Supercopa de España
Entrevista
El futbolista del Betis charla con EL MUNDO sobre su carrera, su familia, su ausencia en Qatar con la selección y su presencia en Arabia Saudí por la Supercopa de España. “Criticar que se celebre en Arabia estando aquí es como lo del Mundial: lo critico, pero juego”, reflexiona.
El niño que brilló en Brunete, explotó en el Racing, aterrizó en Chamartín y vivió un drama con las lesiones tocó el cielo copero con el Betis el pasado mes de abril. La montaña rusa que ha sido la carrera de Sergio Canales (Santander, 1991) podría haber roto los cables de su cabeza, pero el cántabro mantiene el equilibrio. Padre de familia, empresario y líder de los verdiblancos, charla con EL MUNDO sobre la conquista de la Supercopa del desierto.
- Hace un par de años, usted decía que las tres roturas del ligamento cruzado le habían cambiado la vida como futbolista y como persona. Ya había ganado una Copa con el Madrid a los 20 años, pero volver a ganar después de una década, después de todo lo que le ha pasado… ¿También le ha cambiado?
- No es comparable. Trabajas día a día y te esfuerzas por ganar y por entrar en Europa, pero lo que te cambia son las circunstancias que te van pasando. Es lo que te ayuda a crecer. Ganar ayuda, pero es diferente. La lesión es individual y estás tú contigo mismo peleando. Aquí somos un club, una ciudad.
- ¿Está, con perdón, hasta las narices de hablar de sus lesiones?
- He tenido épocas (risas). Hubo una época, después de la tercera, en la que no estaba bien, no me veía para jugar y necesitaba vetar un poco ese tema para dejar de pensar en ello. Ahora lo tomo con naturalidad, es algo que me ha pasado y me puede volver a pasar. No tengo miedo y no me importa. Mucha gente también me ha escrito diciendo que mi forma de llevarlo le ha ayudado. Por eso quiero ayudar desde mi experiencia.
- Abrió en Valencia un centro de rehabilitación para lesiones de larga duración.
- Lo enfoqué por toda la experiencia que he tenido con las lesiones, todo lo que me han enseñado como deportista y como persona. El cómo te cambia tu día a día una lesión larga. La cabeza es muy importante, los miedos que te dejan estas lesiones, el bloqueo por si te pasa otra vez… Yo nunca he vuelto a tener miedo. Pienso que me puede pasar otra vez y ya está.
- ¿Es más fuerte de cabeza que de físico?
- Sí, y muchas veces le he dado más importancia a eso que al apartado físico.
- ¿Cómo lo ha trabajado?
- En la tercera lesión (2015) ya sabía que iban a ser nueve meses muy largos y me saqué un curso de Experto en Coaching Deportivo. A partir de ahí empecé a tener sesiones cada semana con uno de los tutores. Hoy en día se habla con más naturalidad de ese tema y no sólo a nivel lesiones, sino de la ansiedad porque no te salen las cosas, que no estés jugando, que estés en una mala época y a lo mejor no eres consciente… Todo para evitar caer al pozo.
- ¿Ha probado a ponerse en el otro lado? ¿A ser usted el psicólogo?
- Intento, en cierta manera, ayudar a mis compañeros en algunos momentos. Y luego en el centro que abrimos pues charlo con los que tienen lesiones largas. Intento dar puntos de vista, porque yo no soy nadie para decirte que hagas una cosa u otra porque no he estudiado, pero te puedo dar mi opinión según mi experiencia.
- ¿Llegó a verse con la selección en el Mundial de Qatar?
- Bueno… Sinceramente, no.
- ¿Y dolió más después de la buena 2021-22 que había realizado con el Betis?
- Yo la temporada pasada me veía con opciones, me veía para estar en la selección. No me convocaron durante ese año y me lo tomé como un reto, porque me encontraba al nivel y ganamos la Copa. No descansé en verano, alargué la temporada y me preparé para eso. Pero este año me está costando encontrar mi sitio en el campo, futbolísticamente. Es un poco lo que hablábamos antes del tema a nivel psicológico, me cuesta encontrarme cómodo. Es verdad que he tenido dos lesiones musculares cuando me encontraba bien, pero no lo achaco a eso.
