La historia de Marcos Contreras, portero del CD Ibiza: de jugar contra Messi a limpiar vestuarios en Formentera

La historia de Marcos Contreras, portero del CD Ibiza: de jugar contra Messi a limpiar vestuarios en Formentera

Hace un lustro que Marcos Contreras (Sevilla, 1985), portero y capitán del CD Ibiza Islas Pitiusas, se convirtió en uno de esos tipos a los que la prensa nacional salimos a buscar en las eliminatorias de Copa del Rey cada vez que se enfrentaba a un Primera, para preguntarle si podrá dormir esa noche, o a quién le va a pedir la camiseta del partido de su vida. Pero el destino ha querido que Marcos Contreras lleve ya un montón de partidos de su vida. “Son 20 ya, que no está nada mal para un portero de Segunda B y Tercera”.

– Deberías sacar tú las bolas del sorteo.

– ¡Si me lo pidieron! Pero me iba de vacaciones de Navidad a Sevilla y no había AVE de vuelta.

Cuando era capitán y portero del Formentera se enfrentó al Sevilla, al Alavés y al Athletic de Bilbao, al que eliminaron ganando en San Mamés, cuando todavía se jugaba a doble partido. Ahora, como capitán del equipo de la isla vecina, superviviente de la Segunda RFEF, le tocaba un equipo de los que jugará la Supercopa.

– ¿Y a quién querías?

– Por la afición, por los niños del club, y todo eso, prefería Barça o Madrid. Pero por mí, egoístamente, me hace ilusión enfrentarme al Betis. No me habría gustado retirarme sin enfrentarme al Betis.

Si algo debe saber el Betis, es que mañana lo más importante es no llegar contra Marcos Contreras a los penaltis. En su puede decirse que larga trayectoria en la Copa del Rey, así ha pasado cuatro eliminatorias. Es decir, todas en las que ha llegado a la tanda. Y parece que sigue siendo su especialidad porque esta temporada ya le han tirado tres y ha parado dos.

– ¿Algún truco?

– Soy bastante intuitivo. Tiene varias cosas, el perfil de jugador, su técnica de golpeo, si son por ejemplo buenos centradores no suelen hacerlo cruzado sino al lado natural, si son medio centros con un buen toque de interior suelen hacerlo al lado no natural con el interior abierto, no sé, mucha intuición.

Marcos iba para tenista. Su hermano Sergio llegó a profesional, y en la casa del pueblo una pista de tenis. Pero Marcos siempre quiso ser de mayor el portero del Betis. Era el equipo de su abuelo, ex presidente del Ayamonte Club de Fútbol, y de su padre, quien primero fue médico en Villanueva del Río y Minas, y como le pareció poco ‘resucitó’ al equipo de fútbol.

– ¿Quién era tu ídolo de niño?

– No tenía, pero decían que me parecía a Cañizares… por los gestos, la toalla.

– ¿Y ahora de mayor?

– El que más me ha gustado siempre es Buffon, pero a día de hoy, para mí, el mejor es Courtois, aunque siempre digo lo mismo, según para qué equipo, por ejemplo para el Barça es mejor Ter Stegen que Courtois.

Marcos Contreras se crio en la cantera del Betis, llegó a jugar contra Messi en juveniles y le metió tres goles. “Fue de las cosas más impactantes que me han pasado en la vida. Fue en un torneo amistoso en Nerja en 2003. Él tenía 16 y nosotros 18, y nos bailó pero mal. Perdimos 3-1, empezamos ganando, luego me metió dos y dio la asistencia del tercero. Era dificilísimo. Tenían una falta al borde del área y en vez de chutar se la daban a él y empezaba a regatearse a la gente. Una cosa de locos. Recuerdo que llegué a casa y le dije a mis amigos: ‘Me he enfrentado a uno que va ser tipo Aimar‘. Al año siguiente ya fue cuando debutó”.

Marcos Contreras, con el Betis, en un recorte de Estadio Deportivo.

Con 17 años le empezaron a subir al primer equipo, junto a Prats, Gaspercic y Toni Doblas, pero Marcos acabó en el Alcalá de Segunda B, y luego en Regional en el Formentera donde, al acabar los partidos, completaba su sueldo limpiando los vestuarios.

– ¿Y por qué no llegaste?

– Normalmente a esta pregunta la gente suele decir que si el puntito de suerte, pero ese es el camino fácil. Hay que tener un punto de suerte y mucho trabajo. Yo no tuve disciplina, te diría, que hasta los 28 o 30 años. Vivía en Sevilla, salía, cenaba, para mí era lo normal. No tuve el sacrificio que requiere el fútbol profesional. Y eso lo veo ahora, porque en su momento no lo veía. Sí que es verdad que hubo un año, cuando tenía 17, que entrenaba una vez por semana con el primer equipo, y siempre se me quedó la cosa de que si Víctor Fernández, que era el entrenador, hubiese seguido la temporada siguiente… pues todas estas cosas que te digo que hacía de salir y entrar las hubiera hecho menos. Me podía haber cambiado la vida, pero ya te digo ahora que firmo la vida que he tenido, y no cambiaría nada.

Su primera experiencia con un Primera fue un derbi, al menos para él. Contra el Sevilla en la primera etapa de Sampaoli.

