Los centrocampistas del 'nuevo' clásico: más presión, más físico y menos tikitaka

Los centrocampistas del ‘nuevo’ clásico: más presión, más físico y menos tikitaka

Hay diez centímetros que definen parte de lo que será el clásico de esta noche. Diez centímetros que explican la columna vertebral de ambos equipos, su eje, su forma de ser. 184 para el Real Madrid. 174 para el Barcelona. Es la estatura media de sus cuatro centrocampistas más importantes en el duelo del Bernabéu. Su diferencia más evidente. Camavinga, Tchouaméni, Valverde y Bellingham por el conjunto blanco. Casadó, Pedri, Fermín y Olmo por el cuadro azulgrana. En esos diez centímetros nace la teoría del clásico y el prejuicio. Ese que dice que los futbolistas del Madrid no tienen talento con balón y que los del Barça no son jugadores físicos. Que uno juega al contragolpe y otro al tikitaka. Olvídense de todo. Aunque las apariencias engañen, este es el clásico del Rock&roll y del fútbol moderno. El clásico del futuro, porque todos tienen entre 20 y 26 años.

Delante y detrás de ellos se mezclan atacantes explosivos, con Vinicius, Mbappé, Yamal y Raphinha atacando espacios, y defensas de toque y recorrido, como Militao, Rüdiger, Koundé o Balde. En el medio, tres o cuatro jugadores que resumen la evolución futbolística que ha vivido España y Europa en los últimos años. Dos evoluciones de origen diferente pero que confluyen hacia el mismo punto final: el famoso fútbol moderno, tan ráapido.

Los medios del Madrid, de físico privilegiado y natural, han ido añadiendo a sus virtudes, más pronto o más tarde, una técnica exquisita. Los del Barça, por su parte, nacieron en la escuela futbolística española, donde el balón tenía prioridad sobre todas las cosas, y en los últimos años han completado su cuerpo con un trabajo físico envidiable. Son bajitos, si lo quieren llamar así, pero son mucho más físicos que sus predecesores. Eso lo nota el estilo de juego del Barça y, ampliando el análisis a todo el fútbol español, la selección. Ni De la Fuente ni Flick amasan el balón, sino que ahogan a su rival y son verticales. Y para eso, y así lo han entendido en La Masía y en la Federación, se necesita físico. Es lo que te lleva al siguiente escalón continental.

El 'ejemplo' del Madrid

El Barça tiene el ejemplo más claro al otro lado del puente aéreo. El Real Madrid ha levantado dos Champions en los últimos tres años siendo un equipo lleno de talento técnico en el centro del campo, con Modric y Kroos como pilares, pero también impulsado por la potencia física de jugadores como Camavinga y Bellingham, jóvenes que también poseen una grandísima capacidad técnica. Sin la combinación de las dos, no se consigue nada.

Este año, Flick le ha dado alas a Bernal y Casadó, jugadores con toque pero que están muy desarrollados físicamente. El partidazo del segundo ante el Bayern muestra su evolución. A su lado, Pedri ha dado un paso adelante y ha dejado atrás sus problemas musculares, mientras que Fermín y Olmo, a la espera de Gavi, aportan físico y llegada al área.

Más presión, más pases

Vayamos a los datos. Según Mediacoach, la plataforma de análisis de datos de LaLiga, el Barça es el equipo que más rápido y más cerca de la portería rival recupera el balón y los dos clubes son primero y segundo en la altura de su defensa. Es decir, no esperan, muerden. La presión alta ha sido la obsesión de Flick y Ancelotti. «Queremos presionar alto y de forma compacta», admitió el alemán esta semana. «Cambiamos la actitud y presionamos alto, es lo que queremos y no siempre se puede por la condición física. Tenemos que ser más compactos como equipo», dijo Ancelotti tras ganar al Dortmund. Discursos parecidos.

Y todo nace en dos centros del campo que luchan contra los prejuicios y que representan esa idea del fútbol moderno. El Madrid da más pases (6.209) que el Barça (5.930) y los centrocampistas azulgrana compiten en duelos individuales con su rival. Quién lo diría, ¿no? Según la plataforma 'Opta', Tchouaméni ha ganado 73 duelos, por los 65 de Pedri, los 58 de Bellingham, los 55 de Casadó o los 52 de Valverde. El uruguayo, que es el el jugador que más balones recupera en campo rival, es también el medio que más pases acumula entre ambos equipos (639), 160 más que Pedri (480), por ejemplo.

En general, los centrocampistas del Madrid amasan más balón que los del Barça, con el conjunto culé acostumbrado a que el peso de la pelota lo lleven Cubarsí e Iñigo Martínez para filtrar pases hacia la delantera. Hay menos juego estático, menos tikitaka y más verticalidad, aunque no menos posesión. Así lo dicen los números: los centrales azulgrana son los futbolistas de LaLiga que más pases dan, seguidos por los del Madrid y por Tchouaméni y Valverde, más presentes en la construcción que sus homólogos culés.

Y todo para coronar su juego en Vinicius, Mbappé, Raphinha y Yamal, la chispa, también joven, de Madrid y Barça. Jugadores con físicos únicos y técnica extraordinaria que adoran los espacios. Son el rock&roll de este clásico que promete una década de enfrentamientos.

