Pedro Martínez, el héroe de España en esta Davis que no supo gestionar su gesta: “Nunca había vivido emociones así y después pegué un bajonazo”

Actualizado Miércoles, 19 noviembre 2025 - 21:41

Si España está en la Final a Ocho de la Copa Davis, si desde este jueves (10.00 horas, Movistar) ante República Checa busca su séptima Ensaladera, es gracias a Pedro Martínez. Hace una eternidad, en febrero, ganó dos puntos en la primera ronda ante Suiza y, hace no tanto, en septiembre, hizo lo propio en la increíble remontada ante Dinamarca. En aquella eliminatoria salvó una bola de partido ante Holger Rune, número 15 del mundo, y recuperó un billete para Bolonia que ya estaba perdido. Ahora en el Bologna Fiere, más con la baja de Carlos Alcaraz, será una pieza clave. "Es una lástima, pero el ambiente del equipo es fantástico y todo se decide en la pista. También parecia imposible lo de Dinamarca", comenta Martínez, de quien no se debería olvidar su esfuerzo previo o, mejor dicho, su sacrificio.

Porque aquel éxito ante Dinamarca fue tan mayúsculo, tan tremendo fue el subidón, que desde entonces no ha vuelto a ganar un partido. Siete torneos —Bad Waltersdorf, Shanghái, Valencia, Bruselas, Basilea, París y Atenas— y siete derrotas en primera ronda. Ante un desconocido Marko Topo, ante Albert Ramos al borde de la retirada... Una crisis en toda regla. Hubo algunos problemas físicos, explica, pero sobre todo hubo un descubrimiento: qué difícil es bajar después de tocar el cielo.

¿Qué pasó?
No he jugado bien últimamente, esa es la verdad. Después de la victoria ante Dinamarca pegué un bajonazo de energía. Nunca había vivido emociones así: sacamos una eliminatoria que teníamos perdida, y en las semanas siguientes me faltaba la motivación. No sé. No era nada específico, pero me faltaba fuelle, no tenía muchas ganas. También se juntó con una pequeña pubalgia, que siempre es una lesión puñetera. Te permite jugar, pero nunca estás al 100%.
¿Y ahora cómo se siente?
Mejor, mejor. Físicamente me encuentro mejor porque he podido descansar y mentalmente me siento recuperado. Esta semana ya he entrenado con muchas ganas, quiero ayudar en lo que pueda en esta Davis y la temporada que viene estaré mejor. Tengo bastante ranking que recuperar, pero las sensaciones ya son otras.
Ha caído del número 36 al 93 del ranking ATP. ¿Vio peligrar su convocatoria para esta Copa Davis?
El capitán, David [Ferrer], siempre ha sido muy honesto con todos. Este año conseguí dos puntos, en individual y en dobles, tanto ante Suiza como ante Dinamarca, y él sentía que yo debía estar aquí. Es un premio por lo que hice en las eliminatorias. En ningún momento pensé que no estaría convocado.
Antes de la baja de Alcaraz, Alejandro Davidovich no fue llamado pese a ser el 14 del mundo y fue muy crítico con Ferrer.
El capitán es quien decide. Él considera quién llega mejor, quién llega peor, quién ha cumplido, quién no ha cumplido. Davidovich está jugando muy bien, con un tenis espectacular, y ha tenido buenos resultados, pero no ha jugado las dos eliminatorias previas. El capitán debe confiar en los tenistas que selecciona.
Ferrer era precisamente su ídolo de infancia.
Sí, claro, porque es de mi tierra. Crecí viéndole jugar y en mi etapa como júnior pude entrenar muchos días junto a él. Para mí siempre ha sido un referente y creo que sabe de la admiración que le tengo.
Usted forma parte de los olvidados, los tenistas españoles en el 'Top 100' de los que apenas se habla por el efecto Alcaraz.
No tengo claro si se hablaría más de nosotros si no estuviera Carlos o si se hablaría más de nosotros si fuéramos de otro país. No somos valorados, pero tampoco es algo que me preocupe. Es normal que Carlos atraiga los focos y el tenis, en general, vende poco a quienes no somos estrellas. Quizá la Davis sea una oportunidad para que más gente se aficione a otros tenistas.
Le patrocina OnlyFans. ¿Cómo es el acuerdo?
La plataforma me contactó porque querían que gente conocida abriera perfiles y lo vi como una buena oportunidad. En OnlyFans puedes compartir contenido de deporte, de cocina o de lo que tú quieras. Invito a que me siga quien quiera.
Hace nada estaba en su mejor momento tenístico y personal.
El año pasado me pasó un poco lo contrario que este año. Fui padre y eso me dio un chute de energía enorme: gané dos challengers, alcancé mi mejor nivel. Por resultados y por ranking, en 2024 viví mi mejor temporada. Esta temporada estuve bien hasta Wimbledon; luego tuve una roturita y, al final, el tema anímico.
Es de los tenistas que vive en Andorra. ¿Por qué?
Porque se vive bastante bien. Desde que llegué, hace cuatro años, han mejorado mucho las instalaciones y unos cuantos tenistas compartimos entrenamientos allí. Cuando tienes familia, hijos, ves que es un país muy seguro, que hay mucha tranquilidad. La gente va allí atraída por las condiciones fiscales, que son atractivas, dejan respirar, y se queda por la calidad de vida.
El peso sobre el músculo tocado y el formato de la Copa Davis, las razones de la baja de Alcaraz

