11 goles en 10 partidos europeos: el Barcelona espera que Raphinha recupere su brillo ante el Borussia Dortmund

11 goles en 10 partidos europeos: el Barcelona espera que Raphinha recupere su brillo ante el Borussia Dortmund

Actualizado Martes, 8 abril 2025 - 23:23

La luz más brillante suele consumirse antes, dice la sabiduría popular. En el caso de Raphinha, el jugador más en forma del Barcelona en los primeros meses de la temporada, el aforismo lleva unas semanas cumpliéndose. Su garra y su desgaste se mantienen como de costumbre, pero ha perdido brillantez ante la portería contraria. En la Liga, no marca desde el pasado 9 de febrero, ante el Sevilla, a domicilio, en un partido que acabó con triunfo de su equipo por 1-4, mientras que en la Copa del Rey su último tanto se remonta hasta el 15 de enero, en el enfrentamiento a partido único de octavos de final ante el Betis que se saldó con victoria barcelonista por 5-1. Este miércoles vuelve la Champions. Tal vez, en su competición fetiche por antonomasia, esta sequía anotadora llegará a su final de una vez por todas.

En la máxima competición europea Raphinha atesora unos números demoledores. Hasta el momento, ha sido capaz de convertir 11 goles en los diez partidos que ha disputado. Entre ellos, destaca el hat trick conseguido frente al Bayern o los cinco, en total, anotados frente al Benfica entre su duelo en la fase de liguilla en Da Luz (4-5), la ida de los octavos de final (0-1, con los azulgrana con uno menos sobre el césped por la expulsión de Cubarsí) o los dos con los que remató la faena en la vuelta en Montjuïc (3-1).

En la Liga, mientras, el brasileño suma 13 goles en el total de 28 encuentros que ha jugado hasta ahora, teniendo en cuenta, además, que no fue convocado para el duelo disputado frente a Osasuna el pasado 27 de marzo, que ante el Girona, tres días después, no llegó a moverse en ningún momento del banquillo y que fue suplente el sábado ante el Betis. Una serie de movimientos con los que Hansi Flick quiso darle algo de descanso a un jugador caracterizado por su entrega.

La fatiga

En el encuentro ante Osasuna, el técnico alemán esgrimió el cansancio por el viaje desde Sudamérica como el motivo para dejarlo fuera de su lista. También es cierto, además, que el delantero brasileño volvía con el ánimo algo tocado, después de que Argentina pasara factura a sus excesivamente seguras convicciones de triunfo en superclásico sudamericano, infligiéndole un demoledor 4-1 a la canarinha. Flick, pese a haberlo protegido últimamente un poco entre algodones, con la excepción de una vuelta de las semifinales de Copa del Rey a vida o muerte contra el Atlético de Madrid, quiso romper una lanza en favor del brasileño en la rueda de prensa previa al duelo frente al Dortmund.

"Tras el parón por las selecciones, hemos intentado que se recupere. Lo que veo en los entrenamientos es lo mismo que veía antes: está muy activo, despierto, con buena dinámica... Demuestra que está preparado para afrontar este partido", zanjó el entrenador.

La ida de los cuartos de final de la Champions ante el Dortmund es la primera gran oportunidad de Raphinha de volver por sus fueros. Sobre todo, teniendo en cuenta que la vuelta se disputará la semana que viene en el Signal Iduna Park, un escenario que puede ser tremendamente complicado y para el que los azulgrana bien harían en llevarse una buena renta de Montjuïc.

En el centro del campo, mientras, está por ver si Flick mantendrá o no a un Gavi tan fiel a su causa como contundente a la hora de valorar a aquellos que critican su estilo. «Mucha gente se cree que no sé jugar al fútbol y no tiene ni puta idea. Es entendible, cada uno piensa lo que quiere, y está bien», sentenció el sevillano.

Gavi: "Mucha gente se cree que no sé jugar al fútbol, pero no tienen ni p... idea"

Gavi: “Mucha gente se cree que no sé jugar al fútbol, pero no tienen ni p… idea”

Actualizado Martes, 8 abril 2025 - 16:24

La Champions ya ha encarado su fase decisiva. Y, a pesar del traspiés ante el Betis del pasado sábado en Montjuïc, el Barça parece estar más que dispuesto a darle la razón a la omnipresente IA y levantar el trofeo por sexta vez en la final que se jugará en Münich el próximo 31 de mayo.

Hansi Flick, eso sí, como buen alemán, no es de los que vende la piel del oso antes de cazarlo. Por eso, insiste en que lo más importante es mantener la serenidad. Al fin y al cabo, el Liverpool, un equipo que parecía absolutamente intratable en la fase de liguilla, fue eliminado en octavos por un PSG al que le costó lo indecible seguir adelante en la competición. Y esa, en gran parte, es la gracia del fútbol.

«Podemos soñar, pero los jugadores y técnicos debemos tener los pies en el suelo. Hay que ver lo que hemos conseguido hasta ahora, a base de trabajo duro, y esto no debe ser el final. Hay que poner toda la carne en el asador para seguir. Queremos mantener la racha de partidos sin perder que llevamos este año, pero para lograrlo habrá que rendir al máximo ante un rival muy fuerte», advirtió el entrenador azulgrana en la rueda de prensa previa al partido.

En la primera fase de la competición, los suyos, con un gol de Raphinha y dos tantos de Ferran Torres, ya fueron capaces de imponerse a los germanos por 2-3 en el Signal Iduna Park. Y el alemán, por supuesto, confía plenamente en que su equipo sea capaz de mantener la buena trayectoria que ha atesorado hasta ahora en una Champions en la que únicamente el Mónaco, en el primer partido del torneo y tras la expulsión de Eric García, fue capaz de batir a su equipo.

El entrenador del Barcelona, Hansi Flick.

El entrenador del Barcelona, Hansi Flick.Alejandro GarcíaEFE

«Pienso que en la Champions hemos trabajado bien, tanto en Montjuïc como fuera de casa. Sabemos cómo ganar un partido a domicilio, cómo seguir y tengo plena confianza en el equipo. Lo veo bien y creo que hemos mejorado en muchos aspectos. Damos la respuesta adecuada en los partidos y estamos preparados para este cruce», recalcó un Flick que prefiere aislarse de una actualidad del club que se ve a menudo zarandeada por la polémica. Como, por ejemplo, las nuevas acciones emprendidas por LaLiga para que ni Pau Víctor ni Dani Olmo puedan acabar la temporada sobre el césped. «Hay un partido importante, y en los demás temas confío en el club. No pienso en ello», se limitó a señalar el técnico, quien insiste además en mirar hacia adelante, por mucho que tenga un pasado triunfal en el banquillo del Bayern.