De padres a hijos, las famosas sagas como la de los Simeone en el Atlético: "Tiene cosas por mejorar, pero tiene hambre"

De padres a hijos, las famosas sagas como la de los Simeone en el Atlético: “Tiene cosas por mejorar, pero tiene hambre”

Si hay una capacidad que se hereda en los Simeone es la de conectar con el público. El Metropolitano no vivía ante el Leganés su mejor tarde y, hasta el minuto 81, se escuchaban casi más pitos que aplausos. Entonces, Giuliano persiguió un balón imposible y, lanzándose con todo, lo alcanzó antes de que saliera por el córner. Los aplausos por el esfuerzo se tornaron en ovación cuando el pequeño de los Simeone puso un centro medido a Griezmann para el 2-1 del Atlético de Madrid.

"Es su trabajo, es lo que tiene que hacer. Tiene muchas cosas por mejorar, pero tiene hambre", concedía el padre poco después en rueda de prensa. Y el hijo respondía que la posición de carrilero, en la que le dispuso su progenitor, es un puesto en el que tendrá que trabajar "día a día" porque está en el Atlético para "sumar minutos" desde cualquier lugar.

La procesión va por dentro, que dirán algunos, pero a Zinedide Zidane, otra de las leyendas que ha entrenado a sus hijos, decía que eso le gustaba y le "parecía bonito", pero que era "más exigente" con ellos. Enzo fue el único de los cuatro vástagos, Theo, Luca y Elyad, del francés que debutó a sus órdenes. Lo hizo en un duelo de Copa del Rey en 2016 ante la Cultural en el que, además, marcó.

"un amor total por el fútbol"

No son pocas las sagas que han perpetuado su nombre en el fútbol. Sí que es cierto que, habitualmente, es difícil que los hijos lleguen a superar la magnitud del padre. Por ejemplo, en el FC Barcelona Jordi Cruyff nunca pudo alcanzar la leyenda de Johan. Y eso que él tuvo que pelear con el Registro Franquista para poder ponerle Jordi, un apelativo catalán, de nombre. Ambos coincidieron en el conjunto culé dos años en los que no hubo buenos resultados y terminaron por salir a la vez en 1996.

Otro caso similar es el de Míchel y Adrián González, un dúo que coincidió en Castilla, Getafe y Málaga. "Cuando era más joven, en cantera, lo que él me trasladó siempre fue un amor total por el fútbol y un gran conocimiento táctico del juego", comentó el vástago sobre su progenitor en una entrevista. La experiencia juntos en el equipo del sur de Madrid no acabó de la mejor manera. "Adrián fue despedido por ser mi hijo", llegó a declarar Míchel después de que Ángel Torres no renovara su contrato. Tampoco en el conjunto andaluz en el que se prescindió del padre por los malos resultados. A día de hoy comparten cuerpo técnico en el Al Qadisiya de la liga saudí.

En el caso de la saga Alonso, Mikel, entrenado por su padre en la Real Sociedad, tampoco pudo acercarse a la leyenda de Periko, uno de los mejores mediocentros donostiarras y cerebro en el campo de la mejor época del conjunto txuri-urdin con dos ligas consecutivas (1980-81 y 81-82). No sólo se acercó sino que la superó su hijo Xabi, hoy entrenador del Leverkusen. No obstante, el poco tiempo en el banquillo de la Real de Periko (apenas diez duelos entre Javier Clemente y John Toshack) y la cesión del menor de los Alonso al Eibar, impidió que ambos compartieran vestuario.

Sagas internacionales

"Es fantástico lo que hemos hecho por el nombre Blind". Es Daley, jugador que milita en el Girona, el que alababa la contribución que él y su padre, Danny, han hecho por su apellido. Juntos estuvieron en la selección de Países Bajos, pero cuando coincidieron en el vestuario no han tenido mucha suerte. La selección no se clasificó para la Eurocopa de Francia en 2016 y eso terminó con la destitución del progenitor.

Aunque si hay una saga que se prolonga aún más que de padres a hijos es la de los Maldini. Cesare, el primero del mítico apellido italiano, entrenó a su hijo en la selección y en el Milan. De rossoneri no terminaron de conseguir buenos resultados, pero en la Nazionale alcanzaron los cuartos del Mundial de 1998, donde fueron eliminados por Francia. La estrella de los Maldini corresponde al vástago. Paolo es una leyenda del Milan con cinco Champions y siete ligas entre otros trofeos. Recientemente, debutó Daniel, hijo de Paolo, y quién sabe si coincidirá con su padre en un futuro.

Ha habido y habrá otras sagas porque, si hay algo claro, es que el fútbol es como la religión. Una pasión que se transmite de padres a hijos.

LaLiga empuja por disputar el Barça - Atlético de diciembre en Miami

LaLiga empuja por disputar el Barça – Atlético de diciembre en Miami

Actualizado Lunes, 21 octubre 2024 - 17:03

LaLiga trabaja junto a la productora de eventos deportivos Relevent para poder realizar el partido FC Barcelona - Atlético de Madrid del fin de semana del 21/22 de diciembre en Miami según ha adelantado el diario El País y ha podido confirmar este periódico.

La entente entre patronal y Relevent está a la espera de que se pueda autorizar un duelo al que la FIFA ya mostró su oposición previamente. Uno de los factores para que la cita no se produjese fue también el rechazo de la Real Federación Española de Fútbol cuando estaba Luis Rubiales a la cabeza. En aquella ocasión era un Girona - Barcelona de la temporada 2018/19.

No obstante, las sensibilidades tanto en la agrupación internacional como en la UEFA han cambiado y, de hecho, Alexander Ceferin, el máximo mandatario de la organización europea, ya deslizó la posibilidad de realizar una final de Champions League en Estados Unidos después de 2025.

El empuje no lo está realizando sólo LaLiga, los clubes españoles también se muestran proactivos a que este partido se realice. Así lo han confirmado fuentes del Atlético de Madrid a EL MUNDO, que recuerdan la posibilidad que se les abrió ante el Villarreal, que finalmente tampoco se produjo.

