Un descenso a más de 90 km/h., la Cipressa en nueve minutos y la amenaza Van der Poel: la Milán-San Remo, la penúltima obsesión de Pogacar

Un descenso a más de 90 km/h., la Cipressa en nueve minutos y la amenaza Van der Poel: la Milán-San Remo, la penúltima obsesión de Pogacar

Este jueves, Tadej Pogacar, que no compite desde la Strade Bianche -curó las heridas de su caída y se ahorró el mal tiempo de la París-Niza y la Tirreno-Adriático-, realizó un entrenamiento muy especial. No hay nada al azar en el campeón esloveno, que no sólo arrasa y escribe la historia por cualidades, también por cuidar cada detalle junto a su director Josean Fernández Matxin. Por las carreteras de San Remo le acompañó Niccolò Bonifazio, vecino de la zona, ex del Lampre y el Bahrain, entre otros, y que se hizo famoso en su día por descender la Cipressa en la edición de 2019 a más de 90 km/h.

Estudia Pogacar el descenso de la penúltima cota de la Milán-San Remo, una de las pocas carreras que se le resisten. Porque no está diseñada precisamente para sus características. "Es la que me va a llevar a la tumba... Estoy tan cerca, pero está tan lejos. Es increíble», pronunció en un podcast hace unos meses. La prueba más larga del calendario (289 kilómetros desde Pavia), el primer Monumento de la temporada, es una oda a la táctica y el oportunismo, a la pericia y a la velocidad. El líder del UAE Team Emirates - XRG fracasó el año pasado ante el dúo que forman Mathieu van der Poel y Jasper Philipsen. Y sabe que un zarpazo en la Cipressa seguramente no sea suficiente.

El esloveno, que ha jugueteado con su presencia en los dantescos adoquines de la París-Roubaix, busca su octavo Monumento. Ganó cuatro veces Il Lombardia, dos la Lieja-Bastoña-Lieja y una el Tour de Flandes. También presume de tres Strade Bianche. Dicen que la Classicissima es en monumento más fácil de terminar, pero el más difícil de ganar... Eddy Merckx lo hizo en siete de las 10 veces que participó.

Cambio de compañeros

También en contra de Poggi está el hecho de que no muchos corredores con el maillot arcoíris triunfaron en Vía Roma. Sólo cinco campeones del mundo, el último hace 42 años (Beppe Saronni en 1983). Sabe que para triunfar tiene que llegar en solitario. O al menos deshacerse de los principales velocistas. Y apenas tendrá dos balas para dar rienda suelta a sus vatios.

En la primera está la clave. A 25 kilómetros de la meta se asciende la Cipressa, 5,6 kilómetros al 4,1% de media. Allí el año pasado intentó hacer la selección con sus compañeros del UAE, pero no fueron lo suficientemente exigentes como para descolgar a los dos Alpecin.

Pogacar, durante la Strade Bianche.

Pogacar, durante la Strade Bianche.MARCO BERTORELLOAFP

El objetivo, según reconoció Matxin, era completar la subida en menos de nueve minutos (el récord lo ostenta Gabriele Colombo, 9:19 en 1996). Y con Covi, Del Toro y Wellens se quedaron en 9:35. El ataque posterior de Pogacar en el Poggio no resultó definitivo. Philipsen, con la impagable ayuda de Van der Poel, devolvió la Classicissima a los velocistas imponiéndose en el sprint a un grupo de 12. Pogacar, pura frustración, acabó tercero por detrás de Michael Matthews en la edición más rápida de la historia.

"Ya conozco muy bien el final del recorrido y esperamos brillar en la carrera. ¿Podemos ganar? Seguro que no será fácil, pero lo intentaremos con todas nuestras fuerzas", afirmó el esloveno esta semana, que ha cambiado de equipo para el asalto. Estarán Wellens y un Del Toro que acude tras ganar en la Milán-Turín. También Laengen, Narváez, Novak y el gigante Politt. Philipsen llega pese a haber sufrido una durísima caída este miércoles en la Nokere Koerse. También amenazan otros fuori classe como Biniam Girmay, Jonathan Milan, Tom Pidcock, Pedersen o Filippo Ganna. Entre los españoles, Alex Aranburu y Roger Adriá buscarán emular a Óscar Freire y Miguel Poblet.

Juan Ayuso bate récords de precocidad: mejor que Indurain, Contador, Valverde y Freire

Juan Ayuso bate récords de precocidad: mejor que Indurain, Contador, Valverde y Freire

La medalla de oro del Sagrado Corazón de Jesús que le regalaron sus abuelos cuando nació, siempre colgada del cuello y por fuera del maillot. Su novia Laura y la perrita Trufa besándole tras cruzar la línea de meta y antes de subir al podio. Secuencias que van convirtiéndose en rutinarias y que definen al ciclista que pulveriza registros de precocidad. Juan Ayuso, vencedor de la Tirreno-Adriático, supera las marcas de los corredores españoles más relevantes de la historia en el momento en el que contaban 22 años y medio. Ya suma 12 victorias, casi el doble que Miguel Indurain. «Al talento hay que darle rienda suelta», señala el entorno del chaval.

