está Lewandowski, aunque anoche batiera a Courtois de penalti para sumar el tercero que le hace al belga este curso. Lleva 26 el polaco, que ya ha marcado en todas las competiciones.

A la fiesta se sumó Raphinha, elegido mejor jugador de la final. Para el brasileño el brazalete se ha convertido en una poción mágica que engorda sus estadísticas. Marcó el tercero cabeceando un balón cruzado de Koundé y volvió a desnudar a la defensa blanca nada más arrancar la segunda parte. 19 goles lleva en sólo media temporada, tres en los dos duelos contra el eterno rival. Los tres jugadores son veneno para el equipo de Ancelotti.

Mbappé y una expulsión

Endulzó el marcador Balde en el último minuto de los 10 que añadió Gil Manzano -muy necesitado de VAR en esta final- a la primera parte. El joven lateral se sacudió el pesar por haber salido en la foto del primer gol, quebrado por Mbappé.

Parecía que el francés iba a vivir su gran noche y olvidar aquellos ocho fueras de juego y los tres mano a mano con Iñaki Peña en el enfrentamiento de Liga. Lo logró con un gol que le convierte en anotador en todas las finales que han disputado los blancos, porque ya batió la portería del Atalanta en la Supercopa de Europa y la del Pachuca en la Intercontinental. Después llegó un pisotón de Koundé que le eclipsó y sólo apareció, de nuevo de manera decisiva, en el minuto 58 cuando se escapaba y Szczesny lo frenó en falta fuera del área. Expulsión del guardameta y gol de Rodrygo ante un frío Iñaki Peña.

Junto a él había saltado al campo Dani Olmo. Flick protegió al protagonista de la polémica en el arranque del año futbolístico y, cuando lo puso a jugar, ya nadie se acordó. Sólo él mandó un mensaje: el gesto del reloj, parado para él durante algunos días, y un beso al escudo demostrando que siempre estuvo dispuesto a esperar.

Este título, y de la manera que lo consiguió el conjunto azulgrana, es un espaldarazo para enchufarse de nuevo a la pelea por la Liga. "Es un plus de confianza. Estoy muy orgullo de lo que ha hecho el equipo porque hace tiempo nos costaba superar cuando nos hacían un gol. Incluso después de la expulsión dijimos que nos iba a tocar sufrir pese a la ventaja y lo hemos sabido hacer", aseguraba Koundé al final del encuentro, justo después de recibir un premio a la mejor asistencia de la final por su balón largo que Raphinha convirtió en el tercer gol.

Tenían muy claro los azulgranas cómo hacer daño a su rival: "Hemos aplicado el plan de partido, que era presionar porque si al Real Madrid le dejas espacios, se te complica. Luego hemos mantenido la calma y tenido paciencia para ganar el título, que siempre es especial y más en un Clásico".

Tan especial fue el partido que no recogieron el trofeo ni Raphinha, tras unas psicodélicas gafas de sol, ni Ronald Araújo. Fue Ter Stegen, lesionado, quien saltó al césped para recoge la medalla de manos del presidente de la RFEF, Rafael Louzán, y alzar el trofeo, que esperan que no sea el último de la temporada. Por si acaso, Joan Laporta no perdió la ocasión de festejar en el césped, Supercopa en mano, como si fuera un futbolista más.

El Valencia se queda sin aire: se deja la victoria en el Pizjuán por un error de Mamardashvili en el minuto 93

Actualizado Sábado, 11 enero 2025 - 23:13

No consigue el Valencia ganar. No hay manera. Sufrió en el Pizjuán, marcó Luis Rioja y, cuando acariciaba los tres puntos, quien tantas veces le ha salvado, le condenó. Un error de Mamardashvili en un disparo sin aparente peligro de Pedrosa se convirtió en el empate que les condena. [Narración y estadísticas: 0-0]

Sevilla y Valencia querían superar sus traumas, pero le pesaron como cemento en la primera parte. Los locales sangran por la herida de la eliminación copera y los valencianistas saltaron al campo colistas, así que hubo batalla, brega, disputa y hasta sangre en el pie de Gayà por un pisotón de Carmona en el arranque, pero poco juego y menos ocasiones.

