Así convirtió Luis Enrique al PSG en una máquina perfecta: "Es un líder que se ha ganado la credibilidad"

Así convirtió Luis Enrique al PSG en una máquina perfecta: “Es un líder que se ha ganado la credibilidad”

Tres equipos han deslumbrado en Europa: uno en todo el continente y otros dos, principalmente, en sus competiciones domésticas. PSG, Liverpool y FC Barcelona han sufrido una transformación de un año a otro. No han sido los futbolistas los responsables sino la llegada o consolidación de entrenadores que han impuesto sus ideas por encima de los privilegios de ciertos jugadores.

El equipo francés comenzó el Mundial de clubes como terminó la temporada: ganando. Ha logrado todos los títulos del curso y es favorito también para este. Lo ha hecho, además, justo el año en que Kylian Mbappé dejaba su disciplina. Luis Enrique ya avisó que mejoraría al equipo tras la salida del francés: "Tener un jugador que se movía por donde él quería implica que hay situaciones de juego que yo no controlo. Este año las voy a controlar todas. Prefiero once que piensen juntos a uno que rompa el mapa por talento", avisó.

"Decirlo es fácil, lo difícil es llevarlo al césped", alaba Antonio Castaño, director académico de la Escuela de Entrenadores de la RFEF y explica: "Hoy no hay nadie que pueda permitirse tener jugadores que en una fase del juego, la defensiva, no participen". Y los once del PSG lo han hecho y de qué manera. De la final ante el Inter de Milan, muchos como Castaño recuerdan más las carreras de 70 metros de Kvaratskhelia para recuperar posición que los regates en área italiana, como hizo también ante el Atlético.

"Un instante en perderla"

Por citar otro nombre propio, Desiré Doué, aunque no brillara ante los rojiblancos, tiene uno de los mejores ratings defensivos del equipo del asturiano. Es el sexto que más disputas gana y el tercero en faltas cometidas. Ese compromiso, Castaño dice que se resume en una frase: "Es un líder que se ha ganado la credibilidad" y añade que esta credibilidad "tardas una vida en ganártela y un instante en perderla". Habrá que valorar este Mundial y, especialmente, la temporada siguiente, pero parece que la fe en Luis Enrique es total.

La mejora del rendimiento colectivo afecta al individual y, volviendo a Doué, el francés ha sido el tercer jugador que más se ha revalorizado este año empatado con el segundo. Su precio ha crecido 60 millones de euros igual que el del barcelonista Pedri. El que lidera esta clasificación, claro, es otro culé que ha deslumbrado al mundo, Lamine Yamal, con un crecimiento de 110 millones de euros.

En el top-20 también están Cubarsí (6º, +50 millones) y Raphinha (14º, +40 millones), pero no hay futbolista del Barça que no se haya revalorizado este año y eso es gracias a la llegada de Hansi Flick. "Cuando un equipo a nivel colectivo funciona bien, todos los individuos se ven beneficiados en su rendimiento, el nivel parece más alto", explica Castaño.

Hansi Flick, en un entrenamiento del Barça.

Hansi Flick, en un entrenamiento del Barça.AFP

Y el equipo del alemán ha sido un reloj con una defensa que, a juicio del director académico de la RFEF, daba "una sensación angustiosa" por su altura. "La ventaja es que tienes más espacio para robar al rival cuando pierdes la pelota", apunta Castaño y cree que Flick "ha exagerado" la obsesión de Guardiola del 3-5, intentar robar la pelota en menos de tres segundos y finalizar en cinco.

Hay una cuestión táctica que, será por la estancia de Luis Enrique en el club barcelonista, o será por el sello del asturiano pero, tanto Barça como PSG, tienden a juntarse hacia los delanteros y no hacia los defensas. "Lo que vemos en la tele es donde está el balón, pero no vemos como una presión adecuada arriba sube la línea de defensa", apostilla el entrenador.

Beatles y Rolling Stones

Otro de los equipos que se ha construido a imagen y semejanza de su entrenador es el Liverpool de Arne Slot. "Un equipo se tiene que parecer al entrenador, como los perros al dueño, el suyo es más los Beatles y el de Klopp, los Rolling Stones", comienza Castaño sobre un conjunto red que ha ganado con holgura en la Premier, pero que fue descabalgado a las primeras de cambio por el PSG de Luis Enrique en la Champions. "Han cambiado la visceralidad por la racionalidad", razona el director académico de la escuela de entrenadores de la RFEF sobre un técnico que se ha unido a la lista de debutantes que antes han alcanzado 20 victorias con su equipo en la liga inglesa, el holandés tardó 24 duelos.