El ciclista nacido en Barcelona el 16 de septiembre de 2002 progresa a toda velocidad. En 2021, con 18 años, se adjudicó el Giro Baby (ganó tres etapas), una prueba destinada a los sub-23, y en la que estableció el récord de triunfador más joven. Su éxito provocó que los técnicos del UAE acelerasen su incorporación al primer equipo. El 31 de julio de 2022 estrenó su palmarés profesional en el Circuito de Getxo y seis días después le renovaron el contrato hasta 2028. Entonces era el de mayor duración del UAE, ahora el más extenso es el de Tadej Pogacar, hasta 2030. Con 19 años debutó en la Vuelta a España, terminó tercero y fue el corredor más joven en subir al podio en una de las tres grandes rondas en los últimos 100 años (el récord lo ostenta Henri Cornet, ganador del Tour de Francia de 1904). Desde entonces no ha dejado de asombrar en las montañas y en las contrarreloj (el pasado año derrotó a Filippo Ganna).

En su hoja de servicios figuran 12 victorias, algunas con gran valor, como la general y dos jornadas de la Tirreno-Adriático (la segunda carrera por etapas más importante de Italia) o la Vuelta al País Vasco. También se ha anotado el Trofeo Laigueglia, las clásicas de Drôme y Faun Ardeche, una etapa en el Tour de Romandía, otra en el Tour de Luxemburgo y dos en la Vuelta a Suiza.

Con números de 'sprinter'

Ayuso supera al resto en cantidad y calidad de sus logros. A los 22 años y medio, el centenario Bernardo Ruiz tenía ocho triunfos. Indurain contaba con siete, brillando en el Tour del Porvenir y Vuelta a Murcia. Angelino Soler (el vencedor más joven de la Vuelta a España, con 21 años, en 1961) también alcanzó siete. Alberto Contador sumó seis, con etapas en Romandía, País Vasco o Setmana Catalana. Txomin Perurena, asimismo, firmó media docena. Pedro Delgado contaba con dos éxitos, los mismos que Purito Rodríguez y Óscar Freire. Abraham Olano, con uno. Alejandro Valverde no se estrenó hasta pasados los 23 años, lo mismo les sucedió a Federico Martín Bahamontes, Luis Ocaña, José Manuel Fuente, Marino Lejarreta, Ángel Arroyo, Chava Jiménez, Roberto Heras o Carlos Sastre.

El chaval del UAE no admite comparación con ningún escalador o ganador español de las tres grandes rondas por etapas. Luce números de sprinter. A su edad, sólo le supera Miguel Poblet, el pionero de los clasicómanos patrios, con 22 victorias, brillando durante cuatro ediciones de la Volta a Catalunya. El cántabro Alfonso Gutiérrez alcanzó las 12.

Aprendizaje para el Giro

Ayuso, que hace sólo seis años tenía adornada su habitación con pósters de Contador, Valverde y Purito y que ahora reside en Andorra, posee madera de líder. Tras conquistar el Tridente de Neptuno de la Tirreno-Adriático aseguró que no le agobia la presión y que se ha propuesto ganar el próximo Giro de Italia. «Esta carrera me ha servido como aprendizaje para el Giro, porque también habrá etapas de frío y lluvia. Quiero dar las gracias a mis compañeros. Siempre he estado arropado, me han ayudado a preparar los ataques. Estoy muy contento, y esperamos poder seguir con estas sensaciones para la Volta a Catalunya y el Giro», señaló.

Con ese agradecimiento quiso transmitir el mensaje de que está a gusto en el UAE, a pesar de que muchos técnicos aseguran que debería tener un equipo a su completa disposición, sin verse obligado a sacrificarse en beneficio de Pogacar. El esloveno es otro portento de precocidad, ya que con 22 años y medio ya había logrado 26 triunfos, entre ellos el Tour de Francia y tres etapas en la ronda gala. Eddy Merckx llegó hasta las 33, con exhibiciones en el Mundial en ruta o la Milán-San Remo.

Según los test de esfuerzo realizados por los especialistas de UAE, Ayuso mueve 6,2 vatio/kg., la misma potencia que Pogacar. «Juan tiene una formación y preparación como nunca he visto en un ciclista. Sabe de nutrición, biomecánica, fisiología, glucógeno, lactato, vatios, pulsaciones...», ha explicado Íñigo San Millán, fisiólogo, técnico del UAE y profesor en la Universidad de Colorado.

Ayuso, formado para impactar.

