Mundial de Clubes
Entrevista
El brasileño es uno de los cinco futbolistas que ha jugado en los dos favoritos para disputar el sábado la final del Mundial de Clubes. Vinicius, uno de ellos. “Lo que pasa con Vini es lamentable. Si regatear es provocar, yo ya no entiendo el fútbol”, valora en EL MUNDO.
Dos clubes centenarios que vieron la luz en 1895 y 1902, dos estadios de profunda leyenda futbolística y decenas de jugadores que han marcado la historia del balón. Y nunca, nunca jamás, sus camisetas se han cruzado en un terreno de juego. Por eso, para entender lo que podría significar que Flamengo y Real Madrid se llegaran a enfrentar en la final del Mundial de Clubes de este sábado hay que ir a las personas que han vivido en sus carnes la presión y la gloria del Maracaná y el Santiago Bernabéu. Savio Bortolini (Vila Velha, 1974) es uno de los cinco jugadores que han vestido ambas equipaciones. Él, Evaristo, Ricardo Rocha, Zé Roberto y Vinicius. No hay más. El zurdo, que ganó un Brasileirao con el ‘Fla’ y una Liga y tres Champions de blanco, atiende a EL MUNDO en Marruecos, donde asiste, cómo no, a una cita histórica para el fútbol brasileño.
- ¿Qué parecidos encuentra entre el Flamengo en el Madrid?
- Yo digo siempre que tuve la oportunidad de jugar en dos clubes enormes. Muy grandes. Cuando me fichó el Madrid creía que sabía un poco lo que era el club, pero cuando llegué me di cuenta de que lo que sabía era muy poco. Desde Brasil al Madrid se le veía enorme, pero cuando no era enorme, era mucho más. Yo venía del Flamengo, de una afición mágica, de una presión impresionante… Y creo que eso me ayudó a acostumbrarme al nivel de presión que se vivía en Madrid. Es un orgullo para mí, porque conseguí jugar en dos equipos que exigen muchísimo. He visto, tanto en el Flamengo como en el Madrid, grandísimos futbolistas que no consiguieron hacer carrera en los dos clubes por muchas cosas: por el fútbol, por la adaptación y por supuesto por la presión que exigen esos dos equipos.
- ¿El Flamengo es el más grande Brasil?
- (Risas) Me van a matar el resto de los equipos… El Flamengo es muy grande. El Sao Paulo, Palmeiras o Corinthians también lo son, pero el Flamengo es distinto. Su afición es una locura, estamos hablando de que en un partido simple meten, fácil, 60.000 personas en Maracaná. Yo jugué allí durante 11 años, desde los 13, crecí allí y cada día que pasaba veía más, sentía más… Es un equipo muy importante y en los últimos años ha ganado mucho, Libertadores, Brasileirao… Además tiene el Maracaná, que no es del Flamengo pero como si lo fuera. Es mitológico. Una conexión única.
- Sobre el Mundial de Clubes, se ve en el Flamengo y en su afición una pequeña obsesión. Aquí en Europa no se le da tanta importancia a este torneo, pero en Brasil y Argentina sí significa mucho.
- Muchísimo. Es algo muy importante para los equipos y especialmente para los futbolistas sudamericanos. La Copa Libertadores es importante, claro, pero el Mundial es único. Yo me acuerdo siempre del Mundialito del 98 que jugué con el Madrid contra el Vasco da Gama, el del gol de Raúl. Recuerdo que teníamos muchas ganas de ganar, y ganamos, pero yo particularmente tenía muchísimas más ganas que los demás, lo sentía más. Era brasileño y había visto cómo en 1981 mi ídolo Zico ganaba con el Flamengo al Liverpool en la Intercontinental. Después de eso tenía una obsesión con jugar y ganar el Mundial de Clubes. Para nosotros, brasileños y sudamericanos, es algo muy importante, una obsesión.
- ¿Nota en el aficionado y en los futbolistas sudamericanos un sentimiento de rabia ante el fútbol europeo? ¿De demostrar que pueden competir y ganarles?
- La verdad que en los últimos años Europa se quedó con todos los títulos del Mundial de Clubes. El fútbol sudamericano creció en las décadas de los 80 y 90, había un equilibrio muy grande con los europeos en el torneo, pero después de ahí los sudamericanos ganaron muy pocos. Hay un poco de eso, de querer cambiar y mejorar. Y el Mundial de Clubes está ahí para eso.
- ¿Ganar un Mundialito es más que ganar una Libertadores?
- Yo creo que para los sudamericanos sí. Es diferente a cómo se vive en Europa. Ahí la Champions es lo más importante, pero allí… La Libertadores es algo increíble, pero el Mundial de Clubes lo supera.
- Hablando de la plantilla del Flamengo. Filipe Luis, David Luiz, hasta hace poco Diego Alves… ¿Cómo de importante es que los veteranos brasileños vuelvan a ‘casa’ y no elijan, por ejemplo, países como Arabia Saudí? Este martes, justamente, el equipo se enfrenta al Al Hilal.
- En los últimos cuatro años, el Flamengo tejió un nivel de competición y conquistas muy grande. La Libertadores, Brasileirao, estar en el Mundial de Clubes… El Flamengo se ha acostumbrado a ganar y a estar en las principales competiciones jugando finales. El retorno de esos futbolistas ha sido muy importante porque además de su calidad tienen su experiencia de jugar en grandes equipos de Europa. Ha sido un momento importantísimo para el club y para el fútbol brasileño.
- ¿Cómo ve desde fuera lo que está viviendo Vinicius?
- Lo primero, voy a ser muy claro: los mensajes racistas me parecen lamentables. Me quedo triste por ver que estas cosas siguen pasando en el mundo del fútbol. Eso es una cosa. Después, es un chico que además de su calidad, de su uno contra y de su fútbol me gusta cómo está llevando todo esto. A pesar de ser muy joven, es una persona que para mí tiene una buena mentalidad. Es fuerte y sigue jugando su fútbol. Y tiene que seguir jugando, disfrutando y liderando al Madrid. Desde fuera, no entiendo qué pasa. Él juega su fútbol, es su manera de jugar, tiene la alegría, el regate y nada más. No puede cambiar su estilo de juego, nadie puede. Yo no veo que provoque. ¿El uno contra uno es un problema? Si la provocación es regatear, yo ya no entiendo más el fútbol.
- ¿El sábado a quién apoyaría?
- (Risas) Qué pregunta, eh… Son 16 años entre Flamengo y Real Madrid. Tengo un cariño especial por el Madrid, soy madridista, logramos conquistas gigantes y tuve el cariño increíble del Bernabéu, que a día de hoy me sigo preguntando qué hice para merecer tanto cariño. Y el Flamengo es mi casa, donde nací y crecí y tengo mucha identificación con ellos. Ojalá tengamos el gran partido, que junto al de 1981, que fue muy especial, será el gran partido en la historia del Flamengo.