Otro de los cambios aplicados al Liverpool y que se diferencia de PSG y Barça es la presión defensiva que no es inmediata sino que se produce cuando el potencial robo sea en una zona peligrosa del rival. "A veces dejan dar dos o tres pases antes de ir a por el balón", apunta Castaño. Y han cambiado también las transiciones veloces y "a tumba abierta" por tener un poco más el balón para "descansar" con él.

Tres equipos, tres técnicos que han dado la vuelta a sus plantillas y las han revalorizado. Pero sólo uno podrá mostrarlo al mundo desde Estados Unidos. Luis Enrique ya ha empezado desde el primer duelo.

No hagan caso a los periodistas: Georgia no es una amenaza para España y no todo es una gesta

No hagan caso a los periodistas: Georgia no es una amenaza para España y no todo es una gesta

Habitualmente, no consumo apenas periodismo deportivo porque bastante tengo con soportarme a mí mismo, pero en Eurocopas y Mundiales hago una excepción. No hay mucha más actividad, me invade el espíritu patriótico (o el italiano, cada uno con sus taras) y me encanta disfrutar del fútbol de un modo mucho más relajado que el estresante día a día de ser de un equipo. Durante un mes cada dos años soy un hincha sin responsabilidades ni filtros, así que llevo 72 horas leyendo y escuchando que Georgia es peligrosa para España.

Georgia.

En serio, Georgia.

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Sin tensión en la guarida de Georgia: una Eurocopa “hecha”, jabón a España y el temor de Mamardashvili

Actualizado Viernes, 28 junio 2024 - 22:52

Georgia fue la última selección que consiguió billete a la Eurocopa y para su cuartel general se tuvo que conformar con lo que había disponible en la zona donde más sedes se concentran. Ni la idílica Selva Negra ni el castillo de Inglaterra ni la elegante Paderborn de Francia. Su guarida está en Velbert, en la cuenca minera, a medio camino entre Düsseldorf y Dortmund, en las pequeñas pero coquetas instalaciones del Sport Und Spielvereinigung, un equipo de la quinta división alemana.

Eso sí, las vistas no son paradisiacas: una fábrica y el aparcamiento de camiones de una cantera cercana. Nada importaba ayer cuando volvió al trabajo el equipo de Willy Sagnol tras un día con sus familias. «Ya hemos hecho una buena Eurocopa, ahora toca disfrutar. Vamos a competir porque, aunque somos un país pequeño, tenemos un corazón grande». Fue el mensaje que lanzó Giorgi Mamardashvili, uno de los tres mosqueteros que han impulsado la proeza de la selección debutante.

El guardameta del Valencia tenía un valor doble como protagonista: es el mejor portero del torneo, la revelación, y es, además, él único que habla castellano, junto a Kochorashvili, centrocampista del Levante que lleva años en España. La decena de periodistas que acompaña a los georgianos se multiplicó por tres. La clasificación y, sobre todo, el rival, les han puesto en un foco que no esperaban. Por eso su mensaje estaba muy claro: «España es la gran favorita para ganar el torneo. Los conocemos, sabemos de la calidad de los goleadores, de sus asistencias, y tienen en mejor portero de esta temporada en LaLiga», confesó Mamardashvili, que admira a Unai Simón. A quien más teme es a Lamine Yamal. Como diría cualquier equipo. Y eso que quien le batió en la fase de clasificación fue Nico Williams.

La parada a Dalot

Una vez puesta la piel de cordero, comenzaron a lanzar órdagos. «En el 7-1 hubo mala suerte. Nosotros tenemos que estar concentrados, defender muy bien y salir al ataque», advertía el portero. «Debemos estar muy juntos y muy atentos. Somos pequeños, pero no tenemos miedo», subrayaba el central Luka Lochoshvili.

Han interiorizado que son todos para uno, Khvicha Kvaratskhelia, y tres para todos: el jugador del Nápoles, Mamardashvili y Georges Mikautadze. El líder conocido y los dos inesperados, que siguen dejando que el peso recaiga sobre el veloz extremo. «Kvaratskhelia es mejor que toda España junta», se despachó el arquero, que aseguro haberse «preparado todo el año para llegar aquí en estas condiciones». Se ha convertido en estrella por sus paradas, de las que se queda como la mejor con la que le hizo al portugués Diogo Dalot. «Aunque no sirviera porque pitó el penalti», se lamenta.