Ayuso, 11 años después, toma el relevo de Contador en el trono de los dos mares de Italia:''Me preparé para este objetivo''

Ayuso, 11 años después, toma el relevo de Contador en el trono de los dos mares de Italia:”Me preparé para este objetivo”

Once años atrás, Juan Ayuso se peleaba con su amigo Mateo para ver quién era el más rápido en las calles de Jávea. Por las tardes, se plantaba delante de la televisión para disfrutar con las exhibiciones de su ídolo en la Tirreno-Adriático. ''Cuando sea mayor quiero ser como él'', decía mientras veía a Alberto Contador en las ascensiones a los puertos de los Abruzos. En este invierno lluvioso, el escalador de Pinto ha encontrado relevo español en la travesía que enlaza, de oeste a este, los dos mares de Italia.

Ayuso, el nuevo fenómeno del ciclismo español, conquistó este domingo el tridente de Neptuno que acredita al vencedor de la primera carrera italiana por etapas encuadrada en la temporada UCI World Tour, que finalizó en la tradicional meta de San Benedetto del Tronto, ganada al sprint por el italiano Jonathan Milan.

La jornada de clausura de la Tirreno-Adriático, con un recorrido sin apenas dificultades orográficas, estuvo controlada por el UAE y por el Ineos de Filippo Ganna, que consiguió bonificar en el sprint intermedio para arrebatar a Antonio Tiberi la segunda plaza del podio. La nota de calidad la puso Van der Poel, que se fugó y luego fue neutralizado en el ecuador de la etapa. Los últimos kilómetros, ya en las calles de San Benedetto del Tronto, fueron dominados por el Visma de Olav Kooij y Lidl de Milan. El velocista italiano, que contó con ayuda de su amigo Filippo Ganna, se anotó su segundo triunfo parcial en la ronda de los mares, la quinta de la temporada.

líder que no sabe ejercer de gregario

Cuarto triunfo del curso para Ayuso, credenciales idénticas a las de su compañero Tadej Pogacar. El español se ha impuesto en el Trofeo Laigueglia, en la Drôme Classic y en la sexta etapa y la general de la Tirreno-Adriático; el esloveno, en la Strade Bianche y en dos jornadas y la general del Tour de Emiratos Árabes Unidos.

Ayuso vence y los aficionados se ilusionan con el nuevo ídolo, tan parecido, tan ambicioso como Contador. Ambos son los mejores contrarrelojistas entre los escaladores. Ayuso, que sólo ha comenzado a crecer, tampoco se asusta en la asunción de responsabilidades y reclama un equipo a su disposición. Es un líder que no sabe ejercer de gregario, por eso la dirección del UAE le ha diseñado una temporada en la que apenas coincidirá con Pogacar. El 24 de marzo acudirá a la Volta a Catalunya, donde pugnará con Primoz Roglic y Jonas Vingegaard (si se recupera bien de la caída en París-Niza), y luego afrontará su primer Giro de Italia.

Ayuso, a sus 22 años, cinco meses y 28 días, se ha convertido en el sexto ganador más joven de la historia de la Tirreno-Adriático, un peldaño por detrás Pogacar, que ganó, en 2021, con 22 años, cinco meses y 23 días. Una ronda que sonrió por quinta vez al ciclismo español, las anteriores ediciones favorables fueron las de 1991, con triunfo de Herminio Díaz Zabala; la de 2000, con Abraham Olano; la de 2005, con Óscar Freire, y la ya comentada de 2014, con Contador.

''En el comienzo de la temporada trabajé duro para conseguir el triunfo en la Tirreno-Adriático, que era mi primer gran objetivo. El esfuerzo ha tenido sus resultados'' dijo Ayuso tras enfundarse el maillot azzurro el pasado sábado en una ronda en la que siempre ha tenido estrella. El pasado año finalizó segundo, tras Vingegaard, y superó a Filippo Ganna en la contrarreloj inaugural (en esta edición se intercambiaron las posiciones). El español se siente muy cómodo en Italia, su gran rampa de lanzamiento. En 2021, cuando militaba en el Colpack Ballan, arrasó en el Baby Giro al imponerse en la clasificación general y en tres etapas. Tras su espectacular victoria pasó al primer equipo del UAE, donde cautiva por su descaro.

Ayuso, suma y sigue en una campaña que promete sensaciones intensas.

Almeida derrota a Vingegaard en un caótico final de etapa de la París-Niza

Almeida derrota a Vingegaard en un caótico final de etapa de la París-Niza

El descontrol y el caos se adueñaron de la primera etapa de montaña de la París-Niza, ganada por el portugués Joao Almeida, que superó en el último suspiro a Jonas Vingegaard, el danés es el nuevo líder de la ronda francesa.

Venció el escalador luso en una jornada en la que la organización de la prueba generó un gran desconcierto al neutralizar la carrera a falta de 45 kilómetros para la meta debido a sendos accidentes ocasionados por un vehículo y una motocicleta.

