El nuevo Bellingham: descanso, gimnasio, "confianza" en Pintus y adiós a la aparatosa protección del hombro

El nuevo Bellingham: descanso, gimnasio, “confianza” en Pintus y adiós a la aparatosa protección del hombro

Varsovia descubrió a un nuevo Jude Bellingham. Descansado, ágil, organizador de juego, llegador... Inició la jugada del 1-0 de Valverde y asistió a Mbappé en el 2-0 para sentenciar la primera Supercopa de Europa de su carrera. El británico jugó su mejor partido en muchos meses, palabras mayores para alguien que anotó 23 goles la pasada campaña. Dio más pases que nadie en los últimos metros del campo (16), fue el que creó más ocasiones (3) y lanzó dos veces a portería, aunque no tuvo suerte para marcar. Dio igual, se llevó un merecido MVP.

Curiosamente, la gran actuación de Bellingham coincidió con la liberación que sintió por fin en el hombro izquierdo. El inglés ha jugado nueve meses con una aparatosa protección en esa zona que le impedía moverse con total normalidad. Contra el Atalanta, por fin se atrevió a jugar sin ella. Y el resultado no pudo ser mejor.

Para saber más

«He trabajado muchísimo durante las vacaciones y la pretemporada. La protección era una prevención, porque al final de la temporada me sentía un poco mal y eso me ayudaba», explicó en la sala de prensa del Estadio Nacional.

Bellingham jugó con molestias en el hombro desde el 5 de noviembre, cuando sufrió una luxación en el duelo ante el Rayo Vallecano, hasta la final de la Eurocopa contra España, el pasado 14 de julio. Y siempre había llevado la protección, que le aportaba seguridad en los movimientos y en las caídas, pero le quitaba agilidad.

'No' al quirófano

Se rumoreó con la posibilidad de pasar por el quirófano, pero los servicios médicos del club y el propio futbolista lo descartaron en todo momento. El inglés sólo necesitaba descanso. Rechazó parar durante el tramo más importante de la temporada y siguió jugando a pesar de que cansancio del año (y del hombro) le limitaba. Tanto con el Madrid como con Inglaterra se le vio en una versión un tanto inferior a la mostrada en el inicio del curso, pero aún así asistió a Vinicius en la final de Champions y anotó varios goles clave para su selección en la Eurocopa.

En el resumen del final de su primera temporada en el Madrid, Bellingham acabó con 23 goles, 13 asistencias, más de 3.500 minutos y problemas físicos en el hombro y en el tobillo que le lastraron durante parte del curso.

Gimnasio y Pintus

Llegaron entonces las tres semanas de vacaciones entre el torneo y el inicio de la pretemporada con el Madrid, y Bellingham ha mezclado el descanso que necesitaba con largas horas de gimnasio para fortalecer la zona. Adiós a la protección. «Confío en el trabajo que estoy haciendo con Pintus en el gimnasio y ya me quiero centrar en el fútbol lo máximo posible», admitió tras el duelo en Varsovia.

Y el fútbol le tiene preparado un nuevo desafío para esta temporada. La llegada de Mbappé y la confianza de Ancelotti en Rodrygo hacen entrever un 4-3-3 de manera regular en el conjunto blanco. Eso quiere decir que Bellingham abandonará ese pico del rombo que le hizo pichichi madridista el año pasado y será parte del trío del centro del campo junto a Tchouaméni y Valverde. Así fue en Varsovia.

Sin Kroos, el Madrid necesita que el uruguayo y el inglés asuman más responsabilidad en la salida de balón, y Bellingham se echó a los hombros la Supercopa en la segunda parte. Bajó a recibir, fue capaz de controlar de espaldas y de romper líneas con balón, filtró a los tres atacantes y llegó al área. Lo que había hecho la temporada pasada unido a una mayor presencia en la construcción. Todo en uno. Y Ancelotti, que se acercó a él al final del duelo para elogiarle, se mostró feliz por resolver con acierto, al menos en esta ocasión, uno de los grandes interrogantes de la temporada: ¿Cómo jugará el Madrid sin Kroos? «Me he acercado a él porque ha hecho una gran segunda parte», dijo el técnico italiano.