«No me interesan las estadísticas ni el pasado. Vivo al día, lo que cuenta es el aquí y el ahora. Este es el mayor torneo europeo y queremos alcanzar el mayor éxito posible», recalcó un Flick que sabe muy bien que debe ir dosificando a sus futbolistas en una campaña en la que algunos acumulan ya muchos minutos de juego. «Dedicamos mucho tiempo a analizar el estado de forma de cada uno, sus cargas y creo que lo gestionamos bien, miramos si hay que hacer cambios. Tenemos un fondo de armario con jugadores polivalentes y no tengo miedo. No podemos cambiar el calendario, lo deciden otros, y tratamos de sacar el mejor once para ganar. No hay excusas. Aceptamos las cosas como son y, juegue quien juegue, pondremos a un buen equipo», aseguró.

RAPHINHA

Ante el Betis, uno de los jugadores que tuvo algo de descanso fue un Raphinha que parece haber perdido la efervescencia mostrada en lo que llevamos de temporada. Flick, a pesar de todo, está convencido de que su mejor versión volverá pronto. Puede, incluso, que en este mismo duelo frente al Dortmund. «Tras el parón por las selecciones, hemos intentado que se recupere. Lo que veo en los entrenamientos es lo mismo que veía antes: está muy activo, despierto, con buena dinámica... Demuestra que está preparado para afrontar este partido», sentenció.

También podría tener continuidad ante el Dortmund un Gavi que ha ganado presencia con la lesión de Dani Olmo y que tiene gran sintonía con el técnico. «El entrenador me ayuda en muchos conceptos de fútbol, y en mi lado más humano. No estoy jugando todos los partidos y en mi cabeza debo entender que no siempre puedo ser titular. Hay que entender todo. Míster Flick es espectacular y estamos felices de tenerlo», recalcó el sevillano, quien fue a su vez contundente a la hora de contestas a algunas críticas que ha recibido por su estilo contundente en el césped. «Mucha gente se cree que no sé jugar al fútbol y no tiene ni puta idea. Es entendible, cada uno piensa lo que quiere, y está bien», apostilló el centrocampista.

Emilio Pérez de Rozas: "Si el periodismo aún tuviera poder, Joan Laporta ya no sería presidente del Barça"

Emilio Pérez de Rozas: “Si el periodismo aún tuviera poder, Joan Laporta ya no sería presidente del Barça”

En el número 23 de Ronda de la Universidad, en pleno centro de Barcelona, había una casa que es historia del periodismo. ‘La Ronda’, como acabó por conocerla toda la ciudad, era el hogar de los Pérez de Rozas, la saga de fotógrafos que empezó a principios del siglo XX, cubrió tres generaciones y sigue vigente en Emilio Pérez de Rozas (Barcelona, 1952), al que todo el mundo conoce como reportero y columnista de ‘El Periódico de Catalunya’ y ‘Sport’ y tertuliano sin freno en la COPE y Radio Marca, pero se niega a renunciar a su herencia. "La foto va en la sangre. Si no hubiera sido lo que soy, que es mitad fotógrafo y mitad periodista, sería simplemente un idiota", resume.

A otros puede haberles sorprendido el periodismo, pero tú sabías perfectamente dónde te metías.
Mi padre tenía nueve hijos y a las ocho, cuando nos levantamos para desayunar e irnos al cole, llegaban mis dos tíos, Manolo y Kike, y se ponían a trabajar. La casa de papá era el laboratorio y el despacho donde trabajaban las fotografías los Pérez de Rozas para tres periódicos y para la agencia EFE. Y ahí vivía una familia con una abuela, tres hermanos fotógrafos trabajando todo el día y nueve niños. ¿Qué otra cosa habría podido ser yo?
Hippie.
[Risas] Sí, algo de comuna hippie tenía, pero sobre todo era un polvorín. Como mi padre estaba bastante ausente haciendo fotos, allí todo el mundo podía castigarte si te portabas mal. Me pasé muchas horas en el pasillo por haber hecho travesuras. Era muy divertido vivir allí. No había otra posibilidad para mí que dedicarme a esto. Se nos caía la baba viéndoles trabajar y mi hermano Carlos y yo conseguimos continuar la tradición. Lo que pasa es que, como han compartido todos los compañeros veteranos que han salido en esta sección, aquel periodismo que nosotros vivimos ha desaparecido. Totalmente. Y ahí se ha acabado también la saga Pérez de Rozas.

