Los dos abrazos de Giuliano, la resiliencia tras la lesión y el coraje para ser el jugador más revalorizado del Atlético: "Es todo entrega"

Los dos abrazos de Giuliano, la resiliencia tras la lesión y el coraje para ser el jugador más revalorizado del Atlético: “Es todo entrega”

Acababa de terminar el partido ante Brasil cuando Giuliano Simeone (Roma, 2002) decidió cerrar el círculo de la única manera que podía: con un abrazo. Esta vez fue su madre, Carolina Baldini, la que lo recibió entre lágrimas para celebrar la victoria ante Brasil por 4-1 con el primer gol de su hijo con Argentina. "Llevaba 22 años preparándose para este momento", dijo la progenitora.

Ese círculo comenzó algo después, hace 10 años, y fue en Copa del Rey, pero el rival del Atlético de Madrid no era el FC Barcelona con el que se enfrentan hoy, sino el Real Madrid. Giuliano también estaba en el césped, pero como recogepelotas, y los rojiblancos también jugaban en casa, pero en aquel entonces era el Vicente Calderón. En aquella ocasión no fue su gol el que provocó el abrazo, esa vez con su padre, sino el de Raúl García. Y hoy el Cholo no sólo es su padre, también su técnico. "Su relación es muy buena, pero cuando se pone la camiseta la relación es profesional, no es su padre sino su técnico", cuentan desde el vestuario.

Cualquier padre querría ver a su hijo triunfar en el club de sus amores, pero Simeone quiso que Giuliano quemara las mismas etapas que cualquier canterano. "Sus grandes amigos, además de los argentinos, son Barrios y Riquelme, con los que coincidió en las categorías inferiores", apuntan fuentes rojiblancas.

El pequeño de los Simeone llegó al Atlético de Madrid en su etapa de juvenil procedente de River Plate. Nacido en Roma, cuando su padre jugaba para la Lazio, de pequeño vivió en Argentina con su madre, al estar ya sus padres separados. Pero aterrizó en Madrid y la rompió, hizo cinco goles en sus 10 primeros partidos, y eso le valió ser una de las joyas de la cantera rojibanca a pesar de llevar ese apellido.

El argentino celebra su primer tanto con argentina.

El argentino celebra su primer tanto con argentina.Luciano GonzálezEFE

Pese a ser un activo prometedor, desde el club decidieron foguearle con varias experiencias primero en Segunda y después en Primera. En Zaragoza volvió a demostrar su olfato goleador con nueve goles y tres asistencias y después llegó su primera experiencia real en la máxima categoría con el Alavés. Entonces, el drama. En un partido de pretemporada ante el Burgos, Giuliano sufrió una entrada criminal por detrás que le partió el peroné y le luxó el tobillo. "El primer pensamiento que me vino a la cabeza cuando vi el pie para otro lado es: 'No vuelvo a jugar al fútbol'", expresó el Cholito sobre su lesión.

Entonces el argentino dijo que llegó a una encrucijada en la que tuvo que decidir para pasar ese obstáculo si quería "hacerse peor" o "mejorarte y aprender". Obviamente, escogió la segunda opción. En el conjunto babazorro sólo pudo jugar 16 partidos, los primeros, pocos minutos, pero en los últimos seis, de los que fue titular en cinco, consiguió hacer un gol y dos asistencias. "Es un chico que es todo entrega", explican desde el banquillo rojiblanco.

Nunca rendirse

Esa entrega le valió volver al club el pasado verano. Un equipo en el que no tenía hueco puesto que la plantilla tenía muchos delanteros en nómina y llegaban, además, Julián Álvarez y Sorloth. Entonces, la salida de Samu Omorodion le brindó un resquicio que el chico quiso aprovechar desde el principio. "Ha aprovechado con calidad y entrega la mínima oportunidad que se le ha dado y ahora es titular indiscutible", apuntan desde el club.

Los tres primeros partidos suplente, luego seis minutitos contra el Athletic, 14 contra el Valencia, cinco contra el Rayo y primera titularidad ante el Celta. Pero su verdadera irrupción llegaría tras el varapalo ante el Betis. La primera derrota en Liga de la temporada y una imagen apática del equipo. Hacía falta energía y, si hay algo que caracterice precisamente al Cholito es eso, el coraje. "Lo que destaco de él es su energía. Su energía es diferencial, transmite algo que es muy difícil ir a comprarlo, eso lo tienes o no lo tienes", alabó su padre.