«Haré lo que quiera Ancelotti. Jugaré en cualquier sitio, no hay problema. Cuando hace falta puedo ir más arriba, y cuando se necesite, puedo ayudar en la elaboración. Siempre estaré involucrado y eso es lo importante para mí, el intentar ayudar al equipo. No me importa la posición», reflexionó el británico ante los medios, donde elogió a Mbappé, su socio en el 2-0. «Kylian es increíble. Tenemos un equipo renovado este año y esta noche pareció funcionar, pero lleva tiempo», avisó. De momento, otro título.

El debut soñado de Mbappé, ‘MVP’ Bellingham y la comparación con el ataque de 2014: “No tenemos límite”

Actualizado Jueves, 15 agosto 2024 - 01:39

Kylian Mbappé era un hombre feliz ayer sobre el césped del Estadio Nacional de Varsovia. El francés fue titular con el Real Madrid en su primer partido oficial y vio portería para sentenciar al Atalanta. "Es una gran noche. Esperaba este momento desde hace mucho tiempo. Jugar con este escudo, con este equipo, ganar un título... Aquí hay que ganar siempre", analizó después del duelo.

Y es que se trata del primer título europeo para Mbappé, que en todas sus temporadas en Francia no había conseguido levantar ninguno. Quizás por eso, Carvajal, segundo capitán por detrás de Modric, se apresuró a darle la copa después de levantarla junto al croata al cielo de Polonia.

Para saber más

Para el delantero galo, este Madrid "no tiene límite". "Es un placer jugar aquí. Tenemos a los mejores jugadores en todas las posiciones. Somos el Real Madrid y no tenemos límite", dijo, y tampoco se quiso poner un techo de goles. "¿50? Si puedo marcar 50, pues 50. Lo importante es ganar".

A unos metros, Florentino Pérez, arquitecto de este SuperMadrid, no podía ocultar su alegría. "Es una victoria y un título que nos dará mucha energía para una temporada larga y complicada", aseguró, antes de alabar la "universalidad" de su equipo. "Tenemos una gran plantilla y así nos lo reconocen los aficionados de todo el mundo, desde la gira por Estados Unidos a esta Supercopa en Polonia".

"He visto a Mbappé muy feliz, no es fácil estrenarse así", le elogió el presidente. El galo marcó el 2-0 a pase de Jude Bellingham, elegido MVP del encuentro. El británico, que jugó por primera vez sin la protección en el hombro que sí usó en el final de la temporada y en la Eurocopa, estuvo sensacional. "La protección era por prevención. Ahora me encuentro bien. He trabajado muchísimo en las vacaciones, en el gimnasio y ahora con Pintus. Al final de la temporada me sentía un poco mal y la protección me ayudaba, pero ahora me quiero centrar en el fútbol lo máximo posible", reflexionó el inglés en la sala de prensa.

El de Birmingham fue cuestionado por su posición, algo más retrasada que el curso pasado: "No me importa la posición. Antes tampoco es que fuera delantero. Me siento cómodo en cualquier sitio porque yo lo que quiero es ayudar a mi equipo", declaró.

"Es increíble jugar con Kylian"

La conexión entre Vinicius, Mbappé y Bellingham es clave y entre todos se elogiaron. "Es increíble jugar con Kylian. Ves los detalles, la velocidad, el talento, es un líder, se comunica... La gente llevaba hablando mucho tiempo de él y es genial verle aquí por fin. Seguro que consigue más goles", comentó Bellingham sobre el galo, que ya había dicho que "tenemos a los mejores en todas las posiciones".

Bellingham y Mbappé, junto a Vinicius, Rodrygo y Valverde, forman un ataque demoledor que ha obligado al cuerpo técnico de Ancelotti a buscarle competidores en la historia reciente del Madrid. "En la previa hablábamos con el staff intentando comparar el equipo de 2014 con este y es complicado. En 2014, la plantilla era fantástica y el ataque con Bale, Benzema y Cristiano era excepcional. Lo que no cambia en este club es la calidad del equipo", admitió el italiano, que con el triunfo en Polonia iguala los 14 títulos de Miguel Muñoz, el que más en la historia del conjunto blanco.