Para saber más

Tus dos hijos se dedican a otras cosas.
Sí. Tienen una mezcla extraña porque les gusta lo que hace su padre, pero como curiosidad. No leen demasiada información, como casi todos los jóvenes ahora, y uno es informático y otro es productor de publicidad y cine. Han salido a su madre, que es bióloga, y ni siquiera leen lo que escribe su padre y esposo. Qué se le va a hacer…
Vives en Mallorca pese a informar sobre el Barcelona. Buen chollo.
Sí, soy un pionero en esto del teletrabajo, debo ser de los primeros periodistas que lo logró. Primero estuve a caballo entre los dos sitios y ahora llevo nueve años ya instalado aquí. Hace más de 50 años que conocí a Araceli, mi mujer, que es mallorquina y fue estudiar a Barcelona. Cuando murieron mis papás, decidimos venirnos a Palma porque creímos que era muy importante que los niños crecieran con los abuelos maternos y fue una estupenda decisión. Tuve la suerte de que Antonio Franco [director histórico de ‘El Periódico’] me lo permitió. Yo he tenido muchos maestros. Si me gusta esta profesión es porque he estado siempre colgado de los mayores, de aquellos periodistas y amigos que tenían unos años más que yo y me lo enseñaron todo: mi hermano Carlos, Antonio Franco, Àlex J. Botines, José Antonio Sorolla… Un montón de periodistas en los que me pude fijar. Eso también ha desaparecido ahora, ya nadie ejerce de maestro en el periodismo.
¿Has sentido esa distancia?¿Ha afectado a tu carrera no estar en Madrid ni, ahora, en Barcelona?
Lo de Barcelona no, porque a efectos prácticos es como si estuviera. Hay aviones cada rato y me planto allí en nada, pero lo de Madrid… Ese madridcentrismo de los medios españoles lo he sufrido posiblemente más que nadie. Del año 82 al 92 estuve de responsable de Deportes de ‘El País’ en Barcelona y hubo una frase funesta que aprendí ya la primera semana: "Mira, es que en Madrid hacemos las cosas así". Tú proponías determinadas cosas desde Barcelona y siempre había un jefe en Madrid que te decía que no porque allí no se hacía así. Y punto. Ni se debatía si tu idea podía estar bien ni se probaba a ver si funcionaba. No había esa posibilidad. Al final eso sí te da la sensación de que te limita. Otro ejemplo tonto. Tengo una relación maravillosa con Raúl Varela, de Radio Marca, y entro en su tertulia de ‘La Tribu’ los lunes por la mañana. Cuando cuentan el parte meteorológico de Madrid y que hay atasco en la M-30… No sé qué pensará el que lo escucha en Mataró o en Dos Hermanas. Es una anécdota, pero pasa siempre en todos los medios nacionales.
Has ido arrinconando la faceta de fotógrafo. ¿Por qué?
Yo nací fotoperiodista y soy fotoperiodista, pero es cierto que al final ha sido más un complemento que una dedicación completa. Evidentemente, no hago las fotos como mi compañero Jordi Cotrina, como mi amigo Alejandro Ceresuela, que es el fotógrafo personal de Marc Márquez, o como el portentoso Raúl Cancio, pero me defiendo y son suficiente para completar mis informaciones y las historias que cuento. La profesión fotográfica me respeta y no me ve como un intruso. El de fotógrafo es el trabajo peor tratado y peor considerado que hay en el periodismo. Es una vergüenza. Ahora quieren reciclarlos para hacer vídeo, se los ha metido en las redacciones para solo editar, salen cada vez menos a la calle a hacer fotos… Es una pena, es a nivel mundial y no es nuevo. Mi serie de periodistas favorita es ‘Lou Grant’, que es de los 70 y 80, ¿y sabes cómo llamaban al fotógrafo?
No.
Animal. Directamente le llamaban Animal. Eso ya te da una idea de cómo ha visto siempre el periodismo a los fotógrafos.
También te has movido entre dos mundos en que, aunque el fútbol es lo que te ha dado la popularidad, por encima de todo eres un periodista de motociclismo.
Sí. Empecé en las motos al principio de los años 80 y ahí sigo por dos motivos. Primero, porque ese mundo ha ido ofreciendo constantemente generaciones de pilotos estupendas y siempre tenías un español que ganaba y, segundo, por una cosa muy importante que se ha perdido en todos los demás deportes grandes, especialmente en el fútbol: el contacto con los deportistas. Todavía hoy te permiten acceder a los pilotos, si necesitas tres minutos con Marc Márquez en un gran premio para completar un reportaje, los vas a tener. Eso es maravilloso porque aún te permite construir historias humanas paralelas a la carrera. Eso ya no lo puedes lograr en ningún otro deporte, sólo en las motos. Ojalá Carmelo Ezpeleta, que es el gran monstruo que ha creado este fantástico Mundial de motos, no se contagie nunca de la Fórmula 1 en esto.
Tienes muy buen trato con Marc desde el principio. ¿Esperabas esta resurrección?
Sí, ya el año pasado pensé que si le daban moto… Toda la familia Márquez, los papás y los hermanos son unos seres excepcionales que son tal y como se muestran, lo que parece ya imposible en el deporte de élite. Sólo tengo palabras de elogio. Siempre se han portado conmigo de una manera maravillosa y es un placer tener esa relación con ellos. Hay una cosa que me pasa con Marc y con otros amigos deportistas que tengo como Andoni Zubizarreta o, en menor medida, Rafa Nadal. Mucha gente en la profesión trata de dañarme lanzándome un "mira, tu amigo". Dicen eso como si fuera algo negativo cuando es un elogio sensacional. Sé que periodísticamente no está bien ser amigo de los protagonistas, pero, lo siento, para mí esas amistades tienen un valor tremendo por encima de lo laboral.
¿Qué tal conviven el periodista serio y el tertuliano polémico que también eres?
Llevo bien esa dicotomía porque tengo un trabajo diario en un periódico y, luego, hago ese segundo papel en la radio. Están bien diferenciados. Con la televisión he tenido muy poco contacto, sólo en los tiempos de ‘El Rondo’ de Alfonso Arús, que es un auténtico monstruo de la televisión. Es el tío que inventó todo lo que se hace ahora en televisión deportiva, un innovador absolutamente brutal.
Las tertulias de éxito como ‘El Chiringuito’ provienen de él.
Claro, ‘El Chiringuito’ es una copia de ‘El Rondo’, aunque no sé si a Pedrerol le molestará esto. Lo siento, pero tú puedes ser el inventor de algo que no has inventado y el maestro de esto se llama Alfonso Arús. Mala suerte. Pedrerol no debería de tomárselo como una ofensa porque ha imitado algo muy bueno, le funciona, le gusta a una determinada gente en un determinado horario, con un determinado estilo y ya está. Pero la verdad es la verdad: esto lo inventó Arús.
Hablábamos de tu papel como tertuliano.
Sí, te decía que a mí la radio me parece atómica. Cuando todo el mundo está diciendo, y a lo mejor hay parte de verdad, que las redes sociales, los tuiteros, los influencers y la inteligencia artificial van a acabar con el periodismo, la radio está ahí, inmutable y con audiencias enormes. Yo he tenido la inmensa suerte de que los auténticos gigantes de la radio me han querido para trabajar con ellos. He estado con De la Morena, con García, con Paco González y con Manolo Lama, que es un tipo tan generoso que tú le pides la hora y él te da el reloj. Entonces, estás en ese ambiente y te ayuda mucho a soltarte, porque estás como en casa, entre amigos y sin nada guionizado. Lo grandioso de la radio es que es inmediatez, improvisación y originalidad.
También ese es el peligro.
Claro, porque muchas veces metes la pata, por supuesto que sí. Es todo tan rápido que te animas y te calientas tanto que existe la posibilidad de equivocarte. Yo lo he hecho y me he disculpado, pero entiendo que es parte del juego. Además, cada uno sabemos qué papel jugamos en las tertulias y en el mundillo. Por ejemplo, cuando me llaman para intervenir en tertulias de Catalunya Ràdio, sé que lo hacen porque quieren a alguien que le dé un palo al Barça. Yo soy consciente de mi papel, pero también es verdad que nunca digo lo que no pienso. Si me piden una opinión, doy la mía. Otra cosa es que la mía les va bien y la buscan porque contrasta con la de los demás.
Pérez de Rozas posa con su pincher, Anubis, en Palma de Mallorca.