Explosión

Su titularidad con gol ante Las Palmas ya le valió un hueco en el once del que no saldría y este año ya suma cuatro tantos y siete asistencias en lo que va de curso. Es uno de los integrantes de la plantilla más queridos en el Metropolitano y también uno de los responsables del cambio del equipo hasta este bajón de marzo en el que se han perdido casi todas las opciones a dos de los tres grandes títulos.

El crecimiento del equipo ha ido en paralelo al del jugador. Giuliano partió al inicio de la temporada con un valor de 13 millones de euros y ahora su precio está en 25 millones según la plataforma Transfermarkt. En ese ranking, es el tercer jugador de LaLiga que más se ha revalorizado tras el madridista Asencio que ha pasado de 12 a 30 millones y de Pedri cuyo valor ha aumentado de 100 a 120 millones, el más alto de su carrera. Hay rumores de una oferta del Chelsea de 35 millones, pero en el club lo tienen claro: "Ni se plantea desprenderse de él".

Un ridículo Real Madrid

Un ridículo Real Madrid

Otro partido insoportable del Madrid que no se mereció ni ese empate raquítico, morboso y absolutamente vergonzoso. Se puede observar que el equipo de Ancelotti es una perversión del fútbol, en muchos minutos, calumnia al fútbol. Algo inaudito.

Ancelotti ha convertido al Madrid en un equipo ruin, mezquino, absolutamente lejos de ser un conjunto. Ha convertido a los madridistas en un circo de malos malabaristas, domadores que los leones se los comen. Y, desde luego, cualquier equipo mucho peor técnicamente se convierte en un gigante.

Además, el italianizante es un siniestro alienador. ¿A quién se le ocurre jugar con un inhabilitado Alaba, que colaboró con dos goles y Camavinga, que fue un bochorno a pies de Kubo? Y deja a Rüdiger y Mbappé en el banquillo

El resultado fue que le metieron cuatro goles en el Bernabéu. Eso es una vergüenza. Valverde y Tchouameni parecieron dos fantasmas en el centro del campo, en compañía de un mediocre Lucas Vázquez.

Lunin hizo un ridículo aterrador. Dejó que le remataran en su área y recibió el primer gol por debajo de las piernas. El ucraniano es un jugador misterioso. Y peor fue que quitara a Endrick, que era el mejor atacante, porque Vini y, sobre todo, el nefasto Rodrygo, eran unos jugadores sospechoso e inútiles, que probablemente son prisioneros del mediocre Brasil.

Ancelotti volvió a hacer el ridículo con no sacar a Modric ni a Brahim, cuando el Madrid era un muñeco en manos de una Real absolutamente superior táctica y técnicamente. Hizo más que lo imposible para destrozar al equipo blanco. Y, desde luego, lo humilló hasta mandarle casi al infierno. Es un equipo destrozado por su entrenador e hijo. Se parte, se rompe, se destroza, no sabe manejar los partidos. Es un completo horror que se salva únicamente por la calidad de pocos jugadores.

Todavía habla de ganar títulos, cuando estoy seguro de que es imposible, aunque aparézcales la épica y la fortuna de un equipo marcado por su mala planificación de la plantilla. Porque la mitad de culpa se encuentra en la abulia de fichajes de la Casa Blanca. Y puede acabar presuntamente en tragedia a final de la temporada. Todo es ridículo ahora en el Real Madrid de Ancelotti.

Y el espíritu inquebrantable del Bernabéu, con los símbolos de victorias imprevisibles, se impuso al final, ante una Real Sociedad que ni mereció perder ni tuvo suerte en el epílogo, cuando le faltaban las fuerzas y el Madrid es un misionero de la suerte.

El Madrid, del calvario a La Cartuja

El Madrid, del calvario a La Cartuja

Del calvario a la Cartuja, del padecimiento al altar, transita este Madrid, como si lo hiciera a caballo de un presente que es su propia historia. Gana y gana, convenza o no convenza, se sobrepone a sus malos días y a los peores días de algunos de sus jugadores. Como Alaba, al que todo lo que le tocaba, acababa en la red de Lunin. Rüdiger, su sustituto, lo redimió con el tanto de la clasificación. Como Vinicius, negado para el gol, pero alumbrado para asistencias que son goles envueltos en papel de Papá Noel. La Real Sociedad asistió a ese destino que no se comprende, sólo se padece, y ahora aguardan Atlético o Barça, que hoy encienden el Metropolitano, para un duelo que sumará un título para el vencedor y una tragedia para el perdedor, sea quien sea.

