Joao Félix está siendo un crío. Simeone está siendo injusto. El Atleti es más débil por culpa de ambos. A partir de ahí, cada cual puede decidir qué le molesta más, quién debería ser más responsable y maduro y a quién quiere más, factor este, el sent
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Brava victoria del Atletico. La luchó, siempre la buscó y la logró, justo cuando morían los últimos suspiros del partido. Un centro sutil de Griezmann y Giménez, casi convidado de piedra, logró el gol de cabeza más importante de su historia.
Todo comenzó cuesta arriba, cuando una aventura en solitario de Sesko dio un pase de gol y Oblak estuvo fantástico, pero en el rebote con Le Normand y Giménez poco atentos permitieron al esloveno el gol del
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Siempre se han de aprovechar los días de tormenta para recurrir a los adjetivos rimbombantes que nos deja este fenómeno natural. Las crónicas agradecen, muchas veces, los aluviones de poderío ofensivo, los ataques en tromba (de agua) y las carreras fugaces (como el rayo). Es el Leipzig un equipo, además, al que le sientan como un guante todas estas esencias, como ha demostrado en los últimos años en la Champions, pero el Atlético supo aplacar su tormenta con dos fogonazos. Griezmann puso el combustible y Giménez la chispa al buen partido rojiblanco. [Narración y estadísticas (2-1)]
Los alemanes no son de pausa, buscan el vértigo y así lo entendió el Atlético, que les recibió junto y recogido en bloque bajo. Salió Reinildo de inicio, un bastión defensivo, pero sorprendió Simeone con Correa, Julián y Griezmann en el once. No importa qué se espere del técnico, siempre hará lo contrario a lo predecible.
Y el Atlético se dejó llevar de inicio a un juego vertiginoso que no es el suyo porque la veteranía de medio campo para atrás te da poso, pero no velocidad. Y, tras un buen ataque rojiblanco que malogró De Paul en el balcón del área, salieron los alemanes como rayos ante un equipo que no puede transicionar tan rápido. En 30 metros ya eran tres alemanes contra dos rojiblancos. Disparó Openda, que se encontró una buena manopla de Oblak, pero el cancerbero ya no pudo con el cabezazo de Sesko.
El regreso de Vermeeren
La reacción del Atlético se produjo 10 minutos después, primero con una picaresca protagonizada por el jugador más listo del campo. Un córner que saca rápido Griezmann con los dos equipos colocándose, pero con Julián Álvarez atento al primer palo aunque no pudo dar la orientación necesaria al esférico. Y luego, tras un regalo de Gulacsi que terminó en las botas de Riquelme y al plantarse ante él y le entró un ataque de juventud e intentó ceder a un Correa vigiladísimo. El argentino disparó, el rechace llegó a Griezmann y apareció una bota salvadora alemana para negar el gol al francés. El estadio elevaba las manos y Simeone se las llevaba a la cabeza.
Volvía Vermeeren al Metropolitano y se debió olvidar de que ya no llevaba la rojiblanca. Se durmió en el borde del área, le robó De Paul y Correa no pudo finalizar con éxito. Casi tiene el argentino el quite del perdón en la jugada siguiente. Tras la salida de un córner, Angelito se acercó al primer palo para meter la punterita y elevar el balón por encima de todos los jugadores que lo miraban hipnotizados cómo golpeaba en el palo y terminaba en las manos de Gulacsi.
Olía el Metropolitano a tormenta y olía también el gol, que llegaría pocos minutos después. Sería Griezmann, el jugador que partía en esta ocasión desde el mediocampo, lo que le confería un aura de indetectabilidad que aprovechó para rematar solo desde el punto de penalti un gran centro de Llorente. Un gol que encendió a las masas y a los jugadores. De hecho, un minuto después, Julián desperdició otro centro de Llorente para hacer el segundo. Definitivamente, se descubrió un partido que se escondía tras nubes negras.