El partido se embarraba en el centro del campo por la presión alta que imponían García Pimienta y Corberán. Si se superaba, era a trompicones y para lanzarse a la carrera desde tan lejos de la portería que no había ventaja posible.

El Sevilla probó con un tiro lejano de Saúl que hizo desperezarse a Mamardashvili. El georgiano, de regreso de su lesión, atajó la mejor ocasión de los hispalenses en un latigazo de 25 metros de Isaac Romero en el minuto 24. En ese momento, eran más dueños de un duelo al que el Valencia le había perdido el pie. Por eso fue un alivio llegar con el empate al descanso después de que Lukebakio sirviera un balón de profundidad a Saúl, que de un derechazo lo estrelló en el lateral de la red.

El paso por el vestuario activó un poco más al Sevilla, que se lanzó a embestir la portería valencianista, aunque con poco colmillo. Cambió el dibujo García Pimienta para apuntalar la medular y lejos de rentabilizarlo, se vio con un gol en contra en tres toques. Saque en largo de Mamardashvili peinado por Hugo Duro a la banda izquierda donde corrió Luis Rioja para encarar y batir a Nyland. Incluso tuvo el sevillano el segundo en el despiste de Badé y Carmona.

Pedrosa celebra su gol ante la desesperación de Foulquier.

Pedrosa celebra su gol ante la desesperación de Foulquier.EFE

Apareció la desgracia para cebarse con Gayà, que salió del campo por la herida del pisotón, y obligó a Corberán a cambiar el sistema. El Valencia dio un paso atrás y volvieron a crecer los locales, con Lukebakio al frente, que marcó de falta anulada por fuera de juego, y la chispa del debutante Ruben Vargas, que se estrelló en el palo.

Buscó el técnico valencianista desahogarse con Sadiq y aguantar un resultado que daba vida. No fue imposible. Llegó de nuevo un error en el tiempo añadido que dejó al Valencia sin aire y convertido en el equipo de las grandes ligas al que más han remontado. 21 puntos se ha dejado por el camino tras ir ganando. Una condena de la que nadie sabe si será capaz de librarse.

El método Premier de Corberán en el Valencia: charlas individuales y restricción de móvil

El método Premier de Corberán en el Valencia: charlas individuales y restricción de móvil

Carlos Corberán aterrizó en Valencia el 27 de diciembre y apenas ha pasado por su casa de Cheste. El entrenador, acostumbrado a la vida 'Premier' que convierte las ciudades deportivas casi en los hogares de los técnicos, se instaló en un hotel junto a Paterna. No tenía tiempo que perder porque cogía a un equipo hundido en la tabla y en el ánimo. Con la terapia clara, no tardó en aplicarla.

Corberán está reelaborando el estilo del Valencia a fuerza de hacer crecer a los jugadores, o quizá sea a la inversa. Lo cierto es que en sólo dos partidos ha dibujado un equipo que elabora más el juego, sin perder verticalidad y siendo más atrevido. Buscar la portería es una obsesión. Conceptos claros y sencillos en lo colectivo, compartidos en el vestuario o en el campo de entrenamiento en dobles sesiones, y mucho trabajo individual a través de charlas que él mismo o sus ayudantes -tiene un nutrido cuerpo técnico- están manteniendo con los jugadores. Los arropa con instrumentos de mejora, que muchas veces pasan por conversaciones y otras por el vídeo. Es intenso porque necesita que asimilen conceptos de pretemporada en plena competición y con el agua al cuello.

Por eso también les exige en detalles que van desde el cuidado del peso -fue lo primero que hizo al aterrizar, pasar al equipo por la báscula tras las vacaciones de Navidad- a la restricción del uso del móvil tanto en la Ciudad Deportiva como en las concentraciones y desplazamientos.