El peso sobre el músculo tocado y el formato de la Copa Davis, las razones de la baja de Alcaraz

Fue en la noche del lunes cuando Carlos Alcaraz decidió junto a su equipo que el riesgo era demasiado grande. Ganar una Copa Davis seguirá siendo un sueño. Otro año será. El número uno del mundo no estará en la Final a Ocho que se disputa esta semana en Bolonia por culpa de una lesión en los músculos isquiotibiales de la pierna derecha sufrida en las ATP Finals.

Al finalizar el encuentro ante Jannik Sinner, Alcaraz esperaba que fuera solo una sobrecarga, una molestia subsanable en los días de descanso antes de la eliminatoria de cuartos de final ante la República Checa, pero la resonancia magnética realizada a su llegada a Bolonia descubrió un edema, líquido en la zona. Según fuentes cercanas al jugador, no hay rotura de fibras y es un proceso autolimitado, es decir, que se cura por sí solo, pero es doloroso y existe la posibilidad de que acabe en desgarro.

Existía la opción de dejar que el jugador reposara 48 horas para valorar la situación nuevamente el miércoles, pero era esperar un milagro. Una hinchazón así requiere más tiempo y, pasara lo que pasara, sería peligroso saltar a la pista. Al fin y al cabo, los músculos isquiotibiales de la pierna derecha —el bíceps femoral, el semitendinoso y el semimembranoso— son los que más sufren durante sus partidos.

Un músculo ya tocado

En el saque generan la fuerza que permite el salto de Alcaraz y, al golpear de derecha, son los que resisten el apoyo de todo el cuerpo. De hecho, a lo largo de su carrera el número uno ya ha padecido varias lesiones en la zona.

Hace dos años, justo después de su explosión, una dolencia muy parecida ya le obligó a renunciar al Open de Australia y le estuvo incordiando durante meses —venció en Wimbledon 2023 con un vendaje en ese muslo derecho— y, esta misma temporada, una sobrecarga similar en la final del Godó ante Holger Rune le llevó a la derrota y le obligó a renunciar al Masters 1000 de Madrid.

Según explican en su entorno, durante la fase de grupos de las últimas ATP Finals Alcaraz ya notaba la zona cargada y por eso se tomaron precauciones. Después de cada partido se aplicaba un tratamiento para liberar la zona y en los calentamientos utilizaba bandas de restricción sanguínea para aprovechar su efecto analgésico. Antes de salir a la pista colocaba una banda BFR en la parte superior de su muslo derecho, justo debajo del glúteo, y cinco minutos después se la quitaba para que la sangre volviera a fluir. Así aguantó hasta la final contra Sinner, cuando se acentuó el dolor.

Demasiados partidos por delante

En el formato clásico de la Copa Davis, con una final única, quizá habría opciones de que jugase, pues solo debería disputar uno o dos partidos como mucho. Pero en una Final a Ocho la exigencia es muy distinta. Si Alcaraz asumiese el riesgo, tendría que jugar dos encuentros —individual y dobles— para derrotar a la República Checa, luego hacer lo propio en las semifinales del sábado ante la Alemania de Alexander Zverev o Argentina y finalmente repetir la gesta en la final del domingo.

Aunque algún compañero pudiera liberarle del dobles, levantar la Ensaladera le exigiría completar entre tres y seis partidos en cuatro días, un imposible con una sobrecarga muscular. Por eso, al final, decidió que el riesgo era demasiado grande.

Alcaraz replica la crecida de Lehecka, gana en Queen's su quinto título del año y fortalece su candidatura para Wimbledon

Alcaraz replica la crecida de Lehecka, gana en Queen’s su quinto título del año y fortalece su candidatura para Wimbledon

Llegará un día, seguramente aún lejano, en el que torneos como Queen's serán solo un pequeño trampolín para Carlos Alcaraz, un lugar donde ponerse a punto, con la posibilidad de dejarse ir y guardar fuerzas para aquello que realmente importa. Con 22 años recién cumplidos y una energía rebosante, el español lo quiere todo. Y lo quiere ahora. Este año ha ganado cinco de los 10 torneos disputados, perdió la final del Conde de Godó ante Holger Rune, hizo semifinales de Indian Wells ante Jack Draper, cuartos frente a Novak Djokovic en Australia y Jiri Lehecka en Doha y derrota en el estreno frente a David Goffin en Miami.