La tormenta no sólo afectó al juego, sino que hizo lo propio con la tecnología de VAR. Cinco minutos estuvo el juego parado por un problema con el pinganillo. Eso no paró al Atlético, que mantuvo la intensidad con la que se había marchado a la caseta con Correa y Griezmann como puntas de lanza, ambos con posiciones intercambiadas para dar descanso al francés, algo fatigado.
La Araña, desaparecida
Sigue Julián Álvarez sin encontrar los espacios en el juego del Atlético. Sustituido por Sorloth en el minuto 60, apenas dejó un remate a puerta el argentino y más por picardía de Griezmann que por mérito propio. Otro cambio fue Correa por Molina, una pedrada del Cholo en un partido empatado y que es importante ganarlo en esta nueva Champions de todos contra todos.
El último cuarto de hora fue un toma y daca a base de cabezazos. Primero remató Sorloth blando a las manos de Gulacsi, luego fue Poulsen el que erró por centímetros y finalmente un buen centro de Molina lo remató Griezmann, pero se encontró la manopla del portero húngaro.
Entonces, con medio estadio dando bueno por el empate, apareció la cabeza de Giménez al segundo palo para poner la primera victoria en el casillero rojiblanco. Nunca se puede dudar de las decisiones del Cholo. Tres puntos sufridos, pero importantísimos en un formato, el de esta Champions, que no da tregua.
Antoine Griezmann es uno de los mejores jugadores de la historia del Atlético de Madrid y su máximo goleador con 184 tantos. El francés, ante el Leipzig, fue nombrado mejor futbolista del partido y, en la entrevista posterior al primer duelo de Champions de su equipo, reveló el curioso destino de los trofeos que recibe cuando le otorgan el MVP.
"Mi hijo estará contento. Le encanta jugar con los trofeos. Los usa de palos, así que tenemos más porterías", apuntaba el francés. Así que el gol y la asistencia que propiciaron la primera victoria del Atlético de Madrid en esta nueva Champions y que se materializaron en un balón dorado con el emblema de la máxima competición europea terminará de marco para deleite del menor de los Griezmann.
Anécdotas aparte, el galo dio una absoluta masterclass desde el mediocampo. Más allá de las estadísticas, el jugador fue el que mejor comprendió el partido que debían realizar los rojiblancos y terminó por arrastrar a sus compañeros hacia la victoria. "Lo necesitamos de esta manera. Es un jugador diferencial cuando el balón pasa por él. Necesitamos que el equipo lo acompañe para que pueda aparecer como lo ha hecho hoy", alababa Diego Simeone a su pupilo.
Quiso el técnico mencionar también a Julián Álvarez. Metió su nombre a propósito en una respuesta para remarcar que una recuperación suya había propiciado el primer gol rojiblanco. Sabe el Cholo que necesita a todos enchufados y más al ex del Manchester City al que tiró un capote sobre su falta de gol en este inicio de temporada.
"Le doy minutos porque es un jugador importantisimo. Vino para jugar y mostrar su jerarquía. No llega de cara a gol como él quisiera, pero le está pasando a Sorloth también. Seguiremos trabajando y esperando porque los goles van a llegar", aseguró en entrenador rojiblanco en la rueda de prensa posterior al encuentro.
Cariño belga
No se olvidó Simeone de Vermeeren. A raíz de una pregunta de un periodista alemán, el Cholo quiso tener unas palabras de cariño hacia su expupilo belga al que apenas concedió 160 minutos en los 6 meses que estuvo en la disciplina del Atlético.
"Me gustó, se encontró con un partido difícil y duro y seguro que lo jugó con más tensión de lo normal. Hizo un encuentro correcto. Se comportó muy bien con nosotros y tiene un futuro muy bueno", concedió el argentino.
Suma el Atlético tres puntos en este nuevo formato Champions League y prepara así su desembarco el Lisboa donde jugará ante el Benfica en la segunda jornada de la máxima competición continental. Antes Rayo, Celta y Real Madrid en 10 días, casi nada el calendario de esta temporada.