“Si tienes mucho dinero, como es mi caso, no miran el color de la piel. Pero si eres un vendedor ambulante, sí que se mira más”, expone el delantero del Athletic
El jugador del Athletic Club Iñaki Williams reconoció que “hubiese agradecido que los jugadores del Real Madrid se hubieran ido” de Mestalla por el episodio de racismo contra el brasileño Vinícius Júnior la pasada temporada, y argumentó que “en España la gente es clasista”.
“En España considero que la gente es clasista. Porque si tienes mucho dinero, como es mi caso, no miran el color de la piel. Pero si eres un vendedor ambulante, sí que se mira más“, explicó el delantero en una entrevista a ESPN recogida por Europa Press.
El ariete, internacional con Ghana, abordó el asunto del racismo en el fútbol y, en concreto, el episodio sufrido por el madridista Vinícius en Mestalla, cuando el colegiado llegó a parar el encuentro ante las amenazas del carioca de abandonar el campo. “Es algo que él no tiene que sufrir, pero al final lo hace muy bien, porque da visibilidad a todas esas personas que han recibido racismo”, admitió.
“Hubiese agradecido que todos los jugadores del Real Madrid se hubiesen ido y que el partido se hubiera paralizado, la reacción tiene que ser esa”, advirtió Williams sobre la posición de los compañeros del delantero madridista.
Finalmente, el ‘9’ de los ‘leones’ reconoció que cuando llegó al primer equipo del Athletic “hubo muchos ‘memes’ de que un negro no podía jugar” en el conjunto vasco. “Y yo me siento vasco, como se sienten todos mis compañeros. El mundo se está globalizando y a los aficionados ya no les sorprende ver a un negro en el Athletic“, celebró.
El Barça se llevó un punto muy caro de su visita a San Mamés. Ante un Athletic aguerrido, capaz incluso de dominar el juego durante muchos minutos del partido, no fue capaz de encontrar la manera de mover el marcador y volvió finalmente a casa con dos bajas muy sensibles: Frenkie de Jong y Pedri se lesionaron en la primera mitad del encuentro y dejan la medular barcelonista con mucha menos capacidad de generar juego. [0-0: Narración y estadísticas]
El conjunto azulgrana desaprovechó la oportunidad para recortar distancias con el Real Madrid, aunque arañó un punto al Girona. Escaso consuelo, eso sí, para un equipo que parecía haberse reencontrando con su mejor versión en las últimas semanas. Justo, tal y como dijo su entrenador en la previa, cuando empieza el momento de la verdad de la temporada.
La igualdad entre ambos contendientes quedó ya patente en un primer tiempo en el que tanto el Barça como el Athletic fueron capaces de llegar con frecuencia al área rival, pero con muy pocas opciones claras para hacerle daño al contrario. La que más, sin duda, un disparo lejanísimo con el que Cancelo trató de sorprender a un Unai Simón que dejó sus dominios para cortar un buen pase de Gündogan a Fermín. A la postre, y con algo de suspense, fue Yeray el que evitó el gol después de que el cancerbero del equipo bilbaíno rozara el balón con las yemas de los dedos.
De nuevo, lo peor para los azulgranas, a pesar de todo, fueron las lesiones. Xavi tuvo que gastar dos ventanas de cambio ante de que llegara el descanso para que Fermín, en primer lugar, reemplazara a De Jong, quien se torció el tobillo tras un salto, y para que Lamine Yamal, en segundo, hiciera también lo mismo con un Pedri al que su físico hace mucho que no le da tregua. El técnico azulgrana, además, vio la quinta amarilla del ciclo, al igual que Ronald Araujo, y ni el uno ni el otro podrán estar en el duelo frente al Mallorca de este viernes.
El Athletic regresó al terreno de juego en la reanudación dando un paso al frente en su presión. Así, no sólo logró incomodar terriblemente la salida de balón de un Barça mermado en este aspecto por las ausencias de Pedri y De Jong, sino que también logró un mayor dominio del juego. A los azulgrana sólo les quedaba tratar de recuperar y salir rápido a la contra, con más ganas que precisión en sus intentos. El conjunto de Valverde llegaba y llegaba una y otra vez al área azulgrana, pero sin acabar de encontrar opciones claras para marcar. El panorama invitaba a pensar que todo se decidiría por la mínima: el primero que golpeara, sería el que se llevaría el partido.
Tanto Valverde como Xavi movieron sus fichas para que fuera su equipo el que lograra tal mérito. Vitor Roque, no obstante, se quedó otra vez sin minutos, por mucho que el club apostara por acelerar su llegada y contar con él desde el mercado de invierno en lugar de esperar hasta el próximo curso, tal y como estaba previsto inicialmente. Unos y otros, no obstante, no lograban tener la clarividencia necesaria sobre el terreno de juego para generar oportunidades claras para romper el empate. Y sin remates entre los palos, dar con el premio del gol es imposible. El marcador, finalmente, terminaría por no moverse. El punto, no obstante, acabaría por servirles a los azulgrana para encaramarse al segundo puesto de la tabla.