El lateral Aarons, cerca

Corberán, criado en los banquillos en Inglaterra, vive una vida 'Premier': por y para el fútbol, con largas jornadas en Paterna y convivencia con sus jugadores, una de las plantillas más jóvenes de Primera, a los que intenta llevar por ese camino. Sabe que el «crecimiento» que pretende tiene que reflejarse en resultados a contrarreloj, porque el Valencia tiene que sumar si quiere agarrarse a Primera.

Convencido de que el grueso de su plantilla tiene calidad para no estar en el fondo de la tabla, y en su margen de mejora confía, su llegada ha tenido impacto más allá del vestuario. Al refuerzo con la cesión de Sadiq, ya hilvanada con la Real Sociedad, se suma ahora la de un lateral derecho que vendrá... de la Premier. El club había trabajado con Iván Fresneda pero, ante las dudas del Benfica y del propio futbolista, ha escuchado al técnico, que ha mirado hacia lo que más conoce y le parece oportuno que Max Aarons, lateral derecho inglés de 25 años del Bournemouth, llegue cedido en las próximas horas.

No estará en Sevilla, como sí podrían estarlo ya Mamardashvili y Gayà para el segundo de los duelos de la cuesta de enero, un mes en cuyo horizonte aparecen también Real Sociedad y Barcelona. Todo un reto para Corberán.

El Valencia despierta ante el Eldense para colarse con dos zarpazos en los octavos de la Copa

Actualizado Martes, 7 enero 2025 - 22:54

El Valencia resolvió con dos zarpazos un duelo copero ante el Eldense que se presentaba como un examen trampa. Corberán está en periodo de prueba y genera expectación comprobar si puede levantar al equipo. No es la Copa de Rey sea una prioridad yendo penúltimo en la tabla, pero sirvió para seguir creciendo, la respuesta que, a modo de letanía, da el entrenador a cada pregunta ansiosa. Para eso y para algo más. [Narración y estadísticas: 0-2]

Ante el Eldense, con sus propias necesidades en la cola de la clasificación en Segunda, el técnico sometió a una prueba a futbolistas de temporada mediocre que pueden tener una nueva oportunidad. Alineó un once de titulares para engrasar automatismos en el que Sergi Canós, Hugo Guillamón y Jesús Vázquez tenían deberes extra. Los tres tienen que dar un paso adelante. Dos dio Sergi Canós. En el minuto 9 le encontró en la frontal Diego López y, con un zurdazo a la media vuelta y por la escuadra, puso el partido de cara a los valencianistas.

Crecía el Valencia, pero el Eldense encontró su talón de Aquiles: la banda izquierda que Jesús Vázquez era incapaz de sostener. De allí nació un centro que remató Collado a bote pronto para que el balón rozara el poste y de nuevo Gámez, a la media hora de juego y con los alicantinos crecidos, cruzó al área otra pelota que Juanto remató, se le escapó a Dimitrievski y no llegó a cazarla Jorquera.

Justo en ese momento de zozobra volvió a aparecer Canós para cruzar un balón de banda izquierda a la lateral derecho del área donde esperaba Diego López para convertirlo en el segundo tanto valencianista e irse al vestuario con ventaja.

Ajustó Corberán al equipo para afrontar una segunda mitad que debía ser cómoda. Taponó la vía de agua en la banda derecha y movió el banquillo para repartir minutos y ver a Sadiq con la camiseta del Valencia por primera vez. Lejos de que se viera que el Valencia aceleraba en ataque, le costó acomodarse y el Eldense, que también se refrescó, comenzó a verse con opciones de apretar el resultado. Fue más la sensación de peligro que llegaba desde los costados que las ocasiones y los valencianistas se rehicieron para controlar de nuevo el duelo. Hasta tuvieron la más clara.