La única preocupación del duelo para Ancelotti fue la primera parte, en la que al equipo le costó salir jugando desde atrás y buscó balones en largo a la espalda de la defensa italiana. No salió demasiado bien y hasta que el Atalanta se quedó sin aire, los blancos no pudieron romper el duelo. "Había muchos duelos uno contra uno y era difícil encontrar superioridad con posesión, así hemos pensado en buscar balones a la espalda y no ha salido bien en la primera parte. Pero luego ellos acusaron el cansancio y con espacios lo hicimos muy bien. Con espacios, Rodrygo, Vinicius y Mbappé son muy peligrosos", valoró el entrenador.

Los tres fenómenos

Los tres fenómenos

Impresionantes exhibiciones de las tres estrellas rutilantes del Real Madrid. Por supuesto, Bellingham, Vinicius y Mbappé, que se habrá dado cuenta de que ha perdido muchos títulos por tragar con los millones de petrodólares de un estado corrupto como el de Qatar

Los tres fabulosos, los tres fenómenos, resolvieron un partido que se apostó imprevisiblemente como peligroso. Es el sexto título, récord absoluto, que cuenta con el gen invencible en l

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Bellingham echa el agua en la pila bautismal a Mbappé

Bellingham echa el agua en la pila bautismal a Mbappé

La primera vez de Mbappé fue como la primera vez de Bellingham, al que el francés debe el gol y el Madrid, la claridad en una Supercopa que arrancó errática y se iluminó con la mirada del inglés. Es la mejor noticia de un título que suma, pero no resta, porque la estrella necesita el gol lo antes posible. No es bueno dejar espacio a las dudas. Mbappé es un solista, el mejor, en un ataque de solistas a los que es necesario acompasar en el campo. N

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El SuperMadrid vive su Big Bang en Varsovia: Bellingham, Vinicius y Mbappé pasan por encima del Atalanta

Actualizado Miércoles, 14 agosto 2024 - 23:05

El SuperMadrid de Florentino Pérez ya tiene su primer título. Una Supercopa de Europa nacida de los pies de sus grandes estrellas. Bellingham se echó el equipo a la espalda, Vinicius asistió en el 1-0 de Valverde y Mbappé sentenció al Atalanta con un tanto tras asistencia del británico. Un triunfo perfecto para confirmar el Big Bang de la nueva galaxia madridista.

Carlo Ancelotti entregó a la afición del conjunto blanco su alineación deseada. Courtois, Carvajal, Militao, Rüdiger, Mendy, Tchouaméni, Valverde, Bellingham, Rodrygo, Vinicius y Mbappé. Los 'Galácticos 2.0', a falta del lesionado Camavinga. Como si Varsovia fuera Tokio en el verano de 2003, una ciudad entregada a la galaxia blanca para una amistoso contra el Dragon Team nipón, con Mbappé en el papel del debutante David Beckham.

Pero el calendario futbolístico exprime tanto a jugadores y clubes que el debut de la nueva estrella del conjunto blanco llegó en la Supercopa de Europa ante el guerrero Atalanta de Gasperini. El italiano no entiende de agostos ni de pretemporadas, y en el Estadio Nacional de Polonia obligó a los suyos a marcar al hombre a sus rivales. Así le ganó una Europa League al invicto Leverkusen de Alonso. Mordiendo sin respiro.

Sufrió ahí el Madrid en la primera parte, en el debut veraniego de Carvajal, Mendy, Tchouaméni, Bellingham, Valverde y Mbappé y en el primer día en la vida sin Toni Kroos. Cómo responderá el conjunto blanco a la ausencia del alemán es una de las grandes preguntas de la temporada. En Varsovia, la plantilla contestó con contundencia.