A falta de los permisos, faltará saber también los emolumentos que se llevarán los clubes toda vez que uno de ellos no podrá disfrutar del ticketing del duelo. Según fuentes de LaLiga, las cantidades a percibir por cada equipo las negociarán ellos con la propia empresa de producción de eventos.

LaLiga cree que un partido en Estados Unidos es una buena oportunidad para internacinalizar el producto y por eso el presidente de la organización, Javier Tebas, ha recuperado esa ambición.

Javier Tebas: "Trabajamos para disolver al Frente Atlético"

Javier Tebas: “Trabajamos para disolver al Frente Atlético”

El presidente de LaLiga, Javier Tebas, aprovechó un acto de su organización contra la violencia, el racismo y la xenofobia en el fútbol, encuadrado en la iniciativa LaLiga VS, para cargar duramente contra el grupo ultra Frente Atlético.

"Estamos trabajando para que se disuelva judicialmente el Frente Atlético, que no exista como organización. Ese es nuestro objetivo y creo que ya lleva un historial de actos que merecen que sea disuelto", apuntó el máximo mandatario de LaLiga.

Precisamente, en el partido del domingo ante el Leganés, el Atlético de Madrid cumplía su partido de sanción por los incidentes ocurridos en el derbi. "Se puede decir que son 60, 100, pero en el entorno hay mucha gente que el silencio, la conducta o reírse de las actuaciones y consentirlas es tan grave como hacerlas", añadió Tebas.

Faltaron ayer las casi 5.000 personas que componen el fondo sur del estadio Metropolitano y las sustituyó una lona que indicaba el siguiente mensaje: "El fútbol que queremos". Pero para Javier Tebas, las sanciones y las medidas adoptadas por comités y club Atlético de Madrid son diferentes a las que habría adoptado él.

"Lo que haga el Atlético de Madrid, yo no voy a juzgar si es lo correcto y si tiene o no posibilidades de hacerlo", comenzó el mandatario para luego apuntar que hubiesen ido a "una identificación mucho mayor de espectadores" y que dispondrían de la "tecnología adecuada en ciertas zonas de los estadios para poder localizar mejor a todo aquel que cometa actos de violencia, intolerancia o tira objetos al terreno juego".

El presidente de LaLiga ha recordado, no obstante, que la Agencia de Protección de Datos no les ha permitido instalar tornos biométricos en los accesos a las gradas de animación de los estadios con amenazas de "graves sanciones" y reclama una unión de todos los estamentos por medio de una reforma para poder disponer de la tecnología adecuada.

Tebas ha vuelto a reclamar competencias sancionadoras, pero no ha querido aclarar si él habría sancionado al Atlético y en qué grado. Lo que sí ha reivindicado respecto a las quejas del cierre completo de una grada por culpa de unos pocos es que "a veces lo más preocupante ya no solo es el que tira, sino el que consiente y ríe la gracia, y eso también hay que acabar con ello".

Homenaje del Athletic

El presidente también ha aprovechado la pregunta de un periodista para comentar acerca del homenaje que el Athletic de Bilbao al alpinista, Martín Zabaleta, con vínculos con la banda terrorista ETA y la decisión de su institución de no retransmitirlo. "Ya visteis la decisión. Con eso está mi opinión", declaró.

El Barça arrolla al Sevilla y Gavi vuelve un año después

El Barça arrolla al Sevilla y Gavi vuelve un año después

Actualizado Domingo, 20 octubre 2024 - 23:08

Al Barça le bastó con un primer tiempo arrollador y la letal puntería de Robert Lewandowski para dejar su compromiso con el Sevilla prácticamente visto para sentencia en la primera mitad. [5-1: Narración y estadísticas]

El polaco sumó dos goles más a su zurrón, el primero de ellos de penalti, en unos primeros 45 minutos que culminaron con 3-0 para los azulgrana gracias al tanto anotado también por un Pedri que sigue a su vez en un gran estado de forma. Todo el trabajo hecho en la primera parte le permitió al Barça tomarse con más calma un segundo tiempo en el que Flick pudo propiciar el regreso de Gavi y en el que caerían dos goles más. Uno, de Idumbo, el de la honrilla para los visitantes, y otro, de Pablo Torre con el que se cerraría el 5-1 definitivo para un equipo azulgrana que continúa pisando con paso muy firme en la Liga. Justo, con el clásico ya en el horizonte.

El equipo de Flick parece inmune incluso a giros de guion inesperados. Por mucho que Ansu Fati relevara en el último momento a un Frenkie de Jong que, a su vez, debía ocupar el puesto reservado para Eric García en el once titular, los azulgrana no acusaron ni un ápice esa obligada reordenación de sus efectivos. Todo lo contrario. Todos los futbolistas de la plantilla azulgrana han asumido plenamente los postulados del técnico. Todos saben qué deben hacer en función del puesto que ocupen. Por eso, esté quien esté en el césped, el juego no se resiente. El Sevilla puede atestiguarlo. Con el paso arrollador que han exhibido los barcelonistas habitualmente en lo que llevamos de curso, con la excepción del lunar de Pamplona, el partido fue casi una tortura para ellos.

Ansu Fati, en acción contra el Sevilla.

Ansu Fati, en acción contra el Sevilla.JOSEP LAGOAFP

Todo, también, gracias, de nuevo, a un Robert Lewandowski que sigue viviendo una segunda juventud anotadora en el Barça. El polaco, en primer lugar, se encargó de anotar el 1-0, al transformar con su particularísimo estilo un penalti cometido sobre Raphinha por Peque. Y, en la recta final del primer tiempo, mandó el 3-0 al luminoso desviando en última instancia un disparo del brasileño. Entre ambas acciones, Pedri había sido el responsable de poner el 2-0 en el marcador, iniciando y culminando una gran jugada colectiva del ataque barcelonista con un duro disparo ante el que nada pudo hacer Nyland.

