Sin Courtois, Militao, Tchouaméni, Camavinga ni Vinicius, el italiano reflexiona sobre el sistema. Más peso para Modric y Ceballos. Las lesiones provocan la salida del jefe de los servicios médicos.
Carlo Ancelotti nunca había utilizado tantas hojas de su libreta. No porque no le gustara lo que había escrito, sino porque ya no le servía. En verano, se imaginó un Real Madrid con Courtois en la portería y Militao como central derecho, con Rüdiger y Alaba rotándose en el costado zurdo del centro de la defensa. En apenas unas semanas, la hoja acabó en la basura por sendas roturas del cruzado. Llegó Kepa, Rüdiger se convirtió en el líder de la defensa y el conjunto blanco se sostuvo al frente de su grupo de Champions y en lo alto de la pelea por la Liga. Pero ahora el desafío es todavía mayor. El Madrid del mes de julio ya no existe.
A lo largo del primer tramo de la temporada, las lesiones de Vinicius (un mes de baja), Ceballos, Arda Güler o Mendy habían obligado al técnico italiano a mover pequeñas piezas dentro de la misma idea. La rotación era muy similar. Incluso los graves percances de Courtois y Militao no provocaron modificaciones drásticas en el sistema. Las hojas de la libreta no servían, pero el rompecabezas era relativamente sencillo. La lesión de Vinicius dio más galones a Rodrygo y las infinitas posibilidades que ofrecían Tchouaméni, Kroos, Camavinga, Modric, Valverde y Bellingham en un centro del campo camaleónico mantuvieron a los blancos al máximo nivel. El puzle de ahora da más dolor de cabeza.
Junto a las bajas de larga duración de Courtois y Militao, Ancelotti estará sin Tchouaméni, Camavinga y Vinicius muchas semanas. El ex del Mónaco, que sufrió una fractura en un dedo del pie, podría volver antes de Navidad, ante el Unión Berlín el 12 de diciembre o frente al Villarreal el 17. Su compatriota tendrá que esperar más tras romperse el ligamento lateral externo de la rodilla y veremos si puede disputar la Supercopa de Arabia en enero. El brasileño, por su parte, parece que no pisará el césped hasta febrero por una rotura en el bíceps femoral.
Si Kroos es el ‘5’, ¿quién hace de Kroos?
Son tres bajas que cambian por completo el panorama del Madrid. Tchouaméni era el ‘5’ del equipo, el hombre que permitía a Kroos escorarse a la izquierda en salida de balón. En su ausencia, Camavinga le había sustituido a un nivel extraordinario, en esa virtud que tiene el galo de ser capaz de jugar como ‘5’, como interior e incluso como lateral izquierdo. Sin ellos dos, a Ancelotti sólo le queda la opción de Kroos como pivote, obligando a usar más a Modric en la base de la jugada. El croata, que viene de disputar 180 minutos con su selección, ha ido entrando y saliendo de un once en el que no era imprescindible. La vuelta de Ceballos, que podría regresar ante el Cádiz, es más que necesaria para el cuerpo técnico. Ni Bellingham ni Valverde, indiscutibles, son ese tipo de futbolista.
El inglés y el uruguayo ganarán responsabilidad, más si cabe, sin Vinicius. De su conexión con Rodrygo y Joselu nacerá el nuevo plan ofensivo del Madrid. Crearle espacios a Vinicius ya no es una opción. La lesión de Camavinga había hecho reflexionar a Ancelotti sobre la necesidad de volver al 4-3-3, con la dupla de brasileños en ataque junto a Joselu y Valverde y Bellingham acompañando a Kroos, pero la baja de Vini cambia las cosas y parece que la idea en Valdebebas es mantener el rombo y los dos delanteros, aunque con variantes durante el partido.
Rodrygo ocupará el sector izquierdo, como Vinicius, partiendo del 4-4-2, y Joselu fijará más a los centrales, dejando el costado derecho a Carvajal y Valverde. Kroos, Modric, Bellingham y Ceballos se repartirán las otras tres posiciones hasta la vuelta de Tchouaméni, casi en Navidad. Y luego está Brahim, que debería contar con minutos tras sus buenas actuaciones, pero al que Ancelotti siempre ha colocado en el puesto de Bellingham, que sigue con problemas en el hombro.
Todo mientras se viven cambios en Valdebebas. La plaga de lesiones ha provocado la salida de Niko Mihic, jefe de los servicios médicos del Madrid. Las dudas con los tiempos de recuperación de Arda Güler, que llegó a entrar en una convocatoria pero ni siquiera ha debutado, han sido la gota que ha colmado el vaso en el conjunto blanco, donde algunos ya no estaban contentos con el trabajo de recuperación que se hacía durante algunas rehabilitaciones.
El Madrid tiene ahora siete partidos hasta el parón de Navidad, cinco de Liga. Momento clave.