Lo que empezó como un serial de sobremesa, en el que no pasaba nada salvo por el gol de Barrenetxea y la pequeña revolución de Endrick, acabó a ritmo de thriller gracias al inconformismo de la Real Sociedad. Imanol nunca perdió el pulso al partido, ni en ventaja ni en desventaja, para llevar a su equipo muy por encima de su nivel este curso. Para muestra, el gol. Ha sido su problema durante toda la temporada y en el Bernabéu marcó cuatro, dos de ellos de Oyarzabal, aunque uno en colaboración con Alaba. No fue el día del austríaco, al que Ancelotti sustituyó ya en la prórroga, después de tanta calamidad. El italiano no quería más penaltis, no más tentar a la suerte, y echó el resto, todo lo que tenía, con Modric, Brahim y Güler.

Cinco goles en 20 minutos

Al tiempo añadido, otro más para el Madrid tras el que afrontó ante el Atlético en la Champions, se llegó después de que, en el segundo tiempo, la Real se pusiera en ventaja, Bellingham y Tchouameni volvieran a dar la iniciativa a los locales y Oyarzabal, en el tiempo añadido, hiciera posible la prórroga. Cinco goles en 20 minutos.

En el mismo tiempo tras iniciarse el choque, únicamente Barrenetxea encontró la red. Un balón peinado de Oyarzabal cayó a la espalda de Lucas Vázquez, mal posicionado, como Asencio. El realista encontró el campo abierto, avanzó y batió a Lunin. Nada que reprochar al ucraniano, aunque esas acciones de uno contra uno constituyen una de las especialidades de Courtois. La titularidad en la portería en Sevilla es otra de las decisiones que deberá tomar Ancelotti.

La ventaja de un gol en la ida hizo que el italiano administrara esfuerzos en el equipo en un curso largo y cargado. La vuelta de las semifinales era el partido número 50 del Madrid, con la final de Copa, la Liga, la Champions y el Mundialito por delante. Una barbaridad. La suplencia inicial de Mbappé y Rüdiger tenía que ver con ello, pero la eliminatoria exigió otro ejercicio de estajanovismo. Hasta que el cuerpo aguante.

Endrick, en el Bernabéu.

Endrick, en el Bernabéu.Bernat ArmangueAP

Las competiciones tienen sus propios idilios. Como los amores. El de esta Copa es un joven de 18 años que habitualmente viaja en el vagón del equipaje del todopoderoso Madrid. Lástima que el desenlace lo encontrara fuera. Ancelotti, que lleva toda la vida en esto, sabe que el fútbol tiene cosas que es mejor no analizar, sólo dejarse llevar. Como los amores. Le faltó hacerlo hasta el final. Veremos cómo acaba el torneo en la Cartuja, pero de momento ha elegido a su Míster Copa. Es Endrick, con cinco goles.

Pronto sabremos si en la final, el 26 de abril, Ancelotti se deja llevar. Difícil. Endrick apareció por Mbappé en el Bernabéu, pero Mbappé está aquí para jugar finales, para la gloria y para los apuros, aunque, ayer, no le señalara el destino. Atlético o Barça le esperan en la misma medida en la que le temen.

Endrick marcó en Anoeta y lo volvió a hacer en el Bernabéu en el primer momento crítico del choque, después de que Barrenetxea adelantara a la Real Sociedad y hurgara en un problema sistémico ya del Madrid, en un día, además, de defensa experimental. Asencio era el líder, junto a un Alaba en tiempo de regreso, más Lucas Vázquez y Camavinga en las bandas. El francés regresaba al lateral izquierdo, el lugar por donde debía progresar Kubo, muy activo hasta que acabó fundido. El francés logró frenarlo en muchas fases, pero no pudo con Pablo Marín en la llegada que propició su centro y el gol en propia puerta de Alaba que volvía a igualar la eliminatoria y abría el fuego del segundo tiempo.

Un inicio de cálculo

El Madrid partió el duelo con sentido del cálculo, no con voluntad de vértigo, pero eso casi nunca se cumple en la Copa, que brinda las mejores emociones. El conjunto de Imanol lo aprovechó para tomar la iniciativa, con presión adelantada, posesión de sus centrocampistas, muy cómodos, y repliegue rápido para no dejar espacios al Madrid. Cuando pudo hacerlo el equipo blanco, llegó el empate. Vinicius lanzó un pase al espacio y Endrick tomó la ventaja sobre Elustondo, que había sustituido al lesionado Aguerd, para elevar sobre Remiro con una vaselina. Un gol de categoría, como el pase.

Nunca sabremos que habría pasado si hubiera seguido en el campo, en unas áreas agitadas y muy vulnerables a balón parado, como probaron los goles de Tchouameni, Rüdiger o el segundo de Oyarzabal. Cualquiera quiere estar en esa fiesta. Ahora aguarda la fiesta de verdad.