Pérez de Rozas posa con su pincher, Anubis, en Palma de Mallorca.Araba Press

¿Se toma esta sociedad el fútbol demasiado en serio?
Creo que no hay que trascendentalizar las cosas que no tienen trascendencia y el fútbol es una de ellas, aunque no la única con la que lo hacemos. En casa se rompe un vaso y se monta un drama que no te lo puedes imaginar y luego lo piensas y, coño, sólo es un puto vaso. Recoge los cristales y a otra cosa. Nos montamos demasiados traumas ficticios, luego hay un drama de verdad y ¿ahora qué hacemos? Es fútbol, por favor. Vamos a tomárnoslo estupendamente y a disfrutarlo sin dramas. Además, los clubes, los presidentes, los entrenadores y los futbolistas no se merecen que nos volvamos locos por ellos, con una defensa a ultranza que no tiene ningún sentido. A mí me gusta que gane el Barça, pero también me gusta ver partidos estupendos donde gana el otro. Jamás dejaré de dormir por un resultado.
Eres un culé anti Laporta, que no abundan.
Lo que está pasando en el Barcelona con Laporta, su directiva, sus amigos, sus familiares y la manera de gobernar el club es escandaloso. Es una muestra de que la prensa ha dejado de tener poder y ya no se carga a nadie. Si el periodismo tuviera poder, Laporta no sería presidente del Barça como Mazón no lo sería de la Generalitat Valenciana, no hubieran podido soportar el justo aluvión. En Barcelona ha habido periodistas como Toni Frieros, Sique Rodríguez, Albert Guasch, Paco Cabezas, Xavi Hernández, Sergi Escudero, Xavi Bosch, Andreu Rauet o Joan Josep Pallás que han publicado cosas de Laporta que deberían haber provocado que pasara algo… y no ha pasado absolutamente nada. Yo intento cumplir una frase que me solía decir papá: "Emilio, en esta vida, sobre todo que no te tomen por tonto". Cuando doy mi opinión sobre la vergüenza que es Laporta lo hago fundamentalmente para decir: "Oiga, usted está comportándose así, está gobernando en su beneficio propio y está consiguiendo negocios para sus amigos, pero que sepa que le estamos viendo, nos hemos dado cuenta, no somos tontos". A lo mejor no sirve para nada y se sale con la suya, pero sobre todo que no me tomen por tonto.
¿Tienes algún contacto con Laporta?
No, cero absoluto. Ni con él ni con el club. Tampoco lo quiero. Soy perfectamente consciente de que con este punto de vista crítico hago muchos enemigos y habrá presiones, pero por suerte me siento tremendamente protegido por mi periódico. Eso es importante y no tan frecuente como debería. Recuerdo una anécdota cuando Antonio Franco era director y yo llevaba la sección de Deportes, que aún éramos 10 o 12 redactores y hacíamos nueve páginas diarias. Se ponía delante de mí y me soltaba: "¡Vaya mierda de sección estamos haciendo!". Éramos la mejor sección de Barcelona, yo se lo decía, que era estupenda, y me respondía: "Hace un mes que no llama nadie cagándose en mí y eso es mala señal. Yo estoy aquí para pararos las balas. Haced lo que tengáis que hacer, pero hacedlo". Poder trabajar en un medio que te permite eso es sensacional.
¿Cómo valoras esa alianza estratégica entre Laporta y Florentino?
Forma parte de la anestesia general que están viviendo la afición, los socios y los abonados del Barça. Han vuelto a disfrutar del fútbol de la mano de Hansi Flick, Pedri y Lamine Yamal y pasan absolutamente de todo lo demás, están desconectados de la realidad. Estoy convencido de que esa complicidad con el Real Madrid no gusta, pero tragan porque saben que Florentino Pérez ha puesto los contactos financieros y económicos que posee, que son los mejores de España, a disposición de Laporta para que pudiera hacer las tropecientas palancas y endeudar por los próximos 25 años al Barcelona. Es otra de las cosas que el socio, que es el propietario en teoría del Barça, tiene guardadas en un armario para no verlas junto a la manera de distribuir comisiones en el contrato de Nike, que una empresa subcontratada meta 350.000 euros a una cuenta de los directivos para su aval o los retrasos del Espai Barça.
Antes, cuando has nombrado a los grandes de la radio con los que has trabajado, has obviado a Juanma Castaño.
No crees que haya sido casualidad, ¿no? Efectivamente, no lo ha sido.
¿Es porque esta temporada decidió prescindir de ti y de Tomás Guasch en ‘El Partidazo’?
Tomás te dijo que no le sabía mal por él sino por mí y yo te digo lo contrario, me sabe mal por él porque le considero uno de los grandes y además, y esto es lo peor para mí, es que Tomás sí es uno de ellos, del núcleo duro que pasó de la SER a la COPE. Yo no lo soy aunque llevo muchos años trabajando con ellos, sigo con Lama y creo que fui el primero que llamó a Paco González cuando dejó la SER y le dijo: "Me voy contigo". Lo cogí por las escaleras, saliendo del edificio. Lo de Castaño no quiero ni comentarlo. Lo que sí me supo mal fue que me lo dijera en pleno agosto, tres días antes de que empezara el programa y sin tiempo para buscar otra cosa. Por lo demás, es un programa de autor donde él elige a su gente y, de pronto, Tomás y yo dejamos de ser su gente. A mí me pareció mal, pero a Tomás le dolió bastante más.
¿Por qué crees que dejaste de ser de su gente?
Creo que fue por el ruido que hacía, el descontrol que yo provocaba. No lo comparto, pero es su opinión. De todos modos, no quiero centrarme en lo malo porque esta vida que he tenido ha sido la hostia. No, está mucho más allá de la hostia. Cuando te digo que me duele que la forma de trabajar que teníamos antes haya desaparecido totalmente es porque considero que ser periodista como lo éramos hace 50 o 30 años es de las cosas más grandes que se puede ser en esta vida. Es una manera de disfrutar tremenda. Es cierto que no tienes tiempo para la familia, los hijos ni los amigos, pero ¿por qué? Porque cuando te gusta el periodismo y contar historias, te vuelves loco. Felizmente loco. Eso es brutal y ahora ya nada de todo esto existe.
Hombre, algo quedará.
Muy poco. Los jóvenes periodistas creen que todo está en el móvil y, encima, los periódicos han dejado de tener dinero para ir a los sitios. Y si no estás en los sitios, no hay periodismo. La gente sólo copia, recopila e imita. Eso tiene poco valor. En mi época nadie se dignaba a escribir un texto si no había estado allí. Ahora todo el mundo escribe de todo desde la silla y, lo que es peor, todo el mundo se cree lo que esos publican. La manera de conseguir las fuentes de información en estos momentos es muy frágil, te puede engañar muchísimo, no las ves, no las tocas, no las tratas y puedes estar escribiendo una historia que se ha inventado alguien con el que has contactado por Instagram. El buen periodismo cuesta dinero y ya nadie tiene dinero. Tengo la impresión de que si mis hijos hubieran escogido esta profesión, me hubiera frustrado porque no hubieran disfrutado ni la mitad de lo que he disfrutado yo. Ese es el drama.
Si el padre de Lamine Yamal fuera sueco y rubio...

