La democracia real de Unionistas: así nace un club de cero, dirigido sólo por sus socios

La democracia real de Unionistas: así nace un club de cero, dirigido sólo por sus socios

El 9 de noviembre de 2013, siete locos del fútbol, sin experiencia alguna en la gestión de un club, subieron a un estrado para dar rienda suelta a un sueño. Los siete eran fieles devotos de la UD Salamanca -cuya acta de defunción se había firmado cinco meses antes- y su ilusión pronto caló entre las 200 personas que abarrotaban el recinto, más el otro centenar que pudo seguir el acto a través de YouTube. Aquella fría mañana de sábado, en el Centro Cultura Vistahermosa, se celebró la primera asamblea de Unionistas de Salamanca CF. A todos los presentes les rondaba la misma pregunta: ¿Cómo se funda un club desde cero? Antes de inscribir al equipo había que elegir el escudo, la indumentaria, el himno y votar los estatutos. Eso sí, el proceso debía regirse íntegramente por el voto de los socios. Hoy, una década después, sin apartarse de sus sagradas convicciones democráticas, Unionistas recibe al FC Barcelona en la Copa del Rey. El buque insignia del fútbol popular, verdugo de Villarreal o Sporting, sigue creyendo que sí se puede.

“Fue algo muy emocionante, porque aún no habíamos disputado ningún partido, ni teníamos los colores, ni nada. Éramos un grupo de socios de algo volátil, inexistente y llenamos hasta la bandera aquel auditorio tan grande”, recuerda Javier Tejedor, ex presidente de Unionistas (2013-2017), uno de los siete que dirigió aquella primera asamblea. A su lado, Alejandro Becerro, David Renedo, Juanjo Rodrigo, Ignacio Sánchez, Miguel Ángel Sandoval y Ángel Vicente, frisaban como él, los 25 y 35 años de edad. Y como él, economista en una multinacional, ejercían profesiones liberales. De maestro a comercial, de aparejador a informático. Tras unos meses de rodaje administrativo, Unionistas se estrenó en la última categoría, la provincial salmantina. Cuatro años después, tras los ascensos a Regional y Tercera, ya jugaba en Segunda B.

Quien no pudo asistir en persona al bautismo del club fue Roberto Pescador, actual presidente, que residía por entonces en Inglaterra. Conectado de forma telemática, participó en las primeras votaciones. “Queríamos mantener la esencia cromática de la UD Salamanca, pero sin calcar la camiseta y el pantalón. No pretendíamos suplantarlos, ni que nos confundieran. Esa fue nuestra tarea, como la que afrontamos semanas más tarde con el escudo y el himno”. Entre un centenar de diseños, los aficionados terminaron eligiendo un toro, icono del campo charro, y un balón clásico, símbolo del fútbol aún no envilecido por el dinero. También dos lemas en latín: In Memoriam UDS 1923-2013-en recuerdo a las nueve décadas del equipo de sus corazones- y Ad astra per aspera (“Hacia las estrellas por el camino más difícil”), uno de los emblemas de la NASA.

Una camilla en el ‘parking’

“A quien se le ocurrió lo de Ad Astra se le fue la mano”, sonríe Pescador, rememorando el gol de penalti en el minuto 96 que valió el ascenso a Segunda B o aquel viaje a Ferrol, en mitad de la borrasca Filomena, cuando su autobús llegó al estadio pocos minutos antes del pitido inicial. Casi sin tiempo para calentar, Unionistas venció en el minuto 88 (0-1). “Nos hemos enfrentado a muchas dificultades, pero las hemos ido superando hasta conseguir lo que nos propusimos”, abunda Tejedor. De los heroicos tiempos en el campo de La Sindical, a la transición en Las Pistas del Helmántico “cuando quitábamos del césped los abollones provocados por los pesos que lanzaban los atletas”. Por no mencionar unas reformas en los vestuarios, “hace sólo seis años”, que obligaron al fisioterapeuta a atender a los futbolistas sobre una camilla instalada en el parking.