Gavi, en el momento de saltar al campo.

Gavi, en el momento de saltar al campo.Alejandro GarcíaEFE

Los visitantes, que habían confiado gran parte de sus opciones de pescar algo en Montjuïc a sus salidas a la contra, además, tuvieron el mazazo añadido de perder por lesión muscular al filo del descanso a un Ejuke que, junto con Lukébakio, encarnaba las mejores bazas ofensivas del equipo de García Pimienta.

Los azulgrana saltaron al terreno de juego tras el descanso con muchas ganas de poner más tierra de por medio. Pero el Sevilla, lejos de descomponerse, supo mantenerle la cara al partido e, incluso, amenazó con meterse de nuevo en el duelo con un tanto. Con el paso de los minutos, ni unos ni otros lograron su objetivo y Flick optó para reservar a dos de sus piezas clave, Lewandowski y Raphinha, pensando tanto en el Bayern como en el clásico. Y los visitantes, además, se llevaron otro jarro de agua fría con la lesión de un Suso que había entrado como relevo de Peque en el arranque de la segunda parte. Las salidas a tumba abierta de los de García Pimienta, además, acababan viéndose frustradas una y otra vez por la trampa del fuera de juego perfectamente urdida por los barcelonistas, que apostaron a su vez por bajar el ritmo en los instantes finales del encuentro. Algo que, no obstante, no impidió que Pablo Torre rematara la faena con el 4-0 a poco menos de diez minutos para el final del tiempo reglamentario. Y, justo después, el alemán tendría la deferencia de propiciar el tan esperadísimo retorno de Gavi al césped, celebrado con una atronadora ovación por la grada de Montjuïc. Tanto, que el 4-1, anotado por Idumbo, quedó casi como una anécdota. Sobre todo, porque quedaría compensado acto seguido por el 5-1 marcado por Pablo Torre.

Así vivió el Metropolitano su partido de sanción sin fondo sur: "Cuando faltan 5.000, el ambiente es menos caliente"

Así vivió el Metropolitano su partido de sanción sin fondo sur: “Cuando faltan 5.000, el ambiente es menos caliente”

Tuvo que ser el Día de las Peñas, en el encuentro ante el Leganés. El día que el Atlético de Madrid tiene reservado para sus aficionados en el que se debió cumplir la sanción de un partido de cierre parcial que falló el Comité de Apelación de la Real Federación Española de Fútbol tras rebajar los tres que había decretado inicialmente el de Disciplina por los incidentes en el derbi ante el Real Madrid.

Al ambiente festivo de fuera, siguió el luto en el interior del Metropolitano. Faltaban los casi 5.000 que integran cada 15 días los sectores 127 a 133 del fondo sur del Metropolitano. No obstante, la entrada fue muy alta, sobrepasando por poco las 60.000 butacas.

El club intentó en su recurso que el cierre se limitara al centro de la grada, los sectores que van del 129 al 131, pero Apelación no estimó sus argumentos al referir el árbitro en el acta que el lanzamiento de objetos vino del "fondo sur bajo".

En el 130, zona en la que se suele ubicar el Frente Atlético, especialmente en su parte inferior, una lona gigante de LaLiga con la frase: "El fútbol que queremos". 350 asientos para lanzar un mensaje a los violentos y una grada entera para que paguen justos por pecadores, según valoró Diego Simeone en rueda de prensa.

"Primero, es una pena que esos 5.000 hayan tenido que pagar por seis, cinco, siete u ocho. Por otro lado, el estadio estuvo maravilloso, la gente se sintió presente. Esperemos ser más fuertes cuando estemos todos como siempre hemos sido", explicó el técnico argentino al acabar el choque.

Lo cierto es que el estadio rojiblanco fue mucho menos bullicioso que otras veces, pese a las palabras del Cholo. Y eso que el equipo necesitó su aliento tras verse 0-1 en el marcador a la media hora de juego.

Hasta pasada la hora de partido, lo más destacable que salió de la grada fueron pitos al equipo en ciertos momentos de manera general y a De Paul de manera particular. También se silbó y mucho a la megafonía cada vez que se recordaba que no estaban permitidos actos violentos o racistas. Entonces, con el empate de Sorloth viró la actitud del respetable y, esta vez sí, el Metropolitano volvió a ser una caldera.

"El apoyo ha estado bien, pero cuando faltan 5.000 se queda un poco menos caliente. Aún así la afición ha estado espectacular. Cuando pierdes 0-1 no es fácil, pero el público apoya hasta el final", declaró Axel Witsel al finalizar el choque.

Los decibelios del Metropolitano fueron creciendo acorde a las ocasiones y, sobre todo, los goles del equipo. Las gradas casi se vienen abajo en el tanto de Griezmann, que era el que certificaba la remontada y luego en el segundo del delantero noruego.

Futuro incierto

Lo peor puede estar por venir. La sanción de la RFEF era la más liviana contra el club rojiblanco por el lanzamiento de objetos durante el derbi al portero del Real Madrid, Thibaut Courtois, que obligó a suspender el encuentro durante 14 minutos.

Queda la sanción de Antiviolencia. No son sólo 65.000 euros, sino que habla del cierre total del estadio durante dos semanas. Al ser un proceso largo, podría no haber dictamen final ni siquiera esta temporada. Si el Metropolitano escuchó el silencio ante el Leganés, vacío puede ser como vivir en la nada.