Una falta de Gámez a Jesús Vázquez en el lateral del área la centró Pepelu, el rechace de la defensa del Eldense lo enganchó en la frontal Almeida y batió a Dani Martín, pero con Sadiq en fuera de juego. Se sacudían así los nervios y Canós tuvo ocasión de marcar su segundo tanto con un disparo que marchó rozando el palo. Con la misma intensidad lo buscó el nigeriano, que dio muestras de su potencia que, con mayor control, puede dar mucho al ataque valencianista.

Vinicius se desquicia en Mestalla, pero el acta del colegiado puede ''salvarle' de un castigo ejemplar

Vinicius se desquicia en Mestalla, pero el acta del colegiado puede ”salvarle’ de un castigo ejemplar

Mestalla es un estadio en el que Vinicius Jr. se desquicia y acaba expulsado por roja directa. Las dos únicas que ha visto desde que juega en España se las mostraron ante el Valencia en el campo de la Avenida de Suecia. Le ocurrió hace dos temporadas después de, con el marcador en contra, perder el control y dar un manotazo a Hugo Duro. Se marchó del campo denunciando insultos racistas, que aún se investigan en un juzgado, y con gestos de 'a segunda' a la grada. Aquella roja le fue retirada por el comité de competición y no conllevó castigo. La que vio anoche lo tendrá, pero cómo el colegiado justificó su decisión en el acta le puede 'salvar' de una sanción ejemplar.

Vinicius fue expulsado en el minuto 79 tras una agresión a Dimitrievski. El meta valencianista le tocó la espalda para que se levantara tras una fallida jugada de ataque, anulada por fuera de juego previo, y el brasileño se revolvió con una agresión. Soto Grado zanjó la polémica con dos amarillas, pero desde el VAR Muñiz Ruiz le avisó de que lo ocurrido podía ser "conducta violenta".

Los audios publicados por la RFEF recogen que el árbitro confirma que va a sacar roja, "por golpear con los brazos en la cara del portero" y pregunta si el balón está parado, a lo que su compañero responde: "Efectivamente". En una revisión minuciosa, se ve que el momento en que el árbitro pita fuera de juego en la acción previa y el momento de la agresión son prácticamente el mismo.

Sin embargo, en la redacción del acta, Soto Grado hace una matización que puede beneficiar al jugador del Real Madrid. "En el minuto 79 el jugador Vinicius fue expulsado por el siguiente motivo: golpear a un adversario en la cabeza de manera deliberada, sin estar el balón en disputa, empleando fuerza no insignificante. Una vez expulsado, dicho jugador tuvo que ser sujetado por miembros de su club y retirado a vestuarios mientras continuaban sus protestas".

La clave para la interpretación de los comités es que si balón está parado, la sanción puede ir de cuatro a 12 partidos, como le ocurrió al jugador del Leganés Óscar Rodríguez por agarrar del cuello a Yeremy Pino, porque se le aplicaría artículo 103: "Agredir a otro/a, sin causar lesión, ponderándose como factor determinante del elemento doloso, necesario en esta infracción, la circunstancia de que la acción tenga lugar estando el juego detenido o a distancia tal de donde el mismo se desarrolla que resulte imposible intervenir en un lance de aquél, se sancionará con suspensión de cuatro a doce partidos".

Pero si la consideración es que la agresión se produce "sin estar el balón en disputa", el castigo puede quedarse en dos partidos.

Sea cual sea la interpretación, el Real Madrid va a recurrir para evitar una sanción que, si supera las dos jornadas, puede afectarle en Copa, el próximo domingo ante el Deportiva Minera en Cartagena, o en la Supercopa de España, que arranca el próximo jueves ante el Mallorca en Jeddha.