La desoladora decadencia de un escenario mágico para el atletismo, donde Javier Sotomayor había batido en 1993 el récord mundial de salto de altura (2,45 metros) y Jonathan Edwards el de triple en 1995 (17,98 metros). Únicamente la visita del Real Madrid a comienzos de 2020 (1-3, con goles de Gareth Bale y Brahim Díaz) pareció insuflar un nuevo aliento a Las Pistas. “Tuvimos que contratar una empresa que nos trajo unas torretas para la iluminación. Y nos costó 25.000 €”, apunta Tejedor. Al menos, aquel cruce copero, sumado al de estos octavos ante el Barça, otorga a Unionistas un raro privilegio. Nadie en la historia reciente de nuestro fútbol se había medido a los dos grandes en un periodo tan corto de vida.

Hoy, con seis puntos de colchón sobre el descenso, Unionistas compite en Primera RFEF frente a históricos como la Ponferradina, el Deportivo, la CulturalLeonesa o el Barça B, que multiplican sus 1,6 millones de presupuesto. El último ejercicio se cerró en positivo (25.000 €) para un superávit acumulado de 82.549 €. La evidencia de que el sentimiento genuino y la salud financiera no son precisamente excluyentes.

Una de las asambleas de socios de Unionistas.UNIONISTAS CF

Esta peripecia, no obstante, hubiese terminado de forma abrupta en 2022, tras la negativa del Ayuntamiento de Salamanca a la hora de sufragar un cambio de césped. El ascenso a Primera RFEF acarreaba la obligación de jugar sobre hierba natural, pero el presupuesto de las obras excedía los márgenes del club. “Hubo que preguntar a los socios, porque el gasto suponía una amenaza a nuestra supervivencia. Tengo marcada aquella asamblea, en el Centro Cultural El Charro, donde decidíamos nuestro futuro. Y la gente apostó por seguir con la aventura”, rememora Tejedor.

El gasto ascendía a 320.000 €, pero en una semana, con las aportaciones de los socios y las donaciones de simpatizantes de toda España, recaudaron 417.000. Algunos aficionados llegaron a adelantar la cuota de su carnet a 10 años vista. Es decir, 3.000 € de una tacada. Lo que entonces podía considerarse dinero a fondo perdido se antoja ahora una magnífica inversión si el equipo logra, a medio plazo, una plaza en Segunda.

Rivalidad ciudadana

Otra de las dificultades por el camino fue la enemistad con el Salamanca CF UDS, el otro club de la ciudad, propietario de los históricos símbolos de la Unión. Incluido el estadio Helmántico. Un proyecto capitaneado por el empresario mexicano Manuel Lovato, de quien apenas se tiene noticia, salvo por algún titular extemporáneo, como el de una entrevista en EL MUNDO: “Venir a Salamanca fue como para los americanos ir a Afganistán”.

Con la UDS agonizando en Tercera RFEF y Unionistas gozando de su esplendor, una rivalidad mal entendida se ha venido fraguando a la sombra de las catedrales. Quizá todo por culpa de la maldita polarización. “En Unionistas no somos de una sola corriente política. Aquí cabe todo el mundo, pero los violentos tienen que quedarse fuera”, recalca el presidente, con la misma contundencia aplicada a una docena de hinchas, de ideologías opuestas, que en 2015 se liaron a tortas en Alba de Tormes. Todos, sin excepción, fueron expulsados de Unionistas.

“No podemos dar más carnets porque no disponemos de asientos”

Javier Tejedor, ex presidente de Unionistas

Ante el Barça, 1.500 aficionados, la mayoría jóvenes, ofrecerán sus gargantas desde el Fondo Oeste del Reina Sofía. Todos de pie, por supuesto. “Tenemos muchas peñas, pero ningún grupo radicalizado. Cuando alguien traspasa la línea con cánticos políticos o de otra índole, son los mismos vecinos de asiento quienes les mandan callar”, abunda Pescador.