El Atlético vence al Leganés y al silencio con un callado Sorloth

El Atlético vence al Leganés y al silencio con un callado Sorloth

"Oye, hijo mío, el silencio. Es un silencio ondulado, un silencio, donde resbalan valles y ecos y que inclinan las frentes hacia el suelo". Federico García Lorca no estuvo en el Metropolitano, un estadio ruidoso, bullicioso, tormentoso, casi. Pero ante el Leganés faltaba el epicentro de la tormenta. Ese que inicia el terremoto, que arrastra a los valles y que provoca los ecos. Así que su poema se deslizaba por entre las butacas del fondo sur, vacío, callado... sancionado. El Atlético se sobrepuso al silencio y al tanto inicial del Leganés para vencer con un callado Sorloth tras un aluvión de ocasiones. [Narración y estadísticas, 3-1]

La tormenta la quiso poner el Atlético en el campo, con un inicio arrollador, presionante y con filo. Aupados a un 4-4-2, ofensivo y con mucha presencia en las bandas. Falta remate y eso que Sorloth tuvo uno en boca de gol. El amago previo de Griezmann le despistó, pero necesita más sangre el frío noruego si quiere que Simeone, un entrenador pasional, recurra a sus servicios más a menudo en el once. Aunque sin ruido encontró el éxito por partida doble. ¿Será suficiente?

Borja Jiménez salió a aguantar, con un once bastante trabajador y de batalla. Poca creación y mucho juego directo. Le contaba el entrenador a este periódico que hay cosas del año pasado que no valen este y que los futbolistas deben de cambiar de roles. Poco toque y mucha precipitación, una cosa es cambiar la EA Sports por la Hypermotion y otra reventar los GPS corriendo detrás del balón. Pero como el fútbol ni conoce de merecimientos ni de intenciones, sólo necesitó el Leganés un resquicio para perforar la portería de Oblak. Una descarga fallida de Riquelme en el borde de su área, la recuperó el Leganés y el balón llegó a los pies de Raba, que esta vez sí pudo hacer daño con un pase filtrado para Neyou. El camerunés no se lo pensó y disparó a la escuadra más cercana de Oblak. En algunas circunstancias podría considerarse fallo del portero el no proteger su palo, pero la violencia del chut sirvió de atenuante para el esloveno.

Neyou celebra su tanto con Simeone de fondo.

Neyou celebra su tanto con Simeone de fondo.PIERRE-PHILIPPE MARCOUAFP

El gol dio alas al Leganés y adormeció momentáneamente al Atlético. Tanto que la grada tuvo que reclamar a los suyos un contraataque tras una recuperación con el equipo blanquiazul descolocado. Tuvo el conjunto de Jiménez alguna transición peligrosa antes de que se despertara el Atlético que quiso, y no pudo, igualar antes del paso de los vestuarios. Ya no sabe qué hacer Simeone para dar con la tecla. Tras el final del medio tiempo hubo pitos a un equipo que no termina de encontrarse. Es un problema de efectividad claro, de contundencia como le gusta decir al Cholo. Hablamos de 5,6 disparos para hacer un gol antes de este encuentro, el FC Barcelona, por ejemplo, sólo necesita cuatro.

Más efectividad

Ni siquiera contará como disparo a puerta el fallo de Correa al inicio de la segunda parte tras una gra dejada de Griezmann. Era más difícil echarla fuera que encontrar un hueco en los 18 metros cuadrados que defiende Dmitrovic. A Simeone le llevaban los demonios. El fondo sur, vacío, no pudo ni lamentar la ocasión. Sacó el técnico a un bloque de argentinos para intentar dar la vuelta al marcador. El equipo actitud tenía, pero las cosas no terminaban de salir. Hasta que Witsel recogió un buen pase de Giuliano en el área, recortó tras el rechace a su primer centro y encontró a Sorloth, que metió su segundo gol con el Atlético de tacón, como si ya llevara 10.

Rugió el Metropolitano como si no tuviera una extremidad cercenada y comenzó el acoso rojiblanco a la portería de Dmitrovic. Casi culmina la remontada el denostado De Paul, pero Tapia se cruzó de manera providencial y después lo intentó Julián sin éxito. El tanto se mascaba. Y lo consiguió el mayor goleador de la historia del Atlético de Madrid, al que el VAR le salvo dos minutos después de una roja. Tras una jugada de fe de Giuliano, quien rebañó la bola al destino para ponérsela fuerte y abajo al francés que se adelantó al primer palo ante un vencido Dmitrovic. Sorloth haría el tercero tras otra jugada de fe de Julián. La fe rompía el silencio y con ella vencía el Atlético.

La espiral constante de Modric en el "desequilibrio" del Madrid: 180 minutos con Croacia, un récord de Puskas y una asistencia clave

La espiral constante de Modric en el “desequilibrio” del Madrid: 180 minutos con Croacia, un récord de Puskas y una asistencia clave

Hay cosas que no cambian. Luka Modric ganando partidos y trofeos con el Real Madrid y Luka Modric acumulando capitanías con la selección croata. Es una espiral que dura más de una década y que por mucho que en el Bernabéu intenten, cada vez menos, convencer al centrocampista para lo contrario, se mantiene imparable en el tiempo. En Vigo, el de Zadar volvió a demostrar que puede hacer todo a la vez.

A sus 39 años, cumplidos el pasado mes de septiembre, Modric disputó 180 minutos con Croacia en el último parón internacional. Completó dos encuentros con su selección, una victoria en casa contra Escocia y un empate en Polonia, y regresó a Valdebebas para ponerse a las órdenes de Carlo Ancelotti. En Balaídos fue suplente, aunque si por él hubiera sido, hubiera salido en el once inicial. Se ve joven, se siente joven.