En plena tormenta de agua y nieve, los ciclistas fueron detenidos (algunos, como Vingegaard se protegieron en el coche de su equipo) y minutos después se les ordenó avanzar, pero sin validar los tiempos, hasta 28,8 kilómetros de la llegada, 16 kilómetros inútiles. Entonces, el director de la carrera, ante las protestas de varios ciclistas, como Iván Romeo, volvió a parar el grupo y a relanzar la carrera, según el orden que estaba establecido antes de las incidencias. Por delante del pelotón iba un grupito de fugados, integrado, entre otros, por Guernalec, Swift, Leknessund, Tarling y Foss.

Seis ascensiones

Vuelta a empezar después de más 100 kilómetros transcurridos desde la salida de Vichy, con un grupo cabecero comandado por el Visma del líder, Matteo Jorgenson, que avanzaba hacia la estación de esquí de La Loge Des Gardes, en las cercanías del Loira y el Puy-de-Dôme, un puerto de primera categoría con 6,7 kilómetros al 7% de desnivel medio. El trayecto de la jornada también incluyó las ascensiones a seis puertos: cuatro de tercera categoría, dos de segunda.

En la última subida, Vingeggard, siempre pendiente de su compañero Jorgenson, sorprendió a sus rivales con dos acelerones a falta de 3.000 metros para la cima. Se fugó, pero nunca superó los 10 segundos de ventaja. El danés, que quiso lanzar un mensaje de autoridad a Tadej Pogacar, no calculó bien sus esfuerzos y a falta de 100 metros su superado por Almeida, el gregario del esloveno en el UAE. Al menos, Vingegaard tuvo la recompensa del liderato de a prueba que finalizará el próximo domingo.

A la espera de Frontignano

La lluvia y el frío también condicionaron el desarrollo de la tercera etapa de la Tirreno-Adriático, la jornada maratón, con 237 kilómetros de recorrido entre Follorica y Colfiorito. El pelotón decidió imprimir una marcha sin ritmo por la adversa climatología y sólo se animó un poco a falta 50 kilómetros, con la fuga de Pietrobon y De Bondt, siempre bajo el control del Ineos de Filippo Ganna. Juan Ayuso ya avisó en la salida que el escenario no era el adecuado para presentar batalla, todo será diferente el próximo viernes, con la llegada a Pergola, y el sábado, con final en la cima de Frontignano.

La clausura, en el Valico de Colfiorito, una subida tendida de 17 kilómetros, sin pendientes acusadas, en el parque Regional de Umbría, Ganna desafió al grupo de los mejores con un ataque a falta de tres kilómetros que fue respondido primero por Ayuso y luego por Van der Poel. En el arreón definitivo el más rápido fue el italiano Andrea Vendrame. Roger Adriá fue quinto y Alex Aranburu, octavo

Pogacar, herido por una aparatosa caída y tras un gran ejercicio de coraje, vence en el 'sterrato' de la Strade Bianche

Pogacar, herido por una aparatosa caída y tras un gran ejercicio de coraje, vence en el ‘sterrato’ de la Strade Bianche

Se huye por miedo, para evitar un daño, para superar traumas, para olvidar. Tadej Pogacar huye por placer, por necesidad vital, para ratificar su poderío. Todo por el espectáculo. Lo suyo no son conquistas, son exhibiciones, como la rubricada este sábado en la apertura de las grandes clásicas de la temporada.

La victoria más dolorosa, manchada de sangre, en la fantástica Strade Bianche. Un triunfo que humaniza al corredor más prodigioso, que impuso su jerarquía tras cometer un error en la trazada de una curva que estuvo cerca de arruinar toda su temporada. Una caída que precedió a otra fuga de coraje, a 18 kilómetros de la conclusión, que supuso su tercer título consecutivo en la clásica del sterrato, igualando el récord de Fabian Cancellara.

Segundo fue el británico Tom Pidcock, a 1.22 minutos. El tercero, Tim Wellens (campañero de Pogacar en el UAE), a 1.10. Quinto, Pello Bilbao y décimo, Roger Adriá.

Pogacar es un espectáculo hasta en las situaciones más hostiles. A falta de 49 kilómetros para la meta en la medieval Piazza del Campo de Siena, el esloveno inclinó demasiado su bicicleta en una curva descendente, la rueda delantera se deslizó hacia la izquierda y se cayó, golpeándose el hombro, la rodilla y el codo izquierdos en el asfalto; luego salió despedido, tras una acrobática voltereta, hacia unas zarzas. Tom Pidcock logró esquivarle gracias a esa habilidad adquirida en el ciclocrós.

Pogi, con el susto en el cuerpo, se levantó enseguida y un kilómetro después contactó con Pidcock, que decidió esperarle porque sabía que era más conveniente avanzar en su compañía cuando aún restaba la parte más exigente de la prueba italiana.

Roger Adriá, espléndido

Una clásica en la que el catalán Roger Adrià estuvo espléndido, siempre en el grupo cabecero y cerca de Pogacar. Sólo quedó descolgado del líder del UAE cuando el fenómeno atacó a falta de 78 kilómetros para neutralizar a un grupito de fugados y romper la prueba.