Y eso que el inicio fue difícil. La presión al hombre del Atalanta y la falta de frescura en las piernas madridistas dejaron un duelo de balones largos, de imprecisiones y de pocas ocasiones. Todo lo que el espectador no quería. Ante la presión rival, Courtois buscó mucho los pases largos a sus delanteros. Sólo por acercar la jugada a la meta rival. Así pudo respirar el Madrid, incómodo.

El Atalanta encontró sus opciones en los despistes madridistas. Un centro de De Roon dio en Militao y terminó impactando en el larguero para susto de los de Ancelotti, que buscaban soluciones en salida de balón. Rüdiger avanzando hasta el mediocentro, Militao en banda para buscar el balón largo, Vinicius bajando a recibir...

Antes del descanso, Rodrygo pudo poner el 1-0 tras un gran pase de su compatriota con el exterior, pero remató al larguero.

Tras el intermedio, Courtois, como en los viejos tiempos, salvó a su equipo con un vuelo extraordinario a un cabezazo de Pasalic. Fue la gran opción del Atalanta, que hincó la rodilla cuando sus pulmones no le permitieron llegar a marcar al hombre, generando espacios entre su centro del campo y su defensa. Un defecto que nadie castiga como el Madrid.

Bellingham, MVP

Creció Bellingham en ese momento, asumiendo en sus hombros la responsabilidad en la construcción. Recibió, filtró, llegó al área... Lo hizo todo, en un partido más de marzo europeo que de agosto polaco.

En el 59, el británico encontró a Vinicius en la izquierda y el brasileño se inventó un recorte para sentar a su defensa y ceder atrás a Valverde, que aterrizó en el área pequeña para empujar el balón a gol. Fue un suspiro, pero el Atalanta murió.

Los italianos, sin oxígeno, crearon un huracán madridista. Un minuto después Vinicius se quedó mano a mano con Musso tras un pase al hueco de Bellingham, pero erró al definir al centro.

Cinco minutos después, el éxtasis. Bellingham esperó el desmarque de Mbappé y el francés se estrenó como goleador en su primera aparición. La guinda del pastel para el primer título de una temporada en la que la galaxia del Madrid aspira a siete en total.

Lookman, la flecha envenenada del Atalanta que desactivó al invencible Leverkusen de Xabi Alonso y eligió a Nigeria

Lookman, la flecha envenenada del Atalanta que desactivó al invencible Leverkusen de Xabi Alonso y eligió a Nigeria

En la hoja de servicios de Ademola Olajade Alade Aylola Lookman, Mola Lookman (Londres, 1997) para los tifosi del Atalanta, reluce un hat-trick (el único en su carrera), inolvidable para la historia del club de Bérgamo. Él se convirtió, insospechadamente, en pesadilla y verdugo del acorazado Bayer Leverkusen de Xabi Alonso en la final de la Europa League. Hoy, por culpa de aquellas tres letales puñaladas al corazón del (casi) invencible campeón de la Bundesliga, sobre el césped del Dublin Arena, él y su equipo tienen otra cita con la historia frente al Real Madrid, entre los muros del Estadio Nacional de Varsovia, para pelear por la Supercopa de Europa.

El vertiginoso Lookman, estilete imprescindible para su técnico, Gian Piero Gasperini, aterrizó dos veranos atrás en Italia, previo pago de nueve millones de euros al Leipzig alemán. Allí suma 32 goles y 18 asistencias en 78 partidos, 17 y 10 en los 45 duelos de la temporada pasada. Siempre bajo la misma batuta, clave en su despegue. «Las primeras conversaciones que tuve con él [Gasperini] me hicieron ver el fútbol de forma muy diferente. Simplificó las cosas. Me permitió jugar mi juego desde una perspectiva diferente. Le estoy muy agradecido», reconocía tras esa gran noche ante europea que aún palpita. «Por el entrenamiento y las conversaciones que tienes con él, entiendes lo que espera de ti», elogiaba el delantero a su entrenador.