Si el padre de Lamine Yamal fuera sueco y rubio…

Van a cumplirse dos años del advenimiento de Lamine Yamal y siguen buscándole. Los defensas y los otros. Los otros, los de siempre, los del odio, los del ruido, los mediocres, los que en vez de admirar lo nunca visto prefieren perseguir unicornios con escopetas. De fogueo en este caso. Porque por más que disparan no logran rozarle.

Aseguraron que la celebración del 304 en honor a Rocafonda, su barrio, le convertía poco menos que en un pandillero, como si la conciencia de clase fuera un delito. Interpretan como un insulto a España que en sus botas luzca las banderas de Marruecos y Guinea Ecuatorial, los países de sus padres, mientras el chaval nos regala una Eurocopa con la edad en que sus haters pedían la paga a mamá para comprarse unos castellanos. Aplauden las chorradas viejunas de Van der Vaart, uno de los futbolistas más frustrantes y disolutos de su generación, como si bailar, vestir o peinarse acorde a la edad que uno tiene fuera una señal de alarma y no un indicador de normalidad.

Y como el ídolo no muestra grietas se le busca el barro en pies ajenos. Los de Mounir Nasraoui. Lo curioso es que aquí se juntan el deseo de unos y el miedo de otros. "Sólo su padre puede salvarnos de otro Messi", escucho a madridistas, aterrorizados ante la amenaza de otros 15 años con el mejor vestido de azulgrana. "Sólo su padre puede estropearlo", musitan esos culés que viven temiendo que el cielo se derrumbe sobre sus cabezas. No sé, nadie sabe, qué dirá Nasraoui al oído de su hijo, pero tengo clarísimo que si fuera sueco, alto y rubio no estaríamos hablando de esto ni habrían convertido a un personaje secundario de la película en la clave de la trama.

En cualquier caso, esa supuesta mala influencia no se refleja por ningún lado. ¿Han escuchado hablar al chico? ¿Le han visto comportarse en el campo? ¿Atisban el menor indicio de que se le esté yendo la cabeza? ¿Les parece un chaval al que va a poder la presión y a corromper la fama? ¿Creen que puede un adolescente llevar de mejor manera una situación absolutamente extraordinaria y antinatural?

Seamos serios, todo lo que muestra el Lamine persona es el mejor escenario posible, no augura drama por ningún lado y firmo que mis hijos tengan a los 17 años la madurez que está demostrando él. Aunque como soy alto y (era) rubio, tampoco me echará nadie la culpa, si no...

El cambio radical de vida de Jérémy Mathieu: de ganar el triplete con el Barça a trabajar en una tienda de deportes en 10 años

El cambio radical de vida de Jérémy Mathieu: de ganar el triplete con el Barça a trabajar en una tienda de deportes en 10 años

Actualizado Lunes, 7 abril 2025 - 09:47

Hace tan solo 10 años, en la temporada 2014-2015, Jérémy Mathieu fichaba por el Barcelona tras consagrarse en el Valencia. El francés llegó al Barça como una petición expresa de Luis Enrique y, pese a que no llegó a afianzarse en el once titular, fue un efectivo muy utilizado por el técnico asturiano en un equipo que esa temporada levantó el segundo triplete de su Historia. Hoy, ya con 41 años, Mathieu vuelve a ser noticia tras haberse conocido su profesión actual: empleado de una tienda de deportes en Francia.

El contraste es, cuanto menos, curioso. Y es que el jugador, con una extensa carrera en la élite, donde llegó incluso a debutar con la selección francesa (jugó con 'Les Bleus' en cinco ocasiones), acumula numerosos trofeos tras su paso por las ligas francesa, española y portuguesa, donde se retiró en 2020.

Como era de esperar, la noticia se ha viralizado rápidamente y muchos aficionados, incrédulos, se han acercado a la tienda de Intersport, situada entre Aix-en-Provence y Marsella, donde trabaja Mathieu. Entre ellos, un redactor de 'l'Equipe', que ha podido comprobar que las fotos de Mathieu vestido como un empleado de la tienda son ciertas y no un simple parecido razonable. El periódico francés ha confirmado en una reciente publicación que el ex defensa trabaja en la tienda como encargado de la sección de fútbol.

Se desconocen los motivos por los que Mathieu ha terminado trabajando en un puesto que, normalmente, no es el escogido por los ex futbolistas de élite. Puede que no le haya ido muy bien la administración de sus ganancias como deportista, puede que fuera el sueño de su vida o que, simplemente, se aburriera en casa. Eso solo lo sabe Mathieu, pero en la memoria de muchos aficionados azulgranas siempre quedará el gol, que por por marzo de 2015, abrió el marcador contra el Real Madrid en un 'Clásico' ganado por el Barça y que valdría una Liga.

Aranceles futbolísticos

Aranceles futbolísticos

Actualizado Domingo, 6 abril 2025 - 18:39

Tropezar y no caer es adelantar camino, reza un dicho. El Barça tropezó, pero no cayó. El Madrid tropezó y se desplomó de bruces. El Barça se acerca aún más al título. Lo lograría legítimamente como equipo, sobre el césped iluminado y a la vista de todos. Pero no como club, en la penumbra moral de los altos despachos rendidos a una entidad posicionada de forma oficial con el catalanismo «ista»: victimista, populista, racista, independentista y chantajista.

Ningún club que no sea el Barça sobreviviría a la éticamente imprescriptible pestilencia de Negreira; a los sucesivos timos de las «palancas»; a las toscas artimañas contables; a los retorcidos chanchullos de la remodelación del Camp Nou; a la desenmascarada desvergüenza del asunto de los palcos VIP; a las orondas trapisondas de un presidente falaz.

A ningún club que no sea el Barça se le hubiera autorizado la inscripción de Dani Olmo (y, bueno, sí, también la de Pau Víctor, del que, pobre, no existe una sola foto abrazado por un exultante Laporta). Y ningún club que no sea el Barça hubiese recibido la confirmación de la licencia de Dani (y, bueno, sí, también la de Pau) por parte del Consejo Superior de Deportes (CSD). O sea, del Gobierno. Trump impone desde Washington aranceles, que son básicamente eso, impuestos, al mundo. Y Puigdemont, desde Waterloo, sólo a España, donde el arancel deriva en tributo.

A fin de ofrecer coartada legal a una resolución puramente política, el CSD ha adoptado su decisión en base a unas retorcidas interpretaciones procedimentales de unos jeroglíficos normativos que desorientan y confunden. Un texto enrevesado, alusivo a enmarañadas competencias administrativas y reglamentarias. Un tocho débilmente argumentado en el derecho de los futbolistas a ejercer su profesión. No, argüimos, si con ello se beneficia al infractor que los contrata.