– ¿Cómo se vive eso en un vestuario?

– Nosotros lo vivimos pasados de emociones, con mucho nerviosismo. De hecho entramos al campo y a los diez segundos ya habíamos hecho un penalti. Nos pasamos de rosca. El partido ya tiene una carga emotiva brutal y el entrenador, con la mejor de las intenciones, nos metió a la familia en el vestuario antes del partido…

– Y qué tal se portan los jugadores de Primera con vosotros.

– Muy bien por regla general, con mucho respeto.

¿Y los del Athletic? Al que eliminaron a doble eliminatoria, ganando 0-1 en San Mamés con un gol de córner en el minuto 96. Ese día no estaban para que les pidieran camisetas, por eso fue el Athletic el que se la pidió a Marcos. “Cuando fui a pedirla ya se habían ido todos, pero como había hecho la ofrenda (floral al busto de Pichichi, como capitán, por ser la primera vez que el Formentera jugaba en San Mamés) el delegado me pidió la mía, que al parecer las camisetas de los que hacen la ofrenda se quedan allí, y luego me preguntó, cuál quieres. Fue justo cuando a Kepa lo iba a fichar el Chelsea, y le pedí la de Kepa”.

En las noticias sacaron a Marcos con paradas imposibles a Aduriz, a Iñaki Wiliams, a Raúl García, pero también subiendo a rematar y gritándole a un compañero: “Lo vamos a meter, lo vamos a meter, que lo soñé”.

– ¿Y lo soñaste?

– Yo siempre visualizo los partidos, las cosas que van a pasar, me imagino parando, que sale todo bien. Para ellos fue un mal trago, pero también fueron muy elegantes y muy respetuosos. Recuerdo que cuando me levanto del suelo para celebrarlo con mis compañeros, en el camino me encuentro a Raúl García, que tiene fama de… tal, y todo lo contrario, me dio la mano, me dijo que lo habíamos merecido, que lo disfrutáramos, y que habíamos sido mejores, fue muy elegante en la derrota.

Marcos Contreras en San Mamés como portero y capitán del Formentera.

Este año el Ibiza Islas Pitiusas aspiraba al ascenso a Primera RFEF, pero está en puestos de descenso. “Quizá ese era uno de los primeros errores, tener las expectativas demasiado altas y no ir pasito a pasito”. Ahora han eliminado al Eibar por 1-0, y eso que el partido casi no se juega porque se fue la luz antes de empezar, ya que su campo no tiene la potencia de iluminación necesaria, entre otros muchos defectos para que se juegue un partido de este nivel. El otro equipo de la ciudad, la UD Ibiza de Segunda División, creada por el ex presidente del Valencia Amadeo Salvo, firmó un convenio con el Ayuntamiento y se quedó con su campo. Ahora hay dos equipos: el Ibiza rojo y el Ibiza azul. Un City y un United isleños pero muy mal avenidos. Porque el CD Ibiza, el rojo, tienen que jugar sus partidos en que se conoce como la “pista de Atletismo” del pueblo, reformada también por Amadeo Salvo para los entrenamientos de su Ibiza, con vestuarios en casetas de obra, y en la que el equipo histórico de la ciudad debe pagar un alquiler por jugar. “La plantilla se siente maltratada por su Ayuntamiento, por su alcalde y por su concejala de Deportes, y lo digo abiertamente. No entro en el debate con la UD, que mira por sus intereses, y con los que no tengo ningún tipo de problema, pero somos el único club de España no profesional al que su Ayuntamiento no da una alternativa gratuita para poder jugar”.

Un día llegaron y se habían llevado las porterías. Otro, mientras entrenaban, les encendieron los aspersores, y otro se pusieron a cortar el césped. “Vivimos una situación esperpéntica. De hecho hubo riesgo de que pasase algo, porque estábamos entrenando y nos metieron una máquina corta césped en el campo. Pensaba que iba a servir como punto de inflexión para que llegaran a entenderse todas las partes pero como el que tiene que mediar, que es el Ayuntamiento, no hace nada, sigue la cosa estancada”. Y eso que en plantilla tiene a nada menos que los hijos de dos ex alcaldes de la ciudad, uno del PSOE y otro del PP, Enric Tarrés y Quique Fajarnés. Este jueves, el partido de Copa del Rey se jugará en la “pista de Atletismo”, con capacidad para 1.000 espectadores, al considerar que la UD de Amadeo Salvo le reclama un precio abusivo por el uso de su estadio, y el Ayuntamiento les ha dado la espalda. El mismo Betis y equipos de Mallorca se ofrecieron a ceder gratuitamente sus instalaciones pero finalmente el partido se queda en Ia isla.

– Hace años que trabajas con las canteras de los equipos con los que has estado y ya tienes 37 años. ¿Te planteas tu futuro trabajando con niños?

– Lo niños me encantan, y llevo más de la mitad de mi vida trabajando con niños, pero me gustaría entrenar a adultos. Ya tengo el título de entrenador nacional. Tengo mucho respeto por la profesión y no sé si valdré, pero supongo y espero que sí.

– ¿Cómo vives las horas previas?

– Pues hace tiempo que sin nerviosismo, con una ilusión brutal y lo saboreo muchísimo porque no sé cuándo va a ser la última.

kpd