Rudy Fernández: “Después de todas las lesiones tuve que reconstruir mi carrera”

Actualizado Lunes, 1 julio 2024 - 23:35

Hace 20 años por estas fechas, el tipo que hoy pasea por la concentración española en Valencia iluminado con el aura que sólo poseen las leyendas, cargado con una repleta mochila de títulos, récords y vivencias, era un chaval descarado y saltarín de pelo rizado que iba a debutar en Atenas en sus primeros Juegos. Han transcurrido 17 torneos -sólo se ausentó del Eurobasket de 2017-, 257 partidos internacionales (el que más) y 11 medallas y ahí sigue Rudy Fernández (Palma, 1985), el capitán en el verano de su adiós, pleno de baloncesto e «ilusión», el faro de esta España que busca la supervivencia en la elite a pesar del cambio de era que representan mejor que nada las retiradas recientes. La del propio Rudy, el Chacho, Claver (ayer), Marc Gasol... Pero para cumplir la promesa que Rudy le hizo a su padre, fallecido en mayo de 2022, «estar en otros Juegos» y de paso convertirse en único (ningún jugador de baloncesto estuvo en seis), España debe sortear un desafío traidor, el de un Preolímpico ignoto en La Fonteta. Este martes (20:30 h., Teledeporte), el Líbano será el primer rival.

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¿Cómo se afrontan estas vivencias, consciente de que son las últimas?
No es que pretenda vivirlas más intensamente que otras experiencias anteriores, pero sí disfrutarlas y quedarme con lo que voy a echar de menos. Piensa que casi cada verano de mi vida he estado en dinámica selección. No sólo a nivel profesional, también en categorías inferiores. La sensación de que el año que viene se acabará del todo... Eso lo tengo en la cabeza. Así que quiero disfrutar por última vez del deporte que me lo ha dado todo y del ambiente que se vive aquí, dentro y fuera de la pista. Físicamente he acabado bien la temporada. No tuve mucha tralla de minutos y eso ayuda. Y estoy con muchísimas ganas y sobre todo con ilusión por poder acabar de la mejor manera mi carrera deportiva.
Como despedida, algo que nunca vivió, un Preolímpico.
No sé si nos tenemos que acostumbrar a esto en el futuro, pero es cierto que es nuevo para todos. Incluso para mí, que llevo 20 años en la selección. Hay que afrontarlo como lo que es: tienes que ganar sí o sí todos los partidos. Teniendo poca experiencia en este tipo de competición, tenemos que ser conscientes de que en un partido te puedes ir fuera. Espero que podamos cumplir el objetivo. Vivir mi sextos Juegos sería histórico. Es lo único que me queda.
Se lo prometió a su padre.
Sí, pero no es algo que me obsesione. Entiendo que si no estamos en los Juegos es porque no tenía que surgir. Es un Preolímpico, somos una selección muy joven. Venimos de haber sido campeones de Europa y en el Mundial no fue tan bien. Es lo que tiene este tipo de equipos. No obsesiona, pero sería ilusionante vivir otros Juegos y dedicárselo a mi padre.
¿Se le vienen a la memoria muchos momentos de su carrera estos días?
Todavía no estoy en ese proceso. Aún no me ha dado tiempo a asimilar todo. El día del WiZink [la enorme ovación de la afición del Real Madrid durante su último partido, en la final contra el UCAM Murcia] fue muy bonito, algo espontáneo y empecé a encontrar sentimientos, a darle vueltas a toda la trayectoria que había tenido. Pero yo soy mucho de intentar cambiar el chip. Y ahora me centro en la selección. Cuando acabe y este de vacaciones, sin ya pensar en la pretemporada, ahí me dará el bajón, como es normal.
Rudy, en un entrenamiento de la selección.