Cuando saltó al terreno de juego de la ciudad gallega, Modric tiró abajo un récord de longevidad del mismísimo Puskas. Se convirtió, con 39 años y 40 días, en el jugador más veterano en disputar un partido oficial en toda la historia del Real Madrid. 'Cañoncito' lo había hecho a los 39 y 36 días. Y Modric, para celebrarlo, se inventó un pase a Vinicius que resultó en el 1-2 salvador del conjunto blanco ante el Celta.

"Fue un pase fantástico de Modric. Algo normal en él, por su enorme calidad. Luka siempre aporta, sea titular o saliendo desde el banquillo", admitió en sala de prensa Carlo Ancelotti, que definió al croata como "un hombre tranquilo". "Un profesional extraordinario. Un hombre tranquilo, pero con carácter. Ha sido una suerte para el Madrid tener a este jugador", reflexionó el italiano.

A unos metros de su entrenador, Modric admitió entre risas, pero de verdad, que "no me gusta que me sigan recordando lo de la edad", "pero es algo impresionante", matizó. "Estoy muy orgulloso de conseguir este récord y de seguir con esta edad en el mejor club del mundo", añadió.

El croata reconoció que se siente "bien física y mentalmente". "Eso es lo que quiero y siempre intento ayudar", insistió. Y fue muy claro con la situación del equipo: "Nos esperan semanas muy difíciles y hay que seguir unidos y sacar esto adelante, tenemos calidad pero sólo con calidad no basta. El fútbol te devuelve si tú lo das todo".

"No lo expliqué bien"

En líneas generales, en Vigo el Madrid estuvo lejos de su mejor nivel. Sostenido por Courtois, Modric, Mbappé y Vinicius, el conjunto blanco cuajó otra actuación irregular con algunos tramos de caos provocados por el cambio de sistema de Ancelotti. El técnico probó el esquema de tres centrales, con Tchouaméni al lado de Rüdiger y Militao, y durante algunas fases del partido había demasiados espacios en la defensa.

"Cuando teníamos el balón, Tchouaméni jugaba entre los dos centrales. Ahí tuvimos un problema de desequilibrio en la primera parte porque, si con balón eran tres, sin él tenía que adelantarse... Y cometíamos errores. Yo no lo expliqué bien", se culpó el italiano, que aseguró que lo arreglarán. "Calma, podemos hacerlo. Pero tampoco vamos a jugar así siempre. Puede que algunos partidos lo hagamos para tener una salida sin mucha presión, pero ante dibujos diferentes del rival, se puede jugar con el pivote de siempre", declaró Carletto el día que cumplía 200 partidos en Liga con el Madrid. "Muy contento. La pregunta es: ¿Cuántos de estos 200 no hemos sufrido? Ni uno. Han sido 200 sufridos. Muchos con éxito, pocos con tristeza", admitió.

Borja Jiménez, de (casi) profesor de autoescuela a entrenador de Primera con el Leganés: "La vida está para tomar decisiones arriesgadas"

Borja Jiménez, de (casi) profesor de autoescuela a entrenador de Primera con el Leganés: “La vida está para tomar decisiones arriesgadas”

Si Borja Jiménez (Ávila, 1985) no hubiera seguido su corazón, hoy LaLiga y el CD Leganés no contarían con un gran entrenador y un hombre de fútbol. En su primera experiencia en los banquillos consiguió llevar al Ávila al playoff de ascenso a Segunda B, pero a sus 21 años el fútbol se olvidó de él y casi termina de profesor de autoescuela. Hoy, con 39, es el tercer técnico más joven de Primera División y el que llevó al quinto equipo madrileño a la máxima categoría. Sólo hay una cosa que no le gusta de su trabajo, la Fantasy, uno de los motivos por los que se eliminó los comentarios en redes sociales. Hoy juega en el Metropolitano, sin su Fondo Sur, ante el Atlético de Madrid.

¿Van a ganar al Metropolitano?
De los próximos tres partidos tenemos dos equipos de Champions y en sus campos. Tenemos que convivir con esa dificultad. Creo que es un premio a una muy buena temporada del año pasado, hay que competir, disfrutar y, sobre todo, sentirnos capaces de poder ganar en cualquier campo.
Lo harán sin Fondo Sur.
Las circunstancias por las que no van a estar no nos agradan a ninguno, pero a priori es un hándicap para ellos. No creo que tenga una influencia determinante en el partido, aunque a nivel visual será algo extraño de ver. Intentaremos, dentro de lo que a ellos les pueda suponer no contar con parte de su afición, jugar lo mejor posible nuestras bazas.
Han sido semanas de demasiadas noticias de ultras, ¿estamos volviendo atrás?
Esperemos que no, porque no sería positivo. Desde aquí hago un llamamiento a la coherencia, a la calma, al saber estar, a que al final el fútbol es un espectáculo donde intentamos pasarlo bien, disfrutar. Hay mucha gente que va con su familia, con sus amigos y queremos que los campos del fútbol sean un sitio seguro donde disfrutar de nuestros equipos.
¿Qué o quién le da más miedo del Atlético?
Todos, hablar de un futbolista u otro en equipos de élite mundial, llámese Griezmann, Julián, Sorloth... Son delanteros de muchísimo talento, pero su línea defensiva es parecida. Son jugadores de élite mundial.
Vienen de un calendario más benévolo, llegan los Alpes.
Cada partido, cada salida, parte con una dificultad extra. A nivel personal lo tengo interiorizado, muy normalizado para saber dónde estamos, quiénes somos y cuál es la manera para conseguir el objetivo.
Borja Jiménez en un momento de la entrevista con EL MUNDO.