Tranquilo está el portero y también el máximo goleador de la Eurocopa que, como otros compañeros titulares, saltó al césped en zapatillas y mantuvo una larga charla con uno de los ayudantes de Sagnol. Quizá fuera sobre el reparto de la prima de 10 millones que Mamardashvili confirmó que les ha ofrecido el oligarca Bidzina Ivanivishvili si eliminan a España. O quizá su fichaje por el Mónaco, que le libra de jugar en la segunda división francesa tras el descenso del Metz.

Los futbolistas de Georgia, el viernes en Velbert.

Los futbolistas de Georgia, el viernes en Velbert.EFE

Menos claro está el futuro de Mamardashvili. Peter Lim le tiene en el escaparate con la etiqueta de 35 millones de euros. Ha pulido un diamante que cobró en su primer año 70.000 euros de ficha y 7.000 por partido con el primer equipo. Jugó 21 en total y se embolsó más del doble que su sueldo bruto.

No había presión alguna en el ambiente del equipo georgiano. Los titulares corretearon por el campo, dejando muy claro que Sagnol no prepara cambios, y los suplentes aumentaron el ritmo. Nada reflejaba que las tímidas quejas del técnico francés por contar con menos descanso que España hubieran acelerado sus planes. Lo tienen claro. «Es en el césped donde ha de ejecutarse lo planeado», advertía Lochoshvili, mientras Mamardashvili se colocaba los guantes y Kvaratskhelia, con tres saltitos sobre el pie izquierdo y santiguándose, saltaba al césped.

En el corazón de Georgia, el rival de España: la tierra Sakartvelo, la patria Samshoblo y un patrocinio de Armani

Actualizado Jueves, 27 junio 2024 - 22:26

Nada de lo que ocurrió en las entrañas del Arena AufSchalke desde que Georgia puso un pie en los octavos de la Eurocopa es casual. Todo tiene, buscado o no, un simbolismo que va más allá del balón. Estos futbolistas son un emblema para las nuevas generaciones de un país orgulloso que quiere, como en el campo, conquistar a Europa. El aldabonazo en Alemania, venciendo a Portugal y enfrentándose a España, es una metáfora de que quieren colocarse en todos los mapas.

Cuando Saba Lobjanidze enfiló, altavoz en mano, el largo pasillo de la zona mixta, lo seguían Mekvabishvili, Kvekveskiri y se fueron sumando jugadores al grito 'Sakartvelo'. No era un cántico de jugadores eufóricos que, hasta hace apenas un año, casi eran desconocidos si los encontraban por las calles de Tiflis. Era un grito patriota. Para los georgianos no existe Georgia sino Sakartvelo, «la tierra de los kartvelianos», los habitantes del Reino de Kartli que ocupó parte del actual territorio hasta el siglo XV. Allí hunden sus raíces estos jugadores que ni siquiera superan la treintena y que, por eso, han establecido un vínculo directo con la juventud del país.

Comparten inquietudes, sueño europeísta y orgullo nacional, porque como quienes salen a las calles a manifestarse, ellos tampoco se esconden. «El camino de Georgia pertenece a Europa. ¡El camino europeo nos une! ¡Hacia Europa!», afirmaba Kvaratskhelia en febrero cuando la UE abrió las puertas a la adhesión de Georgia. «¡El camino y el futuro de Georgia pasan únicamente por Europa!» decía Giorgi Mamardashvili, el nuevo ídolo, que ya es imagen de marcas como Emporio Armani o Pepsi.

«Como tres Champions»

«No he conocido un jugador con más sentimiento patriótico que él, lo lleva muy dentro», cuenta José Manuel Ochotorena, entrenador de porteros del Valencia y formador del mejor guardameta del torneo. «Cada cosa buena que hace piensa en lo importante que es para su país. Con la clasificación era el hombre más feliz del mundo. Como si hubiera ganado tres Champions. Cuando volvió a Valencia me contó que la noche del partido ante Grecia que les llevó a la Eurocopa casi no puede entrar en su casa de la gente que le esperaba», relata a EL MUNDO.