Ancelotti: "Eran dos amarillas"

Ancelotti espera al jugador porque ni siquiera vio expulsión. "Vamos a recurrir. Lo que pensamos es que no era roja, que eran dos amarillas. Ha sido un toque de Dimitrievski antes y un empujón de Vini luego, con dos amarillas el tema se acababa. No quiero decir que ha caído en la trampa. Ha intentado hacer las cosas como siempre, hacer su partido. A veces le sale bien y a veces un poco menos. Y nada más, sigue siendo un jugador determinante para nosotros", justificó el técnico italiano, que no ocultó la mala primera parte del Real Madrid. "Es difícil explicar lo mal que lo hicimos en la primera parte y lo bien en la segunda con uno menos. No podemos mostrar estas dos caras", se lamentó, como también por los penaltis fallados. "Creo que tengo que tomar yo la responsabilidad de elegir quién va a tirar", advirtió.

A Vinicius le ayudó que su compañeros fueran capaces de remontar el partido y, por eso, les pidió "perdón" y les dio las "gracias" en redes sociales. Sin embargo, ese post no estuvo exento de polémica.

El brasileño añade un emoticono de dos dedos, un gesto que dirigió a la grada de Mestalla durante varios momentos del partido en los que le silbaban o coreaban la burla 'Balón de playa, Vinicius, balón de playa'.

De manera disimulada, pero recogida en imágenes de partido, el delantero hacía el gesto que ya reprodujo hace dos años en Mestalla. Esta vez, los jugadores del Valencia no se dieron cuenta, pero Hugo Duro le mandó un mensaje: "Que se dedique a jugar, que lo hace bastante bien, y que no se meta en guerras que no son suyas".

El Real Madrid resucita tras la expulsión de Vinicius a costa de un Valencia al que no le basta con ser valiente

El Real Madrid resucita tras la expulsión de Vinicius a costa de un Valencia al que no le basta con ser valiente

Mestalla un campo inhóspito para el Real Madrid, que se rebeló contra su destino justo cuando más complicada era la hazaña. Perdiendo desde el minuto 27, con Vinicius expulsado por roja directa, tras un penalti fallado, un gol anulado y la necesidad de sumar para ser líder. Sin embargo, le bastó un arreón de 20 minutos de fútbol para acabar con la euforia de un Valencia valiente que no parecía penúltimo y que estrelló en el empate en la madera en el último suspiro. [Narración y estadísticas (1-2)]

Por mucho que la grada aplaudiera su honroso gesto con las víctimas de la dana, el Real Madrid sufrió mucho. Un aplauso y a jugar, pero el equipo de Ancelotti pareció quedarse recostado en las extrañas sensaciones que tomaron el campo, con una protesta de hora y media de griterío contra Peter Lim, el goteo de aficionados entrando a las gradas, un fichaje en el palco, Umar Sadiq, y el estreno de un entrenador, Carlos Corberán, al que todos rezan para que logre la salvación sin saber muy bien cómo podrá lograrlo. Sin embargo, la nueva identidad no tardó en revelarse ante un Real Madrid perezoso, quizá por la vuelta al trabajo o por el exceso de confianza, como si al trantrán pudiera ganarse a este Valencia doliente y bailar sobre su tumba.

El Valencia fue un equipo muy serio que exigió desde inicio un esfuerzo que el conjunto blanco se resistió a hacer. Soltó pronto su arreón en el carril izquierdo Vinicius, con cambio de look y silbado, para dejarle a Valverde que lanzara un obús al pecho de Dimitrievski. Lejos de asustarse, los valencianistas respondieron con un centro de Luis Rioja, martirio de Lucas Vázquez, que cazó a la media vuelta Hugo Duro e hizo aparecer a Courtois para dejar la pelota muerta a Almeida y volver a salvar el gol.

Con alas nuevas

Con una presión alta y exigente, el Real Madrid se partía, muy lento en el repliegue. Ni Mbappé, ni Vinicius, ni Rodrygo estaban por la labor de correr hacia su portería, con Valverde multiplicado ante la pasividad de Ceballos. Por las orillas, el Valencia, con ímpetu y valiente, encontraba el camino. Era un equipo desconocido, como si Corberán hubiera aterrizado en el vestuario de Paterna con la marmita de poción mágica que les hubiera dado alas.