Rudy, en un entrenamiento de la selección.ALBERTO NEVADOFEB

¿Cómo le gustaría ser recordado?
Como un jugador de equipo. Uno que se desvivió por la camiseta que llevaba. Que dejó el ego a un lado para representar el escudo y el nombre que llevó delante. Es lo que me ha ayudado a ser el jugador que he sido.
Del Rudy del mate a Dwight Howard (en la final olímpica de Pekín 2008) al de estos últimos años. No se recuerda una transformación tan radical y exitosa como la suya. ¿Cómo lo hizo?
Después de todas las lesiones tuve que reconstruir mi carrera. La edad perjudica al jugador. Y con tanta exigencia, con tantísimos partidos con clubes y selecciones, te tienes que adaptar. La reconstrucción que hice después de las lesiones fue la de adaptarme a las necesidades que tenía el equipo y lo que me pedía el entrenador en cada momento de competición. La experiencia y el trabajo físico y mental me ayudaron a llevar todo eso más fluido. Y a llegar a una edad que en ningún momento podía imaginar cuando estaba pasando por el quirófano por tercera vez para operarme de la espalda (2015). Entonces me dijeron que podría estar tres o como mucho cuatro años más jugando a nivel profesional.
¿Cómo hizo para convivir tantos años con el dolor?
Mentalmente fue difícil. Dejas de ser el jugador que eras antes, no tienes la explosividad. Tienes que lidiar con dolor no sólo en la pista, también cuando te levantas cada día, cuando te vas a dormir. Eso a nivel mental lo he trabajado mucho con mi psicólogo. Y a nivel físico con los doctores. Y todo eso ha sido esencial para llegar a esta edad compitiendo.
¿De dónde surge toda esa sabiduría táctica, ese instinto de la última parte de su carrera?
Poco a poco. En tantos años de carrera profesional he ido cogiendo esa experiencia de la que te hablaba antes. Por supuesto que hay cosas innatas, pero otras son muy trabajadas y entrenadas. Tanto mi padre, al principio, cuando era muy pequeño, como después los entrenadores que he ido teniendo en mi formación me han ayudado.
Rudy Fernández, en un entrenamiento con la selección.

Rudy Fernández, en un entrenamiento con la selección.ALBERTO NEVADOFEB

¿También su imagen con respecto a los aficionados y rivales ha ido cambiando con el tiempo?
Es que siempre he sido un jugador muy competitivo. Y he dado valor a la camiseta que he llevado. Eso me ha hecho ser por momentos odiado o no respetado por otras aficiones. Esto, el baloncesto, es una forma de divertirme, pero a nivel de profesión tengo que defender la camiseta que llevo puesta. También, por supuesto, ha habido momentos en los que me he podido equivocar, como te puedes equivocar en la vida con cualquier cosa. Pero en líneas generales he sido un jugador que compite y defiende lo suyo por encima de todo.
¿Qué le dicen sus hijos, Alan y Aura?
El mayor se va dando un poco más de cuenta de lo que es su padre. Pero la retirada es un poco porque ellos me lo están pidiendo. Quieren que este en casa. Yo soy muy niñero, me gusta estar en casa, jugar con ellos. Y eso es lo que quiero en este momento.
¿Y después qué? Se diría que hay en Rudy un gran entrenador.
No, entrenador no. Quiero estar tranquilo. Acabar y tomar las decisiones con calma. Mi prioridad ahora es la familia. Creo que he trabajado para poder decidir.
¿Se imagina el adiós con otra medalla en París?
Es muy difícil... Tenemos que pensar en el Preolímpico, que va a ser duro. Y si llegamos a París, a disfrutar. Eso es lo que le he dicho al equipo. Les he transmitido que no lo hagan por mí, que lo hagan por ellos. Porque unos Juegos son muy bonitos.
¿Le hubiera gustado ser el abanderado español?
Nunca lo he pensado. Me preocupa muy poco. Tengo tan en mente el Preolímpico que no pienso en otra cosa. No sería justo que porque yo fuera a los Juegos se cambiara al que está ahora.
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Actualizado Martes, 4 junio 2024 - 14:50

Uno de la misiones más importantes de la Fundación Gasol es la lucha contra el crecimiento de la obesidad infantil. Para ello, esta mañana se ha celebrado un acto en la Universidad Camilo José Cela de Madrid para anunciar la renovación de su alianza con el Grupo IFA, una de las mayores empresas de distribución en España, hasta el año 2026.

En la rueda de prensa, el doctor Santiago F. Gómez también ha dado una pequeña conferencia explicando el alarmante ascenso de este problema que tanto afecta a los más pequeños.

