La inciativa consiste en una modificación de la Ley del Deporte para que la presencia de cualquier jugadora o jugador en la selección deje de ser considerada un deber y sea exclusivamente un derecho
Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso.Bernardo Díaz
Se trata de una antigua reclamación de los independentistas catalanes que se registró en septiembre al hilo de las quejas de buena parte de las futbolistas de la selección, que admitieron haber ido “por obligación” a la convocatoria de la seleccionadora Montse Tomé, ya que descolgarse puede implicar sanciones de hasta 30.000 euros e incluso la suspensión de su licencia federativa.
La iniciativa, recogida por Europa Press, consiste en una modificación de la Ley del Deporte para que la presencia de cualquier jugadora o jugador en la selección deje de ser considerada un deber y sea exclusivamente un derecho, a la vez que establece la capacidad de elección libre de cualquier deportista para decidir si acudir o renunciar a la convocatoria.
El texto, registrado en catalán y castellano, recibió la conformidad del Gobierno para debatirse, ya que el Ejecutivo tiene capacidad de veto en iniciativas legislativas que puedan suponer aumento de gasto o merma de ingresos presupuestarios, y ahora ERC ha decidido llevarla a votación al Pleno del Congreso del próximo martes.
A una sola vuelta, ahora mismo, Fernando Alonso es el único piloto de la parrilla que puede acercarse a Red Bull y Ferrari. De momento no basta, pero al menos supone un aliciente en Jeddah, donde el asturiano partirá cuarto en la parrilla tras una bonita confrontación ante rivales mejor equipados. Ninguno, claro, como Max Verstappen, autor de la pole (1:27.472), tres décimas por delante de Charles Leclerc y Sergio Pérez.
A Leclerc le faltaron sensaciones y equilibrio al volante del SF24 y al de siempre le sobró con lo de siempre. Tal es la superioridad de Verstappen que el monegasco tuvo que tomarse un par de segundos cuando le preguntaron en la sala de prensa si le consideraba imbatible. Obviamente terminó respondiendo con lo que se espera en Ferrari, pero la simple duda ante el micrófono resultó reveladora. Tanto o más que la corrección de Mad Max al responsable de la F1 que había confundido su número de poles. Tras esta, la primera en Jeddah, ya se le amontonan 56 en el palmarés.
Con Pérez de invitado de piedra, sudando en cada curva para no meter demasiado la pata, Alonso asomó como el único animador digno de tal fama. Esta vez cedió por estrechísimo margen (55 milésimas ante Leclerc y 39 ante Checo). El último sector, el más largo con gas a fondo, se le hizo interminable al Aston Martin. Por ahí se escaparon las opciones para otra heroicidad. Tras tomar un rebufo de Lewis Hamilton en la recta, el último intento del bicampeón mundial no pudo redondear una qualy casi perfecta.
"intentémoslo de nuevo"
Sobre este asfalto a 29ºC, con unas medias superiores a los 251 km/h, Fernando fue puliendo poco a poco sus cronos. Del 1:28.706 de la Q1, a 21 centésimas de Verstappen, al 1:28.122 de la Q2, 57 milésimas más rápido que Leclerc. A la hora de la verdad tampoco ofreció un titubeo (1:27.988), con 29 centésimas sobre el monegasco. Aún se sentía capaz de más y él mismo lo reconoció en un mensaje de radio. "Fue una buena vuelta, intentémoslo de nuevo", adelantó por radio en . Finalmente, su 1:27.846 no bastó ante el postrero intento de Leclerc.
Hubo motivos para pasarlo bien en el Corniche Circuit, porque las diferencias a una vuelta permiten ciertas sorpresas. Incluso por parte de Haas, que esta vez perdió anticipadamente a Nico Hulkenberg. No había transcurrido un minuto de la Q2 cuando el alemán sintió desfallecer su motor. La primera avería del Mundial 2024, con la consiguiente bandera roja, para retirar el Haas de la curva 8. Un ligero contratiempo para los Ferrari, que vieron abortada su vuelta a pocos metros de cerrarla. Era el momento de la verdad para Oliver Bearman.
Hamilton, con el gancho
El sustituto de Carlos Sainz, sin ningún bagaje previo con el SF24, se había permitido una entrada triunfal en la Q1, provocando los resoplidos de su padre en el garaje. Pero su único objetivo era colarse en el top-10. A un novato que la víspera andaba penando con el Prema por la F2, nadie podía exigirle una heroicidad. Aun así empujó al límite a Lewis Hamilton.
Sufría el heptacampeón con el agarre del Mercedes y Bearman mantuvo su apuesta hasta las últimas consecuencias. Apenas 36 milésimas noquearon al chico, que en mayo cumplirá 19 años.
La primera criba sirvió para constatar el desastroso papel de Alpine, sin recursos ante la mermada competencia. Un par de horas antes, Guanyu Zhou había estrellado el Sauber contra las protecciones, pero ni por esas Esteban Ocon y Pierre Gasly salieron adelante. Les faltaron 37 centésimas para alcanzar el corte, marcado por Daniel Ricciardo.
La temporada del Manchester City no le permite prescindir de jugadores que son la clave de bóveda del equipo de Pep Guardiola. Ya está siendo duro sobrevivir a la ausencia de Rodri como para tener que hacerlo también a la de Haaland... en el Santiago Bernabéu. Les tocó hacerlo, esforzarse en evitar ser sepultado por el maremoto desatado por el Real Madrid que quería enterrar una era y evidenciar que, ni con dinero, encuentra el City la medicina que le cure su envejecimiento.