Tras la caída que determinó el desarrollo de la Strade Bianche, el británico y el esloveno caminaron en sintonía entre las polvaredas que simulaban incendios forestales en las colinas verdes de la Toscana, hasta el sector 15 de sterrato, en el Colle Pinzuto, cuando el maillot arco iris descolgó al británico con esos arreones que carecen de réplica. Medio minuto en 2, 5 kilómetros.

''No es una vergüenza quedar por detrás de Pogacar'', decía el italiano Alberto Bettiol en la víspera de la clásica de la carreteras blancas, que esta edición resultó más dura que las anteriores por la presencia de nuevos ascensos de tierra. Estas novedades provocaron que Van der Poel y Van Aert no se presentaran, ya que el recorrido parecía más apropiado para escaladores que para clasicómanos. .

Una Strade Bianche en la que Pogacar brilla como nadie en esa icónica ascensión a Via Santa Caterina, que siempre acapara una de los imágenes más impactantes de la temporada, y en la monumental Piazza del Campo de Siena. 92 triunfos en su magnífico palmarés.

Pirimer triunfo de las ocho clásicas que tiene previsto afrontara en este curso. Las siguientes serán Milán-San Remo, E3 Harelbeke, Gante-Wevelgem, Tour de Flandes, Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja. Casi nada.

Arranca el festival de las clásicas con el 'sterrato', las cabalgadas antológicas y el descomunal reto de un genio voraz

Arranca el festival de las clásicas con el ‘sterrato’, las cabalgadas antológicas y el descomunal reto de un genio voraz

Sterrato, adoquines, muros, abanicos, toboganes, dientes de sierra, precipicios, maratón de kilómetros. Las clásicas han dejado de pertenecer a los panenkitas del pedal para cautivar al gran público. Las carreras de un día atrapan por su intensidad y por la presencia de una generación de ciclistas ansiosos de mostrar su voracidad en todos los escenarios. Mathieu van der Poel, Wout van Aert, Remco Evenepoel,Tom Pidcock contra el majestuoso Tadej Pogacar. Jonas Vingegaard, Primoz Roglic, Juan Ayuso, Carlos Rodríguez o Ben O'Connor prefieren las pruebas de una semana para preparar Giro, Tour o Vuelta.

El bloque principal de la nueva temporada de las clásicas de primavera, que arranca este sábado con la espectacular Strade Bianche, aparece iluminado por la presencia de Pogacar, que ahora replica a los corredores de otras épocas y se vuelca como nunca en las pruebas de un día, con ocho citas, más que nadie entre los grandes del pelotón. El estandarte del UAE garantiza escapadas antológicas. El fondista muta en clasicómano insaciable y anuncia que acudirá a tres Monumentos: Milán-San Remo, Tour de Flandes y Lieja-Bastoña-Lieja (al Giro de Lombardía irá a mediados de en octubre) y no descarta la París-Roubaix. Nunca ha participado en el Infierno del Norte por temor a las caídas y a un brutal desgaste físico. Lo previsible es que deje aparcado el examen de los terroríficos tramos de pavés.

En el calendario de las clásicas del esloveno, que en febrero se anotó dos etapas y la general del UAE, también figuran Strade Bianche, E3- Herelbeke, Gante-Wevelgem, Amstel Gold Race y Flecha Valona. El segundo en este ranking de participación es el británico Pidcock, con siete clásicas de primavera; Van Aert se queda con seis; Van der Poel y Evenepoel suman cuatro.

Pogacar arranca su festival con la Strade Bianche, la clásica moderna y más atractiva, con sus selectivos tramos de sterrato. Son 213 kilómetros, con salida y llegada en la Piazza del Campo de Siena, con 82 kilómetros de firme de tierra compactada, divididos en 16 sectores. El esloveno persigue su tercer título en la que antes se llamaba L'Eroica, los anteriores los ganó en 2022 y en 2024.

Pidcock, Richard Carapaz y el polaco Michal Kwiatkowski (también cuenta con dos victorias en la prueba de la medieval Siena) parten como principales adversarios del esloveno en los cautivadores parajes de la Toscana. La representación española está liderada por Pello Bilbao (esta es una sus carreras preferidas), Pelayo Sánchez y Mikel Landa. El escalador de Murguía abre el curso asumiendo el liderazgo del Soudal Quick-Step debido a que Evenepoel aún se recupera de las fracturas en varias costillas, omóplato derecho y mano derecha, contusiones en los pulmones y una luxación clavícula producidas el pasado diciembre en un entrenamiento.

Una de las pocas obsesiones de Pogacar es conquistar la Milán-San Remo, la clásica que menos que se acomoda a sus características y que siempre cuenta con una elevada nómina de candidatos. En la Classicissima ha sido, decimosegundo, quinto, cuarto y tercero. En esta edición pugnará, entre otros, con Pidcock, Alaphilippe, Mohoric y Van der Poel.