Su victoria por 7-5, 6-7 (5) y 6-2, en dos horas y 18 minutos, frente a Lehecka (uno de los cinco jugadores que había osado derrotarle en 2025) este domingo en Queen's, le da el vigésimoprimer título de su carrera, además de fortalecer su candidatura para ganar Wimbledon por tercer año consecutivo. También campeón en Queen's en 2023, cuenta sus finales en hierba por victorias: cuatro de cuatro. En un duelo de considerable exigencia, se mostró de nuevo solvente a la hora de manejar el vocabulario de la superficie. Incluso ganó un juego en blanco, el cuarto del segundo parcial, con cuatro saques directos. Completó 18, su récord personal tras los 15 establecidos en la semifinal frente a Roberto Bautista.

Lehecka es un buen tenista que, condicionado por las lesiones, demora su ingreso en el lugar jerárquico que le correspondería. Es también un jugador algo robótico, al que le falta alma. Saca bien, golpea duro y plano de ambos lados, tiene un swing corto y suele mirar hacia delante, características que le favorecen en superficies rápidas, donde ha ganado sus dos únicos títulos, ambos ATP 250, en Adelaida, en 2024, y en Brisbane, en el inicio del curso.

Paciente

Tras contar con una pelota de break en el quinto juego, solventada por el checo con un saque directo, Alcaraz supo esperar su momento. Gritó "¡Vamos!" cuando apareció la segunda, con el primer parcial igualado a cinco. Ésta sí, jugada y convertida, merced a una derecha a la red de Lehecka. Refrendó con el servicio y puso el 7-5. Su amplia gama de recursos convierte al español en un tenista imprevisible. Siempre parece contar con un arma escondida, de la que hará uso cuando sea necesario.

A diferencia de la tierra batida, la hierba no consiente distracciones. Lo sabe Alcaraz, cuyo grado de implicación es constante. Pese a ello no pudo evitar una doble falta con 5-5 en el desempate del segundo, que le costó el set, en plena crecida del checo. No se lo acabó de creer Lehecka, quien concedió pronto su saque, en el cuarto juego del tercer parcial y ya no encontraría billete de vuelta.

También campeón en Roland Garros, Roma, Montecarlo y Rotterdam, Alcaraz se presentará en Wimbledon con 18 victorias consecutivas y una readaptación inmediata a una superficie donde se mueve como los ángeles. ¿Habrá alguien capaz de detenerle?

Carlos Alcaraz iguala la mejor racha de su vida para entrar en semifinales de Queen's

Carlos Alcaraz iguala la mejor racha de su vida para entrar en semifinales de Queen’s

Actualizado Viernes, 20 junio 2025 - 19:18

Carlos Alcaraz ofreció un convincente ejercicio de eficiencia para batir al francés Arthur Rinderknech y meterse en las semifinales de Queen's, donde el sábado se medirá a Roberto Bautista o Holger Rune. El flamante campeón de Roland Garros se impuso en 80 minutos sobre la hierba londinense y ahora se perfila otra vez como máximo candidato para reeditar el título conquistado en 2023. Cada día, cada ronda, su tenis gana enteros sobre las particulares condiciones de esta superficie. [Narración y estadísticas (7-5, 6-4)]

Fue la cuadragésima victoria de Alcaraz en 2025, la decimosexta consecutiva, su mejor racha como profesional. "No me siento invencible. Obviamente, las victorias me dan confianza. Ahora mismo, mi confianza está muy alta y es algo que siento en la pista. Me estoy moviendo bien, estoy golpeando muy limpio a la pelota", afirmó tras el triunfo, el décimo consecutivo sobre hierba.

Una actuación sin apenas resquicios para la duda ante el número 80 del mundo, un rival incómodo, gracias a su potente y preciso juego al servicio, que sólo cedió dos veces en el partido. Sin embargo, Alcaraz siempre encontró el modo de evidenciar su jerarquía. Cada día parece más convencido de emular el hito de Feliciano López, el único español capaz de sumar dos títulos en Queen's (2017, 2019).

Un 'winner' para cerrar el primer set

"Arthur tiene un gran servicio y es un jugador complicado en esta superficie. Sabía que hoy no habría intercambios tan largos", analizó sobre su plan de juego y el cansancio acumulado en la víspera, cuando debió emplear más de tres horas ante Jaume Munar.