Inevitablemente, todos mirarán esta noche hacia Lookman. Mucho más después de la grave lesión del ariete Gianluca Scamacca (rotura del ligamento cruzado) o la inminente marcha a la Juventus del neerlandés Teun Koopmeiners, cuya rebelión rompió la paz en Bérgamo. Un tipo nacido en Londres, pero que eligió la selección de Nigeria (cuna de sus padres). Y eso que uno de los dos títulos de su carrera fue el Mundial sub'20 de 2021 que levantó con Inglaterra. En aquella cita de Corea del Sur coincidió, por ejemplo, con un emergente Federico Valverde, entonces en el Castilla, cuyas actuaciones con Uruguay le valieron el Balón de Plata del torneo.

"La nevera siempre estaba vacía"

Pero hubo muchos motivos por los que Ademola se decantó por los colores de Nigeria. «Mis padres son nigerianos y vine muchas veces de niño... pero fue una decisión difícil», admitió antes de su estreno con las Super Águilas, en marzo de 2022. En el combinado africano, con el que disputó la pasada Copa de África, colecciona ya seis goles en 23 partidos.

Lookman es el joker de esa Atalanta de Champions que hoy amenaza al Real Madrid en la primera final del curso. Un alfil con un valor de mercado de 40 millones, según la web especializada Transfermarkt, que nunca ha ocultado sus orígenes. Al contrario. «Mi madre tenía trabajos precarios y vivíamos en una zona desfavorecida de Londres. La nevera siempre estaba vacía y a menudo solía ir a comer a casa de amigos», relataba el futbolista tiempo atrás, cuando era todo un desconocido. «Las noches allí eran duras», abundaba en una entrevista a The Guardian, hace tres años.

«Venimos con nuestro clásico buen rollo y nuestras ganas de dar la sorpresa», advertía ayer Gasperini, pese a los batacazos de pretemporada, como el 4-1 ante el Parma. En Italia todos se giran hacia el héroe de Dublín. Hacia el tipo que arrancó una sonrisa a la indómita Atalanta, cuya historia no tuvo final feliz. Según la mitología griega, Cibeles transformó en leones a ella y su esposo, Hipómenes, por profanar uno de sus templos. Está por ver qué pasa esta noche.

12 meses, más de 70 partidos y siete títulos: una temporada única y "sin sentido" para el Madrid

12 meses, más de 70 partidos y siete títulos: una temporada única y “sin sentido” para el Madrid

«Van a acabar con todos». Cuando el cuerpo técnico del Real Madrid analizó el calendario futbolístico de esta temporada, la reacción fue la misma por parte de casi todos: un suspiro de cansancio. La pretemporada no había comenzado, pero el horizonte no daba tregua. «En condiciones ideales, necesitaríamos dos plantillas», bromean en Valdebebas. El conjunto blanco, que empezó su preparación veraniega el pasado 15 de julio, podría terminar la temporada el próximo 13 de julio de 2025, fecha en la que se disputará la final del nuevo Súper Mundial de Clubes.

Si el conjunto blanco llega a la final de la Supercopa de España, de la Copa del Rey, de la Champions y de ese Súper Mundial, sus futbolistas alcanzarían los 70 partidos disputados en una temporada. Si a eso se suman los diez con sus selecciones, llegarían a 80. Una barbaridad. «No tiene ningún tipo de sentido», contestaba ayer Carvajal a este periódico. «Es imposible aguantar el nivel y lo sufrimos nosotros y nuestras familias. Los estamentos oportunos deberían analizar esto», añadía. A su lado, Fede Valverde reflexionaba: «Nosotros los sudamericanos tenemos que hacer 12 horas a la ida y 12 a la vuelta con la selección. Este año hemos entrenado menos, tenemos menos gasolina... Intentamos cuidar la alimentación y nuestros descansos, pero es complicado».

Esta noche, en la Supercopa de Europa ante el Atalanta, la plantilla de Carlo Ancelotti comienza su camino hacia la pelea por siete títulos: el de hoy en Varsovia, la Liga, la Champions, la Copa Intercontinental, la Supercopa de España, la Copa del Rey y el Súper Mundial de Clubes.