Borja Jiménez en un momento de la entrevista con EL MUNDO.Javier Barbancho

Encajan poco pero también marcan poco.
Por lo general, los equipos de mitad de tabla para abajo suelen tener problemas para hacer gol. ¿Por qué? Porque la diferencia entre Primera y Segunda División es que Primera es una categoría muy del futbolista, donde ellos tienen la capacidad de desorganizar cualquier sistema defensivo. Y Segunda es más del entrenador, donde las tácticas o las modificaciones son menos permeables al talento individual.
Todo ello con una plantilla casi nueva.
Sí, más del 50% son jugadores nuevos y muchos han llegado al final del mercado, lo que supone que ahora estén arrastrando molestias típicas de pretemporada.
¿Ya se han adaptado el entrenador y el Leganés a Primera?
A nivel personal sí, porque hemos detectado qué cosas nos valían del año pasado y ahora no, independientemente de los futbolistas. A nivel colectivo todavía nos queda, porque hemos tenido muy poco tiempo para trabajar.
Lo evidente es que ahora ganan menos.
Sí, y también hay un cambio de roles en los jugadores. Todas estas cosas son difíciles de asimilar y quien diga lo contrario miente. Lo intentas prevenir ayudando a que la gente entienda este tipo de situaciones, pero no es fácil. Hay que cambiar esa mentalidad, pero nosotros, club y afición, porque creo que conocer nuestra realidad nos va a acercar mucho a los objetivos.
A nivel mental, dejar el ascenso para la última jornada tras perderlo en la penúltima les tuvo que ayudar.
A cualquiera le hubiera supuesto un golpe muy duro y a este grupo le supuso una piedra más en el camino. A las 48 horas entendió que la única opción era ganar 6 días después y lo hizo. Es un equipo con una resiliencia muy grande, con una capacidad de trabajo muy buena y que ha entendido desde el primer momento que el éxito del Leganés o el éxito que ellos puedan tener va unido al del resto de compañeros.
Fue uno de sus momentos más duros.
Sí, junto con el no ascenso del Dépor. Semanas en las que no tuvimos que mostrar dudas. Creo que hicimos un esfuerzo muy grande en intentar olvidar eso y que nos sirviera como empujón para poder celebrarlo con nuestra gente.
Los jugadores del Leganés, en la última jornada de la temporada pasada.

Los jugadores del Leganés, en la última jornada de la temporada pasada.EFE

Es de los pocos entrenadores que no ha sido futbolista profesional, ¿cómo sienta en el vestuario?
Los futbolistas, aparte de algún matiz táctico, lo que necesitan son personas y no creo que para entrar en un vestuario y conocer sus necesidades hayas tenido que ser futbolista. Habrá casos que les pueda ayudar más y otros menos, porque mis experiencias son diferentes.
Con 21 años empezó a entrenar, imagino que el balón no era lo suyo.
Era atrevido (risas). Lo que a mí me gustaba cuando jugaba era estar con mis amigos. En aquella época había menos cosas y la necesidad de jugar al fútbol o de inventarte juegos era mayor. No me considero futbolista, me considero una persona que ama muchísimo este deporte, que amaba estar con su gente y que ahora tiene el privilegio de vivir cumpliendo un sueño.
¿Llegó a dudar de usted en aquel impasse sin equipo entre el Ávila y la cantera del Valladolid?
Dudas, porque tras llevar al Ávila al playoff de ascenso a Segunda B piensas que lo que has conseguido tiene mayor repercusión y la realidad es que si caminas 50 kilómetros nadie sabe lo que ha pasado. Nosotros vivimos en el entorno del fútbol en el que creemos que todo gira a nuestro alrededor y que cuando has hecho algo importante tiene más repercusión de la que realmente tiene.
¿Qué pensaría Borja Jiménez de sí mismo si hubiera terminado como profesor de autoescuela?
Pues que se equivocó, porque creo que en la vida estamos para tomar decisiones arriesgadas y para hacer lo que nos guste. Trabajamos 50 años y lo tienes que hacer en una profesión donde estés cómodo, que te guste, porque si no es inaguantable. El mayor tiempo de nuestra vida lo pasamos trabajando y es muy difícil hacer algo que no te gusta todos los días de tu vida. Entonces me hubiera arrepentido muchísimo.
Jiménez, frente a los campos de entrenamiento del Leganés.

Jiménez, frente a los campos de entrenamiento del Leganés.Javier Barbancho

Su otra pasión, por su hermano el productor Selecta, entiendo que será la música.
Sí, además a él le pasa un poco parecido, aunque no tiene ni idea de fútbol. Ahora ya un poco (risas). Entiendo que él tiene también, más que pasión por el fútbol, pasión por su hermano. Y a mí me pasa igual. Y otro de mis hobbies es verle actuar siempre que puedo, me llena de orgullo y lo disfruto muchísimo.
¿Cree que sus padres les hubieran querido a alguno trabajando con ellos?
Ellos se alegran de nuestro éxito, lógicamente, y nunca se hubieran imaginado esto de sus hijos. Lo que lamentan es que podamos pasar poco tiempo con ellos por nuestras profesiones y son ellos los que siguen haciendo el esfuerzo por vernos y van a los partidos o también a las fiestas de Pablo y se acuestan a las 5 am.
¿Cree que el fútbol es complicado para tener familia?
Sí, muy complicado. Cada vez la gente va contando con más naturalidad los problemas. Ya no solo los que sufrimos nosotros como que nos insulten o que nos falten el respeto. Tú estás dentro y lo ves como parte de tu profesión, pero tu familia no. Y a nivel personal, los horarios, los fines de semana, los viajes... para la gente que está a tu alrededor es complicado, porque tienes mucho desorden en tu día a día. La gente me dice, ¿qué día libras? Bueno, pues ninguno, no libras. Como entrenador nunca tienes descanso.
¿Tiene otra pasión que se le parezca al fútbol?
No, mi siguiente pasión son los coches, pero no tengo tiempo. Yo iría dos veces a la semana a montar en kart y a dar mis vueltas, pero no me da. Pero sí que es una pasión que he tenido siempre. Y luego una que es igual que el fútbol, pero que no se puede contabilizar, es mi familia y mis amigos. A eso sí que les dedico más tiempo que al fútbol. No en horas, pero sí en importancia.