Serán los primeros Juegos Olímpicos después la retirada en Tokio. ¿Cómo ve al equipo? ¿Se va a acercar a París tras las palabras de Scariolo diciendo que es un periodo de relevo generacional?
Sí, va a ser un poco raro después de jugar cinco Juegos Olímpicos y no competir. Los voy a vivir de una manera diferente como miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) y estaré en París más días de lo que hubiera estado como jugador. Estoy siguiendo y apoyando a nuestro equipo para que gane en el preolímpico y puedan competir. Aunque haya esta evolución y este periodo de cambio, que es inevitable, el talento está ahí y la base liderada por Sergio y por muchos jugadores va a seguir contagiando al resto de nuestra identidad. Intentaré estar en Valencia para apoyar al equipo en el momento final, que espero sea de victoria y de pase a los Juegos.
¿Se imagina unos Juegos sin España?
No, no me los imagino y espero que no tengamos que verlo. Son muchos años en los que hemos podido estar y competir con los doce mejores países en el mundo del baloncesto, de diferentes continentes. Ahora tenemos la oportunidad de meternos a través de este torneo preolímpico en Valencia. Ojalá que las cosas salgan bien. Al final hay que jugar con una determinación y concentración muy grandes porque jugar en casa tiene sus puntos a favor pero hay que estar muy centrado para no dar puerta de entrada a otro equipo y que nos puedan desbancar de esos Juegos.
¿Cómo de importante es que se apueste por Scariolo con un periodo tan largo antes de que se juegue un preolímpico?
Dentro de este periodo de evolución, tener esas bases fijas que entienden la fórmula de ganar, de trabajo, de ética, es importante. Te dan un poco de solidez y una base así que en este momento hay que apoyar y confiar. Que las personas y el equipo hagan lo mejor lo que puedan y a partir de ahí, competir y ganárselo.
Rafa Nadal cumplió ayer 38 años. ¿Le ve retirándose en los Juegos Olímpicos, como hizo usted el 5 de octubre de 2021?
Eso es una decisión muy propia y muy personal. No creo que Rafa lo tenga decidido aún. Al final lo que queremos es ver a Rafa compitiendo, disfrutando y si lo puede hacer, sabemos que, con su capacidad, va a poder hacerlo con cualquiera. Eso es lo que me gustaría como amigo y luego que él decida lo que es mejor para él y para su futuro, que se lo ha ganado.
En ese inevitable paso del tiempo esta Rudy Fernández, que va a vivir sus últimas semanas como jugador. ¿Cuándo se retire, en qué nivel le situamos dentro del baloncesto español?
Creo que muy alto, olimpo... donde quieras situarlo. Rudy se ha ganado el respeto de todos en el mundo del baloncesto por todo lo que ha aportado de diferentes maneras. Es un momento agridulce cuando además tomas la decisión de anunciar que después de los Juegos esta será tu última temporada. Lo compartes, que creo que es bueno y tienes esa claridad y determinación de que ha llegado el momento y luego intentas disfrutarlo lo máximo que puedas. Agradecerle todo lo que ha hecho por el baloncesto, por nuestro deporte, por nuestra selección, por sus clubes en los que ha jugado y espero que una vez retirado le homenajeen como se merece.
Como miembro del COI, usted está en el proceso de selección de deportistas rusos y bielorrusos, ¿Puede comentar algo de cómo está siendo el proceso?
Es un proceso exhaustivo y que requiere mucho trabajo y esfuerzo colectivos. Es necesario mucho rigor y mucha disciplina para decidir qué deportistas son elegibles y cuáles no lo son. Seguimos un poco la dirección y la misión de la carta olímpica para intentar que todos los deportistas puedan participar independientemente de conflictos bélicos y situaciones sociales en sus países. No es fácil. Es un proceso delicado, pero poco a poco vamos tomando decisiones, porque los Juegos están a la vuelta de la esquina.
¿Se sabe alguna fecha en ese sentido?
No sé cuando se anuncia la totalidad, pero se están tomando decisiones aunque no son oficiales, son internas y se mantienen así.
¿Qué espera de la final de los Celtics? ¿Esperaba que fuera esa?
Espero una gran final. Me ha sorprendido más por la parte de Dallas que por la parte de Boston, que han tenido un camino bastante llano. Eso puede ser un arma de doble filo también para ellos, porque se van a encontrar con un equipo con mucha confianza y que ha tenido que ganar series complicadas contra grandes conjuntos. Eso les puede dar un plus, sobre todo al empezar la serie. No esperábamos que Dallas fuera el equipo que saliera del Oeste. Denver y Minnesota eran los dos equipos que yo creía que tenían más opciones, pero Dallas se ha ganado el derecho a estar donde están y espero que jueguen una gran final y que tengan opciones de ganarla.
Luka Doncic y Kyrie están teniendo buena relación ¿Se esperaba que fueran a compaginar tan bien?
Bueno, el año pasado no parecía. Creo que es lo bonito y es un buen mensaje, ya que a veces hay que tener un poco de confianza y dar continuidad y oportunidad a las cosas y a las parejas. No todo pasa de forma automática, tiene su proceso. Hay que pasar por momentos difíciles y malos para ver cómo se evoluciona y ellos lo han hecho muy bien. Luka ha seguido con un nivel espectacular y estratosférico. Lo que ha hecho en las cinco primeras temporadas está al alcance de muy muy pocos elegidos en la historia de este deporte y que haya podido llevar a su equipo a una final NBA, con opciones de ganar un anillo en el sexto año de su carrera, es increíble. Y Kyrie, como él ha aceptado su rol más de veterano, de experto, de complementación, ahora se entienden mucho mejor. Luego, obviamente también el rol de sus compañeros, que lo están haciendo muy bien y esa al final es la fórmula para llegar a una final y estar donde están.