En busca del 'septuplete'

Olvídense del famoso 'triplete' de Liga, Champions y Copa del Rey, eso ya no existe. Ahora el fútbol moderno aspira a otras cosas, a una especie de septuplete, algo único en la historia. Por eso lucharán los blancos este curso, nadie más tendrá tantas obligaciones. Más allá de las competiciones clásicas, la inclusión de la Copa Intercontinental y del Súper Mundial de Clubes es lo que trae de cabeza al cuerpo técnico.

Si ya de por sí la Supercopa de España en Arabia ha trastocado las últimas temporadas de la plantilla, con la necesidad de pasar una semana en Oriente Medio, lejos de las familias justo después de Navidad, las dos nuevas competiciones complican todavía más las cosas. La Intercontinental sustituye al antiguo 'Mundialito'. El Madrid tiene plaza en la final, que en principio se disputará el 18 de diciembre en un lugar todavía por definir. Y lo hará ante el ganador de las eliminatorias previas, que enfrentan a los campeones del resto de conferencias de la FIFA.

Todo ello antes del parón navideño, del viaje a Arabia y de un enero y un febrero colapsados por la Liga, la Copa y la Champions, que este año amplía su fase inicial de seis a ocho partidos. No hay tregua.

La nueva Champions, con más partidos

El Madrid disputará ocho encuentros en la primera liguilla de la Champions, que llegará hasta el mes de enero y será en formato liga, con 36 equipos. Si queda entre los ocho primeros, pasará a octavos. Si termina entre el noveno y el 24º, disputará un play-off intermedio para seguir en la competición.

A partir de ahí, el tramo decisivo de la temporada. Liga, Copa y Champions. Lo de siempre. La final de Copa será el 26 de abril, la última jornada de la Liga se celebrará el fin de semana del 24 y 25 de mayo y siete días después, el 31, será la final de la Champions League.

Dudas con el Súper Mundial

Ahí, en condiciones normales, terminaría la temporada de todo el fútbol europeo, que iniciaría un descanso necesario para afrontar el curso 2025-2026, que finalizará con el Mundial. Pero no, aún hay más. El Madrid, junto al Atlético, el City, el PSG y un total de 32 clubes, disputarán en EE.UU. el nuevo Súper Mundial de Clubes. Una competición organizada por FIFA que amplía el antiguo 'Mundialito', aparentemente sustituido por la Intercontinental.

La FIFA planea que el evento comience el 13 de junio, dos semanas después de la final continental, y termine el 15 de julio, cuando algunos equipos ya hayan comenzado la pretemporada del curso siguiente. Un sinsentido que también ha sucedido este verano, con muchos clubes de pretemporada mientras las selecciones todavía estaban en la Eurocopa y en la Copa América.

Los futbolistas de la selección de España e Inglaterra han tenido dos semanas de vacaciones y acumularán once meses de competición constante. No habrá vacaciones más allá de los pocos días que se concederán en Navidad.

Pero todo podría cambiar, porque en varios estamentos del fútbol europeo hay algunas dudas sobre la celebración del Súper Mundial de Clubes. No hay sedes confirmadas ni derechos de televisión vendidos, algo que inquieta a los clubes, que incluso podrían rechazar la invitación si el evento tarde en organizarse.

Alarma en el Madrid: Camavinga sufre un esguince de rodilla y no jugará la Supercopa de Europa

Actualizado Martes, 13 agosto 2024 - 22:49

Con la resaca de la Eurocopa y de los Juegos Olímpicos todavía en la cabeza, el fútbol vuelve este miércoles en Varsovia, donde el Real Madrid y el Atalanta disputan la Supercopa de Europa. El viaje empezó con alarma para el conjunto blanco. Camavinga se hizo daño durante el entrenamiento previo en un choque con Tchouameni y abandonó la sesión.

El francés parecía haber sufrido un golpe, pero fue algo más. Unos minutos más tarde, fuentes del club madridista informaban que había sufrido un fuerte esguince en su rodilla izquierda y que estaba descartado para la pelea por el primer título del año. Cuando regrese a la capital de España será sometido a nuevas pruebas para conocer el alcance de la lesión.