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Mbappé, Vinicius y Courtois condenan al Celta y salvan el galimatías del Madrid

Mbappé, Vinicius y Courtois condenan al Celta y salvan el galimatías del Madrid

Las estrellas aparecieron en Vigo para dar tres puntos y mucho aire a un Madrid necesitado. Un Madrid irregular, extraño, confundido a ratos por el cambio de sistema de Ancelotti... Un galimatías. Pero un Madrid que suma, resoplando las ocasiones falladas del Celta, gracias a los goles de Mbappé y Vinicius y las paradas de Courtois.

Con su delantera de vuelta en plena forma física y con Rodrygo recién llegado de Brasil, Ancelotti buscó una nueva manera de encajar todas sus piezas más valiosas. Un trabajo de relojería que en el Madrid, un club de estrellas, muchas veces es complicado. La situación no le dejó más remedio al italiano que cambiar el sistema y probar por primera vez en este curso el esquema de tres centrales, con Tchouaméni pegado a Militao y a Rüdiger. Si algo había demostrado el conjunto blanco en este inicio es que tenía un overbooking en ataque que ralentizaba su juego y no dejaba espacios, lo más importante para sus grandes nombres. Sin espacios, Mbappé y Vinicius se ahogan.

En Vigo, en una de las visitas más complicadas del año, el Madrid salió con cinco defensas, Camavinga y Valverde en el medio y Bellingham enganchando con Vinicius y Mbappé. Hubo cierto caos en el inicio, brotes verdes durante el partido y muchas dudas al final. Ancelotti abroncó en varias ocasiones a Tchouaméni porque el francés no tenía claro dónde situarse. Sin balón aparecía a la derecha de Militao y con él, en el centro, de eje. Ese era el plan, pero los desajustes en el tramo inicial casi provocan el gol del Celta.

Para suerte de los blancos, apareció Courtois. En un contragolpe vigués, Iglesias dejó solo a Swedberg ante el portero belga, el sueco definió abajo y Courtois alargó su pie izquierdo para evitar el 1-0. Era el minuto 7 y los de Claudio Giráldez le perdonaban la vida al Madrid para desesperación del técnico, una de las revelaciones de LaLiga. Su Celta dista mucho del de Benítez, propone, es valiente, exprime sus recursos y hace daño, que es lo importante.

Los errores del Madrid en la transición y la valentía, a veces demasiada, del Celta en la presión rompieron el partido en el inicio. Fue un correcalles en el que pudo pasar de todo y en el que salió sonriendo el cuadro con mayor talento. En el 8, Guaita salvó un disparo duro de Valverde y en el 19, mientras Ancelotti discutía con sus asistentes por el mal funcionamiento de su esquema, Mbappé decantó el duelo.

Beltrán falló en salida de balón, su pase fue interceptado por Camavinga, el rechace llegó a Mbappé y éste, desde la frontal, se inventó un derechazo a la escuadra de Guaita. Alivio para el cuerpo técnico madridista y para el delantero, que anotó el gran tanto de su temporada hasta ahora para ganar sensaciones y méritos.

El gol asentó al Madrid y calmó al Celta, que prefirió dar un paso atrás en ritmo y colocación esperando alguna contra. Sin Aspas, sancionado, los vigueses perdieron el hilo entre su centro del campo y la delantera, y encomendaron su suerte a las ideas de Bamba y Mingueza, demasiado precipitados con balón. Ansiosos por empatar pero buscando el gol cuando la jugada todavía no lo pedía. Esa aceleración celeste la aprovechó el Madrid, que no perdía en Vigo desde mayo de 2014 (2-0) y que equilibró sus ideas a base de voces. Ancelotti convenció a Tchouaméni y entre Valverde y Camavinga gobernaron el medio en ataque y defensa, demostrando que no les hace falta nadie más.

El intermedio durmió al Madrid, que reinició el duelo lento y sin sangre en las acciones y se encontró con el empate a los cinco minutos. Mingueza dibujó un pase perfecto a Swedberg y el sueco, libre de la marca de Lucas, batió a Courtois. El tanto empujó al Celta, que quiso más y casi obtuvo más.

Reaccionó Ancelotti sentando a Camavinga y Valverde y apostando por Modric y Rodrygo. Y a los dos minutos, el croata se inventó el 1-2 con un pase al hueco perfecto a Vinicius que el brasileño transformó el gol al evitar la salida de Guaita. Da la sensación de que el Madrid brilla cuando quiere, y que no quiere demasiado. Sufrió al final, con momentos taquicárdicos para Balaídos, que lamentó el poco acierto de Bamba, Alfon o Douvikas. El tópico dice que no puedes perdonar al Madrid. Así fue. En una semana el Barça visitará el Bernabéu para tomar el pulso de la Liga.