No afirmaríamos tajantemente que la competición queda adulterada por la presencia metida con calzador de un solo futbolista (y, bueno, sí, de dos). Dani Olmo es un excelente jugador, demasiado frágil tal vez. No sobra en la plantilla. Pero si faltase, no se le añoraría. El Barcelona puede prescindir de él sin debilitarse. Lo que se adultera, lo que se esquiva y burla es el Fair Play financiero. Unas auténticas Tablas de la Ley económicas de nuestro fútbol, por todos suscritas y acatadas.

Para Fair Play, al menos en teoría, el de Almeida, fervoroso «colchonero», encargando a otro Dani, Carvajal, un «merengue», el pregón de San Isidro. Quizás homenajeándole en su condición de capitán, lesionado de gravedad y en una edad ya difícil, del equipo más representativo de la capital en el mundo. Acaso también premiándole por su desplante a Sánchez. Todo en España está politizado. Pero, política aparte, Carvajal es el único madrileño del Madrid (nacido, en puridad, en Leganés) y uno de los escasos españoles de la plantilla. Una paradoja que a nadie sorprende ni incomoda en estos tiempos, en este fútbol y, sobre todo, en ese club.

Para compensar, que el pregón de 2026 lo pronuncie Koke. Y, además, rodeado de Llorente, Barrios y Riquelme. Cuatro «gatos», en el sentido castizo de la expresión.

El Barça no doblega al Betis y desaprovecha la oportunidad de asestar el golpe a la Liga

El Barça no doblega al Betis y desaprovecha la oportunidad de asestar el golpe a la Liga

Actualizado Sábado, 5 abril 2025 - 23:14

El Barça desaprovechó la oportunidad de poner más tierra de por medio en la pelea por el título con el Real Madrid, que le había puesto en bandeja la ventaja tropezando ante el Valencia. Al Betis aplicado con una defensa prácticamente numantina se sumó el día menos inspirado de los azulgranas, y las rachas victoriosas de unos y otros acabaron con unas tablas (1-1) que, eso sí, dejaron mejor sabor a los verdiblancos que al equipo de Flick. Naran, en la salida de un córner, se encargó de igualar el tanto inicial anotado por Gavi y el Barça ya no fue capaz de encontrar de nuevo el camino de gol. La sensación fue de que habían dejado pasar la ocasión de meterse medio título de Liga en el bolsillo. [Narración y estadísticas: 1-1]

No tardó mucho el Barça en dar el primer golpe. Tras un primer aviso serio de Pedri, Gavi, en su partido número 100 en la Liga, aprovechó una buena asistencia de Ferran para marcar su sexto gol en Primera y poner por delante a los azulgrana en el marcador. No quiso celebrarlo demasiado, por su pasado bético, pero sí se fundió en un elocuente abrazo con Flick, con quien le une una gran sintonía. La alegría, no obstante, no les duró mucho a los locales, Natan, tras un saque de córner en el que Araujo perdió por un momento la marca, se encargó de anotar el 1-1 cuando no hacía demasiados minutos que se había superado el primer cuarto de hora de juego.

El tanto descentró a los azulgrana, cuyo juego efervescente de inicio se diluyó poco a poco con su tozudez por buscar el camino del gol entrando por el centro. El Betis, en ese contexto, tuvo alguna que otra posibilidad para hacerles más daño buscando salidas rápidas a la contra, con más intención que puntería. Algo a lo que el Barça respondió solo con zarpazos aislados, como una gran oportunidad de Ferran que, tras recibir un pase de Balde en el primer palo, no logró encontrar el camino de la portería.

Las sensaciones de que el partido se iba a poner cada vez más cuesta arriba no se diluyeron tras el descanso. Por eso, tal vez, Flick decidió dar entrada a Raphinha, reservado de inicio, y a Eric García como relevos de Ferran y De Jong. Los béticos, mientras, ya habían buscado algo más de mordiente por medio de un Chimy Ávila que se incorporó como recambio de Altimira en la reanudación.

Con los cambios, el Barça ganó algo más de presencia en las inmediaciones del área rival, frente a un Betis que fue atrasando cada vez más sus líneas. Su producción ofensiva, a pesar de todo, con Lamine Yamal mucho menos inspirado que de costumbre, no acababa de ser lo bastante buena como para romper la igualada en el marcador. Los azulgrana lo intentaban una y otra vez, pero no conseguían crear ocasiones auténticamente peligrosas frente a un rival que, por momentos, parecía dispuesto a conformarse con arrancar un punto de Montjuïc, por mucho que, para asegurárselo, tuviera que sacar cada vez más agua de la barca.

El acoso barcelonista se redobló a medida que los minutos se escapaban en el cronómetro. Si el buen juego no acababa de ser la herramienta para lograr el triunfo, tal vez habría que encomendarse a la épica. Ante un Betis dispuesto a defenderse con uñas y dientes, las ocasiones se sucedieron. Siempre, eso sí, con el mismo desenlace: el balón nunca llagaba a cruzar la linea de gol, por mucho empeño que le pusieran. Y aún tuvo el Betis una postrera opción para aguarles aún más la fiesta, acertadamente desbaratada por Szczesny. El marcador, pese a todo, no llegó a moverse y marcó un reparto de puntos.

Carlos Corberán, el devoto de la Virgen que resucita al Valencia con precisión de cirujano: “Está muy responsabilizado”

Actualizado Viernes, 4 abril 2025 - 23:08

La tarde del 29 de mayo de 2022 se jugaba en Wembley la final de los playoffs de ascenso a la Premier League entre el Nottingham Forest y el modesto Huddersfield Town, que entrenaba un técnico valenciano de 39 años: Carlos Corberán. En la grada se sentaba Miguel Ángel Corona, director deportivo del Valencia, que quería ver con sus propios ojos cómo se comportaba un entrenador del que ya se hablaba mucho en Inglaterra. Por entonces, el Valencia tenía hilvanada la llegada de Gennaro Gattuso y a Corberán se le escapó aquel ascenso con un gol en propia puerta, pero entró en la lista de candidatos al banquillo de Mestalla. Una nómina que siempre debe ser amplia, porque desde la llegada de Peter Lim, el puesto es una trituradora.

No fue hasta mitad del pasado mes de diciembre cuando las puertas del Valencia se le abrieron de par en par. No era fácil tomar las riendas de un Valencia hundido y en una dinámica que le conducía a Segunda. Corberán, que jugó de portero en la cantera y al que su abuelo llevaba a Mestalla, no huyó. Tenía experiencia suficiente y fe, tanta como en la Virgen de los Desamparados, de la que es devoto. 101 días han pasado desde la madrugada del 25 de diciembre, cuando el club anunció su fichaje, con el equipo colista, con sólo 12 puntos. En los siguientes 12 partidos de Liga ha sumado 19, repartidos en cinco victorias -todas en un Mestalla a rebosar- cuatro empates y sólo tres derrotas ante Real Madrid, Atlético y el humillante 7-1 frente al Barça, casi repetido después en Copa (0-5).