Las collejas a Rüdiger y un Madrid que sobrevive en el alambre: 11 de 12 prórrogas ganadas desde 2021

Las collejas a Rüdiger y un Madrid que sobrevive en el alambre: 11 de 12 prórrogas ganadas desde 2021

Al Real Madrid le encanta vivir en el alambre. No lo puede evitar, y menos en el Santiago Bernabéu. Es como si fuera adicto a la adrenalina que se desprende en el ambiente cada vez que se ve medio muerto. Contra la Real Sociedad volvió a desestabilizarse, a caer en la lona, a resucitar en un instante y a disputar la tercera prórroga de una temporada agónica. Todas, además, en un 2025 en el que el cuadro de Ancelotti no tiene descanso.

Después de la del Celta en cuartos de Copa y la del Atlético en los octavos de Champions, el conjunto blanco dio alas a los txuri-urdin para forzar el tiempo extra de una semifinal loca. Delirante en sus últimos minutos camino de la final de La Cartuja. Hubo de todo: murmullos al inicio por el gol de Barrene, tímidos silbidos a Lucas Vázquez, aplausos por el genial gol de Endrick, ovación al brasileño cuando se retiró, decepción por el 1-2, abucheo general tras el 1-3 de Oyarzabal que dejaba a los blancos eliminados, alivio en el 2-3 de Bellingham que provocaba la prórroga, éxtasis tras el 3-3 de Tchouaméni que daba el pase y amargura global por el 3-4 de Oyarzabal que volvía a poner el partido en el tiempo extra. Cinco goles en 30 minutos... Y la locura final de Rüdiger para el 4-4.

El enfado en la plantilla y en el cuerpo técnico del Madrid era evidente. Bellingham caminó hacia el corrillo previo a la prórroga maldiciendo las ocasiones falladas, como Mbappé, mientras Ancelotti charlaba con Alaba, seguramente pidiendo explicaciones por el desequilibrio defensivo de la última media hora del partido.

El partido del italiano reflejó la ansiedad del equipo, que se veía ante un nuevo esfuerzo físico dentro de un año extenuante. Davide y Francesco Mauri intentaban dar alguna instrucción, pero las caras eran de mucho cansancio.

El partido, roto, parecía estar para la velocidad de Vinicius, mientras que en el área de Lunin nada parecía controlado. Quizás por eso Ancelotti metió en el tiempo extra a Fran García y a Rüdiger para reconstruir una defensa absolutamente destrozada por la Real, uno de los equipos menos goleadores de Primera División.

El cuadro de Alguacil sólo había anotado 27 goles en las 29 jornadas de Liga, el tercer peor dato de la competición, mejorando únicamente al Valladolid (19) y al Getafe (26). Pero llegó al Bernabéu y vio puerta cuatro veces ante Lunin. Una situación inexplicable para Carletto, desesperado en banda y con una serie de decisiones que llamaron la atención de la grada, como la sustitución de Endrick a la hora de partido.

En los parones tras los 90 minutos y tras la primera parte de la prórroga, en la plantilla del Madrid reinó la calma. Bellingham trataba de cuidarse los calambres, Asencio pidió el cambio, Ancelotti hablaba tranquilamente con Modric y Vinicius, Mbappé caminaba rápido hacia el centro del campo para reanudar el juego... Una relajación extrema fruto de la experiencia en este tipo de momentos.

Enfrente, el círculo de la Real gritaba al unísono un «Un, dos, tres, ¡Real!» que se escuchó en todo el Bernabéu, silenciado por instantes, esperando el inicio de la función.

Y la explosión de adrenalina, esa que hace respirar a este estadio, llegó con el gol de cabeza de Rüdiger. El tercero en la temporada del alemán después de los marcados al Dortmund y al Stuttgart en Champions, el que llevó al Madrid a la final de La Cartuja, donde esperará al Atlético o al Barça. El alemán recibió en la celebración las collejas que él suele dar a los demás y apoyó la cabeza en el césped, de rodillas, siempre religioso, dando gracias por la ocasión vivida.

Un tanto que levantó al Madrid en otra prórroga de la que salió triunfando. Como en las dos anteriores de este año, como en Manchester el curso pasado, como en el tiempo extra de la Supercopa de España de 2024 ante el Atlético, como en las eliminatorias de Champions de 2022... En total, los blancos han disputado doce tiempos extra desde el curso 21-22 y han superado once, perdiendo sólo ante el Atlético en en Copa en 2024. Es su forma de ser.

