Ciclocross
El abuelo del belga, ganador de la Copa del mundo de ciclocross y que este domingo pelea por la conquista del Mundial contra Van Aert y Van der Poel, también fue ciclista, ganó una etapa de la Vuelta a España y nació y murió en idénticos años que Poulidor
Sentado junto a una mesa con viejos recortes de periódicos, el niño Laurens Sweeck no se cansaba de escuchar las batallitas del abuelo Alphonse. Alucinaba cuando le contaba cómo peleaba contra Bahamontes y cómo ganó la décima etapa de la Vuelta a España de 1960, disputada entre Barcelona y Barbastro. En esa ronda, el belga también fue tercero en la decimosegunda jornada y terminó 16º en la clasificación general. Ese mismo año se adjudicó la Vuelta a Bélgica. Un ídolo en su país.
Laurens Sweeck, actual ganador de la Copa del Mundo del ciclocross, está moldeado por la genética y la tradición de una familia ciclista. Hoy pugnará por el oro en el Mundial de Hoogerheide, localidad neerlandesa fronteriza con Bélgica. Sweeck, nacido hace 29 años en Lovaina, desafiará a Mathieu Van der Poel (28), el principal favorito, con el que comparte raíces y experiencias. Sus abuelos nacieron y fallecieron en idénticos años, con apenas un mes de diferencia. Alphonse Sweeck: 1 de marzo de 1936 (Keerbengen)-13 de diciembre de 2019 (Lovaina). El francés Raymond Poulidor: 15 abril de 1936 (Merignat)-13 de noviembre de 2019 (Saint Leonard de Nobat).
Laurens, tras escuchar las aventuras de su abuelo en la carretera, cogía la bicicleta y se marchaba con sus hermanos Diether y Hendrik (también ciclistas) a las afueras de Lovaina. Pronto quedó cautivado por el barro del ciclocross. Desde sub’23 se habituó a los podios del campeonato nacional y del Europeo. Es muy combativo, pero siempre ha quedado eclipsado por el resplandor de su compatriota Wout Van Aert y por el neerlandés Van der Poel, las grandes estrellas de la cita de hoy (15.00 horas) en el circuito de Hoogerheide. Sin embargo, el belga no se rinde y en esta campaña ha domado a esos gigantes en la Copa del Mundo. ”Estoy deseando que llegue la carrera. Esta es la prueba más importante de la temporada y tengo ambiciones de podio. El recorrido es rápido, creo que estaré delante”, explica el ciclista, que quedó cuarto en la cita del pasado enero en Benidorm.
”El principal atributo de Sweeck es su gran capacidad para superar los bancos de arena. Es menos conocido que Van der Poel y Van Aert, pero es bueno. Sabe sufrir en los tramos que menos le favorecen y volar en los favorables”, explica Álvaro García, especialista español en la información sobre ciclocross.
Sweeck pertenece al grupo Crelan-Fristads, especie de filial del Alpecin de Van der Poel. Podría estar integrado en el primer equipo, pero estratégicamente a la dirección del grupo no le conviene contar dos aspirantes al título en la misma marca.
Sweeck es uno de los referentes del deporte belga. En ciclocross sólo es superado por la notoriedad de Van Aert. En ese país, el ciclismo del barro es una religión. Van Aert es seguido permanentemente por una legión de fans. Enfrente de su casa es habitual que haya aficionados reclamándole autógrafos. El corredor se siente incómodo por esta persecución y está meditando trasladarse a vivir a España, donde pasaría más desapercibido y el clima es más agradable. ”Para muchos, Sweeck, comparado con Van Aert, es un segundón, pero ¿qué habría sido de muchos segundones si no hubiera aparecido gente como Miguel Indurain?”, recalca Álvaro García.
El belga, apasionado del esquí y del snowboard y estudiante de ingeniería electrónica, acude al Mundial con el respaldo de la conquista de la Copa del Mundo, pero con la carga de saber que históricamente nunca se ha adaptado bien al circuito de Hoogerheide. Además, este año el trazado ha sido diseñado por Adrie Van der Poel, campeón del mundo de ciclocross en 1996, y padre de Mathieu. ”El trazado no está creado para que se luzca mi hijo. Es duro para él y para todos”, dice el ex corredor.
El circuito incluye tramos de asfalto, hierba, barro, arena y escalones. Es muy similar al de Benidorm, donde ganó Van der Poel. ”Mis posibilidades con Van Aert están al 50%. Quiero hacer mi mejor carrera de la temporada, aunque el resultado de un Mundial depende mucho de las condiciones climáticas”, dijo Mathieu van der Poel tras su victoria en Besançon. VDP ha conquistado el maillot arco iris en cuatro ocasiones, Van Aert en tres. ”He preparado mis entrenamientos pensando en el Mundial. En Hoogerheide me proclamé campeón sub 23 en 2014 y volver a ganar aquí sería especial”, proclama el belga.
VDP y Van Aert competirán por heredar el título de Tom Pidcock. El británico del Ineos ha decidido cerrar ya la temporada del barro para centrarse en la carretera.
Las opciones españolas pasan por Felipe Orts, que desde la concentración española en Amberes, a 30 kilómetros de Hoogerheide, apunta: ”Mi intención es quedar entre los 10 primeros, algo que no he conseguido nunca en un Mundial, la mejor posición fue 12ª en 2019”.
”La gran pelea estará entre Van der Poel y Van Aert. Laurens Sweeck es candidato al podio. Es muy potente, ha hecho una gran temporada y muy bueno en los tramos de arena. Es la alternativa en un circuito que será rápido y sin apenas zonas de barro”, añade el alicantino.