El momento más crítico para el flamante campeón de Roland Garros llegó en el décimo juego del primer set, cuando Rinderknech se colocó con 5-4 y 0-30. Justo ahí afloró el mejor tenis de Alcaraz, que no sólo salió del atolladero, sino que consiguió el break en el undécimo juego. Tras un winner con su derecha, para abrochar el set point, obsequió a la concurrencia con un atronador "Vamos".

En el segundo set, le bastó un break en el quinto juego para constatar su superioridad. "Ojalá pueda extender la racha. Estoy feliz con ello y concentrado en intentar hacer mi mejor tenis", subrayó tras la victoria, tras la que disputará la 39ª semifinal de su asombrosa carrera.

Alcaraz-Sinner, el Clásico de la próxima década

Actualizado Domingo, 18 mayo 2025 - 21:08

Alcaraz contra Sinner, o Sinner contra Alcaraz. Tanto da. Es el partido que más apetece ver, el que despierta mayor ilusión entre los aficionados al tenis y diría, incluso, que entre quienes no siguen regularmente este deporte. Es el Clásico, así, con mayúsculas, de la próxima década. Dos jóvenes ganadores, pujantes, apenas separados por un año, dispuestos a pelear por todo. No olvidemos que el año pasado se repartieron los cuatro títulos del Grand Slam. Y el desenlace podría ser similar en este curso. Dos estilos distintos, un contraste que agrega atractivos a la rivalidad. Alcaraz, más imaginativo pero también más inconstante, como si a veces se aburriese, sabedor de su extraordinario talento. Sinner, más estable. Más monocorde también.

Ganó Alcaraz, que cuenta con mejores argumentos sobre arcilla y vio cómo su oponente se disolvía tras dejar pasar dos pelotas de set antes del desempate. Dio la impresión de que Sinner se preguntaba: «Si con todo lo que he hecho en el primer parcial no he podido ganarlo, ¿qué habré de hacer ahora?».

Porque el número 1 del mundo jugó mucho y bien, siempre a una marcha muy alta, restando tiempo a cualquiera de las acciones del español. Pero Alcaraz sabe ralentizar más los partidos, cambiar ritmos y alturas y sigue contando con un arma tan exquisita como es su dejada.

Para él, al fin y al cabo, se trataba de una final más en un Masters 1000. Sinner tenía presión añadida: jugaba en casa y estaba a una victoria de completar un regreso colosal a las pistas. Físicamente también pudo pesarle el desgaste de las dos semanas. Si hubiera ganado el primer set, tal vez el partido habría sido otro.

Campeón en Montecarlo y en Roma, Alcaraz se presentará en Roland Garros en una situación idílica. Ha gestionado bien los torneos disputados y en todos ha competido cuando estaba en plenitud física. Se le escapó el Conde de Godó, condicionado por los problemas físicos en la final ante un gran Holger Rune. Dado el grado de exigencia del circuito y con Madrid y Roma jugándose a dos semanas, lo importante es llegar en las mejores condiciones al verdadero objetivo de la gira sobre tierra batida.

Déjenme rendir honores a Jasmine Paolini, que se hizo grande en su propia casa superando a Coco Gauff en la final y llevándose, además, el título de dobles. Enorme mérito el de la jugadora italiana al conquistar su segundo WTA 1000 frente a una rival tan dura como Gauff, reciente finalista en Madrid, quien, no obstante, acusó la fatiga acumulada.

Joao Fonseca, el joven que amenaza a Alcaraz y Sinner: "Trabajo para hacer mi propia historia"

Joao Fonseca, el joven que amenaza a Alcaraz y Sinner: “Trabajo para hacer mi propia historia”

"Hablo español. Bueno, si no, un poco de portuñol", se postula simpático y locuaz Joao Fonseca en el prólogo de la entrevista en la que atiende en la Caja Mágica a cuatro medios españoles. El chico de Ipanema, donde nació hace 18 años, llega al Mutua Madrid Open, torneo en el que ganó su primer partido en un Masters 1000 en la pasada edición, ya con un ATP250, conquistado sobre la arcilla de Buenos Aires el pasado febrero, y como vigente campeón de las Next Gen ATP Finals, el torneo de maestros para tenistas menores de 21 años. Aún es el número 65 del ranking, pero posee la impronta de un serio aspirante a codearse con la élite más pronto que tarde. Buen competidor, la rompe con la derecha y parece tener la cabeza bien amueblada.

"Aún me falta experiencia. Ahora quiero disfrutar del estreno en grandes torneos. Dentro de dos semanas disputaré por primera vez el de Roma y poco después también entraré directo en el cuadro final de Roland Garros. El cambio de superficie siempre es difícil. Estuve un tiempo en Río para entrenar. Creo que estoy bien rodeado por mi familia y buenos amigos. Y eso es fundamental para ser un buen jugador", apunta sobre sus perspectivas inmediatas.