Cambio radical en la Kings League: el Kun Agüero se marcha y llega Lamine Yamal como propietario de su propio equipo

Cambio radical en la Kings League: el Kun Agüero se marcha y llega Lamine Yamal como propietario de su propio equipo

Actualizado Martes, 1 abril 2025 - 13:46

Desde la creación de la Kings League en 2022, el Kun Agüero contó con su propio club, Kunisports, entre los participantes. El deportista ha abandonado el proyecto en España y será sustituido por Lamine Yamal, que llega como propietario de su propio equipo.

"La espera terminó y la Kings da un golpe sobre la mesa con una noticia de alto voltaje: La Capital CF será el club de Lamine Yamal. El joven talento del FC Barcelona se une a la competición con un club que no solo será protagonista en la Kings World Cup Clubs, sino que también formará parte de la Kings League Spain", anunció la Kings League a través de un comunicado.

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Para dar la bienvenida a Yamal, la organización ha compartido un vídeo de presentación. "De niño en estas calles, soñé ser futbolista, con marcar goles decisivos, con llegar a lo más alto. De niño en estas calles soñé cosas increíbles, sabiendo que algún día se harían realidad"; dice el jugador en el clip".

Las pruebas de jugadores para unirse a la plantilla de La Capital FC se celebrarán el próximo 1 de mayo en Mataró, la ciudad natal de Lamine Yamal. Además, se lanzará una camiseta de edición limitada del equipo, y habrá únicamente 500 unidades disponibles en la tienda oficial de la Kings League.

Así ha sido la despedida del Kun Agüero

A modo de despedida, el Kun Agüero también ha protagonizado un vídeo. "Hay veces que la vida te lleva por caminos que nunca esperaste y solo te queda decir adiós, dejar atrás buenos momentos y, aunque siempre te guardes una última carta, es hora de dejar atrás a los viejos amigos y emprender aventuras con los nuevos", afirma. El argentino desvela en el clip que Kunisports se traslada a la Kings League Américas.

La Kings World Cup Clubs se celebrará el próximo mes de junio y contará con 32 clubes de las seis ligas oficiales: España, América, Brasil, Francia, Italia y Alemania. Jake Paul también ha confirmado su participación en el mundial de clubes con su equipo estadounidense, que se llamará Miami 7.

Simeone rebaja la presión tras la eliminación de Champions y las derrotas en Liga: "Mañana no es una final"

Simeone rebaja la presión tras la eliminación de Champions y las derrotas en Liga: “Mañana no es una final”

La eliminación de la Champions sigue escociendo en un Atlético de Madrid que el pasado sábado pudo desertar de la pelea por la Liga. Ahora afrontan la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey ante el peor de los rivales posibles para Diego Simeone. Podría ser la última gran ocasión para luchar por un título esta temporada, pero el entrenador quita presión a los suyos. "Mañana no es una final, es una semifinal que nos puede dar acceso a una final", puntualizó.

El técnico no quiso volver a entrar en la polémica jugada de la eliminación europea y esquivó las preguntas a su manera habitual: "Barcelona". No obstante, sí se refirió a la decepción que le supuso a él ese momento y que compartió en ruedas de prensa anteriores. "Hablé de mis sentimientos no de los demás", ha apuntado el entrenador y luego ha recordado que "el equipo está haciendo una temporada muy buena" para asegurar que la filosofía del Atlético debe de ser siempre el "partido a partido".

En el Atlético de Madrid se rehúye la palabra fracaso, "eso es cuando no lo intentas", ha explicado el Cholo y repitió los méritos del equipo durante este curso que pueden terminar en Copa el próximo miércoles en el Metropolitano ante un equipo al que no pretende presentarle novedades. "No habrá muchos cambios en la cabeza de su entrenador ni en la nuestra", ha mantenido.

Uno de ellos está en la portería. Para el duelo de mañana, el argentino confirmó a su compatriota Musso bajo palos pese a que es consciente de la fortaleza ofensiva del FC Barcelona que muestra "la misma intensidad todo el partido". "Intentaremos atravesar nosotros por mejores momentos para desviarles de su potencial", ha apuntado.

Hay que recordar que los rojiblancos, en los dos últimos choques, han recibido cuatro goles por parte del FC Barcelona, dos de ellos de RobertLewandowski. El delantero polaco está viviendo una segunda juventud y eso lo aprecia el técnico colchonero. "Hay que felicitarlo. Está haciendo unos números increibles. Admiro la perseverancia, el trabajo y el seguir luchando", ha valorado de la gran amenaza blaugrana.

La que debería ser una de las amenazas por la parte rojiblanca es Antoine Griezmann, del que Simeone admite que no está en su momento más alto. "Hay jugadores que cuando acostumbran a mostrar tanta jerarquia, talento y gol, luego queremos que aparezca siempre y espero que lo haga mañana", ha demandado el Cholo sobre su gran estrella.