Foulquier, escoltado por Diego López para sujetar a Vinicius, cabalgó varias veces hacia el área sin que el brasileño ni siquiera pensara en seguirle. En el minuto 12 ya se coló entre Mendy y Tchouameni y obligó de nuevo al guardameta belga. Se acomodaban bien los valencianistas a un partido mucho más abierto de lo que hubieran soñado. De hecho, Tárrega se echó a tierra para enterrar la única jugada en la que conectaron Mbappé, Bellingham y Vinicius en toda la primera parte.

No le gustaba a Ancelotti lo que veía, con un equipo partido y a merced del acierto a la contra de rivales que, en este partido sí, parecían dignos de privarles del liderato. Y así empezaron a lograrlo cuando de nuevo se escapó Foulquier para dejarle un remate en el área a Javi Guerra que Courtois sólo pudo despejar para dejarlo a los pies de Hugo Duro, que abría el marcador. La única reacción temperamental fue la del técnico italiano, que agitó el banquillo y, arqueando la ceja, mandó un mensaje a sus jugadores. Sólo Vinicius respondió en un mano a mano que salvó el portero.

Necesitaba reaccionar el Real Madrid y lo hizo encerrando poco a poco al Valencia, que empezó a cometer errores habituales. El primero fue de Barrenechea, que no protegió con contundencia una pelota disputada con Vini. De ahí nació un discutido penalti con el que Tárrega frenó a Mbappé. No dudó Soto Grado ni tampoco el VAR, pero el lanzamiento lo estampó Bellingham en la cepa del poste. Es el tercer penalti fallado por los jugadores blancos.

Ocho minutos después, el inglés le filtró un pase tan ajustado al francés que cayó en fuera de juego y su gol fue anulado. No le salía nada a los blancos.

Expulsión y reacción

Aún estaba por llegar la traca que encendería Mestalla cuando, en el minuto 79, un rifirrafe entre Vinicius y Dimitrievski provocó que el brasileño se rebelara y, VAR mediante, el colegiado le enseñó una roja que la grada festejó gritando "Balón de playa, Vinicius, balón de playa". Tan consciente fue de su error que no tardó en pedir perdón en redes sociales.

La luz del Real Madrid la tuvieron que encender entre Brahim y Modric. Ambos se asociaron en el minuto 85 para el croata, burlando a Foulquier, apareciera para rescatar un punto que ya les servía en su escalada hacia el liderato. Pero vieron al Valencia temblar y se lanzaron a condenarlo.

De nuevo un error convertía en estéril todo el esfuerzo. Esta vez fue Hugo Guillamón en un pase atrás que comprometió a Dimitrievski y que cazó Bellingham para amarrar una victoria que resucita al Madrid y demuestra que, aunque sin punto, el Valencia puede tener pulso.

Nervios, milagro y boicot: así recibe el Valencia, con nuevo entrenador, al Madrid

Nervios, milagro y boicot: así recibe el Valencia, con nuevo entrenador, al Madrid

Once entrenadores del Valencia han debutado ante el Real Madrid. Lo hicieron los recordados Di Stéfano, Ranieri, Benítez o Emery, como también Valdano o Pellegrino, con trayectorias más breves y grises. Esta noche Mestalla, en llamas contra Peter Lim, recibirá a Carlos Corberán. A este técnico valenciano sin experiencia en LaLiga se ha encomendado el club para lograr lo que parece ya un milagro.

La agonía a la que sometieron el adiós de Baraja condena al equipo, tembloroso, a un rendimiento extraordinario que nadie ha conseguido. Y lo hace con un calendario que empieza por recuperar el partido aplazado por el azote de la dana ante Real Madrid, que llega con el colmillo afilado en busca del liderato, y sigue con Sevilla, Real Sociedad y Barcelona. Una cuesta de enero pasmosa para un Valencia que camina en el alambre.