Tras ganar bajo techo, en Jeddah, las Next Gen, se ha instalado en el circuito ATP, ya con algunos méritos contraídos en 2024, donde hizo cuartos de final en el torneo 500 de su ciudad natal. "La nueva generación que viene conmigo lo está haciendo muy bien, gente como Michelsen, Fils o Mensik, que ya ha ganado en Miami... Todos tratamos de disfrutar del proceso y sabemos que cada torneo es una nueva oportunidad de aprender".

¿Cuáles considera que son su principal fortaleza y su mayor debilidad?
Lo mejor es mi cabeza y mi golpe de derecha. De mi grupo de amigos en Brasil soy el único que trabaja, y lo llamo trabajo porque estoy todo el año viajando. Tengo la predisposición de exprimir cada instante e incorporar cosas nuevas. Es un deporte de mucha exigencia mental y creo que manejo bien las emociones en un deporte individual que exige templanza para combatir los nervios. Extraño mucho mi casa, aunque mi familia me acompaña a algunos torneos. En cuando a lo más mejorable en mi juego, me aplico en especial con la volea.

En el pasado Masters 1000 de Miami llegó a conectar una derecha a 181 kilómetros por hora y su golpe globalmente viajó ocho kilómetros por hora más rápido que la media del circuito. "Es algo natural. Desde pequeño me gustaba mucho ir hacia la bola para hacer golpes ganadores. Cuando tenía 11 o 12 años, siempre quería ir a full. Muchas se iban a la red y con algunas lograba winners, pero poco a poco fui ganando más consistencia. Nunca voy a perder esa esencia. En los puntos importantes golpearé fuerte. Es algo normal, que forma parte de mí".

Su victoria en tres sets frente a Andrey Rublev, (noveno cabeza de serie en Melbourne y defensor del título en Madrid) en la primera ronda del Abierto de Australia, donde tuvo que pasar por la fase previa, fue la constatación de un talento precoz. Todo ha cambiado para él en un corto período de tiempo. "Mi familia me ha ayudado a poner los pies en el suelo. Mis padres siempre me hablan de humildad y de la necesidad de trabajar duro. Estoy contento por cómo van las cosas, pero esto es solo el inicio y sé que tengo muchas cosas por delante".

La inmensa figura de su compatriota Gustavo Kuerten, Guga, tricampeón de Roland Garros y ex número 1 del mundo, santo y seña del tenis brasileño, es ineludible. Sobre nuestro interlocutor reposa la esperanza de los aficionados de su país, huérfanos de referentes ganadores desde hace bastantes años. "Miré muy poco jugar a Guga. Miré algo de Thomaz Bellucci, pero nunca he hablado con él. Sí con Guga, que estuvo en una eliminatoria de Copa Davis. Habla mucho con mi entrenador, no tanto conmigo. Creo que es mejor así. Ambos fueron muy importantes para el tenis brasileño y para el deporte en general. A veces pesa su nombre, sí. No quiero ser el próximo Guga, quiero ser el próximo Joao; trabajo para hacer mi propia historia".

Salgamos un poco del tenis. En un país de la tradición musical de Brasil, ¿le gustan la bossa nova y la samba o se inclina por otros estilos mas cercanos a su generación?
Sí, escucho música antigua, gente como Tim Maia. También me gusta la samba. Nunca pude disfrutar mucho del carnaval de Brasil, porque tenía el torneo precisamente allí y después me tocaba viajar.
¿Qué opina de Lula?
Nunca me gustó mucho hablar de política en los medios. Paso poco tiempo en Brasil y no pienso mucho en eso. Pero creo que mi país está mejorando cada vez más.
Alcaraz despeja dudas sobre su físico: "He notado un poquito de dolor y me he desconcentrado, no me va a perjudicar para Madrid"

Alcaraz despeja dudas sobre su físico: “He notado un poquito de dolor y me he desconcentrado, no me va a perjudicar para Madrid”

El humor es lo último que se pierde. Al acabar la final del Trofeo Conde de Godó de Barcelona, derrotado por Holger Rune por 7-6(6) y 6-2, Carlos Alcaraz se sentó en su banquillo y sacó su teléfono del raquetero. Antes de hablar tranquilamente con su equipo todavía le quedaban toda la ceremonia de trofeos, cientos de fotografías con los aficionados y una rueda de prensa y quería avanzarles detalles sobre su problema físico. «¡Sígueme en Instagram!», le gritó entonces un espectador con guasa y Alcaraz respondió de la misma manera. Se giró, lo localizó, le lanzó una sonrisa y un ok con el pulgar. El humor es lo último que se pierde.