Cillessen, portero de Las Palmas, hospitalizado con un "traumatismo abdominal" con posible "afectación intestinal" tras chocar contra un jugador del Celta

Cillessen, portero de Las Palmas, hospitalizado con un “traumatismo abdominal” con posible “afectación intestinal” tras chocar contra un jugador del Celta

Actualizado Martes, 1 abril 2025 - 08:09

Jasper Cillessen, portero de Las Palmas, se encuentra en "observación" en un hospital de Vigo tras darse un fuerte golpe con el delantero Borja Iglesias, informa Efe. El cancerbero tuvo que ser sustituido por lesión este lunes en el partido de LaLiga EA Sports contra el Celta y ha sufrido "un traumatismo abdominal" con una posible "afectación intestinal" y está "estable", según explicó Diosdado Bolaños, médico del equipo canario, en declaraciones a 'El Chiringuito' de 'Mega'.

"El jugador está estable y esperaremos ya las orientaciones del cirujano general. Tendrá que quedarse en observación", señaló Bolaños.

"Tiene un traumatismo abdominal cerrado y parece que hay algún tipo de afectación intestinal o algo así, pero está estable y normalmente son controles que se hacen evolutivos o depende de la evolución se decidirá si hay que adoptar una conducta quirúrgica o no, pero de momento todo va bien", añadió el doctor a 'El Chiringuito'.

En el minuto 23 del partido de la vigésimo novena jornada de LaLiga EA Sports entre el Celta y Las Palmas en el estadio de Balaídos de Vigo, un balón en profundidad hacia Borja Iglesias terminó en un choque fortuito con las rodillas del atacante en el abdomen del guardameta neerlandés, que se quedó tendido en el suelo con mucho dolor en la zona izquierda.

Tras ser atendido durante unos cuantos minutos, los servicios médicos de Las Palmas reclamaron la sustitución del portero.

El cancerbero fue retirado en camilla del terreno de juego para ser trasladado a un hospital de la ciudad gallega.

La eterna espera madridista de Kubo: un pasaporte, cuatro cesiones y un "no" constante

La eterna espera madridista de Kubo: un pasaporte, cuatro cesiones y un “no” constante

Parecía llamado a dominar la futura banda derecha del Real Madrid y a ser la puerta millonaria del club hacia el tan deseado mercado asiático, pero Takefusa Kubo (Kawasaki,, 2001) sigue sin pasar el umbral del vestuario local de Chamartín y cada vez está más lejos. Por él, cansado de esperar desde su fichaje en 2019, y por el propio conjunto madridista, confiado su carril diestro a Rodrygo, Brahim y Güler. Hoy vuelve a visitar la Castellana con la Real Sociedad, dueña de sus derechos federativos y del 50% de lo que genere la plusvalía de una futura venta. El otro 50% es del Madrid, que lo vendió por seis millones a los txuri-urdin y se guardó esa opción, esperando ahora un ingreso millonario cuando alguien se acerque a los 60 millones de su cláusula.

A sus 23 años, Kubo volverá al Bernabéu con el mismo ánimo de revancha y la misma rabia acumulada de siempre, amenazando futbolísticamente al equipo que un día llamó a Japón y le recuperó para el fútbol español después de haber abandonado las inferiores del Barça.

Y es que la historia de Kubo en la capital es la de la espera y el rechazo. Un «no» constante que ha condicionado la primera etapa de su carrera. Aterrizó en el verano de 2019, formando parte de una camada adolescente que era vista en la cúpula como la heredera de la época dorada. Por ahí estaban Vinicius y Valverde, firmados en 2018, más Brahim, Rodrygo y Kubo, cuyos fichajes llegaron en 2019 junto a Militao y Mendy.

El ejemplo de Odegaard

De todos ellos, sólo Kubo se ha quedado en la carretera, compartiendo con Martin Odegaard el foco de los proscritos. En su momento, el noruego decidió que no iba a esperar y el club le vendió al Arsenal por casi 40 millones, previo paso brillante por la Real Sociedad. Lo suyo fue rápido y ahora es el capitán de los gunners.

En el caso de Kubo, todo ha sido diferente. Una situación peculiar limitada desde el principio por su pasaporte extracomunitario. La acumulación de extranjeros en el Madrid, especialmente brasileños, obligó al conjunto blanco a elegir desde 2019 a varios descartes, y Rodrygo siempre le ganó la partida a Kubo en el extremo derecho. Mientras el brasileño crecía junto a Vinicius en el ataque madridista, el japonés vivía temporadas complicadas entre Mallorca, Getafe y Villarreal. Cuestión de elecciones y de destino.