Y Berenger la ajustó al palo y San Mamés sonrió desde el cielo. Y Arteta le hizo tres al Brighton para ponerse líder de la Premier mientras Xabi Alonso se aleja cada vez más del Bayern para acercar cada vez más la Bundesliga al Leverkusen. Y la Real apretó al PSG hasta que Mbappé demostró porqué es el mejor jugador del mundo. Y Mendilibar remontó un 4-0 en Conference League con un 6-1 para que sus hinchas griegos le recibieran de madrugada con el Porrompompero.
Y todo eso le ocurre a una gente de una tierra de apenas 7.000 kilómetros cuadrados y poco más de dos millones de habitantes. El fútbol vasco está de moda y el Athletic de Bilbao, tras 40 años y cinco finales perdidas este siglo, lo ha puesto en órbita frente al equipo del 'Vasco' Aguirre.
"Lo que marca la impronta del fútbol vasco es su competitividad". Es Xabier Fernández Monje, responsable de Comunicación en In- Komunikazioa y ex jefe de prensa del Athletic Club quien lo afirma. Fernández Monje, además, tiene varios libros relacionados con la historia del fútbol vasco y, especialmente, del conjunto bilbaíno. El equipo que, junto con la Real Sociedad, son los máximos exponentes de la región.
Aitor Ocio, ex futbolista del Athletic Club coincide con Fernández Monje en que el fútbol vasco, históricamente, siempre ha sido "una referencia". "Es un territorio donde es un elemento muy importante", cuenta el que fuera zaguero del germen del equipo actual, del que aún sobreviven Iker Muniain y Óscar de Marcos.
Lógicamente, el fútbol vasco ha pasado por épocas más laureadas como los primeros años 30 del Athletic Club o los principios de los 80 donde los leones y la Real Sociedad se repartieron varias ligas entre ellos. "A veces es cuestión de rachas", afirma Ocio respecto a aquellas victorias en la competición nacional que, en el caso del conjunto bilbaíno, se han repartido más en el tiempo en el caso de la Copa del Rey.
Sin embargo, además de la buena situación de los clubes de la región, en esta época coincide también la calidad de sus futbolistas y el nivel que están mostrando sus técnicos. "En los jugadores hay un gen de competitividad muy alto que se extiende hasta los entrenadores", cuenta Fernández Monje y destaca la capacidad de trabajo de los mismos y la discreción frente al escándalo o los focos de otros.
Xabi Alonso es, a día de hoy, el técnico que acapara todos los focos puesto que está a punto de arrebatarle la primera Bundesliga al Bayern en los últimos 11 años. "Su padre es entrenador y fue un jugador que su posición en el campo le hacía saber leer los partidos. Ese talento le ha ayudado, además de la vocación que tenía", ensalza Aitor Ocio al tolosarra que podría dar al Bayer Leverkusen la primera liga de su historia.
En la Premier, además de que Mikel Arteta se encuentre peleando con su Arsenal por el título por segundo año consecutivo, Unai Emery ha conseguido meter al Aston Villa en puestos Champions. Mientras, Mendilibar sigue agrandando su leyenda en Grecia tras despedirse del Sevilla con una salvación y la séptima Europa League. "Cuando un técnico ha sido futbolista ayuda a gestionar un equipo porque entiende cómo se sienten y les permite empatizar", destaca Ocio.
Eso le pasa a Ernesto Valverde y a Imanol Alguacil que tienen que gestionar grandes generaciones de futbolistas, muchos de ellos internacionales. Ambos con filosofías muy sui generis en el fútbol globalizado actual. "Los equipos vascos han sabido leer bien el futuro del fútbol", explica Xabier Fernández Monje y destaca el trabajo que se está llevando a cabo en Lezama y Zubieta, los principales exponentes del fútbol base de la región. "Puede ser que se cuide más la cantera que en otras partes", añade Ocio.
Valor
Zubimendi, Nico Williams, Mikel Merino y Oyarzábal están entre los jugadores más valiosos de LaLiga según Transfermarkt con un precio de mercado de 50 millones cada uno. Españoles sólo les superan Gabi, Pedri y Lamine Yamal. "Muchas veces es confianza, pero también es importante tener paciencia", destaca Fernández Monje.
Clubes, entrenadores y jugadores todos de la mano para situar al fútbol vasco en una posición privilegiada en el fútbol actual. En un momento, por cierto, donde el deporte se está recuperando del golpe de la pandemia, algo que ha agudizado aún más la distancia económica entre grandes y pequeños, pero que parece que en Euskadi han conseguido evitar ese golpe gracias a su filosofía y su resiliencia. "Los equipos, no solo los vascos, si quieren cuadrar las cuentas se ven forzados a mirar a la gente de casa. Los vascos tienen más facilidades porque lo han hecho más veces·, apunta Monje.
De momento, equipos, jugadores y entrenadores vascos ya han inaugurado el palmarés este año con una Copa del Rey con deudas históricas, Xabi Alonso aspira a tres títulos más con su Bayer Leverkusen y Arteta y Mendilibar a uno cada uno.