Füllkrug, el gigante alemán, es el héroe de la noche en Alemania. Un gol del delantero del Borussia Dortmund en el descuento evitó la victoria de Suiza y una de las grandes sorpresas del torneo. Durante muchos minutos, el país anfitrión, al que las quinielas daban como rival de España en cuartos, voló al otro lado del cuadro, pero la cabeza del atacante apareció en el minuto 92 para devolver las aguas a su cauce.
Nagelsmann volvió a repetir once de gala, los mismos futbolistas que habían sumado seis puntos y siete goles en los dos primeros encuentros, pero el inicio no fue tan cómodo como siempre. Y es que ningún gran torneo lo es. Tampoco Hungría y Escocia eran Suiza. El helvético, un conjunto más sólido, más físico, más experimentado y de más talento que las dos selecciones débiles del grupo, demostró desde el principio que no iba a ser una noche fácil.
A Alemania le costó circular el balón y sufrió en las transiciones defensivas, algo que ni Hungría ni Escocia le obligaron a hacer. Sí Suiza, resguardada en un esquema de cinco defensas y tres centrocampistas, pero con Ndoye y Embolo como balas al contraataque.
En el primer tiempo, Musiala, Wirtz y Havertz estuvieron más estáticos que de costumbre y el mediocampo suizo no dejó circular a Gündogan y Kroos, que en los primeros dos encuentros siempre encontraban espacio para pensar.
En el 16, Andrich sorprendió a Sommer desde lejos, fallando el guardameta helvético al intentar detener el disparo, pero el VAR avisó a Orsato y el colegiado anuló el gol por falta de Musiala en un intento de remate previo. Protestó la grada, pero parecía evidente que el delantero había pisado al defensor.
El tanto podría haber cambiado el plan de Suiza y aliviar la circulación alemana, pero su anulación mantuvo la idea de los de Yakin: presión intensa, con un hombre siempre encima de Kroos, Musiala y Wirtz.
En el 28, esa presión dio sus frutos. Alemania perdió el balón en salida y en tres toques Suiza se puso por delante. Pelota a Freuler dentro del área, asistencia a Ndoye desde el lateral, éste se adelantó a Tah y a Neuer y anotó el primero.
Shock en Frankfurt y Suiza que se ponía primera de grupo. España, mientras, mirando de reojo, porque en caso de llegar a cuartos su rival sería el líder del grupo de Alemania o el segundo del grupo de Inglaterra, que pueden ser los británicos, Dinamarca, Serbia o Eslovenia.
Un minuto después del tanto, Ndoye tuvo el segundo en sus botas, pero su disparo se marchó desviado. Musiala intentó recomponer a Alemania con alguna arrancada, pero los anfitriones llegaron al descanso sin respuestas para la solidez defensiva de los suizos.
Tras el descanso, a Alemania le siguió faltando el fútbol. Tuvo ganas, no se le puede negar, pero le faltó la claridad de otros días. Musiala probó a Sommer buscando el error del tanto anulado a Andrich, pero se encontró con la reacción del portero, y Kroos envió fuera un disparo desde lejos. Jugadas aisladas.
Suiza achicó su sistema todavía más y nadie la sacó de su propia área. Una pared infranqueable incluso cuando el cansancio comenzó a pasar factura. Nagelsmann lo vio y dio entrada a Beier, Sané y Füllkrug, sus mejores actores segundarios, buscando el oxígeno que parecía faltarles a Musiala y Wirtz.
La defensa suiza, liderada por un colosal Akanji, detuvo todos los centros, pases y lanzamientos, incluido un remate de Kimmich a un metro y medio de Sommer al que Akanji voló para detener con su pie.
El tramo final fue un asedio alemán por pura inercia, por puro corazón. Vargas marcó para Suiza en una contra, pero Orsato lo anuló por fuera de juego. Havertz estrelló un cabezazo en el palo y Suiza, que lo había detenido todo, no pudo evitar el destino de Füllkrug.
En el descuento, el delantero del Dortmund se elevó sobre los centrales para rematar de cabeza un centro perfecto de Raum. Salvó a Alemania y mantuvo a su selección en el camino de España.