Así que el Madrid ganó la Champions 2022 con Rodrygo como héroe de la eliminatoria contra el Chelsea y el City en el momento en el que Kubo terminaba su segundo paso por Mallorca. Antes, había pedido dejar el Villarreal a mitad de año porque Unai Emery no contaba con él, y acabó unos meses en el Getafe de José Bordalás. Un camino de espinas que le revolvía el estómago, presionado mediáticamente en Japón y con la obsesión de brillar en Europa.

Kubo, rodeado de jugadores del Valladolid, el sábado en el Reale Arena.

Kubo, rodeado de jugadores del Valladolid, el sábado en el Reale Arena.EFE

De blanco sólo le hemos podido ver en una pretemporada, la de 2019, cuando fue uno de los protagonistas por la ilusión que despertaba su fichaje. Se fue a la gira americana con Zidane, tuvo minutos y volvió para ponerse a las órdenes de Raúl en el Castilla, donde compartió algún amistoso con el propio Rodrygo. Un casting que terminó ganando el brasileño, que aceptó jugar varios partidos oficiales con el filial.

El japonés, mientras, observaba la elite con ansia. «Era cabezota. Tenía mucha personalidad y muy claras sus decisiones», recuerdan en Valdebebas fuentes consultadas por este periódico. «Me estresaba muchísimo en cada entrenamiento porque quería demostrar mi valía», admitió hace unos meses en una entrevista.

No llegó a debutar en partido oficial con el Madrid porque salió cedido al Mallorca justo antes del inicio de aquella temporada. Una decisión que el club veía bien para su formación, pero que quizás llegó demasiado pronto y el foco, lejos del Bernabéu, se fue apagando. No volvió a jugar de blanco. La pandemia en 2020, los Juegos en 2021 y su fichaje definitivo por la Real en 2022 lo impidieron.

Retraso en las nacionalizaciones

En esa operación, el Madrid se guardó una opción preferencial para recuperarle y el 50% de la plusvalía de una futura venta a cambio de seis millones. Seguía gustando en Valdebebas, pero el retraso en las nacionalizaciones de Militao, Rodrygo y Vinicius lo alargaba todo. Tres años después, todo parece haber cambiado. El japonés renovó con la Real hasta 2029, aunque mantuvo la cláusula en 60 millones, una decisión que desliza la intención de una futura venta.

El Madrid tiene hueco para extracomunitarios, nacionalizados ya los brasileños, pero la nueva zurda joven se apellida Güler y el nombre de Kubo se ve más como fuente de ingresos que en la espalda de la camiseta, esperando en Valdebebas ese salto definitivo en la carrera del talento asiático. Hoy, en la vuelta de semifinales de Copa, nueva reválida.

Marzo, el oscuro mes de las dos despedidas del Atlético: KO en Champions y una victoria en cuatro partidos de Liga

Marzo, el oscuro mes de las dos despedidas del Atlético: KO en Champions y una victoria en cuatro partidos de Liga

"Marzo, marceador, un día malo y otro peor". Así se resume el mes del Atlético de Madrid en el que el equipo dijo adiós a dos de las tres competiciones a las que aspiraba. Los colchoneros, campeones de invierno, se han desinflado en el momento más importante del curso, donde se dirimen los títulos. El entrenador, Diego Simeone, se sigue acordando del doble toque de Julián Álvarez en cada rueda de prensa, pero tampoco oculta la evidencia: "Dentro de la temporada hay momentos, buenos, malos y regulares. Hay que seguir compitiendo hasta el final".

El equipo está en un momento malo no, crítico. Además de la eliminación de la Champions y el recuerdo del penalti de Julián, en la segunda vuelta ha perdido 17 puntos de 30 posibles, cuatro de 12 en marzo, los mismos que dejó escapar en la primera mitad del curso. Con ese tanteo, los rojiblancos se quedan a nueve puntos de la cabeza y el golaverage perdido ante el FC Barcelona. "Los equipos de detrás ya se están acercando y nos alejamos de donde queremos", apuntó Jan Oblak tras el empate en Cornellá.

La Copa, este miércoles, es la gran esperanza rojiblanca para intentar conseguir un título esta temporada, aunque aún esté el Mundialito de Clubes en el horizonte. Pero la afronta, precisamente, contra un Barça que ha ganado sus últimos nueve encuentros ligueros, un récord de épocas de Pep Guardiola y Luis Enrique. Mal enemigo para agarrarse al flotador.