Antes de entrenar, con galones de capitanes, justo por detrás de Luka Modric, Dani Carvajal y Fede Valverde aparecieron junto a Carlo Ancelotti en la sala de prensa del Estadio Nacional polaco. Los dos serán titulares en la búsqueda del primer título del curso, que sería también el primer trofeo de Kylian Mbappé como futbolista del conjunto blanco.

"Kylian ha llegado bien, como todos. No hemos tenido mucho tiempo, pero estamos bien y Kylian también. Ha llegado en buena forma y se está adaptando muy bien", explicó Ancelotti sobre su nueva gran estrella. "Me ha tocado sufrirle y es un grandísimo jugador, nos va a ayudar mucho", manifestó Carvajal. "Me tocó compartir un par de entrenamientos con él. Sabemos la clase de jugador que es y se le ve muy motivado, va a dejar una huella en este club", avisó Valverde.

Cuestionado sobre el ambiente en el vestuario, Ancelotti comenzó a actuar como 'padre' y maestro de la plantilla, dejando una de esas frases que se cuelan en los pasillos de Valdebebas y ayudan a la buena sintonía del equipo: "No hay príncipes ni reyes en este vestuario", dijo. "Es un ambiente muy sano, limpio y con jugadores que han juntado su calidad por el equipo", insistió.

Los rumores de una supuesta oferta de Arabia Saudí por Vinicius Júnior centraron algunas de las preguntas de los medios, pero el técnico italiano se apresuró a descartar cualquier negociación: "No hay absolutamente nada, son especulaciones, nada más". "La liga de Arabia no es una amenaza para nosotros porque tenemos nuestro proyecto. Tenemos una plantilla de gran calidad. Hemos perdido jugadores importantes, pero han llegado otros", comentó.

Con los fichajes de Mbappé y Endrick y la mejoría de jóvenes como Güler, Ancelotti tendrá que hacer un puzle con cada alineación, algo que no le preocupa: "Tengo un problema muy gordo, me he arruinado las vacaciones pensando en quién voy a poner y quién no", bromeó. "No... Es muy sencillo, este problema aquí no existe. Tenemos muchos partidos y una plantilla de mucha calidad".

Todo antes de la disputa del primer título de la temporada: "Estamos con mucha ilusión. No hemos tenido mucho tiempo, pero ganar el primer título siempre ilusiona", admitieron Carvajal y Valverde. "Será una temporada muy exigente, pero puede ser muy exitosa. Queremos empezar bien, no hemos tenido mucho tiempo para entrenar pero creo que el equipo está bien y motivado", reflexionó Ancelotti.

Los primeros días de Mbappé en el Madrid: “Es como si llevara aquí 10 años”

Actualizado Martes, 13 agosto 2024 - 22:30

Kylian Mbappé ya conocía la ciudad deportiva de Valdebebas, cuyos pasillos visitó en diciembre de 2012, invitado por Zinedine Zidane y premiado por sus padres para celebrar su 14º cumpleaños. Ya había entrenado en los campos anexos de las instalaciones madridistas, también a las órdenes del técnico francés, su ídolo junto a Cristiano Ronaldo y enamorado de él desde adolescente. Ya dominaba el castellano, aprendido durante años con el objetivo de

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El arrojo sin premio de un gran Dortmund: entre el ritual de Füllkrug y las lágrimas de Sabitzer

Actualizado Sábado, 1 junio 2024 - 23:35

Justo antes de saltar a la hierba, como cada noche, Niclas Füllkrug se activó con ese gesto tan característico en sus orejas. Algo así como un encendido automático con el que se aísla del ruido exterior y orienta sus cinco sentidos hacia lo único importante. Era el partido más importante de su vida y debía cumplir con la rutina. El delantero alemán, con un remate al palo y un gol anulado, vivió el lado más amargo del fútbol en Wembley.