Ni Guardiola lo oculta. "Hemos sido un equipo cojonudo, pero este año, por muchísimas razones, hemos perdido esa contundencia. Las cosas no son eternas", dijo el técnico antes de recordar los méritos de su equipo en los últimos años y de dejar claro que puede ser el fin de un ciclo, pero no del suyo en el banquillo. "Sí tengo fuerza para quedarme, sí tengo ganas de seguir, sí", confesó en declaraciones a Movistar.
La tarea titánica de la remontada "ante el mejor Real Madrid que me he encontrado en años", dijo el entrenador catalán, se le complicó al City desde antes de saltar al campo cuando se comprobó que el noruego no estaría en el once.
La estadística, en este caso, estaba reñida con el estado de ánimo. Marcaba que el City solo había perdido tres partidos cuando el gigantón no era titular y ninguno en la Champions. Pero era otro City, aquel poderoso que no tenía la mandíbula de cristal. El actual, donde a veces, solo a veces, brillan el noruego, Gvardiol y empieza a dar fogonazos Omar Marmoush, no puede permitirse el lujo de no amenazar con su mejor delantero.
Justificó Guardiola la suplencia de Haaland en que «se sentía mal», sin más detalles, pero es que ni siquiera tocó pelota en el rondo de suplentes del calentamiento. No pareció más que un susto el problema en la rodilla que sufrió en los minutos finales del duelo ante el Newcastle, pero puede andar entre algodones porque si la empresa en el Bernabéu era temible, el domingo en la Premier espera el Liverpool.
Lo cierto es que sin Haaland en el campo, el City no tiró entre los tres palos de Courtois en toda la primera parte y vio cómo Mbappé le hacía jirones para convertirse en jugador que más goles le ha marcado igualando a Messi (7) y superando a Benzema (6). Nunca ha tenido el noruego una noche dorada ante el Real Madrid y le tocó asistir como espectador a la coronación del francés.
Le costó cuatro minutos desnudar a los centrales, y a Ederson, para empinar a proeza. Y, para colmo, al City le llegó otro golpe en forma de lesión de Stone. Dos mensajes de desaliento antes de que se cumplieran diez minutos de un partido que se convertía en imposible. Como toda la temporada, desgraciada, aciaga. Esquivó de milagro la deshonrosa eliminación sobre la bocina de fase de liguilla, pero el cruce contra el Real Madrid aventuraba lo peor.
Erling Haaland, en el banquillo.kiko huescaefe
Si tras el primer gol nada hacía pensar que Guardiola pudiera evitar salir del Bernabéu con su tercera derrota europea, el segundo antes del descanso lo confirmó. Al técnico le tocó hacer un ejercicio de resignación viendo cómo su equipo hasta caía en fuera de juego en jugadas a balón parado. Era un City desconocido al que dos de sus archienemigos europeos, PSG y Real Madrid, lo convirtieron en vulgar endosándole goleadas vergonzosas.
Fue un títere en manos de los blancos toda la eliminatoria, aunque por momentos se sostuvieran en el Etihad. Pero el Bernabéu son palabras mayores. No pudo arrebatarle el control del balón a los blancos y tampoco asfixió para recuperarlo como solía hacer. A eso se suma que cuando lo tuvo, lo manejó al trantrán, muy lejos de las zonas de peligro y sin conseguir que llegara a las botas de Savinho, Foden o Marmoush. Los tres fueron fantasmas hasta el añadido, cuando el egipcio estrelló una falta que escupió el poste pero rebañó Nico para marcar un gol estéril.
Imposible focalizar de dónde nacía la mediocridad de los mancunianos. Falló la defensa, Nico González y Gündogan fueron incapaces de incomodar a Tchouaméni y Ceballos, y el Madrid tocaba arrebato con suma comodidad para encerrar a rival deseando que el colegiado rumano Kovacs acabara con el sufrimiento.
La Liga de Fútbol Profesional ha decidido no esperar al proceso deportivo y recurrirá ante la justicia ordinaria la cautelar urgente que concedió el Gobierno, a través del Consejo Superior de Deportes (CSD) el pasado miércoles al Barcelona para que pueda inscribir a sus jugadores Dani Olmo y Pau Víctor, desinscritos por la Liga al no cumplir el club catalán con las reglas del Fair Play Financiero.
Fuentes de la patronal han confirmado a EL MUNDO que en breve presentarán un recurso contra esta decisión ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo para tratar de impedir que esa cautelar urgente sea efectiva durante el tiempo que tarde el CSD en decidir sobre el fondo del asunto (tiene un máximo de tres meses para hacerlo).
Para saber más
El pasado miércoles, el CSD hizo público que concedía esa cautelar urgente al club catalán amparándose en varios argumentos. Mencionaba, por ejemplo, el artículo 27 de la Ley del Deporte, en el que recoge que los deportistas profesionales tienen derecho "a una carrera deportiva conforme a sus potencialidades" y argumentaba que el Barça está inmerso en un torneo de repercusión mundial entre "equipos que han tenido mejor rendimiento en las competiciones nacionales en el curso anterior".
Posteriormente, miembros del Gobierno como Pilar Alegría, ministra de Educación y Deporte, o incluso Félix Bolaños, de Justicia, justificaban la decisión en que se podía causar un "daño irreparable" al Barcelona y a los jugadores.
Sin embargo, desde el miércoles y hasta este mismo viernes han sido varios los clubes profesionales que han alzado la voz contra la decisión del CSD. Con argumentos más o menos parecidos que se pueden resumir en que la decisión pone en peligro la igualdad de todos los participantes en la competición. El PP ha ido más lejos y ha acusado al Ejecutivo de "adulterar la Liga" de fútbol.