Para salvarse, el Valencia necesitaba una segunda vuelta impecable, para remontar los siete puntos que se habían abierto con la salvación. Y lleva camino de ello. Con los resultados del segundo tramo de la competición, el equipo sería cuarto y estaría en puestos Champions, sólo por detrás de Barça, Betis y Madrid.

El 51% de los puntos

El dato más significativo lo aporta su rendimiento frente a los rivales directos. En estas 12 jornadas, ha sumado 15 puntos más que el Valladolid y Las Palmas, 10 más que el Leganés, nueve más que el Alavés y cinco más que el Espanyol.

El valenciano, además, es el técnico que más ha mejorado a su equipo de los que llegaron con el campeonato empezado. Ha sumado el 51% de los puntos, cifra que no alcanzan Diego Martínez, Eduardo Coudet, Diego Cocca ni Álvaro Rubio. Por eso es uno de los técnicos revelación.

Metódico, reflexivo y siempre dispuesto a mejorar, supo hace un año que era el momento de dar el salto a LaLiga. Como hace con los jugadores, detectó sus puntos débiles y los trabajó. Desde la comunicación, porque nunca había dado una rueda de prensa en castellano, a la necesidad de hacer sonar su nombre en España, algo que años en la Championship no le habían garantizado pese a su buen trabajo.

«¿Cuánto cuesta un descenso?»

El pasado verano fue Las Palmas quien tuvo su nombre sobre la mesa y el Valencia lo supo, pero la opción era darle a Rubén Baraja la renovación que se había ganado. El mal arranque de curso lo cambió todo. En noviembre, el club ya pensaba en buscar un relevo o la permanencia sería imposible. Negoció con Quique Sánchez Flores, pero viró hacia Corberán. De hecho, su nombre fue el único que se transmitió a Singapur con una coletilla que nadie sabía si se aceptaría: había que pagar casi tres millones de cláusula para liberarle. «¿Cuánto cuesta un descenso?» fue la respuesta que se recibió, casi retórica, porque se dio luz verde a la operación.

De Corberán convencieron dos frases que escucharon los dirigentes del Valencia en la primera conversación. «Vengo a trabajar con lo que tenga», les dijo. Eso suponía un alivio para un club que nunca sabe si puede acudir o no al mercado. Se movían entonces, pero sin garantías de acceder a cesiones como la de Umar Sadiq.

La segunda frase se ha demostrado aún más cargada de sentido: «La mejora en el campo siempre viene de la mejora individual». Es un mantra que repite y que ha traducido en charlas individuales para potenciar a Javi Guerra, Barrenechea o Diego López, a quien mandó al banquillo una tarde y marcó las cuatro siguientes. «Va tieso y lleva a todo el mundo tieso», aseguran. Para rescatar al Valencia ha actuado con precisión de cirujano y quienes le rodean lo definen como «minucioso» y «exageradamente responsabilizado», tanto que pasó la noche tras las derrota ante el Barça en su despacho en Paterna. Pese a las bajas y los 17 años que lleva el Valencia sin ganar en el Bernabéu, no quiere humillaciones. Para los creyentes como Corberán, las virtudes cardinales son prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Él las exhibe todas.

Noches sin dormir, falta de personal, muchos remiendos y una indemnización imposible: las obras del Camp Nou de nunca de acabar

Noches sin dormir, falta de personal, muchos remiendos y una indemnización imposible: las obras del Camp Nou de nunca de acabar

Siguen zumbando las máquinas en los exteriores del Camp Nou, donde las obras no paran pese a que ya es de noche cerradísima. En las cercanas oficinas del Barcelona se siente cierto alivio. Desde que empezó la remodelación de su estadio en junio de 2023, el club ha presionado al Ayuntamiento de la ciudad para trabajar todos los días y a todas las horas, pero las denuncias de los vecinos han impedido la concesión de un permiso permanente. Romper los horarios laborales debe ser una excepción. Como ocurrió otras veces, por ahora la constructora, la turca Limak, puede operar sin parar, pero a partir del próximo lunes deberá volver a descansar de noche y los fines de semana.

Para saber más

«Las ampliaciones de horario son clave para poder avanzar con un ritmo más rápido», reclaman desde la entidad que publicita los mecanismos que ha instalado para calmar a los vecinos: sonómetros, sensores de polvo... Pese a ello en las calles cercanas al estadio como la Travessera de les Corts, la calle Arístides Maillol o la calle Cardenal Reig parece difícil conciliar el sueño y en el descampado donde antes estaba el Mini Estadi el trajín retumba imparable. «Los vecinos no hemos fallado, pero ellos sí», repite Ana Ramón, presidenta de la Asociación de Vecinos de Camp Nou, sobre los incumplimientos del club con las obras.

En los 21 meses transcurridos ha habido tantos que el Consistorio ha abierto varios expedientes y ha expedido varias multas, aunque siempre ha sido por cantidades ínfimas: la mayoría de 300 euros que pueden acabar saldándose por únicamente 75 euros. En todo caso, en medio del desencuentro entre el Barcelona y sus vecinos, sólo hay una certeza: el Camp Nou todavía no está listo. Ni mucho menos.

Sin una fecha prometida

Los canales de Youtube creados para seguir las obras -de vecinos o de aficionados que se encaraman al montículo frente al cementerio de Les Corts- exhiben algunos avances. La estructura metálica de la tercera gradería va tomando cuerpo y en los últimos días se han probado los primeros marcadores LED o se ha instalado una tribuna de prensa provisional. Pero el regreso del fútbol parece todavía lejano. La renuncia de los Rolling Stones a una gira europea solucionó los apuros por la presente temporada, que el Barcelona acabará en el Estadio Olímpico de Montjuïc, pero la próxima aún es una incógnita.

David RamírezAraba Press

El sueño de volver a casa el pasado noviembre para celebrar allí el 125 aniversario del club se difuminó rápido y ahora, según fuentes de la entidad, la ilusión es regresar el noviembre que viene. El equipo podría disputar las primeras jornadas de Liga y Champions fuera de casa y estrenar el nuevo Camp Nou con una capacidad parcial de sólo 60.000 espectadores después del tercer parón FIFA, pero ni el presidente Joan Laporta se atreve a anunciarlo. En los últimos meses ya ha habido demasiadas promesas incumplidas: se iba a volver en febrero, también para el clásico de 11 de mayo... «Cualquier previsión de calendario está sometida a revisión por el propio desarrollo de la obra de Espai Barça y será debidamente comunicada», explica ahora el club a pregunta de EL MUNDO. En realidad, ni entidad ni constructora saben a ciencia cierta qué fecha prometer.