Pese a la derrota y a las molestias que expresó durante el partido, Alcaraz mostró mucho optimismo respecto a su físico en los torneos que vienen. «Al inicio del segundo set he notado un poquito de dolor en la zona del abductor derecho y me ha costado mantener la concentración en el juego. Cuando sientes un tirón, saltan las alarmas y ya te preocupas más por eso que por cosa. Creo que se curará con un par de días de descanso», comentaba Alcaraz, que a partir del próximo viernes estará en el Masters 1000 de Madrid en la Caja Mágica y que antes cumplirá con los muchos compromisos que le esperan en la capital de España. Además de eventos de sus patrocinadores y del mismo torneo, el ahora número tres del mundo presentará su documental A mi manera producido por Netflix el próximo martes en la Torre Picasso. «Haremos pruebas y nos aseguraremos de todo, pero creo que esa molestia no me va a perjudicar de cara al Masters de Madrid».

"Con la cabeza bien alta"

Quizá por las 14 victorias consecutivas previas en Barcelona, quizá por su estrecha relación con Rune o quizá por los límites establecidos de su propio cuerpo, Alcaraz aceptó la derrota con tranquilidad: ahora nada cambia. En tropiezos anteriores, especialmente aquel desastre en segunda ronda en el Masters 1000 de Miami, el español había dudado sobre su progresión, vacilaba sobre su estilo de juego. Pero esta vez fue distinto. En Barcelona, durante toda la semana, desplegó un tenis notable y si cayó en el partido decisivo fue por mérito de su rival. «Perder nunca es fácil, más una final y más aquí en el Godó, donde había sido campeón dos veces, pero debo darle crédito a Holger. Ha jugado un partido excepcional y yo me voy orgulloso, con la cabeza bien alta. He perdonado en ciertas situaciones, me he precipitado en algunos puntos, pero Holger también ha sabido aprovecharlo», analizó Alcaraz con un punto clavado en la mente.

Joan MonfortAP

En el tie-break del primer set, cuando se decidió todo, nadie era capaz de romper una igualdad de hormigón hasta que, con 5-4 en el marcador, se lanzó a la red con todo y Rune le rebasó desde el fondo. Un error suyo, un acierto del danés. El español escapó llegó a escapar de tres bolas de set, pero esa desventaja ya fue definitiva. Justo después el segundo set empezó con varios intercambios muy intensos y su físico se resintió. «Me ha faltado paciencia. He empezado muy bien el partido, con grandes tiros, y a mitad del primer set Rune ha cambiado la táctica. Ha corrido más, ha planteado más rallyes, ha metido más bolas dentro. Después de eso yo no he sabido calmarme», reconocía el español, que este lunes perderá el número dos del mundo en detrimento de Alexander Zverev, que este domingo se proclamó campeón en el ATP 500 de Munich al vencer a Ben Shelton por 6-2 y 6-4.

El ánimo de sus amigos

«Me quedo con lo mucho que he disfrutado esta semana jugando aquí en Barcelona delante de mis amigos y de mi familia», proclamaba Alcaraz, que sí vivió una celebración ayer: por la mañana su hermano pequeño Jaime ganó el torneo sub-14 del Rafa Nadal Tour celebrado en el Club Esportiu Valldoreix de la cercana Sant Cugat. «¡Vamos, Charly!», le repetían una y otra vez una docena de sus amigos de El Palmar, en la zona baja de las gradas de la pista central de Barcelona, para alegrarle el ánimo.

Pese a la derrota y a las molestias, la presencia del grupo fue una delicia para Alcaraz, que incluso les dedicó algún gesto en la final cuando se apuntaba golpes ganadores. Eran los murcianos los que más alentaban, más aplaudían, más festejan. De hecho, ya anocheciendo en Barcelona, el número tres del mundo se juntó con ellos para darles las gracias y para rearmarse antes de, si las pruebas no indican lo contrario, encarar el cercano Masters 1000 de Madrid.

Jakub Mensik: el sacador precoz que frustró el 'centenario' de Djokovic

Jakub Mensik: el sacador precoz que frustró el ‘centenario’ de Djokovic

A la espera de mejores noticias de Carlos Alcaraz, que ha vuelto de vacío de la gira primaveral de pista dura por primera vez en cuatro años, y del regreso de Jannik Sinner tras cumplir su sanción a medida por dopaje, aparece un gigante de 19 años con aparentes argumentos para agitar el circuito. Jakub Mensik arruinó en sendos tie breaks la fiesta de Novak Djokovic, dispuesto a ganar por séptima vez en Miami e ingresar así en el selecto club de los cien, donde le aguardaban Jimmy Connors (109 títulos) y Roger Federer (103).