El fenómeno holandés dosifica y selecciona su munición, dado que después de la prueba italiana sólo acudirá a la E3- Herelbek, Tour de Flandes y París-Roubaix. En Flandes, donde defiende título, se enfrentará a Pogacar y en la cita cumbre de los tramos de pavés (ganador en 2023 y 2024) desafiará a Van Aert y otras locomotoras, como Tim Merlier, Mads Pedersen o Jasper Philippsen (segundo en 2023 y 2024). La gran apuesta española será Oier Lazkano -se marchó del Movistar para unirse al Bora de Primoz Roglic-, que debutó en los abombados caminos de tractores de Roubaix en 2023 (finalizó en la posición 102) y que el pasado año se vio obligado a abandonar. Esta es la cita que más atrae a Iván García Cortina (Movistar), que ya suma siete participaciones, la mejor la de 2022, en la que terminó en 25º.

La clausura de París-Roubaix abre la puerta al Tríptico de las Ardenas, con Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja (las únicas clásicas a las que acudirá Enric Mas), territorio el que antes se exhibía Alejandro Valverde y por el que ahora se pelean Pogacar, Van der Poel, Van Aert, Evenepoel y Pidcock. La primavera de los prodigios ya está aquí.

Vingegaard responde al desafío de Pogacar con una exhibición en el estreno de la temporada

Vingegaard responde al desafío de Pogacar con una exhibición en el estreno de la temporada

La victoria como rutina entre los grandes, que se desafían desde la distancia. Tadej Pogacar contra Jonas Vingegaard en un domingo de extraordinarias clausuras. A mediodía, el esloveno se adjudicó la última etapa del Tour de Emiratos Árabes Unidos, con final en la cima de de Jebel Hafeet, y la clasificación general de la ronda del desierto. Por la tarde, el danés volvió a reencontrarse con las mejores sensaciones y se impuso en la contrarreloj que cerraba la Vuelta al Algarve, victoria y general de la prueba lusa para el líder del Visma. Imposible mejorar el estreno de curso de dos adversarios que volverán a retarse en el Tour de Francia.

Pogacar (26 años), que ya se impuso en la prueba organizada por el país que patrocina a su equipo UAE en las ediciones de 2021 y 2022, firmó otra exhibición con un ataque desde lejos y sumó su triunfo 91, antes del final de la temporada espera alcanzar la centena. Él no se cansa y avisa a sus adversarios que hasta las vísperas del Tour de Francia se centrará en las clásicas de un día. «No disputaré ninguna carrera por etapas hasta el Dauphiné (del 8 al 15 de junio). Hasta entonces, estaré en modo clásicas. Participaré en la mayor parte de ellas», declaró a los micrófonos de la organización, dejando en el aire su posible salida en la París-Roubaix (13 de abril).

El campeón del mundo en ruta atacó a ochos kilómetros de la meta sin la oposición de sus rivales. El italiano Giulio Ciccone fue segundo y el vasco Pello Bilbao, tercero.

Vingegaard, que todavía recuerda la maldita caída del pasado año en el País Vasco, conquistó la Vuelta al Algarve tras vencer en una crono de 20 kilómetros, cuyos últimos 4.000 metros fueron en subida, con meta en el Alto de Malhão. En la etapa, el danés invirtió un tiempo de 28 minutos y 25 segundos, 11 segundos menos que su compañero Wout Van Aert y 15 menos que el italiano Antonio Tiberi. Primoz Roglic estuvo flojo y terminó decimosegundo, a 50 segundos de Vingegaard. En la general, el jefe de filas del Visma aventajó al portugués Joao Almeida y al belga Laurens De Plus.

"Ha sido un día muy bueno para mí y para el equipo. Estoy muy feliz y orgulloso de mi rendimiento. Mi hija me dijo esta mañana que tenía que ganar y esto me ha dado fuerza", apuntó Vingegaard tras el triunfo.

Por otra parte, el francés Pavel Sivakov, compañero de Pogacar en el UAE, ganó la Vuelta a Andalucía, cuya última etapa se anotó el vizcaíno Jon Barrenetxea (Movistar).

Pogacar, insaciable, vence en su tercer día de competición y ya intimida a sus enemigos

Pogacar, insaciable, vence en su tercer día de competición y ya intimida a sus enemigos

En el rosado macizo de Jabel Jais, el fenómeno inauguró su casillero sólo tres días después del estreno de su temporada. Tadej Pogacar, en su primera ascensión del curso, volvió a imponer su eléctrica velocidad en subida, sumó su victoria 89 en su palmarés y envió un mensaje intimidador a sus enemigos.

