Un bache rompe la gran remontada de Fernando Alonso en Austin

Un bache rompe la gran remontada de Fernando Alonso en Austin

GP de EEUU

Actualizado

Verstappen suma su 50ª victoria, conquistada entre apuros ante Hamilton y Norris, con Sainz cuarto. El asturiano, tras ganar 10 posiciones, abandona a seis vueltas para la meta por una rotura en el fondo plano.

Alonso, a la izquierda, durante las primeras vueltas en Austin.AFP

A seis giros para la bandera a cuadros, con el fondo plano del Aston Martin quebrado por un bache, Fernando Alonso dijo basta en el Circuito de las Américas. Había partido desde el pit-lane, sólo por detrás de los Haas, pero fue trepando gracias a la notoria mejoría del AMR-23, que pudo rodar al ritmo de los favoritos. Cuando ya se asentaba en la novena plaza, acechando también a Pierre Gasly, el infortunio se cebó con Alonso, en forma de su primer abandono del año. Un deslucido cierre para un domingo donde Max Verstappen conquistó su quincuagésima victoria en la F1, tras un bonito duelo ante Lewis Hamilton y Lando Norris. A poco más de cuatro segundos del podio hubo de resignarse Carlos Sainz.

El triunfo más apurado en 2023 para el tricampeón mundial, víctima del sobrecalentamiento en los frenos y la degradación de los neumáticos, no debe restar mérito al excelente pilotaje de Hamilton, que se siente en Texas como en casa. Tampoco conviene pasar por alto la bravura de Norris, enfrascado en varias batallas pese a su notoria inferioridad mecánica. Y en términos similares hay que referirse a la actuación de Alonso.

En principio, nada tenía que perder en un domingo concebido más como campo de pruebas para las cuatro citas restantes que como carrera en sí. Por tanto, Aston Martin rompió la normativa del parc fermé para cambiar los reglajes aerodinámicos del AMR-23. Más que alcanzar los puntos, el objetivo realista, con 56 vueltas por delante, era conservar la mecánica. Especialmente esos frenos candentes que venían poniendo de los nervios a Lance Stroll.

Dos décimas sobre Russell y Pérez

Sin embargo, Alonso pronto percibió que las cosas rodaban mucho mejor de lo esperado. De inicio, se quitó de encima a Nico Hulkenberg, con gomas duras, y aprovechó la entrada en boxes del otro Haas. AlphaTauri y Alpine, que desde el viernes le habían ganado por la mano, parecían ahora ovejas camino del matadero. Y tras el primer pit-stop, con su segundo juego de medios, el bicampeón empezó a clavar los cronos en torno a 1:41.6, casi calcado a los que peleaban en cabeza. “Estaba a punto de decírtelo. Eres dos décimas más rápido que los dos de delante”, detallaron por radio al asturiano, en referencia a George Russell y Sergio Pérez.

Tanto apretaba en firme que recibió un par de apercibimientos por superar los límites de pista. Incluso el desventurado Stroll quiso animarse con un excitante tramo final, limando incluso los cronos del jefe de filas. El caso es que cuando Yuki Tsunoda montó sus primeras gomas de refresco, tampoco pudo acercarse a Alonso, que recortaba el hueco ante Pierre Gasly con una voracidad aterradora. A 13 giros para el final, Aston Martin le paró por última vez y cuando se reincorporó a pista, décimo, aún tenía a tiro al AlphaTauri y el Alpine. Así que, pese al desdichado colofón de su líder, en de Silverstone no sólo deben festejar los dos puntos de Stroll, sino el notable avance en términos de puro rendimiento.

De igual manera, Mercedes cuenta con razones para celebrar las prestaciones de su coche, que hubiese merecido aún más recompensa. Por una u otra razón, ni Hamilton ni Russell rubricaron una actuación redonda. El primero, con armamento de sobra para atacar el subcampeonato de Sergio Pérez, sufrió lo suyo en la llegada a la primera curva, donde perdió la posición ante Sainz. Un pequeño milagro del madrileño, porque el ritmo de su SF-23 nada tenía que ver con el de las Flechas de Plata. En cinco vueltas, el heptacampeón recuperó su plaza y un par de minutos más tarde se deshizo de Charles Leclerc, en busca del liderato.

Norris, en cabeza, pulía sobre las curvas enlazadas su déficit en las rectas, donde su velocidad punta era casi 14 km/h inferior respecto a Red Bull. Comandaba con cierta holgura, mientras Oscar Piastri, su compañero en McLaren, arruinaba el domingo de Esteban Ocon con una bestial embestida sobre el pontón izquierdo del Alpine. Los daños, lógicamente, también desencadenaron el abandono del australiano.

El zarpazo a Norris

Sobre un asfalto a 40ºC, la gestión de los neumáticos para librarse de la temible degradación, debía ser prioritaria. Quien más en serio pareció tomárselo fue Verstappen, que tras ganar dos posiciones en la salida, ni siquiera quiso desplegar sus velas hasta llegado el ecuador. No es que se lo tomase con paciencia, sino más bien con presunción. Su maniobra para conquistar el liderato, por el interior de la curva 12, tras lanzarse a cuchillo con el DRS, dejó las cosas muy claras a Norris.

Leclerc, autor de la pole, sudaba lo suyo para mantener las esperanzas de podio en Ferrari, fundamentadas en su plan a una parada. Y el monegasco enfureció cuando a 11 vueltas le propusieron un cambio. Como su palabra es ley en el box rojo, terminó exprimiendo los blancos de Pirelli hasta los 33 giros, que le dejaron sexto en la meta.

Por delante, firme tuvo que sujetarse Mad Max al timón, ante la insistencia de Hamilton y Norris, que intuían ya de cerca sus frenos al rojo. Sus llamamientos a Giampiero Lambiase para que no le molestara por la radio constataron los apuros. Cruzar la bandera a cuadros con apenas dos segundos ya es algo noticioso para Red Bull en 2023. Aunque todavía restan México, Brasil, Las Vegas y Abu Dhabi para abordar nuevos récords.

kpd