El amargo adiós europeo de Rudy Fernández

Actualizado Lunes, 27 mayo 2024 - 00:13

Era una conjura por Rudy y por Deck. Por la leyenda que se despedía y por el compañero caído. Pero el adiós fue triste para el balear, incapaz de ser revulsivo esta vez, derrotado en su último partido en Europa.

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Un 24 de octubre de 2006, con el verdinegro de la Penya, aquel fenómeno de pelo ensortijado que unas semanas antes había sido campeón del mundo con España en Saitama, debutaba en una competición en la que se iba a convertir en leyenda. Inició su cuenta en Badalona, precisamente contra el equipo con el que anoche en el Uber Arena dijo adiós, enfrente entonces de tipos como Batiste, Diamantidis, Siskauskas o Becirovic ante el que iba a ser campeón en Atenas, en una histórica Final Four para el baloncesto español con el Unicaja y el Tau presentes. Ese amanecer de Rudy, a las órdenes de Aíto García Reneses y con Ricky Rubio como compinche, aportó 14 puntos. Desde entonces, con el impás de sus años en la NBA y ya siempre con el blanco del Madrid, un total de 348 partidos divididos en 14 temporadas hasta Berlín, en la competición que conquistó tres veces. Cerrando con amargura un círculo inolvidable.

Rudy se despidió tras 10 minutos en cancha y tres corajudos robos que no sirvieron de mucho. Entre puñados de recuerdos, entre los 20 máximos anotadores y asistentes históricos, el quinto con más triples (594), el tercero que más balones robó (367, sólo por detrás de Diamantidis y Calathes) y tantas cosas de esas que no cuentan en la estadística. Imprescindible de la era Laso, de las finales perdidas y dolorosas de Londres o Milán, pero también actor principal en la de 2015 en Madrid y reconvertido en un líder de la experiencia, los intangibles y la defensa en la de 2018 en Belgrado y el año pasado en Kaunas. Curiosamente, esta temporada, aún más replegado en sus labores de inteligencia, pero no menos clave, apenas sumó un par de canastas de dos en toda la fase regular de la Euroliga, donde no fue nunca titular. Eso sí, pasó más por el perímetro con 20 triples.

Aportando «las ganas de ganar» y apretando a sus compañeros «cuando hace falta». «Son capaces de entrenarse pese a las mil batallas que llevan en sus piernas. Los tres se han adaptado a un calendario de 90 partidos transformando sus cuerpos. Han modificado su juego cuando han cambiado sus características físicas. Es para quitarse el sombrero. Chapeau», se rendía su entrenador, consciente del legado que deja Rudy, de ese ambiente de 'Familia' que ha trasladado desde la selección.

Cumplidos los 39, repleto de 'cicatrices' y problemas físicos, el balear afrontó esta despedida en Berlín -aquí alzó hace dos años el Eurobasket con España-, «como si fuera la primera». Y no pudo culminar su tarea. Eso sí, todavía le quedan un par de misiones. Desde el miércoles, la búsqueda de otro título liguero, para lo que el Madrid, con ventaja de campo, deberá derrotar a un descansado Barça en semifinales. Y a partir del 1 de julio, si el físico respeta, llevar a la selección hasta los Juegos en el torneo Preolímpico que se disputa en la Fonteta. En París serían sus sextos Juegos, lo que ningún jugador de baloncesto hizo jamás. Y cumplir así la promesa que le hizo a su padre.