Fiesta en Emiratos Árabes con la nueva exhibición de su estrella. El esloveno, a medio gas y dosificando esfuerzos, venció en la pétrea montaña de Omán, con 20 kilómetros de longitud y un 5% de pendiente media, surcada por una carretera de cuatro carriles con un asfalto perfecto. Una ascensión prolongada, sin paredes, en la que el UAE impuso un ritmo de desgaste. Pogacar sólo cedió los primeros puestos del pelotón a falta de cuatros kilómetros. No atacó de lejos, como en otras ocasiones, sólo le bastó con un sprint a falta de 200 metros. Segundo fue el británico Oscar Onley (Picnic PostNL). Iván Romeo (espléndido) fue séptimo y Pablo Castrillo, octavo. Pogacar, que es el nuevo líder de la carrera, invirtió en la subida un tiempo de 41 minutos y 36 segundos, pero el récord de ascensión fue para el colombiano Einer Rubio, con 41.07, que sufrió un percance mecánico al comienzo del puerto y que tuvo que escalar prácticamente en solitario, sin apenas ayuda de sus compañeros del Movistar, para reengancharse al grupo de los mejores.

Pogacar, que esta temporada, quiere alcanzar los 100 triunfos, es el gran favorito para conquistar la ronda del país que patrocina su equipo y que finaliza el próximo domingo, con otra subida en alto: Jebel Hafeet.

Pogi asusta mientras sus rivales comienzan a desperezarse. Este miércoles, Jonas Vingegaard y Primoz Roglic levantaban el telón en la Vuelta al Algarve en una primera etapa ganada por Filippo Ganna. El italiano se aprovechó de un error de la cabeza del pelotón, que tomó una trazada equivocada poco antes de la meta en Lagos.

La jornada se completó con el arranque de la Vuelta a Andalucía, con una etapa de cinco puertos, ganada por el belga Maxim Van Gils (Red Bull-Bora-Hansgrohe). Enric Mas (Movistar) y Tom Pidcock (Q36.5) son los principales reclamos de una prueba que celebra su centenario.

Pogacar, con nueva máquina, arranca un curso en el que sus asustados enemigos le evitan y busca la mágica victoria 100

Pogacar, con nueva máquina, arranca un curso en el que sus asustados enemigos le evitan y busca la mágica victoria 100

Tadej Pogacar levanta el telón y sus enemigos le evitan. El ciclista sin límites abrió ayer una temporada de largo recorrido en la que defenderá su reinado y peleará por adornar su espléndido palmarés con un número simbólico: 100 victorias. El esloveno ya cuenta con 88 triunfos y en el nuevo curso tiene previsto participar en una docena de pruebas, el doble que sus principales rivales. Esa cifra redonda está al alcance de un corredor que emula a los antiguos, con un calendario de principio a fin de temporada: desde febrero a octubre sin descanso. En la temporada pasada sumó 25 victorias, con menos de la mitad sería centenario.

El líder de la escuadra de Emiratos Árabes se estrenó ayer en el Tour de UAE, una prueba de segundo nivel a la que debe acudir como contraprestación por haber rubricado el contrato más elevado del pelotón: ocho millones de euros anuales hasta 2030. En la ronda del desierto ha estrenado una bicicleta de última generación, una Colnago aerodinámica como ninguna. Los medios más selectos para el corredor más versátil. Con su nueva máquina pretende imponerse en la contrarreloj de hoy del Tour de UAE de 12,2 kilómetros y en las dos etapas de montaña de mañana, con final en Jebel Jais, y del domingo, en Jebl Hafeet, y en alguna de las clásicas de primavera.

Y es que este año, Pogacar apostará, como nunca, por las pruebas de un día: Strade Bianche, Milán San Remo, E3 Saxo Classic, Gent-Wevelgem, Tour de Flandes, Amstel Gold Race, Flecha Valona, Lieja-Bastoña-Lieja, Mundial de ruta de Kigali (Ruanda) y Giro de Lombardía. Marcada en rojo está la fecha de la Milán-San Remo (22 de marzo), un Monumento que se le resiste y con el que empieza a obsesionarse, en cuatro participaciones ha sido decimosegundo, quinto, cuarto y tercero. El bebut en la París-Roubaix queda aplazado por mejor ocasión

Antes de afrontar la conquista de su cuarto Tour de Francia sólo participará en una ronda de una semana: Critérium Dauphiné (8-15 de junio). Esta prueba será la única en la que coincidirá con Jonas Vingegaard antes de la salida del Tour. El danés ha preferido esquivar al esloveno y completar una hoja de ruta con carreras de una semana: Vuelta al Algarve (comienza mañana), París-Niza y Volta a Catalunya. Su intención es acudir a la Vuelta a España, cita aún no confirmada por Pogacar. Esta es la única de tres grandes rondas que Pogi no ha ganado y eso le motiva, pero todo dependerá de los resultados y el desgaste del Tour.

Primoz Roglic también se estrenará en el Algarve y luego irá a la Volta, al Giro de Italia y al Tour. No coincidirá con Pogacar hasta la Grande Boucle. Si es seleccionado para el Mundial en ruta (perfil montañoso) debería colaborar con Pogacar para reeditar el título del curso pasado.