Cierto es que el serbio, que cumplirá en mayo los 38, casi doblaba la edad de su adversario, pero pese a ello, o precisamente por eso, salía como claro favorito en su 59ª final de un Masters 1000, más aún después de desplegar un tenis que no se le había visto en este curso, que sigue teniendo para él tono crepuscular.

Frente al poso y el control del ganador de 24 títulos del Grand Slam, el jugador de Prostejov se manejó con la misma eficacia y templanza que en los partidos precedentes del torneo, como si no se tratase tan sólo de su segunda final, tras perder el pasado año ante Karen Khachanov en Doha. Sale del torneo con 111 aces, 14 de ellos frente a Djokovic, y la diáfana estadística de contar por éxitos los siete desempates que ha disputado, dos de ellos ante Jack Draper, reciente campeón en Indian Wellls.

«Soy capaz de mantener la calma y estar concentrado. Creo que soy fuerte mentalmente en este tipo de situaciones. Esa es la razón por la que he ganado todos mis tie breaks», se congratuló.

Dos campeones inesperados

Los dos primeros Masters 1000 del curso arrojan un mensaje renovador, si bien tanto las expectativas de Draper, 23 años, como las de Mensik han de contemplarse con la debida cautela. El checo, que según confesó en la conferencia de prensa posterior a la final estuvo a punto de no jugar el torneo debido a los problemas en la rodilla derecha, es ya 24º del ranking, un salto de 30 puestos. Antes del inicio de la competición se dirigió a la oficina de los jueces árbitros para oficializar su retirada, pero acudió justo en la pausa del desayuno y no quiso esperar. Decidió probarse. Ganó a Roberto Bautista en tres sets e incorporó entre sus víctimas a Taylor Fritz, cuarto en el escalafón, y Arthur Fils, 15º. «Día tras día mi rodilla mejoró y también lo hizo mi juego», explicó.

Desde Jan Kodes, ganador de tres títulos del Grand Slam en los años setenta del siglo pasado, la República Checa, entonces aún Checoslovaquia, goza de una notable tradición tenística. Ivan Lendl consiguió sus ocho títulos del Grand Slam antes de decantarse por la nacionalidad estadounidense. Tres Copas Davis (1980, 2012, 2013) respaldan la competitividad de sus jugadores, también en el terreno colectivo.

Mensik, con su trofeo de campeón en Miami.

Mensik, con su trofeo de campeón en Miami.EFE

Si en 2012 fueron Tomas Berdych y Radek Stepanek quienes frustraron la ilusión de España en la final de Praga, título refrendado un año después contra Serbia, en Belgrado, la República Checa tiene de nuevo derecho a soñar. Ahí están, además del protagonista de este artículo, Tomas Machac, 24 años, el hombre que le precede en el ránking, ganador esta misma temporada del ATP 500 de Acapulco, y Jiri Lehecka, 29º, 23, vencedor a comienzos de ejercicio del ATP 250 de Brisbane.

Mensik es el tercer checo que levanta un Masters 1000, después de que lo hicieran Karel Novacek, en 1991, en Hamburgo, Petr Korda, en 1997, en Stuttgart, y Berdych, en Paris-Bercy, en 2005. Es el segundo tenista más joven en alzar el título en Miami, tras Alcaraz, que lo hizo en 2022 con 18 años. Es el quinto más precoz en hacerse con un torneo de este rango, después de Michael Chang, Rafa Nadal, Alcaraz y Holger Rune.

Alcaraz abruma a Rune para desafiar por última vez a Nadal

Alcaraz abruma a Rune para desafiar por última vez a Nadal

Actualizado Miércoles, 16 octubre 2024 - 22:02

El prometido espectáculo en Riad apenas pudo estirarse durante 72 minutos, los que empleó Carlos Alcaraz en pasar por encima de Holger Rune (6-4, 6-2) para citarse con Rafa Nadal en las semifinales del Six Kings Slam. El controvertido torneo de exhibición saudí, con su desorbitada bolsa en premios pero fuera de la órbita de la ATP, albergará el último duelo entre los dos grandes colosos del tenis español. De momento, Nadal domina 2-1 en el cara a cara, aunque Alcaraz parte el jueves (no antes de las 20:00 horas) como favorito para igualar el registro.

"He visto los partidos de Rafa desde que empecé a jugar y me fijo en él. He crecido con él y ha sido mi ídolo. Todavía lo es. Es una pena que se retire del tenis. Es una persona importante en mi vida y mi carrera", aseguró Alcaraz tras su victoria. "Él fue una de las razones por las que quería ser tenista. Que ahora se retire es duro para todos", añadió el número dos del ránking ATP.

