Los seguidores del Barcelona sufrieron este miércoles un buen susto en el partido de Champions contra el Estrella Roja. Corría el minuto 65 cuando Pau Cubarsi recibió una patada en el rostro que hizo temer lo peor tanto a jugadores como cuerpo técnico del club catalán.
La sangre manaba abundantemente de la cara del jugador, que en una disputa de balón con el delantero Spajic se llevó un brutal puntapié que hizo que se desplomara sobre el terreno de juego.
Rápidamente, jugadores de ambos equipos hicieron gestos ostensibles para que las asistencias entraran a atender al defensa con toda la celeridad que fuera posible y tras una primera revisión sobre el césped se pidió el cambio. Su plaza en el eje de la zaga la ocupó Sergi Domínguez.
Pau Cubarsí, ensangrentado durante el duelo con el Estrella Roja.PEDJA MILOSAVLJEVICAFP
El entrenador del Barcelona, el alemán Hansi Flick, ha confirmado que Cubarsí “está bien”. “Le han puesto unos puntos, pero es joven”, dijo Flick sobre el estado del central azulgrana a la conclusión del encuentro de la cuarta jornada de la Liga de Campeones.
Cuando Szymon Marciniak pitó el final del partido entre el Real Madrid y el Bayern comenzó la cuenta atrás hasta la final de la Champions, que se celebrará el próximo 1 de junio en Wembley. 23 días en los que el conjunto blanco disputará cuatro partidos de una Liga ya conquistada, celebrará con su afición el título doméstico y la presencia en Londres, descansará lo corrido y lo sufrido y se volverá a reconectar a tiempo para afrontar el gran duelo de la temporada ante el Borussia Dortmund. Pero, ¿cómo realizar todo ese proceso mental y físico? ¿Cuánto se debe desconectar? ¿Cuándo hay que empezar a centrar la mente y el cuerpo en ese sábado continental?
El Madrid tiene una extraordinaria ventaja sobre los alemanes en este sentido: los blancos van a repetir exactamente la misma situación vivida en 2022. Ese año, el cuadro de Ancelotti ganó la Liga el sábado 30 de abril, a falta de cuatro jornadas, disputó y ganó la vuelta de semis de Champions contra el City el 4 de mayo y tuvo que esperar hasta el 28 de ese mes para enfrentarse al Liverpool en París. 23 días sin un partido 'importante' en el calendario.
Este curso, lo mismo: el Madrid consumó su título nacional el 4 de mayo, venció al Bayern el día 8 y debe aguardar al 1 de junio para medirse al Dortmund. De nuevo, 23 días sin un compromiso clave.
«La ventaja que tiene el Madrid es que esa situación mental la gestiona muy bien, empezando por el entrenador y siguiendo por los jugadores. Porque hay que saber ajustar bien los tiempos», analiza a este periódico David Peris, psicólogo experto en Psicología del Deporte que detalla lo que debería ser la correcta preparación del conjunto blanco hacia la final de la Champions.
«Tiene margen y puede jugar con eso. Permites que el equipo baje revoluciones, que los futbolistas que han jugado más se recuperen física y mentalmente, le das minutos a los que menos han participado y luego les vuelves a meter», resume, insistiendo en la importancia de desconectar, pero no en exceso. «Cuando consigues un objetivo tan importante puedes bajar los brazos, especialmente si el otro objetivo que tienes es lejano. Te mata el saber que ya has conseguido lo que necesitabas, sobre todo a nivel motivacional. Habría que bajar revoluciones para desconectar, pero no demasiado porque no son unas vacaciones, bajas intensidad y enseguida te vuelves a meter mentalmente».
El plan madridista
El Madrid viaja hoy a Granada, celebrará mañana la Liga y la final de Champions en Cibeles, se enfrentará al Alavés en el Bernabéu el martes, visitará Villarreal el domingo 19 y recibirá al Betis el sábado 25. El plan de Ancelotti está claro: rotar mucho en los dos primeros duelos y comenzar a probar a su columna vertebral a partir del encuentro ante el Villarreal, dejando la cita ante el Betis como test definitivo. Así lo confirmó el técnico ayer: «Tenemos varios partidos antes de la final que nos van ayudar a preparlo bien. Habrá rotaciones. Necesitamos descansar. Daré unos días de descanso tras los partidos», explicó.
¿Las dudas? Pocas. Una, de hecho, la única posible, la portería, con el cuerpo técnico pendiente del nivel de Courtois. Más allá de eso, la lesión de Tchouaméni, que apurará sus opciones de estar en Londres, deja vía libre a una alineación con Carvajal, Nacho, Rüdiger, Mendy, Kroos, Valverde, Camavinga, Bellingham, Vinicius y Rodrygo.