Penúltimo, con 12 puntos en 17 partidos, necesita sumar para no enfrentarse a una estadística que asusta. Desde 1995, cuando cada victoria en el campeonato de Liga comenzó a premiarse con tres puntos, sólo un equipo que acabó la primera vuelta con una docena de puntos logró esquivar el descenso. Fue el Zaragoza en 2012, cuando después de lograr sólo dos victorias y seis empates con Javier Aguirre en el primer tramo de la temporada -justo los mismos números que tiene el Valencia- cuajó una segunda vuelta brillante con 12 victorias con Manolo Jiménez al frente.

Pendientes de Sadiq

A eso se agarra Corberán y, tras él, todo el valencianismo con más fe que certezas. Y es que, a día de hoy, la materia prima con la que trabajará el ex técnico del West Bromwich Albion es la misma que no ha rendido desde el pasado abril.

El club, con la autorización de Lim, que parece haberse dado cuenta ahora del riesgo de descenso, busca un lateral derecho y ultima la cesión del delantero de la Real Umar Sadiq si pasa el reconocimiento médico. Pero en el debut no los tendrá, ni tampoco al sancionado Pepelu y los lesionados Mamardashvili, Gayà o Rafa Mir.

Es una incógnita saber cómo será el nuevo Valencia con sólo cinco días de trabajo, en sesión doble, eso sí. «Lo primordial es saber qué queremos ser, a qué queremos jugar y cómo queremos conseguirlo. Esto es un proceso. Quiero un equipo entregado, valiente, resiliente. Esas son las señas que quiero ver en el Valencia», confesó el técnico. Pero tiene el reloj corriendo en contra. Por eso ha llegado con un nutrido grupo de ayudantes y con dos años de contrato bajo el brazo, pase lo que pase, dicen, tras el pago de una cláusula de rescisión de casi tres millones, condiciones aceptadas por la angustia. Eso sí, el proceso de crecimiento debe ser rápido o el destino se volverá irreversible.

Corberán, durante un partido de la Europa League, en 2022.

Corberán, durante un partido de la Europa League, en 2022.AP

¿Cómo ha encontrado a una plantilla que sólo ha sido capaz de ganar en Mestalla al Betis y al Girona? «Si mantienen la actitud, el compromiso y el esfuerzo de estos cinco días, vamos a crecer mucho», advirtió, aunque enfrente esté un equipo que, si bien ha titubeado en el primer tramo de temporada, llega con la inyección moral de tener en su mano el liderato.

«Es una oportunidad para crecer, para plasmar ideas y para demostrar el compromiso y la energía con la que han entrenado. Una oportunidad para acercarnos a ser el Valencia que queremos», insistió el técnico sin más detalles, serio y esquivando respuestas como atajaba balones como canterano. Por si acaso, Ancelotti se ha estudiado a su West Bromwich y cómo puede adaptarlo, lo que no hará fácil el debut, y no sólo por el rival.

Sin público hasta el 19 y con agradecimiento

La parroquia de Mestalla está harta de Lim, de ver cómo hunde a su equipo cada temporada un poco más mientras ahora insiste en acabar un estadio que no quieren y que pone en riesgo la viabilidad económica. Sólo sueñan con su salida y, mientras, hay colectivos como Libertad VCF que llaman al boicot y convocan el vaciado de Mestalla para este partido. Ante las dudas entre los aficionados, que ven compatible oponerse a quien consideran un tirano con darle calor a un equipo ahora que aún lucha por seguir vivo, el vaciado será hasta el minuto 19. Eso esperaba Corberán: «Yo acabo de llegar y respeto todo debate. Pero siento que la afición del Valencia no nos va a abandonar».

Será un duelo clásico, pero raro. Con Florentino Pérez en el palco, sin Vinicius en el disparadero de la grada y con agradecimiento al Real Madrid por su generosa donación y gestos de apoyo tras la dana.