- ¿Y qué ha cambiado? Porque el entrenador y los compañeros son los mismos.
- Creo que nos hemos adaptado a las circunstancias. Hemos mejorado mucho en defensa y nos meten pocos goles, pero a la vez controlamos menos el partido a través de la posesión y nos cuesta tener la pelota. Y ahí siento que estoy ayudando mucho menos a la hora de crear. Me estoy intentando adaptar pero me está costando más de lo que pensaba.
- ¿Eso lo habla con el entrenador?
- Es complicado, porque son muchos partidos y casi no hay tiempo para trabajar. Nosotros tenemos una forma de jugar y en ese sentido este año hemos dado un paso atrás en cuanto a la presión, al tener la pelota y al acabar las jugadas más rápido, y tengo que adaptarme a eso. A participar menos y ser más decisivo. Y yo me encuentro más cómodo teniendo más la pelota. Me enfoco en mí porque me tengo que mirar a mí… Y tengo que encontrar más mi sitio.
- ¿Qué le da Sevilla?
- Calidad de vida (Risas). Pero más allá de eso, tenemos nuestro entorno, nuestros amigos, mis hijos que están encantados, el club que a nivel humano es una pasada…
- ¿Cómo llevan sus hijos que su padre sea conocido en toda la ciudad?
- Se dan cuenta de algo, pero no sé hasta qué punto. Cuando voy con ellos al parque y me piden fotos, o cuando van al estadio… Poco a poco lo van entendiendo, pero no creo que vean toda la magnitud que tiene el fútbol.
- Hablando de su familia, ¿le da un poco de miedo cómo les pueda afectar esa ‘magnitud’ del fútbol? Ahora todo son títulos y “qué bueno es Sergio Canales”.
- Creo que en ese sentido hay que darle normalidad, eso te hace disfrutar más las cosas y valorarlas. Cada uno tenemos nuestra vida y cuanto más intentes esconder, peor. Es lo que hay. La vida que tenemos es para estar agradecidos y también quiero que vean el esfuerzo que conlleva todo esto. Por eso me gusta llevarlos a vernos entrenar. Ningún trabajo es fácil, a mí me toca este e intento enseñarles valores.
- La situación económica de un futbolista de su nivel es muy positiva. ¿Cómo gestiona con sus hijos que crezcan con la posibilidad de tenerlo casi todo?
- Es algo a lo que mi mujer y yo damos mucha importancia. Es verdad que intentamos que nuestros hijos den valor a las cosas y es muy complicado porque en el fondo quieres lo mejor para ellos y lo mejor no siempre es todo, pero estamos en ello. Para mí lo más importante es que sean buenas personas, que traten bien a los demás y a partir de ahí que crezcan siendo ellos mismos.
- Hace un año, futbolistas como Raúl García criticaban que la Supercopa se disputara en Arabia Saudí. ¿A usted qué le parece?
- Por un lado, criticarlo estando aquí… Si no hubiera venido, vale, pero al final es un poco lo que pasó en el Mundial de Qatar: voy a jugar y lo critico. Si realmente no crees en esto, no hubieras venido. Es verdad que hay que ser muy valiente y en ese sentido a lo mejor yo no lo soy tanto. Lo peor y lo que más pena me da es la afición, que tener la opción de ganar un título y que no estén es una pena, les vamos a echar mucho de menos. Imagínate que ganas y no puedes celebrarlo con ellos… Pero luego, pues hay cosas en las que el fútbol se va abriendo, y si no hubiese venido a Arabia Saudí te podría decir alguna cosa, pero estoy aquí y voy a jugar. Me gustaría ser más valiente y decir ‘no’, pero al final estoy aquí. Muchas veces desde fuera es fácil hablar, pero entre todos debemos mejorar las cosas.
- ¿Cómo lleva la parte de negocio que tiene el fútbol?
- Yo me gano la vida así, ¿qué voy a criticar? Si no, lo dejaría. Hay cosas que están muy bien y otras que cuesta más verlas y asimilarlas, pero bueno, creo que pasa en todos los trabajos del mundo. En ese sentido espero que poco a poco vayamos mejorando y viendo otro tipo de cosas que son muy importantes.