Si el balón rueda en el estadio este 2025 ya será un éxito. Si las obras acaban en 2027, otro. Las previsiones eran que todo el recinto, cubierta incluida, estuviera acabado en junio de 2026 y que se inaugurara el 24 de septiembre de ese año así que, como mínimo, habrá un año de retraso.

La indemnización de Limak

«Ahora mismo el Camp Nou es la obra civil urbana más grande de Europa», se defiende el Barcelona que, de momento, justifica el trabajo de la constructora Limak. «Ha habido problemas como la falta de disponibilidad de mano de obra cualificada y un número no previsto de reparaciones en la primera y la segunda gradería», argumenta la entidad, que ha admitido las carencias previas del recinto.

David RamírezAraba Press

Como bien histórico protegido por el Ayuntamiento de Barcelona, el Camp Nou, construido en 1957, debe mantener buena parte de su estructura y ésta estaba dañada antes de empezar la remodelación, pero todas las partes conocían esos problemas previamente. La demora también puede achacarse a las incidencia en la contratación de trabajadores -el club tuvo que admitir impagos salariales y horas extras no cotizadas por las subcontratas-, a las restricciones horarias impuestas por el Ayuntamiento e incluso a la escasez de ciertos materiales por culpa de la invasión rusa de Ucrania, aunque hay otra conclusión posible: las otras constructoras tenían razón.

Cuando la directiva de Laporta otorgó la remodelación a la turca Limak, las otras empresas aspirantes al proyecto -se crearon dos consorcios españoles- denunciaron que los plazos prometidos eran imposibles. Pero el club se protegió con una promesa. Supuestamente Limak iba a pagar un millón de euros por cada día sin fútbol en el estadio a partir del 29 de noviembre de 2024. Con los cálculos más optimistas eso supondría una multa de entre 300 y 400 millones, es decir, casi la mitad del coste de la obra, que ronda los 900 millones -1.450 millones para todo el Espai Barça-. ¿Realmente lo pagará la constructora?

David RamírezAraba Press

«El contrato lo contempla y el club en ningún momento renuncia a una indemnización», asegura la entidad a petición de este periódico, aunque se guarda una justificación: «El calendario sobre el cual se empezarían a aplicar esas penalizaciones es variable dependiendo de la causalidad y responsabilidad de los retrasos». Limak, que meses atrás atendía a la prensa a través de una agencia de comunicación española, ahora sólo remite al club por lo que queda por ver la realidad de esa compensación. Quizá, cuando acaben las obras, el Barcelona pueda reclamar cierta cantidad a la constructora o quizá «la causalidad y responsabilidad de los retrasos» difuminen ese posible pago. En todo caso, para eso todavía quedan muchos días y muchos meses. Mientras tanto siguen zumbando las máquinas en los exteriores del Camp Nou, donde las obras no paran pese a que ya es noche cerradísima.

Un agujero de 28 millones en las cuentas o por qué el Barcelona necesita regresar ya a su estadio

Un agujero de 28 millones en las cuentas o por qué el Barcelona necesita regresar ya a su estadio

Es el lío que viene. Si en enero el vaivén de inversores llevó a La Liga a enfrentarse al Barcelona y bloquear la inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor, posiblemente este verano ocurra lo mismo. El Consejo Superior de Deportes tendrá trabajo otra vez. El optimismo del club con su regreso al Camp Nou estaba reflejado en los presupuestos de la temporada 2024-2025 y los balances no cuadrarán de nuevo. Como mínimo, faltarán 28 millones de euros. El verano pasado, con la previsión de volver a jugar en su estadio en noviembre, la Junta Directiva que preside Joan Laporta incluyó en sus cuentas unos ingresos de explotación por 154 millones de euros, 28 millones más que los recibidos el curso anterior en el Estadio Olímpico de Montjuïc -126- y estos finalmente no llegarán.

Los retrasos en las obras provocarán un déficit que la entidad tendrá que cubrir con venta de activos, sean futbolistas o sea patrimonio. ¿Habrá fichajes? Es una incógnita porque, si los hay, podrían regresar los problemas para inscribirlos si La Liga duda sobre los números. Como renovaciones por hacer como las de Frenkie de Jong, Jules Koundé o Lamine Yamal, parece improbable que lleguen jugadores vía traspaso.

Y los problemas pueden agravarse. La venta de 475 asientos VIP del Camp Nou por 100 millones de euros salvó la participación en La Liga de Olmo y Víctor, pero ahora obliga a que haya fútbol en el estadio cuanto antes. Si no, su cobro está en peligro y sin ese dinero el Barcelona estará mucho más lejos de cumplir las normas del fair play financiero. De hecho, esa cantidad ni tan siquiera apareció en las últimas cuentas entregadas por la entidad a la competición. Desde el club aseguran que se trata de un estado contable intermedio y no de la liquidación del curso, que tendrá lugar a partir del 30 de junio, pero la ausencia es sintomática. Una millonada que está en el aire.

El lío por los palcos VIP

Semanas atrás, la nueva auditora del Barcelona, Crowe Spain, ya recomendó que los 100 millones de esos palcos VIP no se computasen de manera inmediata como ingreso porque los palcos todavía no existen y el contrato es a muy largo plazo. Según explicó la Cadena Ser, la empresa propuso dos opciones más realistas: sumar únicamente los 58 millones ingresados el pasado 3 de enero o, aún mejor, dividir los ingresos totales del acuerdo entre las 20 temporadas de duración del mismo a cinco millones por curso. Habrá más baile de cifras en los próximos meses, pero cualquier solución para por el fin de las obras en el Camp Nou.

Cuando por fin vuelva a rodar el balón, el Barcelona podrá explotar uno de sus principales activos y recuperar músculo económico. En los últimos cursos en el estadio de Les Corts, el recinto generó cerca de 230 millones de euros, pero después de la remodelación deberá aportar hasta 347 millones en ingresos. Las entradas y la restauración, un nuevo contrato de title rights cuando acabe el acuerdo con Spotify o las visitas formarán esas ganancias, con un interrogante.

En principio, una parte de esa cantidad vendrá de la organización de conciertos en el estadio, pero después de la polémica surgida en Madrid alrededor del nuevo Santiago Bernabéu, el club ha negado que se vayan a incrementar los mismos. «Los conciertos son una fuente de ingresos, pero hay otras», comentó la portavoz, Elena Fort, hace unos meses mientras el director de Operaciones, Joan Sentelles, prometía que «habrá pocos» y serán siempre fuera de temporada. El antiguo Camp Nou acogió conciertos de Bruce Springsteen, Michael Jackson o U2, pero por varios motivos el Estadio Olímpico de Montjuïc ha recibido más giras de grandes artistas internacionales.