Sobre defensas centrales

Los dos mejores, más laureados y prestigiosos equipos de Madrid, que, además, en su denominación, llevan con la cabeza alta por el mundo el nombre de la capital del país. Dos de los más grandes clubes de fútbol del planeta (uno de ellos, el Rey coronado y Dios venerado). Dos de los tres líderes de la actual Liga contribuyen con dos jugadores, uno por cabeza, a la Selección española. Únicamente dos de los 27 futbolistas que han manado, en metafórica abundancia hídrica, del pelado cráneo y el frondoso cerebro de De la Fuente.
Dos jugadores. Curiosamente, dos defensas centrales. Más curiosamente aún, dos anomalías. Bueno, dos rarezas. El Madrid aporta a un novato (Asencio). El Atleti, a un francés (Le Normand). Alguien nacido en Francia, queremos decir, que no se nos ofenda nadie en el nombre de la universalidad sin fronteras de la especie humana y la supresión de las segregadoras barreras distintivas de nacionalidades y razas.
A tono con la pluviosidad reinante, llueve sobre mojado. No: diluvia sobre inundado. Es una situación, más que una circunstancia, harto frecuente. Cada vez de modo más expreso, el Madrid y el Atleti ceban sus canteras para la exportación, no para el uso y disfrute propios. Por su parte, el tercer equipo más laureado, prestigioso y demás del (aún) país, que pasea con orgullo por doquier el olímpico nombre de Barcelona, pone dos velas. Una al abierto internacionalismo de Raphinhas y Lewandowskis y otra a la fértil autarquía de Rufianes y Puigdemon(t)es. O sea, de Gavis y Lamines.
Estos "nois" juegan con España. Pero no es descartable que Moncloa, luego de los indultos, la supresión de la sedición y la rebaja de la malversación. Luego de la amnistía, la financiación singular y la quita. Luego de la introducción del catalán en el Congreso y la promesa de traspasar la gestión de Cercanías. Luego de la delegación de competencias, aún pendientes de aprobación, de inmigración y control de fronteras, autorice que los deportistas catalanes puedan renunciar a representar a España.
Los dos defensas centrales con más internacionalidades con España son Sergio Ramos (180), un exiliado, y Gerard Piqué (102), un jubilado. Ambos se han visto envueltos estos días en insólitos y desagradables episodios. El Rayados de Monterrey, el equipo mexicano de Ramos, cayó eliminado en la CONCAChampions, en la que Messi y Suárez siguen marcando goles a porrillo, ante el canadiense Vancouver Whitecaps. Es posible que, entre otras razones, porque no jugó en su estadio, ocupado por Shakira. Es algo muy de ahora la conversión de estadios de fútbol en salas de conciertos. Así que la colombiana no se fue con la música a otra parte, sino el balón, al que lo echaron de casa.
Casi simultáneamente, por estos "pagos", valga la polisemia, Piqué, su denostado y puesto en solfa ex, declaraba ante la juez(a) Delia Rodrigo por el asunto de las comisiones de la Supercopa hispano-arábiga. Geri, un replicante procedente del planeta Kosmos, ha visto cosas que no creeríamos. Ha visto arder naves más allá de Riad. Humanizado por las circunstancias, se emocionó hasta el llanto. También sus lágrimas, como las de todos nosotros, se perderán en la lluvia.