Y es que este grupo que dirige Willy Sagnol es mucho más que una suma de deportistas. Son ídolos por lo que hacen en el campo, donde sólo el luchador Ilia Topuria en el ring les gana en popularidad, y fuera. Pocos tienen un recuerdo de la invasión rusa que les arrebató dos provincias, Abjasia y Osetia, pero todos saben que no quieren vivir bajo la suela de esa bota de la que se libraron tras la caída de la URSS. «Cuando yo llegué en 2011 había aún ambiente de guerra y estos chicos conocen las dificultades que ha vivido su gente, la pobreza y las condiciones de vida que aún están muy por debajo de las de Europa occidental. Para todo el mundo era impensable que consiguieran esto», cuenta Carles Coto, que fue jugador del Dinamo de Tiflis durante tres temporadas. Fue junto a Xisco Muñoz, Alex García o Andrés Carrasco uno de los pioneros en «españolizar» el fútbol en Georgia. Ellos pusieron una semilla que luego germinó. «Jugadores como Kvaratskhelia, Mamardashvili o Mikautadze son un ejemplo de que tener lazos con Europa hace crecer», apunta el ex futbolista.

Eso es precisamente lo que piensa buena parte de la población y de los jugadores, a los que les gusta mostrarlo. En el vestuario entonaron 'Samshoblo' (Patria), una canción folk publicada después de la guerra con Rusia y hoy himno proeuropeo.

«dejadnos mostrar nuestra fuerza»

Después, en esa especie de conga por los pasillos del estadio de Gelsenkirchen a la que se unió Mikautadze -pero no el tímido Kvaratskhelia ni Mamardashvili, en el control antidopaje-, siguieron lanzando mensajes en el mismo sentido: «Estamos aquí, dejadnos mostrar nuestra fuerza, estamos juntos».

Los futbolistas georgianos festejan su pase a octavos.

Los futbolistas georgianos festejan su pase a octavos.AFP

Mientras, las banderas de Georgia seguían ondeando en manos de los aficionados que, desde las escaleras de acceso a la grada, esperaban a ver salir a su héroes. Ellos les responden. Algunos se posicionaron contra la Ley de Transparencia sobre la Influencia Extranjera, la llamada 'Ley rusa' que pretende controlar la actividad de «agentes extranjeros» en el país, lo que supone de hecho una restricción de libertades, entre ellas las de expresión y todas las que posee en colectivo LGTBI.

Esa propuesta viene avalada por el partido Sueño Georgiano, liderado por el oligarca Bidzina Ivanichvili, considerado el dirigente en la sombra del país, que ayer anunció que donará más de 10 millones de dólares al equipo nacional de fútbol por la proeza de la clasificación para octavos. Se trata de una prima mayor que la que recibiría España si termina campeona. Falta saber si estos jugadores la aceptan o queda en los fondos de la Federación, menos beligerante.

Ahora espera España, pero ellos disfrutan y hasta unen a su fiesta en su base de Velbert, cerca de Dortmund, a otro conocido luchador, Merab Dvalishvili. Eso sí, con el corazón a 4.000 kilómetros. «Me han enviado vídeos de cómo está celebrando la gente y es increíble», contaba Giorgi Kochorasvili tras el partido. Antes de la Eurocopa, el anhelo del jugador del Levante era darle una alegría su pueblo, «que lo está pasando mal». Ya lo han conseguido.

El hombre más rico de Georgia recompensa a su selección de fútbol con 10 millones

El hombre más rico de Georgia recompensa a su selección de fútbol con 10 millones

Actualizado Jueves, 27 junio 2024 - 18:07

El oligarca Bidzina Ivanichvili, considerado el dirigente en la sombra de Georgia, donará más de 10 millones de dólares al equipo nacional de fútbol, clasificado el miércoles para octavos de final de la Eurocopa-2024, anunció el jueves su partido político.

Los jugadores de ese pequeño país del Cáucaso derrotaron el miércoles a Portugal por 2-0, un triunfo histórico en su primera gran competición internacional.

La selección que dirige el francés Willy Sagnol se enfrentará el domingo a uno de los favoritos del torneo, España, tres veces campeona de Europa.

Sea cual sea el resultado en ese partido, el partido gobernante en Georgia anunció que su presidente de honor concedería al equipo una recompensa de 10,7 millones de dólares.

La cantidad se doblaría si Georgia elimina el domingo a España y se clasifica a los cuartos de final.

Bidzina Ivanichvili, el hombre más rico de esta ex república soviética, preside discretamente el destino de Georgia desde hace una década aunque no desempeña funciones gubernamentales.

Su fortuna está estimada en 4.900 millones de dólares, lo que supone casi un cuarto del PIB del país.

Este hombre de 68 años fue primer ministro de 2012 a 2013, después de haber fundado un partido político que opera en los últimos años un giro conservador y antioccidental.

Sus críticos le acusan de querer desviar a Georgia, candidata a ingresar a la Unión Europea, de su camino hacia Occidente para aproximarla a la órbita de Rusia.