El dominio de Alcaraz sobre el alicaído Rune, que a lo largo de 2024 sólo pudo disputar la final de Brisbane, se materializó a través del látigo de su drive. Tras un inicio igualado, el reciente campeón en Pekín empezó a dominar desde el fondo para concretar el break con el que se llevaría el primer set.

Sinner, frente a Djokovic

A partir de entonces, el danés nada pudo oponer al desbordante torrente de Alcaraz. Su dominio desde todos los ángulos de la pista resultaba inabordable para el único tenista del torneo que aún no ha conquistado un major.

Fue un decepcionante desenlace para los aficionados saudíes, que tampoco habían encontrado margen para las emociones durante el partido inaugural, donde Jannik Sinner barrió del mapa a Daniil Medvedev (6-0, 6-3). De este modo, el italiano se medirá en la otra semifinal a Novak Djokovic, que llega a Arabia Saudí tras perder sus cuatro últimos enfrentamientos ante el último campeón de Wimbledon y US Open.

Roma: otro torneo sometido a los vaivenes de la tierra batida

Roma: otro torneo sometido a los vaivenes de la tierra batida

Ya entrada la noche de este lunes se despidió Holger Rune, décimo favorito y finalista del pasado año, víctima del argentino Sebastián Báez, en el Grand Stand Arena, segunda pista del Foro Itálico. En la Central aún sudaba Daniil Medvedev, el defensor de la copa, lesionado en Madrid y duda hasta el último momento, que necesitó dos horas y 50 minutos para deshacerse de Hamad Medjedovic. El Masters 1000 de Roma sigue la misma tendencia del torneo disputado en la Caja Mágica.

Con la derrota de Stefano Napolitano frente a Nicolas Jarry, la capital italiana perdió a su último representante local. Número 125 del mundo, el jugador de Biella se había abierto paso superando de forma consecutiva a sendos lucky loosers para ganar por primera vez en su carrera dos partidos en un torneo ATP. Napolitano tiene 29 años. Es el décimo en el escalafón de su país.

Alexandre Muller, el hombre que terminó en tercera ronda con Andrey Rublev, cuarto cabeza de serie y campeón en el reciente torneo de Madrid, había perdido su cinco partidos frente a jugadores del top 10 y los ocho disputados ante adversarios del top 20. Tiene 27 años. Es el decimoprimer tenista francés. Nunca había estado siquiera en los dieciseisavos en un torneo de esta categoría.

Eliminado en segunda ronda Novak Djokovic, primer favorito, hexacampeón del torneo y seis veces finalista, ausentes por lesión Jannik Sinner, número 2 del mundo, y Carlos Alcaraz, tercero de la lista, noqueado de entrada Casper Ruud, quinto preclasificado, campeón del Conde de Godó y finalista en Montecarlo, el torneo se quedó pronto también sin Rafael Nadal, diez veces ganador del título y finalista en una ocasión, que sólo sumó cuatro juegos ante Hubert Hurkacz. Por primera vez desde 2004, ni Djokovic ni Nadal estarán en cuartos de final.

Oportunidad de reivindicación

Hombres como Alexander Zverev, ganador del torneo en 2017 y finalista un curso después, cuando parecía que su raqueta iba a llegar más lejos de lo que hasta ahora, a sus 27 años, ha prosperado, o Stefanos Tsitsipas, finalista en 2022 y tricampeón en Montecarlo, que venció a Cameron Norrie y buscará los cuartos contra Alex de Miñaur, cuentan con una buena oportunidad de reivindicarse y lanzar su candidatura a Roland Garros.

Roma es tierra de oportunidades. Con el progresivo declinar de Nadal, gran dominador de la superficie durante varios lustros, y la extensión a dos semanas de los torneos de Madrid y el Foro Itálico, la arcilla ha pasado a ser un espacio volátil.

Ganador en el ATP de Auckland, en los albores de la temporada, del primer título de su carrera, Alejandro Tabilo, 26 años, 32º, disputará ante Karen Khachanov sus segundos octavos de final de un Masters 1000, después de perder en la pasada edición en Indian Wells ante Frances Tiafoe viniendo de la fase previa. El chileno fue el héroe del domingo, con su triunfo ante Djokovic. Zhizen Zhang, 57º, sólo había ganado un partido este curso sobre polvo de ladrillo hasta que llegó a Roma y venció consecutivamente a Adrian Mannarino y Ben Shelton, 12º favorito, para situarse por tercera vez en los octavos de un Masters 1000, donde se enfrentará con Thiago Monteiro.

Los cuatro grandes torneos previos a Roland Garros contarán con distintos campeones. Hace un año, Alcaraz se impuso en Barcelona y en Madrid, Rublev lo hizo en Montecarlo y Medvedev consiguió en Roma su primer título en arcilla. Djokovic, hoy taciturno y dubitativo, salió campeón en París.