Que a estas horas Jon Rahm esté haciendo las maletas para volver a Estados Unidos no entraba en los planes de nadie, sobre todo después de una esperanzadora tarjeta de 69 golpes en su inicio de la temporada 2025. No fue tanto por el número, sino por las sensaciones en el swing del jugador de Barrika, que confesó tras su ronda de ayer jueves que ciertos cambios en su movimiento se estaban consolidando y que se había encontrado muy cómodo en el campo. Apenas 24 horas después, este viernes todo ha saltado por los aires.
Los 77 golpes (+5) de la segunda tarjeta de Rahm en el Hero Dubai Desert Classic, primer torneo del circuito europeo, dejan un sabor más que amargo, preocupante. Aunque el español, líder del equipo del LIV Legión XIII, trató de restar importancia a lo sucedido: “Todo es mucho más fácil en casa y en la cancha de prácticas que en competición. Aunque fastidie, mejor fallar en la primera semana del año y no en otra que valga un poco más. Que no cunda el pánico, que acabamos de empezar”, expresaba, cabizbajo, ante los medios españoles.
La clave de la importancia de este tropiezao es el calendario. Tan selecto es el de Rahm es este año de Ryder Cup, que perder un cartucho como este hace daño. Es el cuarto corte fallado en torneos del Circuito Europeo en todo el historial profesional del español y, con el corte, se van los puntos del ranking mundial y los de la Ryder Cup. Hay que tener en cuenta que, en circunstancias normales, Jon apenas jugará ocho torneos puntuables que puedan hacerle ganar posiciones en todas las clasificaciones. Hablamos de los cuatro grandes y otras cuatro citas como el Open de España. Ha de compaginar esos ocho torneos con los 14 que, por obligación, tiene que disputar en el LIV Golf.
Lo peor de esta segunda jornada no fueron los 77 golpes, sino lo que transmitió el jugador en sus primeros nueve hoyos (los segundos del recorrido de Majilis), los más asequibles de todo el resort de Emirates Golf Club.
El primer aviso llegó en el hoyo 12, donde su drive terminó en el desierto con la bola suspendida en unas ramitas secas. Rahm se pensó mucho si arriesgar con un golpe a esa bola anidada, y pagó la osadía con un doble bogey del que no pudo escaparse. A partir de entonces, el juego falló como una escopeta de feria. El peor momento llegaría en el 18, su noveno hoyo del día, con dos bolas al agua y un nuevo doble bogey con el que cerraba sus primeros 9 hoyos en 42 golpes. Un castigo difícil de asimilar.
Mantuvo siempre la calma el español en un ejercicio de resignación. “Hay que intentar ser positivo. El día ha sido frustrante. No me acuerdo de la última vez que hice un resultado tan alto en un torneo que no fuera un grande. Ahora ya a analizar lo que ha pasado y a seguir”, dijo. El único consuelo es que podrá adelantar su vuelo y “volver a casa para hablar con David Phillips”, su entrenador. Son sus planes a corto plazo antes de la siguiente cita, a principios de febrero, con el arranque del LIV Golf en Arabia Saudí. Otro torneo sin corte y sin enfrentarse a los McIlroy y compañía, a los que en principio no se medirá hasta el Masters de Augusta.
El norirlandés sigue en el torneo, pero su actuación con -1 en la segunda jornada, -3 en el total, no es tampoco para sacar pecho. McIlroy comenzará el fin de semana a nueve golpes del líder, el escocés Ewen Ferguson, que manda en Dubái con -12.
Sin Rahm en el torneo, cinco de los 10 españoles presentes esta semana en Dubái lograron pasar el corte. Compartiendo el puesto 24, Iván Cantero, Alfredo García Heredia y Nacho Elvira, todos con -4, son la mejor referencia. Adrián Otaegui, con el par, pasó justo in extremis y en el límite del corte. Acompañaron a Rahm en la eliminación Pablo Larrazábal, Alex del Rey, Manuel Elvira y Jorge Campillo.