El empeño de Füllkrug fue también la frustración de Edin Terzic, que no dudó en acercarse a felicitar a Carlo Ancelotti justo antes de que Slavko Vincic decretase el final. La desesperación de la leal hinchada borusser, a la que sólo hubo que reprochar esos abucheos fuera de tono ante Vinicius. El fútbol debería mostrarse menos cruel con Mats Hummels, autor de una final impecable. O con Marco Reus. Once años después de la final ante el Bayern, otra vez en Wembley, el capitán tampoco pudo saldar su deuda con la Champions.

No existían palabras de ánimo para unos futbolistas que habían cumplido lo que su técnico les reclamó en la previa. Arrojo ante el eterno campeón. Lloraba inconsolable Marcel Sabitzer ante las cámaras mientras las banderas amarillas aún flameaban. Si existe forma humana o divina de derribar al Madrid en una final, el Borussia apuró casi todas. Suyo fue el dominio, en lo táctico y anímico, a lo largo de 70 minutos. Pero en esa hora bruja, la que distingue a los grandes equipos de los inmortales, el Real jamás perdona.

Inmovilizar al espontáneo

Deberán volver con orgullo al Westfalenstadion, convencido de que sólo así era posible. Desde el primer minuto, para lo que la afición blanca resultaba casi una rutina, en el fondo del Dortmund se disfrutaba como un acontecimiento extraordinario. Dos horas antes del pitido inicial, cuando aún bullían los madridistas en Borough Market, el fondo alemán ya se teñía de amarillo y negro. La ovación a Jürgen Klopp rivalizó con los abucheos a José Mourinho cuando ambos aparecían por los videomarcadores. El vínculo con el equipo, tan estrecho, llegó al delirio en el momento en que los futbolistas hicieron esperar al árbitro para agradecer el incondicional apoyo.

Nada pudo objetarse a la combatividad del Dortmund. Si Sabitzer ni siquiera titubeó para inmovilizar al tercer espontáneo que había invadido el césped, lo demás vendría de añadidura. El Madrid había localizado el flanco débil en torno a Ian Maatsen, que sufría las acometidas de Dani Carvajal y Fede Valverde, pero el Dortmund casi siempre supo competir. Incluso pese a un Nico Schlotterbeck más atribulado que de costumbre. Al joven central quisieron tranquilizarlo antes de que se ganara una ridícula amarilla por protestas.

Superada la media hora, Davide Ancelotti tuvo que sujetar a su padre por la manga, porque el Madrid no podía tolerar tantos minutos a merced del rival. Justo antes del descanso, Gregor Kobel quiso entrar en calor con todo tipo de estiramientos. El Madrid, perdido en la presión, romo en la zona de tres cuartos, no había asomado por sus dominios.

En busca de respuestas

El entusiasmo del fondo germano se redoblaría en los instantes previos a la reanudación. Primero, con una pancarta con el lema Auf geht's Dortmund. Kampfen und siegen (Vamos, Dortmund. A luchar y ganar). De inmediato, no menos de dos docenas de bengalas emponzoñaron el ambiente. Cumplido el minuto 50, los suplentes de Ancelotti, que ni habían calentado al inicio junto al resto, saltaron a la banda. Luka Modric, siempre atento de reojo, parecía particularmente inquieto.

Fue llamativa la desesperación de Ancelotti, braceando como nunca en el área técnica y girándose hacia el banquillo en busca de respuestas. Su larga charla con Davide en el ecuador presagiaba algo, aunque el primer cambio llevaría la rúbrica de Terzic. El último hurra de Reus para infortunio del inspiradísimo Karim Adeyemi.

Había llegado el momento en que el Madrid inclina la historia sólo con el escudo. Füllkrug, que se había batido con bravura frente a Nacho, desatendió sus obligaciones en el primer palo ante Carvajal. El primer clavo en el ataúd del Dortmund, que ya no levantaría cabeza. El éxtasis había cambiado de fondo. En el blanco reclamaron aModric. Se contaban, exactamente, 86.212 espectadores en Wembley. Y hubo que esperar al minuto 85 para disfrutar del croata. Una vez más mereció la pena.