Nueve goles en seis partidos

Lejos queda aquella victoria sufrida ante el Athletic, al inicio de este fatídico marzo con gol de Julián. Fue un espejismo con truco, hasta cuatro palos golpearon Los Leones en ese duelo que se les escapó por la contundencia del argentino y la gran defensa rojiblanca, línea que ha naufragado en los últimos encuentros y con la que el equipo había conseguido agarrarse a la cabeza de la tabla, de la que ahora parece haberse despegado definitivamente.

El Barcelona abrió la brecha en la ida de la Copa, consiguiendo quebrar hasta en cuatro ocasiones la meta de Jan Oblak. Desde entonces otros nueve tantos han ido a parar a las redes rojiblancas en seis partidos. Siguen como el menos goleado de Primera con 23 goles, pero el segundo ya queda mucho más cerca, precisamente el Athletic con 24 y el Getafe cerraría el podio con 25.

Simeone, en el banquillo de Cornellà.

Simeone, en el banquillo de Cornellà.AFP

La fragilidad defensiva era algo que parecía de épocas pasadas, pero ha vuelto acompañada de falta de contundencia y de energía para afrontar el maratón de partidos que acumularon los rojiblancos desde la vuelta de Navidad, 18 encuentros en 10 semanas. Incluso Giuliano, un electrón con carga siempre positiva, ahorró carreras en Cornellà, fundido como venía de hacerse 8.000 kilómetros para jugar con Argentina.

Hay que destacar que parte del descalabro también ha venido por errores de concentración que han costado puntos. Vienen a la mente el planchazo y posterior cruzada de cables de Ángel Correa en Getafe, que terminó con su expulsión y la pérdida del argentino para los siguientes cinco partidos, y el penalti que hace Clement Lenglet ante el Espanyol. Un agarrón inocente, pero en la cara del árbitro, que concedió el empate al conjunto blanquiazul. En el Metropolitano este miércoles tocará limpiar la mente y, sobre todo, recuperar los resultados.

Simeone es lo que es... y a veces no es suficiente

Simeone es lo que es… y a veces no es suficiente

Cualquier debate sobre Simeone nace viciado porque para los atléticos no es un entrenador sino un familiar y un héroe y para los madridistas, que aseguran que a ellos el Atleti les da igual pero plagan las redes y los medios de ataques al Cholo, no es un entrenador sino un pimpampum. Este segundo grupo refuerza la reacción siciliana del primero y a partir de ahí todo es elegir bando. La más leve crítica te hace anticholista y cualquier elogio, un devoto ciego.

Y no. O no debería porque limita el asunto a una ridícula pugna de máximos: hay que renovarle de por vida o despedirle hoy mismo. Dos bobadas de similar calibre. Simeone recogió un Atlético en derribo y con las piezas de un triciclo destrozado construyó un avión. Es uno de los trabajos más brillantes de un entrenador en este siglo y eso no se lo va a quitar nadie.

Tan cierto como que una primavera más, y van cuatro seguidas, apenas comienzan las alergias y el Atleti ya está a verlas venir, con un partidito a la semana para acabar tercero sin sudar y decir que ha cumplido objetivos (la baza de la Copa cambiaría el ánimo más que la evaluación). La justa indignación con el (supuesto) doble toque de Julián Álvarez llega hasta donde llega y ese lugar no debería ser la rueda de prensa del Cholo tras dar pena ante el Espanyol. Era día para la autocrítica y, como ha pasado demasiadas veces en los últimos años, no llegó.

El Atleti no se dejó la Liga en el 2-4 del Barça sino en los esperpentos en Getafe y Cornellà. Una escena, la dimisión fuera de casa cuando no se mide a colosos, que repite desde hace un lustro. No es casualidad. Si la sensación es mejor esta temporada que las pasadas es porque el Cholo ha vuelto a crear un equipo competitivo ante Madrid y Barça, ha ganado la arriesgada apuesta de Giuliano y ha captado para la causa a un fuera de serie como Julián. No es poco, pero no es suficiente.

Simeone es el entrenador que es, como Guardiola, como Ancelotti, como Flick, como todos. Ha evolucionado, claro, pero dentro de los parámetros del fútbol en el que cree (control, que ocurra lo menos posible, esperar el error...). Y cuando lo basas todo en resistir, tus futbolistas morirán por ti en el Bernabéu, pero se sentirán peces fuera del agua cuando no tengan molinos enfrente en Leganés o Vallecas. Ahí ni encontrarán un enemigo ante el que ser David ni sabrán ser Goliat. Serán la nada. Así lleva años el Atleti y le condena al limbo de la decepción. ¿Es capaz el Cholo de cambiarlo? A estas alturas, la duda es legítima y el tiempo para resolverla no puede ser eterno.