Actualmente, Unionistas cuenta con 4.895 socios, tantos cuantos caben en su estadio. “No podemos dar más carnets porque no disponemos de asientos. A veces tampoco nos da para ofrecerlos a las hinchadas visitantes. Tras la remodelación de 2020, contamos con gradas cubiertas, aunque habrá que valorar nuevas mejoras. El ritmo de crecimiento es bestial”, reconoce Tejedor. Frente al Barça, una grada supletoria aumentará la afluencia hasta los 6.300 aficionados. Esas 1.400 localidades para el público en general, a 70 euros, se despacharon a primera hora del martes en apenas 10 minutos.

Por imperativo de la Federación, hoy no sonará el peculiar himno de Unionistas, compuesto por Kritter una banda local de metal. A falta de los potentes riffs, sobrará confianza. Aunque sea rayana en el delirio. “La fe es lo que siempre nos ha definido. Si no tienes fe, mejor te quedas en casa. El equipo no va a salir a hacerse la foto”, advierte Pescador, sobre lo que hoy aguarda a Xavi Hernández. “Este estadio es muy difícil para cualquier visitante, se llame como se llame”, concluye.

El césped del Reina Sofía, la víspera del partido.EFE

Tras el devastador 4-1 de la Supercopa, el técnico azulgrana no podría permitirse otro desliz a orillas del Tormes. Ni poner como excusa ese césped pagado por la gente de Unionistas. “Puede estar tranquilo con la altura de la hierba, cortada, como siempre a 22 milímetros”, detallan desde Hermaflor, la empresa encargada del mantenimiento. Tras levantar las viejas capas de caucho, se sembró esta pradera, que mezcla las variedades Raygrass (60%) y Poa (40%). Únicamente las copiosas lluvias de las últimas horas, con algo más de 20 litros por metro cuadrado, podrían enturbiar de algún modo el espectáculo.

“Equipo valiente y muy competitivo”

Unionistas no ejerce como pionero del fútbol popular, cuyo carácter fundacional cabe atribuir al Atlético Club de Socios, nacido en 2007. Tampoco se diferencia sustancialmente por su masa social, dado que el Xerez Deportivo alcanzó hace unas semanas los 4.500 socios. Ni juega, como la SD Logroñés, en un escenario con el gancho de Las Gaunas. Por tanto, cabe preguntarse por qué su liderazgo en el fútbol popular ya parece incuestionable.

“Es verdad que hemos sido inflexibles con el modelo de gestión, sabiendo siempre lo que podemos gastar. También es cierto que sobre el campo nos ha sonreído esa necesaria pizca de fortuna. Pero creo que se presta poca atención a nuestro éxito a la hora de especializar la parcela futbolística”, puntualiza el presidente. Y es que el buen ojo de Toni García como director deportivo se entiende mejor al contemplar el talento de Cris Montes en el Eldense o los goles de Jesús de Miguel, pichichi con el Castellón. Tras el adiós de García, el pasado verano, Rubén Andrés trabaja mano a mano con el entrenador, Dani Ponz.

El fondo de animación del Reina Sofía.UNIONISTAS CF

“Que quede claro que nuestra plantilla se dedica al fútbol de manera exclusiva. Aquí no hay ninguno que sea el panadero o el pescadero del pueblo”, zanja Tejedor. “Somos un equipo valiente, aguerrido y muy competitivo, que se siente especialmente cómodo en su estadio”. Sobre el rectángulo del Reina Sofía, con sus pertinentes medidas reglamentarias (105 x 68), Frenkie de Jong, Joao Félix o Robert Lewandowski deberán mejorar sus prestaciones. Más aún si atendemos a las recientes angustias en Barbastro. El viaje cósmico de Unionistas podría precipitar un desastre de imprevisibles consecuencias para Joan Laporta.

kpd