En la nómina de los Big Three oponentes de Pogacar, Remco Evenepoel es el que menos le evitará, dado que coincidirá con el esloveno en Amstel Gold Race, Flecha Valona, Lieja-Bastoña-Lieja y Critérium Dauphiné. El Mundial volverá a ser uno de los principales objetivos de fenómeno belga, que ha comenzado la campaña lastrado por las fracturas de clavícula, costilla, omóplato y mano derecha producidas en un entrenamiento en diciembre.

Wout Van Aert, que ayer acaparó protagonismo en la Clásica de Jaén, hará doblete con Giro y Tour y se peleará con Mathieu van der Poel en el Tour de Flandes, París-Roubaix, Mundial y la conquista de etapas en la Grande Boucle.

Entre los españoles, el que más veces coincidirá con Pogacar será Enric Mas, que se ha propuesto participar en Vuelta a Andalucía, la clásica Faun Drôme, la Volta a Catalunya, País Vasco, Amstel Gold Race, Flecha Valona, Lieja, Critérium Dauphiné, Tour de Francia, Vuelta y Lombardía. Carlos Rodríguez, que ayer debutó en el Tour de UAE, se ha decantado por la Volta, País Vasco, Tour y Vuelta a España. Juan Ayuso tiene un calendario opuesto a su compañero Pogacar, con participaciones en las clásicas Faun Ardèche y Faun Drôme y las rondas de Tirreno-Adriático, Volta y Giro de Italia. En principio, será el líder del UAE en la corsa rosa, donde competirá con Roglic, ganador de la edición de 2023.

El VAR ciclista

Actualizado Domingo, 16 febrero 2025 - 18:49

Para el aficionado común, e incluso para muchos de los más conspicuos, la temporada ciclista comienza realmente cuando debutan las mayores estrellas. Pues bien, este mismo lunes arrancan Wout van Aert y Tadej Pogacar. El belga, en la Clásica de Jaén. El esloveno, en el Tour de los Emiratos. El miércoles, en el Algarve, se estrenan Jonas Vingegaard y Primoz Roglic.

Los restantes miembros del 'Big 6', o 'Fab 6', Mathieu van der Poel y Remco Evenepoel, aguardarán a algunas de las clásicas de primavera para asomar por la ruta. Unos y otros, repartidos, mezclados, se irán viendo las caras aquí y allá a lo largo del curso. Coincidirán todos en un Tour apasionante. Y probablemente en el Mundial.

La campaña 2025 aporta una novedad. El color amarillo, el más emblemático del ciclismo, asociado generalmente al liderato en las carreras, se ha incorporado al reglamento en forma de tarjetas. Una especie de VAR con el propósito de velar por la seguridad general. Especialmente la del ciclista, el actor principal y el más asomado y próximo al peligro. El más vulnerable. El más castigado.

Bajo el nombre de SafeR, se trata de una iniciativa conjunta de la Unión Ciclista Internacional, la Asociación de Organizadores de Carreras y la de Equipos Profesionales. En 21 supuestos, después de la competición, no como en el VAR, y en virtud de un estudio de lo acontecido, las tarjetas pueden acarrear sanciones de diversa índole, cuantía y duración. Iván Romeo ha tenido el dudoso honor de ser el primer español castigado. Empujar al belga Gianni Vermeersch durante la Vuelta a la Comunidad Valenciana le acarreó una multa de 200 francos suizos y la pérdida de siete puntos en la clasificación.

Vicios del oficio. A fin de tratar de cambiar las malas y arraigadas costumbres que abundan en la caravana por parte de los mismos ciclistas y de toda clase de gente al volante, las tarjetas amarillas son una bienintencionada intrusión en un deporte que ya dispone de suficientes medidas punitivas como para embrollarlo adoptando otras. Un loable procedimiento disuasorio, pero farragoso y prolijo en la detección y procesamiento de los actos y en el dictamen de las culpas.

Un instrumento que se verá a menudo sujeto a las mismas interpretaciones que han hecho del VAR un irritante generador de confusión y polémica. En un terreno de juego delimitado por líneas estrictas, el VAR sólo es aceptable si acata la geometría, no si se interna en la psicología de los cerebros en ebullición o se entromete en la mecánica de los cuerpos en movimiento.

En el ciclismo, en la barahúnda de personas y máquinas, en la mezcolanza de complexiones y colores será muy difícil distinguir las maniobras evasivas de las intrusivas. Las defensivas, de las agresivas. Los roces inevitables, de los empellones arteros. Los bandazos y, en lenguaje aeronáutico, alabeos y guiñadas, de las imprudencias temerarias.

Al final del curso, a tenor del comparativo número de fracturas y erosiones, veremos si el amarillo cuaja como factor de alta protección, o si continúa siendo un cálido color que comparte el brillo del sol y el oro. Metáforas universales de la gloria y el dinero.