A nivel físico, los expertos aconsejan jugar antes que descansar, con el lógico reposo posterior a un partido como el del Bayern. «Tener 23 días sin un partido importante sólo tiene ventajas. Puede ser difícil mantener la motivación porque si tienes malas sensaciones dudas, pero es un mes para recuperar, para hacer recordatorios de fuerza y de trabajo aeróbico. Yo no innovaría demasiado porque en un mes no te da tiempo a transformar el físico de un equipo», explica David Antona, preparador físico de deportistas de elite.
Y volvemos a lo mismo, a lo especial que es el Madrid a nivel mental. Su éxito deportivo lo contagia todo, pero la «autoconfianza» es clave. La cabeza. «El Madrid maneja como nadie las variables psicológicas del deporte. Tienen muy fortalecida la autoconfianza y eso está totalmente relacionado con la motivación, la calidad y el trabajo físico», añade Peris. Ancelotti, mientras,
Olvídense de la Liga de Campeones tal y como la conocían. Esta tarde empieza una nueva Copa de Europa. Digan adiós a esas fases de grupos con cuatro equipos enfrentándose a ida y vuelta durante seis jornadas. Nunca más. Este jueves, en un sorteo que se celebra en Mónaco a las seis de la tarde y que por primera vez utilizará un ordenador y no las clásicas 'manos inocentes', la máxima competición del fútbol europeo estrena un nuevo formato para responder a los nuevos tiempos y al runrún de otros proyectos como la Superliga: 36 clubes (cuatro más que antes) encuadrados en una única liga camino de los octavos de final. Pero hay más.
Esos 36 conjuntos no se medirán todos contra todos porque sería inviable dentro del actual calendario, ya exprimido, así que la UEFA ha creado un sistema único en el que cada equipo disputará ocho partidos contra ocho rivales diferentes. Cuatro en casa y cuatro fuera. Todo por sorteo.
La organización presidida por Ceferin dividirá a los 36 clubes en cuatro bombos de nueve clubes cada uno, y cada equipo se cruzará con dos rivales de cada bombo.
La liga, por tanto, durará ocho jornadas, dos más que la antigua fase de grupos, y terminará en el mes de enero. Los puntos son los mismos: tres por victoria y uno por empate. Al acabar las ocho jornadas, los ocho primeros clasificados conseguirán el billete directo a los octavos de final, mientras que los posicionados entre el noveno y el 24º puesto disputarán un play-off para seguir en la competición. Los ocho que ganen esas eliminatorias se cruzarán con los ocho primeros de la liga.
En marzo llegarán los octavos, en abril los cuartos y en mayo las semifinales y la gran final, que se celebrará el 31 de mayo en el Allianz Arena de Múnich.
Para la UEFA, este cambio de formato hacia una liga hace la competición «más equilibrada, con equipos enfrentándose a rivales de su mismo nivel y haciendo el torneo más impredecible», como explica en la presentación del sorteo.
Real Madrid y Barcelona están en el bombo 1 junto a Manchester City, Bayern, PSG, Liverpool, Inter, Dortmund y Leipzig, por lo que se medirán, en casa o fuera, contra dos conjuntos de esa lista, siempre con el condicionante de que no se pueden enfrentar clubes del mismo país.
El Atlético de Madrid, por su parte, ha quedado relegado al bombo 2, una vez que la UEFA ha tenido en cuenta las actuaciones de los equipos en las últimas cinco temporadas continentales. Junto a los de Simeone, Leverkusen, Atalanta, Juventus, Benfica, Arsenal, Brujas, Milan y Shakhtar.
En el 3 hay equipos como el Feyenoord, el PSV o el Celtic, clásicos de los últimos años, y en el bombo 4 algunas revelaciones de la temporada pasada, como el Girona, último equipo español, o el Aston Villa de Unai Emery, sorpresa de la última Premier League. «La ampliación a 36 equipos conlleva más interés del aficionado, más oportunidades para todos en el formato liga, más variedad de oponentes y más países representados», señala la UEFA, que amplía también el dinero a repartir, también como respuesta a los intentos de la Superliga de convencer a los clubes continentales.
Más ingresos
Los ingresos de la Champions alcanzarán los 2.470 millones, 500 más que antes. Por participar, los equipos cobrarán 19 millones cada uno, por resultados 950 en total y por 'market pool' 850 (depende del número de equipos del país que alcance las rondas finales, cada club se lleva más o menos).
El puesto en la fase de liga será importante, con unos ingresos que variarán entre los 700.000 euros y los 10 millones. Y según se superen rondas, el bolsillo recibirá 11 (octavos), 12,5 (cuartos), 15 (semifinales), 18,5 (la final) y 25 por ser campeón.
Una nueva edición muy distinta a las anteriores que será un antes y un después en el fútbol europeo.