Rudy Fernández anuncia su retirada: "mucha tralla", una carrera de leyenda y un último objetivo para entrar en la historia

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El día de su 39 cumpleaños, a tres exactos de que se cumplan 22 años de carrera profesional desde que Manel Comas le hiciera debutar con 17 en el Joventut en el Raimundo Saporta, Rudy Fernández, sin pronunciarlo -"es una palabra difícil e impactante cuando la escuchas"-, ha anunciado lo obvio: los de estos días están siendo sus últimos partidos. El mallorquín, tras una carrera de leyenda, cumplirá su última temporada con el Real Madrid y se retirará este verano, para el que guarda el último (ahora sí), desafío. Intentará poner un broche para la historia, ser el único jugador de baloncesto en disputar seis Juegos Olímpicos.

"Ya tengo una edad y empiezo a pensar en otras cosas, en la familia. Me quedan unos meses y espero aportar lo máximo. Me he sentido muy querido y esto se está terminando, pero quedan unos meses para seguir disfrutando de mis compañeros", admitió este jueves, en la rueda de prensa previa al partido contra el Baskonia en el WiZink, el que será el 345 en la máxima competición continental (es 12º en esa lista, cuarto en triples con 591, tercero en robos con 364...).

"Cumplo hoy 39 años y me siento muy agradecido de estar vinculado a este club durante tantas temporadas [13], algo que se está terminando, llevo muchos años, mucha tralla física y mental", comentó el alero, que presume de un palmarés único. A nivel de clubes, incluye tres Euroliga (dos veces en el quinteto ideal de la competición), seis ligas, siete Copas (una con el Joventut y tres MVP), una Intercontinental, una ULEB... Y con la selección española, con la que debutó en 2004 (con Mario Pesquera, en la preparación para los Juegos de Atenas) y en la que nadie disputó más partidos que él (255), dos Mundiales y cuatro oros Europeos (más una plata y un bronce), además de tres medallas olímpicas, las platas de Pekín y Londres y el bronce de Río. Colecciona 11 medallas en total, igual que Pau, sólo le superan las 12 de Laia Palau con la femenina.

Rudy, con el trofeo del Mundial, en 2019.

Rudy, con el trofeo del Mundial, en 2019.EFE

Precisamente con la roja de España dirá adiós. Y para ello, para que todo termine como merece, dos condicionantes. La salud que tanto interrumpió su trayectoria -"por desgracia, he tenido lesiones. Cuando tuve la de espalda me dijeron que podría estar tres o, como mucho, cuatro años más de carrera profesional y con el trabajo de los físios y de los preparadores físicos del Real Madrid he podido vivir muchísimos años más. Me siento un privilegiado"- y el billete que los de Sergio Scariolo deberán sacar en el Preolímpico de Valencia el próximo mes de julio, en el que Finlandia, Bahamas, Polonia, Angola y Líbano son los rivales por la única plaza. "Me queda cumplir el sueño que tenía mi padre de vivir otros Juegos Olímpicos", lanzó Rudy, quien escribiría una página única en el olimpismo. Nadie disputó seis (y es probable que nadie lo haga jamás). En la lista de cinco está el balear junto a Pau Gasol, Teófilo Cruz (de Roma 1960 a Montreal 1976), Oscar Schmidt (de Moscú 1980 a Atlanta 1996) y Andrew Gaze (de Los Angeles 1984 a Sydney 2000).

En 20 años, Rudy, "un monumento vivo de la selección" como le define Scariolo, sólo se ausentó un verano de competición, el del Eurobasket 2017. Ni cuando estaba en la NBA (Blazers), ni cuando las lesiones le torturaban (tres operaciones de espalda). Ni cuando era un osado saltarín que irrumpió entre los Gasol, Navarro y compañía, ni cuando era un veterano sabio que lideró el relevo generacional. 17 torneos en total, que serán 18 si logra la clasificación para París. Con momentos inolvidables en lo personal, más allá de los títulos. El mate sobre Dwight Howard en la final de Pekín y sus lágrimas, también en Pekín, cuando levantó el Mundial (ese verano había perdido a su abuelo y su hermana Marta perdió al bebé que esperaba).